00120-2020-AA Defensor de Herencia (2021)
00120-2020-AA Defensor de Herencia (2021)
00120-2020-AA Defensor de Herencia (2021)
Sentencia
527/2021
EXP. N.° 00120-2020-PA/TC
AREQUIPA
JOSÉ MARIO BENJAMÍN JUSTO
PACHECO
RAZÓN DE RELATORÍA
En la sesión de Pleno del Tribunal Constitucional, de
fecha 20
de abril de 2021, los magistrados Ledesma Narváez, Blume
Fortini y
Sardón de Taboada han emitido la siguiente
sentencia que resuelve declarar FUNDADA la demanda de
amparo que dio
origen al Expediente 00120-2020-PA/TC. El
magistrado Ferrero Costa, con voto en
fecha posterior,
coincidió con el sentido de la sentencia.
Los magistrados Miranda Canales, Ramos Núñez y
Espinosa-
Saldaña Barrera emitieron votos singulares, coincidiendo en
declarar
improcedente la demanda.
La Secretaría del Pleno deja constancia de que la
presente
razón encabeza la sentencia y los votos antes referidos, y que
los
magistrados intervinientes en el Pleno firman digitalmente
al pie de esta razón
en señal de conformidad.
Flavio Reátegui Apaza
Secretario Relator
SS.
LEDESMA
NARVÁEZ
FERRERO
COSTA
MIRANDA
CANALES
BLUME
FORTINI
RAMOS
NÚÑEZ
SARDÓN
DE TABOADA
ESPINOSA-SALDAÑA
BARRERA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 20 días del mes de abril de
2021, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los magistrados
Ledesma Narváez, Miranda Canales,
Blume Fortini, Ramos Núñez, Sardón de Taboada
y Espinosa-Saldaña Barrera,
pronuncia la siguiente sentencia, con los votos
singulares de los magistrados Miranda
Canales, Ramos Núñez y Espinosa-Saldaña
Barrera, que se agregan. Se deja
constancia que
el magistrado Ferrero Costa votará en fecha posterior.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don José Mario
Benjamín
Justo Pacheco contra la resolución de fojas 532, de fecha 3 de octubre
de 2019,
expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa, que,
confirmando la apelada, declaró infundada la demanda.
ANTECEDENTES
Mediante escrito presentado el 9 de enero de 2015 (f. 47) —subsanado
mediante
escrito presentado el 10 de febrero de 2015 (f. 213)—, el actor interpuso
demanda de amparo en contra de los jueces
superiores que conforman la Tercera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia
de Arequipa. Solicitó que se declare la nulidad
de la Resolución 4, de fecha 5
de noviembre de 2014 (f. 42), notificada con fecha 25
de noviembre de 2014 —según se desprende del
sistema de consulta de expedientes
del Poder Judicial—, por la que la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia
de Arequipa confirmó la Resolución 27, de fecha 17 de setiembre de
2013 (f. 29), que
declaró improcedente su apersonamiento al proceso de
otorgamiento de escritura
pública, así como su pedido de nulidad de todo lo
actuado en el Expediente 4971-
2010. En este sentido, denuncia la violación de
sus derechos fundamentales a la
igualdad en la aplicación de la ley y a la
debida motivación de las resoluciones
judiciales.
Alega que el 14 de diciembre de 2010 don Wílmer
Alejandro Valdivia Granda
solicitó ante el Octavo Juzgado Civil de la Corte
Superior de Justicia de Arequipa la
recomposición del referido expediente al
proceso sobre otorgamiento de escritura
pública promovido por don Alejandro
Valdivia Revilla en contra de don Benjamín
Pacheco del Carpio (Expediente
4971-2010). El indicado solicitante invocó ser
heredero de don Alejandro
Valdivia Revilla y ofreció únicamente copia de una
sentencia de fecha 12 de
mayo de 1971, que ordenaba otorgar las escrituras públicas
de los lotes 14 y 15
de la urbanización municipal del distrito, provincia y
departamento de
Arequipa. Asimismo, afirmó que don Benjamín Pacheco del Carpio
había fallecido
y que el proceso en mención se tramitó con la asistencia de un
defensor de
herencia. Mediante Resolución 7, de fecha 6 de julio de 2011, se declaró
recompuesto el expediente y se requirió al demandado, representado por el
defensor
de herencia don Héctor Díaz Valdivia, el otorgamiento de la escritura
pública
ordenada en la sentencia. Luego, en rebeldía de la parte demandada, se
aprobó la
escritura pública; sin embargo —indica—, no se tuvo en cuenta que el
defensor de
herencia había fallecido el 21 de enero de 2012, y que los
herederos de don Benjamín
Pacheco del Carpio nunca fueron incorporados al
proceso.
El actor señala que con fecha 8 de setiembre de 2010, en su
condición de
heredero de don Benjamín Pacheco del Carpio, promovió una demanda
de
reivindicación de los citados lotes 14 y 15 de la urbanización municipal,
inscritos en
las Partidas 01127976 y 01127977, dirigiéndola en contra de los
hermanos Valdivia
Granda (Expediente 3897-2010), la cual fue tramitada también
ante el Octavo
Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa.
Refiere que los
demandados fueron notificados el 16 de noviembre de 2010, esto
es, antes de solicitar
la recomposición del expediente que recoge el proceso
sobre otorgamiento de
escritura pública. Al contestar la demanda, don Wílber Alejandro Valdivia Granda
informó sobre la
existencia del proceso de otorgamiento de escritura pública y la
recomposición
del respectivo expediente.
Siendo ello así, el actor se apersonó al proceso de otorgamiento
de escritura
pública y solicitó la nulidad de todo lo actuado, pues los
demandantes Valdivia
Granda sabían que los bienes de don Benjamín Pacheco del
Carpio habían sido
transferidos a sus herederos y, pese a ello, estos nunca
fueron emplazados. Empero,
mediante Resolución 27, de fecha 17 de setiembre de
2013, el Octavo Juzgado Civil
de la Corte Superior de Justicia de Arequipa
declaró improcedente su apersonamiento
y pedido de nulidad, pues se consideró
que, al haberse emplazado al defensor de
herencia, no se había incurrido en
ninguna irregularidad. Esta decisión fue
confirmada por la Tercera Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Arequipa,
mediante auto de vista de fecha 5
de noviembre de 2014.
Además, sostiene que se ha vulnerado su derecho a la igualdad ante
la ley, pues
se ha admitido la intervención del heredero del demandante en el
proceso sobre
otorgamiento de escritura pública, pero se ha declarado
improcedente el
apersonamiento del heredero del demandado. Del mismo modo,
denuncia que se ha
vulnerado su derecho a la debida motivación de las
resoluciones judiciales, puesto
que los fundamentos del auto de vista
cuestionado son contradictorios, además que se
encuentran referidos a hechos no
invocados en el pedido de nulidad. Por último, el
auto de vista sostiene que es
objeto de ejecución una sentencia que ha adquirido la
cualidad de cosa juzgada,
pese que, de autos no consta fehacientemente que lo sea,
pues solo se cuenta
con la sentencia de fecha 12 de mayo de 1971.
Mediante Resolución 1, de fecha 16 de enero de 2015 (f. 64), el
Noveno
Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa
declaró inadmisible la demanda y le otorgó al demandante tres días de
plazo para que
adjunte copia simple de todos los actuados de la recomposición
del expediente
subyacente, una constancia de existencia de este, así como de su
estado, bajo
apercibimiento de rechazo.
Mediante Resolución 3, de fecha 13 de febrero de 2015 (f. 214), el
Noveno
Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa
rechazó la demanda argumentando que el demandante no cumplió con
adjuntar copia
simple de todos los actuados de la recomposición del expediente
subyacente, y que no
era suficiente la copia simple del reporte de expediente
de los últimos actos
procesales del Expediente 4971-2010.
La Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa, mediante
auto de vista de fecha 2 de junio de 2015 (f. 239), declaró
nula la Resolución 3, pues
consideró que el recurrente sí había cumplido con
subsanar su demanda, y ordenó una
nueva calificación de esta.
Mediante Resolución 10, de fecha 10 de julio de 2015 (f. 247), el
Noveno
Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa
declaró improcedente la demanda al considerar que el amparo está
dirigido al
reexamen de lo pretendido en el proceso subyacente.
A su turno, la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Arequipa,
mediante Resolución 18, de fecha 26 de enero de 2016 (f. 300),
declaró nula la
Resolución 10 y ordenó la emisión de un nuevo pronunciamiento.
Admitida a trámite la demanda (f. 316), don Óscar Rolando Lucas Asencios, en
su condición de Procurador Público Adjunto del
Poder Judicial, contestó la demanda
(f. 332) y solicitó que sea declarada
improcedente, pues la pretensión y los hechos
narrados no se encontrarían
referidos al contenido constitucionalmente protegido de
los derechos
fundamentales invocados.
Don Emmel Benito Paredes Bedregal, juez
superior integrante de la Sala
Superior demandada, mediante escrito presentado
el 1 de febrero de 2017 (f. 390), se
apersonó al proceso y solicitó que la demanda sea desestimada, pues
no se han
vulnerado los derechos fundamentales del demandante.
Don Jhony
Barrera Benavides y don Óscar Enrique Béjar Pereyra, jueces
superiores integrantes de la Sala Superior demandada, mediante escrito
presentado el
12 de mayo de 2017 (f. 409), contestaron la demanda y solicitaron
que sea
desestimada, toda vez que el 15 de junio de 2012 se ejecutó la
sentencia subyacente,
al haberse otorgado la escritura pública demandada, por
lo que el pedido de nulidad
del amparista, de fecha
11 de marzo de 2013, debió ser formulado en vía de cosa
juzgada fraudulenta.
Asimismo, expresó que la resolución que ordenó la ejecución de
la sentencia es
de fecha 6 de junio de 2011, esto es, antes de que el letrado que ejercía
como
defensor de la herencia hubiese fallecido, precisando, por lo demás, que el
colegiado tomar conocimiento de incapacidad alguna.
El Juzgado Especializado Constitucional de la Corte Superior de
Justicia de
Arequipa, mediante Resolución 31, de fecha 23 de julio de 2018 (f.
445), declaró
infundada la demanda tras analizar y determinar que no se han
vulnerado los derechos
fundamentales del amparista,
pues el proceso subyacente, luego de declarar
recompuesto el expediente de
otorgamiento de escritura pública, se ha limitado a
ejecutar una sentencia
firme y se ha cumplido con emplazar a las partes que
intervinieron en el
proceso primigenio de 1971.
A su turno, la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Arequipa,
mediante Resolución 38, de fecha 3 de octubre de 2019 (f. 532),
confirmó la apelada
por similares fundamentos.
FUNDAMENTOS
§. Delimitación del petitorio
1.
El objeto del amparo de autos es que se declare la nulidad de la Resolución 4,
de fecha 5 de noviembre
de 2014 (f. 42), por la que la Tercera Sala Civil de la
Corte Superior de
Justicia de Arequipa confirmó la Resolución 27, de fecha 17
de setiembre de
2013 (f. 29), que declaró improcedentes su apersonamiento al
proceso de
otorgamiento de escritura pública y su pedido de nulidad de todo lo
actuado
(Expediente 4971-2010).
2.
Este Tribunal advierte que el
relato de los hechos que ofrece el recurrente en
sus escritos de demanda,
apelación y agravio constitucional, en torno a que se le
ha impedido
apersonarse al proceso civil subyacente, pese a tener la condición
de heredero
del demandado, además de tenerse por innecesaria su intervención
al haberse
emplazado al defensor de herencia, en realidad se encuentra referido
al
contenido constitucionalmente protegido del derecho de defensa. En tal
sentido,
en virtud del principio procesal de suplencia de la queja deficiente y del
iura novit curia,
se debe enmendar esa deficiencia.
3.
Así, corresponde dejar
establecido que será objeto del presente amparo
determinar si corresponde
declarar la nulidad de la Resolución 4, de fecha 5 de
noviembre de 2014,
expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de
Arequipa, en tanto ha vulnerado el derecho fundamental de defensa.
§. Análisis
del caso
4.
La Constitución
reconoce el derecho de defensa en el inciso 14 de su artículo
139 y en virtud
de este se garantiza que los justiciables, en la protección de sus
derechos y
obligaciones, cualquiera que sea su naturaleza (civil, penal,
tributaria,
mercantil, laboral, etc.), no queden en estado de indefensión. Así, el
derecho
a no quedar en estado de indefensión se conculca cuando a los titulares
de los
derechos e intereses legítimos se les impide ejercer los medios legales
necesarios, suficientes y eficaces para su defensa; pero no cualquier
imposibilidad
de ejercer estos medios produce un estado de indefensión que
atenta contra el
contenido constitucionalmente protegido del derecho, sino que
es
constitucionalmente relevante cuando se genera una indebida y arbitraria
actuación del órgano que investiga o juzga al individuo. Este hecho se produce
cuando al justiciable se le impide, de modo injustificado, argumentar a favor
de
sus derechos e intereses legítimos (Expedientes
0582-2006-PA/TC, 05175-
2007-HC/TC, entre otros).
5.
Como ha quedado establecido,
el presente amparo se encuentra referido al
cuestionamiento formulado por el recurrente a la Resolución 4, de fecha
5 de
noviembre de 2014, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior
de
Justicia de Arequipa, que, confirmando la decisión de fecha 17 de setiembre
de
2013, declaró improcedentes su apersonamiento al proceso de otorgamiento de
escritura pública y su pedido de nulidad de todo lo actuado en el Expediente
4971-2010.
6.
Siendo ello así, corresponde
advertir que la Resolución 27, de fecha 17 de
setiembre de 2013, expedida por
el Octavo Juzgado Civil de la Corte Superior
de Justicia de Arequipa, sustentó
su decisión de declarar improcedentes el
pedido de apersonamiento del ahora
recurrente, así como su pedido de nulidad,
en las siguientes razones:
SEGUNDO: Valoración de los hechos: 2.1. Con respecto al pedido de
apersonamiento
efectuado por José Mario Benjamín Justo Pacheco, como sucesor,
coheredero del
demandado Benjamín Pacheco del Carpio, siendo que la demanda de
otorgamiento de
Escritura Pública fue interpuesta en contra de Benjamín Pacheco del
Carpio
quien al haber fallecido se le nombró como defensor de herencia al doctor
Héctor Díaz Valdivia, ello conforme se desprende de la Sentencia obrante a
fojas
cinco a siete. Que ante la no ubicación física del expediente y su
requerimiento de
ejecutar la sentencia expedida, mediante resolución dos se dispuso admitir
a trámite
la demanda de recomposición de
expediente sin número, siendo ello notificado al
defensor de herencia de don
Benjamín Pacheco del Carpio doctor Héctor Díaz
Valdivia en su domicilio
procesal conforme se aprecia a fojas veintitrés; siendo que
mediante resolución
siete se declaró recompuesto el expediente sin número, lo que a
su vez fue
notificado con fecha quince de junio del dos mil once, conforme aparece a
fojas
cincuenta y seis; en consecuencia el trámite
del presente proceso ha sido
instaurado y seguido notificándose a las
partes que intervinieron en el proceso de
Otorgamiento de Escritura del cual se
requiere su ejecución, por otra parte siendo que
este proceso se ha iniciado
con anterioridad a la transferencia por sucesión intestada
de fecha veinticinco
de febrero del dos mil diez y que se recompuso con el fin que se
otorgue la
Escritura Pública ordenada en la sentencia de fecha doce de mayo de mil
novecientos setenta y uno, es decir ejecutarse un hecho ya resuelto, cuya
calidad es
cosa juzgada no existiendo vulneración de derechos, por lo que no
corresponde
apersonar al proceso al solicitante José Mario Benjamín Justo
Pacheco. 2.2 Se tiene
de actuados que a fojas quince con fecha
veinticuatro de enero del dos mil diez se
admitió a trámite la demanda de
recomposición del expediente sin número sobre
Otorgamiento de Escritura Pública
que siguiera Alejandrino Valdivia Revilla y
Carmen Valencia de Valdivia en
contra de Benjamín Pacheco del Carpio, en razón
que el expediente no ha sido
ubicado, pedido que fue solicitado por Wilber
Alejandro
Valdivia Granda en calidad de heredero al conformar la sucesión
intestada de
Alejandrino Valdivia Revilla, como se tiene de folios cuatro. 2.3.
Que de la copia de
la sentencia que obra a folios cinco a siete y siete vuelta
obra copia de la sentencia
del expediente materia de recomposición la misma que
declaraba en la parte
resolutiva “… Declarar fundada en parte la demanda
de fojas tres en
consecuencia, dispone se otorgue por el defensor de herencia
del doctor Benjamín
Pacheco o sus herederos las escrituras materia de juicio en
el término del tercer
día;…. 2.4. En éste contexto es de
advertir que la sentencia expedida por el Primer
Juzgado Civil es de fecha doce
de mayo de mil novecientos setenta y uno, donde se
requería el otorgamiento
de escritura pública de los lotes al defensor de herencia y/o
a los sucesores,
implica una obligación de hacer por parte del defensor de herencia o
de los sucesores, pues el mandato judicial
implica la formalización del acto jurídico
de compra venta para ser inscrito en
Registros Públicos; por tanto, la recomposición
del expediente tiene como finalidad ejecutar ese mandato
judicial y no como lo
entiende el nulidiciente la
declaración de algún derecho de propiedad que pudiera
afectar a los herederos
de Benjamín Pacheco del Carpio. (sic)
7.
A su turno, la Resolución 4,
de fecha 5 de noviembre de 2014, expedida por la
Tercera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Arequipa, expresó los
siguientes fundamentos:
SEGUNDO: De los antecedentes se tiene que por sentencia
copiada de fojas cinco a
siete, se resuelve declarar fundada en parte la
demanda interpuesta por Alejandro
Valdivia Revilla y Carmen Valencia de
Valdivia en contra de Benjamín Pacheco del
Carpio, y en consecuencia, dispone
que se otorgue por el defensor de herencia del
doctor Benjamín Pacheco o sus
herederos, las escrituras materia del juicio, en el
término de tercer día; y
sin lugar la demanda en cuanto se refiere al cobro de los
daños y perjuicios,
porque no han sido acreditados en modo alguno. Luego por
escrito de fojas diez,
Wilmer Alejandro Valdivia Granda, hijo del demandante,
solicita la
recomposición del expediente al no lograr su ubicación dentro del Archivo
Central de esta Corte Superior, admitiéndose a trámite, la recomposición del
expediente, precisando que el señor Pacheco del Carpio nombró como defensor de
herencia
al doctor Héctor Díaz Valdivia indicando su domicilio procesal, y que la
señora
Carmen Valencia de Valdivia ejecutó la citada sentencia en lo que le
correspondía.
(…)
SÉTIMO: De la resolución copiada de fojas cinco, se infiere
que se nombró como
defensor de herencia de don Benjamín Pacheco del Carpió a
Héctor Díaz Valdivia,
siendo notificado en su domicilio procesal conforme se
aprecia a fojas veintitrés; y
por la resolución siete de fojas cincuenta y
seis; en consecuencia el trámite del
presente proceso ha sido instaurado y
seguido notificándose a las partes que
intervinieron en el proceso de
Otorgamiento de Escritura, que implica
una
obligación de hacer de parte del defensor de herencia o de los sucesores,
pues el
mandato judicial implica como señala el A quo la formalización del acto
jurídico de
compra venta; es decir, ejecutar una resolución que tiene la
calidad de cosa juzgada,
en tal sentido no se vulneró derechos del nulidicente, deviniendo en improcedente su
apersonamiento.
En consecuencia, la recomposición del expediente tiene como
finalidad ejecutar
dicho mandato judicial y no contiene la declaración de algún
derecho de
propiedad del actor, no corresponde dilucidar en esta instancia las
alegaciones
del apelante sobre la transferencia por sucesión intestada del bien materia
de litis. (sic)
8.
Siendo ello así, los órganos
jurisdiccionales que conocieron la recomposición
del expediente del proceso
sobre otorgamiento de escritura pública promovido
por don Alejandro Valdivia
Revilla en contra de don Benjamín Pacheco del
Carpio y que desestimaron el
apersonamiento del ahora recurrente, han tenido
presente que el fallo de la
sentencia de fecha 12 de mayo de 1971 objeto de
ejecución era el siguiente:
Declarar fundada en parte la demanda de
fojas tres; en consecuencia, dispone se
otorgue por el defensor de herencia del
doctor Benjamín Pacheco o sus herederos las
escrituras materia de juicio en el
término del tercer día. (sic)
9.
Como puede verse, dicho fallo
contenía un mandato de hacer a cargo de los
herederos de don Benjamín Pacheco
del Carpio; sin embargo, se ha denegado la
intervención de uno de los
herederos, esto es, de uno de los obligados a ejecutar
dicho mandato. Lo cual
habría impedido al recurrente defender los intereses
cuya titularidad pasiva ostenta.
En efecto, los cuestionamientos del recurrente
en torno a que la sentencia en
ejecución no constituiría cosa juzgada —
independiente
de si tiene razón o no— no han podido ser postulados antes el
órgano jurisdiccional para su oportuno análisis.
10.
Asimismo, corresponde
destacar que, si bien el órgano jurisdiccional
demandado ha sostenido que se
procedió a la recomposición del expediente
judicial con el único propósito de
ejecutar la sentencia estimatoria, de fecha 12
de mayo de 1971, recaída en el
proceso sobre otorgamiento de escritura pública,
mas no para declarar nuevos
derechos de propiedad, no puede perderse de vista
que, en la etapa de
ejecución, aunque la discusión sobre el derecho material
hubiese concluido,
esto no relevaba a los jueces de su deber de garantizar otros
derechos, tanto
materiales como procesales, de los demás sujetos cuando
acreditan válidamente
su personería procesal y la titularidad de dichos derechos.
11.
Por otro lado, cabe destacar
que las formas procesales y su observancia
diligente, si bien son cuestiones de
trascendente importancia para el correcto
desarrollo de un proceso judicial en
cualquiera de sus etapas, no pueden
utilizarse para dejar de oír a quien acude
a la jurisdicción con un título y un
interés, aunque fuesen minúsculos, pero
válidos, ni impedir su participación
conforme a ley. En esta línea de
pensamiento, el mero emplazamiento a quien
ostentó la condición de defensor de
herencia en el pretérito trámite de la
demanda de otorgamiento de escritura
pública, conforme a las normas del
Código de Procedimientos Civiles, esto es,
el año 1971, no puede validarse
como una garantía del derecho de defensa del
titular pasivo de un interés
relacionado con la ejecución de sentencia. Además,
cabe subrayar que el citado
defensor de herencia no compareció a la
recomposición del expediente, ni a la
ejecución de sentencia, por lo que esta
se inició, continuó y culminó en rebeldía
de la parte demandada.
12.
Asimismo, cabe advertir que,
en el Expediente 4971-2010, se expidió la
Resolución 6, de fecha 20 de mayo de
2011 (f. 39 del expediente subyacente), a
través de la cual el Octavo Juzgado
Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa requirió a don Wílber Alejandro Valdivia Granda que señale el
domicilio
real del demandado Benjamín Pacheco del Carpio en el plazo de
cinco días, tras
advertirse que, pese a que iba a disponerse la ejecución de
sentencia, no
obraba en autos notificación dirigida a dicha parte material. Este
requerimiento fue absuelto por la defensa técnica de don Wílber
Alejandro
Valdivia Granda mediante escrito presentado el 27 de mayo de 2011 (f.
45 del
expediente subyacente), señalando que “(…) dicho señor falleció y se
tramitó el
proceso con defensor de herencia recayendo en el Doctor Héctor Díaz
Valdivia
el mismo que ha sido emplazado válidamente en el presente (…)” (sic).
Luego,
mediante Resolución 7, de fecha 6 de junio de 2011 (f. 47 del expediente
subyacente), se tuvo por recompuesto el expediente y se inició la ejecución de
sentencia.
13.
Así, el juez de primera instancia,
sin mayor cuidado, dio por subsanada la
inconcurrencia de la parte material con
el emplazamiento del defensor de
herencia, cuya representación, aunque
necesaria en los términos del artículo
1269 del Código de Procedimientos
Civiles, no deja de ser eminentemente
procesal, ni enerva la evidencia de que
el supuesto fáctico que determinó su
nombramiento, esto es, el fallecimiento
del demandado, había cesado con la
declaración de herederos (f. 45).
14.
De este modo, se encuentra
acreditada la vulneración del derecho fundamental
de defensa del recurrente,
por lo que corresponde declarar fundada la demanda
y nula la resolución
judicial cuestionada.
§. Efectos de la sentencia
15.
Tratándose de un fallo
estimatorio, corresponde determinar que los
fundamentos precedentes han
analizado no solo la cuestión referida al
apersonamiento del recurrente, sino
también las razones invocadas en su pedido
de nulidad. Por tanto, a la nulidad
decretada le sucede la renovación del acto
procesal en todos sus extremos, es
decir, tanto en el análisis y pronunciamiento
sobre si corresponde o no admitir
el apersonamiento del actor como si cabe o no
declarar la nulidad de todo lo
actuado en el proceso subyacente hasta el
emplazamiento con el pedido de
recomposición del expediente formulado por
don Wílber
Alejandro Valdivia Granda a todos los herederos de don Benjamín
Pacheco del
Carpio, en su condición de titulares pasivos del interés
comprometido en la
ejecución de sentencia.
§. Costos
16.
Finalmente, en
atención a que se ha de estimar la demanda, corresponde
ordenar que la parte
demandada asuma el pago de los costos procesales en
atención a lo dispuesto por
el artículo 56 del Código Procesal Constitucional.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la
autoridad que le
confiere la Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
1.
Declarar FUNDADA la demanda de amparo, al haberse acreditado la violación
del derecho
fundamental de defensa.
2.
Declarar NULO el auto de vista de fecha 5 de noviembre de 2014, por el que la
Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa confirmó la
Resolución
27, de fecha 17 de setiembre de 2013, que declaró improcedentes su
apersonamiento al proceso de otorgamiento de escritura pública y su pedido de
nulidad de todo lo actuado.
3.
ORDENAR a la
Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa que emita una nueva resolución de acuerdo a los
fundamentos de la
presente sentencia.
4.
ORDENAR el pago de costos a favor
del recurrente, los cuales deberán ser
liquidados y abonados en ejecución de
sentencia del presente proceso de
amparo.
Publíquese y notifíquese.
SS.
LEDESMA NARVÁEZ
BLUME FORTINI
SARDÓN DE TABOADA
to: PONENTE SARDÓN DE
ADA
1.
Nuestro
ordenamiento constitucional admite, de modo excepcional, la procedencia
del
amparo contra resoluciones judiciales. Si bien se trata de una posibilidad
inicialmente restringida por la Constitución, que prescribe que el amparo “[n]o
procede contra (…) resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular”
(artículo 200, inciso 2), se entiende, a contrario sensu, que sí cabe el
amparo
contra resoluciones judiciales cuando provengan de “procesos
irregulares”.
2.
El artículo 4
del Código Procesal Constitucional –norma de desarrollo
constitucional, que
satisface la reserva de ley orgánica prevista a favor de los
procesos
constitucionales (artículo 200 de la Constitución)– indica, de manera más
específica, que procede el amparo contra resoluciones judiciales firmes
dictadas
con manifiesto agravio a la tutela procesal efectiva, enunciando
algunos
contenidos iusfundamentales que formarían
parte de este derecho complejo.
3.
Por su parte,
este Tribunal ha indicado que a través de los procesos de amparo
contra resoluciones
judiciales pueden cuestionarse decisiones judiciales que
vulneren de forma
directa, no solamente los derechos indicados en el referido
artículo 4 del
Código Procesal Constitucional, sino cualquier derecho fundamental,
considerando que la “irregularidad” de una resolución judicial, que habilita a
presentar un amparo contra resolución judicial conforme a la Constitución, se
produciría “cada vez que ésta se expida con violación de cualquier derecho
fundamental y no sólo en relación con los supuestos contemplados en el artículo
4
del CP Const.” (Cfr. RTC Exp. Nº 3179-2004-AA/TC,
f. j. 14).
4.
En cualquier
caso, atendiendo a la jurisprudencia reiterada de este Tribunal
Constitucional,
es claro que hay un conjunto de asuntos y materias que son de
competencia
exclusiva de la jurisdicción ordinaria y que no pueden ser invadidas
por los
jueces constitucionales, así como otro conjunto de infracciones
iusfundamentales que sí pueden ser objeto de control por
parte de la judicatura
constitucional. Al respecto, con la finalidad de
distinguir un ámbito del otro a
efectos de que se decida correctamente la
procedencia de las demandas de amparo
contra resoluciones judiciales, es
necesario realizar, siguiendo lo prescrito en el
Código Procesal
Constitucional, un análisis de manifiesto agravio a la tutela
procesal
efectiva.
5.
Con esta finalidad, y con
base en reiterada jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, es posible afirmar que la judicatura
constitucional se encuentra
habilitada para conocer de eventuales
trasgresiones de derechos fundamentales
ocurridas en procesos judiciales
ordinarios si se han producido (1) vicios de
proceso o de procedimiento o
(2) vicios de motivación o razonamiento.
6.
Con respecto a los (1) vicios de
proceso y procedimiento, el amparo contra
procesos judiciales puede
proceder frente a supuestos de (1.1) afectación de
derechos que conforman la
tutela procesal efectiva (derechos constitucionales
procesales tales como plazo
razonable, presunción de inocencia, acceso a la
justicia y a los recursos
impugnatorios, juez legal predeterminado, ejecución de
resoluciones, etc.); así
como por (1.2) defectos de trámite que inciden en los
derechos del debido
proceso (v. gr: problemas de notificación, o de contabilización
de plazos, que
incidan en el derecho de defensa, incumplimiento de requisitos
formales para
que exista una sentencia válida, etc.). Se trata de supuestos en los
que la
afectación se produce con ocasión de una acción o una omisión proveniente
de un
órgano jurisdiccional, y que no necesariamente está contenida en una
resolución
judicial, como sí ocurre con los vicios de motivación.
7.
En relación con los (2) vicios de
motivación o razonamiento (cfr. STC Exp. N.º
00728-2008-HC, f. j. 7, RTC Exp. N.º 03943-2006-AA,
f. j. 4; STC Exp. N.º 6712-
2005-HC, f. j. 10, entre
otras), este órgano colegiado ha señalado que solo le
compete controlar vicios
de motivación o de razonamiento, mediante el proceso de
amparo contra
resoluciones judiciales, en caso de (2.1) defectos de motivación,
(2.2) insuficiencia
en la motivación o (2.3) motivación constitucionalmente
deficitaria.
2.1) En relación con los
defectos en la motivación, estos pueden ser
problemas de motivación interna, es
decir, cuando la solución del caso no
se deduce de las premisas normativas o
fácticas contenidas en la
resolución, o cuando la resolución analizada carece
de alguna de estas
premisas necesarias para resolver; o de motivación externa,
esto es, cuando
se han utilizado indebida o injustificadamente premisas
normativas (por
ejemplo, si se aplican disposiciones que ya no se encuentran
vigentes o que
nunca formaron parte del ordenamiento jurídico) o fácticas (por
ejemplo, la
resolución se sustenta en hechos no probados o en pruebas
prohibidas)
(vide STC Exp.
N.º 00728-2008-HC, f. j. 7, b y c).
Ahora bien, con respecto a los
problemas de motivación externa, vale la
pena precisar que, tal como se afirma
en copiosa y uniforme jurisprudencia
de este Alto Tribunal, la judicatura
constitucional no puede avocarse, so
pretexto de revisar un asunto relacionado
con las premisas normativas o
fácticas, a conocer de asuntos de carácter
puramente ordinario o legal (por
ejemplo: esclareciendo cuál es la
interpretación legal pertinente o más
idónea para el caso ordinario, en qué
sentido deben valorarse las pruebas o
cuál es la calificación jurídica adecuada
que correspondería con base en la
ley); no obstante ello, no pierde competencia
para pronunciarse respecto de
aspectos que tienen relevancia constitucional.
Entre estos supuestos en los
que la judicatura constitucional se encuentra
habilitada para pronunciarse
respecto de la motivación externa encontramos, a
modo de ejemplo, la
existencia de errores o déficits de derecho fundamental
(tal como se
explicará en 2.3), así como frente a infracciones de otros
contenidos de
carácter constitucional, como es el caso de, por ejemplo,
cuestionamientos
a resoluciones por haber infringido la Constitución en tanto
“fuente de
fuentes” del ordenamiento jurídico, de cuestionamientos cuando en el
ámbito jurisdiccional ordinario se haya ejercido el control difuso, o cuando
se
alegue la aplicación o interpretación indebida de principios
constitucionales o
garantías institucionales, entre otras posibilidades. De
este modo, a la vez
que, conforme al criterio de corrección funcional se
respetan los fueros
propios de la judicatura ordinaria, el Tribunal no admite
la existencia de
zonas exentas de control constitucional dentro de aquello
que sí es de su
competencia.
2.2) Respecto a la insuficiencia
en la motivación (motivación inexistente,
aparente, insuficiente, incongruente
o fraudulenta) esta puede referirse, por
ejemplo, a supuestos en los que las
resoluciones analizadas carecen de una
fundamentación mínima y solo se pretende
cumplir formalmente con el
deber de motivar; cuando se presenta una
justificación que tiene apariencia
de correcta o suficiente, pero que incurre
en vicios de razonamiento;
cuando esta carece de una argumentación suficiente
para justificar lo que
resuelve (que incluye aquellos casos en los que se
necesita de una
motivación cualificada y esta no existe en la resolución);
cuando lo resuelto
no tiene relación alguna con lo contenido en el expediente o
lo señalado por
las partes; o cuando incurre en graves defectos o
irregularidades contrarios
al Derecho, entre otros supuestos (cfr. STC Exp. N.º 00728-2008-HC, f. j.
7, a, d, e y f; STC Exp. N.º 0009-2008-PA, entre algunas).
(2.3) Sobre la motivación
constitucionalmente deficitaria, esta hace
referencia a trasgresiones al orden
jurídico-constitucional contenidas en
sentencias o autos emitidos por la
jurisdicción ordinaria, frente a la
eventual trasgresión cualquiera de los
derechos fundamentales protegidos
por el amparo, ante supuestos de: (1) errores
de exclusión de derecho
fundamental, es decir, si no se tuvo en cuenta un
derecho que debió
considerarse; (2) errores en la delimitación del derecho
fundamental, pues
al derecho se le atribuyó un contenido mayor o menor al que
constitucionalmente le correspondía, y (3) errores en la aplicación del
principio
de proporcionalidad, si la judicatura ordinaria realizó una mala
ponderación al
evaluar la intervención en un derecho fundamental o al
analizar un conflicto
entre derechos (cfr. RTC Exp. N.º 00649-2013-AA,
RTC
N.º 02126-2013-AA, entre otras). Supuestos análogos a estos son los
casos en
los que existan déficits o errores respecto de otros bienes
constitucionales,
como pueden ser los principios o las garantías
institucionales, o en relación
con el ejercicio del control difuso, todas estas
cuestiones de carácter
manifiestamente constitucional, en las que la
judicatura constitucional resulta
naturalmente competente para abocarse a
tales materias.
8.
En el presente caso, los
cuestionamientos que propone el demandante no pueden
inscribirse dentro de
alguno de los criterios recientemente señalados. Así, los
cuestionamientos del
actor respecto referidos, en general, a la posición jurídica que
asume en el
proceso subyacente, en realidad, hacen alusión a asuntos vinculados a
una valoración
de hechos y a una aplicación de normas supuestamente incorrecta
que no resultan
atendibles en sede constitucional, pues no se encuentran referidas a
deficiencias
de motivación. Ello tanto a lo referido a la motivación interna como a
la
inexistencia de una motivación suficientemente cualificada. Tampoco guardan
relación con una motivación constitucionalmente deficitaria. Así, lo que el
actor
realmente busca es impugnar el criterio jurisdiccional de los jueces
demandados
sin mayor sustento.
S.
ESPINOSA-SALDAÑA
BARRERA