Definiciones Muertas - Luis Pedro Villagrán Ruiz
Definiciones Muertas - Luis Pedro Villagrán Ruiz
Definiciones Muertas - Luis Pedro Villagrán Ruiz
Definiciones muertas
3.ª Edición
Villagrán Ruiz, L. P. (2020). Definiciones muertas.
Serie Periferia: Guatemala
56 páginas
Literatura guatemalteca
Poesía guatemalteca
Colección «Síntesis»
ISBN: 978-99939-0-185-3
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Luego simplemente se debe allanar el camino para que la poesía siga
su cauce. Procurar intervenir en lo mínimo, acaso una palabra,
sugerir algún sinónimo que respete el sentido del verso, utilizar el
espacio en blanco como poesía ya que, al igual que en la música - otro
don portentoso del autor de este poemario - los silencios también
forman parte de la melodía.
Marlon Francisco
Ciudad de Guatemala, 16 de octubre de 2020
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Poesía
no importa
si me quiso o no
solo sé que olvida
igual de pronto
como finge amor
saldré a caminar
crearé historias
con los paseantes que vea
(sin duda
mejores que la propia)
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yo pude
haberte sido fiel
con mayúsculas
no quisiste escucharme
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deben ser
los dedos de tus pies
- seguro deben serlo -
el e s p a c i o
entre cada uno de ellos
o el intelecto admirable
que componen tus neuronas
de las cuales espero algún día apoderarme
travieso
lúdico
erótico
inteligente
sensible
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nos movíamos despacio
- éramos un coro -
yo te hacía en mi cabeza
poesía viva
habíamos muerto
desnudos
llenos de vida
reencarné en vos
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cuando sale el monstruo
no queda más
que cuidarme
hacerme un capullo
dispersarme
en más y más fragmentos
volverme loco
diferenciarte del resto
verme en el espejo
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he buscado maneras
-y me ha costado un poco-
para no pensar en vos
recuerdo a elphaba
ella me dice que se avergüenza de su imitación
yo le digo
que no la imita
él quiere ser ella para tener algún poder
yo también
en el ínterin
pasé el tiempo con Elphaba
tan noble
tan buena
tan incapaz de recibir
tan «buscando grises
para no sentirse nunca
ni negra ni blanca»
como si fuera pecado
vivir y sentir
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te imagino en la sombra
lejos de las luces
y del ruido
ahí encontrás tu paz
te imagino
miserable
cobarde
pensando en nada
buscándolo todo
marcando todo
queriéndolo todo
disfrazando el ego
con humildad-arrogancia
pisando niños que buscan venganza
matando a tus niños
dándolos a los leones
en esa sombra
encuentro lo que algún día
- cuando creía y sentía -
hizo que pensara
que tal vez
vos podrías ser
el mejor estuche
para guardar mi poesía
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quedarán
las canciones
el recuerdo
de los gestos
los ecos de las palabras
el sentimiento de calor
el ego sublimado
el olor en las sábanas
los vellos en la bañera
las peleas ridículas
motivos para pensar
quedará
el orgasmo áspero
el susurro nocturno
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coincidieron dos copos de nieve
uno guarda
congelada
una lágrima en su interior
serán agua
ni lágrimas
ni nieve
serán vida
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falta tanto que comprender
que leer
entre las líneas de tus dedos
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quiero arrancarte el sentimiento
que te duele
y volverlo mío
porque soy fuerte
o creo serlo
y quedarme con todo eso
dentro
para que vos no tengás que sufrir
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desafortunadamente feliz
guardando la esperanza
de que no seás verde o gris
y reaccionés ante el cofre
te respondo:
en una caja que nadie ha tenido el valor de abrir
ya sos poesía
ya me cuesta dormir
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siempre quise ser el amante
mártir
e idiota
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voy a escribirte a vos
porque no tengo a nadie más a quién decirle que es grande
no es que seás la última opción: sos la primera
simplemente
en esta época
donde todo se va entre las manos
con el sexo y el reality
lo único que queda
es honrar la sinceridad
con la que me mandás a la mierda
y los huevos
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él es guapo y alto
tiene pestañas y ojos hermosos
sus manos son grandes
es blanco
tiene un apellido rimbombante
nunca ha trabajado
como vos
fuma todos los días
yo sé su nombre
vos
no me hacés falta
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me hace falta el sexo
ahora entiendo
que la única conexión
entre vos y yo
quedaba justo entre las piernas
no me importa ahora
al menos eso
no me ha costado
me cuesta más
que gente como vos
deje de pensar en sí
para descubrir que aquí
hay mucho más
que este himno que entona
desgarrante
«no parés, no parés»
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el matadero
epigramas
II
nosotros
ya habíamos compartido
saliva
y otras cosas
III
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IV
VI
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me encantaba escribirte poemas
cuando no te conocía
cuando no sabía que te lavabas las orejas todos los días
con jabón debajo de la regadera
me parecía hermoso
verte con las manos y los dedos
arrancándote los lóbulos con agua caliente
me enloquecía
que aprovecharas ese momento
debajo del agua
para arrancar mis lóbulos con tus dientes
quisiera quizá
que nos tomáramos un café
ponerte al día
sin tocarte y sin dejarte tocarme
solo para que sepás que estoy bien
para confirmar lo que sé
que vos también
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me preguntaste
si podías besarme
no si quería
y me condenaste
yo no quería…
necesitaba
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podría ser posible
que un día cualquiera
algún fantasma regrese por mí
me alegraría muchísimo
reconocer el cadáver:
«¿en qué estábamos...?»
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a veces
lo mejor es tomar firmemente el lapicero
gritas
…y lo noten…
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es el desgaste de recordarnos
lo que no sabemos
lo que no conocemos
reinventar lo muerto
lo ultrajado
hacerlo insurrecto
implosionarlo
apuñalar las palabras
asfixiar las normas
asesinarnos con ellas
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niña
amiga
mujer:
cuando él te penetra
lo hace para sentirse hombre
para recobrar
todo lo que la sociedad le ha quitado
no confiés en su esperma
es solo refuerzo y esfuerzo
de su identidad perdida
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escribe con furia
sus dedos exudan dolor
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jugábamos con arcilla
moldeábamos
amigos imaginarios a nuestro antojo
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sé que vas a venir
que no vas a preguntar nada
no preguntarás qué hice
ni qué me han hecho
si me han golpeado
si he pateado un rostro
defendiendo mi cuerpo
vas a venir
a lamer mi espalda
mis cortes
y yo te voy a dar
las perlas que guardo en mi boca
todas
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para renovarme
me convertiste en planta
de esas que te gustan
porque te dan paz y alegría
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los amantes
tenemos derecho a saberlo todo
sufrimos en silencio
dejamos tiradas nuestras alas
regresamos al polvo
consolamos corazones rotos mientras rompen el nuestro
callamos las ganas de tomarnos en público las manos
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deslizan sus índices por nuestros cuerpos
nosotros
por la nuestra callamos
somos
desechables
reciclables
dispuestos
ilusos
inexpresivos
parcos
masoquistas
felices
libres
palos
culos
hoyos
tontos
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te pude haber querido tanto
de aquí a la luna
con todas las fuerzas
y los ánimos
con toda la voluntad
tristemente
un letrero burlón en tu puerta decía
con tu letra parca
tu letra dormida
tu letra perdida
no
no fue mi culpa
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cuando vengás, sin cadenas ni miedos, habrá un refugio entre mi
oreja y mi cuello para tus deseos más perversos. y no voy a
escucharlos. voy a ser una caja y camisa de fuerza. pero cuando vengás
sin cadenas. mientras tanto, soy pimienta.
soy opio.
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Narrativa
estupidez
pero, ¡es que ser estúpido nunca ha sido un problema para mí!
siempre he comido las mejores frutas o al menos, las que a mí me
gustan. y me gusta, también, adornarlas y ponerles corazones, caritas
felices para no sentirme tan miserable. a vos te pinté mi lengua en el
cuello. está borrada ahora, pero te hace falta. y tu lengua –delicia- me
hace falta.
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madrugada
me despierto sin haber dormido nada. aquí estás, a la par mía. todo
el cuarto huele al reciente escándalo de la madrugada. me encanta.
te doy un beso en cada ojo y abro los brazos para que te trasladés de
la almohada a mi pecho. meto mis dedos entre tu pelo y te doy los
buenos días.
soltás esa risa que me pone los pelos de punta, no por miedo, sino
por el placer que me da oírte reír.
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el niño que buscaba venganza
El niño que
buscaba venganza
nunca sintió tan
l
a
r
g
o
el
camino desde su casa
verde - amarillo – amarillo – amarillo - rojo................
hasta la otra
El niño piensa dos veces antes de bajar del carro. Baja y saluda sin
verle a los ojos. Le da sus cosas en la mano, y se dispone a entrar a la
casa. Saluda a los perros - cree que los extraña, y que ellos, también.
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Suben a la alcoba. Se abrazan y se huelen. Se acuestan en la cama. El
niño que buscaba venganza le quita la playera. Se besan, se tocan, se
disfrutan. Tal como lo ha pedido, piensa el niño. Él está ido:
descubre cómo extraña ese cuerpo, cómo extraña ese olor, ese sudor,
ese sexo. El niño que buscaba venganza decide recuperar eso que
tiene encima (el cuerpo y el alma). Sí, ese niño que buscaba venganza
deja que lo desnuden.
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Diálogo V
Que camino muy bien solo, pienso, pero tengo que guiarte de alguna
manera. No te tomo de la mano porque yo quiera, es que siento que
podés caerte y destrozarte en cuestión de segundos. Te he visto
desmoronarte en mi pecho, en mis brazos, ¿por qué no puedo
tomarte la putísima mano? Pero solamente lo pienso. Con pensar no
gano nada con vos.
Te suelto y me libero.
Me busco un trago. Voy a la barra, con tus amigos. Más bien: Voy a
la barra con quienes pensás que son tus amigos y me pasan tu cuenta.
No tu cuenta de consumo, sino de niños ultrajados.
Yo soy tu pez.
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Para ignorar el picoteo taciturno en el pecho, me distraigo viendo
para ninguna parte. Quizá viendo a todos lados. Viendo nada,
seguramente. Volteo y seis pares de ojos hambrientos me devoran de
inmediato mientras camino hacia donde vos estás.
Bravo, gaviota.
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Un cuento de hadas
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La última sirena
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Híades
Paulo le prometió que sin sal, o con demasiada, su luz iba a estar
segura en sus ojos. Y así era. Por eso ella escapaba por las tardes,
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corriendo de la mano de Paulo hacia el horizonte. Era la rutina de los
martes y los viernes. Paulo marcó nuevamente el número. Esperó.
Paulo corrió sin ver al cielo. Corrió a la casa de Estela sin notar que,
un minuto después de haber escuchado ese último silencio, el cielo
había retumbado para recibir a la última invitada de esa noche.
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