Simon Rodriguez Pedagogia
Simon Rodriguez Pedagogia
Simon Rodriguez Pedagogia
Pedagogía
Maestros de América
_ Carrillo, Sergio
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Introducción
Siempre resulta retador hablar de Maestro Simón Rodríguez, sobre todo en la época en que le
toco vivir, y hacer propuestas que en muchos casos fueron dejadas a un lado por no ser
entendidas y fueron saboteadas por toda suerte de intereses de la clase política que operaba
en la época. El siglo XVIII reconocido como el siglo de las luces, hubo la efervescencia y el
surgimiento de todo tipo de conocimientos y técnicas hicieron contraste con la sociedad feudal
imperante. De allí que la educación y la pedagogía no escaparon de este hecho, y la sociedad
representada por la burguesía (clase social formada por las personas acomodadas que logran
tener propiedades y capital) como clase social comienza a montar sus cimientos. Todo este
proceso fue conocido y en parte vivido por el maestro Rodríguez, profundamente analítico de
las experiencias que desde la Europa se estaban suscitando y reconociendo que sus avances
científicos eran producto de su propio conocimiento de la realidad y la razón construidos
desde adentro para darse sus propios modelos originales. Aportando experiencias, ideas y
conocimientos, llega el maestro a trabajar al lado del libertador en la reconstrucción de la
república.
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1- Biografía y Reseña histórica
Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez (Caracas, Venezuela, 28 de octubre de 1769 - fallece
en Amotape, Paita, Perú, 28 de febrero de 1854), conocido en su exilio de la América española
como Samuel Robinsón, fue un educador, escritor, ensayista y filósofo venezolano. Tutor y
mentor del Libertador Simón Bolívar al igual que Andrés Bello, fue un visionario defensor de la
educación pública.
En mayo de 1791 ―cuando ya tenía 21 años― el Cabildo de Caracas le dio un puesto como
maestro en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños. En esta escuela tuvo la oportunidad de
ser el tutor del futuro libertador Simón Bolívar.
“Juro delante de Usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro
por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las
cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español” .
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En 1806, Bolívar decidió volver a Caracas, e invitó a su Maestro a regresar a su ciudad natal, lo
cual fue inútil, pues Rodríguez temía la persecución española. El Libertador recordó siempre la
influencia decisiva de su Maestro Rodríguez en la orientación revolucionaria de su vida, para la
libertad de las colonias españolas en América. En una carta que le envió el Libertador desde
Pativilca (Perú), el 19 de enero de 1824, le expresó: “Vd. Formó mi corazón para la libertad,
para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Vd. me señaló
(...) No puede Vd. figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que
Vd. me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que
Vd. me ha regalado”.
Rodríguez viajó al Perú, en donde fue muy bien recibido por el Libertador en Lima,
incorporándolo a su grupo de colaboradores directos. En noviembre de 1825, Bolívar lo
nombró Director de Enseñanza Pública y Director General de Minas, Agricultura y Caminos
Públicos de Bolivia. Allí estuvo hasta 1826,cuando regresó al Perú. Con la comitiva del
Libertador visitó a Arequipa, El Cuzco, La Paz y Potosí. En 1826 llegó a Chuquisaca, en donde
trabajó bajo la autoridad del Mariscal Sucre. Su proyecto educativo fue fundar una Casa Taller
de artes y oficios, especialmente de carpintería, albañilería y herrería. Este proyecto educativo
también fracasó, pues la educación tradicional de las gentes de Chuquisaca no permitió el
cambio a la educación práctica. El Maestro Simón Rodríguez criticó la influencia de la
educación inglesa, especialmente de los métodos lancasterianos*.El primer Presidente de
Bolivia, el Mariscal Antonio José de Sucre no comprendió el proyecto de una educación para
enseñar los oficios como lo propuso el maestro Simón Rodríguez; por ello, le quitó el apoyo. En
cartas al Libertador, el Mariscal Sucre denunció al Maestro Simón Rodríguez por sus ideas
extravagantes y con incapacidad para desempeñar el puesto bajo su dirección. Señaló que no
le trajo escrito el sistema de educación y que en sus conversaciones, unas veces dice unas
cosas y luego señala otras, sin ninguna dirección. En poco tiempo el Maestro Rodríguez quedó
sin puesto y con numerosas deudas. Vivió en el pueblo de Oruro, casi en la indigencia. Por
todas partes el Maestro Simón Rodríguez tuvo relaciones con las gentes pobres, con los indios
y los arrieros. No tuvo un lugar fijo para vivir; su manera de pensar le trajo muchos enemigos.
En sus relaciones con una india tuvo dos hijos cuyos nombres fueron Choclo y Tulipán. Fundó
una escuela de barrio que era a la vez fábrica de velas de cebo y expendio de menudas
mercancías. En la puerta de la escuela-tienda puso un letrero: “Luces y virtudes americanas,
esto es, velas de cebo, paciencia, jabón, resignación, cola fuerte, amor al trabajo”. Cuando iba
acompañado con su hijo José Rodríguez y un compañero de éste, el maestro Simón Rodríguez
murió en el pueblo de San Nicolás de Amotape en el Perú, el 22 de febrero del año 1854, a la
edad de 83 años. Lo enterraron en la iglesia de San Nicolás de Bari. Setenta años después, sus
restos fueron llevados a Caracas, en donde reposan en el Panteón Nacional. Dos años después
de su muerte, Manuelita Sáenz murió en Paita, el 23 de noviembre de 1856 en una peste que
se difundió en la población de esta región.
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2-Las Ideas pedagógicas del maestro Simón Rodríguez
El Maestro del Libertador fue defensor de la educación pública con igualdad para todos los
ciudadanos. En su pensamiento se manifiestan las ideas educativas de los filósofos de la Ilustración,
y en especial del pensador Juan Jacobo Rousseau. Según sus ideas, la educación en Hispanoamérica
tiene como objetivo formar a las nuevas generaciones que van a fundar los nuevos estados
nacionales, con las ideas democrático-republicanas. Siempre fue partidario de una educación
práctica, para enseñarle oficios a los educandos, planteó la urgencia de la educación formal para las
mayorías, contraria a la educación selectiva para las minorías aristocráticas. Se consideró necesaria
una educación universal, libre y obligatoria; una educación oficial y pública, financiada por el
Estado y con acceso para todas las gentes. Y en el proceso revolucionario, se consideró necesaria
asimismo, la formación de ciudadanos libres en Estados democráticos y necesitados de unidad en
sus respectivas Naciones. La educación se consideraba por consiguiente, como una fuente
necesaria para fomentar la unidad nacional. La cohesión natural de los hombres que tienen un
pasado común, y la formación de ciudadanos conocedores de sus derechos y obligaciones.
En su formación, ideas y actividad pedagógica, el maestro Simón Rodríguez fue un ejemplo del
educador de “La Ilustración”, estudioso del antropocentrismo y el racionalismo en la educación y
defensor de la escuela pública y oficial, para las mayorías. Este educador fue un gran lector de las
obras de Rousseau, Montesquieu, Locke, Voltaire, Diderot, Siéyes y otros filósofos que dieron las
bases para el pensamiento ilustrado y los derechos humanos: de las ideas de libertad, igualdad de
todos los seres, la propiedad y la seguridad. Las ideas sobre la democracia o gobierno del pueblo,
contra la monarquía y la aristocracia. Y las ideas demo liberales para el análisis de la realidad de
estos pueblos de Hispanoamérica que anhelaban libertad e independencia en relación con las
metrópolis europeas. Según sus biógrafos,fue un gran lector de las obras de Juan Jacobo Rousseau,
y en especial, del “Contrato social”, “El Emilio”, la “Nueva Eloísa”, “Discurso sobre el origen de la
desigualdad” y otras de los filósofos de la Ilustración en“El Emilio” se manifestó su interés
apasionado por las cuestiones relacionadas con la educación .En síntesis Simón Rodríguez es :
Volviendo al año 1791, El 23 de mayo del año 1791, el Cabildo de Caracas nombró a Don Simón
Rodríguez, para ejercer el cargo de Maestro de primeras letras para niños, en la Escuela
Pública de Caracas. El modelo pedagógico para las Escuelas de Primeras Letras en Caracas, fue
el de las Reales Escuelas de primeras letras de Madrid. Este modelo constaba de nuevos
objetivos para las escuelas y de nuevas técnicas de enseñanza para la lectura, la escritura y las
matemáticas objetivas y técnicas. Le dio mucha importancia a las técnicas de enseñanza y la
eficiente organización escolar.
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El maestro Simón Rodríguez se manifestó partidario de una educación práctica, con énfasis en
las artesanías y en la enseñanza de oficios, que acercara más a los educandos a las realidades
de la vida. La educación siguiendo los lineamientos del Racionalismo y la Ilustración, debía dar
más importancia a los estudios naturales y a la experimentación. Sus ideas y reformas
educativas, tuvieron fundamento en la situación real de la Escuela en Caracas en los finales del
siglo XVIII. En relación con el estado de las escuelas en Caracas en el año 1794,presentó la
Reforma que consideró indispensable para su cambio y progreso, siguiendo los cambios de las
Escuelas de Primeras letras en Madrid. Señaló la importancia de crear cuatro escuelas en
Caracas, teniendo en cuenta la división de las cuatro feligresías o parroquias. El nombramiento
de cuatro maestros de número y doce pasantes, quienes formarían el cuerpo de profesores de
primeras letras en Caracas. Uno de los cuatro maestros de número sería el director o regente
general. El último día de todos los meses se debía realizar una reunión de todos los maestros
para evaluar lo realizado en el mes, los aspectos económicos de la escuela y determinar la
programación para el mes siguiente. En el reglamento propuesto se determinó el modo de
incorporar a los discípulos en las escuelas; las pensiones y su aplicación; los gastos comunes; la
construcción de muebles; la gratificación de pasantes; las horas señaladas para el ejercicio de
las escuelas; los actos públicos de religión; los asuetos, recreos, exámenes, estados mensuales,
premios, distinciones, fiestas. Se determinaron los casos en que debían ser depuestos los
maestros subalternos; los casos en que debían ser despedidos los pasantes; y los casos en que
debían ser expelidos los discípulos de las escuelas y las dotaciones. Este proyecto que presentó
el maestro Simón Rodríguez al Cabildo de Caracas fue estudiado y aprobado un año después,
el 5 de junio de 1795 y enviado a la Real Audiencia, solicitando su aprobación definitiva. El
Fiscal presentó un informe negativo el 12 de septiembre, considerando la imposibilidad
presupuestal, la preferencia de cuatro escuelas para niños blancos, y dos para pardos. El
proyecto técnico que presentó el maestro Simón Rodríguez se convirtió en proyecto político.
Ante la desaprobación de su proyecto, el Maestro de Bolívar renunció a la Escuela de Primeras
Letras de Caracas, el 19 de octubre de 1795. El Ayuntamiento aceptó su renuncia y le hizo un
reconocimiento por su labor de educador.
El educador Simón Rodríguez con sus ideas racionalistas, se interesó por una educación
práctica para la formación de las nuevas generaciones republicanas de Hispanoamérica. En la
economía y vida cotidiana de las gentes de los países hispanoamericanos, con múltiples
necesidades de producción, empleo, vivienda, alimentación, vestido, educación y salud, se
hacía indispensable una educación más racional, práctica y útil y una sociedad organizada para
satisfacer las necesidades fundamentales. Por ello, el Maestro Rodríguez propuso la creación
de Talleres de Oficios para los niños sin distinciones de raza o riqueza. Sus propuestas fueron
planteadas para Bogotá en la Gran Colombia y Chuquisaca en Bolivia. En 1824 creó en Bogotá
un taller de oficios, señalando la importancia de la educación práctica para los niños más
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pobres. Esta educación debía depender directamente del Gobierno, con escuelas que
dependieran del Estado. Las materias que se enseñaran debían tener todos unos sentidos
sociales y económicos alrededor de la producción. Los varones debían aprender los tres oficios
principales: albañilería, carpintería y herrería, pues con tierras, maderas y metales se hacen las
cosas más necesarias. Las mujeres debían recibir los oficios propios de su sexo. Este proyecto
no obtuvo la acogida necesaria en Bogotá y en la Gran Colombia. Este proyecto del Maestro
Rodríguez fue planteado en Chuquisaca en 1826, cuando se iniciaba la nueva República de
Bolivia en las tierras del antiguo Alto Perú. Allí, el “Maestro del Libertador” trabajó bajo la
autoridad del primer presidente del nuevo Estado Nacional, el Mariscal Antonio José de Sucre.
Su proyecto educativo fue fundar una Casa Taller para que los niños pobres aprendieran los
oficios, especialmente de carpintería, albañilería y herrería. Las mujeres aprenderían los oficios
propios de su sexo. En la Casa de Chuquisaca reunió un grupo de 200 niños; pero como las
gentes querían escuelas tradicionales, con el método lancasteriano, las escuelas organizadas
por el Maestro Simón Rodríguez fueron consideradas degradantes, pues solamente enseñaban
los oficios. Varias gentes manifestaron que el Maestro Rodríguez era un loco o un hereje que
quería corromper a los niños. Por su parte, el Maestro Rodríguez criticó la educación
lancasteriana, por considerarla memorística y superficial. Ello señala que las ideas racionalistas
y prácticas con los Talleres de oficios o de artes prácticas no recibieron el respaldo de
Colombia y Bolivia.
El Maestro Simón Rodríguez pensó que lo más importante para los nuevos Estados
republicanos debe ser la “educación popular”. En su obra “Luces y virtudes sociales”, el
Maestro Rodríguez señaló que la educación debe ser general para todo el pueblo y debe ser
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dirigida y financiada por el Gobierno Nacional. La Educación popular debe entenderse como
general. Según sus ideas, “Instruir no es educar. Ni instrucción puede ser un equivalente a la
Educación”, aunque instruyendo se eduque. En prueba de que con acumular conocimientos,
extraños al arte de vivir, nada se ha hecho para formar la conducta social. Véanse los
muchísimos sabios mal criados, que pueblan el país de las ciencias. Rodríguez continua y dice
“Un filósofo puede hablar de la estrategia con propiedad, y no ser, por eso soldado. Tampoco
son medios de generalizar ni pueden suplir por ellos los continuos actos de publicación que se
hacen enseñando en escuelas, colegios y universidades, ni los de divulgación que se hacen por
la prensa lo que no es general sin excepción no es verdaderamente público y lo que no es
público no es social”La educación debe ser oficial y pública para todas las gentes. Así
expresó:”El Gobierno republicano es protector de las Luces Sociales, porque sus instituidores
saben que sin luces no hay virtudes”. Según Rodríguez existen varias especies de instrucción y
su proyección en las virtudes sociales y señala. Y para llegar al conocimiento profundo, es
necesario leer y escribir, como han dicho todos los Congresos de América no será ciudadano el
que para el año de tantos no sepa leer y escribir. Pero recalca el Maestro Rodríguez: de qué
sirve leer y escribir, si la persona no tiene ideas “Ideas!…Ideas!, primero que Letras”.
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6-Reflexiones finales.
El Maestro Simón Rodríguez es ejemplo del educador de la Ilustración, con proyección de sus
ideas en la organización de los nuevos Estados Hispanoamericanos. Las ideas de Rousseau y de
los educadores ilustrados fueron interpretadas y aplicadas en la educación para las
generaciones que hicieron la Independencia en Venezuela y en otros países de
Hispanoamérica. Según su convicción, que es la planteada por los ilustrados, debe ser una
educación natural, práctica, pública y oficial, con igualdad para todos los sectores de la
sociedad. El gobierno debe facilitar los recursos económicos necesarios para hacer posible una
educación “con nuevas ideas” para la formación de las generaciones en los orígenes de los
nuevos Estados Nacionales. El educador Simón Rodríguez, propuso para los estudiantes de
escasos recursos, una educación práctica y técnica a través de los talleres. Así se reflejó en sus
experiencias en Bogotá y luego, con la ayuda de su discípulo, el Libertador Simón Bolívar, en
Bolivia y Perú. Sin embargo, sus ideas no fueron comprendidas por los nuevos dirigentes de la
sociedad, entre ellos, el Mariscal Antonio José de Sucre, primer Presidente de Bolivia, quien no
entendió la nueva escuela práctica y técnica y defendió la educación tradicional. Sus ideas
fueron plasmadas en varias obras que publicó en Perú, Argentina y Chile, destacando entre
ellas “Luces y virtudes sociales” y “Sociedades americanas en 1828”, que reflejan la situación
de Hispanoamérica en los primeros años de la República. Y sus reflexiones sobre “La
educación” como primera empresa del Estado y como necesidad prioritaria de solucionar, para
poder enrutar a las nuevas sociedades americanas en prospectiva hacia su futuro.
BIBLIOGRAFIA
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REVISTA IPLAC Publicación Latinoamericana y caribeña de educación: “Simon Rodriguez el
Maestro del Libertador”
http://www.revista.iplac.rimed.cu/index.php?
option=com_content&view=article&id=757:simodrez-el-maestro&catid=101&Itemid=235
http://www.aporrea.org/educacion/a96119.html
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