Ensayo Cultura y Educaciòn

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR


MAESTRÍA INNOVACIONES EDUCATIVAS
CULTURA E INNOVACIÒN

ENSAYO SOBRE LAS MANIFESTACIONES CULTURALES

FACILITADOR: MSc. Maryi Kharina Galindez

Autor: Yaneth Araque Achagua

ARAVENA – ARAUCA
ABRIL - 2020
INTRODUCCIÒN

Mi trabajo tiene como contexto el reflejo de los derechos que tenemos


como seres humanos que son fundamentales, pero no son respetados el
derecho a la sobrevivencia y al desarrollo, al mayor nivel posible de salud, a
una educación que respete su identidad cultural, a través de sus distintas
expresiones y prácticas, en especial la lengua, representa, vincula, enriquece,
mezcla y consolida la estructura que sostiene y hace funcionar la formación
socioeconómica de una sociedad determinada para lograr el desarrollo, con
identidad y vivir bien, son necesarios los valores de la cultura para que la vida,
la convivencia y la complementariedad se realicen armónicamente en beneficio
de las comunidades y naciones.

También se está resaltando el patrimonio cultural como la herencia que


se dan en los procesos sociales de los diversos grupos que conforman puntos
de encuentro en la historia, en un espacio determinado. El acervo que permite
darles identidad a sus habitantes, que los hace ser de una forma particular a
diferencia de otros por medio un proceso activo mediante el cual los grupos
humanos responden a sus necesidades colectivas presentes, involucra la
lengua, los valores, las conductas, las normas e instituciones.

Finalmente se hace una presentación general de todo el conjunto


cultural Colombiano y a su vez se identifica los escenarios educativos como los
espacios más importantes para el fortalecimiento de estos procesos, es ahí
donde el docente debe inundar su conocimiento de estrategias que conlleven a
la utilización de los elementos culturales.
NUESTRA IDENTIDAD CULTURAL.

Sin duda, en nuestra sociedad, la educación, vista como proceso formal


o informal, constituye la oportunidad permanente para que los seres humanos
avancen en su propia conformación y fortalecimiento como actores sociales e
individuales. La participación de las personas en este proceso construccionista
social les da la oportunidad de acceder a diversas maneras de enfrentar la
cotidianidad, constantemente renovada, de su vida siendo un proceso
denominado cultura.

La cultura, asumida como la tradición de significados y sentidos presente


en los contextos de vida. También es la organización social del sentido,
interiorizado en forma relativamente estable por los sujetos en forma de
esquemas o de representaciones compartidas, y objetivado en formas
simbólicas, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente
estructurados (Jiménez, 2004: 78).

Ahora bien, la cultura colombiana está formada a partir de la herencia de


los pueblos indígenas presentes en el territorio desde tiempos ancestrales,
colonial y las costumbres las tradiciones españolas adoptadas durante las
épocas africanas incorporadas por los esclavos que llevaron los conquistadores
y esta mezcla de culturas constituye una sociedad con rasgos comunes al resto
de países latinoamericanos pero, a la vez, muy diferentes incluso dentro del
propio territorio colombiano existen numerosas diferencias entre unas regiones
y otras ya que por la diversidad geográfica -se pueden encontrar desde playas
tropicales hasta montañas de más de 5.000 metros de altura con nieves
perpetuas- y el aislamiento natural de algunas zonas han propiciado esta
diversidad.

Algunos de los grupos culturales más destacados según su ubicación son los


llamados cachacos, localizados en el altiplano cundiboyacense; los paisas,
asentados en Antioquia; los llaneros, pobladores de los Llanos Orientales;
los vallunos, asentados en la zona del valle del Cauca; los costeños, habitantes
de la costa Caribe, y los santandereanos, pobladores de los departamentos de
Santander y Norte de Santander. Todos estos grupos se caracterizan por
mostrar grandes diferencias culturales entre sí, lo que convierte a Colombia un
país fascinante para conocer y adentrarse en el día a día de sus habitantes. 

Por otra parte la gastronomía es una expresión más de esa diversidad con
ciertos rasgos comunes a todo el territorio, el maíz uno de los ingredientes
fundamentales de la cocina colombiana debido a la herencia indígena y
las arepas, unas tortas de harina de maíz, son uno de los platos más
conocidos, tanto dentro como fuera de sus fronteras. También las frutas son
importantes en la dieta de los colombianos por su variedad extensa que
algunas no son conocidas fuera del país, e incluso las hay que se consumen
solo en determinadas regiones.

En cuanto a las bebidas, el café tiene un lugar especial en el corazón de los


colombianos. Son grandes amantes de esta bebida y su calidad es excelente,
siendo un producto muy cotizado por grandes marcas internacionales y en la
constitución política del año 1991 se hace un reconocimiento a nuestro
patrimonio cultural, el cual está inscrito en diversas normas y políticas, pero
estos esfuerzos son todavía insuficientes para crear una cultura de
reconocimiento y protección, que está siendo desplazada, por los diferentes
hábitos de vida que se han adoptado por la globalización y el uso de las nuevas
tecnologías.

En efecto un mundo en donde cada día surgen nuevas cosas, nuevas


tecnologías, en donde se van cambiando hábitos, comportamientos por la
influencia de modelos modernos y extranjeros por así llamarlos han llevado a la
pérdida de identidad, de costumbres, y por ende en la pérdida de la identidad
cultural, las creencias y tradiciones culturales.

Esto significa que nuestros padres y abuelos tenían costumbres y


tradiciones en donde los mitos y las leyendas eran transmitidos a sus hijos, se
narraban estas historias, se creía en seres fantásticos, la imaginación era
utilizada para crear e imaginar aquellas historias que nos narraban, los caminos
reales tenían sus historias, distintos lugares narraban hechos fantásticos que
se hacían realidad es ahí donde que Colombia tiene un sin número de
manifestaciones culturales que expresan la variedad étnica, religiosa, de
costumbres, tradiciones y formas de vida de su población, así como su riqueza
natural y diversidad de climas, geografías y paisajes, entre otros.

Para lograr tales propósitos la escuela es un espacio de cruce de


culturas, una institución y un contexto donde se relacionan dialécticamente la
cultura humana y la cultura nacional bajo la forma de culturas específicas-
familiar, comunitaria y escolar- de todos los sujetos que interactúan en la
misma, a partir de su apropiación individual es ahí donde la escuela y su
cultura tienen una relación peculiar con la cultura comunitaria, al interactuar no
sólo con la cultura de la comunidad con la que comparten el espacio
geográfico, sino además con la cultura de las diversas comunidades de las que
proceden sus estudiantes, profesores y otros trabajadores con las que
comparten el espacio social concebido en este caso como espacio socio
cultural.

En tal sentido, el lenguaje tiene aquí un papel importante, a decir de


Halliday: El lenguaje surge en la vida del individuo mediante un intercambio
continuo de significados con otros significantes y es donde el niño crea, primero
su lengua infantil, luego su lengua materna, en interacción con ese pequeño
corrillo de gente que constituye su grupo significativo y aprende el lenguaje
también otras cosas mediante el lenguaje, formándose una imagen de la
realidad que está a su alrededor y en su interior; durante este proceso, que
también es un proceso social, la construcción de la realidad es inseparable de
la construcción del sistema semántico en que se halla codificada la realidad. En
ese sentido, el lenguaje es un potencial de significado compartido, a la vez
tanto una parte como una interpretación subjetiva de la experiencia (Halliday,
1998: 10).

En la misma dirección, lo social se manifiesta de varias maneras, por


medio del contexto concreto en que se sitúan las personas, por la
comunicación que se establece entre ellas, y por los marcos de aprehensión de
valores, culturas, códigos e ideologías relacionadas con el contexto social en
que se encuentran inmersas, siendo la educación una experiencia social, en la
que desde la niñez la persona se va conociendo, enriqueciendo en las
relaciones con los demás, adquiriendo y renovando las bases de los
conocimientos teóricos y prácticos (Delors, 1996: 19).

Por consiguiente fomentar las ciencias culturales que se constituyen


en las fuentes de estudio incluyentes del ser como un ente social complejo y
por ende propiciador de la complejidad social y en esta están comprendidos los
valores culturales que van a conformar la cultura de cada comunidad, inducida
por los fenómenos interactivos complejos y globalizantes que generan una
conducta social.

De acá que se pueda vislumbrar la Cultura Popular Tradicional (Folklore


= saber del pueblo) como parte fundamental y decisiva de la personalidad del
individuo puesto que marca la pauta en la conjunción espiritual y social de una
nación, con su contenido cultural de país enmarcado en una visión nacionalista
y en tal necesidad se debe guiar la formación de los ciudadanos en el fomento
y la participación en actividades culturales tradicionales, asumiendo así mismo
la incorporación de entes que promuevan acciones para dar una adecuada
relevancia a lo que significan las diferentes manifestaciones culturales de
nuestra patria, que por demás está el manifestar el grado de riqueza y
extraordinaria diversidad que se encuentra en él, constituyéndose en un legado
cultural de mucho valor, que es importante que todo ciudadano conozca y se
sienta identificado con todo lo que es propiedad de su país y por ende también
de su misma propiedad

Es por tanto que el docente es quien debe adoptar el papel fundamental


en el uso de estrategias que conlleven a la utilización de elementos culturales
como agentes motivadores en la formación del educando de una conciencia de
sus propios valores, permitiéndole apreciar los aspectos que conforman su
fisonomía y arquetipo cultural; incentivando así la preservación y desarrollo del
patrimonio que conforma la raíz de su identidad cultural. Es por ello que se
presenta ésta como parte decisiva de la personalidad del ser; ya que fija una
posición en la conjunción espiritual y social de una nación, conllevando a la
formación de un sentido de amor a la patria en todos sus aspectos.

Finalmente compromete a los docentes en una tarea dispendiosa en


estos procesos de cultura y es necesario fomentar desde los escenarios
educativos proyectos de aula que fortalezcan la conservación y desarrollo del
patrimonio que conforma la raíz de su identidad cultural ya que por siglos se
nos han inculcado valores y creencias ajenas a nuestra cultura, se han
vulnerado nuestros derechos y desplazando nuestra identidad, es cierto que
somos una sociedad de constantes cambios, pero la indiscriminada forma de

explotación de los recursos desdibuja nuestro legado. “Nada más terrible para
los hombres y para los pueblos que no tener rostro, no tener imagen, no tener
esa parte tan importante que nos define, que nos caracteriza, que nos permite
identificarnos y nos da un sello distintivo ante los demás hombres y los demás
pueblos”. (Grass, s.f, como se citó en González, 1987).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

TOVAR PINZÓN, H (1997). Pensar el pasado, Capítulo 5: Colonialismo y


diversidad, Ediciones UN Facultad de Ciencias Humana, Bogotá, Pág. 37.

MERCADO, J (2011) Cultura popular y falta de identidad, recuperado el día 07


de mayo de 2017, de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-
10704368

PEREZ ESPINEL, J (2014) Gastronomía en vía de extinción, recuperado el día


12 de mayo de 2017,
de http://www.elmundo.com/portal/vida/gastronomia/en_via_de_extincion.php#.
WR0npGiGOM8

Constitución política de Colombia (1991), recuperado el día 12 de mayo de


2017, de http://www.corteconstitucional.gov.co/inicio/Constitucion%20politica
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Sánchez, S. (2012). El currículo intercultural en el ámbito del centro educativo.


En I. Alemany Arrebola; Mª. A. Jiménez Jiménez; S. Sánchez Fernández
(coords.), La formación del profesorado para la diversidad cultural (11-40).
Madrid: La Muralla.

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