Cretacio Generalidades

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Cret�cico

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Era1? Per�odo Millones a�os
Mesozoica Cret�cico 145,0
Jur�sico 201,3 �0,2
Tri�sico 251,0 �0,4
El Cret�cico, o Cret�ceo, es una divisi�n de la escala temporal geol�gica que
pertenece a la Era Mesozoica; dentro de esta, el Cret�cico ocupa el tercer y �ltimo
lugar siguiendo al Jur�sico. Comenz� hace 145 millones de a�os y termin� hace 66
millones de a�os.2? Con una duraci�n de unos 79 millones de a�os, es el per�odo
Fanerozoico m�s extenso, y es, incluso, m�s largo que toda la Era Cenozoica. Su
nombre proviene del lat�n creta, que significa "tiza",3? y fue definido como un
per�odo independiente por el ge�logo belga Jean d'Omalius d'Halloy en 1822,
bas�ndose en estratos de la cuenca parisina (Francia).4?

El Cret�cico est� dividido en dos grandes subunidades: Cret�cico inferior y


Cret�cico superior.

La vida en mares y tierra aparec�a como una mezcla de formas modernas y arcaicas,
sobre todo de ammonites. Como ocurre con la mayor�a de las eras geol�gicas, el
inicio del per�odo es incierto por unos pocos millones de a�os. Sin embargo, la
dataci�n del final del per�odo es relativamente precisa, pues esta se hace
coincidir con la de una capa geol�gica con fuerte presencia de iridio, que parece
coincidir con la ca�da de un meteorito en lo que ahora corresponde con la pen�nsula
de Yucat�n y el golfo de M�xico. Este impacto pudo provocar la extinci�n masiva que
ocurri� al final de este per�odo, conocida como el evento K/Pg. Este acontecimiento
marca el fin de la Era Mesozoica.

A mediados del Cret�cico, se dio la formaci�n de m�s del 50 % de las reservas


mundiales de petr�leo que se conocen en nuestros d�as, de las cuales se destacan
las concentraciones localizadas en los alrededores del golfo P�rsico y en la regi�n
entre el golfo de M�xico y la costa de Venezuela.

Una escena del Cret�cico.

Estratos en el l�mite Cret�cico-Terciario en Alberta.

�ndice
1 Divisiones
2 Estratigraf�a
2.1 Pen�nsula ib�rica
2.2 Norteam�rica
2.3 Sudam�rica
3 Paleogeograf�a
4 Paleoclimatolog�a
5 Paleozoolog�a
5.1 Paleozoolog�a marina
5.2 Paleozoolog�a a�rea
5.2.1 Los dinosaurios del Cret�cico
6 Paleobot�nica
6.1 Interacci�n dinosaurio-planta
6.2 Polinizaci�n
7 Extinci�n en masa
8 V�ase tambi�n
9 Notas y referencias
10 Bibliograf�a
11 Enlaces externos
Divisiones
A continuaci�n se indican las edades o pisos, ordenados �estratigr�ficamente�, con
las m�s recientes arriba y las m�s antiguas abajo:5?

Era
Eratema Periodo
Sistema �poca
Serie Edad
Piso Eventos relevantes Inicio, en
millones
de a�os
Mesozoico Cret�cico Superior / Tard�o Maastrichtiense Proliferan las plantas
con flor y nuevos tipos de insectos. Empiezan a aparecer peces tele�steos m�s
modernos. Son comunes ammonites, belemnites, bivalvos rudistas, equinoides y
esponjas. Varios tipos de dinosaurios (como tiranos�uridos, titanos�uridos,
hadros�uridos, y cerat�psidos) evolucionaron en tierra, as� como los cocodrilos
modernos; mosasaurios y tiburones modernos aparecieron en el mar. Las aves
primitivas remplazaron gradualmente a los pterosaurios. Aparecieron monotremas,
marsupiales y mam�feros placentarios. Ruptura de Gondwana. Clavo dorado.svg72,1�0,2
Campaniense 83,6�0,2
Santoniense 86,3�0,5
Coniaciense Clavo dorado.svg89,8�0,3
Turoniense Clavo dorado.svg93,9
Cenomaniense Clavo dorado.svg100,5
Inferior / Temprano Albiense ~113,0
Aptiense ~125,0
Barremiense ~129,4
Hauteriviense ~132,9
Valanginiense ~139,8
Berriasiense ~145,0
Jur�sico 201,3�0,2
Tri�sico 252,17�0,06
Estratigraf�a
Pen�nsula ib�rica
En la pen�nsula ib�rica, el Cret�cico es el per�odo mesozoico que posee mayor
extensi�n. En algunas zonas, la franja sedimentaria puede alcanzar hasta 2
kil�metros de grosor.6?Los sedimentos que pertenecen al Cret�cico inferior suelen
ser detr�ticos (pudingas y areniscas); hacia la mitad del periodo aparecen margas,
y finalmente se les unen calizas lacustres. En la Comunidad Valenciana, los
dominios son los siguientes:

Catal�nides y Maestrat: Estos dos dominios son similares. En el Cret�cico inferior


aparece sedimentaci�n asociada a zonas de fracturaci�n. Seg�n se avanza por el
per�odo, aparecen terr�genos, calizas, dolom�as y, de nuevo, terr�genos.
Ib�rica Suroccidental: Dentro de sus l�mites se encuentra el Macizo Valenciano.
Preb�tico: En la zona externa aparecen terr�genos del Cret�cico inferior. Hacia
final del per�odo se produce un hundimiento de la zona interna, mientras que la
externa emerge.
Subb�tica: Los sedimentos est�n mal representados.
En el Pirineo catal�n, se ha establecido correlaci�n entre el Cret�cico inferior
del anticlinal de B�ixols - Muntanya de Narg� y la Roca de Narieda. Al sur del
primero aparecen varios episodios de compresi�n a partir del Campaniense.7?

Norteam�rica
En las Monta�as Rocosas (Estados Unidos), los sedimentos cret�cicos se presentan de
manera alterna con origen marino o terrestre. A lo largo del margen occidental casi
ninguno de los sedimentos que posee es marino.8? En las Monta�as Talkeetna
(Alaska), los estratos cret�cicos tampoco son marinos.9?
Las sierras del suroeste del estado de Nuevo Le�n (M�xico) se constituyen a partir
de rocas marinas que van desde el Jur�sico superior hasta el Cret�cico superior.10?
En esta zona, abundan los terr�genos del Cret�cico superior. La secuencia
estratigr�fica de la parte sur del Ca��n de la Boca es:

Calizas del Aptiense.


Calizas del Albiense y un paleoambiente de talud superior.
Calizas y lutitas alternadas del Cenomaniense y un paleoambiente de talud.
Calizas arcillosas y lutitas del Turoniense y paleoambiente de cuenca.
Lutitas y calizas del Coniaciense y paleoambiente de cuenca.11?
Sudam�rica
En la zona m�s meridional de Am�rica del Sur, se produjeron grandes eventos
tect�nicos, en parte debido a una compresi�n.12?13?14? Una localizaci�n bien
conocida es la bah�a Thetis, en los Andes argentinos. Aqu� se reconocen tres
formaciones:

Bah�a Thetis: Fangolitas, turbiditas arenosas y conglomerados del Maastrichtiense.


Existen una gran cantidad de ammonites y foramin�feros.
Policarpo: Fangolitas del Maastrichtiense-Daniense.
Tres Amigos: Conglomerados, areniscas y fangolitas del Paleoceno.15?
Paleogeograf�a
Durante el Cret�cico, el nivel de los mares estaba en continuo ascenso. Este
crecimiento llev� al nivel del mar hasta cotas jam�s alcanzadas anteriormente,
incluso zonas anteriormente des�rticas se convirtieron en llanuras inundadas. En su
punto m�ximo, solamente un 18 % de la superficie de la Tierra estaba sobre el nivel
de las aguas (hoy en d�a la superficie emergida es del 29 %).

El supercontinente Pangea se fue dividiendo durante el Mesozoico para dar lugar a


los continentes actuales, aunque con posiciones sustancialmente diferentes. A
principios del Cret�cico exist�an dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana,
separados por el mar de Tetis. A finales del Cret�cico los continentes comienzan a
adquirir formas semejantes a las actuales. La progresiva separaci�n de los
continentes (o de las placas tect�nicas por la deriva continental) fue acompa�ada
por la formaci�n de amplias plataformas y arrecifes.

El sistema de fallas del Jur�sico inferior hab�a separado Europa, �frica y el


continente norteamericano, aunque estas masas permanecieron pr�ximas entre s�.16?
La India y Madagascar se estaban alejando de la costa oriental africana. En la
India se produjo un episodio de vulcanismo masivo entre finales del Cret�cico y
principios del Paleoceno. La Ant�rtida y Australia, todav�a juntas, se alejaron de
Sudam�rica y derivaron hacia el este. Estos movimientos crearon nuevas v�as
marinas, entre ellas los primitivos Atl�ntico septentrional y meridional, as� como
el mar Caribe y el oc�ano �ndico.

Mapa de los canales marinos de Norteam�rica.


Mientras el Atl�ntico se ampliaba, las orogenias que hab�an empezado durante el
Jur�sico continuaron en la cordillera de Norteam�rica, mientras que la Orogenia
Nevada fue seguida por otras orogenias como la Orogenia Laramide. Una importante
masa de agua se extend�a desde las aguas del Polo Norte hasta la pen�nsula de
Yucat�n y M�xico. Otra v�a marina cruz� �frica a trav�s de la regi�n del Sahara
central. El mar de Tetis, que anteriormente limitaba con el sur de Europa, creci�
hasta cubrir las islas brit�nicas, Europa central, el sur de Escandinavia y la
Rusia europea.

El efecto de todo ello fue la divisi�n de la Tierra en doce o m�s masas de tierra
aisladas, lo cual favoreci� el desarrollo de faunas y floras end�micas. Estas
poblaciones producto de su aislamiento en los continentes insulares del Cret�cico
superior, evolucionaron hasta generar gran parte de la actual diversidad de la vida
terrestre actual. En las regiones cret�cicas de latitudes superiores a los 50�
tanto meridionales como septentrionales se originaron enormes yacimientos de
carb�n. En el intervalo comprendido entre hace 120 y 75 millones de a�os, el mar de
Tetis rebosaba de microplancton que se convirti� en petr�leo (m�s de la mitad de
las reservas petrol�feras mundiales conocidas corresponden a yacimientos originados
en Tetis, como el golfo P�rsico, el norte de �frica, el golfo de M�xico y
Venezuela). Tambi�n destac� la fragmentaci�n y destrucci�n de conchas y rocas en la
evoluci�n de la bioerosi�n.

Paleoclimatolog�a

Isotermas en el mapamundi Cret�cico. La temperatura media era de unos 5 �C mayor


que la actual.
Las temperaturas ascendieron hasta alcanzar su m�ximo punto hace unos 100 millones
de a�os, en los cuales no hab�a pr�cticamente hielo en los polos. Los sedimentos
muestran que las temperaturas en la superficie del oc�ano tropical debieron haber
sido entre 9 y 12 �C m�s c�lidas que en la actualidad, mientras que en las
profundidades oce�nicas las temperaturas debieron ser incluso 15 o 20 �C
mayores.17? En realidad el planeta no debi� de ser mucho m�s c�lido que en el
Tri�sico o el Jur�sico, pero el gradiente de temperatura entre los polos y el
ecuador debi� de ser m�s suave; esto produjo que las corrientes de aire del planeta
amainaran, contribuyendo a reducir las corrientes oce�nicas y por tanto a oc�anos
m�s estancados que hoy, evidenciados por extensas deposiciones de pizarra.18?
Despu�s del Cret�cico medio las temperaturas iniciaron un lento descenso que fue
aceler�ndose progresivamente y, en los �ltimos millones de a�os del per�odo, la
media de las temperaturas anuales del oeste norteamericano hab�a disminuido desde
los 20 �C hasta los 10 �C.

Paleozoolog�a
Durante el Cret�cico, varias clases de reptiles llegaron a su apogeo, especialmente
los dinosaurios, que habitaron por aquel entonces todas las regiones del planeta.
Al finalizar el per�odo la mayor�a de la fauna, tanto terrestre como marina, sufri�
la extinci�n masiva del K-T.

Paleozoolog�a marina

Clidastes, un mosas�urido.
Al final del Cret�cico, el plancton oce�nico hab�a evolucionado hasta adquirir un
car�cter completamente moderno. Las diatomeas originadas en el Jur�sico e incluso
mucho antes, experimentaron su gran expansi�n en el Cret�cico medio, junto con
dinoflagelados. Lo mismo ocurre en los mares c�lidos con el nanoplancton calc�reo y
los foramin�feros planct�nicos (globigerinas), que hab�an aparecido en el Jur�sico.
A partir de este momento el nanoplancton ha contribuido en cantidades inmensas a la
formaci�n de los sedimentos calc�reos conocidos con el nombre de creta. Por encima
del lecho nadaban los ammonites, belemnites y peces de varios tipos con una nueva
generaci�n de reptiles acu�ticos. Los ictiosaurios hab�an desaparecido
pr�cticamente a finales del Cret�cico inferior,19? y su lugar fue ocupado por
nuevos tiburones de gran tama�o y por grandes tele�steos como el Xiphactinus, que
med�a entre 2 y 4 metros de longitud. Estos a su vez coexist�an con grandes
tortugas marinas como Archelon, de m�s de 3 metros de longitud y con unas aletas
que, extendidas ambas, superaban la longitud del animal. Eran tambi�n comunes las
rayas. Entre los reptiles, los elasmos�uridos, un grupo de plesiosaurios de cuello
largo, alcanzaban longitudes de hasta 12 metros. Los mosasaurios, que alcanzaban
hasta longitudes de 17 metros, eran considerados los m�s feroces depredadores
marinos en el Cret�cico superior. Se trataba de grandes lagartos (los mayores que
han existido) emparentados con las actuales serpientes (aunque durante mucho tiempo
se los ha relacionado con los varanos). Los mosasaurios pose�an largas mand�bulas
con dientes afilados, juntas a un cuerpo delgado y extenso con extremidades en
forma de paleta. Deb�an alimentarse de peces, aunque se han hallado f�siles de
ammonites con marcas de hileras dentales que encajan exactamente con el modelo de
dentici�n de ciertos mosasaurios.

Jeletzkytes (Ammonoidea)

Belemnitella (Belemnoidea)

Ostras (Bivalvia)

Tusoteuthis (Cephalopoda)

Xiphactinus (Actinopterygii)

Archelon (Testudines)

Mosasaurus (Squamata)

Libonectes (Plesiosauria)

En cuanto al bentos, comenz� a ofrecer un aspecto moderno, y continu� la decadencia


de los braqui�podos. Asteroidea y Hexacorallia siguieron su diversificaci�n y los
foramin�feros bent�nicos ya ten�an una diversidad similar a la actual. Dentro de
Bryozoa se produce una gran expansi�n de los queilostomados incrustantes, con m�s
de 100 g�neros. Los neogaster�podos se difundieron con rapidez, y casi todos sus
miembros estaban dotados de nuevas capacidades predatorias (la de perforar conchas
y succionar la carne contenida en ellas, la de emponzo�ar a sus v�ctimas, o
tragarse enteros a peces peque�os). Otros predadores eran los crust�ceos,
representados en el Jur�sico por criaturas semejantes a la langosta y que en el
Cret�cico est�n constituidos por verdaderos cangrejos y langostas (abr�an las
conchas forz�ndolas con sus pinzas, como los actuales). Los bivalvos se enterraban
cada vez m�s profundamente en el sedimento para escapar de predadores, o bien
desarrollaron conchas muy macizas o espinas para disuadirlos. Un grupo de bivalvos,
los inocer�midos, pose�a conchas de casi 1,8 metros de longitud. Durante un tiempo,
la capacidad de los corales para construir arrecifes fue pr�cticamente igualada por
los rudistas (bivalvos ostreidos con conchas c�nicas de hasta 1 m de altura). Se
fijaban a una superficie dura del fondo aglutin�ndose entre ellos y llegando a
formar inmensos arrecifes en todos los mares del mundo. Con toda probabilidad estas
densas construcciones les proteg�an de ser devorados.

Paleozoolog�a a�rea
Los pterosaurios cret�cicos desarrollaron gran variedad de formas que siguieron
unas determinadas tendencias.

Tama�o en aumento a lo largo del Cret�cico.


P�rdida progresiva de los dientes.
Ahuecamiento de los huesos de las partes no sometidas a los principales esfuerzos.
Destaca especialmente Pteranodon. Las aves f�siles en el Cret�cico son raras,
excepci�n hecha de descubrimientos aislados procedentes del Cret�cico inferior de
un p�jaro chino descrito en 1992, y de los espa�oles (1988-1992) Iberomesornis20? y
Concornis del Cret�cico inferior de Cuenca.

Ornithocheirus (Pterosauria)

Pteranodon (Pterosauria)

Ichthyornis (Aves)

Iberomesornis (Aves)

Los mam�feros todav�a eran un componente peque�o y relativamente menor de la fauna.


Por supuesto, los reptiles arcosaurios, sobre todo los dinosaurios tuvieron un
lugar muy importante en el Cret�cico. De hecho, fue el periodo en el que mayor auge
y desarrollo alcanzaron. Los principales yacimientos de dinosaurios se encuentran
en las Facies Wealden (Cret�cico inferior) y en la formaci�n Nemegt del Cret�cico
Superior en Mongolia, en la hom�nima cuenca de Nemegt, en el desierto del Gobi. El
Wealden incluye amplias extensiones de sedimentos continentales y lacustres que se
extienden por el sureste de Inglaterra y de la isla de Wight aunque tambi�n est�
ampliamente representado en el norte de Espa�a. En el plano ambiental era una
regi�n dominada por helechos, atravesada por cursos de agua en cuyas riberas
crec�an c�cadas y que desembocaban en pantanos y lagunas. Los dinosaurios
dominantes en la zona eran los ornit�podos, un grupo surgido a finales del
Jur�sico. Tambi�n habr�a saur�podos, aunque m�s escasos. En la pen�nsula ib�rica
son abundantes los yacimientos de icnitas siendo mucho menos importantes los restos
de dinosaurios aunque recientemente est�n apareciendo numerosos restos (Teruel,
Valencia, La Rioja). En La Rioja aparece uno de los mayores yacimientos del mundo
de huellas tanto de ter�podos carn�voros como ornit�podos herb�voros.

Los dinosaurios del Cret�cico


Durante esta �poca los dinosaurios alcanzaron una gran radiaci�n adaptativa. Es por
ello que exist�an una gran cantidad de especies con modos de vida y morfolog�as muy
dispares.

Ornit�podos: La gran difusi�n de los ornit�podos a lo largo del Cret�cico, as� como
su diversidad entre las distintas faunas aut�ctonas, constituyen indicios del �xito
que alcanzaron. En el Cret�cico inferior nos encontramos con Iguanodon e
Hypsilophodon. Iguanodon era el m�s com�n de los grandes ornit�podos. Era un b�pedo
(aunque ha existido cierta controversia hist�rica a este respecto) de 10 metros de
longitud, con el cr�neo similar al de un caballo, con largas mand�bulas y ojos en
posici�n muy posterior. Sus mand�bulas estaban armadas con seres de dientes
reemplazables, lo cual manten�a joven su dentici�n trituradora. La zona anterior de
la boca estaba desprovista de dientes y presentaba una estructura �sea, instrumento
de precisi�n para cortar hojas y otra vegetaci�n. El verdadero progreso radicaba en
su capacidad de masticar. En general caminaba sobre dos patas, lo que le permit�a
alcanzar las capas altas de los �rboles, pero tambi�n pod�a desplazarse sobre
cuatro patas, a juzgar por la morfolog�a de sus manos (las garras son en realidad
peque�as pezu�as). La u�a del pulgar, en cambio, es una larga y afilada p�a,21? tan
distinta de las dem�s que cuando fue hallada, en el siglo pasado, se identific�
como un cuerno nasal. Quiz� se trataba de un arma de utilidad contra los
depredadores. Hypsilophodon es el segundo dinosaurio m�s frecuente del Wealden. Era
un peque�o animal (de 3 a 5 metros de longitud) con piernas dise�adas para correr
velozmente y una r�gida cola, que le equilibraba durante la carrera.

Hypsilophodon

Maiasaura

Los hadrosaurios eran grandes, de 10 a 15 metros de longitud, y todos pose�an


cuerpos que b�sicamente se ajustaban al modelo de los iguanod�ntidos. La parte
anterior del hocico es aplanada, con la t�pica forma de pico de pato, y los dientes
est�n dispuestos en m�ltiples hileras, alcanzando a menudo los 500 dientes por
segmento mandibular. Muchos hadrosaurios presentaban proyecciones de los huesos
nasales y premaxilares del cr�neo que, dirigidas hacia atr�s, se traduc�an en una
amplia variedad de crestas (algunas en forma de placa, otras de tubo, otras de
p�a). En los hadrosaurios, el aire de los conductos nasales y premaxilares
discurr�a por el interior de la cresta, que a menudo sufr�a torsiones o giros. La
funci�n de estas crestas era proporcionar indicaciones tanto visuales como sonoras.
Destacaron Maiasaura y Parasaurolophus.
Los cerat�psidos vivieron en Norteam�rica y Asia, y ten�an una cabeza grande y
picuda, que vista desde arriba ten�a forma triangular, presentaban un n�mero
variable de cuernos y un escudo �seo que proteg�a la regi�n de los hombros y que
tambi�n constitu�a el plano de inserci�n de la poderosa musculatura mandibular. Los
mayores cerat�psidos alcanzaron los 9 metros de longitud, con cuernos de casi 1
metros y pesos de hasta 6 toneladas como Triceratops, hallado en el oeste de
Norteam�rica. Tambi�n destac� Protoceratops.
Los paquicefalosaurios eran otro grupo de ornit�podos b�pedos con gruesos cr�neos.
Est�n muy extendidos en el Cret�cico superior de Norteam�rica y Asia. Stegoceras
s�lo med�a 2 metros de longitud, aunque su b�veda craneana era excepcionalmente
gruesa (25 cent�metros, casi la mitad de la longitud del cr�neo). Se ha sugerido
que los paquicefalosaurios luchaban entre s� por el apareamiento de una forma
parecida a la de los carneros y otros herb�voros semejantes. Tambi�n destac�
Pachycephalosaurus.

Protoceratops

Triceratops

Pachycephalosaurus

En el Cret�cico tard�o se diversificaron los anquilosaurios, que hab�an aparecido


en el Jur�sico. Estaban estrechamente relacionados con los estegosaurios, y eran
con frecuencia animales de gran tama�o, de hasta 10 metros de longitud y 6
toneladas de peso. Se especializaron en el blindaje, con presencia de placas �deas
bajo la piel del dorso, cuello, cola y flancos, as� como de refuerzos �seos en el
cr�neo, e incluso de �postigos� �seos por encima de los ojos. Pose�an peque�os
cuernos �seos en la cabeza y variadas pautas de espinas, tambi�n �seas, dispuestas
sobre el dorso. Los anquilosaurios m�s tard�os tambi�n pose�an una masa de hueso
fusionado en el extremo de la cola que deb�a ejercer la funci�n de una pesada maza
oscilante, que pod�a golpear las piernas de un atacante mientras el animal se
manten�a pegado al suelo.
Ter�podos: Entre los ter�podos carn�voros podr�amos incluir diversas formas. En
1983, el descubrimiento de Baryonyx llev� al reconocimiento de un nuevo grupo de
carn�voros en este animal, conocido por un solo esqueleto. El rasgo m�s destacado
es su inmensa garra en forma de hoz. La garra de Baryonyx med�a 30 cent�metros, m�s
que considerable para un animal de 9 metros. Curiosamente, a�n no est� claro si la
garra estaba unida a la mano o al pie. En la regi�n de su caja tor�cica, fueron
halladas escamas de pez, de lo que se deduce que era pisc�voro. El desarrollo de
garras curvas, especialmente dise�adas para destripar a las presas, parece haberse
dado de forma independiente en un cierto n�mero de ter�podos. Tyrannosaurus rex
(Norteam�rica) y el mongol Tarbosaurus, muy semejante al anterior, eran
probablemente los m�ximos depredadores.22? Tyrannosaurus fue el mayor carn�voro
terrestre de su tiempo, solo ligeramente superado por Giganotosaurus y Spinosaurus.
El tiranosaurio alcanzaba una longitud de trece metros, una altura de 4,8 metros y
un peso de 5 toneladas. En sus mand�bulas se alineaban dientes de 15 cent�metros de
longitud. Las patas traseras de Tyrannosaurus eran muy fuertes y macizas, con tres
dedos en cada pie. Sus brazos, en cambio, parecen casi rid�culos: extremadamente
delgados y tan cortos que no llegaban a la boca, y con solo dos dedos. La s�lida
cabeza no presenta el sistema de ahorro de peso observado en otros carn�voros, y
parece estar dise�ada para golpear. Un depredador tan grande no pod�a correr
velozmente durante mucho tiempo. Seguramente se alimentaba de grandes herb�voros a
los que tend�a emboscadas, o bien de animales ya debilitados o muertos.

Baryonyx

Tyrannosaurus

Tarbosaurus

Carnotaurus

Spinosaurus

Velociraptor

Deinonychus

Oviraptor

Otros grandes carn�voros fueron Carnotaurus y Spinosaurus. Tambi�n existieron


ter�podos depredadores de menor talla (Velociraptor, Deinonychus, Oviraptor,
Gallimimus, Avimimus). Al parecer, todos los dinosaurios del clado Maniraptora y
quiz�s alg�n otro grupo de Theropoda ten�an plumas o protoplumas. Las aves fueron
los �nicos dinosaurios que sobrevivieron al final del Cret�cico.
Paleobot�nica
Pocos cambios han afectado de forma tan profunda al paisaje y a la ecolog�a de la
Tierra como la llegada de las angiospermas. Sin embargo, durante el Cret�cico
inferior, las gimnospermas segu�an dominando. El �nico grupo que segu�a prosperando
era el de las con�feras. Las c�cadas y los ginkgos estaban ya en decadencia y las
bennettitales afrontaban su inminente extinci�n. Las angiospermas aparecieron en
alg�n momento del Cret�cico inferior, iniciando una progresiva difusi�n y
diversificaci�n que las ha conducido hasta sus actuales 250 000 especies, en
contraste con las 550 especies de con�feras existentes. A diferencia de las
gimnospermas, portadoras de semillas desnudas, las angiospermas encierran sus
semillas en el interior de un ovario, que las protege de las infecciones f�ngicas,
de la desecaci�n y del ataque de los insectos. Los f�siles de angiospermas m�s
antiguos datan del Cret�cico inferior, hace unos 130-120 millones de a�os:
Consisten en granos de polen llamados Clavatipollenites, procedentes de Wealden, al
sureste de Inglaterra. El polen y las hojas se hicieron m�s frecuentes hace unos
120-100 millones de a�os. En el este de Norteam�rica, Rusia e Israel, han sido
extra�das varias flores y frutos de angiospermas primitivas muy bien conservadas,
relacionadas aparentemente con las modernas magnolias y sicomoros.

Gr�fico que correlaciona el aumento de helechos polipodiales con el auge de las


angiospermas.
Durante el Cret�cico superior (en el Campaniense) hab�an hecho su aparici�n unas 50
de las familias modernas (de un total de 500), entre las cuales se contaban las
hayas, higueras, abedules, acebos, magnolias, robles, palmeras, sicomoros, nogales
y sauces. El polen y las hojas son los f�siles m�s comunes. Los niveles de polen
angiosp�rmico aumentaron desde el 1 % del contenido total de polen hasta 40 % tan
solo en 20 millones de a�os, lo que demuestra el desenfrenado crecimiento de las
plantas con flores. Las hojas inicialmente eran peque�as de nervadura irregular y
bordes lisos y sencillos. En el Cret�cico superior eran m�s grandes y con el margen
serrado o lobulado, y las nervaduras presentaban patrones mucho m�s regulares. Los
primeros h�bitats de las angiospermas parecen haber sido �reas fuertemente
perturbadas por corrientes o inundaciones. Los matorrales, malas hierbas con r�pido
crecimiento y peque�os arbustos, pudieron dominar estos medios, si eran capaces de
producir semillas con rapidez. Las con�feras tienen el grave problema de que,
despu�s de la fertilizaci�n, tienen que esperar el paso del invierno antes de
liberar sus semillas por lo que necesitan dos a�os para germinar. Tal vez el paso
de dinosaurios migratorios, con el consiguiente pisoteo y fertilizaci�n a que se
somet�an al suelo, favoreciera el desarrollo oportunista de hierbas y matorrales.

Interacci�n dinosaurio-planta
Las plantas jur�sicas hab�an desarrollado sistemas de defensa contra los
dinosaurios ramoneadores que devoraban la vegetaci�n de las capas altas (saur�podos
y estegosaurios). Las gimnospermas desarrollaron espinas, venenos o sabores
desagradables para protegerse de la destrucci�n de sus capas altas por la
abundancia de ramoneadores, aunque sus v�stagos, a ras del suelo, no necesitaban
tal protecci�n. La extinci�n de los ramoneadores de capas altas y la aparici�n de
eficientes especies devoradores de plantas bajas, propici� la evoluci�n de plantas
capaces de crecer y generar semillas con rapidez para perpetuar sus especies. Las
angiospermas ten�an esta capacidad y las gimnospermas no; por tanto, los nuevos
dinosaurios pacedores hab�an provocado la aparici�n de las angiospermas. Otros
expertos contemplan este proceso justo a la inversa, es decir, fue la difusi�n de
las angiospermas la que habr�a favorecido la aparici�n de herb�voros pacedores
especialistas de capas bajas a expensas de los ramoneadores de capas altas. Todav�a
no se ha aclarado cu�l de las dos teor�as se aproxima m�s a la verdad.

Polinizaci�n

Melittosphex burmensis, la abeja f�sil m�s antigua, en �mbar birm�nico del


Cret�cico.
Las plantas con flores no aparecen hasta el Cret�cico, y las primeras no ten�an
p�talos. Su desarrollo seguramente fue posible por su asociaci�n con los insectos.
Se puede decir que insectos y plantas coevolucionaron. Es probable que los
escarabajos polinizaran algunos vegetales considerados pr�ximos al ancestro de las
angiospermas, como las bennettitales, cuyos �rganos reproductores, semejantes a una
flor, pod�an atraer a los polinizadores mediante perfumes o p�lidos colores,
�entrenando� as� a ciertos insectos en la respuesta a este tipo de se�uelos. Otros
insectos polinizadores del Jur�sico y Cret�cico temprano pudieron pertenecer a los
d�pteros, himen�pteros o ser incluso peque�as mariposas nocturnas. Algunos de los
insectos mejor conocidos del Cret�cico inferior provienen del Wealden del sureste
de Inglaterra e incluyen lib�lulas, cucarachas, grillos, chinches, escarabajos,
moscas, avispas y termitas entre otros. Algunos himen�pteros tienen granos de polen
en su interior, lo que prueba que aquel formaba parte de su dieta y los pelos
especializados de las patas de las avispas esf�cidas, surgidas en el Cret�cico
inferior, demuestran actividad polinizadora. Tambi�n se han encontrado insectos
excepcionalmente conservados en el Cret�cico inferior de Baissa (Siberia).

La primera abeja cret�cica no fue descubierta hasta 2006 por George Poinar, hijo,
en �mbar procedente de Birmania. Se trata de Melittosphex burmensis. Presenta una
combinaci�n de caracteres de abeja y de avispa.

El �mbar procedente de Nueva Jersey es uno de los yacimientos m�s importantes


pertenece al Cret�cico inferior de �lava y ha proporcionado desde 1996 m�s de 1500
f�siles de artr�podos fundamentalmente insectos (55 % d�pteros, 24 % himen�pteros
que incluyen la abeja Cretotrigona prisca). Las primeras angiospermas seguramente
eran polinizadas por diversos insectos. Las relaciones m�s selectivas se
desarrollaron posiblemente a partir del Cret�cico superior con la aparici�n de las
avispas vespoideas, actualmente polinizadoras de peque�as flores de simetr�a
radial. Al final del Cret�cico y durante el Terciario, las flores fueron
adapt�ndose m�s y m�s a un solo tipo de insecto polinizador, abejas incluidas. La
aparici�n de termitas en el Cret�cico inferior y la de abejas y hormigas en el
superior, indica avances cruciales en la conducta social de los insectos. El origen
de estos insectos sociales, de gran �xito en la actualidad, podr�a estar
relacionado con la radiaci�n de las angiospermas.

Extinci�n en masa
Art�culo principal: Extinci�n masiva del Cret�cico-Terciario

L�mite K-T (Cret�cico-Terciario) en Colorado.


A este acontecimiento del final de Cret�cico se le conoce como episodio K-T (o
K/T), del alem�n Kreide/Terti�r para Cret�cico/Terciario, o K-Pg (de Cret�cico-
Pale�geno, una vez que el Terciario ha sido descartado formalmente por la Comisi�n
Internacional de Estratigraf�a). La extinci�n masiva de finales del per�odo
Cret�cico extermin� a los dinosaurios, pterosaurios, reptiles nadadores,
plesiosaurios y mosasaurios, Ammonoidea, rudistas e inocer�midos. El nannoplancton
calc�reo y los foramin�feros planct�nicos experimentaron p�rdidas importantes pero
se recuperaron durante la Era Cenozoica. Sin embargo, no fue mayor que otras
extinciones masivas e incluso fue mucho menos catastr�fica que la extinci�n del
P�rmico tard�o. Algunos de los grupos que se extinguen muestran claras pautas de
reducci�n progresiva de la diversidad durante los �ltimos 10 millones de a�os del
Cret�cico, mientras que otros parecen desvanecerse completamente justo en el
momento de la transici�n. Tambi�n hay otros grupos, como los ictiosaurios,
supuestamente extinguidos en el l�mite K-T, pero que realmente hab�an partido mucho
antes. Entre los supervivientes se hallan la mayor parte de plantas y animales
terrestres (insectos, caracoles, ranas, salamandras, tortugas, lagartos,
serpientes, cocodrilos y mam�feros placentarios) y la mayor�a de invertebrados
marinos (estrellas de mar y Echinoidea, moluscos, artr�podos) y de peces. Durante
el Albiense se produjo una intensa extinci�n de insectos.
Representaci�n art�stica del impacto meteor�tico en el l�mite K/T.
Entre las causas se encuentran:

Hip�tesis clim�ticas: Solo resultaron afectadas las faunas tropicales, con


extinci�n de los rudistas y otros pobladores del mar de Tetis, mientras que las
faunas de latitudes elevadas permanecieron intactas. Una posible causa del
enfriamiento la hallamos en los movimientos tect�nicos que estaban separando
Australia de la Ant�rtida. Las fr�as corrientes profundas del oc�ano meridional
habr�an sido encauzadas hacia las aguas ecuatoriales, m�s c�lidas, del mar de
Tetis. Las aguas m�s fr�as, combinadas con el descenso del nivel del mar, habr�an
afectado las temperaturas ecuatoriales, y desprovisto al clima de la influencia
moderadora de los mares c�lidos. Los cambios clim�ticos resultantes de ello
generar�an condiciones globales m�s fr�as, y climas muy extremos en los interiores
continentales.

Topograf�a de sat�lite (los colores corresponden a la altura) de la pen�nsula de


Yucat�n, en la que se muestra el cr�ter de Chicxulub del impacto meteor�tico.
Hip�tesis extraterrestres: Las hip�tesis m�s extra�as provienen de este grupo. Si
bien son muy numerosas, destaca sobremanera una posible disminuci�n de la radiaci�n
solar que afect� toda la cadena tr�fica. Otra de estas teor�as argumenta que una
supernova relativamente cercana pudo aumentar el nivel de radiaci�n en la Tierra y
afectar a todos los organismos terrestres y acu�ticos de la zona f�tica.
Impacto meteor�tico: Luis �lvarez y Walter �lvarez, a partir de una capa de iridio
(formada por el impacto de un meteorito), esferulitos v�treos y cuarzos
fracturados, postularon que apareci� una nube de polvo oscureciendo el globo.23?
Posteriormente se repitieron fen�menos de lluvia �cida, y desapareci� el
fitoplancton. Las cr�ticas que se hacen a esta teor�a es que las desapariciones no
fueron s�bitas. Muchas especies atravesaron el l�mite sin p�rdidas. El fitoplancton
calc�reo desaparece cerca de la capa de iridio, a unos 10 000 a�os. Ammonoidea
desaparece gradualmente de 10 a ninguno en 2 millones de a�os. Unos 12 millones de
a�os por debajo de la capa de iridio est� el �ltimo. Los inocer�midos desaparecen
60 000 a�os antes de la capa de iridio.
El balance sobre la extinci�n K-T indica de momento un empate entre el modelo
catastr�fico basado en un impacto y el modelo de enfriamiento global progresivo.
Existen pruebas de ambos y ambos pueden tener importancia. Un tercer conjunto de
causas reside en el interior de las plantas y animales mesozoicos: no se sabe
cu�les fueron los rasgos biol�gicos que determinaron la muerte de unos y la
supervivencia de otros. Todas estas l�neas de investigaci�n y otras convergen en el
episodio K-T y forman un gran debate.

V�ase tambi�n
Era Mesozoica
Geolog�a hist�rica
Extinci�n de los dinosaurios
Notas y referencias
Los colores corresponden a los c�digos RGB aprobados por la Comisi�n Internacional
de Estratigraf�a. Disponible en el sitio de la International Commision on
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Enlaces externos
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Wikcionario tiene definiciones y otra informaci�n sobre Cret�cico.
Cret�cico La deriva continental (Proyecto Celestia)
http://www.duiops.net/dinos/cretacico.html
UCMP Berkeley Cretaceous page
https://web.archive.org/web/20030919005846/http://homepage.mac.com/uriarte/
cretacico.html
https://www.webcitation.org/query?id=1256591525442145&url=www.geocities.com/
jmb_2.geo/cretaci_e.html
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