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CAS.

N° 5016 - 2017 ICA


NULIDAD DE ACTO JURIDICO Y OTRO

SUMILLA: Si bien el artículo 220 del Código Civil establece en su segundo párrafo que la
nulidad a que se refiere el artículo 219 del mismo cuerpo legal puede ser declarada de
oficio por el juez cuando resulte manifiesta; no es menos cierto que dicha facultad debe
ser ejercida por el juez garantizando adecuadamente el derecho de defensa de las partes
y otras garantías procesales a fin de no vulnerar el debido proceso. Lima, nueve de agosto
de dos mil dieciocho.

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA:


vista la causa cinco mil dieciséis - dos mil diecisiete; en audiencia pública realizada en la
fecha y producida la votación de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia:

I. ASUNTO: Viene a conocimiento de esta Sala Suprema el recurso de casación


interpuesto por el demandado Gino Paolo Chonyen Acuña, con fecha cinco
de octubre de dos mil diecisiete, obrante a fojas mil ciento veintidós, contra la
sentencia de vista emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Ica, de fecha dieciocho des eptiembre de dos mil diecisiete, obrante
a fojas mil setenta y uno, que confirmó por otros fundamentos la sentencia
apelada que declaró fundada en parte la demanda.

II. ANTECEDENTES:

1. DEMANDA
Expediente N° 2457-2013-0-13401-JR-CI-04
El presente proceso se inició con motivo de la demanda interpuesta por
Inmobiliaria American Group S.A. formulando como pretensión principal
la declaración de nulidad del acto jurídico contenido en la escritura pública
de anticipo de legitima de fecha treinta y uno de octubre de dos mil seis,
otorgado por Miguel Ángel Chonyen Ramos, su cónyuge Aida Graciela
Acuña de Chonyen y Julio Cesar Chonyen Ramos a favor de Gino Paolo
Chonyen Acuña y Silvia Paola Chonyen Colina, respecto del inmueble
ubicado en Calle Lima N° 219, 223, 229 y 233, conocido como “Hotel
Americano” o “Payan”, Distrito, Provincia y Departamento de Ica, con un
área de 1,798.57 m2, denominado instrumento 1087, bienio 2006-2007,
minuta 912, Kardex 5889; y, como pretensión subordinada, la cancelación
del asiento C00003 de la Partida N° 02013052 donde obra inscrito dicho
acto jurídico. Invoca las causales de objeto jurídicamente imposible y fin
ilícito contempladas en los incisos 3 y 4 del artículo 219 del Código Civil;
alegando que mediante contrato privado de compraventa de fecha
diecinueve de enero de dos mil siete, adquirió la propiedad del inmueble
sublitis, de los demandados Miguel Angel Chonyen Ramos, su cónyuge
Aida Graciela Acuña de Chonyen y Julio Cesar Chonyen Ramos, por el
precio de setecientos treinta mil dólares americanos; transferencia que fue
perfeccionada y elevada a escritura pública por mandato judicial firme
recaído en el proceso signado como expediente N° 2279-2007, seguido por
Miguel Angel Chonyen Ramos, su cónyuge Aida Graciela Acuña de
Chonyen y Julio Cesar Chonyen Ramos, sobre resolución de contrato, en el
cual la inmobiliaria planteó como pretensión reconvencional el
cumplimiento del contrato, siendo amparada esta última pretensión y
declarándose a su vez infundada la demanda de resolución de contrato. En
dicha circunstancia las personas de Miguel Angel Chonyen Ramos, su
cónyuge Aida Graciela Acuña de Chonyen y Julio Cesar Chonyen Ramos,
celebran un acto jurídico de anticipo de legítima respecto de la totalidad de
acciones y derechos del inmueble sub litis, con el fin de menoscabar la
transferencia efectuada a favor de la inmobiliaria, dando la apariencia de
haber sido celebrado con fecha treinta y uno de octubre dos mil seis e
inscrito recién con fecha veintiocho de mayo de dos mil trece. Indica que al
tomar conocimiento de este acto, se apersonó a la notaría y constató que en
el libro notarial aparece inscrita la Asociación de vivienda pueblo joven 28
de julio - parcona, en el instrumento 1087, bienio 2006-2007, minuta 912,
kardex 5889; lo cual probaría que la escritura pública de anticipo de
legítima habría sido elaborada en el año dos mil trece y no en el año dos
mil seis. En tal sentido, sustenta la causal de imposibilidad jurídica del
objeto de dicho acto señalando que al ser la demandante la verdadera
propietaria del bien, los demandados no podían celebrar este anticipo
respecto a un bien que ya no era de su propiedad, y en cuanto a la causal de
fin ilícito señala que se pretende retrotraer los efectos de dicho anticipo al
año dos mil seis, con la finalidad de dejar sin efecto la transferencia
efectuada a su favor con fecha diecinueve de enero de dos mil siete. Agrega
que por estos hechos ha interpuesto denuncia penal por el delito de
falsificación documentaria ante el Ministerio Público, habiéndose dispuesto
la ampliación de la investigación preliminar.

Expediente acumulado N° 1128-2014-0-1401-JR-CI-03


Mediante escrito presentado con fecha veinte de agosto de dos mil catorce,
obrante a fojas cuatrocientos ocho, Inmobiliaria American Group S.A.
interpone demanda de nulidad de acto jurídico a fin de que se declare la
nulidad del acto jurídico contenido en la escritura pública anticipo de
legitima de fecha treinta y uno de octubre de dos mil seis, otorgado por
Miguel Angel Chonyen Ramos, su cónyuge Aida Graciela Acuña de
Chonyen y Julio Cesar Chonyen Ramos a favor de Gino Paolo Chonyen
Acuña y Silvia Paola Chonyen Colina, respecto del inmueble ubicado en
Calle Lima N° 219, 223, 229 y 233, conocido como “Hotel Americano” o
“Payan”, Distrito, Provincia y Departamento de Ica, con un área de
1,798.57 m2 y la cancelación del asiento registral correspondiente. Invoca
las causales de simulación absoluta, no revestir la forma prescrita bajo
sanción de nulidad y ser contrario a las normas orden público y las buenas
costumbres, contempladas en los incisos 5, 6 y 8 del artículo 219 del
Código Civil; alegando que el acto jurídico materia de nulidad es simulado
al haber valorizado el inmueble sub litis en veinte mil soles, precio que no
refleja el valor real del inmueble que fuera vendido a su parte después de
dos meses y veinte días en la suma de setecientos treinta mil dólares
americanos; asimismo, dicho jurídico es nulo al establecer dispensa de
colación sin tener en consideración que los esposos Miguel Angel Chonyen
y Aida Graciela Acuña tienen tres hijos más a quienes también les
corresponde parte del bien entregado en anticipo de legítima.

2. CONTESTACIÓN A LA DEMANDA
Expediente N° 2457-2013-0-13401-JR-CI-04
Miguel Angel Chonyen Ramos y Aida Graciela Acuña de Chonyen
contestaron la demanda señalando que el anticipo de legítima fue otorgado
con fecha treinta y uno de octubre de dos mil seis, mientras que la minuta
de compraventa celebrada con la empresa demandante es de fecha
diecinueve de enero de dos mil siete, desprendiéndose que es el objeto de
este acto el que resulta jurídicamente imposible, pues en el año dos mil
siete los propietarios del inmueble sublitis eran Gino Chonyen Acuña y
Silvia Chonyen Colina y no los codemandados. Agrega que en el marco de
la denuncia penal interpuesta por la empresa demandante en su contra, el
fiscal a cargo de la investigación solicitó que se practique una pericia
grafotecnica, la cual concluyó que no existe adulteración ni falsificación en
el anticipo de legítima y que los recurrentes no son responsables por la
duplicidad en el número de kardex, lo cual es de exclusiva responsabilidad
de la notaría. Por su parte, Silvia Paola Chonyen Colina, Julio Cesar
Chonyen Ramos y Gino Paolo Chonyen Acuña, contestaron la demanda
bajo los mismos argumentos.

Expediente acumulado N° 1128-2014-0-1401-JR- CI-03


Julio Cesar Chonyen Ramos contesta la demanda señalando que el
contrato de compraventa celebrado entre los codemandados Miguel
Angel Chonyen Ramos, su cónyuge Aida Graciela Acuña de Chonyen y
Julio Cesar Chonyen Ramos como vendedores y la demandante como
compradora, de fecha diecinueve de enero de dos mil siete, es nulo ya
que éste no reviste la forma prescrita bajo sanción de nulidad de acuerdo
a lo establecido por el artículo 9 de la Ley General del Patrimonio
Cultural de la Nación, Ley N° 28296, el cual señala que la transferencia
de dominio entre particulares de un bien integrante del Patrimonio
Cultural de la Nación obligatoriamente debe ser puesta en conocimiento
previo de los organismos competentes bajo sanción de nulidad. Agrega
que el precio que exige el artículo 1625 del Código Civil es un precio
meramente simbólico por cuanto se trata de un obsequio y que no se ha
afectado el tercio de libre disposición ya que son acreedores de
numerosos inmuebles, tales como concesiones mineras; además, dicha
causal no compete a la empresa demandante al no tener la calidad de
heredero forzoso, sino que la misma debe ser invocada por los que se
crean perjudicados. Por su parte, Gino Paolo Chonyen Acuña y Miguel
Angel Chonyen Ramos contestan la demanda bajo similares argumentos.
3. PUNTOS CONTROVERTIDOS

Mediante resolución doce, de fecha nueve de diciembre de dos mil catorce,


obrante a fojas doscientos sesenta y ocho, integrada mediante resolución
treinta y uno del veintiuno de noviembre de dos mil dieciséis, obrante a
fojas seiscientos cuarenta y uno, se establecieron los siguientes puntos
controvertidos: Determinar si procede o no declarar la nulidad del acto
jurídico contenido en el testimonio de escritura pública sobre anticipo de
herencia, celebrado por Miguel Angel Chonyen Ramos, Aida Graciela
Acuña de Chonyen y Julio Cesar Chonyen Ramos a favor de Gino Paolo
Chonyen Acuña y Silvia Paola Chonyen Colina, otorgado ante notario
público de Ica, doctor Gino Barnuevo Cuellar, denominado instrumento
1087, bienio 2006 - 2007, minuta N° 912, kardex 5889. Determinar si
procede o no la nulidad y cancelación de la inscripción de la Partida N°
02013052, asiento C00003 de los Registros Públicos de Ica, de fecha
veintiocho de mayo de dos mil trece. Determinar si corresponde declarar la
nulidad del acto jurídico antes indicado por las causales de simulación
absoluta, no revestir la formalidad establecida por ley y por imposibilidad
física y jurídica del objeto; y si como consecuencia de ello corresponde
disponer la cancelación del asiento registral donde se encuentra publicitado.

4. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA


Mediante sentencia expedida el cinco de mayo de dos mil diecisiete,
obrante a fojas novecientos trece, el señor Juez a cargo del Primer Juzgado
Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, declaró
fundada en parte la demanda y, en consecuencia, nulo el acto jurídico de
anticipo de legítima por la causal de no revestir la forma prescrita por ley
bajo sanción de nulidad, ordenando la cancelación del asiento registral
correspondiente; ello tras considerar que tanto el testimonio de escritura
pública de anticipo de legítima cuestionado, así como el testimonio de
escritura pública de constitución de la Asociación de vivienda pueblo joven
28 de julio–Parcona, tienen el mismo número de instrumento, minuta y
kardex, y si bien el notario público señala haber agregado la letra “A” a
éste último instrumento público, no ha expedido la escritura pública
aclaratoria correspondiente ni observado el orden cronológico, lo cual
contraviene lo dispuesto por los artículos 33, 44, 46 de la Ley del
Notariado, Decreto Legislativo N° 1049, por lo que la escritura pública de
anticipo de legitima no es apta para surtir efectos jurídicos. De otro lado,
consideró el juez de la causa que de la minuciosa revisión del testimonio de
anticipo de legítima cuestionado, de fecha treinta y uno de octubre de dos
mil seis, se aprecia que dicho acto jurídico no incurre en la causal de objeto
física o jurídicamente imposible, al existir físicamente y ser posible la
transferencia del inmueble sublitis, no advirtiéndose la existencia de mala
fe en su celebración, ya que éste fue otorgado con fecha anterior a la del
contrato celebrado con la empresa demandante de fecha diecinueve de
enero de dos mil siete, lo cual evidenciaría más bien la mala fe de los
codemandados al vender a la demandante cuando ya habían anticipado;
asimismo, consideró que el anticipo de legítima no tiene finalidad ilícita y
no existen medios probatorios que acrediten que haya sido celebrado con la
finalidad de menoscabar los efectos de la transferencia efectuada a favor de
la demandante; en cuanto a la causal de simulación absoluta, consideró el
juez de la causa que el valor asignado a los inmuebles objeto de anticipo no
resulta suficiente para acreditar la existencia de un acto simulado, y que el
tercio de libre disposición se determina al momento del fallecimiento del
causante, por lo que la inoficiosidad de las donaciones se advertirá recién a
la apertura de la sucesión del donante; motivo por el cual desestimó
también la causal referida a la contravención a las normas de orden público
y las buenas costumbres.

5. RECURSO DE APELACIÓN
Mediantes escrito obrante a fojas novecientos setenta, el codemandado
Gino Paolo Chonyen Acuña interpone recurso de apelación contra la
sentencia de primera instancia, señalando básicamente que la ley no
expresa que la duplicidad en la numeración del kardex sea un error en el
contenido de la escritura pública y mucho menos que acarree la nulidad del
acto jurídico, pues la numeración no es un requisito de validez; además, el
juez aplica el Decreto Legislativo N° 1049 pese a no haber sido invocado
por la parte demandante, lo cual contraviene el principio de congruencia
procesal, al ir más allá de los hechos y fundamentos planteados por la parte
demandante; sostiene, asimismo, que el acto jurídico de anticipo de
legítima cuestionado posee la formalidad de haber sido elevado a escritura
pública y contiene todos los requisitos de validez que establece el artículo
140 del Código Civil.

6. SENTENCIA DE VISTA
Conocida la causa en segunda instancia, la Primera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Ica, mediante sentencia de vista expedida el
dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete, confirmó la sentencia
apelada que declaró fundada en parte la demanda; ello tras considerar
esencialmente que al haberse demostrado mediante Resolución Jefatural N°
009 expedida el doce de enero de mil novecientos ochenta y nueve y el
Informe Técnico N° 75-2015-APHI-DDC-ICA/MC del once de mayo de
dos mil quince, que el inmueble sub litis ubicado en la Calle Lima N° 219,
223, 229 y 233, del Distrito, Provincia y Departamento de Ica, ha sido
declarado monumento histórico y forma parte del patrimonio cultural de la
nación; en virtud del principio del iura novit curia, la evaluación de la
validez y/o la ocurrencia de las causales de nulidad invocadas por la parte
actora no debe limitarse a lo previsto en el artículo 219 del Código Civil,
sino que además, resulta aplicable lo dispuesto en la Ley N° 28296, su
reglamento y, eventualmente, al ejercicio de la facultad prevista en el
artículo 200 del Código sustantivo, sin que ello implique vulneración al
principio de congruencia procesal; en ese sentido, la Sala Superior
determinó por el mérito de lo manifestado por la parte demandada y por el
propio Ministerio de Cultura que la transferencia de dominio a título
gratuito, mediante anticipo de legítima contenida en la escritura pública de
fecha treinta y uno de octubre de dos mil seis, no fue puesta en
conocimiento de la entidad competente, siendo éste un mandato imperativo
bajo sanción de nulidad según lo dispuesto por el inciso 1 del artículo 9 de
la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural; por tanto, en
aplicación de lo dispuesto por el artículo 220 del Código Civil que faculta
al Juez declarar la nulidad de oficio del acto jurídico cuando sea manifiesta,
lo cual guarda plena coherencia con lo dispuesto en el fundamento 29 del
IX Pleno Casatorio Civil, el Colegiado Superior determinó que el acto
jurídico de anticipo de legitima contenido en la escritura pública del treinta
y uno de octubre de dos mil seis incurre en la causal de nulidad prevista en
el numeral 7 del artículo 219 del Código Civil, esto es, cuando la ley lo
declara nulo.

7. CASACIÓN
Mediante resolución expedida el seis de diciembre de dos mil diecisiete,
obrante a fojas ochenta y dos del cuaderno de casación, esta Suprema Sala
declaró la procedencia del recurso por las causales de: a) apartamiento del
IX Pleno Casatorio Civil (precedente vinculante 3 y 7); y b) infracción
normativa del articulo 139, incisos 3 y 5, de la Constitución Política del
Estado; artículo 122, inciso 3, del Código Procesal Civil y artículo 12 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial.

III. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA SUPREMA:


Primero.- Es menester precisar que el recurso de casación es un medio
de impugnación extraordinario que permite ejercer el control de las
decisiones jurisdiccionales, con la finalidad de garantizar la correcta
aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional de la Corte Suprema de Justicia; así como,
determinar si en dichas decisiones se ha infringido o no las normas que
garantizan el debido proceso, traducido en el respeto de los principios
que lo regulan.

Segundo.- En principio, el derecho fundamental al debido proceso, tal


como lo ha señalado el Tribunal Constitucional, es un derecho
continente pues comprende, a su vez, diversos derechos fundamentales
de orden procesal. “En la doctrina y la jurisprudencia nacionales han
convenido en que el debido proceso es un derecho fundamental de toda
persona -peruana o extranjera, natural o jurídica- y no sólo un principio
o derecho de quienes ejercen la función jurisdiccional. En esa medida,
el debido proceso comparte el doble carácter de los derechos
fundamentales: es un derecho subjetivo y particular exigible por una
persona y, es un derecho objetivo en tanto asume una dimensión
institucional a ser respetado por todos, debido a que lleva implícito los
fines sociales y colectivos de justicia (…)”3. Este derecho, “por su
naturaleza misma, se trata de un derecho muy complejamente
estructurado, que a la vez está conformado por un numeroso grupo de
pequeños derechos que constituyen sus componentes o elementos
integradores, y que se refieren a las estructuras, características del
Tribunal o instancias de decisión, al procedimiento que debe seguirse y
a sus principios orientadores, y a las garantías con que debe contar la
defensa”

Tercero.- “El derecho al debido proceso supone el cumplimiento de las


diferentes garantías y normas de orden público que deben aplicarse a todos
los procesos o procedimientos, a fin de que las personas estén en condiciones
de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto estatal o
privado que pueda afectarlos. Su contenido presenta dos expresiones: la
formal y la sustantiva. En la de carácter formal, los principios y reglas que lo
integran tienen que ver con formalidades estatuidas, tales como las que
establecen el procedimiento preestablecido, el derecho de defensa y la
motivación, etcétera. En la de carácter sustantivo, estas están básicamente
relacionadas con los estándares de razonabilidad y proporcionalidad que toda
decisión judicial debe suponer. A través de esto último se garantiza el derecho
que tienen las partes en un proceso o procedimiento a que la resolución se
sustente en la interpretación y aplicación adecuada de las disposiciones
vigentes, válidas y pertinentes del orden jurídico para la solución razonable
del caso, de modo que la decisión en ella contenida sea una conclusión
coherente y razonable de tales normas”.

Cuarto- En ese sentido, cabe precisar que el derecho al debido proceso y la


tutela jurisdiccional efectiva constituyen principios consagrados en el inciso 3
del artículo 139 de la Constitución Política del Estado, los cuales comprenden
a su vez, el deber de los jueces de observar los derechos procesales de las
partes y el derecho de los justiciables a obtener una resolución fundada en
derecho ante su pedido de tutela en cualquiera etapa del proceso. De ahí que
dichos principios se encuentren ligados a la exigencia de la motivación de las
resoluciones judiciales, prevista en el inciso 5 del referido artículo
constitucional, esto es, que los jueces y tribunales expliciten en forma
suficiente las razones de sus fallos, con mención expresa de los elementos
fácticos y jurídicos que los determinaron.

Quinto.- De igual manera, el Tribunal Constitucional estableció que “El


derecho a la debida motivación de las resoluciones importa pues que los
órganos judiciales expresen las razones o justificaciones objetivas que la
llevan a tomar una determinada decisión. Esas razones, por lo demás,
pueden y deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico vigente y
aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el
trámite del proceso”. A mayor abundamiento, el Tribunal, en distintos
pronunciamientos, ha establecido “que el derecho a la debida motivación de
las resoluciones judiciales es una garantía del justiciable frente a la
arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones judiciales no se
encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos
objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se deriven del
caso”.

Sexto.- Así, el Tribunal Constitucional ha señalado en la STC N° 000728-2008-


PHC/TC-Lima, expedida el trece de octubre de dos mil ocho, que el contenido
constitucionalmente garantizado de este derecho queda delimitado, entre
otros, en los siguientes supuestos:

a) Inexistencia de motivación o motivación aparente. Está fuera de toda


duda que se viola el derecho a una decisión debidamente motivada cuando la
motivación es inexistente o cuando la misma es solo aparente, en el sentido
de que no da cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión o de
que no responde a las alegaciones de las partes del proceso, o porque solo
intenta dar un cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin
ningún sustento fáctico o jurídico.

b) Falta de motivación interna del razonamiento. La falta de motivación


interna del razonamiento [defectos internos de la motivación] se presenta en
una doble dimensión; por un lado, cuando existe invalidez de una inferencia a
partir de las premisas que establece previamente el Juez en su decisión; y, por
otro lado, cuando existe incoherencia narrativa, que a la postre se presenta
como un discurso absolutamente confuso incapaz de transmitir, de modo
coherente, las razones en las que se apoya la decisión. Se trata, en ambos
casos, de identificar el ámbito constitucional de la debida motivación
mediante el control de los argumentos utilizados en la decisión asumida por el
Juez o Tribunal; sea desde la perspectiva de su corrección lógica o desde su
coherencia narrativa.

c) Deficiencias en la motivación externa; justificación de las premisas. El


control de la motivación también puede autorizar la actuación del juez
constitucional cuando las premisas de las que parte el Juez no han sido
confrontadas o analizadas respecto de su validez fáctica o jurídica. Esto ocurre
por lo general en los casos difíciles, como los identifica Dworkin, es decir, en
aquellos casos donde suele presentarse problemas de pruebas o de
interpretación de disposiciones normativas. La motivación se presenta en este
caso como una garantía para validar las premisas de las que parte el Juez o
Tribunal en sus decisiones. Si un Juez, fundamentar su decisión: 1) ha
establecido la existencia de un daño; 2) luego, ha llegado a la conclusión de
que el daño ha sido causado por “X”, pero no ha dado razones sobre la
vinculación del hecho con la participación de “X” en tal supuesto, entonces
estaremos ante una carencia de justificación de la premisa fáctica y, en
consecuencia, la aparente corrección formal del razonamiento y de la decisión
podrán ser enjuiciadas por el juez [constitucional] por una deficiencia en la
justificación externa del razonamiento del juez. (…)

d) La motivación insuficiente. Se refiere, básicamente, al mínimo de


motivación exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho
indispensables para asumir que la decisión está debidamente motivada. Si
bien, como ha establecido este Tribunal en reiterada jurisprudencia, no se
trata de dar respuestas a cada una de las pretensiones planteadas, la
insuficiencia, vista aquí en términos generales, sólo resultará relevante desde
una perspectiva constitucional si es que la ausencia de argumentos o la
“insuficiencia” de fundamentos resulta manifiesta a la luz de lo que en
sustancia se está decidiendo.

e) La motivación sustancialmente incongruente. El derecho a la debida


motivación de las resoluciones obliga a los órganos judiciales a resolver las
pretensiones de las partes de manera congruente con los términos en que
vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto, desviación que supongan
modificación o alteración del debate procesal (incongruencia activa). Desde
luego, no cualquier nivel en que se produzca tal incumplimiento genera de
inmediato la posibilidad de su control. El incumplimiento total de dicha
obligación, es decir, el dejar incontestadas las pretensiones, o el desviar la
decisión del marco del debate judicial generando indefensión, constituye
vulneración del derecho a la tutela judicial y también del derecho a la
motivación de la sentencia (incongruencia omisiva). Y es que, partiendo de
una concepción democratizadora del proceso como la que se expresa en
nuestro texto fundamental (artículo 139°, incisos 3 y 5), resulta un imperativo
constitucional que los justiciables obtengan de los órganos judiciales una
respuesta razonada, motivada y congruente de las pretensiones efectuadas;
pues precisamente el principio de congruencia procesal exige que el juez, al
momento de pronunciarse sobre una causa determinada, no altere o se
exceda en las peticiones ante él formuladas.

f) Motivaciones cualificadas.- Conforme lo ha destacado este Tribunal, resulta


indispensable una especial justificación para el caso de decisiones de rechazo
de la demanda, o cuando, como producto de la decisión jurisdiccional, se
afectan derechos fundamentales como el de la libertad. En estos casos, la
motivación de sentencia opera como un doble mandato, referido tanto al
propio derecho a la justificación de la decisión como también al derecho que
está siendo objeto de restricción por parte del Juez o Tribunal.”

Séptimo.- Entonces, tenemos que dentro de la esfera de la debida


motivación, se halla el principio de congruencia, “cuya transgresión la
constituye el llamado “vicio de incongruencia”, que ha sido entendido como
“desajuste” entre el fallo judicial y los términos en que las partes han
formulado sus pretensiones o sus argumentos de defensa, pudiendo
clasificarse en incongruencia omisiva, cuando el órgano judicial no se
pronuncia sobre alegaciones sustanciales formuladas oportunamente, la
incongruencia por exceso, cuando el órgano jurisdiccional concede algo no
planteado o se pronuncia sobre una alegación no expresada y la
incongruencia por error, en la que concurren ambos tipos de incongruencia,
dado que en este caso el pronunciamiento judicial recae sobre un aspecto
que es ajeno a lo planteado por la parte, dejando sin respuesta lo que fue
formulado como pretensión o motivo de impugnación”.

Octavo.- En el caso concreto se advierte la existencia de una motivación


sustancialmente incongruente en el pronunciamiento de la Sala Superior, al
dejar incontestadas las alegaciones formuladas por el codemandado Gino
Paolo Chonyen Acuña en su recurso de apelación y pronunciarse por una
causal de nulidad no alegada por la parte demandante, la cual tampoco fue
objeto de análisis por el juez de primera instancia y no formó parte del debate
procesal de autos al no haber sido incorporada como punto controvertido. En
efecto, tenemos que los argumentos de apelación estuvieron dirigidos a
atacar las consideraciones de la sentencia de primera instancia que sirvieron
de fundamento para declarar la nulidad del acto jurídico de anticipo de
legítima materia de autos por la causal de no revestir la forma prescrita bajo
sanción de nulidad, esto al verificar la existencia de duplicidad en el kardex
notarial asignado, sin que se haya expedido la escritura pública aclaratoria
correspondiente ni observado el orden cronológico; sin embargo, la Sala
Superior, al emitir la sentencia de vista omite pronunciarse sobre éstos
argumentos y, en su lugar, decide confirmar la sentencia apelada con
fundamentos diversos, sustentados en el hecho de que el inmueble sublitis ha
sido declarado monumento histórico y forma parte del patrimonio cultural de
la nación, razón por la cual considera que la transferencia efectuada mediante
el anticipo de legítima que nos ocupa debió ser puesta en conocimiento de la
entidad competente, siendo éste un mandato imperativo bajo sanción de
nulidad según lo dispuesto por el inciso 1 del artículo 9 de la Ley N° 28296,
Ley General del Patrimonio Cultural, aplicando en consecuencia la causal de
nulidad prevista en el inciso 7 del artículo 219 del Código Civil, al amparo de lo
dispuesto por el artículo 220 del mismo código sustantivo.

Noveno.- Al respecto, tenemos que si bien el referido artículo 220 del Código
Civil establece en su segundo párrafo que la nulidad a que se refiere el
artículo 219 del mismo cuerpo legal puede ser declarada de oficio por el juez
cuando resulte manifiesta; no es menos cierto que dicha facultad debe ser
ejercida por el juez garantizando adecuadamente el derecho de defensa de
las partes y otras garantías procesales a fin de no vulnerar el debido proceso.
En este punto, conviene recordar que la debida motivación de las
resoluciones judiciales está íntimamente ligado al derecho de defensa, pues
permite que las partes procesales puedan ejercitar adecuadamente éste
derecho alegando, probando, impugnado
y, en general, contradiciendo las razones que sustentan la decisión que vaya
afectar su esfera jurídica; en relación a esto, el Tribunal Constitucional ha
señalado que: “la necesidad de que las resoluciones judiciales sean motivadas
es un principio que informa el ejercicio de la función jurisdiccional y, al mismo
tiempo, un derecho constitucional de los justiciables. Mediante ella, por un
lado, se garantiza que la administración de justicia se lleve a cabo de
conformidad con la Constitución y las leyes (artículos 45° y 138° de la
Constitución) y, por otro, que los justiciables puedan ejercer de manera
efectiva su derecho de defensa” (negritas añadidas). Resulta necesario
mencionar que uno de los componentes esenciales que garantizan un debido
proceso lo constituye el derecho de defensa, el mismo que: “…se proyecta
como un principio de interdicción de ocasionarse indefensión y como un
principio de contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir
en la situación jurídica de algunas de las partes de un proceso o de un
tercero con interés” (Negritas añadidas). Por consiguiente, es indudable que
el principio de bilateralidad y contradicción constituyen una exigencia
ineludible vinculada a un proceso con las debidas garantías, siendo deber de
los órganos jurisdiccionales el posibilitarlo.

Décimo.- En tal sentido, los precedentes judiciales invocados por el


recurrente, adoptados en el Noveno Pleno Casatorio Civil publicado el
dieciocho de enero de dos mil diecisiete, advierten la necesidad de conciliar lo
establecido por el referido artículo 220 del Código Civil y los principios que
orientan el proceso judicial, como son el principio dispositivo, el principio del
contradictorio, el principio de congruencia y el de doble instancia;
estableciendo la forma en que el juez debe ejercer dicho poder de declarar de
oficio una nulidad manifiesta, es decir, aquella que sea fácil de detectar, sea
que se desprenda del acto mismo o del examen de algún otro elemento de
prueba incorporado al proceso; señalando que para dichos efectos debe
promoverse previamente el contradictorio entre las partes, es decir, darles a
éstas la oportunidad de debatir la nulidad, con lo cual se remedia en gran
medida la posible afectación de los indicados principios y, se colige, al debido
proceso. De esta manera se establecieron los siguientes precedentes
vinculantes que han sido invocados por la parte recurrente: “. La declaración
de oficio de la nulidad manifiesta de un negocio jurídico puede producirse en
cualquier proceso civil de cognición, siempre que la nulidad manifiesta del
referido negocio jurídico guarde relación directa con la solución de la
controversia y que, previamente, se haya promovido el contradictorio entre
las partes.” Se modifica la ratio decidendi contenida en el fundamento 39 del
Primer Pleno Casatorio Civil (Casación Nº 1465-2007-Cajamarca), de fecha
veintidós de enero de dos mil ocho, debiendo entenderse en lo sucesivo que
la Corte de Casación puede advertir una nulidad manifiesta aun cuando las
instancias de mérito no la hayan advertido en su oportunidad, y aun cuando
no haya sido invocada como agravio en el recurso de casación, en cuyo caso,
en decisión motivada y con expresa indicación de la causal de nulidad que
podría haberse configurado en la celebración del negocio jurídico, se
declarará la nulidad de la sentencia de vista, la insubsistencia de la sentencia
apelada y se ordenará que el Juez de primera instancia, previa promoción del
contradictorio entre las partes, emita pronunciamiento sobre la posible
nulidad manifiesta”. Cabe precisar que la nulidad manifiesta no se
circunscribe a algunas o a alguna específica causal de nulidad, sino que se
extiende a todas las causales que prevé el artículo 219 del Código Civil
siempre que la incursión en alguna causal, cualquiera que ésta sea, resulte
fácil de advertir, conforme a lo expresado en el fundamento 41 del Noveno
Pleno Casatorio Civil en referencia.

Décimo primero.- Bajo dicho contexto y apreciándose que en el caso


concreto, a partir de lo expuesto por el codemandado Julio Cesar Chonyen
Ramos al contestar la demanda, han salido a la luz hechos relevantes para la
dilucidación de la presente controversia, relativos a la presunta transferencia
entre particulares de un bien integrante del patrimonio cultural de la nación y
la obligatoriedad de ponerla en conocimiento de la autoridad competente
bajo sanción de nulidad, conforme al numeral 9.2 del artículo 9 de la Ley N°
28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, requisito que no se
habría cumplido en el caso presente; por lo que correspondía que el juez de la
causa incorpore como punto controvertido dicha causal contemplada en el
inciso 7 del artículo 219 del Código Sustantivo a fin de promover el
contradictorio y el debate procesal en torno a ello, antes de emitir
pronunciamiento. En consecuencia, al no haber procedido de tal manera se
verifica que el pronunciamiento de la Sala Superior contiene un fallo
incongruente con los agravios de apelación y la pretensión demandada, lo
cual evidencia un vicio insubsanable que afecta el debido proceso en sus
manifestaciones del derecho de defensa y la debida motivación de las
resoluciones judiciales, debiendo amparase las casuales denunciadas por el
recurrente y en aplicación de lo dispuesto por el artículo 171 del Código
Procesal Civil, debe declarase la nulidad de la sentencia de vista e
insubsistente la de primera instancia, a fin de que el juez proceda conforme a
los lineamientos expuestos en el Noveno Pleno Casatorio Civil glosados
precedentemente.

IV. DECISIÓN:
Estando a las consideraciones expuestas y de conformidad con el
artículo 396 del Código Procesal Civil, declararon: FUNDADO el
recurso de casación interpuesto por el demandado Gino Paolo Chonyen
Acuña, en consecuencia, NULA la sentencia de vista emitida por la
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, de fecha
dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete, obrante a fojas mil setenta
y uno, e INSUBSISTENTE la sentencia apelada expedida el cinco de
mayo de dos mil diecisiete, obrante a fojas novecientos trece.
ORDENARON que el juez de la causa emita nuevo fallo conforme a las
consideraciones expuestas en la presente sentencia. DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”,
bajo responsabilidad y los devolvieron. Interviniendo como Juez
Supremo ponente el señor Hurtado Reyes.

SS.
TÁVARA CÓRDOVA,
HURTADO REYES,
HUAMANÍ LLAMAS,
SALAZAR LIZÁRRAGA,
CALDERÓN PUERTAS.

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