Pacto de Varsovia
Pacto de Varsovia
Pacto de Varsovia
Ámbito
El ámbito del Pacto de Varsovia abarcaba todos los Estados socialistas del
Bloque del Este (a excepción de Yugoslavia sobre la que, pese a todo, se ejerció una
poderosa influencia), es decir, Albania (se retiró en 1968), Bulgaria,
Checoslovaquia, Hungría, Polonia, la República Democrática Alemana, Rumanía y
la Unión Soviética; hasta 1961 la República Popular China estuvo afiliada como
observador. Se firmó en la capital polaca el 14 de mayo de 1955, siendo Nikita
Jrushchov el primer secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética.
Los países del Bloque del Este mantenían ya, antes de la firma del tratado,
una estrecha relación militar con la Unión Soviética, cuyo Ejército Rojo había
acometido su liberación durante la Segunda Guerra Mundial, del mismo modo que
las fuerzas estadounidenses y británicas lo habían hecho en Alemania Occidental, la
parte occidental de Austria, Bélgica, Italia, Francia y Grecia, en el marco de lo
acordado en la Conferencia de Yalta. La profunda influencia soviética en el bloque
había sido percibida como un desafío por las otras potencias aliadas, que
consideraban la expansión del comunismo como una amenaza inmediata al régimen
político y económico dominante en Europa. La polarización entre la órbita
estadounidense que con el establecimiento de la OTAN rompió su secular tradición
de aislamiento militar y la soviética sería el carácter determinante de los 45 años de
la llamada Guerra Fría (nombre dado al conflicto no bélico que libraron la URSS y
los EE. UU. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta la disolución de la
primera en 1991).
Estados miembros del Pacto de Varsovia
• Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
• República Popular de Albania (se retiró en 1968)
• República Democrática Alemana
• República Popular de Bulgaria
• República Socialista Checoslovaca
• República Popular de Hungría
• República Popular de Polonia
• República Socialista de Rumanía
Observadores
• República Popular China (se retiró en 1961)
• Corea del Norte
• Mongolia
Organización
Los miembros del Pacto de Varsovia acordaron, en términos muy similares a
los empleados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN, la
cooperación en tareas de mantenimiento de la paz, la inmediata organización en caso
de ataque previsible (art. 3), la defensa mutua en caso de que alguno de los
miembros fuera atacado (art. 4), y el establecimiento de un Estado Mayor conjunto
para coordinar los esfuerzos nacionales (art. 5). Consistente en once artículos en
total, el Pacto no hacía referencia directa al régimen de gobierno de los miembros
declarándose abierto a «todos los Estados», con el único requisito de la unanimidad
de los restantes signatarios en su admisión (art. 9), y establecía una vigencia de
veinte años renovables, así como la libertad de revocarlo para cada uno de los
estados miembro. Fue firmado en cuatro ejemplares, uno en ruso, otro en alemán,
otro en checo y otro en polaco.
Un Comité Político, compuesto por los jefes de gobierno de los Estados
miembros, se reunía anualmente para establecer las políticas y objetivos anuales. La
mayoría de las negociaciones incluía también la presencia de los ministros de
defensa, los jefes de las fuerzas armadas, y los miembros del Estado Mayor de cada
una de ellas. Además del comité político, el Pacto de Varsovia contaba con un
Comité Asesor Militar, un Comité Técnico y de Investigación, un Consejo de
Secretarios de Defensa y un Estado Mayor Conjunto. Iván Kónev fue su primer
comandante en jefe.
Aunque el objetivo expreso del Pacto era evitar la declaración de guerra
entre sus Estados miembros y las potencias occidentales se cumplió, y las medidas
militares nunca debieron hacerse efectivas, el Estado Mayor conjunto hubiera sido
en caso de guerra la autoridad suprema sobre los ejércitos, armadas y fuerzas aéreas
de los estados miembros; la potencia militar que esto representaba incluía 6 200 000
soldados, unos 65 000 tanques, dos millares de buques y 15 000 aviones de combate,
además de misiles nucleares instalados en varios de los Estados miembros. En
tiempo de paz, solo las fuerzas destinadas fuera de su país de origen estaban bajo su
mando directo.
Historia
El Pacto de Varsovia fue un instrumento elaborado en la pugna entre los
bloques occidental y oriental, surgidos a partir del fin de la Segunda Guerra
Mundial. Su límite coincidía en términos globales con las líneas de demarcación
pactadas en las cumbres que Roosevelt, Churchill y Stalin habían mantenido entre
1943 y 1945, con escasas dudas acerca del territorio alemán y austríaco que se
resolvieron en la partición del primero y la retirada de todas las fuerzas del segundo.
La competencia por el terreno asiático se resolvió parcialmente con la
proclamación de la República Popular en China sin que la Unión Soviética estuviese
muy satisfecha con la situación, aunque China participaría como observador hasta su
ruptura con el gobierno soviético en 1968 y la ocupación estadounidense de Japón y
Corea, pero su ambigüedad dio lugar a la mayoría de los conflictos que estallaron
finalmente entre las potencias.
La estrategia soviética, al igual que la estadounidense, consistió
principalmente en asegurar su zona de influencia sin que ello llevara a un conflicto
abierto con el oponente, y por lo tanto se tradujo en un nivel restringido de actividad
militar aún dentro de las fronteras.
Ya en 1948, la República Federal Popular de Yugoslavia del mariscal Tito
había marcado sus diferencias con Moscú, y las desavenencias diplomáticas entre
China y la Unión Soviética con ocasión de la guerra de Corea fueron prominentes.
En realidad, la política exterior de ambas potencias estuvo más ocupada en intentar
aprovechar las crisis económicas que creían inminentes, cuya gravedad llevó a los
Estados Unidos a desarrollar el Plan Marshall y la OTAN. En los Estados del Bloque
del Este, los movimientos comunistas estuvieron hasta entrados los años 60
"abiertamente comprometidos" con la construcción de democracias parlamentarias,
con representación de la burguesía y los terratenientes, y modelos económicos
híbridos.
La resistencia del gobierno estalinista a revisar los límites trazados por los
acuerdos de Yalta estaba basada únicamente en la debilidad militar de la URSS en
comparación con el enorme armamento estadounidense, que permaneció desde la
guerra hasta nuestros días en las múltiples bases que estableció en Europa y Asia
Menor. Antes que el dominio absoluto del frente interno, la apuesta soviética fue la
participación en la carrera armamentista, que implicó una creciente y ruinosa
inversión en tecnología militar, pero no un aumento de los efectivos. Incluso
Finlandia, en la que el Partido Comunista era la pieza central del gobierno, solicitó y
obtuvo la retirada del Ejército Soviético de la base naval de Porkkala en 1956.
Mientras el clima político finés y el liderazgo duro de Tito en Yugoslavia,
férreamente controlado, hicieron posible que estos Estados no entraran a formar
parte del Pacto, en otros países la situación interna era más compleja. En la
República Popular de Hungría, las disensiones internas del partido comunista local,
cuyas facciones estudiantiles protestaban por la acción militar soviética en los
incidentes de Poznań en la República Popular de Polonia, se combinaron con la
insurrección ultranacionalista de Dudás József para dar lugar a la sublevación, que
fue reprimida por las fuerzas del Pacto.
Se ha argumentado que el Pacto de Varsovia era, en la práctica, un
instrumento de control de la Unión Soviética sobre los Estados socialistas del este de
Europa a fin de impedir que salieran de su égida. En algunos casos, efectivamente,
los intentos de los países miembros para dejar el Pacto fueron aplastados
militarmente, como por ejemplo la Revolución de Hungría de 1956: en octubre de
ese año, el Ejército soviético, amparándose en las previsiones del Pacto de Varsovia,
entró en Hungría y acabó con un incipiente levantamiento anticomunista en apenas
dos semanas.
Las fuerzas del Pacto de Varsovia fueron utilizadas también en contra de
alguno de sus miembros, como en 1968, durante la Primavera de Praga, cuando
invadieron Checoslovaquia para acabar con las reformas flexibilizadoras que estaba
encarando el gobierno, catalogadas por la URSS como tendientes a destruir el
socialismo. La llamada doctrina Brézhnev de «soberanía limitada», que marcaba la
política militar exterior de la Unión Soviética en la época, establecía: «Cuando hay
fuerzas que son hostiles al socialismo y tratan de cambiar el desarrollo de algún país
socialista hacía el capitalismo, se convierten no solo en un problema del país
concerniente, sino un problema común que concierne a todos los países socialistas».
La República Popular de Albania se retiró de la alianza en 1961 como resultado de la
separación chino-soviética, en la que su régimen estalinista de línea dura apoyó a la
República Popular China.
Aunque los países de la OTAN y los del Pacto de Varsovia no se enfrentaron
en ningún conflicto armado, mantuvieron activa la Guerra Fría por más de 35 años.
En diciembre de 1988, Mijaíl Gorbachov, líder de la Unión Soviética en ese tiempo,
anunció la llamada doctrina Sinatra, la cual establecía que la doctrina Brézhnev sería
abandonada y que los países de Europa del Este podrían hacer lo que consideraran
conveniente.