Batalla de Bombona
Batalla de Bombona
Batalla de Bombona
Importancia
De más de 2.000 soldados enemigos que se rindieron, sólo unos pocos eligieron volver a España.6150 Según
una estimación del mismo Bolívar, no había más de 300 soldados peninsulares entre Pasto y Quito.151 La
campaña del Sur, entre septiembre de 1821 y el 22 de mayo de 1822, exigió la movilización de 130 oficiales y
7.314 soldados republicanos, pero sólo quedaban 4.000 al firmarse la paz.
Sobre la importancia de la campaña, el historiador colombiano Manuel Antonio López Borrero señala que:
«verdadero resultado estratégico consistió en paralizar las operaciones de una gran fuerza que, auxiliando al
ejército del general Aymerich, habría puesto en duro conflicto al general Sucre». Para Cevallos, los realistas de
Quito al mando del mariscal Melchor de Aymerich sumaban 2.000 efectivos que estaban a la defensiva,
esperando los refuerzos pastusos que jamás llegaron y con los que hubieran hecho mucho daño a Sucre, quien
sólo tenía 3.000. Restrepo define la batalla como un «¡Estéril triunfo que había costado muy caro!».9 En
cambio, Larrazábal acepta que fue una victoria cara en vidas, pero se niega a definirla como estéril.
El historiador venezolano Rafael María Baralt define la batalla como: «la célebre batalla de Bomboná, gloriosa
si bien cara á los patriotas por la muerte del general Pedro León Torres. Sus armas victoriosas le abrieron las
puertas de Pasto». Más crítico es Ibáñez Sánchez, quien señala que el Libertador tenía tres objetivos con su
campaña: destruir la 2ª división realista, tomar San Juan y continuar hasta Quito. En cambio, García buscaba
retener la villa y su provincia. El presidente no consiguió sus objetivos, mientras que el coronel sí. Por otra
parte, es falso que Bolívar consiguió distraer a la división enemiga, pues el Cataluña fue enviado a reforzar a
Aymerich a finales de mayo pero no llegó a tiempo por los rápidos movimientos de Sucre. De hecho, el
historiador se pregunta si era necesaria una batalla como Bomboná para distraer a García. Lo que si reconoce
es que el Libertador debió retirarse después de apoderarse de las alturas de Cariaco para ponerse a la
defensiva, y que García se vio incapaz de volver a presentar batalla. Cree que era mejor retroceder a atacar las
defensas de Cariaco. Esto pudo desmoralizar a las tropas republicanas, pero al estar en territorio enemigo y
desconocido debía ser prudente. Un ataque que iba a costar muchas bajas sin duda algunas sólo debía
realizarse en un momento y lugar escogido por el atacante, para sacarle la mayor ventaja posible a una
victoria.
Encina señala que a partir de la capitulación, el camino terrestre entre Quito y Bogotá parecía abierto y con los
últimos monárquicos aislados por José de San Martín en la sierra peruana y el altiplano, todos esperaban que
pronto acabara la guerra.158 Torrente sentencia con las siguientes frases: «Si el reino de Quito no se hubiera
perdido, tal vez tremolaría aun al presente el pendón de Castilla sobre todo el virreinato del Perú. (...) Fue
Quito finalmente el paso de los vencedores de Boyacá para destruir en Ayacucho los fieros leones de Castilla».