Demanda de Amparo
Demanda de Amparo
Especialista :
Cuaderno : Principal
Escrito Nº : 1
Sumilla : Demanda de amparo
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A través de dicha Resolución judicial se ha dictado una medida cautelar que ordena la
suspensión del procedimiento de restructuración patrimonial seguido ante el Indecopi
contra Minas Arirahua S.A., por haber incurrido en una situación de insolvencia
económica. Este procedimiento administrativo se tramita bajo el número de
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Expediente …. En él la demandante del presente proceso integra la respectiva Junta
de Acreedores.
Para tal efecto, la demanda de amparo se dirige contra el órgano jurisdiccional que
emitió la resolución judicial que aquí se impugna: el Juez del …. Juzgado Especializado en lo
Civil de Trujillo, Dr. …., a quien se le deberá notificar en su Despacho judicial sito en …. y/o
en su domicilio ubicado en ….
Por otro lado, como quiera que la sentencia que finalmente se emita en este proceso
incidirá directamente sobre Minas Arirahua S.A., Exsa S.A. y el Indecopi por ser cada uno
parte del proceso donde se emitió la resolución judicial que aquí se impugna, solicitamos que
se les notifique también con la presente demanda de amparo, a fin de que puedan ejercer su
derecho de defensa o expresar lo que consideren conveniente para sus intereses. Para ese
propósito se les deberá notificar en sus respectivos domicilios señalados a continuación:
Minas Arirahua S.A. (en adelante: llamada también “Minas Arirahua”), con domicilio
en ….
Exsa S.A. (en adelante llamada también “Exsa”), con domicilio en …
El Instituto de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual (Indecopi),
con domicilio en …
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(Indecopi), por haber incurrido en una situación de insolvencia económica. Dicho
procedimiento administrativo corre bajo el Expediente Nº ….
2.3 Los créditos de Andes Peruanos frente a Minas Arirahua y, por tanto, su calidad de
integrante de la Junta de Acreedores en el procedimiento antes referido, han sido
reconocidos mediante Resolución Nº …., del …. de …. de 2005 emitida por el
Indecopi.
2.4. Minas Arirahua viene cuestionando los créditos de Compañía Minera Casapalca S.A. y
de Exsa S.A., a través de sendos procesos judiciales en la vía civil. Por ese motivo
Indecopi ha calificado dichos créditos como contingentes.
2.5. Minas Arirahua no ha cuestionado los créditos de los demás miembros de la Junta de
Acreedores; por lo tanto, la existencia, validez y exigibilidad de los referidos créditos
no se encuentra en discusión, no existiendo por ello razón alguna para que no sean
satisfechos o puedan surtir efectos en el procedimiento de reestructuración patrimonial
seguido contra Minas Arirahua.
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2.6. En el caso de Andes Peruanos, insistimos, sus créditos no están en discusión ni vienen
siendo discutidos por Minas Arirahua, pues ellos han sido han sido confirmados
judicialmente mediante sentencia definitiva y reconocidos administrativamente por el
Indecopi.
2.7. A pesar de lo expuesto, y no obstante que los procesos judiciales iniciados por Minas
Arirahua contra Casapalca y Exsa para discutir sus créditos aún no han concluido,
Minas Arirahua ha iniciado un proceso de amparo contra Exsa y el Indecopi ante el …
Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo. Su propósito mediato es obstaculizar el
procedimiento de reestructuración patrimonial seguido en su contra. Dicho proceso de
amparo corre bajo el Expediente número …
2.8. Ninguno de los demandados en el proceso de amparo iniciado por Minas Arirahua
domicilia en la ciudad de Trujillo. Tampoco domicilian en dicha ciudad los otros
integrantes de la Junta de Acreedores del procedimiento de reestructuración
patrimonial seguido contra Minas Arirahua.
2.11. La medida cautelar ha sido apelada por alguna de las partes del proceso,
encontrándose a la fecha pendiente de revisión. No obstante, por mandato legal ha sido
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acatada por Indecopi, por lo que la afectación de nuestros derechos fundamentales no
sólo se ha configurado sino que incluso se mantiene.
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practicados por quienes ejercen funciones jurisdiccionales, en la medida en
que de ellas se advierta una violación del derecho al debido proceso y a la
tutela jurisdiccional.” (Expediente N° 1230-2002-HC/TC).
En otras palabras, siempre que una resolución judicial vulnere de manera manifiesta el
debido proceso será procedente contra ella la demanda de amparo.
3.1.3. En el presente caso estamos ante una resolución judicial que, como veremos en los
acápites siguientes, vulnera de manera manifiesta el derecho fundamental a un debido
proceso, por lo que la demanda de amparo resulta idónea para proceder a su control
constitucional y proteger los derechos fundamentales que han sido violados.
Que se trate de una medida cautelar firme o que esté pendiente de revisión es
irrelevante para Andes Peruanos, pues al no ser parte del proceso donde fue
emitida, y no haber sido considerado siquiera como tercero citado con la
demanda, no se le puede exigir impugnar previamente dicha medida en el
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proceso donde fue emitida, pues su legitimidad para impugnar en dicho
proceso sería discutida.
3.1.4. Por esas consideraciones, y tratándose de una resolución judicial que vulnera el
derecho fundamental a un debido proceso de Andes Peruanos, a pesar de que no ser
parte ni tercero citado con la demanda en el proceso donde fue emitida, la medida
cautelar que aquí se impugna es susceptible de ser cuestionada con una demanda de
amparo. Por esa razón la presente demanda de amparo debe ser admitida.
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Artículo III del Título Preliminar del C. P. Const.- “Principios procesales.- (…) Cuando en
un proceso constitucional se presente una duda razonable respecto de si el proceso debe declararse
concluido, el Juez y el Tribunal Constitucional declararán su continuación. (…)”
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La interpretación pro hominis consiste en interpretar el derecho de la manera más favorable al
ser humano, tratando de incrementar en lo posible el contenido, virtualidad o eficacia de sus derechos.
“La interpretación pro hominis es una primera característica importante de la interpretación de las
normas sobre derechos humanos que constituye el norte que debe guiar al intérprete en todo momento”
(MEDINA, Cecilia. “La interpretación de los Tratados de Derechos Humanos”. En: Materiales de
Enseñanza del Seminario de Derechos Fundamentales. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú,
Escuela de Graduados, Maestría en Derecho con mención en Derecho Constitucional, 2002, p. 80).
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3.1.5. Cabe recordar que, conforme a lo dispuesto en el artículo 51, segundo párrafo, del
Código Procesal Constitucional, la demanda de amparo contra resolución judicial se
interpone ante la Sala Civil de turno de la Corte Superior respectiva, por lo cual
vuestra Sala resulta competente para conocer la presente demanda.
3.2.1. El debido proceso es aquel derecho humano o fundamental que tiene todo sujeto de
Derecho a alcanzar la justicia a través de un proceso o procedimiento 4. Se trata de un
derecho de carácter instrumental que se encuentra conformado por un conjunto de
derechos esenciales que cumplen la función de impedir que la libertad y los derechos
de los individuos sucumban ante la ausencia o insuficiencia de un proceso o de un
procedimiento5. Su carácter de derecho humano se encuentra reconocido en los
Artículos 10 y 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como en el
Artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. A nivel
constitucional, su carácter de derecho fundamental se encuentra reconocido en el
Artículo 3 de nuestra Constitución, debidamente concordado con el Artículo 139,
inciso 3, de la misma Carta Fundamental6.
3.2.2. Entre los elementos esenciales que conforman el contenido del debido proceso se
encuentran el derecho a no ser desviado del procedimiento legalmente
preestablecido, del que se deriva el derecho a que se respeten las formas esenciales
del procedimiento, así como el derecho de defensa. El primero de los derechos
mencionados se encuentra recogido en el artículo 139, inciso 3, de la Constitución y el
segundo en el inciso 14 del mismo artículo constitucional. Entre uno y otro existen una
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BUSTAMANTE ALARCÓN, Reynaldo. Derechos Fundamentales y Proceso Justo. Lima:
ARA Editores, 2001, p. 252.
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“Por su naturaleza misma, se trata de un derecho muy complejamente estructurado, que a la
vez está conformado por un numeroso grupo de ``pequeños´´ derechos que constituyen sus
componentes o elementos integrantes, y que se refieren ya sea a las estructuras y características del
tribunal, al procedimiento que éste debe seguir y a sus principios orientadores y –en el caso específico
de acusaciones criminales– a las garantías con que debe contar la defensa.” (FAÚNDEZ LEDEZMA,
Héctor. “El Derecho a un Juicio Justo”. En: Las garantías del debido proceso (Materiales de
Enseñanza). Lima: Instituto de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú y
Embajada Real de los Países Bajos, 1996, p. 17.
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Artículo 3 de la Constitución.- “La enumeración de los derechos establecidos en este
capítulo no excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se
fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático
de derecho y de la forma republicana de gobierno”.
Artículo 139 de la Constitución.- “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…) 3.- La
observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. (…)”.
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relación de complementariedad y coordinación pues muchas veces el respeto a las
formas esenciales del procedimiento previamente establecido es una condición sine
qua non para que los justiciables puedan ejercer adecuadamente su derecho de
defensa. En otras, el derecho a no ser desviado del procedimiento legalmente
preestablecido asegura que las personas –y los sujetos de Derecho en general– no sean
afectados sin que haya mediado un proceso donde se les haya dado la oportunidad de
alegar, probar, impugnar, etc., y donde la decisión judicial a emitirse sea
constitucionalmente legítima. Es decir, se trata de garantías que aseguran un debido
proceso.
3.2.3. En el presente caso ambas garantías han sido vulneradas, pues se ha afectado a Andes
Peruanos a través de una medida cautelar emitida en un proceso donde no sólo no es
parte (y, por tanto, no ha sido emplazada), sino que ni siquiera ha sido citada con la
demanda. Un proceso donde el juez que viene conociendo de su tramitación resulta
manifiestamente incompetente, y donde groseramente no se ha cumplido con acudir
previamente al proceso establecido por ley como vía previa antes de acudir al amparo.
Es decir, estamos ante una medida cautelar que no sólo ha afectado el derecho de
defensa de Andes Peruanos, al no haber respetado las formas esenciales del
procedimiento, sino también ante una medida cautelar que vulnera el derecho a no ser
desviado del procedimiento legalmente preestablecido al haber sido emitida por un
juez distinto al que legalmente resultaba competente y sin que previamente se haya
acudido a la vía establecida por ley para revisar ese tipo de situaciones. En otras
palabras, la resolución impugnada ha afectado groseramente el debido proceso.
Veamos por qué.
3.2.4. De conformidad con el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, debidamente concordado con la Primera Disposición Final del Código
Procesal Civil, este último cuerpo normativo es de aplicación supletoria a los procesos
de amparo. Pues bien, según el primer párrafo del artículo 623 del Código Procesal
Civil, una medida cautelar sólo puede afectar a un tercero que no es parte del
proceso, si y sólo si ha sido citado con la demanda. De esa manera la norma legal
busca que el tercero esté en aptitud de intervenir en el proceso y ejercer su
derecho de defensa. Concretamente el artículo citado dice lo siguiente:
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Artículo 623 del C.P.C.- “Afectación de bien de tercero.- La medida
cautelar puede recaer en bien de tercero, cuando se acredite su relación o
interés con la pretensión principal, siempre que haya sido citado con la
demanda. Ejecutada la medida, el tercero está legitimado para intervenir en el
proceso principal y en el cautelar.”
Apréciese que la referencia al “bien de tercero” que hace el artículo citado no está
hecha para denotar exclusivamente a un bien material, sino también para referirse a
bienes inmateriales (pues la norma no hace ninguna diferencia), como pueden ser los
derechos de crédito y, en general, cualquier tipo de derecho o titularidad que una
persona pueda tener, como los créditos de un acreedor en el marco de un
procedimiento de reestructuración patrimonial.
Sin embargo, a pesar de esa evidente afectación, Andes Peruanos no sólo no fue
emplazada con la demanda de amparo, sino que tampoco fue citada con ella. De
esa manera se dictó una medida cautelar que no cumplía con las formalidades
esenciales exigidas por el artículo 623 del Código Procesal Civil. Lo mismo ocurrió
con los demás integrantes de la Junta de Acreedores: a excepción de Exsa ninguno fue
emplazado ni citado con la demanda.
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De esa manera la situación descrita produce una doble vulneración: por un lado se
afecta las formas esenciales del procedimiento para el dictado de una medida
cautelar que afecta derechos de terceros; y, por el otro, se afecta el derecho de
defensa de esos terceros que, como Andes Peruanos, no han tenido la oportunidad
de alegar, probar, impugnar y, en general, de ejercer su defensa puesto que no han
sido demandados ni citados con la demanda. Dicha situación equivale a sancionar o
afectar a una persona sin que haya mediado un proceso previo o, lo que es lo mismo,
mediante una farsa de proceso. No queda duda alguna de que el debido proceso ha
sido groseramente afectado. Al respecto nuestro Tribunal Constitucional ha
establecido lo siguiente:
3.2.5. Pero la afectación al debido proceso no queda allí. La medida cautelar ha sido
emitida por un juez que no es el que legalmente resulta competente para dictarla,
y mucho menos para conocer del proceso principal donde fue emitida; y sin que
se haya agotado el proceso que la ley considera como una vía previa para poder
acudir al proceso de amparo. En otras palabras, la medida cautelar cuestionada ha
sido emitida con afectación al derecho a no ser desviado del procedimiento legalmente
preestablecido.
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STC de 6 de agosto del 2002, Fundamento Nº 7, emitida en el Expediente N.º 1003-98-AA/TC,
el resaltado es nuestro.
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STC de 20 de junio del 2002, Fundamento Nº 18, emitida en el Expediente N° 1230-2002-
HC/TC, el resaltado es nuestro.
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En efecto, resulta evidente que la medida cautelar que aquí se impugna ha sido dictada
en: (i) una “acción de garantía”, mejor llamada “proceso constitucional de amparo”; y
(ii) a propósito de un procedimiento de reestructuración patrimonial, es decir, sobre
materia concursal. Esto es tan evidente que la medida cautelar dictada en el proceso de
amparo iniciado por Minas Arirahua invoca como uno de sus fundamentos el artículo
134.1 de la Ley General del Sistema Concursal. El tema es, pues, concursal. Sin
embargo, el juez de ese proceso no era competente para dictar dicha medida cautelar,
pues no era competente para conocer el proceso de amparo en el que fue emitida.
Tampoco era jurídicamente posible que se iniciara dicho proceso de amparo sin que
previamente se haya acudido (hasta agotarla) la vía previa legalmente establecida, esto
es, el proceso contencioso administrativo. Así lo establece el artículo 131, incisos
133.1 y 133.2, de esa misma Ley General del Sistema Concursal, que a la letra dice:
Estamos sin duda alguna ante una norma especial frente al Código Procesal
Constitucional, porque el artículo 133 de la Ley General del Sistema Concursal sólo
rige el proceso de amparo cuando éste versa sobre materia concursal o cuando tiene
que ver con el control constitucional del procedimiento concursal, como es el
procedimiento de insolvencia o de reestructuración patrimonial.
3.2.6. Por tal motivo, el juez competente para conocer la demanda de amparo iniciado por
Minas Arirahua, a propósito del procedimiento de reestructuración patrimonial al que
fue sometida, no era el Juez Especializado en lo Civil (como en su caso erróneamente
ocurrió), sino la Sala Civil de la Corte Superior. Por lo tanto, el Juez del proceso de
amparo iniciado por Minas Arirahua resulta incompetente por razón de grado para
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El resaltado es nuestro.
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conocer de dicho proceso, motivo por el cual sus actuaciones resultan nulas de
conformidad con el artículo 35 del Código Procesal Civil (modificado por el artículo
1º de la Ley Nº 28544 y aplicable supletoriamente al proceso de amparo) ya que se
trata de una incompetencia improrrogable 10. Al no resultar competente para conocer
el proceso principal, tampoco resultaba competente para dictar la medida
cautelar que en él fue emitida.
3.2.7. Por otro lado, el artículo citado en la Ley General del Sistema Concursal (133.2)
señala expresamente que cuando una solicitud cautelar presentada en sede judicial
tiene como objeto suspender un procedimiento concursal (como es el caso de la
solicitud cautelar presentada por Minas Arirahua en el proceso de amparo antes
referido), dicha solicitud cautelar sólo podrá ser tramitada y resuelta en el marco
de un proceso contencioso administrativo. En otras palabras, resulta jurídicamente
imposible que la medida cautelar que aquí se impugna fuera dictada (de manera
válida) en un proceso de amparo, si es que previamente no se había acudido (hasta
concluirlo) al proceso contencioso administrativo. Es que la ley considera a este tipo
de proceso como la vía idónea y previa al amparo para examinar si procede o no
la suspensión de un procedimiento concursal. Por lo tanto, acudir a un proceso de
amparo, y no a un proceso contencioso administrativo como señala la ley, es
vulnerar el derecho a no ser desviado del procedimiento legalmente establecido.
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Al no resultar procedente la demanda de amparo interpuesta por Minas
Arirahua, por no haber acudido previamente (hasta agotarlo) al proceso
contencioso administrativo, resulta evidente que tampoco resulta procedente la
medida cautelar dictada en dicho proceso de amparo y que a través de la presente
demanda se impugna.
3.2.8. Sin perjuicio de lo expuesto, llama la atención que Minas Arirahua haya
interpuesto su demanda de amparo en la ciudad de Trujillo, pues ninguno de los
demandados en dicho proceso (Exsa e Indecopi) domicilian en la ciudad de Trujillo y
el procedimiento de reestructuración patrimonial iniciado contra ella tampoco se
tramita en dicha ciudad, por esa razón ni siquiera estamos ante un caso de competencia
facultativa. Mucho nos tememos que podamos estar ante un caso de mala fe o fraude
procesal.
3.2.9. En síntesis, la medida cautelar cuya nulidad o ineficacia en este proceso de amparo se
solicita, afecta nuestro derecho fundamental a un debido proceso porque ha sido
emitida sin respetar las formas esenciales del procedimiento, ha vulnerado nuestro
derecho de defensa, así como nuestro derecho a no ser desviado del procedimiento
legalmente establecido, todos los cuales conforman el contenido esencial del debido
proceso. Por tales fundamentos la presente demanda de amparo debe ser declarada
fundada.
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derechos que ostentamos en él como integrantes de la Junta de Acreedores. Es
decir, nuestro patrimonio también se ve afectado como consecuencia de la medida
cautelar impugnada. Por esta otra consideración la presente demanda de amparo debe
ser declarada fundada.
Para acreditar los hechos que sustentan nuestro petitorio ofrecemos como medios
probatorios los documentos siguientes:
4.1. Copia de la resolución emitida por el Indecopi, a través de la cual se somete a Minas
Arirahua S.A. a un procedimiento de reestructuración patrimonial por haber incurrido
en una situación de insolvencia económica.
4.4. Copia de la Resolución Nº …., del …. de …. de 2005 emitida por el Indecopi, a través
de la cual dicho organismo reconoce los créditos de Andes Peruanos frente a Minas
Arirahua y, por tanto, su calidad de integrante de la Junta de Acreedores en el
procedimiento antes referido
4.5. Copia del auto admisorio de la demanda de amparo interpuesta por Minas Arirahua
contra el Indecopi y Exsa ante el … Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo.
Expediente número …
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de la cual se ordena al Indecopi la suspensión del procedimiento de reestructuración
patrimonial seguido contra Minas Arirahua hasta que se emita una sentencia definitiva.
POR TANTO:
A LA SALA PIDO: Se sirva admitir la presente
demanda de amparo, tener por ofrecidos los medios probatorios, tramitarla conforme a su
naturaleza, y declararla fundada en su oportunidad en todos los extremos.
PRIMER OTROSÍ DECIMOS: Que adjuntamos como anexos del presente escrito los
siguientes:
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TERCER OTROSÍ DECIMOS: Que otorgamos a los abogados que autorizan el presente
escrito, Dres. ………., con Registro C.A.L. Nº ……., las facultades generales de
representación, de conformidad con lo establecido en el artículo 80 del Código Procesal Civil.
Para tal efecto ratificamos como nuestros domicilios los señalados en el exordio del presente
escrito, y manifestamos estar instruidos de los alcances de la representación que otorgamos.
CUARTO OTROSÍ DECIMOS: Que autorizamos a los señores ……, identificados con
D.N.I. Nº. ……, para que en forma individual o conjunta puedan revisar el expediente y leer
el contenido de las resoluciones.
QUINTO OTROSÍ DECIMOS: Que adjuntamos copias suficientes del presente escrito para
su entrega a las partes.
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