0% encontró este documento útil (0 votos)
167 vistas8 páginas

Pacto de Varsovia

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 8

Pacto de Varsovia

El Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, más conocido


como Pacto de Varsovia por la ciudad en la que fue firmado, fue un acuerdo de
cooperación militar firmado el 14 de mayo de 1955 por los países del Bloque del
Este durante el periodo conocido como Guerra Fría. Diseñado bajo el liderazgo de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), su objetivo expreso era
contrarrestar la amenaza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN,
fundada en 1949), y en especial el rearme de la República Federal Alemana, a la que
el tratado fundacional de la Comunidad Europea de Defensa permitía reorganizar sus
fuerzas armadas.
El Pacto de Varsovia se estableció como un equilibrio de poder y contraparte
ante la OTAN. No hubo enfrentamiento militar directo entre las dos organizaciones;
en cambio, el conflicto se libró sobre una base ideológica y mediante guerras
subsidiarias. Tanto la OTAN como el Pacto de Varsovia llevaron a la expansión de
las fuerzas militares y su integración en los respectivos bloques. Su mayor
compromiso militar fue la invasión de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia en
agosto de 1968 (con la participación de todas las naciones del Pacto excepto Albania
y Rumania), lo que, en parte, provocó que Albania se retirara del pacto menos de un
mes después. El pacto comenzó a deshacerse en su totalidad con la difusión de las
revoluciones de 1989 a través del bloque del Este, empezando por el movimiento
Solidaridad liderado por Lech Walesa en Polonia, su éxito electoral en junio de 1989
y el picnic paneuropeo en agosto de 1989, y entró ya en franco desmoronamiento
con la caída del Muro de Berlín.
Alemania Oriental se retiró del Pacto tras la reunificación alemana en 1990.
El 25 de febrero de 1991, en una reunión en Hungría, los ministros de Defensa y
Relaciones Exteriores de los seis Estados miembros restantes declararon el fin del
Pacto, que se oficializó el 1 de julio de 1991. La propia URSS se disolvió en
diciembre de 1991, aunque la mayoría de las ex repúblicas soviéticas formaron la
Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) poco después. En los
siguientes 20 años, varios de los países del Pacto de Varsovia fuera de la URSS se
unieron a la OTAN (Alemania Oriental a través de su reunificación con Alemania
Occidental; y la República Checa y Eslovaquia como países separados), al igual que
los países bálticos que habían sido parte de la Unión Soviética.

Ámbito
El ámbito del Pacto de Varsovia abarcaba todos los Estados socialistas del
Bloque del Este (a excepción de Yugoslavia sobre la que, pese a todo, se ejerció una
poderosa influencia), es decir, Albania (se retiró en 1968), Bulgaria,
Checoslovaquia, Hungría, Polonia, la República Democrática Alemana, Rumanía y
la Unión Soviética; hasta 1961 la República Popular China estuvo afiliada como
observador. Se firmó en la capital polaca el 14 de mayo de 1955, siendo Nikita
Jrushchov el primer secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética.
Los países del Bloque del Este mantenían ya, antes de la firma del tratado,
una estrecha relación militar con la Unión Soviética, cuyo Ejército Rojo había
acometido su liberación durante la Segunda Guerra Mundial, del mismo modo que
las fuerzas estadounidenses y británicas lo habían hecho en Alemania Occidental, la
parte occidental de Austria, Bélgica, Italia, Francia y Grecia, en el marco de lo
acordado en la Conferencia de Yalta. La profunda influencia soviética en el bloque
había sido percibida como un desafío por las otras potencias aliadas, que
consideraban la expansión del comunismo como una amenaza inmediata al régimen
político y económico dominante en Europa. La polarización entre la órbita
estadounidense que con el establecimiento de la OTAN rompió su secular tradición
de aislamiento militar y la soviética sería el carácter determinante de los 45 años de
la llamada Guerra Fría (nombre dado al conflicto no bélico que libraron la URSS y
los EE. UU. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la disolución de la
primera en 1991).
Estados miembros del Pacto de Varsovia
• Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
• República Popular de Albania (se retiró en 1968)
• República Democrática Alemana
• República Popular de Bulgaria
• República Socialista Checoslovaca
• República Popular de Hungría
• República Popular de Polonia
• República Socialista de Rumanía
Observadores
• República Popular China (se retiró en 1961)
• Corea del Norte
• Mongolia
Organización
Los miembros del Pacto de Varsovia acordaron, en términos muy similares a
los empleados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN, la
cooperación en tareas de mantenimiento de la paz, la inmediata organización en caso
de ataque previsible (art. 3), la defensa mutua en caso de que alguno de los
miembros fuera atacado (art. 4), y el establecimiento de un Estado Mayor conjunto
para coordinar los esfuerzos nacionales (art. 5). Consistente en once artículos en
total, el Pacto no hacía referencia directa al régimen de gobierno de los miembros
declarándose abierto a «todos los Estados», con el único requisito de la unanimidad
de los restantes signatarios en su admisión (art. 9), y establecía una vigencia de
veinte años renovables, así como la libertad de revocarlo para cada uno de los
estados miembro. Fue firmado en cuatro ejemplares, uno en ruso, otro en alemán,
otro en checo y otro en polaco.
Un Comité Político, compuesto por los jefes de gobierno de los Estados
miembros, se reunía anualmente para establecer las políticas y objetivos anuales. La
mayoría de las negociaciones incluía también la presencia de los ministros de
defensa, los jefes de las fuerzas armadas, y los miembros del Estado Mayor de cada
una de ellas. Además del comité político, el Pacto de Varsovia contaba con un
Comité Asesor Militar, un Comité Técnico y de Investigación, un Consejo de
Secretarios de Defensa y un Estado Mayor Conjunto. Iván Kónev fue su primer
comandante en jefe.
Aunque el objetivo expreso del Pacto era evitar la declaración de guerra
entre sus Estados miembros y las potencias occidentales se cumplió, y las medidas
militares nunca debieron hacerse efectivas, el Estado Mayor conjunto hubiera sido
en caso de guerra la autoridad suprema sobre los ejércitos, armadas y fuerzas aéreas
de los estados miembros; la potencia militar que esto representaba incluía 6 200 000
soldados, unos 65 000 tanques, dos millares de buques y 15 000 aviones de combate,
además de misiles nucleares instalados en varios de los Estados miembros. En
tiempo de paz, solo las fuerzas destinadas fuera de su país de origen estaban bajo su
mando directo.

Historia
El Pacto de Varsovia fue un instrumento elaborado en la pugna entre los
bloques occidental y oriental, surgidos a partir del fin de la Segunda Guerra
Mundial. Su límite coincidía en términos globales con las líneas de demarcación
pactadas en las cumbres que Roosevelt, Churchill y Stalin habían mantenido entre
1943 y 1945, con escasas dudas acerca del territorio alemán y austríaco que se
resolvieron en la partición del primero y la retirada de todas las fuerzas del segundo.
La competencia por el terreno asiático se resolvió parcialmente con la
proclamación de la República Popular en China sin que la Unión Soviética estuviese
muy satisfecha con la situación, aunque China participaría como observador hasta su
ruptura con el gobierno soviético en 1968 y la ocupación estadounidense de Japón y
Corea, pero su ambigüedad dio lugar a la mayoría de los conflictos que estallaron
finalmente entre las potencias.
La estrategia soviética, al igual que la estadounidense, consistió
principalmente en asegurar su zona de influencia sin que ello llevara a un conflicto
abierto con el oponente, y por lo tanto se tradujo en un nivel restringido de actividad
militar aún dentro de las fronteras.
Ya en 1948, la República Federal Popular de Yugoslavia del mariscal Tito
había marcado sus diferencias con Moscú, y las desavenencias diplomáticas entre
China y la Unión Soviética con ocasión de la guerra de Corea fueron prominentes.
En realidad, la política exterior de ambas potencias estuvo más ocupada en intentar
aprovechar las crisis económicas que creían inminentes, cuya gravedad llevó a los
Estados Unidos a desarrollar el Plan Marshall y la OTAN. En los Estados del Bloque
del Este, los movimientos comunistas estuvieron hasta entrados los años 60
"abiertamente comprometidos" con la construcción de democracias parlamentarias,
con representación de la burguesía y los terratenientes, y modelos económicos
híbridos.
La resistencia del gobierno estalinista a revisar los límites trazados por los
acuerdos de Yalta estaba basada únicamente en la debilidad militar de la URSS en
comparación con el enorme armamento estadounidense, que permaneció desde la
guerra hasta nuestros días en las múltiples bases que estableció en Europa y Asia
Menor. Antes que el dominio absoluto del frente interno, la apuesta soviética fue la
participación en la carrera armamentista, que implicó una creciente y ruinosa
inversión en tecnología militar, pero no un aumento de los efectivos. Incluso
Finlandia, en la que el Partido Comunista era la pieza central del gobierno, solicitó y
obtuvo la retirada del Ejército Soviético de la base naval de Porkkala en 1956.
Mientras el clima político finés y el liderazgo duro de Tito en Yugoslavia,
férreamente controlado, hicieron posible que estos Estados no entraran a formar
parte del Pacto, en otros países la situación interna era más compleja. En la
República Popular de Hungría, las disensiones internas del partido comunista local,
cuyas facciones estudiantiles protestaban por la acción militar soviética en los
incidentes de Poznań en la República Popular de Polonia, se combinaron con la
insurrección ultranacionalista de Dudás József para dar lugar a la sublevación, que
fue reprimida por las fuerzas del Pacto.
Se ha argumentado que el Pacto de Varsovia era, en la práctica, un
instrumento de control de la Unión Soviética sobre los Estados socialistas del este de
Europa a fin de impedir que salieran de su égida. En algunos casos, efectivamente,
los intentos de los países miembros para dejar el Pacto fueron aplastados
militarmente, como por ejemplo la Revolución de Hungría de 1956: en octubre de
ese año, el Ejército soviético, amparándose en las previsiones del Pacto de Varsovia,
entró en Hungría y acabó con un incipiente levantamiento anticomunista en apenas
dos semanas.
Las fuerzas del Pacto de Varsovia fueron utilizadas también en contra de
alguno de sus miembros, como en 1968, durante la Primavera de Praga, cuando
invadieron Checoslovaquia para acabar con las reformas flexibilizadoras que estaba
encarando el gobierno, catalogadas por la URSS como tendientes a destruir el
socialismo. La llamada doctrina Brézhnev de «soberanía limitada», que marcaba la
política militar exterior de la Unión Soviética en la época, establecía: «Cuando hay
fuerzas que son hostiles al socialismo y tratan de cambiar el desarrollo de algún país
socialista hacía el capitalismo, se convierten no solo en un problema del país
concerniente, sino un problema común que concierne a todos los países socialistas».
La República Popular de Albania se retiró de la alianza en 1961 como resultado de la
separación chino-soviética, en la que su régimen estalinista de línea dura apoyó a la
República Popular China.
Aunque los países de la OTAN y los del Pacto de Varsovia no se enfrentaron
en ningún conflicto armado, mantuvieron activa la Guerra Fría por más de 35 años.
En diciembre de 1988, Mijaíl Gorbachov, líder de la Unión Soviética en ese tiempo,
anunció la llamada doctrina Sinatra, la cual establecía que la doctrina Brézhnev sería
abandonada y que los países de Europa del Este podrían hacer lo que consideraran
conveniente.

Final del Pacto de Varsovia


La vigencia de la doctrina Sinatra contribuyó a la aceleración de los cambios
que sacudieron Europa del Este a partir de 1989. Los nuevos gobiernos del este eran
menos partidarios que los precedentes al mantenimiento del Pacto de Varsovia, y en
enero de 1991 Checoslovaquia, Hungría y Polonia anunciaron que se retirarían el 1
de julio de ese mismo año. Al retirarse Bulgaria en febrero, el Pacto se vio disuelto a
efectos prácticos. La disolución oficial, aceptada por la Unión Soviética, se
formalizó en la reunión en Praga el 1 de julio de 1991.
El 12 de marzo de 1999, República Checa, Hungría y Polonia, antiguos
miembros del Pacto de Varsovia, se unieron a la OTAN. Bulgaria, Estonia, Letonia,
Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia lo hicieron en marzo de 2004. Albania y
Croacia lo hicieron en abril de 2009.

Operaciones del pacto


Invasión de Hungría en 1956
La Revolución húngara de 1956 fue un movimiento revolucionario
espontáneo de alcance nacional contra el gobierno de la República Popular de
Hungría y sus políticas impuestas desde la Unión Soviética, que duró desde el 23 de
octubre hasta el 10 de noviembre de 1956.
Desde el discurso secreto de crítica a los excesos de Stalin realizado por su
sucesor al frente de la URSS Nikita Jruschov en el XX Congreso del PCUS, el
pueblo húngaro había solicitado continuamente la libertad necesaria para elegir su
propio sistema político alejado del comunismo. Así, surgieron por toda Hungría
movimientos que demandaban que se pusiera coto a las actividades de la policía
secreta.
La revuelta comenzó como una protesta estudiantil que atrajo a miles de
personas a una marcha por el centro de Budapest hacia el edificio del Parlamento
húngaro. Una delegación estudiantil fue detenida cuando entraba al edificio de la
radio estatal con la intención de transmitir sus demandas. Cuando los manifestantes
en las calles exigieron la liberación de la delegación, la policía política húngara
(Államvédelmi Hatóság o ÁVH) abrió fuego desde el interior del edificio. Algunos
soldados soviéticos dispararon a la ÁVH, debido a que creyeron por equivocación
que estaban siendo objeto de un ataque. Algunos manifestantes contestaron los
disparos con las armas tomadas de la ÁVH o brindadas por los soldados húngaros
que se unieron al levantamiento.
Tras el fracaso de la contención soviética, la revuelta sólo aumentó y atrajo a
exsoldados, policías y a gente de todo el país.
La noticia se difundió rápidamente y llevó al estallido de desórdenes y
violencia en la capital. La revolución se expandió rápidamente por toda Hungría, el
gobierno de András Hegedüs fue derrocado y el primer ministro Imre Nagy tomó las
"riendas". Miles se organizaron en milicias para combatir a la Policía de seguridad
de Estado (ÁVH) y a las tropas soviéticas. Comunistas pro-soviéticos y miembros de
la ÁVH fueron a menudo ejecutados o encarcelados, a la vez que antiguos
prisioneros políticos fueron liberados y armados. Consejos improvisados arrebataron
el control municipal al Partido comunista húngaro y exigieron cambios políticos. El
nuevo gobierno encabezado por Imre Nagy disolvió formalmente la ÁVH, declaró su
intención de retirarse del Pacto de Varsovia y prometió restablecer las elecciones
libres. Para fines de octubre, los combates casi habían cesado y comenzó una
sensación de normalidad.
A diferencia de lo sucedido con las Protestas de Poznań contra el gobierno
de la República Popular de Polonia, la Revolución húngara cuestionaba el estilo de
gobierno estalinista y, por tanto, amenazaba la naturaleza misma del régimen pro-
soviético de partido único. Así, tras haber anunciado su voluntad de negociar el
retiro de las fuerzas soviéticas, el Politburó cambió de idea y se movilizó para
aplastar la revolución. Aprovechando que Occidente se encontraba dividido a causa
de la crisis de Suez, el ejército soviético movilizó 31 550 soldados y 1130 tanques y
el 4 de noviembre de 1956 invadió Budapest y otras regiones del país: la resistencia
húngara continuó hasta el 10 de noviembre. Más de 2500 húngaros y 722 soldados
soviéticos perecieron en el conflicto y unos 200 000 húngaros huyeron en calidad de
refugiados. Los arrestos masivos y las acusaciones continuaron por meses. Para
enero de 1957, el nuevo gobierno instalado por los soviéticos y liderado por János
Kádár había reprimido toda oposición pública.

Invasión de Checoslovaquia en 1968


La invasión de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia fue una guerra no
declarada en la que tropas de cinco países socialistas miembros del Pacto de
Varsovia en la noche del 20 al 21 de agosto de 1968, liderados por la Unión
Soviética, invadieron la República Socialista de Checoslovaquia. Su objetivo era
frenar las reformas de liberalización económica y política impulsadas por el
presidente checoslovaco, Alexander Dubček, las cuales habían conducido,
anteriormente, a la Primavera de Praga.
Participaron en la operación militar tropas de las repúblicas de Polonia,
Hungría y Bulgaria, comandadas por tropas soviéticas. Las tropas de Alemania
Oriental, aunque listas para la acción, no cruzaron la frontera de Checoslovaquia —a
excepción de un pequeño número de especialistas—. El único país miembro del
Pacto de Varsovia que no participó en la invasión fue Rumanía, además su
presidente, Nicolae Ceaușescu, condenó abiertamente la invasión.

También podría gustarte