Alfonso X El Sabio
Alfonso X El Sabio
La gran innovación del rey consistió en eliminar el último paso, los documentos quedaban
traducidos al castellano, eficientizando asi el proceso, haciendolo mas rapido. pudiendo
traducir más documentos, también ayudó a reconocer al castellano como la lengua de uso
común entre la población y, por lo tanto, la lengua en la que más personas podrían acceder al
saber.
El rey, dejando un poco de lado el cristianismo, tenía mucho más preocupación por lo
humano, encargándose de que se tradujera y escribieran más libros centrados en saberes
como: historia, astronomía, derecho y poesía. Alfonso X, el Sabio, consiguió institucionalizar
el uso del castellano con la creación de toda la producción escrita, La selección del castellano
como lengua oficial de la cancillería fue lo que la catapultó a ser la lengua de cultura escrita,
procedimiento que ya se empezó a dar durante el reinado de su padre, Fernando III.
No cabe duda de que, con Alfonso el Sabio, la prosa castellana adquiere carta de identidad
como lengua vehicular de una sociedad. Toda la producción que lleva a cabo abre el camino y
sienta las bases, ya sin retorno posible, del castellano. El impulso del romance castellano
como lengua de cultura, estandarizada y normalizada como vehículo trasmisor del saber,
colmó los dos principios básicos que deseaba el monarca: acercar la cultura a un público
mayoritario, que se comunicaba en castellano y no en latín y, el segundo que deriva
directamente de éste, ahondar en la fijación fono-fonológica y ortográfica, dotarlo de un
léxico suficiente para poder expresar todos los conceptos adquiridos, desarrollar todo un
modelo morfológico nuevo, intentar un vehículo sintáctico suficiente para la expresión escrita
y, en definitiva, sistematizar la lengua que se hablaba en la calle. A partir del reinado de
Alfonso X, el Sabio, la prosa castellana configura su camino que culmina con el español del
siglo XXI.