Historia Bloque V
Historia Bloque V
Historia Bloque V
FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE PEDAGOGÍA
SEDE: POPTÚN/41
H01 HISTORIA DE GUATEMALA I
UNIDAD VIII
ESTRUCTURACIÓN DE LA SOCIEDAD COLONIAL
Esa carta, escrita por una audiencia en contra de los conquistadores y primeros colonos de
Guatemala, anuncia el nacimiento de una de las contradicciones fundamentales del régimen
colonial. Repartimiento y encomienda estimulaban las empresas de conquista y el arribo de los
grupos de inmigrantes, pero la vez entrañaban un peligro para el dominio imperial. Al darles a los
colonos un excesivo dominio sobre las fuentes de riqueza los hacía demasiado poderosos también
en lo político. La total dependencia en que caían los indios bajo sus amos implacables, privaba a la
corona de toda posibilidad de explotarlos la vez. De ahí que, siguiéndoles los pasos a los
conquistadores, y conforme estos iban cumpliendo su misión de someter las provincias, fueron
llegando en número más crecido los funcionarios reales. La etapa de agresión iba cediéndole el
paso a la labor de estructuración de las colonias, y las autoridades imperiales, los hombres de
leyes, las Audiencias, llegaban para poner a raya, no sin resistencia y contratiempos, la autonomía
que la expansión conquistadora les había dado a los hombres de guerra y a los aventureros.
Llegaros y se establecieron las órdenes religiosas. Comenzó a escucharse la voz de los defensores
de los indios. (Pelaez, 1979, págs. 67-68)
Uno de los temas menos conocidos acerca de los indígenas de Guatemala es la de los mecanismos
de defensa de las comunidades frente agresiones provenientes del exterior, se tiene la impresión
que desde la segunda mitad del siglo del siglo XVI se hubiera borrado la existencia de una
oposición, y que los aborígenes recibían de manera pasiva la evangelización y aceptaban la
congregación en pueblos con todas sus consecuencias. Algunos testigos de la época pensaron
que la oposición de los indios se limitaba a huir a los montes para huir de las crueldades y abusos,
según denuncio Fray Bartolomé de las casas.
Algo parecido escribió a principios del siglo XII Thomas Gage quien opino que los indios no eran de
temer porque habían sido incapacitados por la lucha por los españoles. Un poco más tarde el
mismo autor señalo que estaban acobardados, oprimidos, desarmados y atemorizados apenas
oían el ruido de un mosquete, asustados incluso de la marida de los españoles. Al contrario el
alcalde de Zapotitlán y Suchitepéquez, Diego Garcés, quien en 1569 se quejó del desacato de los
indígenas con los funcionarios reales, de su desvergüenza y atrevimiento y de los malos
tratamientos a los sacerdotes de parte de algunos, de ellos ya que hirieron algunos de ellos: a uno
de ellos con tijera mientras que otro finalmente tuvieron que salir huyendo.
Probablemente ambos puntos de vista tenían su fundamento. Si bien es cierto que en general
hubo sometimiento, resignación y aceptación del nuevo estado de cosas, también existieron casos
específicos de comunidades que se relevaron cuando los abusos fueron excesivos o los frailes no
pudieron ganarse el apoyo de los indios, las muestran que quedan y el conocimiento que tienen
los abusos a los que se enfrentaron las comunidades indígenas hacen pensar que estos ejemplos
de estallido social pudieron haber recurrido hubieran estado a punto de ocurrir con alguna
frecuencia. Cabe mencionar a los principales representantes de esta corriente. (Lujan Muñoz,
1998, págs. 71-72-73)
En 1542 logra su propósito mediante la promulgación, por parte del rey, de las Leyes Nuevas (20
de noviembre). Estas leyes recordaron solemnemente la prohibición de esclavizar a los indios y
abolieron las encomiendas, que dejaron de ser hereditarias y debían desaparecer a la muerte de
los encomenderos actuales. Las principales resoluciones en beneficio de los indígenas fueron:
Cuidar la conservación y gobierno y buen trato de los indios.
Que no hubiera causa ni motivo alguno para hacer esclavos, ni por guerra, ni por rebeldía,
ni por rescate, ni de otra manera alguna. Que los esclavos existentes fueran puestos en
libertad, si no se mostraba el pleno derecho jurídico a mantenerlos en ese estado.
Que se acabara la mala costumbre de hacer que los indios sirvieran de cargadores
(tamemes), sin su propia voluntad y con la debida retribución.
Que no fueran llevados a regiones remotas con el pretexto de la pesca de perlas.
Que los oficiales reales (del virrey para abajo) no tuvieran derecho a la encomienda de
indios, lo mismo que las órdenes religiosas, hospitales, obras comunales o cofradías.
Que el repartimiento dado a los primeros conquistadores cesara totalmente a la muerte
de ellos y los indios fueran puestos bajo la Real Corona, sin que nadie pudiera heredar su
tenencia y dominio. (http://es.wikipedia.org)
La sociedad primitiva fue sin duda libre, pues carentes los hombres de ataduras legales
convencionales y de todo tipo, se conforman con obtener el sustento de sus familias, pero con el
aparecimiento de la agricultura y la domesticación de animales surge la sociedad esclavista este
tipo de organización en ciertas sociedades creó un desequilibrio, pues hubo en adelante hombres
privilegiados y otros que no lo eran y que, en consecuencia, sufrían la supremacía de los primeros;
lo anterior se significó el aparecimiento de clases sociales. La historia ha denominado a este
periodo edad antigua y floreció, sobre todo, en Grecia y Roma.
En el siglo quinto de nuestra era se inicia lo que se conoce como edad media, con su sociedad
feudal y España estará organizada de esta manera a fines del siglo quince y comienzos del
dieciséis.
La edad media tuvo tres etapas, que fueron las siguientes:
1. Tiempo necesario.
2. Tiempo adicional.
Uno destinado a producir sus propios alimentos y los de su familia, y el otro dedicado a producir
para su señor.
Al final de la época feudal apareció un grupo de artesanos no ligados a la tierra, sino más bien
vinculados con la actividad comercial, y esta es ajena al funcionamiento del feudalismo.
Finalmente emergió una nobleza ciudadana en contraposición a la nobleza del campo. En España
el fenómeno descrito presento la peculiaridad de que el grupo de comerciantes ciudadanos
(burgueses) eran árabes y judíos, de donde se desprende que la pugna entre ambas noblezas fue
de nacionalidades.
En 1492 fue un año notable por varias razones, no solo por el descubrimiento de América, sino
porque durante el mismo los reyes católicos lograron la reconquista de Granada. Este hecho de
armas puso fin a casi ocho siglos de contiendas entre moros y cristianos, el resultado mediato fue
la unificación de España, la consolidación del cristianismo en Europa, y el triunfo de la diarquía
española fue completa en los campos: militar, político, social y religioso.
Poco tiempo después los soberanos imitan al famoso edicto, por medio del cual los musulmanes
debían convertirse al cristianismo, si querían continuar viviendo en España; en caso contrario
serían expulsados definitivamente. Dos millones de moros y judíos abandonaron la península. Si
entramos a considerar que la población total de España era, hacia el año de 1492, de unos doce
millones de personas, se verá con facilidad que la población fue equivalente a una sexta parte del
total de habitantes. Lo importante es que el capital de las ciudades estaba principalmente en
manos de los judíos expulsados, con lo cual España sufrió una onda descapitalización; de esta
forma por una paradoja, la enorme victoria de los reyes católicos en los campos ya dichos vino a
convertirse en un serio revés en lo económico. Frente a la situación escrita España no tiene más
recursos que volver sus ojos hacia lo que le queda: la tierra. Así pronto se revitalizará la actividad
agrícola, con lo cual la economía vuelve a fundamentarse en el antiguo y conocido sistema feudal.
Esto nos explica porque las instituciones implantadas por España en sus dominios americanos
fueron de corte legítimamente feudal. España dio lo que tenía, y lo que tenía era su ansia tradición
feudal y caballeresca.
España al igual que el resto de Europa se gobierna bajo el sistema de monarquía; sistema que
temporalmente tomo en España la forma de una diarquía, con el enlace de los soberanos de
Aragón y Castilla, don Fernando y doña Isabel.
IDEAS POLÍTICAS:
Girando el fundamento de las ideas políticas en torno a las ideas de Dios, no extrañara encontrar
que los más notables ideólogos de la edad media fueron: San Agustín y Santo Tomás de Aquino,
ambos doctores de la iglesia.
Durante gran parte de la edad media los reyes gobernaron, fundamentando su poder, en un
sistema teológico sumamente simple:
Esto es que Dios, origen de todo poder, delega ese poder a un hombre ungido para ello, llamado
rey, quien ejerce esa potestad sobre un conglomerado llamado pueblo; este por su parte, debía
obediencia y acatamiento al rey, en vista que su autoridad le venía de Dios. A esta idea política se
le llamo: teoría del derecho divino de los reyes.
Posteriormente Santo Tomás de Aquino cambio este esquema de la siguiente manera:
La explicación de la vida variante Tomista puede resumirse en este modo: Dios es fuente de todo
poder y delega ese poder directamente en los hombres de un pueblo; como no sería posible que el
pueblo gobernara al pueblo, pues esto crearía más bien una anarquía, este delega la potestad de
gobernarlo a un individuo llamado Rey, y él, a su vez, lo aplica al pueblo. Esta variante fue
aceptada por España durante la baja edad media (siglo X al XV).
INSTITUCIONES POLÍTICAS:
En primer lugar tenemos al Rey, como la autoridad máxima, que concentraba en su persona
acciones judiciales, legislativas y ejecutivas.
En segundo término tenemos dos organismos de importancia en el esquema gubernamental.
El consejo de estado: organismo con funciones de asesoría para el Rey y las Cortes, que deliberan
y tienen importantes funciones de tipo legislativo basta para ello recordar el papel estelar que
juegan las Cortes de Cádiz entre 1810 y 1814, cuando las fuerzas francesas de Napoleón
invadieron España. (Polo Sifontes, Historia de Guatemala, 1993)
INSTITUCIONES DE GOBIERNO EN AMÉRICA
VIRREINATOS
CAPITANÍAS GENERALES
Una capitanía general fue, en términos generales, una forma de administración muy similar a los
virreinatos, solamente que se aplicó a extensiones menores que las anteriores. A veces se les
llama indistintamente reinos, tanto a los virreinatos como a las capitanías generales, aludiendo
con ello de la pertenencia de las tierras al rey.
Las capitanías generales fueron independientes de los virreinatos y trataban sus asuntos
directamente con la corona y sus dependencias administrativas. El funcionario que estaba en la
cabeza de ellas era un capitán general, quien tenía. Al igual que los virreyes –importantes y
variadas funciones. Tenía – al igual que los virreyes importantes y variadas funciones.
Hubo en América cuatro capitanías generales, que fueron:
El funcionario que regentaba el gobierno de una capitanía general, como la de Guatemala, tenía
cuatro títulos y las tantas funciones específicas:
El primero de los nombrados se refería puramente a la ejecución de buen gobierno del reino el
segundo era un cargo legislativo y judicial, que tenía que ver con la emisión de ordenanzas y
administración de justicia. El tercero de los títulos fue puramente militar; o sea que el gobernador
le correspondía ejercer el supremo mando militar, o sea que el gobernador del reino le
correspondía ejercer el supremo mando militar de las fuerzas de la ley, el último de los títulos y
mayor conocido de ello, se refería a la potestad del reino real der ejercer cierto control sobre la
iglesia en las colonias.
Algunos gobernadores y capitanías generales del reino de Guatemala cuyos nombres sobre salen
en la historia colonial son:
AUDIENCIAS
Las audiencias eran instituciones de enorme importancia en la vida colonial; integraban este
organismo cierto funcionarios llamados oidores y estaba presidida en Guatemala por el capitán
general, de que ya hemos dicho que también tenía el titulo el título de presidente de la audiencia;
principal funciones de orden administrativo. Las audiencias estaban sujetas solo al consejo de la
india, pero en América eran autónomos una con respecto de las otras. Fueron virreinales si
estaban presididas por un virrey y pretoriales si estaban presididas por un capitán general. La que
tuvo su sede en Santiago de Guatemala fue, pues una audiencia pretorial.
(Polo Sifontes, 1993, págs. 130-131)
INTENDENCIAS
Luego de las decadencias marcadas en España por los desaciertos de varios monarcas; se da un
periodo de surgimiento, con la entronización del rey don Carlos III (1759-1788), este soberano
que es el gobernante prototipo del llamado despotismo ilustrado reorganiza la administración de
la colonia creando el sistema de intendencia.
Esta institución representa el esfuerzo de Carlos III por centralizar más el poder en sus manos,
restándoles autoridad a virreyes y capitanes generales. En lo que concierne al reino de Guatemala,
fueron creadas cuatro intendencias:
Chiapas ( con jurisdicción en Chiapas y Soconusco)
Comayagua (con jurisdicción en Honduras)
San Salvador (con jurisdicción en el Salvador)
Nicaragua con Jurisdicción en Nicaragua).
Como se verá, aunque teóricamente, el capitán general de Guatemala tenia jurisdicción desde
Chiapas hasta Costa Rica, en la práctica su acción se limitaba al territorio de la actual república de
Guatemala, porque los intendentes dependían de la corona.
Las funciones propias de cada intendencia fueron:
Administración de justicia
Administración hacendaria
Administración publica
Asuntos guerra.
(Polo Sifontes, 1993, pág. 132)
REAL PATRONATO
Consistía esta institución en cierto dominio que ejercía la corona sobre la iglesia establecida en sus
dominios es decir, que aunque el jefe supremo de la iglesia católica era el papa, este no tenía
mando directo sobre la jerarquía eclesial en América, sino que el rey se reservaba este derecho;
así la provisión de obispados y otras prelaturas, necesitaban de la aprobación de la corona. Este
poder quedo puesto de manifiesto, cuando el Rey Carlos III ordenó la expulsión de los religiosos de
la compañía de Jesús, en 1767, de todos sus dominios.
En América, la delegación de esta potestad estuvo personificada en el capitán general. Quien
fungía a la vez como vice-patrono real.
(Polo Sifontes, 1993, pág. 132)
REAL HACIENDA
La corona estaba siempre necesitada de dinero, situación que apremiaba cuando se declaraba
estado de guerra con alguna otra ponencia; para llenar estas permanentes necesidades se
implanto en Guatemala y en todas las colonias americanas un sistema impositivo, que puede
desglosarse de la siguiente manera:
PAPEL SELLADO
Se principio a cobrar en España y Filipinas durante el siglo XVII. Lo hubo de cuatro denominaciones
diferentes: el de sello primero se utilizó para asentar los despachos de gracias y mercedes que
hacia el presidente de Guatemala, la audiencia u otros altos funcionarios coloniales., el de sello
segundo para escrituras públicas, testamentos, contratos así como para llevar los protocolos de los
escribas público. El papel de sello tercero se usó para las solicitudes que se hacían para las
autoridades. El sello cuarto se empleaba para los asuntos de pobres e indígenas como forma de
aliviarse el gasto en asuntos oficiales.
EL TRIBUTO
Fue una contribución personal que se pagó por los indígenas al rey como vasallaje. Normalmente
lo pagaban los varones casados y en edad apta para trabajar; el monto del mismo fue, por lo
general, de un peso de plata al año.
El dinero recaudado por el tributo fue siempre la principal, mayor y más segura fuente de ingresos
con que conto la hacienda real.
ALCABALA
Este cobro fue impuesto en el año de 1576, pero no se regularizo sino hasta 1591, cuando se puso
en vigor el reglamento respectivo. Recaudaba un 2 por 100 sobre todas las operaciones de compra
venta, herencias y otras rentas y cobros de los particulares. Los indígenas estuvieron exonerados
de su pago, en virtud de que ellos pagaran el tributo.
ALMOJARIFAZGO
Fue este un impuesto que pagaban determinados productos que entraban y salían por los puestos
del reino. Particularmente estuvieron afectados productos tales como: en vino, la tinta y el cacao.
Este impuesto que empezó a cobrarse a mediados del siglo XVII, afectaba a todos los empleados y
funcionarios y empleados que recibían sueldo del rey. Fue algo así como un impuesto por el
nombramiento a un puesto público. También lo tenían que pagar los futuros profesionales y
artesanos que podían sustentar examen de graduación o bien de incorporación a un gremio.
DERECHO A BARLOVENTO
Los constantes ataques de los piratas a naves españolas y puertos americanos, motivó la
necesidad de crear la escuadra de Barlovento para la defensa de las naves mercantes, así como la
fortificación de ciertos puertos y lugares estratégicos. Se creó este impuesto el cual consistía en un
sobre cargo impositivo a los productos de comercio que entraban y salían por los puertos.
Como puede verse con facilidad, muchos de los impuestos que existen hoy en la república de
Guatemala, tienen una raíz en aquellos de la época colonial; algunos han cambiado de nombre,
algún otro han desaparecido pero la mayoría subsisten.
(Polo Sifontes, 1993, págs. 137-138)
El eje y la base de la vida social, política, económica y cultural fue el municipio. Como ya se vio los
pueblos se fundaron a partir de 1548 lo cual se hizo tomando en cuenta de lo posible de la
realidad previa, al congregar a cada una al a población del mismo idioma y del mismo origen
comunal, si bien hubo caso que se reunieron parcialidades rivales.
El modelo que se siguió fue similar. La mayoría de las cabeceras tuvo traza reticular, a cada pueblo
se le dio su santo patrono y tuvo su s festividades religiosas (tradicionales y católicas), vida ritual
con fechas específicas, traje típico (diferente), tanto para el hombre como para la mujer. Cada
pueblo de indios fue tratado como una unidad separada y se construyó como tal. A lo largo del
siglo XVII acentuaron su identidad; entonces se definieron los llamados trajes “típicos” que
permiten distinguir a simple vista a los indígenas de cada pueblo. Ahora bien debe reconocerse
que la síntesis resurgente no fue muchas veces del agrado de las autoridades religiosas ni civiles,
especialmente mientras afloraban aspectos encubiertos de tipo religioso. Cada comunidad se fue
construyendo en una zona de refugio para sus miembros en la que predominaba una serie de
instituciones o actitudes defensivas para aparentar lo que las autoridades deseaban. Es abundante
la serie de testimonios en que se hace referencia a la resistencia de los indios a adoptar formas de
la cultura española, a sus prácticas paganas mezcladas con catolicismo, a la serie de
ocultamientos y al rechazo de aceptar el idioma español o la ortodoxia religiosa, así como su
secular desconfianza. Fueron varias las instituciones españolas que los indígenas adoptaron en su
esfuerzo defensivo. Por un lado, la organización municipal castellana (alcaldes, regidores y
alguaciles), que convivían con los principales o nobles.
Generalmente, los caciques y sus descendientes tendían a ocupar los cargos más importantes del
ayuntamientos (alcaldes), junto con el de gobernadores locales. Fueron los intermediarios con el
gobierno español; ellos se encargaban del cobro del tributo y de la disciplina. En muchos casos
existió una especie de jerarquía paralela al ayuntamiento, basada en la edad, el respeto local y los
cargos servidos. Otras instituciones fueron las cofradías. Organizadas alrededor del culto religioso
se desbordaba en sus funciones ya que se les atribuía funciones económicas (vinculadas a las
fiestas locales), funerarias, y algo más. Llegaron a prosperar tanto (hubo pueblos que tuvieron más
de diez) que se dieron disposiciones para restringirlas, o bien para controlar los festejos y los
gastos que se efectuaban. Ellas realizaban mucho de la vida ceremonial (procesiones, bailes o
danzas).
Estaban también las llamadas cajas de comunidad que los españoles establecieron como fondos
de emergencia para auxilio de casos excepcionales. Funcionaron como medios para pagar los
impuestos e incluso para recaudar los tributos. Muchas veces fueron el medio que permitió a la
comunidad pagar los gastos legales a fin de defender sus intereses frente a los embates del
exterior.
En cuanto a prosperidad y desarrollo, la impresión que se obtiene de la documentación es que la
situación varía de una región a otra así como los hubo relativamente acomodados, existieron otros
muy pobres. Al principio tuvieron tierras suficientes, sobre todo por el poco crecimiento de la
población pero en el siglo XVIII se dieron casos en que esta se hizo escasa o insuficiente.
Uno de los mayores problemas de los pueblos de indios vecinos a las ciudades y villas de españoles
el de la población de manos de obra forzada. Cada poblado debía proporcionar, por una semana,
la cuarta parte de la fuerza laboral masculina, lo cual afecta su capacidad productiva interna. El
intento del fiscal de la audiencia por suprimir estos servicios personales (repartimiento) de indios
alrededor de 1661 muestra el problema. Ante las quejas presentadas, el fiscal, con base a que los
trabajos forzados habías sido prohibido en otras regiones de las indias, pidió su supresión. Basto
conque los indios supieran su propuesta para que se negaran a prestarlo. Las reacciones de los
miembros del ayuntamiento de la capital fueron fulminante dirigieron una serie de
mantenimiento. Fue que los requerimientos continuaron con un poco de recomendaciones para
aliviar sus abusos, es decir que la presión (social, económica y cultural) sobre los pueblos de indio
varió. (Lujan Muñoz, 1998, págs. 57-58-59)
REPARTIMIENTOS
Se recordara que una de las funciones de un capitán de conquista consistía en la potestad que
tenía este de repartir tierras a los soldados de su hueste; tal poder le era concedido por el
monarca en el documento que legalizaba la expedición de conquista y colonización, llamado
capitulación. Del mismo modo es necesario recordar que las tierras descubiertas se tomaban a
nombre del rey, con lo cual tales tierras venían a ser realengos o sea pertenecientes a la corona.
La tierra repartida a los colonos no lo era en propiedad, sino más bien en usufructuó, y para que
un colono pudiera considerara su repartimiento como propio, debía llenar determinados
requisitos, tales como habitar en esas tierras por cierto número de años y ponerlas en producción.
Aun cuando las tierras fueren dadas en propiedad a un colono este no podía consideraba suyas las
minas de metales preciosos que pudieran aparecer dentro de sus límites.
Las tierras, que en el sistema feudal europeo eran básicas, en América tuvieron un valor
secundario, porque en aquel continente las tierras eran escasas y poco fértiles, abundando en
cambio la mano de obra para su labranza, ya que Europa siempre fue un continente relativamente
poblado. En América la situación fue diferente porque la tierra era más extensa y fértil, en cambio
no había suficiente mano de obra debido a la marcada reducción de la población por causa de la
guerra de conquista, las enfermedades y los trabajos forzosos a que fueron sometidos los
naturales, sobre todo cuando eran obligados dejar las frías tierras del altiplano y tenían que bajar a
los climas ardientes de las costas, en donde las enfermedades tropicales hacían presa de ellos y
dezmaba su número
En conclusión, los repartimientos de tierras crecían de sentido si no iban aparejados con la
provisión de hombres para hacerlas producir; de aquí que hayan sido tan enormemente
importantes otras instituciones económicas como lo fueron la encomienda y los mandamientos.
(Polo Sifontes, 1993, pág. 135)
El sistema de tendencias de la tierra en la colonia muestra una clara dicotomía entre los españoles
y los indígenas. Uno de los primeros fue la propiedad privada, las parcelas no eran muy grandes,
pero con el tiempo algunas explotaciones agropecuarias cercanas a Santiago de Guatemala, creció
en cuanto lo prometió la prosperidad del propietario. La explotación dependió de la mano de obra
forci voluntaria indígena que obtenían a través de los repartimientos. Sin embargo, en cada labor
o ascienda habían algunos trabajadores permanentes o residentes, tanto de origen indígena como
mestizos y africano. (Lujan Muñoz, 1998, pág. 88)
ENCOMIENDAS
Al igual que en otras regiones americanas, en Guatemala fue la base económica de los españoles,
aun mas por la escases de los metales preciosos. Hasta mediados del siglo XVI también fue
importante la esclavitud indígena. En la gobernación de Guatemala había, mediados de ese siglo
unos 83 encomenderos que se distribuían alrededor de 21000 tributarios, correspondiente a 144
pueblos. El reparto no era equitativo, el mayor encomendadero tenía más de 2000 tributarios, 10
tenía entre 500 y 1000 y alrededor de 40 menos de 100 cada uno, por su parte Juan López de
Velasco menciona, en 1575, para todo el distrito de la audiencia, de 900 a 1000 repartimientos
(encomienda) con 12000 tributarios.
La encomienda perpetua era fundamental para el sistema señorial que intentaban establecer los
españoles en las indias. La supresión de la perpetuidad y la disminución de los indios hizo perder
importancia permanentemente al rendimiento de las encomiendas, lo cual se agravó para los
conquistadores originales. Por el inicio de las entregas de las vacantes a recién llegados de la
península y los residentes en España. Los beneméritos guatemaltecos se quejaban que las mejores
encomiendas se hallaban en manos de peninsulares, quienes nunca habían estado en el país, ni
sus ascendientes habían participado en la conquista. Así Fuentes y Guzmán se refirió a la “rica”
encomienda de Zacapa que había pasado a manos de un convento de monjas en colmenar. Otro
ejemplo ilustrativo fue el de Chimaltenango, una de las más ricas encomiendas de corregimiento
del valle, en manos de Luis Nieto de Silva, que lo había recibido de su madre, doña María
Magdalena Ruiz de Contreras, condesa de Alba de Yeltes. Gracias a una cuenta que hizo en 1686,
el administrador local, capitán José Aguilar Rebolledo, con motivo de la muerte de la condesa, se
sabe que en 22 años la encomienda había producido más de 250000 tostones.
Otro factor que hizo disminuir la importancia de las encomiendas fue que se subdividieron, en
parte como resultado de la población criolla. También hubo tendencias a otorgar las encomiendas
con el carácter de pensión, especialmente a viudas, aunque esta ayuda resulta muchas veces
escasas.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII la política fue controlar y aun reducir el número de
encomiendas, para perjudicar la estancada economía de la región, las ventas más jugosas
quedaban fuera de su jurisdicción por lo cual la encomienda perdió su importancia para los
españoles y criollos residentes en Guatemala. (Lujan Muñoz, 1998, pág. 40)
Algunos de los estudios que se han hecho acerca de la educación en Guatemala, afirman que la
enseñanza, en la época colonial, fue pobre y de mala calidad. Nada más falso. Por el contrario,
pareciera ser –al menos eso nos indica la experiencia– que cuanto más tiempo pasa, y cuando la
educación es motivo de análisis continuo, por parte de los entendidos en ese ramo, más baja es la
calidad y más pobres los resultados. Esto no es más que una de las ironías de la vida moderna. Lo
que ciertamente resulta innegable, es que nuestros estudiantes descendieron en su nivel
académico desde que se eliminó de los pensa el estudio del latín, el griego, la ortografía, la moral y
la urbanidad.
España trasplantó a sus colonias la sapiencia de la época, que por entonces –siglos XVI y XVII– no
tenía igual en Europa.
La iglesia tiene el sitio de honor en cuanto a difusión de la educación se refiere. Debe recordarse
que en cada convento hubo escuelas de primeras letras y que, gracias a esta proyección, muchos
indígenas se beneficiaron; tal es el caso de los Memoriales de Sololá, Francisco Hernández Arana y
Francisco Díaz; el anónimo autor del Popol Vuh y tantos otros de las decenas de crónicas
indígenas que han llegado hasta nuestros días, quienes jamás habrían podido enriquecer el acervo
cultural del país, si aquellos frailes de aquel tiempo no los hubiesen instruido en el uso del
alfabeto.
Para las niñas se fundaron centros educativos desde el mismo siglo XVI. Aprendieron ahí a leer,
escribir, coser, bordar, oficios propios del sexo al que pertenecían y, además, doctrina cristiana.
Los más famosos e importantes centros docentes fueron los conocidos como Colegios de
Mayores, dignos antecesores de la Universidad, tanto en el tiempo, como en la escala del
aprendizaje.
Siguiendo el orden cronológico de su fundación, dignos de mencionarse y de feliz recordación son:
El Colegio de Santo Domingo: Fundado en 1548, fue creciendo en importancia, al punto
que en 1625 llego a conferir grados universitarios.
El Colegio de Santo Tomás: Fundado en 1562, le correspondió ser el precursor de
Universidad.
El Colegio Tridentino: Fue fundado en 1586 y tuvo la finalidad de formar clérigos, o sea
que sus funciones fueron de colegio seminario.
El Colegio de San Lucas: Fundado a principios del VXII, fue cuna de notables hombres de la
época.
Colegio de San Borja: Se fundó aproximadamente por el año de 1700. Tuvo numerosos
alumnos y, como en el caso anterior, por sus aulas pasaron hombres de talento
excepcional.
Otros colegios notables, aunque de menor elevación académica fueron: Colegio de San Francisco,
el de San Buenaventura, el de San Jerónimo, el de San José de Calasanz, el de San Casiano, el de
San José de los Infantes, etcétera.
Una de las principales preocupaciones de los hombres cultos de Guatemala, al inicio de la época
Colonial fue la autorización de la corona para poder fundar una universidad en Guatemala, como
se había hecho en Lima al haber fundado la Universidad de San Marcos y asimismo, en la Nueva
España.
El obispo Marroquín fue un gran entusiasta y realizó gestiones para lograr la real autorización. No
habiendo tenido éxito en vida, hubo de conformarse con dejar un legado en su testamento y, a
falta de la Universidad, fundó un colegio mayor. Con posterioridad, el Correo Mayor, Pedro Crespo
y Suárez, donó 20 000 pesos de oro para dicha fundación.
No fue sino hasta el 31 de enero de 1676, en que se obtuvo la real cédula deseada, después de
muchísimos años de solicitarla. Tal Merced fue concedida al Reino por Rey Carlos II, y en honor a él
se le llamo de San Carlos, dándosele por patrono s a Santa Teresa de Ávila. Sus estatutos de
funcionamiento y organización fueron redactados por el licenciado Francisco de Sarassa y Arce.
La Real y Pontifica Universidad de San Carlos se creó a imagen y semejanza de Salamanca, por lo
que su orientación fue principalmente humanística; de aquí que las cátedras impartidas fueron,
principalmente: Filosofía, Teología, ambos Derechos, Retórica, Medicina, Economía Política, Física
y algunas lenguas indígenas, especialmente cakchiquel. La universidad confería los grados de
Bachiller, Licenciado y Doctor.
VIDA CULTURAL
Es importante recordar que Guatemala fue el tercero de los reinos en América en contar con una
imprenta; resulta impresionante pensar, que cuando ciudades como Nueva York todavía no
existían aún, ya que en esta tierra se publicaban obras de Filosofías, tesis de graduación, novenas
religiosas, obras históricas y literatura de géneros diversos. Debido a esta tradición y a lo
desarrollado de este arte, se publicó la Gazeta, a partir de 1729, con lo que se entró de lleno a la
actividad periodística.
Todo lo anterior se debe a la actividad del célebre obispo de Guatemala, Fray Payo Enríquez de
Rivera, quien hizo traer de México una imprenta, así como a un maestro impresor llamado José de
Pineda Ibarra, por ello, el obispo merece la gratitud de los guatemaltecos y su nombre
permanecerá en lugar preferente, entre los benefactores de la cultura del país.
HISTORIA
La historia fue, sin lugar a dudas, la disciplina más cultivada durante el periodo Colonial, hasta el
presente, las voluminosas crónicas escritas durante el período Hispánico, son importantes fuentes
de consultas para los estudiosos del pasado de estas tierras. Siguiendo un orden cronológico,
mencionaremos los principales cronistas de esa época, así como sus obras más importantes:
Bernal Díaz del Castillo. Célebre personaje, quien también ha sido llamado el Soldado-
cronista, por cuanto que participo en más de cien combates contra los indígenas. Bernal
en el ocaso de su vida, decidió dejar una memoria de lo que vio y actuó, y así escribió una
obra voluminosa, amena e interesante, la que se conoce como: Verdadera y Notable
Relación del Descubrimiento y conquista de la Nueva España y Guatemala.
Fray Antonio de Remesal. Fraile dominico, escribió una obra muy completa e importante
llamada: Historia General de las Indias Occidentales y Particular de la Gobernación de
Chiapas y Guatemala. Aunque esta cubre hasta los inicios del siglo XVII, es un enfoque
valiente de las actuaciones de sus compatriotas en la naciente América.
Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán. Don Antonio escribió una obra monumental, a la
que dio el extenso título de: Recordación Florida: Discurso Historial y Demostración
Natural, Material, Militar y Política del Reino de Guatemala; a la vez, es un extenso y
completo tratado de los aspectos que conoció y amo entrañablemente de Guatemala.
Fray Francisco Vásquez: Escribió, este notable cronista franciscano, ya entrado en el siglo
XVIII. Su interesante obra se conoce como: Crónica de la provincia del Santísimo Nombre
de Jesús de Guatemala. Aparte del muy explicable deseo de reivindicar el nombre de du
Orden, la Crónica contiene datos e informaciones de mucho mérito, sobre todo para todo
quien quiera conocer la organización de los pueblos del centro del país durante aquellos
lejanos años.
Fray Francisco Ximénez. Fue quizás el más prolífico de cuantos cronistas surgieron durante
la época de la Colonia. Su obra principal, escrita en varios volúmenes se conoce como:
Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala de la orden de los
predicadores.
Además fue Ximénez un notable lingüista, al punto que, habiéndose ganado la confianza
de los indígenas de Santo Tomas Chugüilá, (Chichicastenango), obtuvo de ellos el original
del Popol Vuh el cual transcribió al quiche y tradujo al castellano, siendo esta copia
manuscrita de Ximénez, la que se conoce hoy como original y se conserva en New Berry,
Chicago, Estados Unidos.
Anónimo. Autor desconocido fue el autor de una crónica no menos importante que se
escribió en 1711, y que lleva al extenso título de: Isagoge Historia Apologética de las Indias
Occidentales y Especial de la Provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala. Lo que si
sabemos, es que, con seguridad, fue escrita por un religioso de la Orden de los
Predicadores.
Domingo Juarros. La obra de Juarros fue escrita a inicios del siglo XIX. Es la última de las
crónicas coloniales, y aunque sigue muy de cerca la obra ya citada de Fuentes y Guzmán,
no por ello deja de tener valor, originalidad e importancia. El bachiller Juarros llamó a su
escrito: Compendio de la Ciudad de Guatemala.
Música. No fue, sino hasta época reciente, en que se realizaron estudios serios sobre la
música guatemalteca del periodo Colonial. La opinión autorizada de los ernomusicólogos
Celso A. Lara y Manuel Alvarado Coronado, nos permite afirmar que esta rama de las
bellas artes se cultivó continuamente, como lo demuestran los archivos de música, lo cual
explica que algunos maestros de capilla y músicos guatemaltecos, fueron a sentar cátedra
al Perú y a la Nueva España.
Pintura. La pintura de la época Hispánica fue hecha casi toda en función religiosa, y se
conservan buenos ejemplos, como las plasmadas en los retablos laterales de la iglesia de
San Juan del Obispo, hechas por Pedro de Lira, en 1611.
También se ha conservado la fama y muchos de los cuadros de Thomas de Merlo, cuyas
pinturas de grandes dimensiones pueden apreciarse en el interior de El Calvario, en
Antigua Guatemala; no menos famoso fue don Francisco de Montúfar, de quien se afirma
que cultivo el difícil arte de la miniatura.
Escultura. La escultura fue el arte en el que la escuela guatemalteca tocó los límites de la
perfección. La imaginería de Guatemala fue de notable acabado y belleza, que no fueron
pocos los pedidos que recibieron los talladores, escultores y doradores de la nueva
España, la Nueva Granada y aun de la Propia España.
Los nombres de los escultores e imagineros, que se inmortalizan con sus obras son: Quirio
Cataño, Pedro de Mendoza, Mateo de Zúñiga, Alonso de Paz, Juan Chávez, etcétera.
Arquitectura. El llamado barroco antigüeño es notable por el grado de perfección y
monumentalidad que alcanzo la arquitectura en el siglo XVIII. Aunque en los inicios de la
época Colonial, los frailes misioneros tuvieron que improvisarse como constructores,
pronto surgieron figuras notables en el Reino para la rama de la arquitectura.
La historia debe guardar los nombres de: Agustín Núñez, Joseph, Diego y Felipe de Porres,
Bernardo Ramírez, etcétera.
Literatura. Esta rama del arte, en sus diferentes manifestaciones, tuvo un nutrido grupo de
figuras que cultivaron diversos géneros literarios. Agustín Mancos Franco, el célebre
literato, abogado, polemista e historiador del siglo XIX, recopilo los nombres y obras de los
más destacados escritores antiguos de Guatemala en su obra Literatura Guatemalteca.
Son ellos: Juan de Mestanza, Fray domingo de Vico, Manuel Iturriaza, Fray Carlos Cadena,
Bernardo Madrid, el insigne fabulista Rafael García Goyena, González Colarte, Zelaya, Blas
del Valle, Cristóbal de Hincapié. Pero por encima de todos está el nombre de Rafael
Lándivar.
Artes Menores. Lugares menores merecen el grabado, la platería, la miniatura, el dorado y
toda una gama de expresiones artísticas, que dieron a Guatemala un lugar preferente
dentro del mundo hispanoamericano culto, durante los tres siglos del tutelaje español.
CIENCIAS
Aunque hemos dicho que la orientación principal de la Universidad fue humanística, no por ello
dejo de manifestarse el espíritu innovador y científico, tal y como ocurrió con el ilustre fraile
franciscano Fray Antonio de Liendo y Gaichoechea, quien, a la mitad del siglo XVIII, introdujo el
método experimental en las aulas de la Carolina, trayendo, para ello, gabinetes de física,
laboratorios de química y aparatos diversos, para demostrar a los estudiantes, por la vía
experimental, las leyes y principios de las ciencias.
Mención especial merece el Dr. José Felipe Flores, quien se distinguió por el amor al estudio de la
medicina y por su empeño de transmitir su conocimiento a sus discípulos. Invento la fabricación de
estatuas de cera, en las cuales mostraba a sus estudiantes la anatomía humana. Para esto tuvo
que hacer disecciones en cadáveres y luego fabricar réplicas de los órganos en cera. Gracias a los
trabajos del doctor Flores fue posible inventar en Guatemala un sistema para conservar frescas las
frutas y legumbres durante los largos viajes por mar; debido a esta innovación que consistía en
sumergir estos productos en un compuesto alcohólico marineros dejaron de padecer
enfermedades tales como el escorbuto, que anteriormente padecían debido a la carencia de la
vitamina “C”. También se inventó en Guatemala el asa elástica, aparato ideado para asistir partos
difíciles, y que resultó ser un instrumento precursor del que posteriormente se llamó fórceps.
(Polo Sifontes, 1993, págs. 55-60)