Feeling Cubano
Feeling Cubano
Feeling Cubano
Pablo Milanés "Con todo respeto, estoy cansado de que me pregunten por la
Nueva Trova y verme obligado a responder durante años, como si fuera un
'fundador' de ella. Yo vengo de una generación anterior que realizó una nueva
canción muchos años antes que le pusieran sello oficial y que interrumpí
porque fui enviado a un campo de concentración estalinista. Cuando la
llamada 'Nueva Trova' se oficializó, yo hace 10 años que ya cantaba y componía"
José Antonio Méndez, César Portillo, Martha Valdés y Angel Díaz integran el
cuadrante fecundo de esta etapa, complementada y enriquecida por un artistas de
magistrales dotes, experimentador y pedagogo natural, enlace de este ciclo con su
precedente: Vicente González Rubiera (Guyún), decisivo reformador en su tiempo
y para mucho de lo que vendría después.
En este ambiente filinesco aparecen con un estilo peculiar las figuras de Pablo
Milanés y de Silvio Rodriguez, quienes irrumpen directamente en la nueva
estilística trovadoresca.
Helio Orovio
Las canciones del movimiento cubano llamado feeling han trascendido la escena
nacional. Muchas estrellas de primera magnitud las interpretan: Charles Aznavour,
Luis Miguel, Michael Bolton. Basta hablar de un número antológico, La gloria eres
tú de José Antonio Méndez, y ya no hay más que mencionar.
Entre sus antedentes directos pueden citarse algunas obras de Bola de Nieve,
Adolfo Guzmán y Orlando de La Rosa. El feeling tuvo una fuerte raigambe
trovadoresca y sus representantes cantaban acompañándose por la guitarra.
Muchos de ellos carecían de instrucción musical académica.
Comenzó en la casa del trovador Tirso Díaz, cercana al callejón de Hamell. Allí se
reunían Portillo de la Luz, Méndez, Ñico Rojas, Elena Burke, Rosendo Ruiz (hijo),
Aida Diestro y Frank Emilio. Después se sucedieron los hechos que llevarían al
feeling a la fama. Uno de ellos fue la fundación, en 1952, del cuarteto D´Aida el
cual integró las voces de Aída Diestro, Moraima Secades, Omara Portuondo y
Elena Burke.
Fuente: Guía Cuba
Decir el sentimiento
En la segunda mitad de los años cuarenta del pasado siglo, La Habana, esta
ciudad suspendida en la poderosa urdimbre de diversas músicas, dio cobija a la
aparición después conocida como "Movimiento feeling". Fueron en principio las
reuniones de jóvenes amigos, a escuchar canciones de la vieja trova y del jazz
llegado de Estados Unidos y también a poner sus primeras composiciones, que
mostraban ya una inexplicada diferencia.
El feeling estableció entre los compositores la tentación por las armonías difíciles y
una lírica orgánicamente apegada a la conversación diaria. Los eternos grandes
pequeños temas de la canción cubana se mantenían en las nuevas composiciones
de los filineros, casi siempre surgidas al amparo de la guitarra. Lo diferente era el
lenguaje, de donde habían desaparecido las rimbombancias, para proponer el
diálogo con la persona amada. Para decir la canción a la criatura de enfrente y no
a una multitud.
EL GRAN SALTO La canción filin llegó a su cumbre en esa primera etapa –inicios
de la década del 50- cuando el Conjunto Casino comenzó a interpretar sus temas.
Empezaron con las composiciones que escribían los autores pioneros: César
Portillo de la Luz y de José Antonio Méndez. La creación de una editora musical
propia "Musicabana" fue otro paso importante en la difusión del filin. Según cuenta
Rosendo Ruiz, hijo: “Teníamos nuestra propias ideas y buscábamos que las
canciones que creábamos se oyeran”, “ contamos en ese momento con el apoyo
de Lázaro Peña, conocido dirigente sindical, y su compañera Tania Castellanos
quienes eran admiradores de nuestra música. Él explicó la necesidad de constituir
una editora musical cubana con el fin de agruparnos y defendernos mejor. Nos
reuníamos Lázaro, Niño Rivera, César Portillo de la Luz, Luis Yáñez, Jorge Mazón
y Pablo Reyes, y fundamos la Asociación Editorial Musicabana”. Allí se dieron a
conocer muchos nombres nuevos que surgieron en aquella época, como los
grandes Piloto y Vera, Marta Valdés, Ricardo Díaz, Tania Castellanos y muchos
más.
A los del filin (del inglés feeling, sentimiento), lo mismo les gustaba Debussy que
Duke Ellington. Lo decía Portillo en el libro Porque tienen filin: 'Somos la
generación que saluda el advenimiento de la radiodifusión, de la industria
discográfica, del cine parlante, todos esos medios que nos traían información de
todo el mundo y enriquecían nuestro pensamiento musical'.
'Un buen día conocí a César Portillo de la Luz', explica Ángel Díaz. 'Hicimos
buenas migas enseguida y montamos un número. César tocaba y lo cantábamos a
dúo. Por ahí surgió la idea de reunirnos en mi casa. Nadie pensó que aquello iba a
tener la trascendencia que alcanzó'. Por allí se dejó caer Ñico Rojas y se trajo a
José Antonio Méndez, amigo de Frank Emilio desde el instituto. Los muchachos
del filin rescataban una guitarra que había perdido presencia en favor del piano. Y,
por influencia del jazz, se trabajaban los acordes de séptima, novena...
Según José Antonio Méndez, 'el término feeling o filin, porque lo españolizamos,
pasó a denominar todo lo moderno. Y la gente decía: 'Ahí van los bohemios esos
del filin'. Lo analiza Portillo en otra entrevista: 'Es la culminación de una tendencia
dentro de la cancionística cubana. Aquel mundo armónico del jazz, de los
impresionistas, de las bandas sonoras, nos indujo a un manejo más libre y
atrevido de las estructuras melódicas y armónicas, lo cual, unido a una forma más
coloquial en las letras, aportó sin duda una canción de corte nuevo'.
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El filin, que inspiró a la Nueva Trova, ha dejado canciones como Delirio (Portillo de
la Luz), La gloria eres tú y Novia mía (José Antonio Méndez), En nosotros (Tania
Castellanos), Ayer (Ñico Rojas), Tú no sospechas (Marta Valdés) o Tú me
acostumbraste (Frank Domínguez). Clásicos como Contigo en la distancia que han
grabado Caetano Veloso, Tom Jones, Toña la Negra, Lucho Gatica, Cab
Calloway, Rubén Blades, Nat King Cole, Johnny Mathis, Martirio... Como dice
Silvio Rodríguez: no hay mejores canciones para enamorar que ésas.
Sin embargo fueron Angel Diaz, Cesar Portillo de la Luz Jose A. Mendez, Frank
Emilio, Martha Valdez, Olga Guillot, Elena Burke, Omara Portuondo y Moraima
Secada unas de las figuras emblematicas que le fueron dando forma al feeling.
Creando asi un estilo nuevo,espontaneo y libre de expresion interpretativa
combinando la armonia Debussyana enriquecida por la musica americana del
momento.
Hay muchos temas inolvidables que han perdurado por su belleza que nacieron a
raiz del feeling. Entre ellos: "Rosa mustia" de Angel Diaz, "La gloria eres tu",
"Novia mia", "Si me comprendieras", "Me faltabas tu", "Ese sentimiento que se
llama amor" de Jose A. Mendez, "Delirio", "Contigo en la distancia" y "Noche
cubana" de Cesar Portillo de la Luz. "Tu me acostumbraste", "Me recordaras" de
Frank Dominguez, "Demasiado que pedir" y "Palabras" de Martha Valdez.
Su única guía es ese misterioso saber —el no saber por qué— llamado intuición. Y
es esa volatilidad, ese no fijar límites ni establecer temporalidades, lo que hace del
bolero una materia dúctil que resulta tan atrayente. El filin expresa la comunicación
por medio de lo subjetivo, rompe moldes melódicos, sus letras tienen que ver con
la realidad de lo que se siente, de lo que se vive. Como lo indica la traducción del
inglés —de feeling, «sentimiento»—, consiste simplemente en cantar la canción
como una amplitud de mayor expresión, tanto en el tiempo como en la armonía, y
tuvo su origen en la forma de cantar de las cantantes estadounidenses Ella
Fitzgerald y Sarah Vaughan.
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Aun cuando los iniciadores de este movimiento fueron principalmente César
Portillo de la Luz, José Antonio Méndez y Frank Domínguez, este movimiento
también tuvo compositoras como Tania Castellanos, Marta Valdés y Ela O’Farrill; y
como cantantes también hubo más mujeres: Elena Burke y Omara Portuondo.
No existe un momento del día / en que pueda apartarte de mí, / el mundo parece
distinto / cuando no estás junto a mí […] «Contigo en la distancia», César Portillo
de la Luz
Portillo de la Luz —uno de los iniciadores del filin, junto con José Antonio Méndez
— lo expresa con toda precisión: «Me gusta la carga poética que tienen las cosas
de la vida y esa misma carga expresarla con el lenguaje que se me ocurra. […] Yo
coincido más bien con la poesía coloquial, pero de modo espontáneo, sin
proponérmelo, porque así hay más libertad […]». «Contigo en la distancia» —una
de sus primeras composiciones, realizada en el año de 1946— es la canción que
lo dio a conocer en el resto de Latinoamérica.
[…] Fue mutua la impresión, la misma indecisión, / después que nos miramos. / Yo
te quise estrechar, con ilusión besar, / mas no podía. / Me fue imposible hablar, y
todo quedó igual, / por nuestra cobardía. «Nuestra cobardía», José Antonio
Méndez.
Por otro lado, José Antonio Méndez, grande entre los grandes, compuso una
canción entre trova y bolero que hoy es parte del repertorio de cualquier trío en
cualquier fiesta o reunión, «La gloria eres tú»: Eres, mi bien, lo que me tiene
extasiado / ¿por qué negar que estoy de ti enamorado? […], popularizado por
Olga Guillot en Cuba y, en el resto de Latinoamérica, por Los Tres Diamantes.
Otras de sus canciones también han tenido un impacto considerable. Entre ellas
«Novia mía», «Si me comprendieras», «Me faltabas tú», «Decídete», «Tú, mi
adoración» y «Mi mejor canción».
Y es partir del filin que nacería a mediados de la década de los 70, una corriente
de la famosa nueva trova cubana —con autores como Pablo Milanés que empieza
componiendo canciones de amor como «Para vivir»—, la canción del cantor y la
canción de protesta cargada de contenido político, teniendo como exponente
máximo a Silvio Rodríguez; pero ésa es otra historia…