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ASIGNATURA:
SATIPO- PERÚ
2022
COMO COLABORAR CON EL PERSONAL DE PRIMERA LÍNEA
QUE NOS PROTEGE DE LA COVID 19
El personal de salud son todas las
personas involucradas en
actividades para mejorar la salud y
comprende a quienes proporcionan
los servicios (médicos, enfermeras,
parteras, odontólogos, trabajadores
comunitarios y trabajadores
sociales, personal de laboratorio,
gabinete, farmacéuticos, personal auxiliar). También se incluye a quienes dirigen
y organizan el funcionamiento del sistema de salud como gerentes,
administradores o directivos.
El trabajo del personal de salud es más que la atención directa a los enfermos
de COVID-19. Sus tareas también consisten en cuidar la salud de la población a
través de actividades de educación, prevención y promoción; además, realizan
tareas como identificar casos, buscan sus contactos, toman y analizan pruebas
diagnósticas, entro otras actividades adicionales a su trabajo diario, tanto en
clínicas y hospitales como en la comunidad.
Cada día, el personal sanitario de todo el mundo batalla desde la primera línea
para contener el virus y salvar vidas. Las imágenes de esas personas exhaustas
luchando por salvar a sus pacientes han conmovido al mundo. La seguridad y
salud de este personal es fundamental para que puedan realizar su trabajo
durante esta crisis. Por lo tanto, su protección debe ser una prioridad.
PRECARIEDAD
La región tiene escasez de personal de salud y ante la pandemia, esta necesidad
se ha exacerbado. La velocidad en el incremento del número de pacientes
detonó medidas urgentes para equilibrar la capacidad de oferta de los
servicios. La insuficiencia de personal de salud ha sido tangible, no únicamente
en términos de cantidad, también de sus competencias.
PARANOIA
El temor ante lo desconocido ha generado una conducta agresiva y
discriminatoria hacia los profesionales de la salud. La sociedad requiere de
información clara, precisa y entendible acerca de la importancia y valor del
personal de salud ante la pandemia. En México, Jamaica y otros países, el
público ha reaccionado de forma atípica ante el personal de salud, se han
documentado agresiones físicas, verbales y discriminación. En el caso de
México, esta conducta agresiva detonó que el gobierno asignara personal de la
guardia nacional para resguardar la seguridad del personal en los hospitales. No
obstante, la mayor parte de la sociedad reconoce la labor del personal de salud
que atiende a los pacientes con COVID-19. En algunos países se les
proporcionan apoyos en especie como equipo médico, alimentos, alojamiento.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA EVITAR EL PANDEMÓNIUM,
FORTALECER AL PERSONAL Y COMBATIR LA PARANOIA SOCIAL?
En estas condiciones, es cierto que el personal de salud merece reconocimiento,
pero lo que requiere es la respuesta cabal del sistema de salud para brindar
condiciones laborales más apropiadas que ayuden a contender con un problema
de salud pública que ha puesto a prueba a los sistemas de salud a nivel global.
La salud mental del personal de salud requiere mayor atención: se ha
documentado que una proporción importante padece depresión, (50.4%),
ansiedad (44.6%), insomnio (34.0%) y estrés (71.5%). Algunos países
como Argentina y México, y la Organización Panamericana de la Salud y
la Clínica Mayo han emitido recomendaciones e iniciado acciones para mantener
la salud mental de los trabajadores de la salud.
La información sobre la
transmisión de la enfermedad debe difundirse lo más amplia y rápidamente
posible entre los trabajadores de salud, incluida la referente a las directrices más
actualizadas, las medidas para prevenir el contagio y la forma de aplicarlas. El
diálogo entre el personal sanitario y los empleadores es determinante para que
las medidas y los procedimientos se apliquen correctamente.
Por las lecciones extraídas de otros brotes, como la epidemia de ébola en África
Occidental en 2014 se sabe que los trabajadores y trabajadoras de salud pueden
vivir en carne propia la discriminación y el estigma, debido al temor del público a
contraer la enfermedad.
Los gobiernos deberían celebrar consultas con los interlocutores sociales sobre
la supervisión y regulación de esas contrataciones especiales, según procediera.
Se han de tener en cuenta no solo la seguridad y salud en el trabajo, sino también
otras condiciones contractuales, como la protección social, la remuneración, los
periodos de descanso y las disposiciones con respecto a las horas de trabajo.