Cálculo de La Capacidad de Carga de Un Cable

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Cálculo de la capacidad de carga de un cable

El problema fundamental del estudio de los cables de energía es la determinación


de la potencia que un cable, o un grupo de cables, puede transportar en servicio
permanente en determinadas condiciones de instalación:
La publicación IEC 287 facilita los elementos necesarios para efectuar estos
cálculos; no obstante, por su nivel de complejidad, vamos a simplificarlos
agrupándolos en tres factores fundamentales:

1) La temperatura máxima que pueden soportar las distintas partes de un cable con
un razonable coeficiente de seguridad que garantice una vida útil industrialmente
aceptable.

2) Las posibilidades de disipación de¡ calor generado por las pérdidas que se
producen en un cable en servicio.

3) Las condiciones ambientales y de instalación del cable.

La corriente transportada por un cable eleva su temperatura, a causa de las


pérdidas producidas por efecto Joule y otras, hasta que se establece el equilibrio
cuando el calor generado iguala al que se disipa a través de los aislamientos,
protecciones, cubiertas, tierra (en el caso de los cables enterrados) o aire (en los
cables en aire) hacia el exterior o medio ambiente.

Vías para la evacuación del calor generado por el cable


 
Si se trata de un cable multipolar, con varios conductores activos que se
encuentran a la misma temperatura, el calor (h1, h2, h3) generado en los
conductores, fluye desde aquellos por tres caminos paralelos, o resistencias
térmicas (g1, g2, g3) constituidas por los respectivos aislamientos, hasta la
protección metálica, o pantallas, que están en contacto entre sí. Después, a través
de la resistencia térmica (ga') de las vainas o revestimientos que soportan la
eventual armadura, de la resistencia (ga") de la cubierta exterior no metálica y
finalmente (ge) la del terreno o la del aire. En el caso de cables en aire, el calor se

evacua a través de dos vías: por conducción y por convección.

Esquema de evacuación del calor

El flujo de calor se debe a la diferencia de temperatura entre el conductor y el medio que le


rodea y está regido por una ley similar a la que se utiliza en electricidad para evaluar las
corrientes producidas por una diferencia de potencial aplicada a una resistencia.
Para cualquier conductor eléctrico de sección A y de longitud L, al que se aplica una
diferencia de potencial DV se cumple, de acuerdo a la Ley de ohm, que:

I =V/Re =V.A/g.I (en A)

En un circuito térmico, en el que debido a una diferencia de temperatura D q fluye calor


desde un punto más caliente a otro más frío, análogamente, se cumple:

I = Gt .A/gt.L (en A)


Donde A y L tienen el mismo significado que en el caso eléctrico y gt es la resistividad
térmica.
Esta relación se conoce como la "Ley de Ohm térmica" para la transmisión del calor.
La resistividad térmica de un cuerpo es una propiedad intrínseca del mismo, y se puede
definir como: "el valor de la diferencia de temperatura, en grados centígrados, entre las dos
caras opuestas de un cubo de un centímetro de lado que permite el paso de un watt de
calor", se mide en (°C.cm / W). La resistencia térmica se mide en ohm térmicos (Wt).

Con estos principios, los problemas de fluencia de calor pueden convertirse, en general, en
problemas de electricidad de corriente continua, considerando análogos los siguientes
términos:

Circuito térmico Circuito eléctrico


Flujo de calor (watt) Corriente eléctrica (amper)
Salto térmico (°C) Caída de tensión (volt)
Resistividad térmica Resistividad eléctrica (°C.cm /
(°C.cm / W) W)
Resistencia térmica (WT) Resistencia eléctrica (W)
Líneas isotermas Líneas equipotenciales
Líneas de flujo de calor Líneas de flujo de corriente

Se encara el problema del diseño térmico de un cable igualando el calor generado por las
pérdidas del cable con el disipado a través de las resistencias térmicas a causa de la
diferencia de temperatura entre los conductores y el medio ambiente.
Suponiendo que el calor viene generado exclusivamente por las pérdidas debidas al efecto
Joule en los conductores, resulta:

H= n.Rt. i2 (en W)

donde Rt es la resistencia de cada conductor a la temperatura de servicio y n el número de


conductores activos.
Por otro lado, el calor disipado a consecuencia de¡ salto térmico, DQ, existente entre los
conductores y el medio ambiente será, como se ha indicado

H = DQ / Gt (en W)

En esta última ecuación, el máximo salto térmico aceptable está limitado por las
características de los materiales constitutivos del cable que fijan la temperatura máxima en
el conductor en servicio permanente y la temperatura ambiente, del terreno o del aire
circundante que, por lo general, suele tomarse de 25°C ó de 40°C, respectivamente.
Igualando el calor generado con el disipado:

n.Rt.i2 = DQ / Gt , se deduce:

I= (DQ /( n.Rt.Gt))-2

Siendo I la intensidad admisible en Ampere.


El problema de la determinación de la temperatura del aislamiento y cubiertas en los
distintos puntos del cable se convierte así en el de calcular la resistencia térmica total (Gt)
del camino recorrido por el flujo de calor, que se obtiene calculando previamente el valor de
cada una de sus componentes: g1, g2, g3, ga', ga", ge.
En la figura se pone de manifiesto que la resistencia térmica total (Gt), está formada por un
conjunto de resistencias térmicas parciales, unas en serie y otras en paralelo.
El cálculo de cada resistencia parcial obliga a considerar dos factores: la resistividad térmica
del material y un factor de forma, al que se denomina F.G. (factor geométrico).

Las resistividades térmicas de algunos aislamientos, cubiertas y materiales para


canalizaciones son las siguientes (las resistividades térmicas de los elementos metálicos tales
como tubos de plomo, pantallas o armaduras metálicas se consideran despreciables a los
efectos prácticos):

Material gt = °C.cm/W
A) Aislante
Polietileno reticulado 350
(XLPE) 500
Cloruro de vinilo (PVC) 500
Etileno propileno (EPR) 600
Papel impregnado (P) 500
Aceite fluido (OF)
B) Cubiertas 550
Neopreno (PCP) 500
Cloruro de polivinilo (PVC) 350
Polietileno termoplástico 600
(PE)
Materiales fibrosos 100
C) Materiales para 480
conductos 200
Cemento 120
Fibra 600
Amianto 350
Tierra de relleno
Cloruro de vinilo
Polietileno termoplástico

Las dimensiones y formación del cable influyen decisivamente en el valor de su resistencia


térmica y ésta puede calcularse fácilmente en el caso de los cables unipolares en los que el
calor fluye radialmente desde el núcleo. Sin embargo, en el caso de los cables
multiconductores, el problema se complica debido a la distorsión de las líneas de fluencia del
calor. Este problema se ha resuelto haciendo uso de los denominados "factores geométricos"
(F G.).
Estos F G. se determinan midiendo la resistencia eléctrica de modelos geométricamente
semejantes al corte del cable constituidos por electrodos sumergidos en electrolitos. Los
modelos se construyen de tal manera que el electrolito tiene el espacio comprendido entre
los conductores paralelos cilíndricos y una envoltura de metal, también cilíndrica, de tal
manera que se puedan efectuar fácilmente las medidas pertinentes.
En el caso de un cable unipolar apantallado, la resistencia térmica del aislamiento viene dada
por la fórmula:

g1=gt/2.ln[1+2t1/dc]

Donde:gt es la resistividad térmica del aislamiento.


dc es el diámetro del conductor en mm y
tl es el espesor del aislamiento entre conductor y pantalla.

En el caso de cables multiconductores, como se ha indicado anteriormente, es


necesario hacer uso del "factor geométrico" FG, siendo la resistencia térmica del
aislamiento

g1=gt/2.FG

donde el valor de FG se obtiene de gráficos variables según el tipo de cable.

Para tensiones iguales o superiores a 2,3 / 3,3 kV en cables aislados en XLPE y


5,2/6,6 kV en cables aislados en EPR, se hace necesario apantallar cada fase
individualmente, entonces el apantallado individual de las almas reduce la
resistencia interior de¡ dielectrico, pues proporciona caminos adicionales, de
elevada conductividad térmica para la disipación del calor, en paralelo con las
sendas habituales a través del dieléctrico.
En este caso, los cables de este tipo pueden ser considerados como cables para los
cuales tl / t = 0,5, siendo t el espesor de aislamiento entre conductores, e
introducir un factor K, denominado "factor de apantallamiento" que se ha obtenido
con auxilio del método electrolítico citado anteriormente. Se tiene, pues:

g1=K.(gt/2).FG

Por lo que respecta a la resistencia térmica de los asientos de las armaduras (ga'),
su valor viene dado por la expresión:

g1=gt.ln.[1+(2t2/ds)]/2

Donde:
t2 es el espesor del asiento de armadura
Ds es el diámetro exterior de la envolvente
gt es la resistividad térmica del material de asiento de armadura.

Finalmente, la resistencia térmica del revestimiento o cubierta exterior del cable se


calcula:

ga"=gt.ln[1+(2t3/D'a)]/2

Donde:
t3 es el espesor de la cubierta
D' a es el diámetro exterior de la armadura.
gt es la resistividad térmica del material de la cubierta.

En los cables no armados, D'a es el diámetro exterior del componente situado


inmediatamente debajo de la cubierta, por ejemplo, otra cubierta, una pantalla u
otro revestimiento.
Como el cable considerado está instalado en un medio determinado, el calor
generado ha de pasar del cable a ese medio con una cadencia definida por la
resistencia térmica exterior (ge). Se pueden considerar dos formas genéricas de
instalación:

a) Cables instalados al aire libre.

b) Cables enterrados.

a) En el primer caso se debe considerar si el cable está protegido de la radiación


solar directa o no. El tema se complica porque para el cálculo de la resistencia
térmica exterior hay que tener en cuenta un coeficiente de disipación de calor, para
cuya determinación se tienen en cuenta unos coeficientes empíricos que consideran
la forma de colocación de los cables: un sólo cable, varios cables en contacto, en
trébol, dispuestos vertical u horizontalmente, etc. Además hay que tener en cuenta
que la superficie exterior del cable está a mayor temperatura que el ambiente,
siendo:

ge=1 / [.De.h.(s)-4]

Donde: De es el diámetro exterior del cable (en m)


h es el coeficiente de disipación de¡ calor cuyo valor varia entre 3 y 4 para un cable
de color negro, según su forma de instalación.
(s) es el calentamiento de la superficie del cable con respecto a la temperatura
ambiente.
En consecuencia, la sencilla e intuitiva fórmula dada anteriormente para determinar
la intensidad admisible en un cable se complica, convirtiéndose en:

-2
I=[[-Wd[[0,5.g1 + n.(Ga'+ga"+ge)] -.De.H.ge]] /(R.g1 +n.R (1 + 1.ga' +
n.R.(1 + 2).(ga" + ge))

Una primera simplificación de esta expresión se consigue considerando nulas las


pérdidas en el dieléctrico (Wd), lo que es una suposición aceptable en los cables de
tensión inferior a 12/20 kV, y considerar nulas, también, a 1 y 2 que representan
la relación existente entre las pérdidas totales en pantallas y armaduras respecto a
las pérdidas totales en los conductores.
Así, la expresión anterior queda simplificada como sigue:

I=[(-.De.H.ge)/( R.g1 + n.Rc (ga" + ge)) ]-2

Donde:
 es el salto térmico entre conductor y medio ambiente
 es el coeficiente de absorción de los rayos solares.
De es el diámetro exterior de¡ cable (en m)
H es la intensidad de los rayos solares (103 W / m2)
g1 es la resistencia térmica del aislamiento
ga' es la resistencia térmica del asiento de la armadura
ga" es la resistencia térmica de la cubierta exterior
ge es la resistencia térmica exterior (en m . °C / W)

b) En el caso de cables enterrados, hay que considerar si hay uno o varios, la


profundidad a que se encuentran, la distancia que separa a unos de otros, etc.
En el supuesto más sencillo, el de un sólo cable enterrado, la expresión que permite
obtener la resistencia térmica del terreno es la siguiente:

ge= (Gt.ln[u + ((u)2-1)-2])/ 2

Donde:
Gt es la resistividad térmica del suelo
u = 2L/De
L la profundidad a que está enterrado el cable
De el diámetro exterior del cable
Cuando u es superior a 10 una buena aproximación se obtiene con la fórmula:

ge= Gt.ln(2u)/ 2

Si se trata de grupos de cables enterrados hay que determinar la elevación de


temperatura que, en la superficie de cada cable, ocasiona el calor generado por los
restantes y restar esta del salto térmico previsto. Sólo la enunciación del problema
muestra las dificultades prácticas del método, pues podemos encontrarnos con
cables desigualmente cargados,. situados en posiciones diversas y a distancias
distintas, etc. Por estas razones, los Reglamentos, Normas técnicas y Catálogos
facilitan tablas de carga y coeficientes de corrección que permiten evaluar con
suficiente precisión la intensidad admisible en un cable en unas condiciones de
instalación determinadas.

Cuando los cables se instalan al aire libre, la resistencia térmica exterior se ve


notablemente afectada por el color de la cubierta exterior de¡ cable que influye en
el poder emisor de calor del cable.
Observaciones efectuadas en laboratorio han permitido llegar a la conclusión de que
la disipación térmica total (H) por centímetro de longitud de la superficie total de un
cable al aire viene dada por la expresión:

5/4
H=.d'.h.s [en watt]

Donde:
d' es el diámetro exterior del cable en cm.
H es una constante que incluye las pérdidas de calor por conducción, convección y
radiación en W. cm2. °C.
s el salto térmico entre la temperatura superficial del cable y la del ambiente que
se considera de 40 °C.

Cuando los cables han de instalarse en el interior de edificios debe tenerse en


cuenta los Reglamentos Técnicos de carácter oficial.

Para un incremento dado de temperatura (s), el valor de H varía con el diámetro


del cable, con la posición y situación de otros cables adyacentes, con la distancia
del cable que nos ocupa la pared o techo, etc. Se alcanza el equilibrio cuando el
calor disipado (H) multiplicado por la resistencia térmica exterior para cables al aire
(Ga) es igual al salto térmico entre la temperatura ambiente y la superficie del
cable, luego:

-4
Ga = s/ H = s/.d'.h.(s)5/4 = 1/.d'.h.(s)

Los cables terminados en plomo, o los


armados con alambres desnudos,
presentan una baja emisividad cuando
están nuevos, pero con el transcurso
de¡ tiempo, a medida que se oxidan o se
ensucian aumentan su emisividad.
Por lo tanto, para nuestro propósito, es
bastante exacto tomar como valor de la
emisividad de los cables usados la del
Coeficiente cuerpo negro.
Curva para determinar la resistencia térmica del aire La figura siguiente permite calcular la
resistencia térmica del aire multiplicando
el valor dado en la curva 1/(.d'.h) ,
por el inverso de la raíz cuarta del salto
térmico:

-4
Ga = 1/.d'.h = (s)
N de la R.: Acá termina la nota que nos envió José, la cual es teórica y nos permite
tener idea de lo interviniente para dimensionar un cable.
Para aquellos que no lo saben, existen programas que nos permiten calcular con
total exactitud todo tipo de cable y en cualquier condición (aire, enterrado,
bandeja, cañería, juntos, separados, tetrapolar, unipolar, etc.) sin tener que caer
en todas las consideraciones de la  nota, la cual es formativa e informativa.
 
Una mala práctica que está muy difundida todavía en Argentina, es la de considerar
4 Amperes por mm2 de sección, método que tiene mas de 60 años de antigüedad y
que ha sido desactualizado hace ya mucho porque el Cobre ahora es mucho mas
puro y las aislaciones permiten trabajar al cable a temperaturas mas altas, pero
haciendo perder mas energía....
Hubo algunos lectores que preguntaron que quise decir con  "porque el Cobre
ahora es mucho mas puro y las aislaciones permiten trabajar al cable a
temperaturas mas altas, pero haciendo perder mas energía...." en la nota
del anterior Boletín, y paso a explicar:

Hace años atrás, los cables tenían como aislación papel, tela y/o goma, lo
cual obligaba a que el cable trabajara a bajas temperaturas, porque si las
temperaturas eran altas, la aislación se quemaba.

Para que no se quemara se colocaban (y colocan) protecciones (fusibles, relés,


etc.). Actualmente un cable puede trabajar a temperaturas mucho mas altas,
porque las aislaciones así lo permiten, pero...., siempre hay un pero, en este caso
es perdiendo energía.

Cable aislacion vieja > sección mayor > pérdida normal

Cable aislacion nueva > sección menor > pérdida mayor

2 (ignoramos la impedancia para simplificar)


Pérdidas(en W)=R.I

La corriente I es la misma en ambos casos (cable viejo o nuevo), pero R es mayor en el cable de menor sección (es

decir el nuevo, o nueva aislación o tecnología).

Esto puede parecer una pavada, pero en alimentadores grandes de baja tensión, que se usan gran cantidad de horas

por día, muchos dias al año y durante muchos años, puede llegar a ser una pila de plata. Ni hablar si esto se lo

translada a toda una gran empresa, a todo un país o a todo el planeta. Es un desperdicio descomunal de energía.

La inversión es menor con la menor sección, pero a partir de que punto se empieza a perder plata???, hay que sentarse

a hacer cuentas..., eso en muchos años que trabajo en el tema, nunca lo calculé.

Y los cables no es lo único con lo que se pierde mas energía con las nuevas tecnologías, también ocurre con los aparatos

de maniobra. Antes uno tocaba un interruptor y estaba tibio, ahora uno toca un interruptor compacto y casi quema,

abrís algunos tableros y te voltea el calor.

Las normas deberían contemplar este aspecto, porque si bien un tablero mas chico requiere una obra civil mas chica,

con la consiguiente menor inversión, a la larga cada interruptor es una plancha que no plancha ninguna camisa y se

convierte en algo parecido a la canilla que pierde una gota, a la larga son miles de litros.

Son muchas las personas del gremio que llaman "llave" genéricamente a todo
aquello que interrumpe la corriente. El diferenciar entre unos y otros productos,
permite optar por lo mas adecuado técnica y económicamente para cada situación.
Esto se describe en parte en la nota que nos envía José.

Instalaciones de Baja Tensión  (Enviado por José Pietrantueno


jpie@infovia.com.ar)

Ambientes
En las instalaciones eléctricas podemos distinguir dos ámbitos que influyen en las
características de elección de los aparatos y en su instalación:

Ambientes residenciales

Se trata de instalaciones domiciliarias unifamiliares, múltiples y comercios de


pequeña envergadura.

La operación de los sistemas es realizada, generalmente por personal no calificado


(usuarios).

La alimentación es siempre en baja tensión, y los consumos de energía son


pequeños. El concepto más importante a considerar cuando se realiza un proyecto
para este ámbito es el de seguridad para el operador.

El operador es siempre el usuario del sistema y no posee conocimientos técnicos,


exponiéndose a la realización de maniobras incorrectas y peligrosas para su vida.

La ejecución de una instalación eléctrica en este ámbito, sin considerar las máximas
seguridades, puede ocasionar perjuicios en personas y bienes que involucran la
responsabilidad del instalador.

En un mismo tablero, pueden asociarse interruptores, interruptores diferenciales,


contadores, interruptores horarios, automáticos de escalera y muchos otros
productos.

Los interruptores termomagnéticos, poseen la curva de disparo tipo B, C y D.

Ambientes industriales

Se trata de instalaciones industriales propiamente dichas, de manufactura, de


proceso y por extensión las instalaciones de infraestructura (aeropuertos, puertos,
ferrocarril, ... ) y grandes centros de servicio (hipermercados, centros de compras,
bancos, edificios para oficinas .... ).

La operación de los sistemas es realizada por personal especializado e idóneo.

En estos casos los consumos de energía son importantes, y puede haber suministro
en alta y/o media tensión.

En el sistema de baja tensión, la instalación comienza en el tablero general de


distribución, que contiene los aparatos de corte y seccionamiento que alimentan a
los tableros secundarios.

En este ámbito, los aparatos involucrados abarcan desde los interruptores


termomagnéticos y diferenciales, hasta los interruptores automáticos de potencia,
que permiten maniobrar hasta 6300A e interrumpir cortocircuitos de hasta 150kA
en BT.

Elección de aparatos

En los dos ámbitos existen reglamentos de instalación y exigencias para la elección


de aparatos que son necesarios conocer:

- Características de la salida.
- Características de la red.

- Características de la carga.

- Corriente nominal de consumo.

- Factor de potencia.

- Continuidad de servicio deseada.

- Característica del lugar de la instalación.

Características de una salida

En una salida o entrada alojada en un tablero de distribución de baja tensión se


deberán contemplar diversas funciones que definirán la elección de los aparatos a
instalar.

El seccionamiento de un aparato de corte es una condición de seguridad. Un


aparato es apto para el seccionamiento cuando le garantiza al operador que en
la posición abierto todos los polos están correctamente aislados. Un aparato de
corte sin aptitud para el seccionamiento pone en riesgo la seguridad de las
personas. Esta aptitud, indicada expresamente en los aparatos, forma parte de la
garantía de los mismos en cuanto a sus prestaciones.

Todos los aparatos de corte incluyen la aptitud seccionamiento. Las funciones a


cumplir según la necesidad pueden ser:

- Interrupción

- Protección

- Conmutación

La interrupción

I
aparato de maniobra I corto Maniobras Observaciones
nominal
Seccionador no abre no abre pocas debe estar enclavado
Seccionador bajo carga abre no abre pocas
Interruptor abre abre muchas
Contactor abre no abre millones

Seccionador

Cierra y corta sin carga, puede soportar un cortocircuito estando cerrado. Apto para
el seccionamiento en posición abierto.

Interruptor
Se lo denomina vulgarmente interruptor manual o seccionador bajo carga. Cierra
y corta en carga y sobrecarga hasta 8 In. Soporta y cierra sobre cortocircuito pero
no lo corta.

Interruptor seccionador

Interruptor que en posición abierto satisface las condiciones especificadas para un


seccionador.

Interruptor automático

Interruptor que satisface las condiciones de un interruptor seccionador e


interrumpe un cortocircuito.

La protección

Una elevación de la corriente normal de carga es un síntoma de anomalía en el


circuito. De acuerdo a su magnitud y a la rapidez de su crecimiento, se puede tratar
de sobrecargas o cortocircuitos. Esta corriente de falla aguas abajo del aparato de
maniobra, si no es cortada rápidamente, puede ocasionar daños irreparables en
personas y bienes.

Por ello es indispensable considerar ambos aspectos:

- Protección de personas

El elemento de protección clásico para detectar fallas a tierra es el interruptor


diferencial. 

- Protección de bienes

El elemento de protección tradicional, tanto para circuitos de distribución de cargas


mixtas o circuitos de cargas específicas (motores, capacitores, etc.), es el fusible.

Su utilización, en la práctica, presenta desventajas operativas y funcionales:

- Envejecimiento del elemento fusible por el uso (descalibración).

- Diversidad de formas, tamaños y calibres.

- Disponibilidad del calibre adecuado para el reemplazo.

Frecuentemente los siniestros de origen eléctrico se producen por la falta de


coordinación del elemento fusible con los aparatos y cables situados aguas abajo; al
ser superado su límite térmico (I²t), se dañan de forma permanente y crean focos
de incendio.

- Invariabilidad de sus tiempos y forma de actuación para adaptarlo a nuevas


configuraciones.

Los interruptores automáticos evitan todos estos inconvenientes aportando una


protección de mejor performance, invariable con el tiempo, flexible por su
capacidad de adaptación a nuevas cargas y que asegura la continuidad de servicio.
Para la correcta elección de un aparato que proteja sobrecargas y
cortocircuitos es necesario contemplar dos aspectos:

1- El aporte al cortocircuito en el punto de su instalación, lo que determinará el


poder de corte del interruptor automático.

2- Características que asuma la corriente de falla en función del tiempo, lo que


determinará el tipo de curvas de disparo del interruptor automático.

La conmutación

Se utiliza cuando se requiere un comando automático y gran cadencia de


maniobra. Es una exigencia típica de los accionamientos de máquinas o motores.

N. de la R: lo de arriba es parcialmente cierto, porque los interruptores automáticos


también fallan (a veces estando bien elegidos). Los seccionadores bajo carga
con fusibles (del tipo Strömberg) son una buena alternativa técnica-económica
para países como Argentina, ya que con poca plata uno soluciona adecuadamente
la maniobra y la protección de circuitos con corrientes importantes. Las sobrecargas
y cortocircuitos no son cosas de todos los dias, si así lo es, quiere decir que la
instalación está muy mal hecha.

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