El Hombrecito Verde y Su Pájaro

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El hombrecito verde y su pájaro

Una vez me contaron

Una vez me contaron que alguien contó que el hombrecito verde de la casa verde
del país verde estaba leyendo un libro verde.
De pronto, toc-toc-toc, sonaron verdes golpes a la puerta verde.
El hombrecito verde abrió y se encontró con el hombrecito rojo, que se puso más
rojo y dijo:
—¡Perdone! Pa… parece que me equivoqué de cuento.
Y el hombrecito verde se quedó verdemente solo.
Y yo le escribí esta historia.

El hombrecito verde de la casa verde del país verde tenía un pájaro.

Era un pájaro verde de verde vuelo. Vivía en una jaula verde y picoteaba verdes
verdes semillas.
El hombrecito verde cultivaba la tierra verde, tocaba verde música en su flauta y
abría la puerta verde de la jaula para que su pájaro saliera cuando tuviera ganas.

El pájaro se iba a picotear semillas y volaba verde, verde, verdemente.

Un día en medio de un verde vuelo, vio unos racimos que le hicieron esponjar las
verdes plumas.

El pájaro picoteó verdemente los racimos y sintió una gran alegría color naranja.

Y voló, y su vuelo fue de otro color. Y cantó, y su canto fue de otro color.

Cuando llegó a la casita verde, el hombrecito verde lo esperaba con verde sonrisa.

–¡Hola, pájaro! –le dijo.

Y lo miró revolotear sobre el sillón verde, la verde pava y el libro verde.

Pero en cada vuelo verde y en cada trino, el pájaro dejaba manchitas amarillas,
pequeños puntos blancos y violetas.

El hombrecito verde vio con asombro cómo el pájaro ponía colores en su sillón
verde, en sus cortinas y en su cafetera.

–¡Oh, no! –dijo verdemente alarmado.

Y miró bien a su pájaro verde y lo encontró un poco lila y un poco verde mar.

–¡Oh, no! –dijo, y con verde apuro buscó pintura verde y pintó el pico, pintó las
patas, pintó las plumas.
Verde verdemente pintó a su pájaro.

Pero cuando el pájaro cantó, no pudo pintar su canto. Y cuando el pájaro voló, no
pudo pintar su vuelo. Todo era verdemente inútil.

Y el hombrecito verde dejó en el suelo el pincel verde y la verde pintura. Se sentó


en la alfombra verde sintiendo un burbujeo por todo el cuerpo. Una especie de
cosquilla azul.

Y se puso a tocar la flauta verde mirando a lo lejos. Y de la flauta salió una música
verdeazulrosa que hizo revolotear celestemente al pájaro.

FIN
¿Cómo podemos trabajar este cuento?

 Escuchar el cuento . Se sugiere acompañar el relato con una música de fondo


con violines. (Lorenzo E. Gamboa, docente de música, nos aconseja  Bourré en mi
menor de J. S. Bach )
 Dialogar acerca de lo que estaba acostumbrado a hacer el pájaro todos los
días.
 Preguntarse qué pasó con él cuando descubrió colores diferentes.  ¿Por qué
creen que se alarmó su dueño?  ¿Qué hizo entonces?  ¿Qué es lo que no pudo
pintar?
 Cerrar los ojos y escuchar la música sin el cuento.
 Imaginar paisajes y colores de cielo, nubes, estrellas, campos, flores, árboles,
semillas, mariposas, piedras, montañas, etc.
 Conversar en grupo sobre lo que cada uno imaginó y sintió.
 Organizar pequeños grupos de niños y niñas e invitarlos a  que dibujen lo que
más le gustó del cuento. Se podrá diseñar un afiche con la consiga “tengo derecho
a elegir libremente”.   Utilizar una paleta con todos los colores posibles.  Pintar con
las manos, con pinceles, con esponjas, trapitos, cepillos, etc. Al trabajar en grupos 
los chicos deberán  acordar qué tipo de material van a utilizar para sus trabajitos,
qué colores usar, de modo que entre todos irán aprendiendo a respetar las
decisiones tomadas en conjunto.
 Exponer las producciones y contar la experiencia de participar con otros
ejerciendo el derecho a elegir.
 Hablar de las cosas que estamos acostumbrados a hacer cotidianamente.
Cuáles nos gustan y cuáles nos desagradan. 
 Intercambiar opiniones acerca de lo que sentimos cuando lo que hacemos lo
hacemos por elección propia.
 Confeccionar una lista de las cosas que podemos crear libremente, de
acuerdo a nuestra edad:  en la casa, en la escuela, en el barrio.
 Seleccionar las que podrían formar parte de las normas de convivencia en el
aula.
 Realizar una convocatoria a una Muestra sobre el “Derecho a la participación
y la libre expresión” donde cada uno de los participantes se manifieste de la forma
que más le satisfaga: a través de la música, la poesía, el dibujo, la expresión
corporal, el cine, el teatro, los títeres, etc.   Invitar a las familias.

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