La Comunidad Acadeì Mica Salesiana

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La comunidad académica

salesiana: una retrospectiva


histórica

Descripción breve
La obra salesiana se configura en su origen como “oratorio”. Este es su origen, su
naturaleza y esencia. A lo largo de su desarrollo el oratorio se va transformando en
diversas realidades pastorales, todas ellas adornadas por algunos rasgos que
caracterizan este ambiente salesiano. Las Instituciones Universitarias Salesianas deben
participar de estas raíces comunes oratorianas, así como profundizar en la pedagogía
del encuentro que se desprende del sueño de los 9 años de Don Bosco y de toda su
producción y praxis pedagógicas.

P. José Luis Guzón


joseluis.guzon@salesianos.es
Curso: La identidad salesiana en la universidad

P. José Luis Guzón

La comunidad académica salesiana: una retrospectiva histórica


The Salesian academic community: a historical retrospective
José Luis Guzón Nestar,
CES Don Bosco (UCM)
La Salle-San Pío X (UAM)

Resumen
La obra salesiana se configura en su origen como “oratorio”. Este es su origen, su
naturaleza y esencia. A lo largo de su desarrollo el oratorio se va transformando en
diversas realidades pastorales, todas ellas adornadas por algunos rasgos que
caracterizan este ambiente salesiano. Las Instituciones Universitarias Salesianas deben
participar de estas raíces comunes oratorianas, así como profundizar en la pedagogía
del encuentro que se desprende del sueño de los 9 años de Don Bosco y de toda su
producción y praxis pedagógicas.

Abstract
The Salesian work is configured in its origin as "oratory". This is its origin, its nature and
essence. Throughout its development the oratory is transformed into various pastoral
realities, all of them adorned by some features that characterize this Salesian
environment. Salesian University Institutions must participate in these common
oratorian roots, as well as deepen the pedagogy of the encounter that emerges from
Don Bosco's 9-year dream and all its pedagogical production and praxis.

Palabras clave: universidad salesiana, oratorio, Don Bosco, jóvenes pobres, sueños de
Don Bosco.
Keywords: Salesian university, oratory, Don Bosco, poor youth, dreams of Don Bosco

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

P. José Luis Guzón

Introducción

Quisiera comenzar mi intervención con un cordial saludo. Saludo que se produce a los
diez años de mi primera visita “a la mitad del mundo”, y en concreto a esta querida
inspectoría salesiana del Ecuador, de la quedé gratamente sorprendido e impresionado.
Sois una Universidad Salesiana: Universidad Politécnica Salesiana (UPS). Yo provengo
también de este medio, de un Centro Universitario Salesiano (CES Don Bosco-Madrid) y
mi vida académica ha transcurrido en los últimos treinta años siempre en este medio.
Digo esto porque es importante saber de dónde provenimos, cuál es el origen de todo
esto. Estamos en una Universidad y esa Universidad es Salesiana. Es un binomio (del
trinomio -UPS-)) muy significativo. Estas páginas van dedicadas a esta finalidad, a
esclarecer este binomio, con particular detenimiento en el calificativo de “salesiana”.
La obra salesiana se configura en su origen como “oratorio”. Este es su origen, su
naturaleza y esencia. A lo largo de su desarrollo el oratorio se va transformando en
diversas realidades pastorales, todas ellas adornadas por algunos rasgos que
caracterizan este ambiente salesiano. Umberto Eco (1932-2016), un famoso semiólogo,
buen conocedor del Oratorio salesiano, ha escrito sobre ello y nos ofrece algunas pistas:
«El Oratorio salesiano: una máquina perfecta en la cual todo canal de comunicación, del
juego a la música, del teatro a la prensa, es administrado en forma independiente sobre
bases mínimas y vuelto a utilizar y discutido cuando la comunicación llega de fuera. La
genialidad del Oratorio es que impone a sus frecuentadores un código moral y religioso,
pero luego acoge también a quien no lo sigue. En este sentido el proyecto de Don Bosco
embiste toda la sociedad de la era industrial»1.

El contexto: la revolución industrial y la situación italiana


A Don Bosco le tocó vivir una época caracterizada por la revolución industrial y las
revoluciones políticas (1815-1848). Voy a comenzar a reflexionar desde algunas
consecuencias que se desprenden de dicha revolución y que están en la base de la
lectura que Don Bosco hace de la sociedad y de la Iglesia de su tiempo: reemplazo de la
mano de obra por la máquina, aumento de la producción y abaratamiento de los
productos, paro, los artesanos y manufactureros pasan a ser proletarios, pauperismo e
indigencia generalizada. Finalmente, el trabajo de los niños.

1
Cf. R. GIANATELLI, Bosco (san) Giovanni, en F. LEVER-P.-C. RIVOLTELLA-A. ZANACHI, La
Comunicazione; il dizionario di scienze e tecniche, LAS, Roma 2002.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

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A este propósito, para comenzar, nos sirve este comentario de Bertrand Russell, en boca
de un niño: «Yo debo estar en ese agujero sin luz y tengo miedo. Entro a las cuatro o,
algunas veces, a las tres y media de la madrugada, y salgo por la tarde, a las cinco y
media. Nunca voy a dormir. Alguna vez canto, cuando hay luz, pero cuando está oscuro
tengo miedo de cantar»2.
Si esto ocurría en la locomotora industrial de Europa, nos podemos imaginar la situación
de los vagones de cola, el sur de Europa. En Italia se vivía un retraso proverbial: no hay
carbón ni hierro, 2/3 de la población analfabeta, predominio de la producción
manufacturera y artesana; 2000 km de ferrocarril frente a los 17.000 de Inglaterra o
9000 de Francia, preeminencia de una economía agrícola.
Después de la Unificación (1870) no cambian mucho las cosas: desocupación,
emigración del campo a las ciudades, escasos salarios… En este contexto, la respuesta
social es la beneficencia, tanto de carácter eclesiástico como privado.
En Turín la población experimenta un incremento sin precedentes. La población
aumenta de 117.000 a 180.000 habitantes entre 1838 y 1858. En 1862 cuenta con
204.000 habitantes. Las zonas de trabajo artesano e industrial son: Borgo Dora (textiles
y confección de ropa), Vanchiglia (mecánica, siderurgia…), Valdocco (industria militar) y
Porta Nuova (ferrocarriles).
Las condiciones personales y laborales de los jóvenes trabajadores son precarias:
analfabetismo (40% en ciudad, 65% en el campo), provienen de diversas zonas (en los
primeros 22 años del Oratorio los muchachos son originarios de 885 municipios), su
tipología (albañiles, limpiabotas, tejedores, limpiachimeneas, cargadores…etc.),
trabajan hasta 16 horas (desde 1886 se limita la jornada a 14 horas), escaso alimento,
salarios de hambre, alojamiento insalubre, no poseen leyes de protección, ni contratos…
Finalmente, un dato histórico nos ayuda a enfocar mejor la problemática que se vivía.
En los años que comienza Don Bosco en Turín hay en la ciudad al menos 1200
muchachos desocupados que acuden diariamente al “mercado de mano de obra
infantil” de Porta Palazzo.
La Iglesia, en general, no estaba preparada para discernir las causas de la pobreza, de
las necesidades materiales y de los procesos revolucionarios en curso. La situación le
pilla con el paso cambiado. Está más preocupada por el fenómeno de la Restauración y
moralmente debilitado, pues, además, con frecuencia había justificado las
desigualdades.
Por otro lado, estaba la cuestión de los Estados Pontificios. Como consecuencia de los
avatares de la Unificación italiana se pierden los Estados Pontificios (1870), territorios
que habían pertenecido a la Sede Apostólica desde el 751. En el Pontificado de Pío IX
(1846-1878) toda esta cuestión estuvo en su punto álgido y preocupó mucho no solo al
pontífice sino a todo el pueblo cristiano.

2
B. RUSSELL, Historia de las ideas del siglo XIX, Mondadori, Milano 1961, 109.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

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En medio de todo este ambiente, algún obispo en Francia, a partir de 1840, comienza a
hacer sentir su voz: hay que mitigar el trabajo de los niños y hay que legislar leyes para
su protección.
Por otra parte, en Italia, en 1844, cuando Don Bosco deja la Residencia eclesiástica, hay
en Turín 14 parroquias urbanas y 2 de suburbio, que no estaban preparadas para
afrontar este fenómeno migratorio de jóvenes. No obstante, algunas respuestas aisladas
ya estaban en curso: Juan Cocchi (Oratorio en Vanchiglia, 1840), la obra de los
“Artigianelli”, colonias agrícolas, etc. O la obra de la “Mendicidad instruida”, fundada
por la Iglesia y con apoyo social.
Hubo que abandonar esquemas de caridad legal y movilizar a toda la sociedad. En este
sentido jugó un papel muy importante la Residencia eclesiástica, porque preparó a
pastores sensibles con las necesidades populares.
La cuestión social, creada entre otros factores por la industria, no se presenta como
asunto pastoral hasta más tarde. El primer pronunciamiento será la encíclica Rerum
Novarum (15 de mayo de 1891) de León XIII.

La respuesta de los gobiernos


En Inglaterra, Francia, Bélgica, y algunas regiones de Alemania, ya en los primeros
decenios del siglo XIX, empiezan a darse leyes protección: reducción de horas, leyes de
asociación.
Nacen diversos tipos de socialismos desde 1817 en Inglaterra (Robert Owen, 1771-1858
y otros) y Francia (Henri de Saint Simon, 1760-1825, entre otros). Y el socialismo católico
en Francia (René La Tour du Pin -1834-1942), Bélgica (Godefroid Kurth, 1847-1916),
Michel Levie, 1851-1939- y Antoine Pottier, 1849-1923-) y Alemania desde 1830, Adolf
Kolping (1813-1865), W.E. von Ketteler (1811-1877), Franz Hitze (1851-1921), Franz
Brandts (1834-1914), etc.3
Desde el Manifiesto Comunista de Karl Marx (1848) se multiplican las reivindicaciones
del proletariado, con «brotes revolucionarios» que llevarán a profundos cambios en las
estructuras del capitalismo industrial.
Aunque un poco más decididamente que en la Iglesia, la respuesta de los estados
europeos tampoco logró resolver los múltiples problemas que aquejaban la estructura
del Estado. Los estados europeos, es evidente, no tenían en aquel momento una
organización con suficiente fuerza para resolver aquella complicada situación.

3
Cf. E. CORETH-W.M. NEIDL-G. PFLIGERSDORFFER (eds.), Filosofía cristiana en el pensamiento
católico de los siglos XIX y XX, Encuentro, Madrid 1997, tomo 3, 782.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

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La opción de Don Bosco


Ya conocemos, con breves y rápidos trazos, cómo era la situación del norte de Italia,
cuna de Don Bosco.
Tras su ordenación sacerdotal (1841), Don Bosco, joven sacerdote de la Residencia
(Convitto), en el periodo de 1841 a 1844, ve, juzga y actúa.
Se convence de que está llamado a dedicarse a ese tipo de muchachos desheredados, a
los que consideraba “más pobres y abandonados”, a esos muchachos que no gozaban
de ningún derecho en la sociedad liberal y que corren graves peligros intentará
rehabilitarlos de sus experiencias negativas y les propondrá ser «honestos ciudadanos y
buenos cristianos».
Don José Cafasso, con su gran experiencia de acompañar para discernir le dirige una
pregunta fundamental: «¿Qué es lo que llena en este momento tu corazón?». Y Don
Bosco responde: «Me parece encontrarme en medio de una multitud de muchachos que
piden ayuda»4.
Don Bosco empieza a vislumbrar un horizonte de destinatarios (los jóvenes pobres y
abandonados) y un método de trabajo (el oratorio).

El Oratorio

El Oratorio: su origen y naturaleza


Después de un periodo ambulante (1941-1846), el Oratorio de Don Bosco llega a su
tierra de promisión, Valdocco, aquel suburbio del que hablábamos, un suburbio
industrial dedicado en su mayor parte a la industria militar. Una vez asentados en
Valdocco, la obra de Don Bosco va experimentando cambios paulatinos, porque el
oratorio de Don Bosco, el oratorio en su versión, es una obra flexible, creativa,
cambiante, proteica…5
En primer lugar, se trata de un movimiento pastoral y educativo, preventivo y
promocional.
En segundo lugar, un ámbito educativo, accesible a los muchachos caracterizado por: la
acentuación de la pastoral festiva, recreativa y de tiempo libre; la relación espontánea
e informal entre educadores y educandos (amabilidad y espíritu de familia); una especie
de síntesis equilibrada en lo educativo y evangelizador. Y en la base, la calle y el patio,

4
MO 419.
5
J.M. PRELLEZO, La tarea de educar en la experiencia “oratoriana” de Don Bosco, CCS, Madrid 2015,

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

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lugares de encuentro por excelencia; junto a ellos, la iglesia, la casa anexa (recurso
residencial…), las escuelas, los talleres, las actividades.
El Oratorio de Don Bosco, en su tiempo, era uno de los pocos proyectos que presentaba
una propuesta de educación integral accesible a grandes masas de jóvenes necesitados,
donde se incluía el recurso residencial y un gran espíritu realista. Don Bosco, sintió su
vida “fundamentalmente comprometida –casi exclusivamente– con el problema
educativo, considerado como el que había de dar la solución global al problema
religioso y social”6.
Como recurso residencial, donde se intentaba poner remedio a muchos problemas de
aquellos jóvenes moradores, se hacía frente a las necesidades básicas. Lo podemos ver
en este texto:
«Mientras se organizaban los medios para facilitar la instrucción religiosa y cultural en
general, surgió otra grandísima necesidad que urgía atender. Muchos chicos turineses y
forasteros, llenos de buena voluntad, deseaban entregarse a una vida honesta y
laboriosa; pero – invitados a que la emprendieran- solían responder que no tenían pan,
ni vestido, ni casa donde residir, al menos por algún tiempo. Para alojar siquiera unos
cuantos que ya no sabían a dónde dirigirse para dormir, se había preparado un pajar en
el que podían pasar la noche sobre un poco de paja. Repetidas veces, sin embargo, unos
se llevaron las sábanas; otros, las mantas; al fin, hasta la misma paja desapareció y fue
vendida»7.
Del realismo imperante en Valdocco da cumplida cuenta este texto:
«Si quieres, intervino mi madre, le prepararé para que pase la noche; mañana, Dios
proveerá.
¿Dónde?
Aquí en la cocina.
Le robará hasta las cazuelas.
Yo me las arreglaré para que no ocurra.
Haga como quiera.

La buena mujer, ayudada por el huerfanito, salió fuera, recogió algunos trozos de
ladrillos e hizo con ellos en la cocina cuatro pequeñas pilastras, sobre las que colocó
algunos tableros y encima un jergón; de este modo preparó la primera cama del
Oratorio»8.

6
P. STELLA, Don Bosco nella storia della religiosità…, 254.
7
MO 144-145.
8
MO 146

7
Curso: La identidad salesiana en la universidad

P. José Luis Guzón

Desarrollo histórico
Después de un «oratorio ambulante», como señalábamos (San Francisco de Asís, San
Pedro in Vinculis, Molinos Dora, Casa Moretta, Prados Filippi… se llega a Valdocco (abril
de 1846).
En primer lugar, Valdocco es la iglesia, o si queremos, la parroquia de los jóvenes que
no tienen parroquia. Desde este lugar de encuentro, Don Bosco acoge y acompaña a los
jóvenes allá donde se hallen (en sus lugares de trabajo, en las cárceles…).
Es la primera transformación/mutación del Oratorio. Podemos decir que el Oratorio se
transforma en Iglesia, y Don Bosco es ese sacerdote (ese hombre de Iglesia) que acoge
como buen pastor a los jóvenes más necesitados.
En un segundo momento, Don Bosco atisba la necesidad de la educación:
“Ya cuando me encontraba en la iglesia de San Francisco de Asís, advertí la necesidad
de una escuela. Hay muchachos, bastante avanzados en edad, que ignoran todavía las
verdades de la fe. Para estos, la pura enseñanza verbal resulta larga y, casi siempre,
pesada, por lo que fácilmente terminan por abandonarla. Se intentó darles algo de clase,
pero no se pudo por falta de locales y maestros aptos que nos quisiesen ayudar. En el
Refugio y, más tarde, en la casa Moretta, iniciamos una escuela dominical estable e,
incluso, una escuela nocturna regular al trasladarnos a Valdocco” 9.
Por consiguiente, el Oratorio se transforma en escuela. Primero surge la escuela
dominical y nocturna, las clases de canto, la banda…Don Bosco se convierte en maestro
para sus jóvenes.
En 1847 se construye la casa anexa. Su razón de ser es salir al encuentro de otra
necesidad comprobada: los jóvenes vagan por la ciudad sin tener un lugar de residencia:
“Mientras se organizaban los medios para facilitar la instrucción religiosa y cultural en
general, surgió otra grandísima necesidad que urgía atender. Muchos chicos turineses y
forasteros, llenos de buena voluntad, deseaban entregarse a una vida honesta y
laboriosa; pero –invitados a que la emprendieran– solían responder que no tenían pan,
ni vestido, ni casa donde residir, al menos por algún tiempo. Para alojar siquiera a unos
cuantos que ya no sabían a dónde dirigirse para dormir, se había preparado un pajar en
el que podían pasar la noche sobre un poco de paja. Repetidas veces, sin embargo, unos
se llevaron las sábanas; otros, las mantas; al fin, hasta la misma paja desapareció y fue
vendida”10.
El Oratorio se transforma en casa/residencia. Don Bosco es el padre que acoge, mamá
Margarita la madre que vela los sueños de los chicos que son acogidos por su hijo.

9
MO 132.
10
MO 144.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

P. José Luis Guzón

Aquellos chicos demandaban también aprender algún oficio. No todos estudiarían


humanidades ni todos estaban llamados al sacerdocio. Por consiguiente, había que
proveer de talleres al Oratorio:
“Existía, sin embargo, una seria dificultad. Como no contábamos todavía con talleres en
el instituto, nuestros alumnos iban al trabajo y a clase a la ciudad de Turín, con grave
peligro para la moralidad; porque los compañeros con que se encontraban, las
conversaciones que oían y cuanto veían frustraban lo que se hacía y se decía en el
Oratorio. Por aquel entonces, comencé a hacer una brevísima plática, por la tarde,
después de las oraciones, con el fin de exponer o confirmar alguna verdad que,
casualmente, se hubiese impugnado en el transcurso del día”11.
Poco a poco esta rama de Oratorio fue transformándose: talleres de capacitación
profesional como zapatería y sastrería (1853), encuadernación (1854), carpintería
(1856), tipografía (1861), mecánica (1862); las escuelas profesionales a partir de 1886;
los contratos de trabajo (1847-1852).
El oratorio se transforma en taller y Don Bosco en artesano, el hombre de Dios que con
destreza y habilidad convierte aquellos jóvenes, algo toscos muchos de ellos, en obras
maestras de artesanía.
En el siglo del pensamiento social, en un momento donde estaba despertando la
conciencia social de defensa de los derechos de los trabajadores, especialmente de los
jóvenes, Don Bosco impulsa la creación de una especie de sindicatos católicos, la
Sociedad de Socorros Mutuos (1849):
“El primero de junio del mismo año se organizó la Sociedad de Socorros Mutuos, con el
objeto de impedir que nuestros jóvenes se inscribieran en la llamada Sociedad de
Obreros, la cual, desde sus orígenes, manifestó principios antirreligiosos. Vino de perillas
a nuestros objetivos. Más tarde, esta misma Sociedad nuestra se transformó en la
Conferencia aneja de San Vicente de Paúl, que todavía existe”12.
El oratorio se hace sindicato, Don Bosco un sindicalista. Es bueno observar cómo
Don Bosco firmó algunos contratos de trabajo con empresarios mediante los cuales
velaba por el respeto de los derechos de los jóvenes trabajadores.
Don Bosco abre el horizonte de las vocaciones y los estudios seminarísticos. Las primeras
clases eran en casa de particulares, como el profesor José Bonzanino o Mateo Pico. A
partir de 1855 abre su propia escuela secundaria, que va adquiriendo tintes
especialmente pastorales. Forma a sus salesianos y colaboradores.
A raíz de los sucesos de 1848, se cierran los seminarios. Durante 20 años Valdocco en la
práctica será el Seminario de Turín. La experiencia de las compañías completa el tinte
vocacional que va cogiendo la obra.
El Oratorio se hace Seminario, Don Bosco se convierte en formador de Seminario.

11
MO 150
12
MO 171.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

P. José Luis Guzón

"Fieles a los compromisos heredados por Don Bosco, somos evangelizadores de los
jóvenes, especialmente de los más pobres; tenemos especial cuidado de las vocaciones
apostólicas; somos educadores de la fe en los ambientes populares, sobre todo con la
comunicación social y anunciamos el Evangelio a los pueblos que no lo conocen“ 13.
Comprometido con los múltiples problemas de los jóvenes y de los sectores populares,
Don Bosco encuentra en la difusión de sus escritos un medio eficaz para llegar
educativamente a ellos, sensibilizar la conciencia social ante las situaciones de injusticia
y de pobreza y suscitar la colaboración ciudadana.
“La carencia de libros suponía una gran dificultad, pues, terminado el catecismo
elemental, no disponía de ningún otro libro de texto. Examiné todos los manuales breves
de Historia sagrada que solían usarse en nuestras escuelas, pero no hallé ninguno que
respondiera satisfactoriamente a la necesidad que sentía. […]
Con el objeto de proveer a este aspecto de la educación que los tiempos demandaban
sin restricciones, me dediqué con todas mis fuerzas a la compilación de una Historia
sagrada que, además del lenguaje fácil y un estilo popular, no contuviera los
mencionados defectos. He ahí la razón que me impulsó a escribir e imprimir la Historia
sagrada para uso de las escuelas. No podía garantizar una obra elegante, pero trabajé
con toda la buena voluntad de servir a la juventud”14.
Pietro Stella publicó un catálogo de lo enviado a la imprenta por Don Bosco: 1174
publicaciones: 403 son libros y opúsculos, 566 son proyectos, cartas circulares… etc.; el
resto son colaboraciones en los boletines salesianos. De 1848 al 1849 L’amico della
gioventù, en 1853 las Lecturas católicas (de las cuales se hacían 12000 copias
mensuales).
Esto lo acredita como un gran comunicador. En este sentido, de nuevo echamos
mano de Umberto Eco, para quien Don Bosco fue un revolucionario de la comunicación,
en la medida que organizó una gran red de comunicación con diversas ramas que están
profundamente interpenetradas: personal (diálogos directos y con propuestas, palabras
‘al oído’, notas..., miles de cartas personales…), grupal (valores: anécdotas, historias,
narraciones, comunicación de alegría y espontaneidad), familiar (maestro de las ‘buenas
noches’, creador de cientos de ‘sueños’ y anécdotas, importancia de Mamá Margarita),
religiosa (sermones originales y comprensibles, narraciones, parábolas, diálogos
vivos…), creativa (teatro, música, escenificaciones didácticas y editorial…) y editorial
(libros juveniles de vida cristiana, periódicos para los jóvenes, Lecturas Católicas -
juveniles y populares-…)15.
El Oratorio se hace editorial e imprenta, centro de comunicación. Don Bosco se
convierte en comunicador.

13
Constituciones SDB 6.
14
MO 134.
15 Cf. R. GIANATELLI, Bosco (san) Giovanni, en F. LEVER-P.-C. RIVOLTELLA-A. ZANACHI, La

Comunicazione; il dizionario di scienze e tecniche, LAS, Roma 2002.

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Con el movimiento liberal (1848) Don Bosco reacciona para dar respuesta a las
necesidades educativas desde una perspectiva cristiana y se lanza a la obra de los
colegios-internado de clase media y popular.
Los salesianos entran en el nivel de especialistas de la educación. El colegio internado
según la tradición salesiana tiene las siguientes características: propicia una relación
múltiple, se convierte en una familia y presencia educativa, posee orientación
confesional, tiene autonomía interna en lo organizativo y pedagógico, con miras
vocacionales en muchos casos y carácter popular.
Entre las primeras fundaciones: Mirabello (1863), Lanzo (1864), Cherasco (1869), Borgo
San Martino (1869), Alasio (1870) y Varazze (1871).
El Oratorio se transforma en colegio-internado; aparece otro rasgo de la poliédrica figura
de Don Bosco, el educador.
La parroquia nace de una necesidad de la pastoral misionera. Los salesianos llegan a
Buenos Aires el 14 de diciembre de 1875 y se responsabilizan de la parroquia San Juan
Evangelista (1877). De ahí en adelante, Don Bosco y más tarde la Congregación Salesiana
en su nombre, aceptará parroquias de frontera: Parma (1879), Vallecrosia, La Spezia
(1876-1877), Battersea-Londres (1887). En algunos casos el Oratorio genera la
parroquia, pero siempre el Oratorio es una dimensión constitutiva.
Nuevamente el mismo esquema. Don Bosco y sus seguidores detectan las necesidades
de la gente y Don Bosco da el salto (se hace párroco).
Con el paso del tiempo la Congregación Salesiana, heredera del Espíritu de Don
Bosco, ha abierto otros frentes de trabajo pastoral, entre los que voy a destacar
finalmente el mundo universitario.
Efectivamente, los salesianos, en la India, en los años 30 del siglo pasado, detectaron la
necesidad de los jóvenes de una formación superior. Así surgió St. Anthony’s College
(Shillong, Assam, India 1934 (1838), primera institución universitaria. La presencia
salesiana en la India solo contaba con 12 años. Se trataba de un escenario de frontera
misionero. Poco a poco este tipo de presencias se han ido multiplicando y se han
intentado regular y estructurar desde el Consejo General de la Congregación Salesiana
y un organismo creado al efecto, la IUS (Instituciones Universitarias Salesianas). Una de
las últimas instituciones que se han sumado a este sector de actividad es Don Bosco
College de Jhansi, Prem Nagar (India), 1994. Hoy son aproximadamente 85 y tienen unas
características comunes, en cuanto a su origen:
Preocupación por la formación de los religiosos salesianos.
Fruto de la evolución de los centros.
Acompañamiento de jóvenes en etapas de decisiones importantes.
Ofrecer la Universidad a jóvenes con pocos recursos.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

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Siguiendo nuestro aforismo, podríamos afirmar -creo yo- que el Oratorio se hace
Universidad, Don Bosco se convierte en profesor de Universidad.

La correlación entre la realidad y los sueños 16

La visita a las cárceles


Luego de la visita al Centro de Rehabilitación Social (cárcel) de Turi - Cuenca. Como Don
Bosco, hemos querido hacer esta in/excursión en el mundo de los jóvenes privados de
libertad. Recordemos nuestra historia.
En 1845 se abre una nueva cárcel en las afueras de Turín, un correccional destinado a
los menores “díscolos”, el Centro Penitenciario Industrial-agrícola “La Generala”. La idea
era tenerlos separados de los adultos, para que no se terminaran de malear. Los jóvenes
prisioneros eran sometidos a una rígida disciplina de silencio, escuela y trabajo artesanal
y agrícola.

Es una de las cárceles que Don Bosco visita con frecuencia. Sus ocupantes no son (aún)
criminales depravados, sino jovenzuelos mal encarrilados, y ahí su “sistema preventivo”
tiene mucho que aportar.

En la cuaresma de 1855, Don Bosco les predica unos cursillos, del que los muchachos
salen con tan buenos propósitos, que decide conseguirles un premio.

Habla con el director del centro, pidiéndole permiso para llevarse a todos los presos
cursillistas a una excursión de un día completo. El director piensa que está loco, pero
por no discutir, lo envía a hablar con el ministro Rattazzi, a quien ya conocemos:
enemigo de la Iglesia, amigo de Don Bosco.

Este le plantea la iniciativa, y el ministro la acoge positivamente, pero con la condición


de que queden vigilados por policías de paisano. Don Bosco le dice que no hace falta,
que no ponga guardias, que si algún muchacho se escapa, él ocuparía luego su lugar en
la celda. El ministro ríe, cede y da su permiso.

16
La ponencia estuvo dividida en dos partes. Por la tarde, se visitó Turi, una cárcel juvenil cercana a la
ciudad de Cuenca. Tras la experiencia de la cárcel, se hace esta reflexión.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

P. José Luis Guzón

Don Bosco se lo plantea a los muchachos y estos le dan su palabra de honor de que
ninguno se escaparía. Y en un día brillante de libertad y diversión, visitan el pueblo de
Stupinigi y al caer la tarde regresan al reformatorio. Todos.

Rattazzi, feliz, le pregunta a Don Bosco: “¿cómo es posible que usted obtenga estos
triunfos y nosotros no?” Y le responde: “Porque el Estado manda y castiga, y no puede
hacer más. Pero yo, en cambio, los quiero.”

Don Bosco aprende a ser sacerdote en el Convitto Eclesiástico. La convivencia con


sacerdotes, experimentados, los nuevos aires, la nueva moral alfonsiana que corre por
allí compensan la formación neo-con que había recibido en Chieri.

En sus actividades pastorales, en el contacto con estos chicos con problemas serios, en
muchos casos marginados descubre que va a ser su mundo, que Dios le llama a hacer
realidad el sueño de Dios. La cosa va de sueños.

En el encuentro con aquellos jóvenes descubre el arte del encuentro. En su modo de


hacer descubrimos la pedagogía del encuentro.

El sueño de los nueve años y la pedagogía del encuentro

La pedagogía del encuentro la hallamos también pre-figurada en el sueño de los nueve


años. Allí se encuentran los elementos más significativos. Vamos a desarrollar un poco
más la idea.

Don Bosco tuvo muchos sueños (136 han quedado reflejados en el libro de Fausto
Jiménez) y la explicación de estos ha variado mucho en la historiografía salesiana
(sobrenatural, barroca, pragmática...). De una lectura más sobrenatural en las primeras
décadas y hasta el CVII a una lectura más funcional y pragmática17.

Hoy la lectura más extendida es la que hizo Pietro Braido, que se fija en tres
características: 1) El sueño es una forma narrativa que tiene gran eficacia en el contexto

M.VOJTAS, L’uso educativo dei sogni da parte di don Bosco, en A. BOZZOLO (a cura di) I sogni di
17

Don Bosco. Esperienza spirituale e sapienza educativa, LAS, Roma 2018, 471-496.

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Curso: La identidad salesiana en la universidad

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de una religiosidad popular. 2) Don Braido se fija más en el contenido que en las
metodologías: Don Bosco quería hacer llegar enseñanzas morales. 3) Braido hace una
síntesis entre los elementos más fantásticos y la realidad.

Por su parte, Pietro Stella también ofreció su interpretación, en este caso comunicativo-
transformativa: al hablar de la fealdad del pecado y de la belleza de la virtud bajo esta
visión sobrenatural conseguía de algún modo que los oyentes se implicaran más y se
metieran en el relato.

Hoy ya ha pasado el momento psicoanalítico fuerte de la interpretación de los sueños


(la Traumdeutung freudiana). Las cosas caminan en otra dirección.
Reconociendo los acercamientos de Ceria, Braido, Stella, Dacquino, Peraza, Jiménez,
Giraudo, Vojtàs, etc., hoy con una visión más pragmática, nos interesa el mensaje y su
interconexión con todos los resortes comunicativos del Oratorio.

Acudo al análisis que realiza Michal Vojtás.

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En este sueño aparecen la inmensa mayoría, por no decir todos, los elementos
de su sistema educativo: elección privilegiada de los jóvenes, educación preventiva,
buenos cristianos y honrados ciudadanos, no con golpes, asistencia, educador como
padre, hermano y amigo, ambiente de alegría.

Creo sinceramente que merece la pena acercarnos de nuevo a este sueño y


estudiarlo y profundizarlo desde esta perspectiva.

M. VOJTÀS, L’uso educativo dei sogni da parte di don Bosco, en A. BOZZOLO (a cura di) I sogni di
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Don Bosco. Esperienza spirituale e sapienza educativa, LAS, Roma 2018, 471-496.

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Conclusión

El sentido de Dios y su abandono total en manos de la Providencia se traducen, ante


todo, en atención y empeño activo por responder a las necesidades y urgencias de su
tiempo y, de manera especial, a las del mundo de los jóvenes. Don Bosco alude unas
treinta y cinco veces, en las Memorias del Oratorio, a las “necesidades” de los tiempos
o a las “circunstancias” que le han movido a dar una respuesta o tomar una determinada
decisión, para llevar adelante su “proyecto a favor de los jóvenes”.

Dos citas que marcan una trayectoria: “He ido adelante como Dios me inspiraba y las
circunstancias exigían”. Y también: “Por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por
vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto a dar la vida”.

La densidad de la historia, el cómo los hechos fueron corroborando la vocación y la


fuerza profética y carismática de Don Bosco, es algo que se puede comprobar también
en el sentido profético de sus sueños en los que se refleja la motivación y los grandes
rasgos de su mensaje pedagógico.

Las Instituciones Universitarias Salesianas, en concreto, nuestra Universidad, la


Politécnica Salesiana del Ecuador, debe participar de este carácter oratoriano de toda
obra salesiana y debe profundizar en las intuiciones pedagógicas y organizativas que
están a la base de la obra salesiana, de toda obra salesiana. Profundizar en estas raíces
es garantía de futuro.

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