Don Bosco

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DESARROLLO DEL SISTEMA PREVENTIVO

El sistema preventivo que Don Bosco


práctica, del que habla y del que, finalmente,
escribe, surge en un contexto en el que se siguen
orientaciones parecidas, codificados y propuestos
también por otros. Son educadores, con frecuencia
cercanos, que, en algún caso han influido o podrían
haber influido en él, por haber podido leer sus
escritos o por haber podido tener algún
conocimiento de ellos. Son, sobre todo, hombres e
instituciones que comparten con él las
preocupaciones por la juventud en tiempos nuevos y difíciles y dan origen
a iniciativas parecidas a favor de los jóvenes, con mentalidad y lenguaje,
que denotan fuertes convergencias en un estilo educativo, que puede
legítimamente definirse como preventivo.

ANTECEDENTES

La acción educativa de Don Bosco se inscribe, histórica y


culturalmente, en medio de un conjunto de iniciativas y de opiniones sobre
la prevención, surgidos en torno a los aspectos de la vida política, religiosa
y social, después de la caída napoleónica, en la época, precisamente de la
Restauración del absolutismo monárquico.1
1 Pietro Braido, “Prevenire, non reprimere. II Sistema Educativo Di Don Bosco” Las, Roma.1999, p 2345.
Se trataba de prevenir para que no se volvieran a producir
fenómenos similares a los recientemente generados por la Revolución
Francesa, extirpando, por una parte, los subyacentes fermentos
subversivos de tipo liberal, clandestino y sectario, y en el orden social,
combatiendo la pobreza, la ignorancia y la mendicidad amenazadoras, que
convulsionaban al “basso popolo”.2

Ante todo, iba preocupando cada vez más a los responsables de la


administración pública, de la libre iniciativa social y a la pastoral eclesial, la
situación de abandono y de hambre de niños y adolescentes que vagaban
por la ciudad en búsqueda de la caridad ciudadana; o que eran objeto del
irrespeto y de todo tipo de explotación 3; o eran negociados para la
mendicidad callejera, o habían ya llegado a la delincuencia que
precisamente en esos años había alcanzado dimensiones alarmantes;
situaciones todas agravadas por la creciente inmigración campesina a la
ciudad de Turín, en busca de trabajo y de mejores condiciones de vida.
Efectivamente, Turín se hallaba ya en un proceso incipiente, pero
incontenible, de desarrollo preindustrial y comercial.

Don Bosco responde ante esta situación desde su experiencia


personal: en la familia, en la escuela y en el seminario. Donde se va
ampliando su visión a partir de la lectura del catecismo a la predicación y a
la diversidad de conocimientos escolares y extraescolares. Juan Bosco por
medio del catecismo acerca del matrimonio sabe cuáles son las
obligaciones de los padres en relación con sus hijos donde ellos van a
transmitir una buena religiosa educación y brindándoles libertad para que
encuentren su propia vocación.

2 “II basso popolo”, apelativo usado por Don Bosco en el articulo 5° del Primer Capitulo de sus primeras
Constituciones (1858), para calificar a los sectores populares de los que eran procedentes sus
destinatarios (Giovanni Bosco, “Constituzioni della societá di San Francesco di Sales (1858) – 1875.Testi
critici a cura di Francesco MOTTO, SDB, Las-Roma, 1982, p. 78).
3 ”Meglio prevenire che reprimere”. En la edición española, CCS, Madrid, 2011, p 29-50.
Ante todos los hechos detallados anteriormente Don Bosco actúa ante la
prevención educativa considerando dos aspectos que lo va a incluir dentro
de su propia conceptualización:

• El primero consiste en ayudar a los jóvenes, con una oportuna


toma de conciencia de los peligros a los que se puedan ver
expuestos, y con una eficaz presencia pedagógica por parte de los
educadores, para que los muchachos puedan evitar a tiempo
aquellas experiencias que puedan serles altamente nocivas (como
la promiscuidad, los abusos en el trabajo; la cárcel, la
prostitución….).
• El segundo, es buscar la manera de proporcionarles una
rehabilitación inmediata si han sido ya victima de hechos o
costumbres delincuenciales, antes de que las consecuencias de las
malas costumbres contraídas, los hagan normalmente
irrecuperables. Aspecto que incluye terapias de saneamiento, de
reducación en valores, de potenciamiento de energías; y la
posibilidad de oportunas alternativas de trabajo, de superación y
crecimiento.

NACIMIENTO DE UNA FÓRMULA:


SISTEMA PREVENTIVO Y SISTEMA REPRESIVO

Los términos “reprimir”, “represión”, “prevenir”, “prevención” y


semejantes, no son nuevos en el siglo XIX. Son nuevas en este siglo las
fórmulas, sistema preventivo y sistema represivo, educación preventiva y
educación represiva. Y parece que surgen en Francia, en clima de polémica,
en dos contextos y con significados relativa y profundamente diferentes: la
política escolar y la educación, familiar y colegial (escuelas estatales, laicos,
católicos).
La constitución belga de 1813 en el art. 17 recogía el principio de la
libertad, permitiendo la existencia de un sistema escolar coherentemente
liberal: La enseñanza es libre, se prohíbe cualquier medida preventiva; la
represión de los delitos sólo puede estar regulada por la ley.

En Francia, el sistema preventivo era defendido por los


promotores, laicos en su mayoría, del monopolio estatal de la escuela,
como lo había consagrado el sistema napoleónico de la Universidad.
Excluía preventivamente cualquier posibilidad de enseñanza libre no
estatal; o bien defendía la necesidad de una autorización preventiva. En
realidad era un sistema preventivo-opresor. El sistema represivo, en
cambio, era propio de cuantos defendían, por motivos diversos, la libertad
de enseñanza, sancionada en principio por la Carta constitucional
promulgada por Luis Felipe I de Orléans el 14 de agosto de 1830.

FIGURAS DEL SISTEMA PREVENTIVO CERCANAS A DON BOSCO

Los hermanos Cavanis


En los primeros decenios del siglo actúan en
Venecia, dos hermanos sacerdotes de la nobleza
ciudadana: Antonio Ángel (1772-1858) y Marco
Antonio (1774-1853) Cavanis.

Comienzan con una Congregación Mariana


(1802) que se convierte en un Oratorio y en las
escuelas de caridad para los pobres y
abandonados. Para garantizar su continuidad, fundan la Congregación de
los clérigos seculares de las escuelas de caridad aprobada por el Patriarca
de Venecia en 1819 y por Gregorio XVI en 1836, erigida canónicamente el
16 de julio de 1838.
Las escuelas de caridad proporcionan:
 Enseñanza gratuita (elemental y media).
 Formación religiosa.
 Participación en actividades recreativas.
 Prevención de los peligros físicos y morales.
 Método educativo la paterna familiaridad, caracterizada por
una.
 Asidua vigilancia continua, amorosa y supervisora.
 Amorosa disciplina.
 Valores religiosos y humanos.

Don Bosco mismo, en varias ocasiones, asegura haber utilizado las


Constituciones de los hermanos Cavanis para redactar las de la Sociedad
Salesiana para dar lugar a una autentica espiritualidad educativa.

Ludovico Pavoni
El desarrollo de las obras y de las ideas
preventivas se encuentra en las
instituciones y los escritos del Bresciano
Ludovico Pavoni (1784-1849), con
semejanzas en muchos campos, con la
que será, algunos años más tarde, la
experiencia de Don Bosco.

De hecho, con la congregación festiva


u oratorio y la formación profesional de los artesanos, Pavoni se adelanta
en varios decenios a las iniciativas de Don Bosco, con notable eco y amplia
fama. Don Bosco podría haber tenido entre sus manos algunos de los
reglamentos redactados por el famoso Bresciano.

Obras realizadas por Pavoni:


 Inicia la Congregación-Oratorio de San Luis (1812).
 Adquiere la Rectoría de la iglesia de San Bernabé (1819) y añade
un Oratorio.
 Asilo para jóvenes artesanos huérfanos o abandonados (1821).
 Abre una sección para muchachos sordomudos (1840) etc.

El nuevo Instituto religioso tenía como finalidad proveer a la educación


de aquella clase más baja y abandonada.

Características del Asilo:


 Escuela de buenas costumbres.
 Dedicación de los educadores por los jóvenes.
 Brindar bienestar a la juventud abandonada.
 Educar en la religión y en los oficios.
 Educar en forma integral en lo personal y social.
 Darle a la Iglesia óptimos cristianos y al estado buenos artesanos.

La fórmula buen cristiano y honesto ciudadano (súbdito en régimen de


absolutismo) estaba muy de actualidad en el contexto social y político —el
imperio de los Ausburgo—, en el que Pavoni actuaba.

Para el éxito de la educación religiosa y cívica de los jóvenes, se recurre


a los métodos y medios habituales de la pedagogía preventiva: religión y
razón, amabilidad y dulzura, vigilancia y asistencia, dentro de una
estructura familiar y con una intensa dedicación al trabajo. A la estructura
debe conformarse el estilo de vida y de acción de cada educador.

Aquí algunas recomendaciones concretas a los educadores:


 Custodiarán y amarán a los jóvenes confiados.
 Tratarlos con educación y respeto, sin discriminación.
 Procurar hacerse saludablemente temer y respetuosamente amar.
 A lo jóvenes hacerlos amigo al trabajo.
 Acostumbrar al joven a actuar más por amor que por temor.
 No ceder a caprichos ni a pretensiones irracionales.
 No exijan demasiado ni se muestren débiles.
 Conocer bien el carácter y las habilidades de sus alumnos.
 Inculcarles la docilidad, respeto y confianza a los Superiores.
 Nunca dejarlos solos en la clase y en los talleres.
 No permitan conversaciones o confidencias secretas, en especial
entre los externos y los internos; ¡ay de los maestros que en esto
se descuiden!

La razón y el amor inspiran también el Método de corrección: En lugar de


recurrir al sistema de la severidad, con el que frecuentemente se obliga a
los niños a obrar más con temor y con hipocresía, que con sinceridad y
amor, se ha elegido el de la emulación y el honor, con el que (si no se
abusa) se puede lograr todo del corazón sensible de la Juventud.

Marcelino Champagnat (1789-1840)


y los Hermanos Maristas

Marcelio Champagnat (1789-1840)


sacerdote en 1816, fundador en 1817 en La
Valle (Loire, Francia) de la Sociedad religiosa
de los Hermanitos de María o Hermanos
Maristas, reconocidos canónicamente
en 1824, aprobada por la Santa
Sede en 1863. Es una de las figuras más representativas de la nueva
actividad de rehabilitación y de positiva prevención, realizada en Francia
por decenas de Congregaciones de enseñanza, sobre todo, en la escuela
primaria. El común objetivo es, efectivamente, asegurar el porvenir de las
jóvenes generaciones, principales víctimas de la Francia revolucionaria, y
defenderlas contra el espíritu disgregador del siglo XVIII, procurando a la
infancia una educación netamente religiosa. Los niños son el vivero de la
Iglesia, gracias a ellos se renueva, conservando la fe y la piedad.

La orientación pedagógica del conjunto asume gradualmente unos


rasgos propios que la caracterizan dentro de la pedagogía cristiana
preventiva del Ochocientos: la salvación de las almas como fin último; la
instrucción religiosa como medio para apartar del vicio y formar el corazón,
la conciencia, la voluntad.

Características de su propuesta:

 El método del amor aún en la disciplina


 Corregirles sus defectos
 Formar su voluntad
 Actitud de los educadores como padres
 Espíritu de familia
 Recíproca confianza y no de temor.
 Amor tierno con los alumnos
 Paciencia en soportar sus chiquilladas
 El celo en formarles en la virtud y en conocimientos útiles
 Dedicación a sus intereses espirituales y temporales
 Iluminar la inteligencia (dotarlos de los conocimientos necesarios)
 Corrigiendo también las desviaciones y los prejuicios
 Modelar el corazón y formar la conciencia
 Crear el hábito de la piedad
 Suscitar el amor a la religión y a la virtud
 Formar el juicio y el carácter
 Inspirar amor al trabajo
 Conservar y desarrollar las fuerza físicas
 Suministrar a los alumnos los medios para desarrollar su ser.

Conceptos netamente preventivos salpican los dos capítulos


dedicados a la disciplina, preventiva y formativa, basada en la autoridad
paterna y moral; y a la vigilancia, «continua, activa, universal

Se desprende un altísimo concepto del maestro-educador. Su tarea


es una magistratura, una paternidad, un apostolado, como escribirá más
tarde Dupanloup.

Teresa Eustochio Verzeri y las Hijas del Sagrado


Corazón de
Jesús
Es notable la aportación, teórica, de Teresa
Eustochio Verzeri, que en 1831 inicia la
Congregación de las Hijas del Sagrado Corazón de
Jesús, dedicada a la instrucción y educación de chicas
de todas las clases sociales, aprobada
canónicamente en 1847.

Es evidente la influencia de San Ignacio de Loyola, Santa Teresa


de Ávila y San Francisco de Sales. De su experiencia, se subraya
justamente, su refinada espiritualidad pedagògica y el explícito enfoque
preventivo.

Cultivar y custodiar mucho, y muy, cuidadosamente, la mente y el


corazón de vuestras jovencitas, alejarlas de todo aquello que podría dañar
lo más mínimamente su mente y su corazón, o corromper como sea sus
costumbres. Háganlo con celo y con eficacia, pero empleando una
exquisita prudencia, siendo un punto de por sí delicado, y especialmente si
se trata de jovencitas cuyo conocimiento del mal podría fácilmente ser un
incentivo para desearlo y procurárselo.

En torno a estos principios de método se aglutinan significativas


características del sistema:

• Primacía del elemento religioso.


• Debe inspirarse en una extrema discreción y una actitud
razonable.
• Interés por preservar del ocio y proteger de los peligros.
• Se promueve un adecuado desarrollo físico y condición de
una sana libertad espiritual.
El sistema preventivo en la escuela de la infancia

Ferrante Aporti (1791-1858)


No sólo entiende la educación como prevención,
sino que adopta explícitamente el mismo sistema
preventivo en la educación. La habilidad del
educador, dice, no está tanto en castigar
prudentemente los errores de los niños, cuanto en
saberlos prevenir.

Para que se desarrolle con éxito la educación intelectual es


necesario el recurso a factores fuertemente afectivos. Era la primera,
entre otras muchas máximas dedicadas a la acción didáctica: Ganarse, ante
todo, el afecto y la confianza de los niños. Es indudable que mejor y con
más seguridad se consigue un fin con la benevolencia; «el maestro,
ganándose el afecto de sus alumnos, conseguirá de ellos que pongan todo
su empeño en agradarle con la atención, con el buen comportamiento, y
en vez de mostrar tedio y aversión al aprender, mostrarán agrado y
complacencia. Procure, sin embargo, no confundir la dulzura, el amor y la
afabilidad que se debe emplear con los niños, con la familiaridad que
rebaja la autoridad. Debe ser siempre padre benévolo y amable y, al
mismo tiempo, autoridad respetada.

El amor es considerado por Aporti tan esencial que insiste en él


hasta para explicar la aritmética. Lo que más ahora me interesa es, según
mi convicción más íntima, que el maestro se ingenie lo mejor que pueda
para que encamine esta enseñanza a educar el corazón.

Pedagogía preventiva lasaliana

Don Bosco tuvo frecuentes comunicación (años 40), con los


Hermanos de las escuelas cristianas, que, desde 1829 se ocupaban en Turín
de las escuelas de la Mendicità Istruita y, desde 1833, también de las
municipales.

San Juan Bautista de La Salle


(1651-1719).
Puede parecer problemático un conocimiento
directo de Don Bosco de los escritos
pedagógicoespirituales del fundador, San Juan
Bautista de la Salle (1651-1719). Pero sí que conoció
a sus religiosos educadores dedicados como ángeles
custodios al cuidado de los niños provenientes del
mundo del trabajo y del ambiente humilde obrero,
preocupados sin descanso en ganarse la vida para sí
y para sus hijos, sin poder, por ello, acompañarles a lo largo de la jornada.
Estaban entregados a enseñarles a leer y escribir, haciéndolos, al mismo
tiempo, buenos cristianos y procurando que fueran también útiles al
Estado.

Su espiritualidad pedagógica está expresada en términos que Don


Bosco tendrá siempre presentes: vigilancia, acompañamiento, celo
ardiente, alejamiento del pecado, inspirar horror a la impureza, exhortar y
estimular al bien, para la vida temporal y la eterna: dame almas y lléevate
todo lo demás; caridad, amor, corrección, dulzura, paciencia, prudencia,
razonamiento. La habilidad primera del maestro, además de la didáctica, es
la de saber ganarse el corazón de los alumnos. Son punto de referencia
privilegiada, para la tarea educativa, San Anselmo de Aosta y San Francisco
de Sales.

Es característico el tema de la mansedumbre o dulzura, citando a


San Francisco de Sales. Es una virtud que inspira y produce bondad,
sensibilidad, ternura. Es principio general, que el amor se consigue con
amor. Por ello, un maestro, como primer objetivo y por encima de todo
debe tener con los muchachos sentimientos de padre, sin desentenderse
de ellos, como quien hace las veces de aquellos que para eso se los han
confiado: es decir, debe tener para con ellos las mismas entrañas de
bondad y de ternura que los mismos padres tienen.

La firmeza, no es, en sí misma, otra cosa que la fuerza y la


constancia empleadas para oponerse al mal, prevenir y reprimir el
desorden. Un maestro no puede prescindir de ella; siendo, como son los
muchachos inclinados al mal por naturaleza, es nuestro deber inspirarles
un reverente temor, que los frene sin exacerbarlos. En clima de caridad se
justifica también la vigilancia-presencia: La perseverante atención del
maestro a cuanto hacen los escolares (...), produce consoladores efectos,
no sólo por reprimir los desórdenes que aparecen, impidiendo así que
aumenten, sino principalmente, porque los previenes.
Y, en fin, no falta la alusión a la razón: hablar siempre lo justo y
siempre razonando a los alumnos, sea cual sea su edad y acostumbrarlos a
obrar así siempre que se les presente la ocasión.

Estilo preventivo barnabita


Es sabido que los Barnabitas, nacidos a
mediados del quinientos, abrieron colegios para
estudiantes al comienzo del siglo XVII, de merecida
fama en todo tiempo por la amabilidad en la disciplina.
Por eso San Francisco de Sales quiso que se encargaran
del colegio de Annecy, teniéndolos por óptimas
personas, afectuosos, condescendientes, humildes y
educados, personas de sólida piedad, delicados y
amables sobre toda ponderación.

El aspecto preventivo de su sistema educativo parece que fue


formulado más explícitamente en el Ochocientos. “Rogamos a todos
aquellos que se dedican a educar e instruir a la juventud, que sean parcos
en castigar, usando cuantos medios inspire la caridad para prevenir el
mal, antes que tener que corregirlo. La vigilancia que se tiene [con los
jóvenes colegiales] sea tan amable y paternal como solícita y continua.
Las faltas se prevengan antes que se tengan dolorosamente que castigar;
y los castigos se usen raramente y sólo como medicina”.

Don Bosco leyó e hizo que lean sus salesianos el opúsculo


Avvertimenti per gli educatori ecclesiastici della gioventù del P. Alessandro
Teppa (1806-1871), en un tiempo Rector del Real Colegio Convitto de
Moncalieri, de Turín (1856-1867) y, finalmente, Prepósito general de la
Orden desde 1867 hasta la muerte.

El P. Teppa escribía: Dos son las tareas y los deberes principales


de la educación:
 Uno positivo, consistente en proporcionar a los jóvenes
los medios más eficaces para el natural y libre desarrollo
de sus facultades
 Otro negativo, consiste en remover los obstáculos que
pudieran impedir o estorbar de algún modo el desarrollo
del mismo.

En resumen, promover el bien e impedir el mal, secundando a la


naturaleza en cuanto tiene de bueno y corrigiéndola en lo que tiene de
malo, ésta es la doble tarea de la educación.

No se ignora, pues, la densidad de contenido del prevenir.


Indudablemente, significa vigilar, corregir, alejar, frenar, proteger de los
peligros presentes y prevenir para los futuros; pero, al mismo tiempo,
quiere decir fundamentar y fortalecer a los jóvenes en las verdades de la fe
cristiana, encaminarlos por el camino de la virtud, ayudarlos a conseguir su
eterna salvación. Pero deben tenerse bien presentes los fines humanos y
cristianos, individuales y sociales: formar, con el tiempo, hombres
verdaderamente sabios, honrados, virtuosos y buenos cristianos, y con ello
también buenos ciudadanos.

Para alcanzar estos fines es indispensable el conocimiento


individualizado de las inclinaciones de los jóvenes y un uso adecuado de la
autoridad.
DESARROLLO DEL SISTEMA PREVENTIVO
EN DON BOSCO

EL SISTEMA PREVENTIVO EN LA EDUCACIÓN


DE LA JUVENTUD (1877)

Educar es ayudar a desarrollar cuanto


de positivo hay en el interior de cada persona.

A lo largo de los siglos han sido muchos los Métodos o sistemas


educativos empleados en la educación del niño o adolescente. La mayoría
de estos Sistemas educativos perviven en la historia de la Educación
vinculados a una figura relevante en el campo de la Educación o a alguna
Institución.

Uno de estos métodos educativos es


el Sistema Preventivo, inseparable de la figura de Don Bosco y de la Familia
Salesiana, continuadora de su espíritu y estilo educativo.

No es fácil conocer y aplicar este modo de educar sin acercarse a


Valdocco, modelo pedagógico del Sistema Preventivo practicado por Don
Bosco.

No extraña que la Iglesia lo haya reconocido como "padre y


maestro" de la juventud. Es el único caso en la historia de la educación, en
el que la Iglesia ha canonizado a un santo educador y a uno de sus alumnos
de tan solo 15 años: Santo Domingo Savio.

El Sistema educativo de Don Bosco es heredero de su visión


cristiana del hombre, que se va gestando desde sus inicios en su casa de I
Becchi y se consolida a lo largo de su formación eclesiástica y trabajo en
Turín.

Su sistema educativo no tiene el radicalismo de otros profetas de la


educación como Rousseau, que pretendía la creación del hombre nuevo;
pero tampoco tiene añoranza de volver al pasado para restaurar el
“antiguo régimen”. El pretende acompañar a los jóvenes para acoger y
formar en sí mismos la fidelidad a la perenne novedad cristiana y hacerlos
capaces de insertarse en una sociedad siempre nueva.

Don Bosco tampoco elabora un estudio de los fines educativos


dentro de una concepción humanista-cristiana del mundo y de la vida,
filosófica y teológicamente estructurada, aunque mental y operativamente
la tenga siempre delante. Esta concepción es propia de su cultura
adquirida, su temperamento, su sensibilidad y el contacto con los jóvenes
necesitados. De él se dice que es profundamente hombre y
profundamente santo. Un santo adornado con todas las cualidades
humanas, sobre todo de la bondad y el amor.

Esta concepción humanista-cristiana se expresa en las siguientes


experiencias personales:

 En él es muy clara la convicción de la dignidad del hombre


como Hijo de Dios.
 Si bien el pecado hiere la condición humana, el hombre y
en particular el joven, es capaz de superar el mal y por
más desgraciado que sea, el joven siempre guarda una
pizca de bondad.
 Su pedagogía es la del Buen Pastor.
 Es constante en él la voluntad de valorar lo humano en lo
cristiano.
 En Don Bosco la centralidad de la fe religiosa de lo
transcendente y la valoración de las realidades humanas y
temporales.
 Esta síntesis lo llevó a descubrir la ley de “educar con el
trabajo y para el trabajo”
 Don Bosco tenía bien en claro que la vocación común de
todos era la caridad y el amor.
 La finalidad última de su sistema preventivo era la
“Salvación eterna” de sus muchachos.

OBJETIVO – FINALIDAD DEL SISTEMA PREVENTIVO


Su método parte desde una síntesis original y personal de humanismo y
Fe cristiana que sintetiza en la frase: “Buen cristiano y honrado ciudadano”
(Evangelizar educando y educar evangelizando, buscar el bien de la
humanidad y de la religión, honrado ciudadano y buen cristiano, buenos
cristianos y sabios ciudadanos, etc.) según las necesidades de los tiempos.

 Buen Cristiano:

El alma de la obra educativa de Don Bosco es la idea cristiana, que


supera toda forma de neutralismo.
Don Bosco tenia la convicción profunda de que la “salvación o perdición”
eterna de un hombre depende del uso que haga del tiempo en su
juventud. Es el periodo de tiempo en el que el ser humano sienta las bases
de cómo va a ser de adulto y también es el momento en el que el “árbol
esta tierno y se le puede poner la guía que le enderece”.

 Honrado ciudadano:

Pero, al mismo tiempo, su pedagogía arranca de las necesidades


más inmediatas del joven.

El mismo Don Bosco había sentido de niño la incomprensión y la


inseguridad ante el futuro; pero también experimentó la mano amiga en
los momentos difíciles. Por ello pudo comprender mejor que nadie la
situación de aquellos jóvenes sin trabajo, sin familia, perdidos en la ciudad.
La sociedad no ayudaba a mejorar a aquellos jóvenes, pero ellos, tampoco
ayudarían a mejorar la sociedad si seguían en esta situación. Por eso Don
Bosco advertía insistentemente: “Hay que cuidarse de la juventud, si se
quiere salvar la sociedad”. Tal era su convencimiento en esta idea y tal era
la importancia que le daba que él cambiaba el orden y prefería decir:
“Honrados ciudadanos y buenos cristianos”, marcando la primacía del
primero sobre el segundo, sin olvidar este último.

PRINCIPIOS EDUCATIVOS (Razón, Religión, Amor)

Ninguno de estos principios puede considerarse aisladamente


puesto que cada uno de ellos ilumina y amplía el contenido de los demás.
Son realidades interrelacionadas y mutuamente compenetradas en los
fines, en los contenidos, en los medios y en los métodos .

«Este sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor.»


Este trinomio, que sintetiza el sistema educativo y pastoral de Don
Bosco, cubre todos los aspectos de la educación (contenidos, relación,
ambiente, fines…) y los funde y relaciona mutuamente.

El estudio y preparación profesional, el deber y responsabilidad, la


buena educación, el trabajo y la profesionalidad, la moderación y la
sociabilidad son expresiones de la razón, o dimensión cultural del proyecto,
inspirada por la fe que aporta las motivaciones profundas y los valores
fundamentales.

La moralidad y la conciencia, la fe y la apertura a la trascendencia,


la catequesis y formación religiosa, la práctica y el compromiso en la
comunidad eclesial, constituyen la dimensión religiosa, encarnada en las
esperanzas humanas, dándoles profundidad y sentido definitivo.

La cercanía grata y compartida, el afecto demostrado


sensiblemente a través de gestos comprensibles, la confianza y la relación
educativa positiva, concretan el principio metodológico de la amabilidad,
que es la traducción pedagógica de la caridad cristiana que acompaña,
anima y sostiene la realización de los otros dos principios.
La vivencia de estos tres elementos en nuestro hoy

Estos elementos centrales y mutuamente interrelacionados los


hemos de traducir a nuestro hoy. He aquí algunas pistas para ello.

La base de la racionalidad educativa para Don Bosco está


en su confianza en la bondad de los chicos y en su apertura a la
verdad. Los jóvenes pobres y en dificultades necesitan que el
educador crea en sus fuerzas interiores positivas para ayudar a
potenciarlas y hacerles cada vez más sujetos activos, críticos y
creativos en los procesos educativos, sociales y culturales que
deben vivir.

Esa confianza y actitud de animación se manifiesta a través de:


— diálogo interpersonal;
— educación a la profundidad, frente a la superficialidad
ambiental. Eso supone:
• Atención a las motivaciones y valores,
• Educación desde lo positivo,
• Descubrimiento de las riquezas interiores de cada
uno. — iniciación a la valoración y a la crítica desde una
propia escala de valores, frente al pluralismo ideológico y
cultural; etc.
La religión es para Don Bosco el esfuerzo por llegar a la
profundidad de la conciencia, a aquellos motivos que el hombre
considera absolutos; es ayudar al hombre a vivir desde lo mejor
de sí mismo; es plenitud de sentido, reconocimiento de Dios
como Padre que hace crecer todo lo que es vida; es propuesta de
felicidad.

Esto se manifiesta en:


— una concepción religiosa de la vida: hacerlo y unirlo todo ante
Dios y a su servicio, en una actitud de filial obediencia y de alegre
relación personal de amistad con Dios presente y actuante en la
historia;
— una sólida formación religiosa que ayude al muchacho a
plantearse cuestiones de fondo, que presente la fe como un
valor para la persona y que haga comprensible y significativo el
mensaje;
— unos momentos concretos de vivencia religiosa profunda que les
ayude a hacer una experiencia positiva de Dios; educar a la
interioridad, a la oración y al lenguaje de los símbolos; iniciar a las
celebraciones cristianas y a los sacramentos;
— un compromiso de vida que traduzca en realidades de servicio las
vivencias interiores y así las autentifique y haga más sólidas; etc.

La educación es siempre un hecho personal: una


interrelación entre el educador y el joven.
Esta relación sólo es posible desde el amor y aprecio
experimentado; y esto es, sobre todo, importante con los
adolescentes que tienen deficiencias familiares o sociales.
La amabilidad salesiana es esa relación educativa sólida,
fundada en el afecto personal maduro expresado con gestos
inmediatos y comprensibles para los muchachos, síntesis de
caridad cristiana y de sentido pedagógico.
Hoy día esa amabilidad salesiana se concreta en las
siguientes tareas:
— contra la masificación y la simple prestación de servicios hay
que llegar a la vida y a la persona del joven personalizando las
relaciones;
— ante la exigencia de la democratización que tiende a nivelar
las relaciones, eliminar las caretas funcionales y las barreras
institucionales fomentando un trato franco, auténtico y
participativo;
— frente a la carencia afectiva y la sensación de soledad, ofrecer
pruebas concretas de un afecto maduro: valorar siempre,
actitud comprensiva y aceptación paciente del camino del Otro,
exigencia y autoridad moral;
— frente a la complejidad de las relaciones educativas, es
necesario fomentar nuevas actitudes entre los educadores con
los jóvenes.

EL EDUCADOR SEGUN EL SISTEMA PREVENTIVO


Para Don Bosco el sistema es su persona, su inteligencia y su
corazón puestos al servicio de los jóvenes y de su salvación. Y con él, el
equipo de colaboradores que supo formar y aglutinar a su alrededor. Por
eso, el Sistema Preventivo es fundamentalmente un educador o mejor, una
comunidad educativa, que sabe encarnar sus valores y hacer camino con
los jóvenes, y mediante su testimonio, su cercanía y diálogo, sus vivencias,
interpelaciones y propuestas, es para ellos punto de referencia y modelo
de identificación.
El educador cristiano y salesiano debe ser:
 Un testigo del Evangelio en el mundo de la cultura y de la
educación;
 Un hombre que hace pasar el mensaje cristiano por su inteligencia,
su corazón y sus obras
 Hacer sentir a los otros como un valor e invita a aceptarlo en la
propia vida como un horizonte más amplio de sentido.

Esto exige a los educadores:


 Ser personas maduras,
 Unificadas, serenas y equilibradas,  optimistas y alegres.
 Capaces de relación y diálogo
 Que amen la vida y crean en los demás con realismo y esperanza.
 Competentes y preparados en el campo pedagógico, cultural y
evangelizador.
 Con iniciativa y creatividad.
 Cristianos convencidos y coherentes que traduzcan su fe en
actitudes, opciones y estilo de vida realmente evangélicos.
Sin educadores que tiendan a realizar en sí mismos este ideal,
difícilmente se podrá realizar el proyecto de Don Bosco.

Para ayudar a caminar hacia ese ideal presentamos los rasgos de un


educador tipo según el corazón de Don Bosco, contrastándolos con los de
un educador que ha perdido el sentido de su vocación y se ha estancado.

El cuadro, inspirado en P. Schilligo, puede ayudarnos a analizar nuestro


propio proceso de renovación.

EDUCADOR SEGUN DON


EDUCADOR ESTANDARIZADO
BOSCO
— Miedo a conocerse y a ser
— Fuerte identidad personal con
conocido.
una clara idea de sí mismo, de sus
— Sentimiento de inutilidad e
incompetencia. valores y defectos.
— Confianza en sí mismo y
— Busca la aprobación y depende
sentido de competencia ante
de ella.
las situaciones.
— A la defensiva en las relaciones
personajes de tú a tú. — Capaz de abrirse a los otros sin
autodefenderse.
— Miedo al cambio y al riesgo.
— Capaz de riesgo.
— Angustia ante los límites y
dificultades. — Capaz de escuchar y aprender
de los jóvenes.
— Se atrinchera detrás de normas
— Asume los límites propios y de
y leyes.
los demás con paciencia y
perseverancia.
— Comunica a la demás
confianza y el entusiasmo.
— Crea barreras, poniéndose a la — Capaz de crear comunión y
defensiva ante lo nuevo, diferente superar distancias.
o desconocido; tiende a grupos — Capaz de integrar
cerrados u homogéneos. progresivamente a los
— Tiende al dogmatismo- alejados.
autoritarismo, o por el contrario — Sabe entrar en un auténtico
a dejarlo pasar todo diálogo que reconoce las
acríticamente (permisivismo). diferencias, pero se abre al
— Usa la autoridad como refugio intercambio.
de su inseguridad; por eso es — Su autoridad consiste en su
dura, lejana, extremista (o todo capacidad de convencer, de
o nada). arrastrar, de comunicar su
riqueza interior. Es, pues,
cercana, casi no se nota.
— Capta las situaciones
superficialmente: cae en fáciles — Tiene un fino sentido de
clasificaciones echando las culpas a observación que le hace captar
los demás. las situaciones con gran
— Ante las dificultades cree que no realismo, y, a la vez, descubrir
se puede hacer nada. caminos positivos de
— Activista, sin un proyecto intervención.
concreto y exigente. — Tiene un compromiso real,
— Le cuesta mucho trabajar en concreto, duradero, sin irse
equipo. por las ramas.
— Ni cambia él ni es capaz de — Con una acción planificada,
conducir al otro a un cambio en compartida, reflexionada.
profundidad. — Suscita colaboradores.
— Conduce al joven a un cambio
en profundidad, a un
descubrimiento más profundo
de sí mismo y a una entrega
más radical a su vocación.
ESTRATEGIAS EDUCATIVAS

Lo primero que debemos tener presente es que Don Bosco tenía muy en
claro la convicción de que para cualquier itinerario de crecimiento humano
y cristiano, es necesario que el joven posea la percepción de su propia
identidad personal y de sus potencialidades efectivas de recuperación y
desarrollo, sostenida por una percepción análoga por parte del adulto; su
pedagogía era “situacional y diferencial”.

La religión
Cultivar la dimensión religiosa, infundir en los jóvenes el temor de Dios,
educarles a una vida habitual de gracia, constituye la finalidad de ese
conjunto de prácticas de piedad cristiana.
Si bien la religión puede ser considerada como una estrategia educativa
que dirige y sanciona la forma de pensar y actuar de los jóvenes, para Don
Bosco el ejercicio frecuente de las practicas de piedad, los retiros
mensuales, la meditación sobre el juicio final, etc., fueron medios
(estrategias) y fines, en si mismos, para trabajar la moral y el cumplimiento
del deber.

Protección-prevención
El método educativo de Don Bosco es conocido en todo el mundo con el
nombre de “Sistema Preventivo”; y ciertamente el cuidado preventivo es
una característica específica del método y un signo reconocible en la
tradición educativa salesiana.
Esta prevención tiene distintos niveles:
a) Nivel básico, la prevención es una estrategia diseñada para
proporcionar apoyo a los jóvenes en sus problemas personales.
b) Segundo nivel, la prevención está en evitar que estas situaciones
de alto riesgo en el que se encuentra el joven les haga más daño.

La asistencia (autonomía)
La amistad profunda entre el educador y los jóvenes nace de los gestos
educativos y de la voluntad de familiaridad, y de esa se nutre, y a su vez
suscita confianza.
Una de las expresiones más concretas de esta relación se expresa a través
de la ASISTENCIA, entendida como ese deseo de estar con los jóvenes y de
convivir con ellos su vida.
Es al mismo tiempo presencia física allí donde los muchachos se
encuentran, y fuerza moral con capacidad de animación, estimulo y de
refuerzo.
Para Don Bosco, con la palabra “asistencia” quería decir “presencia y
disponibilidad para con el joven”.

MEDIOS Y HERRAMIENTAS EDUCATIVAS

1.- El trabajo
Con un sentido pedagógico muy coherente con la realidad socioeconómica
de sus destinatarios, Don Bosco pensaba que era indispensable la
capacitación para el mundo del trabajo.
2.-El estudio
Para él, el perfecto desempeño del deber de cada uno (trabajo y estudio)
era el pilar principal de una vida ascética y una de las bases de la vida
espiritual.

3.-La práctica religiosa


El amor y temor a Dios y la vida religiosa sólo se logran a través de la
práctica constante de los sacramentos, la oración y las devociones.

ACTIVIDADES EDUCATIVAS
Juegos-patio
Es justo reconocer que la idea de Don Bosco del juego como una
herramienta educativa fue innovadora y adelantada para su tiempo. Para
él educar significaba ayudar a madurar al joven y, el juego, es una actividad
necesaria para que el joven alcance a su madurez.

Paseos
Eran una recompensa a su buen comportamiento y notas, y los jóvenes
competían a lo largo del año por tener el honor de estar entre los elegidos.

Los paseos y excursiones, tenían lugar alrededor de la fiesta de Nuestra


Señora del Rosario, el primer domingo de octubre.

Teatro
Don Bosco hizo también gran uso de representaciones teatrales con fines
educativos y como entretenimiento. Él mismo escribió unas cuantas piezas
como “La casa de la fortuna”.

Música
La música era algo habitual en el Oratorio. Don Bosco tenía dotes
musicales; a pesar de no haber recibido una educación musical formal,
sabia solfeo, cantaba con voz de tenor, tocaba instrumentos e incluso
componía canciones sencillas. El canto y la música coral se introdujeron
muy pronto en el programa educativo.

Grupos juveniles
Las asociaciones juveniles eran herramientas educativas importantes. Su
mediación educativa reside en el hecho de que fue capaz de cultivar un
selecto grupo de jóvenes que habían respondido más rápidamente a su
dirección espiritual y a sus sugerencias de cuidar a sus compañeros. La
Compañía de San Luis fue un ejemplo de esta mediación entre los chicos
del Oratorio. En la casa el ejemplo más conocido de esto, pero no el único,
fue Domingo Savio y la Compañía de la Inmaculada.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Qué significa prevención para Don Bosco?
2. ¿Crees que el educador debe reflexionar constantemente y
anticiparse a los posibles problemas que el joven pueda realizar?
3. ¿Que actitudes, comportamientos y/o acciones realizas guiados
por el sistema preventivo?
4. ¿Que elementos o características del sistema Preventivo crees
que son los más importantes? ¿Por qué?
5. ¿Cuál fue la experiencia que permitió a Don Bosco vivenciar con
sus muchachos el sistema Preventivo?
6. ¿Cuál es tu sueño, tu ideal, tu objetivo como educador salesiano?

PARA PROFUNDIZAR SOBRE EL TEMA

• BRAIDO P., Prevenir no reprimir. El Sistema Educativo de Don


Bosco, Ed. Salesiana, Lima, 2003.
• BRAIDO P., El sistema educativo de Don Bosco, Instituto
Teológico Salesiano de Guatemala, Editorial CCS, Madrid, 1984.
• VECCHI J. y PRELLEZO J. M., Proyecto educativo pastoral.
Conceptos fundamentales, Editorial CCS, Madrid, 1986. Sobre
todo los artículos «Sistema preventivo», p. 75-91; «Promoción
integral», p. 113-131; «La asistencia como presencia activa del
educador», p. 206-218; «EI ambiente como factor educativo», p.
375-381.
• CENTRO INTERNACIONAL SALESIANO DE PASTORAL JUVENIL,
Comunidad educativa en formación/3: Nuestra propuesta
educativa, Editorial CCS, Madrid, 1986, p. 10-111.
• Comunidad Educativa en Formación/3: Nuestra propuesta
educativa. Editorial CCS, Madrid, 1986, p. 57.

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