Historia Bloque V

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE PEDAGOGÍA
SEDE: POPTÚN/41
H01 HISTORIA DE GUATEMALA I

UNIDAD VIII
ESTRUCTURACIÓN DE LA SOCIEDAD COLONIAL

RÉGIMEN ESCLAVISTA: SUS CONTRADICCIONES. PRIMERA ENCOMIENDA Y REPARTIMIENTO

La encomienda y el repartimiento primitivos eran de suyo una manera hipócrita de apropiarse y


esclavizar indios. Junto a ello está la esclavitud legal, amparada en trucos como el requerimiento.
A su amparo se erraron muchísimos esclavos en Guatemala. En mayo de 1533, la Audiencia de
México le escribía a la emperatriz refiriéndose a los abusos de la esclavización de indígenas en
Guatemala, y de que ponía por prueba de que se los estaba esclavizando en grandes cantidades el
hecho de que, en México se vendía un esclavo en cuarenta pesos, en Guatemala se obtenía a dos
pesos cada uno.

Esa carta, escrita por una audiencia en contra de los conquistadores y primeros colonos de
Guatemala, anuncia el nacimiento de una de las contradicciones fundamentales del régimen
colonial. Repartimiento y encomienda estimulaban las empresas de conquista y el arribo de los
grupos de inmigrantes, pero la vez entrañaban un peligro para el dominio imperial. Al darles a los
colonos un excesivo dominio sobre las fuentes de riqueza los hacía demasiado poderosos también
en lo político. La total dependencia en que caían los indios bajo sus amos implacables, privaba a la
corona de toda posibilidad de explotarlos la vez. De ahí que, siguiéndoles los pasos a los
conquistadores, y conforme estos iban cumpliendo su misión de someter las provincias, fueron
llegando en número más crecido los funcionarios reales. La etapa de agresión iba cediéndole el
paso a la labor de estructuración de las colonias, y las autoridades imperiales, los hombres de
leyes, las Audiencias, llegaban para poner a raya, no sin resistencia y contratiempos, la autonomía
que la expansión conquistadora les había dado a los hombres de guerra y a los aventureros.
Llegaros y se establecieron las órdenes religiosas. Comenzó a escucharse la voz de los defensores
de los indios. (Pelaez, 1979, págs. 67-68)

CARÁCTER DE LA DEFENSA DE LOS NATIVOS

Uno de los temas menos conocidos acerca de los indígenas de Guatemala es la de los mecanismos
de defensa de las comunidades frente agresiones provenientes del exterior, se tiene la impresión
que desde la segunda mitad del siglo del siglo XVI se hubiera borrado la existencia de una
oposición, y que los aborígenes recibían de manera pasiva la evangelización y aceptaban la
congregación en pueblos con todas sus consecuencias. Algunos testigos de la época pensaron
que la oposición de los indios se limitaba a huir a los montes para huir de las crueldades y abusos,
según denuncio Fray Bartolomé de las casas.
Algo parecido escribió a principios del siglo XII Thomas Gage quien opino que los indios no eran de
temer porque habían sido incapacitados por la lucha por los españoles. Un poco más tarde el
mismo autor señalo que estaban acobardados, oprimidos, desarmados y atemorizados apenas
oían el ruido de un mosquete, asustados incluso de la marida de los españoles. Al contrario el
alcalde de Zapotitlán y Suchitepéquez, Diego Garcés, quien en 1569 se quejó del desacato de los
indígenas con los funcionarios reales, de su desvergüenza y atrevimiento y de los malos
tratamientos a los sacerdotes de parte de algunos, de ellos ya que hirieron algunos de ellos: a uno
de ellos con tijera mientras que otro finalmente tuvieron que salir huyendo.
Probablemente ambos puntos de vista tenían su fundamento. Si bien es cierto que en general
hubo sometimiento, resignación y aceptación del nuevo estado de cosas, también existieron casos
específicos de comunidades que se relevaron cuando los abusos fueron excesivos o los frailes no
pudieron ganarse el apoyo de los indios, las muestran que quedan y el conocimiento que tienen
los abusos a los que se enfrentaron las comunidades indígenas hacen pensar que estos ejemplos
de estallido social pudieron haber recurrido hubieran estado a punto de ocurrir con alguna
frecuencia. Cabe mencionar a los principales representantes de esta corriente. (Lujan Muñoz,
1998, págs. 71-72-73)

LAS LEYES NUEVAS DE 1542

En 1542 logra su propósito mediante la promulgación, por parte del rey, de las Leyes Nuevas (20
de noviembre). Estas leyes recordaron solemnemente la prohibición de esclavizar a los indios y
abolieron las encomiendas, que dejaron de ser hereditarias y debían desaparecer a la muerte de
los encomenderos actuales. Las principales resoluciones en beneficio de los indígenas fueron:
 Cuidar la conservación y gobierno y buen trato de los indios.
 Que no hubiera causa ni motivo alguno para hacer esclavos, ni por guerra, ni por rebeldía,
ni por rescate, ni de otra manera alguna. Que los esclavos existentes fueran puestos en
libertad, si no se mostraba el pleno derecho jurídico a mantenerlos en ese estado.
 Que se acabara la mala costumbre de hacer que los indios sirvieran de cargadores
(tamemes), sin su propia voluntad y con la debida retribución.
 Que no fueran llevados a regiones remotas con el pretexto de la pesca de perlas.
 Que los oficiales reales (del virrey para abajo) no tuvieran derecho a la encomienda de
indios, lo mismo que las órdenes religiosas, hospitales, obras comunales o cofradías.
 Que el repartimiento dado a los primeros conquistadores cesara totalmente a la muerte
de ellos y los indios fueran puestos bajo la Real Corona, sin que nadie pudiera heredar su
tenencia y dominio. (http://es.wikipedia.org)

REORGANIZACIÓN ECONÓMICA FEUDAL Y POLÍTICA COLONIAL: LAS REDUCCIONES

La sociedad primitiva fue sin duda libre, pues carentes los hombres de ataduras legales
convencionales y de todo tipo, se conforman con obtener el sustento de sus familias, pero con el
aparecimiento de la agricultura y la domesticación de animales surge la sociedad esclavista este
tipo de organización en ciertas sociedades creó un desequilibrio, pues hubo en adelante hombres
privilegiados y otros que no lo eran y que, en consecuencia, sufrían la supremacía de los primeros;
lo anterior se significó el aparecimiento de clases sociales. La historia ha denominado a este
periodo edad antigua y floreció, sobre todo, en Grecia y Roma.
En el siglo quinto de nuestra era se inicia lo que se conoce como edad media, con su sociedad
feudal y España estará organizada de esta manera a fines del siglo quince y comienzos del
dieciséis.
La edad media tuvo tres etapas, que fueron las siguientes:

1. Crecimientos entre siglos V al X


2. Apogeo entre los siglos X al XV.
3. Decadencia entre los siglos XV al XVIII.
4.
La sociedad feudal fundamento su economía en la producción agrícola y sus fuerzas productivas
pueden ser explicadas así:
 Elemento primordial: el hombre, que aunque no fue esclavo, si estuvo sujeto a ciertas
formas rígidas de trabajo.
 Medios de producción: La tierra, trabajada por hombres agricultores, donde se explica que
aquella fuese una economía agrícola como se explicó antes.
 Instrumentos de producción: Ciertas herramientas para labrar el campo, como por
ejemplo: arado de reja, la hoz, el azadón y también el molino de viento para procesar el
grano de trigo.
 Relaciones de producción: son estas muy sencillas y se reducen a hombres poseedores de
la tierra y a hombres que no la poseen, pero la trabajan. Los primeros eran los señores
feudales, quienes a su vez constituían la nobleza, y los segundos son ciervos de la gleba.

Los ciervos trabajan la tierra, dividiendo el tiempo en dos jornadas:

1. Tiempo necesario.
2. Tiempo adicional.

Uno destinado a producir sus propios alimentos y los de su familia, y el otro dedicado a producir
para su señor.
Al final de la época feudal apareció un grupo de artesanos no ligados a la tierra, sino más bien
vinculados con la actividad comercial, y esta es ajena al funcionamiento del feudalismo.
Finalmente emergió una nobleza ciudadana en contraposición a la nobleza del campo. En España
el fenómeno descrito presento la peculiaridad de que el grupo de comerciantes ciudadanos
(burgueses) eran árabes y judíos, de donde se desprende que la pugna entre ambas noblezas fue
de nacionalidades.
En 1492 fue un año notable por varias razones, no solo por el descubrimiento de América, sino
porque durante el mismo los reyes católicos lograron la reconquista de Granada. Este hecho de
armas puso fin a casi ocho siglos de contiendas entre moros y cristianos, el resultado mediato fue
la unificación de España, la consolidación del cristianismo en Europa, y el triunfo de la diarquía
española fue completa en los campos: militar, político, social y religioso.
Poco tiempo después los soberanos imitan al famoso edicto, por medio del cual los musulmanes
debían convertirse al cristianismo, si querían continuar viviendo en España; en caso contrario
serían expulsados definitivamente. Dos millones de moros y judíos abandonaron la península. Si
entramos a considerar que la población total de España era, hacia el año de 1492, de unos doce
millones de personas, se verá con facilidad que la población fue equivalente a una sexta parte del
total de habitantes. Lo importante es que el capital de las ciudades estaba principalmente en
manos de los judíos expulsados, con lo cual España sufrió una onda descapitalización; de esta
forma por una paradoja, la enorme victoria de los reyes católicos en los campos ya dichos vino a
convertirse en un serio revés en lo económico. Frente a la situación escrita España no tiene más
recursos que volver sus ojos hacia lo que le queda: la tierra. Así pronto se revitalizará la actividad
agrícola, con lo cual la economía vuelve a fundamentarse en el antiguo y conocido sistema feudal.
Esto nos explica porque las instituciones implantadas por España en sus dominios americanos
fueron de corte legítimamente feudal. España dio lo que tenía, y lo que tenía era su ansia tradición
feudal y caballeresca.
España al igual que el resto de Europa se gobierna bajo el sistema de monarquía; sistema que
temporalmente tomo en España la forma de una diarquía, con el enlace de los soberanos de
Aragón y Castilla, don Fernando y doña Isabel.

IDEAS POLÍTICAS:

Las ideas políticas de la época tuvieron varias fuentes, que fueron:


a. La teología.
b. La antigüedad clásica.
c. Las sagradas escrituras.

Girando el fundamento de las ideas políticas en torno a las ideas de Dios, no extrañara encontrar
que los más notables ideólogos de la edad media fueron: San Agustín y Santo Tomás de Aquino,
ambos doctores de la iglesia.

Durante gran parte de la edad media los reyes gobernaron, fundamentando su poder, en un
sistema teológico sumamente simple:
Esto es que Dios, origen de todo poder, delega ese poder a un hombre ungido para ello, llamado
rey, quien ejerce esa potestad sobre un conglomerado llamado pueblo; este por su parte, debía
obediencia y acatamiento al rey, en vista que su autoridad le venía de Dios. A esta idea política se
le llamo: teoría del derecho divino de los reyes.
Posteriormente Santo Tomás de Aquino cambio este esquema de la siguiente manera:

La explicación de la vida variante Tomista puede resumirse en este modo: Dios es fuente de todo
poder y delega ese poder directamente en los hombres de un pueblo; como no sería posible que el
pueblo gobernara al pueblo, pues esto crearía más bien una anarquía, este delega la potestad de
gobernarlo a un individuo llamado Rey, y él, a su vez, lo aplica al pueblo. Esta variante fue
aceptada por España durante la baja edad media (siglo X al XV).

INSTITUCIONES POLÍTICAS:

En primer lugar tenemos al Rey, como la autoridad máxima, que concentraba en su persona
acciones judiciales, legislativas y ejecutivas.
En segundo término tenemos dos organismos de importancia en el esquema gubernamental.
El consejo de estado: organismo con funciones de asesoría para el Rey y las Cortes, que deliberan
y tienen importantes funciones de tipo legislativo basta para ello recordar el papel estelar que
juegan las Cortes de Cádiz entre 1810 y 1814, cuando las fuerzas francesas de Napoleón
invadieron España. (Polo Sifontes, Historia de Guatemala, 1993)
INSTITUCIONES DE GOBIERNO EN AMÉRICA

VIRREINATOS

La administración de los inmensos territorios que resultaron del descubrimiento de América y


conquistas posteriores, hiso que se pensara en sistemas de gobierno que ya se utilizaban en
Europa, pero que en la América tendrían las variantes de la extensión territorial y de la lejanía de
la metrópoli. Es preciso recordar que las comunicaciones entre las colonias y la madre patria eran,
por aquel entonces, lentas y difíciles, ya que debía recurrirse al expediente oficial, con la rápida
proliferación de la piratería en aguas americanas. La situación descrita refería a un gobierno
provinciano que fuese capaz atender internamente los asuntos de rutina, y que a la vez fuera
dependiente del rey y fiel a su voluntad. De ese modo para el gobierno de las grandes extensiones
de terreno se pensó administrarlo bajo la autoridad de un virrey. Los virreinatos españoles en
América son cuatro.

1. Virreinato de la nueva España


2. Virreinato de la nueva historia
3. Virreinato del Perú
4. Virreinato de la nueva granada. (Polo Sifontes, 1993, pág. 129)

CAPITANÍAS GENERALES

Una capitanía general fue, en términos generales, una forma de administración muy similar a los
virreinatos, solamente que se aplicó a extensiones menores que las anteriores. A veces se les
llama indistintamente reinos, tanto a los virreinatos como a las capitanías generales, aludiendo
con ello de la pertenencia de las tierras al rey.
Las capitanías generales fueron independientes de los virreinatos y trataban sus asuntos
directamente con la corona y sus dependencias administrativas. El funcionario que estaba en la
cabeza de ellas era un capitán general, quien tenía. Al igual que los virreyes –importantes y
variadas funciones. Tenía – al igual que los virreyes importantes y variadas funciones.
Hubo en América cuatro capitanías generales, que fueron:

 Capitanía general de Guatemala.


 Capitanía general de cuba.
 Capitanía general de Venezuela
 Capitanía general de cuba.

El funcionario que regentaba el gobierno de una capitanía general, como la de Guatemala, tenía
cuatro títulos y las tantas funciones específicas:

 Gobernador del reino.


 Presidente de la real audiencia.
 Capitán general de los reales ejércitos.
 Vice patrono real. sobre la iglesia de las colonias.

El primero de los nombrados se refería puramente a la ejecución de buen gobierno del reino el
segundo era un cargo legislativo y judicial, que tenía que ver con la emisión de ordenanzas y
administración de justicia. El tercero de los títulos fue puramente militar; o sea que el gobernador
le correspondía ejercer el supremo mando militar, o sea que el gobernador del reino le
correspondía ejercer el supremo mando militar de las fuerzas de la ley, el último de los títulos y
mayor conocido de ello, se refería a la potestad del reino real der ejercer cierto control sobre la
iglesia en las colonias.
Algunos gobernadores y capitanías generales del reino de Guatemala cuyos nombres sobre salen
en la historia colonial son:

Pedro de Alvarado ………………………………………………… (1524-1540)


Alonso López de Cerrato ………………………………………………… (1548-1554)
Juan Martínez de Landecho ………………………………………………… (1563-1570)
Francisco Briseño ………………………………………………… (1559-1563)
García de Valverde ………………………………………………… (1578-1588)
Antonio Peraza de Ayala ………………………………………………… (1611-1621)
Álvaro de Quiños Osorio ………………………………………………… (1634-1642)
Fernando Altamirano ………………………………………………… (1654-1659)
Alonso de Arcos y Moreno ………………………………………………… (1754-1760)
Alonso Fernández de Heredia ………………………………………………… (1761-1764-1769)
Martín de Mayorga ………………………………………………… (1773-1779)
Matías de Gálvez ………………………………………………… (1799-1783)
José Bustamante y Guerra ………………………………………………… (1811-1818)
Gabino Gaínza ………………………………………………… (1821)

(Polo Sifontes, 1993, págs. 129-130)

AUDIENCIAS

Las audiencias eran instituciones de enorme importancia en la vida colonial; integraban este
organismo cierto funcionarios llamados oidores y estaba presidida en Guatemala por el capitán
general, de que ya hemos dicho que también tenía el titulo el título de presidente de la audiencia;
principal funciones de orden administrativo. Las audiencias estaban sujetas solo al consejo de la
india, pero en América eran autónomos una con respecto de las otras. Fueron virreinales si
estaban presididas por un virrey y pretoriales si estaban presididas por un capitán general. La que
tuvo su sede en Santiago de Guatemala fue, pues una audiencia pretorial.
(Polo Sifontes, 1993, págs. 130-131)

INTENDENCIAS

Luego de las decadencias marcadas en España por los desaciertos de varios monarcas; se da un
periodo de surgimiento, con la entronización del rey don Carlos III (1759-1788), este soberano
que es el gobernante prototipo del llamado despotismo ilustrado reorganiza la administración de
la colonia creando el sistema de intendencia.
Esta institución representa el esfuerzo de Carlos III por centralizar más el poder en sus manos,
restándoles autoridad a virreyes y capitanes generales. En lo que concierne al reino de Guatemala,
fueron creadas cuatro intendencias:
 Chiapas ( con jurisdicción en Chiapas y Soconusco)
 Comayagua (con jurisdicción en Honduras)
 San Salvador (con jurisdicción en el Salvador)
 Nicaragua con Jurisdicción en Nicaragua).
Como se verá, aunque teóricamente, el capitán general de Guatemala tenia jurisdicción desde
Chiapas hasta Costa Rica, en la práctica su acción se limitaba al territorio de la actual república de
Guatemala, porque los intendentes dependían de la corona.
Las funciones propias de cada intendencia fueron:
 Administración de justicia
 Administración hacendaria
 Administración publica
 Asuntos guerra.
(Polo Sifontes, 1993, pág. 132)

REAL PATRONATO

Consistía esta institución en cierto dominio que ejercía la corona sobre la iglesia establecida en sus
dominios es decir, que aunque el jefe supremo de la iglesia católica era el papa, este no tenía
mando directo sobre la jerarquía eclesial en América, sino que el rey se reservaba este derecho;
así la provisión de obispados y otras prelaturas, necesitaban de la aprobación de la corona. Este
poder quedo puesto de manifiesto, cuando el Rey Carlos III ordenó la expulsión de los religiosos de
la compañía de Jesús, en 1767, de todos sus dominios.
En América, la delegación de esta potestad estuvo personificada en el capitán general. Quien
fungía a la vez como vice-patrono real.
(Polo Sifontes, 1993, pág. 132)

REAL HACIENDA

La corona estaba siempre necesitada de dinero, situación que apremiaba cuando se declaraba
estado de guerra con alguna otra ponencia; para llenar estas permanentes necesidades se
implanto en Guatemala y en todas las colonias americanas un sistema impositivo, que puede
desglosarse de la siguiente manera:

PAPEL SELLADO

Se principio a cobrar en España y Filipinas durante el siglo XVII. Lo hubo de cuatro denominaciones
diferentes: el de sello primero se utilizó para asentar los despachos de gracias y mercedes que
hacia el presidente de Guatemala, la audiencia u otros altos funcionarios coloniales., el de sello
segundo para escrituras públicas, testamentos, contratos así como para llevar los protocolos de los
escribas público. El papel de sello tercero se usó para las solicitudes que se hacían para las
autoridades. El sello cuarto se empleaba para los asuntos de pobres e indígenas como forma de
aliviarse el gasto en asuntos oficiales.

EL TRIBUTO

Fue una contribución personal que se pagó por los indígenas al rey como vasallaje. Normalmente
lo pagaban los varones casados y en edad apta para trabajar; el monto del mismo fue, por lo
general, de un peso de plata al año.
El dinero recaudado por el tributo fue siempre la principal, mayor y más segura fuente de ingresos
con que conto la hacienda real.
ALCABALA

Este cobro fue impuesto en el año de 1576, pero no se regularizo sino hasta 1591, cuando se puso
en vigor el reglamento respectivo. Recaudaba un 2 por 100 sobre todas las operaciones de compra
venta, herencias y otras rentas y cobros de los particulares. Los indígenas estuvieron exonerados
de su pago, en virtud de que ellos pagaran el tributo.

ALMOJARIFAZGO

Fue este un impuesto que pagaban determinados productos que entraban y salían por los puestos
del reino. Particularmente estuvieron afectados productos tales como: en vino, la tinta y el cacao.

ANNATA Y MEDIA ANNATA

Este impuesto que empezó a cobrarse a mediados del siglo XVII, afectaba a todos los empleados y
funcionarios y empleados que recibían sueldo del rey. Fue algo así como un impuesto por el
nombramiento a un puesto público. También lo tenían que pagar los futuros profesionales y
artesanos que podían sustentar examen de graduación o bien de incorporación a un gremio.

DERECHO A BARLOVENTO

Los constantes ataques de los piratas a naves españolas y puertos americanos, motivó la
necesidad de crear la escuadra de Barlovento para la defensa de las naves mercantes, así como la
fortificación de ciertos puertos y lugares estratégicos. Se creó este impuesto el cual consistía en un
sobre cargo impositivo a los productos de comercio que entraban y salían por los puertos.
Como puede verse con facilidad, muchos de los impuestos que existen hoy en la república de
Guatemala, tienen una raíz en aquellos de la época colonial; algunos han cambiado de nombre,
algún otro han desaparecido pero la mayoría subsisten.
(Polo Sifontes, 1993, págs. 137-138)

LOS PUEBLOS DE INDIOS

El eje y la base de la vida social, política, económica y cultural fue el municipio. Como ya se vio los
pueblos se fundaron a partir de 1548 lo cual se hizo tomando en cuenta de lo posible de la
realidad previa, al congregar a cada una al a población del mismo idioma y del mismo origen
comunal, si bien hubo caso que se reunieron parcialidades rivales.
El modelo que se siguió fue similar. La mayoría de las cabeceras tuvo traza reticular, a cada pueblo
se le dio su santo patrono y tuvo su s festividades religiosas (tradicionales y católicas), vida ritual
con fechas específicas, traje típico (diferente), tanto para el hombre como para la mujer. Cada
pueblo de indios fue tratado como una unidad separada y se construyó como tal. A lo largo del
siglo XVII acentuaron su identidad; entonces se definieron los llamados trajes “típicos” que
permiten distinguir a simple vista a los indígenas de cada pueblo. Ahora bien debe reconocerse
que la síntesis resurgente no fue muchas veces del agrado de las autoridades religiosas ni civiles,
especialmente mientras afloraban aspectos encubiertos de tipo religioso. Cada comunidad se fue
construyendo en una zona de refugio para sus miembros en la que predominaba una serie de
instituciones o actitudes defensivas para aparentar lo que las autoridades deseaban. Es abundante
la serie de testimonios en que se hace referencia a la resistencia de los indios a adoptar formas de
la cultura española, a sus prácticas paganas mezcladas con catolicismo, a la serie de
ocultamientos y al rechazo de aceptar el idioma español o la ortodoxia religiosa, así como su
secular desconfianza. Fueron varias las instituciones españolas que los indígenas adoptaron en su
esfuerzo defensivo. Por un lado, la organización municipal castellana (alcaldes, regidores y
alguaciles), que convivían con los principales o nobles.
Generalmente, los caciques y sus descendientes tendían a ocupar los cargos más importantes del
ayuntamientos (alcaldes), junto con el de gobernadores locales. Fueron los intermediarios con el
gobierno español; ellos se encargaban del cobro del tributo y de la disciplina. En muchos casos
existió una especie de jerarquía paralela al ayuntamiento, basada en la edad, el respeto local y los
cargos servidos. Otras instituciones fueron las cofradías. Organizadas alrededor del culto religioso
se desbordaba en sus funciones ya que se les atribuía funciones económicas (vinculadas a las
fiestas locales), funerarias, y algo más. Llegaron a prosperar tanto (hubo pueblos que tuvieron más
de diez) que se dieron disposiciones para restringirlas, o bien para controlar los festejos y los
gastos que se efectuaban. Ellas realizaban mucho de la vida ceremonial (procesiones, bailes o
danzas).
Estaban también las llamadas cajas de comunidad que los españoles establecieron como fondos
de emergencia para auxilio de casos excepcionales. Funcionaron como medios para pagar los
impuestos e incluso para recaudar los tributos. Muchas veces fueron el medio que permitió a la
comunidad pagar los gastos legales a fin de defender sus intereses frente a los embates del
exterior.
En cuanto a prosperidad y desarrollo, la impresión que se obtiene de la documentación es que la
situación varía de una región a otra así como los hubo relativamente acomodados, existieron otros
muy pobres. Al principio tuvieron tierras suficientes, sobre todo por el poco crecimiento de la
población pero en el siglo XVIII se dieron casos en que esta se hizo escasa o insuficiente.
Uno de los mayores problemas de los pueblos de indios vecinos a las ciudades y villas de españoles
el de la población de manos de obra forzada. Cada poblado debía proporcionar, por una semana,
la cuarta parte de la fuerza laboral masculina, lo cual afecta su capacidad productiva interna. El
intento del fiscal de la audiencia por suprimir estos servicios personales (repartimiento) de indios
alrededor de 1661 muestra el problema. Ante las quejas presentadas, el fiscal, con base a que los
trabajos forzados habías sido prohibido en otras regiones de las indias, pidió su supresión. Basto
conque los indios supieran su propuesta para que se negaran a prestarlo. Las reacciones de los
miembros del ayuntamiento de la capital fueron fulminante dirigieron una serie de
mantenimiento. Fue que los requerimientos continuaron con un poco de recomendaciones para
aliviar sus abusos, es decir que la presión (social, económica y cultural) sobre los pueblos de indio
varió. (Lujan Muñoz, 1998, págs. 57-58-59)

REPARTIMIENTOS

Se recordara que una de las funciones de un capitán de conquista consistía en la potestad que
tenía este de repartir tierras a los soldados de su hueste; tal poder le era concedido por el
monarca en el documento que legalizaba la expedición de conquista y colonización, llamado
capitulación. Del mismo modo es necesario recordar que las tierras descubiertas se tomaban a
nombre del rey, con lo cual tales tierras venían a ser realengos o sea pertenecientes a la corona.
La tierra repartida a los colonos no lo era en propiedad, sino más bien en usufructuó, y para que
un colono pudiera considerara su repartimiento como propio, debía llenar determinados
requisitos, tales como habitar en esas tierras por cierto número de años y ponerlas en producción.
Aun cuando las tierras fueren dadas en propiedad a un colono este no podía consideraba suyas las
minas de metales preciosos que pudieran aparecer dentro de sus límites.
Las tierras, que en el sistema feudal europeo eran básicas, en América tuvieron un valor
secundario, porque en aquel continente las tierras eran escasas y poco fértiles, abundando en
cambio la mano de obra para su labranza, ya que Europa siempre fue un continente relativamente
poblado. En América la situación fue diferente porque la tierra era más extensa y fértil, en cambio
no había suficiente mano de obra debido a la marcada reducción de la población por causa de la
guerra de conquista, las enfermedades y los trabajos forzosos a que fueron sometidos los
naturales, sobre todo cuando eran obligados dejar las frías tierras del altiplano y tenían que bajar a
los climas ardientes de las costas, en donde las enfermedades tropicales hacían presa de ellos y
dezmaba su número
En conclusión, los repartimientos de tierras crecían de sentido si no iban aparejados con la
provisión de hombres para hacerlas producir; de aquí que hayan sido tan enormemente
importantes otras instituciones económicas como lo fueron la encomienda y los mandamientos.
(Polo Sifontes, 1993, pág. 135)

EVOLUCIÓN DE LA PROPIEDAD DE LA TIERRA.

El sistema de tendencias de la tierra en la colonia muestra una clara dicotomía entre los españoles
y los indígenas. Uno de los primeros fue la propiedad privada, las parcelas no eran muy grandes,
pero con el tiempo algunas explotaciones agropecuarias cercanas a Santiago de Guatemala, creció
en cuanto lo prometió la prosperidad del propietario. La explotación dependió de la mano de obra
forci voluntaria indígena que obtenían a través de los repartimientos. Sin embargo, en cada labor
o ascienda habían algunos trabajadores permanentes o residentes, tanto de origen indígena como
mestizos y africano. (Lujan Muñoz, 1998, pág. 88)

ENCOMIENDAS

Consistió esta institución, en designar un determinado número de indígenas a un español, con el


objeto que este se encargara de enseñarles a convivir en policía, velara porque aprendieran la
lengua de castilla y sobre todo, para que fueran instruidos en los rudimentos de la fe cristiana,
para lo cual debían, los encomenderos pagar una contribución llamada Sínodo de
encomendaderos, con el cual se retribuía a los religiosos que se encargaban de esa tarea. A
cambio los indígenas debían pagar al encomendero un tributo anual que frecuentemente consistía
en frutos de la tierra, según la religión, tales como: gallinas de castilla, gallinas de la tierra, pavos,
cacao, mantas de algodón, maíz, frijol, frutas, carne de monte, pescado seco y, cuando era posible
dinero, aunque esto era raro por la escases crónica de moneda que hubo durante toda la época
colonial; los indígenas también estaban obligados a prestar servicios profesionales al
encomendero en tareas tales como cortar leña, hacer reparaciones, servir en las caballerizas y
otras tareas similares. Los servicios personales fueron abolidos muy pronto debido al abuso que
se hacía de ellos.
En teoría debía ser una institución de auxilio mutuo, en la cual encomendero y encomendados
debían salir ganando mediante la cooperación de lo que cada uno debía dar y recibir. En la práctica
de género en una serie de abusos que los encomenderos le hacían a sus encomendados,
descubriendo sus obligaciones para con los indígenas y poniendo cargas excesivas en los tributos
que debían pagar a los varones o jefes de familia.
Es justo hacer notar que la corona se esforzó por proteger a los indígenas con legislación tendente
a evitar los excesos que de continuo se enunciaban a la corte de los religiosos que asumieron, por
lo general, una actitud de defensa y paternalismo para con los indígenas. Tuvo en merito la
encomienda de afianzar a los colonos en su tierra y ser la base del mestizaje del país. (Polo
Sifontes, 1993, pág. 136)

LA ENCOMIENDA DURANTE LA FUNDACIÓN DE LOS POBLADOS.

Al igual que en otras regiones americanas, en Guatemala fue la base económica de los españoles,
aun mas por la escases de los metales preciosos. Hasta mediados del siglo XVI también fue
importante la esclavitud indígena. En la gobernación de Guatemala había, mediados de ese siglo
unos 83 encomenderos que se distribuían alrededor de 21000 tributarios, correspondiente a 144
pueblos. El reparto no era equitativo, el mayor encomendadero tenía más de 2000 tributarios, 10
tenía entre 500 y 1000 y alrededor de 40 menos de 100 cada uno, por su parte Juan López de
Velasco menciona, en 1575, para todo el distrito de la audiencia, de 900 a 1000 repartimientos
(encomienda) con 12000 tributarios.
La encomienda perpetua era fundamental para el sistema señorial que intentaban establecer los
españoles en las indias. La supresión de la perpetuidad y la disminución de los indios hizo perder
importancia permanentemente al rendimiento de las encomiendas, lo cual se agravó para los
conquistadores originales. Por el inicio de las entregas de las vacantes a recién llegados de la
península y los residentes en España. Los beneméritos guatemaltecos se quejaban que las mejores
encomiendas se hallaban en manos de peninsulares, quienes nunca habían estado en el país, ni
sus ascendientes habían participado en la conquista. Así Fuentes y Guzmán se refirió a la “rica”
encomienda de Zacapa que había pasado a manos de un convento de monjas en colmenar. Otro
ejemplo ilustrativo fue el de Chimaltenango, una de las más ricas encomiendas de corregimiento
del valle, en manos de Luis Nieto de Silva, que lo había recibido de su madre, doña María
Magdalena Ruiz de Contreras, condesa de Alba de Yeltes. Gracias a una cuenta que hizo en 1686,
el administrador local, capitán José Aguilar Rebolledo, con motivo de la muerte de la condesa, se
sabe que en 22 años la encomienda había producido más de 250000 tostones.
Otro factor que hizo disminuir la importancia de las encomiendas fue que se subdividieron, en
parte como resultado de la población criolla. También hubo tendencias a otorgar las encomiendas
con el carácter de pensión, especialmente a viudas, aunque esta ayuda resulta muchas veces
escasas.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII la política fue controlar y aun reducir el número de
encomiendas, para perjudicar la estancada economía de la región, las ventas más jugosas
quedaban fuera de su jurisdicción por lo cual la encomienda perdió su importancia para los
españoles y criollos residentes en Guatemala. (Lujan Muñoz, 1998, pág. 40)

RELACIONES DE PRODUCCIÓN Y POLÍTICA AGRARIA


Es cosa bien sabida que el problema primordial de la sociedad guatemalteca es la mala
distribución de su riqueza primaria, la tierra, la cual se halla concentrada en pocas manos mientras
carece de ella la gran mayoría de la población dedicada a la agricultura, ya porque no la tenga en
absoluto o ya sea poca o mala la que posee. Esta verdad, reconocida de antiguo, es proclamada en
distintas formas por censos y estudios recientes.
Sin embargo el problema de la tierra no presenta dificultades particularmente grandes como
problema histórico. Es decir, que resultan muy claros los procesos por los cuales el país entró y se
ha mantenido en ese agudo latifundismo que tanto daño le ocasiona, y que resultan bastante
evidentes, también, las derivaciones que el mismo ha tenido sobre el desarrollo de las clases
sociales. El problema tiene sus raíces en la organización económica de la colonia, y por tratarse de
algo tan básico en aquel régimen, resulta relativamente sencillo señalar sus factores principales
Se ha dicho con insistencia que la legislación colonial era casuista, que respondía a los casos
particulares de momento y lugar, y que, por ese motivo, era caprichosa y carecía de unidad. Ello es
verdad solo hasta cierto punto. Las leyes que emite un Estado son, en una u otra forma, expresión
de los intereses de una clase a quien representa ese Estado; y como dentro de esos intereses tiene
que haber algunos que son permanentes y principales, debe suponerse que toda legislación, por
casuista que sea tiene que estar regida por algunos principios básicos que responden a aquellos
intereses. La información que proporcionan los documentos coloniales en lo tocante al a tierra, y
en especial las leyes y Reales Cedulas, permite señalar cinco principios que normaron la política
agraria de aquel largo periodo. Cuatro de ellos encontraron expresión en las leyes, el otro no.
Todas emanaban, por igual, de intereses fundamentales de la colonia española en relación con el
más importante medio de producción de sus colonia americanas. Vamos a referirnos a la
legislación, pues, sin atribuirle fuerza de factor determinante, que nunca tiene, sino como
expresión de intereses económicos.
El principio fundamental de la política indiana en lo relativo a la tierra se encuentra en la teoría del
señorío que ejercía la corona de España, por derecho de conquista, sobre todas las tierras de las
provincias conquistadas en su nombre. Este principio es la expresión legal de la toma de posesión
de la tierra, y constituye por eso, el punto de partida del régimen de tierra colonial. La conquista
significo fundamentalmente una apropiación —ya lo hemos dicho en otro lugar: un fenómeno
económico—, la cual abolía automáticamente todo derecho de propiedad de los nativos sobre sus
tierras, pero no se lo daba automáticamente a los conquistadores, como podría suponerse. Unos y
otros, conquistadores y conquistados, solo podían recibir tierras de su verdadero propietario, el
rey, pues en su nombre habían venido los primeros a arrebatarle sus dominios a los segundos.
Inmediatamente consumada la conquista, toda propiedad sobre la tierra provenía, directamente o
indirectamente, de una concesión real. El reparto de tierra s que hacían los capitanes de conquista
entre sus soldados, lo hacían en nombre del monarca y con autorización de él, y la plena
propiedad de aquellos repartos estaba sujeta a confirmación real.
Y consiguientemente: cualquier tierra que el rey no hubiera cedido a un particular o a una
comunidad —pueblo, convento, etc. — era tierra realenga, que pertenecía al rey y que no podía
usarse sin incurrir en delito de usurpación. El principio de señorío —hay que repetirlo— tuvo una
importancia extraordinaria. Hay que considerarlo no solo en su acción positiva —únicamente el
rey cede la tierra—, sino también en su acción negativa: no hay tierra sin dueño; nadie puede
introducirse en tierra que el rey no le haya cedido la corona cede tierra cuando y a quien le
conviene, y también la niega cuando ello le reporta algún beneficio. El principio de señorío o
dominio del rey sobre toda la tierra, puso bases legales para el desarrollo de los latifundios, y
cumplió esa función no solo cuando operaba positivamente, sino también cuando lo hacía en
forma negativa.
Con base en el principio anterior, el Estado español desarrollo un segundo principio de su política
agraria de Indias: lo llamaremos el principio de la tierra como aliciente, porque eso fue en
realidad. Ya hemos visto en otro lugar que la corona de España, imposibilitada para sufragar las
expediciones de conquista como empresas del Estado, las estimulo como empresas privadas con el
aliciente de ofrecerle a los conquistadores una serie de ventajas económicas en las provincias que
conquistasen. Indicamos que el ceder tierras e indios fue el principal aliciente empleado. Con
diáfana claridad lo pone de manifiesto la Real Cédula de Fernando el Católico, fechada en
Valladolid el 18 de junio de 1513 —incorporada después de la Recopilación de Leyes de las
Indias—: “Porque nuestros vasallos se alienten al descubrimiento y población de las Indias, y
puedan vivir con la comodidad, y convivencia, que deseamos: Es nuestra voluntad que se puedan
repartir y repartan casas, solares, tierras, caballerías y peonias a todos los que fueren a poblar
tierras nuevas en los Pueblos y Lugares, que por el Gobernador de la nueva población le fueren
señalados, haciendo distinción entre escuderos, y peones, y los que fueron de menos grado y
merecimiento, y los aumenten y mejoren, atienda la calidad de sus servicios, para que cuiden la
labranza y la crianza y habiendo hechas en ellas su morada y labor, y residió en aquellos pueblos
cuatro años, les concedemos facultad, para que de allí en adelante puedan vender, y hacer de
ellos a su voluntad libremente, como cosa suya propia; y asimismo conforme a su calidad, el
Gobernador o quien tuviere nuestra facultad, les encomiende a los indios en el repartimiento que
hiciere, para que gocen de sus aprovechamientos y demoras, en conformidad a las tasas, de lo que
esta ordenado.”
Para que ese estimulo diera sus resultados apetecidos, la corona tenía que mostrar mucha
magnanimidad en la cesión de tierras, pues hubiese sido desastroso que se propagara la noticia de
que los conquistadores no habían sido debidamente premiados con su inversión, ni los pobladores
por su decisión de trasladarse a las colonias recientes.
Por otro lado El Rey ofrecía y cedía —nótese este importante detalle— una riqueza no había
poseído antes del momento de cederla. Los conquistadores salían a conquistar unas tierras con
autorización, en nombre y bajo el control de la monarquía: y la monarquía los premiaba
cediéndoles trozos de esas más tierras y sus habitantes. Les pagaba, pues, con lo que ellos le
arrebataban a los nativos y con los nativos mismos. Y como cedía lo que no le había pertenecido
antes de cederlo podía cederlo en grandes cantidades.
Las actas del primer cabildo de la ciudad de Santiago de Guatemala, desde el día siguiente del
asiento de la ciudad, revelan un cuadro muy animado de los conquistadores, repartiéndose las
tierras entre sí, en grandes extensiones, con base en la autorización que para ello tenía el capitán
de la expedición y aquellas personas en las que el delegaba dicha facultad en sus ausencias.
Este principio político determinado por la necesidad de expandir y consolidar un imperio sin hacer
gastos, a expensas de los conquistados, fue a su vez el punto de partida del latifundismo. Las
tierras cedidas a los conquistadores y pobladores solicitados por ellos por cantidades que la
corona no podía validar por conceder lo que cedía, fueron los primeros latifundios coloniales,
susceptibles de ser ulteriormente ampliados.
Resta decir que en este periodo segundo de nuestra serie, opero de manera profunda y decisiva
en la etapa de conquista y colonización intensas, a lo largo del siglo XVI pero sería equivocado
suponer que dejo d actuar en los siglos siguientes. La posibilidad de poseer tierras por merced real
continua siendo durante todo el periodo colonial, un aliciente de la inmigración española a Indias.
Tercero. Ya afianzado el imperio por obra de la colonización y de la toma efectiva de la toma del
poder actual por las autoridades peninsulares, el principio político de la tierra como aliciente
perdió su sentido original y siguió actuando de forma atenuada. Una generación de colonizadores
españoles habían echado raíces en las colonias: habían erigido ciudades, tenían tierras en
abundancia, disponían del trabajo forzado de los indios, el nuevo repartimiento comenzaba a
funcionar, muchos de ellos tenían encomiendas, habían fundado familias y tuvieron muchos
descendientes. A tono con esta nueva situación, la monarquía se halló en condiciones, de aplicar
con provecho un nuevo principio: la tierra como fuente de ingresos para las cajas reales bajo el
procedimiento de la composición de tierras. (Peláez, 1979, págs. 143-148)
DESARROLLO CIENTÍFICO, ARTÍSTICO, CULTURAL Y EDUCATIVO.

Algunos de los estudios que se han hecho acerca de la educación en Guatemala, afirman que la
enseñanza, en la época colonial, fue pobre y de mala calidad. Nada más falso. Por el contrario,
pareciera ser –al menos eso nos indica la experiencia– que cuanto más tiempo pasa, y cuando la
educación es motivo de análisis continuo, por parte de los entendidos en ese ramo, más baja es la
calidad y más pobres los resultados. Esto no es más que una de las ironías de la vida moderna. Lo
que ciertamente resulta innegable, es que nuestros estudiantes descendieron en su nivel
académico desde que se eliminó de los pensa el estudio del latín, el griego, la ortografía, la moral y
la urbanidad.
España trasplantó a sus colonias la sapiencia de la época, que por entonces –siglos XVI y XVII– no
tenía igual en Europa.
La iglesia tiene el sitio de honor en cuanto a difusión de la educación se refiere. Debe recordarse
que en cada convento hubo escuelas de primeras letras y que, gracias a esta proyección, muchos
indígenas se beneficiaron; tal es el caso de los Memoriales de Sololá, Francisco Hernández Arana y
Francisco Díaz; el anónimo autor del Popol Vuh y tantos otros de las decenas de crónicas
indígenas que han llegado hasta nuestros días, quienes jamás habrían podido enriquecer el acervo
cultural del país, si aquellos frailes de aquel tiempo no los hubiesen instruido en el uso del
alfabeto.
Para las niñas se fundaron centros educativos desde el mismo siglo XVI. Aprendieron ahí a leer,
escribir, coser, bordar, oficios propios del sexo al que pertenecían y, además, doctrina cristiana.
Los más famosos e importantes centros docentes fueron los conocidos como Colegios de
Mayores, dignos antecesores de la Universidad, tanto en el tiempo, como en la escala del
aprendizaje.
Siguiendo el orden cronológico de su fundación, dignos de mencionarse y de feliz recordación son:
 El Colegio de Santo Domingo: Fundado en 1548, fue creciendo en importancia, al punto
que en 1625 llego a conferir grados universitarios.
 El Colegio de Santo Tomás: Fundado en 1562, le correspondió ser el precursor de
Universidad.
 El Colegio Tridentino: Fue fundado en 1586 y tuvo la finalidad de formar clérigos, o sea
que sus funciones fueron de colegio seminario.
 El Colegio de San Lucas: Fundado a principios del VXII, fue cuna de notables hombres de la
época.
 Colegio de San Borja: Se fundó aproximadamente por el año de 1700. Tuvo numerosos
alumnos y, como en el caso anterior, por sus aulas pasaron hombres de talento
excepcional.
Otros colegios notables, aunque de menor elevación académica fueron: Colegio de San Francisco,
el de San Buenaventura, el de San Jerónimo, el de San José de Calasanz, el de San Casiano, el de
San José de los Infantes, etcétera.

REAL Y PONTIFICA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS

Una de las principales preocupaciones de los hombres cultos de Guatemala, al inicio de la época
Colonial fue la autorización de la corona para poder fundar una universidad en Guatemala, como
se había hecho en Lima al haber fundado la Universidad de San Marcos y asimismo, en la Nueva
España.
El obispo Marroquín fue un gran entusiasta y realizó gestiones para lograr la real autorización. No
habiendo tenido éxito en vida, hubo de conformarse con dejar un legado en su testamento y, a
falta de la Universidad, fundó un colegio mayor. Con posterioridad, el Correo Mayor, Pedro Crespo
y Suárez, donó 20 000 pesos de oro para dicha fundación.
No fue sino hasta el 31 de enero de 1676, en que se obtuvo la real cédula deseada, después de
muchísimos años de solicitarla. Tal Merced fue concedida al Reino por Rey Carlos II, y en honor a él
se le llamo de San Carlos, dándosele por patrono s a Santa Teresa de Ávila. Sus estatutos de
funcionamiento y organización fueron redactados por el licenciado Francisco de Sarassa y Arce.
La Real y Pontifica Universidad de San Carlos se creó a imagen y semejanza de Salamanca, por lo
que su orientación fue principalmente humanística; de aquí que las cátedras impartidas fueron,
principalmente: Filosofía, Teología, ambos Derechos, Retórica, Medicina, Economía Política, Física
y algunas lenguas indígenas, especialmente cakchiquel. La universidad confería los grados de
Bachiller, Licenciado y Doctor.

VIDA CULTURAL

Es importante recordar que Guatemala fue el tercero de los reinos en América en contar con una
imprenta; resulta impresionante pensar, que cuando ciudades como Nueva York todavía no
existían aún, ya que en esta tierra se publicaban obras de Filosofías, tesis de graduación, novenas
religiosas, obras históricas y literatura de géneros diversos. Debido a esta tradición y a lo
desarrollado de este arte, se publicó la Gazeta, a partir de 1729, con lo que se entró de lleno a la
actividad periodística.
Todo lo anterior se debe a la actividad del célebre obispo de Guatemala, Fray Payo Enríquez de
Rivera, quien hizo traer de México una imprenta, así como a un maestro impresor llamado José de
Pineda Ibarra, por ello, el obispo merece la gratitud de los guatemaltecos y su nombre
permanecerá en lugar preferente, entre los benefactores de la cultura del país.

HISTORIA

La historia fue, sin lugar a dudas, la disciplina más cultivada durante el periodo Colonial, hasta el
presente, las voluminosas crónicas escritas durante el período Hispánico, son importantes fuentes
de consultas para los estudiosos del pasado de estas tierras. Siguiendo un orden cronológico,
mencionaremos los principales cronistas de esa época, así como sus obras más importantes:

 Bernal Díaz del Castillo. Célebre personaje, quien también ha sido llamado el Soldado-
cronista, por cuanto que participo en más de cien combates contra los indígenas. Bernal
en el ocaso de su vida, decidió dejar una memoria de lo que vio y actuó, y así escribió una
obra voluminosa, amena e interesante, la que se conoce como: Verdadera y Notable
Relación del Descubrimiento y conquista de la Nueva España y Guatemala.
 Fray Antonio de Remesal. Fraile dominico, escribió una obra muy completa e importante
llamada: Historia General de las Indias Occidentales y Particular de la Gobernación de
Chiapas y Guatemala. Aunque esta cubre hasta los inicios del siglo XVII, es un enfoque
valiente de las actuaciones de sus compatriotas en la naciente América.
 Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán. Don Antonio escribió una obra monumental, a la
que dio el extenso título de: Recordación Florida: Discurso Historial y Demostración
Natural, Material, Militar y Política del Reino de Guatemala; a la vez, es un extenso y
completo tratado de los aspectos que conoció y amo entrañablemente de Guatemala.
 Fray Francisco Vásquez: Escribió, este notable cronista franciscano, ya entrado en el siglo
XVIII. Su interesante obra se conoce como: Crónica de la provincia del Santísimo Nombre
de Jesús de Guatemala. Aparte del muy explicable deseo de reivindicar el nombre de du
Orden, la Crónica contiene datos e informaciones de mucho mérito, sobre todo para todo
quien quiera conocer la organización de los pueblos del centro del país durante aquellos
lejanos años.
 Fray Francisco Ximénez. Fue quizás el más prolífico de cuantos cronistas surgieron durante
la época de la Colonia. Su obra principal, escrita en varios volúmenes se conoce como:
Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala de la orden de los
predicadores.
 Además fue Ximénez un notable lingüista, al punto que, habiéndose ganado la confianza
de los indígenas de Santo Tomas Chugüilá, (Chichicastenango), obtuvo de ellos el original
del Popol Vuh el cual transcribió al quiche y tradujo al castellano, siendo esta copia
manuscrita de Ximénez, la que se conoce hoy como original y se conserva en New Berry,
Chicago, Estados Unidos.
 Anónimo. Autor desconocido fue el autor de una crónica no menos importante que se
escribió en 1711, y que lleva al extenso título de: Isagoge Historia Apologética de las Indias
Occidentales y Especial de la Provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala. Lo que si
sabemos, es que, con seguridad, fue escrita por un religioso de la Orden de los
Predicadores.
 Domingo Juarros. La obra de Juarros fue escrita a inicios del siglo XIX. Es la última de las
crónicas coloniales, y aunque sigue muy de cerca la obra ya citada de Fuentes y Guzmán,
no por ello deja de tener valor, originalidad e importancia. El bachiller Juarros llamó a su
escrito: Compendio de la Ciudad de Guatemala.
 Música. No fue, sino hasta época reciente, en que se realizaron estudios serios sobre la
música guatemalteca del periodo Colonial. La opinión autorizada de los ernomusicólogos
Celso A. Lara y Manuel Alvarado Coronado, nos permite afirmar que esta rama de las
bellas artes se cultivó continuamente, como lo demuestran los archivos de música, lo cual
explica que algunos maestros de capilla y músicos guatemaltecos, fueron a sentar cátedra
al Perú y a la Nueva España.
 Pintura. La pintura de la época Hispánica fue hecha casi toda en función religiosa, y se
conservan buenos ejemplos, como las plasmadas en los retablos laterales de la iglesia de
San Juan del Obispo, hechas por Pedro de Lira, en 1611.
 También se ha conservado la fama y muchos de los cuadros de Thomas de Merlo, cuyas
pinturas de grandes dimensiones pueden apreciarse en el interior de El Calvario, en
Antigua Guatemala; no menos famoso fue don Francisco de Montúfar, de quien se afirma
que cultivo el difícil arte de la miniatura.
 Escultura. La escultura fue el arte en el que la escuela guatemalteca tocó los límites de la
perfección. La imaginería de Guatemala fue de notable acabado y belleza, que no fueron
pocos los pedidos que recibieron los talladores, escultores y doradores de la nueva
España, la Nueva Granada y aun de la Propia España.
 Los nombres de los escultores e imagineros, que se inmortalizan con sus obras son: Quirio
Cataño, Pedro de Mendoza, Mateo de Zúñiga, Alonso de Paz, Juan Chávez, etcétera.
Arquitectura. El llamado barroco antigüeño es notable por el grado de perfección y
monumentalidad que alcanzo la arquitectura en el siglo XVIII. Aunque en los inicios de la
época Colonial, los frailes misioneros tuvieron que improvisarse como constructores,
pronto surgieron figuras notables en el Reino para la rama de la arquitectura.
 La historia debe guardar los nombres de: Agustín Núñez, Joseph, Diego y Felipe de Porres,
Bernardo Ramírez, etcétera.
 Literatura. Esta rama del arte, en sus diferentes manifestaciones, tuvo un nutrido grupo de
figuras que cultivaron diversos géneros literarios. Agustín Mancos Franco, el célebre
literato, abogado, polemista e historiador del siglo XIX, recopilo los nombres y obras de los
más destacados escritores antiguos de Guatemala en su obra Literatura Guatemalteca.
 Son ellos: Juan de Mestanza, Fray domingo de Vico, Manuel Iturriaza, Fray Carlos Cadena,
Bernardo Madrid, el insigne fabulista Rafael García Goyena, González Colarte, Zelaya, Blas
del Valle, Cristóbal de Hincapié. Pero por encima de todos está el nombre de Rafael
Lándivar.
 Artes Menores. Lugares menores merecen el grabado, la platería, la miniatura, el dorado y
toda una gama de expresiones artísticas, que dieron a Guatemala un lugar preferente
dentro del mundo hispanoamericano culto, durante los tres siglos del tutelaje español.

CIENCIAS

Aunque hemos dicho que la orientación principal de la Universidad fue humanística, no por ello
dejo de manifestarse el espíritu innovador y científico, tal y como ocurrió con el ilustre fraile
franciscano Fray Antonio de Liendo y Gaichoechea, quien, a la mitad del siglo XVIII, introdujo el
método experimental en las aulas de la Carolina, trayendo, para ello, gabinetes de física,
laboratorios de química y aparatos diversos, para demostrar a los estudiantes, por la vía
experimental, las leyes y principios de las ciencias.
Mención especial merece el Dr. José Felipe Flores, quien se distinguió por el amor al estudio de la
medicina y por su empeño de transmitir su conocimiento a sus discípulos. Invento la fabricación de
estatuas de cera, en las cuales mostraba a sus estudiantes la anatomía humana. Para esto tuvo
que hacer disecciones en cadáveres y luego fabricar réplicas de los órganos en cera. Gracias a los
trabajos del doctor Flores fue posible inventar en Guatemala un sistema para conservar frescas las
frutas y legumbres durante los largos viajes por mar; debido a esta innovación que consistía en
sumergir estos productos en un compuesto alcohólico marineros dejaron de padecer
enfermedades tales como el escorbuto, que anteriormente padecían debido a la carencia de la
vitamina “C”. También se inventó en Guatemala el asa elástica, aparato ideado para asistir partos
difíciles, y que resultó ser un instrumento precursor del que posteriormente se llamó fórceps.
(Polo Sifontes, 1993, págs. 55-60)

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