Querella de Los Justos Títulos

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QUERELLAS DE LOS JUSTOS TÍTULOS

Se conoce como “JUSTOS TITULOS” a los supuestos derechos que tenían los castellanos para
colonizar el nuevo continente y para someter a los indígenas. En realidad, tuvieron lugar dos
debates paralelos:

▪ El 1º se refería al derecho de Castilla a colonizar y explotar en exclusiva las tierras


descubiertas, en régimen de monopolio y excluyendo a las demás naciones europeas.
▪ El 2º debate se centraba en el derecho a someter y evangelizar a la fuerza a los indígenas.

Sobre el 1º, desde el principio se reivindicó el monopolio y la exclusión de otras naciones


europeas. Los RRCC sólo tardaron unos meses en obtener del papa Alejandro VI las bulas
alejandrinas (1493) que confirmaban su derecho a las tierras descubiertas. Los juristas de Castilla
defendían el derecho del papa a concederlo. Con Portugal fue un acuerdo fácil (tratado de
Tordesillas) porque ellos mismos obtenían el monopolio en la costa africana.

Franceses e ingleses enviaron sus propias expediciones. Renunciaron al norte del nuevo
continente por falta de riqueza, pero apareció la piratería. Capitanes de los dos países como
Francis Drake se dedicaban a asaltar barcos españoles.

El segundo debate sobre el derecho de someter a los indios se vinculó con la obligación de
evangelizar. Con esa excusa se procedió a someterlos mediante la encomienda. La polémica
estalló en 1511, fray Antonio de Montesinos denunció en un sermón la explotación. El impacto
fue tal que Fernando el Católico convocó una junta. El resultado fueron las Leyes de Burgos de
1512. Se proclamaron la libertad y los derechos de los indios a una vivienda digna y a un salario
justo, pero también el derecho a conquista y a evangelizarles.

Posteriormente, el 28 de julio de 1513, en Valladolid se estableció el Requerimiento Indiano.


El Requerimiento debía leerse a los indios antes de empezar cualquier empresa de conquista. El
primero en cumplirlo fue Pedrarias, también hay constancia de que fue utilizado por muchos otros
conquistadores, entre ellos Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Pedro de Alvarado y Alvar Núñez
Cabeza de Vaca. Con el argumento de que Dios había creado al hombre, y éste había pecado
contra él y fuera redimido por Jesucristo, el que es representado en la Tierra por el Papa y éste
había donado las Indias a los Reyes de Castilla, los nativos debían someterse a ellos. Si los indios
aceptaban serían tratados con benevolencia y respeto, si no lo hacían serian combatidos,
castigados y reducidos a esclavitud. Su redacción se encargó al jurista castellano Juan López de
Palacios Rubios (1450 - 1524). El texto debía ser leído en la lengua de los nativos, luego se les
concedía un tiempo para que deliberasen. Transcurrido el plazo, la tropa española procedería en
consonancia con la decisión adoptada por los indígenas. En la práctica resultó un mero trámite
realizado por los conquistadores, y fuera que la sumisión fuera aceptada, o se lograse por las
armas, el mal trato dado a los nativos era el mismo. Pese a lo burlesco, el formalismo duró
décadas.

En los años siguientes hubo un intenso debate entre teólogos, juristas y frailes. Juan Ginés de
Sepúlveda subrayaba la incapacidad de los indios para autogobernarse. Con pensamiento
opuesto estaba Fray Bartolomé de las Casas, que escribió obras denunciando los abusos
(Brevísima relación de la destrucción de las Indias, 1542)* y Francisco de Vitoria, que en su curso
universitario Relectio de Indis (1539) rechaza todos los “justos títulos” aducidos para justificar la
conquista, y dice que el único derecho de los españoles es el de predicar libremente la fe cristiana
sin imponerla y el derecho a viajar y comerciar en el Nuevo Mundo, pero no al sometimiento de
los pueblos.
Estas posturas se enfrentaron en la junta de Valladolid en 1550 en un debate que sirvió para
actualizar las Leyes de Indias y crear la figura del "protector de indios". Las conquistas se frenaron,
regulándose de tal forma que, en teoría, solo a los religiosos les estaba permitido avanzar en
territorios vírgenes. Una vez que hubieran convenido con la población indígena las bases del
asentamiento, se adentrarían más tarde las fuerzas militares, seguidas por los civiles.
Las ordenanzas de Felipe II (1573) llegaron a prohibir hacer nuevas "conquistas". Se ha destacado
lo históricamente inusual que son tales escrúpulos en la concepción de un Imperio.

Legalmente los monarcas protegían a los indios, pero en realidad, en la práctica se daba prioridad
a la explotación. De todas maneras, fue un debate insólito y no repetido en otras experiencias de
colonización.

*
La publicación del libro de Bartolomé de las Casas promovió la promulgación de las Leyes
Nuevas por Carlos V en 1542, en las que se revisa el sistema de la encomienda para mejorar las
condiciones de vida y los derechos de la población indígena

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