En El Caso Que Nos Ocupa Del Señor Ricardo Arriola

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En el caso que nos ocupa del señor Ricardo Arriola, la intención de las autoridades

era (utilizar a la familia como mecanismo de coacción psicológica) entonces vemos


que con este hecho se le viola el derecho a integridad personal cuyo caso se
abordara desde la perspectiva de la constitución política que:

DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL-Salud mental y sicológica


 
La Constitución proclama el derecho fundamental a la integridad personal y, al hacerlo, no
solamente cubre la composición física de la persona, sino la plenitud de los elementos que
inciden en la salud mental y en el equilibrio sicológico. Por otra parte, el artículo 12 de la
Constitución proclama el derecho fundamental a la integridad personal y, al hacerlo, no
solamente cubre la composición física de la persona, sino la plenitud de los elementos que
inciden en la salud mental y en el equilibrio psicológico. Ambos por igual deben
conservarse y, por ello, los atentados contra uno u otro de tales factores de la integridad
personal vulneran ese derecho fundamental y ponen en peligro el de la vida en las
anotadas condiciones de dignidad.

DERECHO A LA SALUD MENTAL-Derechos constitucionales comprometidos


 
Ahora bien, Vemos que En los casos de peligro o afectación de la salud mental y
psicológica como lo es el caso del señor Ricardo, no solamente están comprometidos los
derechos fundamentales que a ella corresponden sino los de sus allegados más próximos,
los de la familia como unidad y núcleo esencial de la sociedad que merece especial
protección, y los de la colectividad. De lo dicho se deduce que, al reclamar judicialmente la
preservación inmediata del derecho a su salud mental, la persona invoca derechos
fundamentales susceptibles de amparo por la vía del artículo 86 de la Constitución Política.

La vida humana, en los términos de la garantía constitucional de su preservación se


consagra en los artículos (arts. 1, 2 y 11 C.P.), entonces no consiste solamente en la
supervivencia biológica, sino que, tratándose justamente de la que corresponde al ser
humano, requiere desenvolverse dentro de unas condiciones mínimas de dignidad.
 
La persona conforma un todo integral y completo, que incorpora tanto los aspectos
puramente materiales, físicos y biológicos como los de orden espiritual, mental y síquico. Su
vida, para corresponder verdaderamente a la dignidad humana, exige la unión de todos esos
factores como esenciales en cuanto contribuyen a configurar el conjunto de sus capacidades
psicológicas y por esta razón se infringe en esta vulneración de este principio o derecho
fundamental a la integridad personal.

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