Historia de Los Parafiscales

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Historia de los parafiscales

Las contribuciones parafiscales tienen su origen en Francia en donde


se recaudan en beneficio de una persona jurídica de derecho público o
privado, distinta del estado, las colectividades territoriales y sus
establecimientos públicos, para realizar actividades de interés público
o social. Se diferencian de las tasas porque no significan una
restitución de servicios prestados y de los impuestos porque carecen
de generalidad, no ingresan al presupuesto y solo afectan al grupo de
personas gravadas.

En el caso de las contribuciones parafiscales el estado cede su


soberanía tributaria a los particulares para recaudar unos recursos en
beneficio de estos últimos. Se establecen a solicitud de los interesados
y una vez adoptadas se vuelven obligatorias. Si los particulares no
están de acuerdo el estado no las puede establecer unilateralmente.

Las contribuciones parafiscales se establecieron por primera vez en


Colombia en el Constitución de 1991 pero ya venían operando en la
práctica como las que se destinaban a la seguridad social, al fomento
agrícola y ganadero y al Fondo Nacional del Café. Esta circunstancia y
el hecho de que algunas de ellas las administran entidades
gubernamentales, ha creado ciertas distorsiones relacionadas con la
naturaleza de las mismas, que les han dado un carácter equívoco y no
siempre conveniente.

En Francia la Parafiscalidad es definida por el Consejo de Estado de la


siguiente manera: Resulta de los trabajos preparatorios de la ley de 25
de julio de 1953 que el legislador, reconociendo la extrema dificultad
de dar una definición jurídica precisa de la Parafiscalidad, ha
considerado, reservándose la aplicación del artículo 2 de la ""ley
citada, como tasas parafiscales las exacciones obligatorias, afectadas
a un fin determinado, instituidas de forma autoritaria, generalmente
con un objetivo de orden económico, profesional o social, y que
escapan total o parcialmente a las reglas de la legislación
presupuestaria y fiscal, por lo que respecta a las condiciones de
creación del ingreso, de determinación de su base y tipo, del
procedimiento de recaudación y del control de su empleo. En este
país, el fenómeno parafiscal está integrado fundamentalmente por las
cotizaciones sociales y por las llamadas tasas parafiscales. La
Parafiscalidad, por otra parte, sigue siendo una realidad en Francia.2
303050" La Parafiscalidad en Estados Unidos. Un país donde sin duda
los ingresos por tasas, precios y similares tienen gran importancia es
Estados Unidos. Tasas y precios son exigidos por una multiplicidad de
servicios y en muchas ocasiones, al igual que en Francia, por entes u
organismos independientes. En la doctrina norteamericana se
diferencia claramente las tasas y precios de los tributos. También en
España ha habido una proliferación de ingresos públicos en los
momentos en los que los recursos impositivos eran escasos para
cubrir una demanda creciente de servicios públicos. Los tributos
parafiscales son definidos por Martín Queralt y Lorenzo Serrano de la
siguiente manera: Los tributos parafiscales son detracciones coactivas
de carácter económico, caracterizadas porque, pese a tener
materialmente los rasgos del tributo, ni se han creado por Ley, ni se
gestionan conforme a los procedimientos aplicables a la gestión de los
tributos, ni su exacción está prevista en los Presupuestos Generales
del Estado. Se trata, en suma, de tributos afectados a unas finalidades
concretas y determinadas," caracterizados por la singularidad de su
régimen jurídico, tanto en su nacimiento como en su desarrollo y
destino final. Ante la situación existente en España de una diversidad
de ingresos públicos no aprobados por ley y, a veces, con otras
características afectados a fines concretos, excluidos del régimen
presupuestario, la Ley Reguladora de las Tasas y Exacciones
Parafiscales de 26 de diciembre de 1958, vino a imponer cierto orden
en la regulación de estos ingresos, iniciándose de hecho un proceso
que duraría varias décadas, y que subsiste en la actualidad, de
eliminación de las figuras parafiscales. Varios errores son de destacar
de la ley de 1958. En la doctrina tributaria española la Parafiscalidad
es un concepto muy negativo. Para parte de la doctrina española la
proliferación de diferentes ingresos públicos que financian entes
independientes, con procedimientos de recaudación en muchas
ocasiones propios y no destinados a la cobertura general de los gastos
del Estado, supone un ataque al Estado de Derecho y a la concepción
unitaria del sistema fiscal.4 De lo anterior podemos observar que la
Parafiscalidad tiene algo en común en los tres países que ya
mencionamos, esa característica es que hay confusión en el uso del
concepto, se habla por igual de contribuciones, fondos, compensación,
concesión, ingresos, recursos e inclusive impuestos, como si fueran
manifestaciones de Parafiscalidad. Por ningún lado se menciona que
esta favoreciendo un sector económico en especial, lo cual es una
característica que no se puede pasar por alto y marca el significado de
la Parafiscalidad. Para el estudio de la concepción de Parafiscalidad
nos remitimos a su nacimiento. En este sentido, se trae a referencia el
libro de Abdón Ortiz Florez, titulado La Teoría de la Parafiscalidad en
Colombia

En primer lugar, y a pesar de que el artículo 29 de Estatuto Orgánico


del Presupuesto señala que cuando las contribuciones parafiscales
son administradas por los órganos que forman parte del Presupuesto
Nacional solamente se deben incorporar en el presupuesto con fines
contables, el Ministerio de Hacienda ha tratado de pasar esos recursos
a la Nación como si fueran un impuesto, incluyéndolos en los decretos
sobre reducción anual de presupuesto. Tal es el caso del Sena,
habiendo tenido el Consejo de Estado que pronunciarse en decisión
del 6 de septiembre de 1999, para precisar que la disposición de esos
recursos solo corresponde al Consejo Directivo de esta entidad. Una
situación similar se ha presentado con el Fondo de Promoción
Turística al querer aplicarle el principio de anualidad del gasto público.

En segundo lugar, desconociendo que el establecimiento de


contribuciones parafiscales debe hacerse a petición de los
interesados, existe la tendencia a reducir o aumentar esas
contribuciones por iniciativa gubernamental sin consultar previamente
la opinión de aquellos. Tal es el caso, por ejemplo, del proyecto de ley
de telecomunicaciones que actualmente cursa en el Congreso en
donde se propone la creación de una contribución parafiscal para el
sostenimiento de la Comisión de Telecomunicaciones. En realidad,
este tipo de contribución es más bien una tasa siempre que
corresponda al costo de los servicios prestados.

Sería por lo tanto conveniente que se expidiera una reglamentación de


tipo general que precise en forma más nítida la naturaleza de las
contribuciones parafiscales, sin perjuicio de que en cada ley que cree
una contribución parafiscal se establezca la forma como se manejaran,
administraran y ejecutaran esos recursos.

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