Este documento discute la necesidad de cambiar el enfoque tradicional de planificación educativa hacia un enfoque basado en el pensamiento complejo. Explica que el paradigma actual es más complejo que el funcionalismo tradicional, y que la planificación debe tomar en cuenta factores como las generaciones digitales y la incertidumbre. También analiza por qué suelen "fracasar" las reformas educativas y cómo la planificación basada en la complejidad puede ayudar a gestionar mejor los procesos de cambio.
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Este documento discute la necesidad de cambiar el enfoque tradicional de planificación educativa hacia un enfoque basado en el pensamiento complejo. Explica que el paradigma actual es más complejo que el funcionalismo tradicional, y que la planificación debe tomar en cuenta factores como las generaciones digitales y la incertidumbre. También analiza por qué suelen "fracasar" las reformas educativas y cómo la planificación basada en la complejidad puede ayudar a gestionar mejor los procesos de cambio.
Título original
Planificación educativa basada en las complejidades
Este documento discute la necesidad de cambiar el enfoque tradicional de planificación educativa hacia un enfoque basado en el pensamiento complejo. Explica que el paradigma actual es más complejo que el funcionalismo tradicional, y que la planificación debe tomar en cuenta factores como las generaciones digitales y la incertidumbre. También analiza por qué suelen "fracasar" las reformas educativas y cómo la planificación basada en la complejidad puede ayudar a gestionar mejor los procesos de cambio.
Este documento discute la necesidad de cambiar el enfoque tradicional de planificación educativa hacia un enfoque basado en el pensamiento complejo. Explica que el paradigma actual es más complejo que el funcionalismo tradicional, y que la planificación debe tomar en cuenta factores como las generaciones digitales y la incertidumbre. También analiza por qué suelen "fracasar" las reformas educativas y cómo la planificación basada en la complejidad puede ayudar a gestionar mejor los procesos de cambio.
Planificación Educativa basada en las complejidades.
Dependiendo del paradigma, se va a ir delineando el diseño curricular, se
va a ir construyendo el programa educativo y se va a ir armando la planificación.
En el caso de la planificación educativa tradicional como la conocemos,
esta tiene un carácter instrumentalista y funcional, basado en el objetivo, va de la mano hacia el paradigma estructural-funcional, el cual toma medición, tiempo, recursos, contenidos conceptuales y actitudinales, procedimentales, entendiendo siempre que estos contenidos no son otra cosas más que las temáticas en si misma abordar entendiendo los contenidos conceptuales cómo las definiciones en sí mismas, entendiendo éstos contenidos procedimentales cómo el método que se va a utilizar en la sesión de clases entendiendo los contenidos actitudinales como las habilidades o conciencia que se va desarrollando en el aprendizaje de los actores sociales.
Las planificaciones tradicionales obedecen al paradigma estructural
funcional de Webber, sin embargo, y de acuerdo a los estudiosos de la materia, hay que reconocer que el funcionalismo tal y como es conocido y fue diseñado originariamente de acuerdo a los paradigmas del positivismo, de lo cuantitativo, de la reducción matemática y estadística de los sujetos, posee unas limitaciones, en virtud que, hacer la sumatoria de los sujetos ya no es suficiente para considerar efectivo este mecanismo, y viene a ser un paradigma emergente, en el cual pudiésemos considerar abrir la planificación, construirla, deconstruirla, reconstruirla, diseñarla, rediseñarla e ir trascendiendo ese paradigma estructural/funcional hacia los paradigmas reinantes en la sociedad actual. En la actualidad que vivimos, existe la necesidad de romper el paradigma tradicionalista conocido hacia las formas emergentes de pensamiento, ello se traduce en que, la formación educativa tal como la conocemos para que pueda tener estos criterios de eficiencia, eficacia y efectividad en el impacto del aprendizaje de los sujetos, va a requerir que se planifique en base al pensamiento complejo, el cual es el paradigma reinante en el cual nos encontramos inmersos.
Es así como este pensamiento complejo, ha impregnado el pensamiento
administrativo gerencial y ha impregnado el hecho educativo, esto causa la resignificación de los procesos de enseñanza-aprendizaje y persé de la planificación en donde, si es válido planificar con base a objetivos propuestos pero, si trascendemos esa concepción cuantitativista de objetivos concretos o generales y pudiésemos llevarlos más hacia un propósito de la sesión, una intencionalidad de la sesión de aprendizaje donde podamos abrir un poco más hacia la cualidad de lo que se espera no desde el punto de vista de una obtención de la verdad encasillada en un solo pensamiento o idea (en otros términos, rígida o cuadrada), sino desde un paradigma que nos permita trascender y generar un aprendizaje significativo, empleando tantas herramientas como podamos desde tiempo abiertos y no determinísticos de criterios cerrados, en donde podamos tomar en cuenta recursos y posibles dificultades dentro de la planificación.
Acá, el pensamiento tradicionalista que se encuentra impregnado de lo
cuantitativo en donde el sujeto se encuentra en una posición desde un segundo hasta un tercer lugar, si se quiere observar desde ésta óptica crítica, la planificación termina siendo un acto mecánico debido a que obedece al paradigma estructural pero, si rompemos y abrimos éste paradigma, entenderíamos el momento histórico en el que estamos en momentos de altísima complejidad, podemos traer estas complejidades a la planificación y diseñar formas emergentes de aprendizaje, generar impacto sobre todo en sujetos con edades caracterizadas por su evolución digital, por mencionar una singularidad actual, entender que ahora los sujetos con ciertas edades y preferencias, ya no procesan la información tal y como lo hacen las personas con edad avanzada y, comprender estas brechas generacionales en el aspecto de aplicar posibles didácticas, planearlas, pensarlas y diseñarlas para generar el impacto en las generaciones nuevas y avanzar más allá en el aspecto de la planificación.
Es importante considerar que, en cuanto a las referencias de la UNES, que
los tiempos pedagógicos son los siguientes: donde se genera un primer tiempo o inicio de sesión en donde el facilitador o mediador genera debate, puede abrir la exploración de saberes con una dinámica de preguntas generadoras de ideas que giren en torno a la temática. Una vez agotado ese tiempo, viene el segundo momento es cuál es el desarrollo, conocido como “El Diálogo de Saberes Reflexivos”, es decir, se establece una dinámica dialógica, dialéctica donde el propósito e intención es la reflexión. Cubierto este momento, vendría el tiempo del cierre o de las reflexiones finales, y al encontrarnos en este acto procedemos a abrirnos a la trascendencia del conocimiento que poseemos, todo para que el conocimiento adquirido no desaparezca o se vea mal interpretado.
Ahora bien, en atención a la relación círtica supra mencionada, y como
parte de la actividad humana interesada en influir en los procesos de cambio social la planificación en general, y también la planificación educativa, han registrado una serie de etapas. En este artículo se presenta una reflexión enmarcada en las actividades de planificación educativa, particularmente referida al reto actual que enfrenta en relación con su capacidad de transformarse en una herramienta útil para gestionar los procesos de reforma educativa.
¿POR QUÉ "FRACASAN" LAS REFORMAS EDUCATIVAS Y CÓMO SE
LAS PUEDE GESTIONAR?
En el campo de la educación el reto con que hoy se enfrenta la acción de
gobierno es cómo conducir reformas educativas exitosas, o sea, cómo hacer posible que las innovaciones que mejoran la calidad de la educación se generalicen y logren impactar la totalidad del sistema. El análisis de los procesos de reforma y la consecuente estigmatización de estos procesos como "fracasos" tiene que ver con la incapacidad de lograr un "estilo de gobierno" que sea capaz de liderar una gobernabilidad aceptable que permita navegar las turbulencias que necesariamente implican estos cambios.
En base a tres décadas de reformas, en los últimos quince años se ha
producido una serie de reflexiones sobre las reformas educativas, dispares según la región del mundo a que pertenezcan sus académicos. En un primer caso, la discusión no se centra sobre lo que hay que hacer, o sea, sobre el contenido de la reforma, ya que eso se extrae de los avances de la investigación pedagógica y sociológica. Por lo tanto, la mirada está puesta en los procesos de cambio y la preocupación está en cómo se toman las decisiones, y en por qué se logran (o no) resultados. En el otro caso, la reflexión está focalizada en la discusión acerca de si los cambios que se proponen son o no los adecuados, y la preocupación es cuál es su origen y a quién/es beneficia o perjudica.
Para avanzar en la construcción de un marco de planificación "compleja" es
también necesario rever el lugar del sujeto (de quien decide o actúa) en estos contextos y no solamente reconceptualizar cuáles deberían ser las características del diseño del plan, sino también analizar las particularidades del proceso de toma de decisiones. En primer término, el lugar del sujeto ha variado en los dos enfoques que preceden al de la complejidad, desde un sujeto fuera de la situación en el planeamiento normativo, a un sujeto dentro de ella en la planificación situacional. En la planificación "compleja" el sujeto está dentro de la situación pero su actitud es diferente a la anterior. CONTEXTO TIPO DE DECISIONES TOMA DE DECISIONES Simple Dominio de las “buenas prácticas” Percibir (detectar) > categorizar > responder Complicado Dominio de los expertos Percibir (detecta) > analizar > responder Complejo Dominio de lo emergente Probar > percibir (detectar) > responder Caótico Dominio de la respuesta rápida Actuar > percibir (detectar) > responder
Planificar en el contexto educativo, y con el marco de la complejidad, ayuda
a pensar la gestión de la incertidumbre, ya que esta es una de las características del mundo en que vivimos. Gestionar la incertidumbre requiere conceptualizaciones que permitan aprehenderla, lo que implica que quien gestiona (planifica, toma decisiones) debe tener la capacidad de pasar de una conceptualización binaria del futuro (una determinada característica del futuro, es o no es) a una de múltiples determinaciones (AGUERRONDO, 2007). Los avances del pensamiento complejo son una indudable herramienta para ello y estas consideraciones anteriores pueden dar luz a ese camino.
A partir de los cuatro niveles de incertidumbre que hoy se distinguen
(COURTNEY et al., 1999), y en función de los elementos que hemos presentado a lo largo de este trabajo, incluyendo los tipos de contextos señalados y sus características, se pueden pensar los distintos enfoques de la planificación educativa que les corresponden.
Las reformas educativas, que siempre ocurren en contextos complejos,
decididamente no se pueden comprender ni gestionar desde el marco de la planificación normativa. Mirarla desde este enfoque es lo que ha llevado a caracterizarlas como "fracasos" sin atender a los variados procesos que se van desarrollando en niveles de profundidad mayores y que, bien reconocidos, podrían ser base de emergentes que dieran origen a un cambio. Esto no supone un necesario descarte definitivo de las metodologías de este enfoque, sino la toma de conciencia de que solo son válidos de ser aplicados en aquellos espacios del sistema educativo donde se reconocen contextos simples, es decir, donde hay un futuro claro, y donde las causas de lo que ocurre son conocidas.
Tampoco se pueden comprender las reformas educativas desde el marco
de la planificación situacional, entendiéndolas tan solo como procesos complicados, aunque sí pueden gestionarse con algún éxito algunos proyectos específicos en tanto no cuestionen de manera radical las bases estructurales en las que se asienta el sistema educativo, lo que automáticamente las pondría dentro de un contexto complejo. Este es precisamente el argumento de McGinn y Porter (2005), que rescatan algunos procesos de cambio exitoso en la región y concluyen que en América Latina no coinciden la planificación-en-la-teoría y la planificaciónen-la-práctica, siendo la primera todavía normativa pero la segunda ya situacional. GRADO DE TIPO DE NIVEL DE TIPO DE TIPO DE INCERTIDUMBRE CONTEXTO INCERTIDUMBRE CAUSALIDAD PLANIFICACIÓN Uno Simple Futuro claro Lineal Normativa Causas Conocidas Dos Complicado Escenarios Causas no Situacional alternativos evidentes pero incógnitas conocidas Tres Complejo Abanico de futuros Incógnitas Situacional/Compleja conocidas. Causalidad Probabilística Cuatro Caótico Auténtica Causas no No es posible ambigüedad reconocibles. Solo planificar existe turbulencia