Dieta Cetogénica
Dieta Cetogénica
Dieta Cetogénica
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Es una dieta que tiene como objetivo generar una situación fisiológica de cetosis, similar a la del
ayuno, mediante un aporte insuficiente o restringido de alimentos ricos en carbohidratos y un alto
consumo de alimentos ricos en grasa y en menor medida en proteínas. Está compuesta
principalmente por grasas (80% - 90%), el resto son proteínas (8% - 15%) y en un grado mínimo
carbohidratos (2% - 5%).
Los carbohidratos son el principal combustible de la mayoría de los tejidos. Cuando se restringe o
reduce demasiado su ingesta como en el caso de la dieta cetogénica, el organismo tiene que ver la
manera de cómo abastecer a los tejidos de combustible para generar energía y sigan funcionando.
En primera instancia el hígado empieza a degradar sus reservas de glucógeno mediante la
glucogenólisis y liberando glucosa a la sangre con el fin de abastecer a los tejidos dependientes de
glucosa, pero estas reservas son limitadas y alrededor de 4 horas después se han agotado casi
totalmente. El músculo también degrada su glucógeno, pero es incapaz de mandar glucosa hacía el
torrente sanguíneo, por lo que se abastece de él sobre todo en periodos de ejercicio físico, aunque
sus reservas también se agotan después de unas 8 horas de ayuno. Como ya no se están ingiriendo
carbohidratos, es imposible volver a recuperar las reservas de glucógeno hepático y muscular; el
hígado entonces se ve obligado a realizar un proceso metabólico llamado gluconeogénesis, que
consiste en sintetizar glucosa a partir de precursores no glucídicos como lactato, algunos aminoácidos
y glicerol, para seguir abasteciendo de glucosa a tejidos dependientes de ella. Como el glicerol es
usado para la gluconeogénesis, tiene que provenir de las grasas almacenadas en el tejido adiposo,
por lo que la movilización de estas reservas empieza a aumentar, y los ácidos grasos liberados son
usados como combustible por varios tejidos. La gluconeogénesis es insuficiente para abastecer las
demandas de glucosa a los tejidos, sobre todo a las neuronas del sistema nervioso que requieren de
gran cantidad de energía para efectuar sus funciones, además como la ingesta de grasas en la dieta
cetogénica es muy alta, lo que hará el organismo es cambiar de un estado metabólico glucolítico a
un estado metabólico lipolítico, donde las grasas ahora serán la principal fuente de energía para
tejidos que pueden hacer uso de ellas, tanto las que provienen de la dieta como las de las reservas
del tejido adiposo. Debido a que las neuronas son totalmente dependientes de glucosa, no pueden
usar ácidos grasos como fuente de energía, y como en esta situación hay poca disponibilidad de
glucosa, deben de abastecerse de algún otro sustrato energético que puedan usar. Como ahora se
está oxidando gran cantidad de ácidos grasos, el organismo entrará en una condición metabólica
llamada cetosis, que consiste en la formación de unos compuestos llamados cuerpos cetónicos a
partir del catabolismo de ácidos grasos. La formación de cuerpos cetónicos se lleva a cabo para que
estos sean sustratos utilizados en la generación de energía por las neuronas del sistema nervioso
para que sigan funcionando. En virtud de que las dietas muy altas en grasas y demasiado pobres en
hidratos de carbono generan el estado de cetosis, ahí el por qué se han llamado dietas cetogénicas.
Este tipo de dietas se ha utilizado con éxito desde la década de 1920 para el tratamiento de las
convulsiones epilépticas en niños, y actualmente se ha usado como un método dietético para la
pérdida de peso corporal y mejoramiento de parámetros bioquímicos plasmáticos y enfermedades
crónico-degenerativas.
Hay varias razones por las que la dieta cetogénica es efectiva para perder peso.
De acuerdo al contexto que se trate en relación a sus ventajas y desventajas de este tipo de dieta se
puede debatir en qué casos se usaría y en qué casos no. Una de las mayores ventajas de este tipo
de dieta es la mayor eficacia para la pérdida de peso y mantenimiento de los niveles de saciedad, por
lo que podría ser usada en pacientes cuyo objetivo es perder peso, o en pacientes con obesidad y
sobrepeso. También sería una gran alternativa esta dieta en pacientes con alteraciones en
parámetros de concentraciones plasmáticas, ya que se ha visto una posible disminución de
concentraciones plasmáticas de triglicéridos y colesterol LDL y el aumento de las concentraciones de
HDL, disminuyendo los riesgos de desarrollar enfermedades crónico-degenerativas, o en su caso si
ya están presentes, el uso de la implementación de la dieta cetogénica sería una buena opción en
pacientes con estas enfermedades, donde puede haber un buen control y mejoramiento en la calidad
de vida en pacientes con estas enfermedades. Una de las mejores razones para usar este tipo de
dietas en la práctica profesional es que son usadas como terapia nutricional en el tratamiento de
pacientes con epilepsia refractaria. En el caso de pacientes que buscan un aumento de masa
muscular y disminución de grasa corporal, se puede tener un resultado significativo pero estos
resultados son muy parecidos a dietas ricas en carbohidratos, por lo que no tendría mucho caso
manejar una dieta cetogénica en este tipo de pacientes.
Analizando los puntos anteriores, a excepción de los pacientes con epilepsia, se puede llegar a una
conclusión que no es forzosamente necesario implementar este tipo de dietas en pacientes que
buscan o necesitan bajar de peso, o prevenir o controlar enfermedades crónico-degenerativas, ya
que estas razones pueden llevarse a cabo con el uso de otro tipo de dietas y conseguir los mismos
resultados benéficos en el paciente. Y es que, si se analizan las desventajas de las dietas
cetogénicas, entre ellas el bajo aporte de algunas vitaminas y minerales, que generaría una
deficiencia de ellos a largo plazo si la dieta cetogénica se prolonga por mucho tiempo sin suplementar
con los micronutrientes que no se obtienen de alimentos altos en grasas y proteínas, la presencia de
periodos de estreñimiento por el bajo o nulo consumo de fibra dietética, diarreas, espasmos
musculares, halitosis, astenia, entre otras alteraciones, no sería una buena opción implementarlas.
Aunque no está de más solucionar los bajos aportes de vitaminas, minerales y fibra mediante el uso
de la suplementación en el paciente mientras se lleva una dieta cetogénica. Además, una de las
consecuencias que hay que recalcar, es que mantener un estado de cetosis nutricional por largos
periodos de tiempo puede generar acidosis metabólica por la presencia de altas concentraciones de
cuerpos cetónicos en la sangre. Esta condición patológica es de urgencia médica, y si no se atiende
lo antes posible, se puede generar coma y la muerte. En relación a esto, en el caso de intervenir a un
paciente con una dieta cetogénica, lo mejor es no extenderle el plan alimenticio por más de un mes.
Es obvio que en pacientes con insuficiencia renal o con alteraciones respiratorias que pueden estar
propensos a tener acidosis metabólicas o respiratorias, lo mejor es no utilizar dietas cetogénicas en
estos pacientes.
En resumen, y aunando a lo anterior, el uso de este tipo de dieta es específico para determinadas
condiciones del paciente en el momento que se le realiza la intervención nutricional y de acuerdo al
mejor criterio médico que pueda tener cada quien como profesional.
Verduras
Frutas
Cereales y a
Tubérculos
b
Leguminosas
a 7 280 49 7
b
Alimentos de origen c 6 450 42 30
animal
d 5 500 35 40
a
c 1 150 9 8 12
Leche d
Aceites y Grasas a 7.5 337.5 37.5
b
Total 2 032.5 148.5 g 145 g 25.5 g
Kcal
Frutas
Cereales y a
Tubérculos
b
Leguminosas
a 7 4 3
b
Alimentos de c 6 4 2
origen animal
d 5 2 3
a
b
c 1 1
Leche d
Aceites y a 7.5 4 1 1.5 1
Grasas
b 4.5 2 2.5
Azúcares a
b
Menú cetogénico de 2000 Kcal
Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Evidencias de la sesión virtual en la Biblioteca digital de la UAEH
Referencias
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