LENGUA Y LITERATURA Secuencia Ciclo Orientado
LENGUA Y LITERATURA Secuencia Ciclo Orientado
LENGUA Y LITERATURA Secuencia Ciclo Orientado
JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA
PROPÓSITOS
Propiciar escenas de lectura donde se establezcan relaciones intertextuales entre textos
literarios y otros discursos sociales a partir del recorrido lector propuesto
Estimular situaciones de escritura sobre lo literario: recomendaciones y reseñas que
den cuenta de los procesos de lectura y favorezcan el intercambio entre pares y la
formación del juicio crítico
Orientar la reflexión sobre el sistema de la lengua a partir de las necesidades propias
de la actividad de escritura y de oralidad.
Promover la lectura de diversos discursos sociales, de múltiples códigos, y en diferentes
escenarios de lectura para promover la construcción de relaciones de intertextualidad y
el desarrollo de los procesos cognitivos en la lectura multimodal.
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Crear instancias de comunicación oral para que los estudiantes asistan a experiencias
de intercambio oral familiarizándose con el ejercicio de la palabra pública y la exposición
de argumentos.
Propiciar escenario de lectura y escritura con el uso de recursos digitales de creciente
complejidad.
CONTENIDOS
Literatura del Barroco americano. Producción literaria de Sor Juana Inés de la Cruz.
El realismo Mágico en un cuento de Gabriel García Márquez. Características de su
estética y las posibles relaciones de sentido.
Secuencia textual argumentativa: componentes de la superestructura argumentativa.
Procedimientos discursivos y aproximación a las modalidades enunciativas
Relaciones de intertextualidad entre textos literarios y otros textos de circulación social.
El proceso de escritura a partir de la lectura literaria. La recomendación literaria.
La oralidad en diferentes escenarios: intercambios de interpretaciones, debate y
entrevista
Reflexión sobre el sistema, normas y usos de la lengua en las producciones escritas y en
los intercambios orales. (Variedades lingüísticas, registros, cambios de perspectiva en la
narración, propiedades textuales)
TAREAS
ACTIVIDADES DE INICIO
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• Observen las imágenes de mujeres desaparecidas, asesinadas o secuestradas en
nuestro país.
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SITUACIÓN DE PARTIDA
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…………………………………………..…………………..........................
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Recursos didácticos
Texto digitalizado e impreso de #NINAMENOS de Stella Salerno
Sitios de internet (Prensa televisiva y prensa gráfica)
Ficha periodística
TAREAS DE DESARROLLO
Extraigan los versos en los cuales la autora expresa una defensa de la mujer en relación a la
posición social frente a la del hombre.
¿Mediante qué recursos propios de la estética del barroco se oponen la posición de la mujer
frente a la del hombre? Ejemplificar con versos del poema.
¿Cuál es la condición social de la mujer en la época del Barroco americano? ¿Cómo se opuso
a esa situación, la producción literaria de Sor Juana?
Escriban una entrevista simulada a Sor Juana Inés de la Cruz.
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Antes, indaguen qué tipo de delito es el femicidio, qué dice la ley respecto de este delito.
Entre todos confeccionamos una hoja de ruta para orientar esta consulta.
Busquen imágenes en la prensa gráfica digital que expresen este problema social.
Seleccionen una imagen y diseñen un logo para la campaña. Diseñen y grafiquen la
propaganda y el texto que la acompañará. Confeccionen un mural en glogster o un
folleto en publisher para difundir el texto que construyeron en grupo.
Establezcan pautas para difundir la campaña en diferentes entornos virtuales.
TAREAS DE CIERRE
• Leemos el cuento de Gabriel García Márquez: ”La muerte constante más allá del amor”.
• En relación a las características del realismo mágico presentes en este cuento. ¿Qué
efectos o sensaciones producen en el lector? Extraigan ejemplos con fragmentos del texto.
• ¿Cómo contribuyen las características del realismo mágico a formar nuestras posibles
interpretaciones?
• Busquen fotografías que expresen la situación de pobreza y marginalidad vivida en el
pueblo, según como ustedes lo imaginan. Elaboren una galería fotográfica digital con
imágenes relacionadas al pueblo del Rosal del Virrey
ESCENARIO DE
ORALIDAD
• ¿Por qué creen que el personaje de Nelson Farina ofrece su hija al senador Onésimo Sánchez?
• ¿Cuál es la situación social del pueblo donde vive Laura Farina y su padre?
• ¿Encuentran relación con barrios o sectores postergados de nuestra provincia? ¿Qué
proyectos de vida tienen las mujeres en esas situaciones de pobreza y marginalidad?
• Reescriban, en sus carpetas, el episodio en el que se encuentran la joven y el senador pero
desde la perspectiva de la autora del texto #NIUNAMENOS. ¿Qué cambios deben realizar para
cambiar la perspectiva del narrador?
• Completamos el diario de aprendizaje
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¿Qué dificultades tuvieron para diseñar la campaña? ¿Cómo resolvieron las
situaciones de escritura colaborativa?
¿Cómo contribuyó la interacción oral para ampliar nuestras interpretaciones?
…………………………………………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………………………………………
Busquen en el banco de recursos digitales otros poemas, cuentos y textos que hablen sobre el
tema de este recorrido, disponibles en la biblioteca digital de sus netbooks.
https://www.youtube.com/watch?v=GRNKngEK5u8
RESEÑA:
LA HISTORIA EN EL CINE. PERSEPOLIS. Protagonista y directora del largometraje, la
historietista iraní Marjane Satrapi narra su propia vida en Irán durante más de una
década, a partir de la revolución de 1978-1979, y también el momento en que el país
vecino Irak se lanzó, con apoyo norteamericano, a una guerra terrible, mientras el
régimen islámico en Irán se volvía cada vez más opresivo. Además, una reflexión sobre
ser mujer en una sociedad completamente machista y sobre ser inmigrante en Europa.
Recursos:
Textos digitalizados:
-Redondillas de Sor Juana Inés de la Cruz
-“La muerte constante más allá del amor” de Gabriel García Márquez
Block de notas de las netbooks
Carpeta de clase
Audacity
Procesador de texto
Plubisher
Red social Facebook (grupo cerrado previamente creado por el docente)
Glogster
Momento de escritura
Escribimos sobre lo
literario….
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Escriban en sus netbooks o en sus carpetas el resumen del cuento de García Márquez.
2. Agreguen fragmentos comentando la problemática que plantea el autor en este cuento sobre
la pobreza y la situación vulnerable de la mujer en ese contexto social y familiar.
3. El texto resultará una recomendación literaria. Piensen a quién recomendarían la lectura del
cuento. En función de eso, seleccionen el registro adecuado y los procedimientos
argumentativos para expresar su propia subjetividad y convencer a los supuestos lectores. No
olviden revisar la superestructura argumentativa aprendida en clase.
4. Diseñen un afiche digital con la recomendación del cuento. No olviden relacionar el texto de
la recomendación con las imágenes que empleen. Diseñen y construyan un afiche digital.
Alto en el camino….
Historial de escritura…
5. Escriban el historial de escritura en el que relaten los pasos que siguieron hasta llegar al
producto final y los problemas que debieron resolver para el trabajo colaborativo. (En la carpeta
de clase)
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¿Debatimos? (Opcional)
Recursos
Procesador de textos
Glogster
Apps notas de los celulares
Cámaras digitales
Biblioteca digital
Entrevistas
Fragmento y reseña de la película PERSÉPOLIS
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EVALUACIÓN
ACTIVIDADES DE INICIO
Criterios
Responsabilidad y respeto por las consignas que orienten la búsqueda y los criterios de
exploración y selección de la información.
Predisposición para proponer hipótesis de lectura, plantearse preguntas y objetivos de
lectura, inquietudes y curiosidades antes de comenzar a transitar el tópico de lectura sobre la
mujer.
Participación en las conversaciones sobre casos expuestos en imágenes de campañas y
publicidades.
Capacidad para relacionar los lenguajes utilizados para situar, contextualizar y presentar los
temas a abordar.
Instrumentos:
Lista de cotejo.
Rúbricas sobre aspectos cualitativos en la formulación de hipótesis, búsqueda y
selección de la información.
Plantillas con los párrafos para ampliar.
Gráfico para completar la estructura argumentativa
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
Criterios
La capacidad para leer e interpretar los textos ficcionales con sus contextos de producción
y las pervivencias de temas y/o problemas sociales y culturales.
La capacidad de construir sentidos y ampliar sus propias interpretaciones a partir del
trabajo de búsqueda y escritura colaborativa.
Capacidad de reconocer las estéticas en las que se inscriben los textos literarios y
encontrar a partir de ellas, relaciones de sentido.
Establecer relaciones entre diferentes discursos sociales y lenguajes diversos que
contribuyan a la competencia comunicativa y a la alfabetización múltiple. (Publicidades,
afiches digitales, recomendaciones, entrevistas etc.)
Instrumentos:
Producciones de afiches digitales, galerías fotográficas e imágenes con epígrafes.
Rúbricas para evaluar dichas producciones.
Trabajo práctico grupal, presentado en formato digital e impreso. Borradores en la
carpeta de clase.
Rúbricas sobre el proceso de comprensión lectora y el proceso de escritura colaborativa
Listas de cotejo
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TAREAS DE CIERRE
Criterios
Instrumentos de evaluación
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ANEXO
#NiUnaMenos
Acuné a #Martina la noche en que su madre #Paola perecía en una alcantarilla, y el asesino se
fue silbando bajito, como quien se deshace de un montón de residuos. Morí ese día. Morí mil
días. Conocí el fondo del riachuelo, asfixiada en la misma bolsa en la que estaba #Melina que,
por pobre y gata, mereció su destino.
Morí también con #Melisa, con quien alguna vez compartí la identidad de la escuela. Su pequeña
#Nicole no va a saber nunca quién es la seño Coca, ni todo lo que se puede hacer en un patio
diminuto. Todavía respiro del mismo gas que las durmió para siempre, y – más que el gas- me
ahoga la libertad de los impunes. Se me estruja el pecho con toda la tierra que me tiró encima
el novio de #Catherine, y también el de #Chiara.
Siento que en mi vientre se muere su hijo, que también es el hijo de una sociedad indiferente,
que ampara a los asesinos. La pesadilla es eterna, y en las imágenes aparece #Lola, a quien le
entumecieron las alas, antes de que pudiera aprender a volar. Morí también con #Andrea, que,
con el derecho de las prostitutas, volvió a enamorarse, y dejó su cuerpo en algún cerro de las
sierras.
Las llamo para encenderlas, las nombro para que no terminen de irse. Pero la memoria es un
bicho que nos pica a pocos. Los hipócritas prefieren quedarse ahí, justificando lo injustificable,
caminando con los pasos mudos, esquivando la mirada de los que cuestionan. Por eso voy.
Para extender el #NuncaMás con el que se nos llena la boca y se nos calma la vida. Porque estoy
cansada de alimentar la crónica roja con mi sangre pisoteada, que muere y vuelve a morir.
Porque me harté del escupitajo ajeno; del dedo que señala; del tipo que -por tipo- es incapaz de
respetar a la madre, a la abuela, a la hermana, a la esposa, a la hija, que les grita y los ensordece,
pero no registran.
Me harté del puño cerrado que siento en mi cara cuando me muero con ellas. Porque cada vez
que una se va, el útero se me esconde y se me hace chiquito en algún lugar de las entrañas.
E imagino que yo los parí y me avergüenza que hayan crecido dentro mío, que soy mujer, que
soy todas. #NiUnaMenos.
Stella Salerno http://www.diaadia.com.ar/cordoba/niunamenos-voy-porque-estoy-viva-pero-
me-mori-mil-veces
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Hombres necios que acusáis
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AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Francisco de Quevedo
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Cuento
Al senador Onésimo Sánchez le faltaban seis meses y once días para morirse cuando encontró a
la mujer de su vida. La conoció en el Rosal del Virrey, un pueblecito ilusorio que de noche era
una dársena furtiva para los buques de altura de los contrabandistas, y en cambio a pleno sol
parecía el recodo más inútil del desierto, frente a un mar árido y sin rumbos, y tan apartado de
todo que nadie hubiera sospechado que allí viviera alguien capaz de torcer el destino de nadie.
Hasta su nombre parecía una burla, pues la única rosa que se vio en aquel pueblo la llevó el
propio senador Onésimo Sánchez la misma tarde en que conoció a Laura Farina.
Fue una escala ineludible en la campaña electoral de cada cuatro años. Por la mañana habían
llegado los furgones de la farándula. Después llegaron los camiones con los indios de alquiler
que llevaban por los pueblos para completar las multitudes de los actos públicos. Poco antes de
las once, con la música y los cohetes y los camperos de la comitiva, llegó el automóvil ministerial
del color del refresco de fresa. El senador Onésimo Sánchez estaba plácido y sin tiempo dentro
del coche refrigerado, pero tan pronto como abrió la puerta lo estremeció un aliento de fuego
y su camisa de seda natural quedó empapada de una sopa lívida, y se sintió muchos años más
viejo y más solo que nunca. En la vida real acababa de cumplir 42, se había graduado con honores
de ingeniero metalúrgico en Gotinga, y era un lector perseverante aunque sin mucha fortuna de
los clásicos latinos mal traducidos. Estaba casado con una alemana radiante con quien tenía
cinco hijos, y todos eran felices en su casa, y él había sido el más feliz de todos hasta que le
anunciaron, tres meses antes, que estaría muerto para siempre en la próxima Navidad.
Se sentía con un dominio completo de su albedrío cuando volvió a aparecer en público a las tres
de la tarde, reposado y limpio, con un pantalón de lino crudo y una camisa de flores pintadas, y
con el alma entretenida por las píldoras para el dolor. Sin embargo, la erosión de la muerte era
mucho más pérfida de lo que él suponía, pues al subir a la tribuna sintió un raro desprecio por
quienes se disputaron la suerte de estrecharle la mano, y no se compadeció como en otros
tiempos de las recuas de indios descalzos que apenas si podían resistir las brasas de caliche de
la placita estéril. Acalló los aplausos con una orden de la mano, casi con rabia, y empezó a hablar
sin gestos, con los ojos fijos en el mar que suspiraba de calor. Su voz pausada y honda tenía la
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calidad del agua en reposo, pero el discurso aprendido de memoria y tantas veces machacado
no se le había ocurrido por decir la verdad sino por oposición a una sentencia fatalista del libro
cuarto de los recuerdos de Marco Aurelio.
—Estamos aquí para derrotar a la Naturaleza —empezó, contra todas sus convicciones—. Ya no
seremos más los expósitos de la patria, los huérfanos de Dios en el reino de la sed y la
intemperie, los exilados en nuestra propia tierra. Seremos otros, señoras y señores, seremos
grandes y felices.
Eran las fórmulas de su circo. Mientras hablaba, sus ayudantes echaban al aire puñados de
pajaritas de papel, y los falsos animales cobraban vida, revoloteaban sobre la tribuna de tablas,
y se iban por el mar. Al mismo tiempo, otros sacaban de los furgones unos árboles de teatro con
hojas de fieltro y los sembraban a espaldas de la multitud en el suelo de salitre. Por último
armaron una fachada de cartón con casas fingidas de ladrillos rojos y ventanas de vidrio, y
taparon con ella los ranchos miserables de la vida real.
El senador prolongó el discurso, con dos citas en latín, para darle tiempo a la farsa. Prometió las
máquinas de llover, los criaderos portátiles de animales de mesa, los aceites de la felicidad que
harían crecer legumbres en el caliche y colgajos de trinitarias en las ventanas. Cuando vio que
su mundo de ficción estaba terminado, lo señaló con el dedo.
Nelson Farina no fue a saludar al senador por primera vez en doce años. Escuchó el discurso
desde su hamaca, entre los retazos de la siesta, bajo la enramada fresca de una casa de tablas
sin cepillar que se había construido con las mismas manos de boticario con que descuartizó a su
primera mujer. Se había fugado del penal de Cayena y apareció en el Rosal del Virrey en un
buque cargado de guacamayas inocentes, con una negra hermosa y blasfema que se encontró
en Paramaribo, y con quien tuvo una hija. La mujer murió de muerte natural poco tiempo
después, y no tuvo la suerte de la otra cuyos pedazos sustentaron su propio huerto de coliflores,
sino que la enterraron entera y con su nombre de holandesa en el cementerio local. La hija había
heredado su color y sus tamaños, y los ojos amarillos y atónitos del padre, y éste tenía razones
para suponer que estaba criando a la mujer más bella del mundo.
Desde que conoció al senador Onésimo Sánchez en la primera campaña electoral, Nelson Farina
había suplicado su ayuda para obtener una falsa cédula de identidad que lo pusiera a salvo de la
justicia. El senador, amable pero firme, se la había negado. Nelson Farina no se rindió durante
varios años, y cada vez que encontró una ocasión reiteró la solicitud con un recurso distinto.
Pero siempre recibió la misma respuesta. De modo que esta vez se quedó en el chinchorro,
condenado a pudrirse vivo en aquella ardiente guarida de bucaneros. Cuando oyó los aplausos
finales estiró la cabeza, y por encima de las estacas del cercado vio el revés de la farsa: los
puntales de los edificios, las armazones de los árboles, los ilusionistas escondidos que
empujaban el trasatlántico. Escupió su rencor.
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—Merde —dijo— c'est le Blacaman de la politique.
Después del discurso, como de costumbre, el senador hizo una caminata por las calles del
pueblo, entre la música y los cohetes, y asediado por la gente del pueblo que le contaba sus
penas. El senador los escuchaba de buen talante, y siempre encontraba una forma de consolar
a todos sin hacerles favores difíciles. Una mujer encaramada en el techo de una casa, entre sus
seis hijos menores, consiguió hacerse oír por encima de la bulla y los truenos de pólvora.
—Yo no pido mucho, senador —dijo—, no más que un burro para traer agua desde el Pozo del
Ahorcado.
—Se fue a buscar destino en la isla de Aruba —contestó la mujer de buen humor—, y lo que se
encontró fue una forastera de las que se ponen diamantes en los dientes.
Poco después, un ayudante suyo llevó a casa de la mujer un burro de carga, en cuyos lomos
habían escrito con pintura eterna una consigna electoral para que nadie olvidara que era un
regalo del senador.
En el breve trayecto de la calle hizo otros gestos menores, y además le dio una cucharada a un
enfermo que se había hecho sacar la cama a la puerta de la casa para verlo pasar. En la última
esquina, por entre las estacas del patio, vio a Nelson Farina en el chinchorro y le pareció
ceniciento y mustio, pero lo saludó sin afecto:
—Cómo está.
Su hija salió al patio al oír el saludo. Llevaba una bata guajira ordinaria y gastada, y tenía la cabeza
guarnecida de moños de colores y la cara pintada para el sol, pero aun en aquel estado de desidia
era posible suponer que no había otra más bella en el mundo. El senador se quedó sin aliento.
Esa noche, Nelson Farina vistió a la hija con sus ropas mejores y se la mandó al senador. Dos
guardias armados de rifles, que cabeceaban de calor en la casa prestada, le ordenaron esperar
en la única silla del vestíbulo.
El senador estaba en la habitación contigua reunido con los principales del Rosal del Virrey, a
quienes había convocado para cantarles las verdades que ocultaba en los discursos. Eran tan
parecidos a los que asistían siempre en todos los pueblos del desierto, que el propio senador
sentía el hartazgo de la misma sesión todas las noches. Tenía la camisa ensopada en sudor y
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trataba de secársela sobre el cuerpo con la brisa caliente del ventilador eléctrico que zumbaba
como un moscardón en el sopor del cuarto.
—Nosotros, por supuesto, no comemos pajaritos de papel —dijo—. Ustedes y yo sabemos que
el día en que haya árboles y flores en este cagadero de chivos, el día en que haya sábalos en vez
de gusarapos en los pozos, ese día ni ustedes ni yo tenemos nada que hacer aquí. ¿Voy bien?
Nadie contestó. Mientras hablaba, el senador había arrancado un cromo del calendario y había
hecho con las manos una mariposa de papel. La puso en la corriente del ventilador, sin ningún
propósito, y la mariposa revoloteó dentro del cuarto y salió después por la puerta entreabierta.
El senador siguió hablando con un dominio sustentado en la complicidad de la muerte.
—Entonces —dijo— no tengo que repetirles lo que ya saben de sobra: que mi reelección es
mejor negocio para ustedes que para mí, porque yo estoy hasta aquí de aguas podridas y sudor
de indios, y en cambio ustedes viven de eso.
Laura Farina vio salir la mariposa de papel. Sólo ella la vio, porque la guardia del vestíbulo se
había dormido en los escaños con los fusiles abrazados. Al cabo de varias vueltas la enorme
mariposa litografiada se desplegó por completo, se aplastó contra el muro, y se quedó pegada.
Laura Farina trató de arrancarla con las uñas. Uno de los guardias, que despertó con los aplausos
en la habitación contigua, advirtió su tentativa inútil.
Laura Farina volvió a sentarse cuando empezaron a salir los hombres de la reunión. El senador
permaneció en la puerta del cuarto, con la mano en el picaporte, y sólo descubrió a Laura Farina
cuando el vestíbulo quedó desocupado.
El senador comprendió. Escudriñó a la guardia soñolienta, escudriñó luego a Laura Farina cuya
belleza inverosímil era más imperiosa que su dolor, y entonces resolvió que la muerte decidiera
por él.
Laura Farina se sentó como en un taburete de escolar. Tenía la piel lisa y tensa, con el mismo
color y la misma densidad solar del petróleo crudo, y sus cabellos eran de crines de potranca y
sus ojos inmensos eran más claros que la luz. El senador siguió el hilo de su mirada y encontró
al final la rosa percudida por el salitre.
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—Sí —dijo ella con un rastro de perplejidad—, las conocí en Riohacha.
Ella se arrodilló frente al catre. El senador la siguió escrutando, pensativo, y mientras le zafaba
los cordones se preguntó de cuál de los dos sería la mala suerte de aquel encuentro.
Laura Farina no le puso atención pues no sabía qué hacer con las botas. El senador, por su parte,
no sabía qué hacer con Laura Farina, porque no estaba acostumbrado a los amores imprevistos,
y además era consciente de que aquél tenía origen en la indignidad. Sólo por ganar tiempo para
pensar aprisionó a Laura Farina con las rodillas, la abrazó por la cintura y se tendió de espaldas
en el catre. Entonces comprendió que ella estaba desnuda debajo del vestido, porque el cuerpo
exhaló una fragancia oscura de animal de monte, pero tenía el corazón asustado y la piel
aturdida por un sudor glacial.
Laura Farina quiso decir algo, pero el aire sólo le alcanzaba para respirar. La acostó a su lado
para ayudarla, apagó la luz, y el aposento quedó en la penumbra de la rosa. Ella se abandonó a
la misericordia de su destino. El senador la acarició despacio, la buscó con la mano sin tocarla
apenas, pero donde esperaba encontrarla tropezó con un estorbo de hierro.
—¡Qué disparate! —dijo el senador, furioso, y preguntó lo que sabía de sobra—: ¿Dónde está la
llave?
Laura Farina respiró aliviada. —La tiene mi papá —contestó—. Me dijo que le dijera a usted que
la mande a buscar con un propio y que le mande con él un compromiso escrito de que le va a
arreglar su situación.
El senador se puso tenso. «Cabrón franchute», murmuró indignado. Luego cerró los ojos para
relajarse, y se encontró consigo mismo en la oscuridad. Recuerda —recordó— que seas tú o sea
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otro cualquiera, estaréis muerto dentro de un tiempo muy breve, y que poco después no
quedará de vosotros ni siquiera el nombre. Esperó a que pasara el escalofrío.
—Dime una cosa —preguntó entonces—: ¿Qué has oído decir de mi?
— Bueno —se atrevió Laura Farina—, dicen que usted es peor que los otros, porque es distinto.
El senador no se alteró. Hizo un silencio largo, con los ojos cerrados, y cuando volvió a abrirlos
parecía de regreso de sus instintos más recónditos.
—Qué carajo —decidió— dile al cabrón de tu padre que le voy a arreglar su asunto.
El senador la retuvo.
—Olvídate de la llave —dijo— y duérmete un rato conmigo. Es bueno estar con alguien cuando
uno está solo.
Entonces ella lo acostó en su hombro con los ojos fijos en la rosa. El senador la abrazó por la
cintura, escondió la cara en su axila de animal de monte y sucumbió al terror. Seis meses y once
días después había de morir en esa misma posición, pervertido y repudiado por el escándalo
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Rúbrica para evaluar la comprensión lectora
Reconocer el tema
Intencionalidad
Género discursivo
Ámbito de circulación
Portador
Resumir y/o sintetizar
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Autor de la Secuencia Didáctica:
Referente Técnico de la Dirección General de Educación Secundaria:
Prof. Mercado, Gilda
La Rioja, 2017
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