Resumen Cap. 5 Agrios

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

CENTRO UNIVERSITARIO DEL NORTE -CUNOR-

TÉCNICO EN PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

INGENIERO AGRÓNOMO

FITOPATOLOGÍA

 Inga Agra. Keyla Vasti Patzán Boch

Resumen: Capítulos 5 del Libro de Agrios

DAREK JOSUÉ NAVAS PAAU

CARNÉ: 201943139

17 de febrero de 2022 COBÁN, ALTA VERAPAZ


COMO SE DEFIENDEN LAS PLANTAS DE LOS PATÓGENOS

En general, las plantas contrarrestan el ataque de los patógenos ya sea mediante

características estructurales que actúan como barreras físicas e impiden que el patógeno

penetre y se propague en ellas, o por medio de reacciones bioquímicas que tienen lugar en sus

células y tejidos, las cuales producen sustancias tóxicas para el patógeno o crean condiciones

que inhiben su desarrollo.

La combinación de las características estructurales y reacciones bioquímicas que

utilizan las plantas para defenderse de los patógenos difieren en las distintas interacciones

hospedante-patógeno. Además, incluso al tratarse del mismo hospedante y patógeno, las

combinaciones varían con la edad de la planta, el tipo de órganos y tejidos de ésta al ser

atacados y el estado nutricional de la planta, así como las condiciones climáticas.

Defensa estructural

Estructuras de defensa preexistentes

La primera línea de defensa de las plantas ante el ataque de los patógenos es su

superficie, la cual estos últimos deben penetrar para causar infección. Esas estructuras

incluyen la cantidad y la calidad de la cera y de la cutícula que cubren a las células

epidérmicas, la estructura de las paredes celulares de estas últimas, el tamaño, localización y

forma de los estomas y lenticelas y, por último, la presencia en la planta de tejidos protegidos

por paredes celulares gruesas que obstaculizan el avance del patógeno.

Las ceras de las hojas y de la superficie de los frutos forman una superficie repelente

al agua que impide que sobre los tejidos se forme una película de agua en la cual los

patógenos pudieran depositarse y germinar (hongos) o bien reproducirse (bacterias). El grosor

de la cutícula aumenta la resistencia a las infecciones en las enfermedades en las cuales el


patógeno penetra en su hospedante sólo mediante penetración directa. Sin embargo, el grosor

de la cutícula no siempre está relacionado con el factor resistencia, y muchas variedades

vegetales que presentan una cutícula de grosor considerable son fácilmente invadidas por

patógenos que penetran en forma directa.

Muchas de las bacterias y hongos patógenos entran en las plantas sólo a través de sus

estomas. Aun cuando la mayoría de ellos penetran en las plantas a través de sus estomas

cerrados, algunos de ellos como la roya del tallo del trigo, pueden penetrar en las plantas sólo

cuando sus estomas están abiertos. El tipo de estructura de los estomas, por ejemplo, la

presencia de un orificio bastante estrecho y de amplias células oclusivas pronunciadas, puede

conferir también una cierta resistencia a ciertas variedades contra el ataque de algunos

patógenos.

En particular, la presencia de haces o de amplias zonas de células esclerenquimatosas,

como los que se encuentran en los tallos de muchos cereales, detiene la propagación de

patógenos tales como las royas del tallo. De la misma forma, el xilema, el parénquima

limítrofe y las células esclerenquimatosas de las nervaduras de la hoja bloquean eficazmente

la propagación de algunas bacterias, hongos y nematodos que producen las distintas manchas

foliares "angulares" debido a que su avance es sólo en las zonas comprendidas entre las

nervaduras de la hoja y no a través de ellas.

Estructuras de defensa que se forman en respuesta a las infecciones patogénicas

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