Modelos Matemáticos
Modelos Matemáticos
: Control de Procesos
Facilitadora: Estudiante:
Ing. Liliana Rodríguez Carlos Padilla
C.I.: 28.580.867
PQ-01 TIV-FII
Los modelos matemáticos constituyen hoy día un medio de trabajo imprescindible para el
especialista en técnica de control de procesos. Es posible realizar un modelo del proceso a
regular, de su entorno y de sus leyes de control. No existe un único modelo, sino una serie de
modelos. Los modelos más sencillos investigan a priori el comportamiento, los más complejos
reproducen el comportamiento del sistema real con máxima fidelidad.
Una vez que el sistema físico ha sido sustituido por su equivalente modelo lineal, se
procede a deducir las ecuaciones del sistema, aplicando las leyes físicas adecuadas. Estas
leyes físicas relacionan las variables y parámetros de los componentes, describiendo a través
de ecuaciones matemáticas la dinámica de los mismos. Por ejemplo, para los sistemas
eléctricos se aplican la ley de Ohm, las leyes de Kirchhoff, etc.; para sistemas mecánicos las
leyes de movimiento de Newton y para sistemas físicos las leyes de conservación de la masa,
energía y cantidad de movimiento.
Las ecuaciones que representan un sistema físico pueden adoptar diferentes formas. La
forma convencional para representar un sistema físico es el empleo de ecuaciones integro-
diferenciales las cuales son ecuaciones que poseen operaciones de derivadas e integrales de
las variables dependientes en función de la variable independiente 𝑡. Una vez obtenidas las
ecuaciones del sistema, se busca obtener la solución de las mismas, las cuales pueden ser
resueltas por el método clásico el método operacional o el computacional.
Por otro lado, los sistemas tienen características particulares que los diferencian y permiten
su clasificación. Dicha clasificación se realizará según su orden y según su tipo, siendo el
orden del sistema coincidente con el número de variables de estado que se necesitan para
describirlo y con el grado del denominador de su función de transferencia; en tanto que, el tipo
de un sistema coincide con el número de soluciones en el origen que presenta el denominador
de su función de transferencia, o lo que será llamada en adelante la ecuación característica
del sistema.
𝑑𝑦(𝑡)
𝑎1 + 𝑎0 𝑦(𝑡) = 𝑏0 𝑢(𝑡); con: 𝑦(0) = 0
𝑑𝑥
Los sistemas de primer orden son un tipo de representación que sirve para poder expresar
de una forma matemática y muy simple cómo se comporta un proceso o un sistema real a lo
largo del tiempo cuando se aplica algún estímulo en sus entradas; de esa forma, se podría
hacer un análisis para mejorar y optimizar cualquier sistema.
Cabe puntualizar que los sistemas de primer orden tienen diversas aplicaciones para
aproximar y representar procesos y sistemas físicos cotidianos o industriales. Por ejemplo, se
tienen sistemas físicos de primer orden de circuitos eléctricos (circuito RC) donde el
condensador es el componente encargado de almacenar la energía del sistema. Otros
ejemplos de sistemas de primer orden son: la temperatura de un horno, un sistema masa
resorte, un circuito RL, el enfriamiento del café a temperatura ambiente, etc.
𝒀(𝒔) 𝑲
𝑮(𝒔) = =
𝑼(𝒔) 𝝉𝒔 + 𝟏
donde:
El método más utilizado para estudiar el comportamiento de los sistemas de primer orden
consiste en someter dicho sistema a un conjunto de entradas típicas: el impulso, el escalón
unitario, la rampa y una señal alterna sinusoidal.
𝒀𝒎𝒂𝒙 − 𝒀𝒎𝒊𝒏
𝑲=
𝑼𝒎𝒂𝒙 − 𝑼𝒎𝒊𝒏
Entonces, la respuesta transitoria se define como la dinámica del sistema desde el estado
inicial hasta alcanzar el estado estacionario, donde en un sistema de primer orden la respuesta
transitoria tiene una duración de 4 veces la constante de tiempo.
Como se ha estudiado hasta este punto, un sistema de primer orden como una función de
transferencia que tiene un polinomio en el denominador de primer grado, o si lo vemos desde
la ecuación diferencial, es donde el máximo orden de la derivada es uno.
Sin embargo, es posible encontrarse con 3 tipos diferentes de sistemas de primer orden en
la teoría del control, los cuales se describen a continuación:
Sistema de primer orden sin cero (clásico). Como su nombre lo indica, este es el sistema
más clásico de todos, donde únicamente posee su ganancia estática en el numerador de la
función de transferencia y posee una constante de tiempo 𝜏 que nos indica la velocidad de
crecimiento del sistema y además nos da un indicio de su estabilidad. Si el 𝜏 es positivo, el
sistema es estable, si es negativo es inestable. La función de transferencia se presenta
nuevamente a continuación:
𝒀(𝒔) 𝑲
𝑮(𝒔) = =
𝑼(𝒔) 𝝉𝒔 + 𝟏
Sistema de primer orden con cero nulo. En este caso tenemos un sistema de primer
orden que posee una raíz en el numerador ubicado en el origen del plano complejo 𝑠, es decir
tiene un cero nulo. Como puede ser observado en la siguiente función de transferencia:
𝒀(𝒔) 𝑲𝒔
𝑮(𝒔) = =
𝑼(𝒔) 𝝉𝒔 + 𝟏
En este caso particular, la ganancia K ya no es más la ganancia estática del sistema, y eso
puede ser comprobado con el teorema del valor final, donde 𝐺(0) = 0. En otras palabras, por
el motivo de tener un cero en el origen, este sistema de primer orden con cero nulo hará que
la respuesta en el régimen permanente se establezca en cero en caso del sistema ser estable.
Sistema de primer orden con cero no nulo. En este caso, se tiene un sistema de primer
orden que posee un cero ubicado en una posición diferente del origen:
𝒀(𝒔) 𝑲(𝑻𝒔 + 𝟏)
𝑮(𝒔) = =
𝑼(𝒔) 𝝉𝒔 + 𝟏
Este caso es similar a la estructura clásica donde nuevamente la ganancia 𝐾 coincide con
la ganancia estática del sistema, o sea que 𝐾 indica el valor donde el proceso va a entrar en
régimen permanente con relación a la entrada que se coloque.
Los sistemas de segundo orden son todos aquellos que tienen dos polos y están
representados típicamente por ecuaciones diferenciales ordinarias de segundo orden.
Considerando el caso de las ecuaciones diferenciales lineales de segundo orden, con
coeficientes constantes y condición inicial cero, se tiene:
𝑑2 𝑦(𝑡) 𝑑𝑦(𝑡) 𝑑𝑦(𝑡)
𝑎2 2
+ 𝑎1 + 𝑎0 𝑦(𝑡) = 𝑏0 𝑢(𝑡), con: 𝑦(0) = 0; | =0
𝑑𝑡 𝑑𝑥 𝑑𝑥 𝑡=0
En este caso, a diferencia de los sistemas de primer orden, el orden de la máxima derivada
es 2, lo cual indica que es un sistema de segundo orden. Es de hacer notar que en la ingeniería
de control los sistemas de segundo orden tienen una relevancia importante, debido a que,
gracias a este tipo de sistemas, es posible analizar y proyectar lazos cerrados de control.
𝒀(𝒔) 𝑲𝝎𝟐𝒏
𝑮(𝒔) = = 𝟐
𝑼(𝒔) 𝒔 + 𝟐𝜻𝝎𝒏 + 𝝎𝟐𝒏
donde:
En este caso, es posible deducir que cuando se tiene un sistema de segundo orden existe
la posibilidad de la presencia de un sistema amortiguado que indica la existencia de algún
componente capaz de disipar la energía del sistema, el cual viene dado por el factor de
amortiguamiento 𝜁.
Inestable (𝜻 < 𝟎): Un sistema de segundo orden con inestabilidad es aquel cuyo
coeficiente de amortiguamiento es menor que cero (𝜁 < 0). Este sistema tiene dos
polos complejos conjugados con parte real positiva.
𝑌(𝑠) 𝐾𝜔𝑛2
= 2
𝑈(𝑠) 𝑠 + 2𝜁𝜔𝑛 + 𝜔𝑛2
𝑠 2 + 2𝜁𝜔𝑛 + 𝜔𝑛2 = 0
Aplicando la ecuación general para encontrar las raíces de un polinomio de segundo grado:
−2𝜁𝜔𝑛 ± √4𝜔𝑛2 (𝜁 2 − 1)
𝑠1,2 =
2
Los polos del sistema de segundo orden son:
A partir de la ecuación de los polos, se procede a sustituir por los diferentes valores que
puede tomar el factor de amortiguamiento y analizar la característica de los polos ante la
variación de este parámetro.
Los sistemas de orden superior son aquellos sistemas dinámicos que contienen ceros
adicionales los cuales son los que afectan y desequilibran el comportamiento tanto en un
régimen transitorio como en un régimen permanente. En un sistema de orden superior la
ecuación que representa el sistema está dada por la ecuación clásica:
𝑑𝑛 𝑦 𝑑𝑛−1 𝑦 𝑑𝑦 𝑑𝑚 𝑢
+ 𝑎1 + ⋯ + 𝑎𝑛−1 + 𝑎𝑛 𝑦 = 𝑏0 + ⋯ + 𝑏𝑚 𝑢
𝑑𝑡 𝑛 𝑑𝑡 𝑛−1 𝑑𝑡 𝑑𝑡 𝑚
𝑛
𝑎 𝑎𝑖
𝑌(𝑠) = + ∑
𝑠 𝑠 + 𝑝𝑛
𝑖=1
donde 𝑎𝑖 es el residuo del polo en 𝑠 = −𝑝𝑖 . Entonces, la señal de salida del sistema es:
𝒚(𝒕) = 𝒂 + ∑ 𝒂𝒊 𝒆−𝒑𝒊 𝒕
𝒊=𝟏
Si todos los polos del sistema quedan en el semiplano izquierdo del plano 𝑠, la magnitud
de los residuos determina la importancia relativa de cada sumando que compone la respuesta
del sistema 𝑌(𝑠). Por lo tanto, si el residuo es pequeño la contribución en la señal de salida
de ese polo será también pequeña y se podrá eliminar el polo correspondiente disminuyendo
de esta forma el orden del sistema. Existen dos causas que hacen pequeño el residuo de un
polo:
De este modo, sistemas de orden alto pueden aproximarse por sistemas de orden más
bajo, simplificándose notablemente su análisis. De todas formas, no siempre es posible
simplificar un sistema hasta llegar a uno de segundo orden sin ceros. Además, se puede decir
que si un cero está muy alejado del eje imaginario tiene poca influencia en el transitorio del
sistema y se puede eliminar sin pérdida grande de exactitud.
𝑌(𝑠) 𝐾
𝐺(𝑠) = =
𝑈(𝑠) 𝜏𝑠 + 1
𝑌(𝑠) 𝐾𝜔𝑛2
𝐺(𝑠) = = 2
𝑈(𝑠) 𝑠 + 2𝜁𝜔𝑛 + 𝜔𝑛2
Análisis de la Respuesta Temporal (s.f.). Universidad Simón Bolívar (USB). Recuperado de:
http://prof.usb.ve/montbrun/Respuesta_Temporal%20Feb08.pdf
Smith, C. & Corripio, A. (1991). Control automático de procesos: Teoría y práctica. México:
Editorial Limusa S.A.
ANEXOS