Tanv Jarque Libro
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TRASTORNO
DE APRENDIZAJE
NO VERBAL
cuía básica para familias y educadores
EDITORIAL CCS
MATERIALES PARA EDUCADORES
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TRASTORNO
DE APRENDIZAJE
NO VERBAL
Cuía básica para familias y educadores
EDITORIAL CCS
Página web de EDITORIAL CCS: www.editorialccs.com
El caso de Daniel .. 00 00 • • • 0 0 . 0 0 • • • • • • • • • • • • • • • • • • 00 00 00 00 . . . . . . . . . . 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 . . . . 00 00 00 9
El caso de Silvia 00 00 00 00 00 . . 00 00 00 00 00 00 . . . . 00 00 00 . . . . 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 00 . . . . . . 00 . . . . . . . . .... 00 1O
Presentación .. 00 • • 00 . . . . . . . . . . 0 0 . 00 00 00 • • • 00 • • • 00 • • • • • 00 . . 00 00 00 00 • • ••• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 00 00 00 00 . . 0 0 . . . . . .. .. 11
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3. MEDIDAS DE INTERVENCIÓN EN EL COLEGIO ............... .... .......... 47
a. Medidas generales de intervención ........................................ .. .......... 47
b. Medidas para adaptarse a su ritmo de trabajo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 54
c. Organización en el papel y caligrafía deficiente .. .. .. .. ....... .. .... .. .. .... .. .. 56
d. Realización de exámenes .... ............ .... ...... ......... ............. .. ..... ..... ....... 60
e. Medidas para mejorar la interacción social .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 63
f. Algunas orientaciones por asignaturas .. .... .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .... .. .. ... .. .. .. 65
Bibliografía .......... ...... ...... ................... ... ...... ........................... ............... ......... 98
Pruebas psicométricas citadas .. .. . ... ...... ... ....... .. ... .. .. .. .. .. .. ..... .... ... ....... .. .. . 98
Material del autor para estimulación .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 99
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El caso de Daniel
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El caso de Silvia
Silvia tiene 9 años. Sus padres han pasado varios años de tribulaciones hasta
que por fin han descubierto lo que le ocurre. Silvia es una niña inteligente, pero
presentaba muchas dificultades escolares.
Ya en Educación Infantil coloreaba muy mal y sus fichas eran de mala cali-
dad. Sin embargo, a sus profesoras les llamaba la atención el vocabulario tan
rico que tenía y la cantidad de conocimientos que había acumulado. Sus padres
y profesores sospechaban que algo no funcionaba bien.
Los problemas se hicieron más relevantes en Primaria. A la mala letra se le
unía la lentitud a la hora de trabajar y las tardes interminables de deberes en
casa: todo un sufrimiento. También empezaron las dificultades en la relación con
otros niños y niñas de su clase: poco a poco Silvia iba quedando más aislada.
En 3° de Primaria, con 8 años, los padres tenían claro que a Silvia le ocurría
algo y empezaron a buscar. Finalmente, fue evaluada por la orientadora de su
colegio y recibió un diagnóstico desconocido para sus padres: Silvia padecía
trastorno de aprendizaje no verbal. Ya tenían un nombre al problema de su hija,
pero la pregunta que ahora les surgía era: " ¿y ahora qué hacemos?" .
-10-
Presentación
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La guía la he elaborado a partir de dos fuentes de información principales.
Por un lado, la bibliografía especializada en el tema que se ha publicado hasta la
fecha, preferentemente en lengua española. Esta bibliografía se centra en des-
cribir el trastorno, exponer diferentes teorías sobre su origen y proponer algunos
procedimientos de evaluación. Sin embargo, las aportaciones que hacen sobre
los procesos de intervención, principalmente en el contexto escolar y familiar,
son muy escasas.
Por otro lado, la segunda fuente de información para elaborar la guía ha sido
la propia experiencia de contacto con alumnado con TANV. De aquí he podido
extraer las dificultades reales, sus efectos escolares y sociales, el impacto emo-
cional en la familia, la actitud y reacción del profesorado ante este alumnado y la
experiencia de diferentes estrateg ias de intervención.
El libro consta de cinco partes. La primera trata de definir qué es el TANV y
explicar los síntomas principales para identificarlo. La segunda parte está dedi-
cada al proceso de evaluación psicopedagógica y diagnóstico del trastorno. Se
proponen procedimientos y pruebas que pueden ayudar a este proceso. A partir
de la tercera parte, la guía se centra en la intervención educativa con los niños y
niñas que padecen TANV. En el tercer capítulo se explican las medidas de inter-
vención que se recomiendan en el colegio y en el aula. El cuarto capítulo está
ded icado a las medidas que se pueden llevar a cabo en el hogar. Por último, el
quinto capítulo se centra en las medidas de estimulación y rehabi litación siste-
mática de las dificultades centrales del trastorno de aprendizaje no verbal.
A lo largo de la guía nos van a acompañar Daniel y Silvia, que aunque se
trata de dos casos ficticios, se corresponden con la realidad de los niños y niñas
con TANV; ellos nos ilustrarán y nos ayudarán a explicar y comprender un poco
más los contenidos del libro.
Como otras publicaciones que ya he realizado, me gustaría que esta guía del
trastorno de aprendizaje no verbal sea un material práctico y concreto que ayu-
de a profesionales y familias a dar una respuesta educativa más ajustada a las
personas que padecen el TANV, para que puedan así mejorar su calidad de vida.
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1J o OUÉ ES EL TRASTORNO
DE APRENDIZAJE NO VERBAL
Hay una serie de niños y niñas que presentan un cuadro de dificultades similares
a las del caso de Daniel o de Silvia, con los que comienza el libro. Estas dificul-
tades se centran en los siguientes aspectos:
Dificultades en la coordinación psicomotriz, en tareas como escribir, ves-
tirse o la práctica de ciertos deportes.
Alteraciones en las habilidades perceptivas y espaciales, como dibujar,
resolver puzles u organizarse en el espacio.
Problemas en las relaciones sociales porque les cuesta interpretar algu-
nas de las claves no verbales que regulan la interacción social y la comu-
nicación, como los gestos, las miradas, el uso de ironías o los diferentes
tonos de voz.
Frente a esas dificultades presentan un desarrollo adecuado o incluso supe-
rior a sus iguales en vocabulario, razonamiento verbal o acopio de información.
A este perfil resumido de puntos fuertes y débiles, es a lo que se le llama
Trastorno de Aprendizaje No Verbal (TANV).
El trastorno ha recibido también otros nombres. Por ejemplo, en los países
nórdicos se habla de DAMP: déficit de atención, control motor y percepción.
También se le ha denominado síndrome del hemisferio derecho, ya que los sín-
tomas principales corresponden principalmente a funciones de este hemisferio
cerebral. Por último, la última línea de investigación sobre este t ipo de dificulta-
des prefiere hablar de Trastorno del Aprendizaje Procedimental (TAP), ya que
apuntan que una de las áreas más afectadas está relacionada con aprendizajes
automatizados, como por ejemplo ocurre con la escritura.
Actualmente no existen unos criterios comunes aceptados por la mayoría de
los especialistas para definir el TANV. De hecho, el TANV no está reconocido
entre las categorías de los principales catálogos de diagnóstico que se emplean
en el campo de la psicopedagogía: no está incluido ni en el DSM-IV TR ni el
CIE-1 O, vigentes en el momento de escribir esta guía.
-13-
A continuación, vamos a describir de manera más exhaustiva las caracterís-
ticas que definen el TANV.
-1 4 -
comer sin mancharse. Estas habilidades las adquieren más tarde que la
mayoría de los niños y niñas.
• Otras habilidades en el colegio. En el colegio tienen otros problemas a
este respecto, como sacar punta a los lapiceros, dominar los dedos para
tocar la flauta u otro tipo de instrumentos musicales que requieran una
habilidad digital.
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Cuando Silvia fue evaluada, sus padres y profesores decían que no sabía
sumar. restar. multiplicar o dividir. Durante las pruebas de evaluación se
descubrió que la niña conocía las tablas de multiplicar. era capaz de realizar
cálculos mentales de cierta complicación y cuando un problema matemáti-
co se le leía en voz alta, era capaz de seleccionar el procedimiento y las
operaciones adecuadas para resolverlo. Durante la evaluación se descubrió
que los errores en las operaciones los cometía porque los números no esta-
ban colocados correctamente: en las sumas y restas, las unidades no se
correspondían con las unidades, o en las multiplicaciones, los números no
se colocaban en las posiciones adecuadas. Más que un problema de cálculo,
era un problema en la distribución espacial de los números.
c. Dificultades de comunicación
e interacción social
Además de las alteraciones anteriores, los niños y las niñas diagnosticados con
TANV presentan problemas en la interacción social, especialmente con sus igua-
les, a pesar de tener intención de hacer amigos y establecer relaciones. Las di-
ficultades suelen estar relacionadas con alguna de las circunstancias que expo-
nemos a continuación:
• Aspectos no verbales. Les cuesta comprender aspectos no verbales de la
interacción, como interpretar gestos de la otra persona, tono de voz o
expresiones faciales.
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• Prosodia. Con frecuencia, los niños y niñas con TANV tienen un tono de
voz y entonación peculiar que parece un tanto artificial o en otros casos,
es un tono monótono o incluso pedante.
• Inferencias. Les cuesta mucho realizar inferencias en la comunicación, es
decir, deducir ideas de lo que ya se está hablando, así como sobreentender
o captar indirectas. En la lectura también se dejan notar estas dificultades.
Si bien son capaces de comprender y recordar datos concretos, tienen más
problemas para entender el sentido global de un texto, para deducir infor-
mación de lo que han leído o extraer conclusiones o moralejas.
• Sentido de la oportunidad. Les suele faltar el sentido de la oportunidad: no
saben cuándo deben callar o evitar ser inoportunos. Al no interpretar co-
rrectamente expresiones faciales, gestos o comentarios de su interlocutor,
pueden continuar molestando o incomodando al otro, a pesar de las seña-
les no verbales que les están enviando.
• Ingenuos. En general, son niños y niñas que pasan por ingenuos y fáciles
de engañar. Por este motivo suelen ser blanco de burlas, de bromas fáci-
les y, en casos más extremos, de acoso entre los iguales.
A Daniel parecía que le costaba recordar los rostros de sus primos, a los que
veía de año en año.
-1 7-
• Conceptos temporales. A menudo tienen carencias importantes en la con-
ciencia del tiempo, así como dificultades importantes para gestionarlo. Tam-
bién parece que el dominio de conceptos temporales básicos, como antes,
después, pasado, futuro , aparecen más tarde que en el resto de niños.
• Velocidad de procesamiento lenta. La velocidad de procesamiento es len-
ta, sobre todo cuando el formato de entrada (input) es visual y el de res-
puesta (output) es escrito o gestual. Esto ocurre a la hora de escribir co-
piando o al dictado, o cuando tiene que seguir una serie de gestos que
demanda un educador o evaluador.
e. Rendimiento atencional
Un aspecto a considerar de forma específica es el rendimiento atencional que
muestran los niños y niñas con trastorno de aprendizaje no verbal. Muchos de
ellos reciben incluso un primer diagnóstico de déficit de atención. Este es un
tema controvertido que todavía no tiene una respuesta definitiva. Algunos espe-
cialistas apuntan incluso a un subtipo del trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH) que compartiría características con el TANV.
En principio, el déficit de atención no constituye un síntoma específico de las
personas con TANV. En ocasiones , se les ha atribuido dicho déficit por el bajo
rendimiento obtenido en algunos tests que miden la atención o, al menos, son
sensibles a esta función cognitiva. Algunos de los empleados en los últimos
años han sido el " Test de Caras, de Percepción de Diferencias» de Thurstone y
Yela, el substest «Atención, del cuestionario de madurez neuropsicológica in-
fantil (CUMANIN) de J. A. Portellano , el" Test de Atención d2" o <<Claves» y <<Bús-
queda de símbolos» del WIPPSI-111 o del WISC-IV, de Wechsler.
Hemos constatado en diferentes ocasiones que el bajo rendimiento en esas
pruebas, en los niños con TANV, no era debido a problemas de atención, sino
más bien a la interferencia de las propias características del TANV. Por ejemplo,
en el ''Test de Caras de Percepción de Diferencias" o en el <<test de Atención d 2"
está muy implicada la percepción y orientación espacial, precisamente puntos
débiles de los niños y niñas con TANV. Es muy probable que los bajos resultados
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en esas pruebas sean manifestación de déficit de percepción y orientación es-
pacial, más que de problemas atencionales.
Algo similar ocurre con «Atención» del CUMANIN, «Claves» o <<Búsqueda de
símbolos, del WIPPSI-111 y WISC-IV. Son pruebas sensibles a la percepción vi-
sual y, sobre todo, a la velocidad de procesamiento con output escrito, otro de
los puntos débiles de estas personas. Cuando se observa la resolución de estas
pruebas, se constatan que los niños o niñas son lentos para tachar los estímu-
los, pero no comenten los errores propios de atención , como son las omisiones
y comisiones, es decir, los olvidos o tachar estímulos erróneos.
Desde el punto de vista más cualitativo, los profesores no suelen describirlos
como distraídos o desatentos. Por ejemplo, no suelen referir errores en las tareas
u olvidos debidos a problemas de atención. Al contrario, les suele resultar llamati-
vo que a pesar de parecer distraídos, reciben la información y la recuerdan.
f. características emocionales
Por último, hay que aludir a algunas características emocionales y afectivas que
muestran los niños y niñas que reciben el diagnóstico de TANV. En realidad , no
se conoce actualmente un perfil emocional propio del TANV, más allá de lo se-
ñalado sobre las características de la interacción y comunicación. La hipótesis
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en este momento más plausible sería que su perfil emocional es más bien la
consecuencia de esas dificultades que venimos describiendo hasta ahora:
• Tendencia al aislamiento. Con el tiempo hay una tendencia al aislamiento
y parecen chicos y chicas retraídos. Desde la experiencia y la observación
a lo largo del tiempo de algunos niños con TANV, se constata más bien que
esto es un aprendizaje realizado como consecuencia de las experiencias
de interacción con los demás. Generalmente, las experiencias de interac-
ción de estos niños suelen ser frustrantes. Les cuesta compartir conversa-
ciones, juegos con sus iguales, precisamente por las dificultades para in-
terpretar situaciones sociales. La interacción con los demás puede ir
progresivamente dejando de ser gratificante. Esto además es más fre-
cuente en niños o niñas que han sido diagnosticados tardíamente y, por
tanto, no han sido entrenados para afrontar estas situaciones.
• Baja autoestima. Estos niños tienen más probabilidad de presentar una
autoestima baja. Suelen tener una historia de descalificación por parte de
personas cercanas y significativas: «lentos», «vagos", «torpes», a la vez
que no consiguen los resultados esperados en los estudios, a pesar del
esfuerzo. Estas experiencias y las valoraciones recibidas suelen minar su
autoconcepto y su autoestima.
• Tendencia a la depresión y ansiedad. Por último, muchos especialistas
destacan que hay una tendencia a la depresión o a la ansiedad, probable-
mente provocada por la frustración en la interacción social y por la dificul-
tad para saber manejarlas.
-20-
1. Deterioro significativo de su vida diaria
El cuadro de dificultades descrito produce un deterioro importante de la vida
escolar, familiar y social del niño o la niña que padece el trastorno. Es decir, las
dificultades le impiden de alguna forma «funcionar con normalidad». El deterioro
se puede manifestar de muchas formas:
• Mayor dedicación a /os estudios. La dedicación a los estudios y tareas
requiere ser significativamente superior al promedio de niños y niñas de
su edad, de manera que le impide disfrutar de otro tipo de actividades
lúdicas o de tiempo libre. Por ejemplo , sería el caso de los niños o niñas
que pasan tardes completas haciendo deberes, mientras que la mayoría
de compañeros suele hacerlos en una hora y puede dedicar tiempo a otras
actividades.
• Fracaso escolar. En ocasiones, sus dificultades implican obtener evaluación
negativa en alguna de las asignaturas o incluso no conseguir los objetivos
principales de un curso, llegando a situaciones de fracaso escolar.
• En el hogar. Tienen limitaciones en la vida del hogar impropias de su edad:
dificultades para comer solo sin mancharse, les tienen que ayudar a ves-
tirse, no pueden realizar actividades que habitualmente haría un niño o
niña de su edad.
• En la interacción con /os otros. Por último, el deterioro también implica su
vida social, de forma que no se relaciona con normalidad con iguales: no
participa en las mismas actividades, le cuesta hacer amigos o formar par-
te de pandillas, salir, ser invitado y ser tratado como uno más.
2. Malestar significativo
Las dificultades del propio trastorno le producen un malestar significativo. Este
malestar puede manifestarse desde una baja autoestima, pensamientos y valo-
raciones negativas sobre sí mismo o tristeza, hasta depresión o ansiedad. El
chico o la chica con TANV tiene una sensación de malestar rel acionada con sus
problemas.
-21-
fuerzo dedicado. no conseguía resultados y la amenaza de repetir curso
cada vez era más clara. En casa no paraban los reproches por su lentitud y
el poco cuidado que tenía de las cosas. Pero lo peor de todo era la evidencia
de que Silvia estaba sufriendo y la situación empezaba a ser insostenible
para ella.
-22-
• Sobre la atención. Mientras que en el TDAH la atención está significativa-
mente afectada y constituye uno de los núcleos del problema, en el TANV
no es un síntoma diana, aunque los niños con TANV pasen por despista-
dos y tengan problemas de atención. El principal problema de los niños
con TDAH es su déficit de atención; en los del TANV no lo es.
• Sobre la impulsividad. Mientras que en el TDAH la impulsividad y la hipe-
ractividad, junto con los problemas que ambos conllevan, son otros de los
síntomas diana y de los que provocan mayor deterioro, en el TANV la im-
pulsividad o hiperactividad no suelen estar presentes y no son uno de sus
rasgos definitorios.
• El comportamiento. El comportamiento de los chicos y chicas TDAH suele
ser más disruptivo y molesto tanto en el colegio como en el hogar. Los
problemas de conducta por lo general son uno de los «Caballos de batalla»
de profesores y familias. Normalmente este comportamiento suele ser
consecuencia del déficit de atención, de la hiperactividad y de la impulsi-
vidad. En el caso de los niños y niñas con TANV, el comportamiento no es
problemático. Puede desesperar su parsimonia o lentitud, pero no su
comportamiento disruptivo.
• Rendimiento escolar. En términos generales, los alumnos con TDAH tienen
un rendimiento escolar peor. Las dificultades atencionales y la impulsivi-
dad suelen afectar a casi todas las materias y actividades. Por su parte,
los alumnos con TANV tienen por lo general mal rendimiento en tareas de
orientación espacial y en tareas de lápiz y papel, pero destacan por la ri-
queza de vocabulario, información que acumulan y capacidad de razona-
miento lógico verbal. De esta forma, suelen destacar en Lengua Castella-
na, Ortografía, Matemáticas, Lengua Extranjera o en Conocimiento del
Medio, cuando se les evalúa con otros formatos que no sea solo el escrito.
Por otro lado, los profesores suelen definir a los niños con TDAH como
«despistados, e «inquietos,,, mientras que a los niños con TANV, los cata-
logan como «Vagos, o «lentos», porque comprueban que «cuando quie-
ren ", su rendimiento es muy bueno.
• Psicomotricidad fina. Los niños y niñas con TDAH pueden tener proble-
mas de psicomotricidad gruesa y fina: tener mala letra o cierta torpeza
motriz; sin embargo, esto no es el núcleo de su problema y es más bien
consecuencia de su impulsividad, falta de atención o hiperactividad. En
los niños y niñas con TANV, este es uno de los núcleos del problema y sus
dificultades no parecen asociarse a impulsividad o falta de atención.
• Relaciones sociales. Por último, tanto los niños y niñas con TDAH como
con TANV pueden tener problemas en las relaciones sociales. En el caso
de los TDAH , sus problemas suelen ser consecuencia de la impulsividad e
hiperactividad; a veces hacen trastadas por este motivo o molestan a sus
compañeros de manera que llegan a ser evitados por sus iguales. Sin em-
-23-
bargo, en el alumnado con TANV, las dificultades de relación social están
provocadas más bien por la dificultad para comprender las claves no ver-
bales de la relación social, como ciertas sutilezas de la interacción, dobles
sentidos, miradas, gestos o la capacidad de ponerse en lugar del otro.
- 24 -
esa afectación de las funciones ejecutivas y no suelen presentar proble-
mas de flexibilidad conductual.
• Problemas de orientación espacial. Las personas con TANV tienen espe-
ciales problemas de orientación y estructuración espacial, dificultades
motrices, mala letra y dificultades en habilidades como recortar, dibujar...
Otros aspectos afectados, parecen ser más bien consecuencia de estas
dificultades. Las personas con SA también pueden tener dificultades en
estos aspectos, pero no constituyen el núcleo de su problema. Además,
pueden tener una habilidad especial para recordar itinerarios o recorridos,
algo que no es frecuente en los niños y niñas con TANV.
* * *
Recapitulando, este primer capítulo ha estado dedicado a explicar en qué
consiste el trastorno de aprendizaje no verbal. Para ello, hemos descrito sus
características principales, las peculiaridades de su rendimiento cognitivo, in-
cluido el rendimiento atencional, y las características emocionales que suelen
presentar los niños y niñas que reciben este diagnóstico. Además, hemos expli-
cado otras características que definen a las personas con TANV: el deterioro de
su vida diaria, el malestar significativo que les produce y cómo sus dificultades
no se explican mejor por otros trastornos mentales.
Debido a que el TANV comparte muchas similitudes con el Síndrome de As-
perger o el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, también hemos
tratado de ofrecer algunos criterios para diferenciarlos.
El capítulo concluye con un acercamiento a la explicación de las posibles
causas de su aparición.
- 25-
~o EL DIAGNÓSTICO
DEL TRASTORNO DE
APRENDIZAJE NO VERBAL
-26 -
Las dificultades principales del TANV suelen manifestarse de forma diferente
en el hogar o en el colegio. Por ello, vamos a distinguir cuáles son las señales de
alarma en ambos contextos.
Las tardes de deberes con Daniel eran un suplicio para todos. Había que
comenzar pronto, nada más terminar de comer. Me armaba de paciencia,
pero cuando llevábamos tres horas y a penas habíamos avanzado, todos
perdíamos los papeles: llantos, amenazas, castigos, gritos ... A las nueve de
la noche parábamos para cenar y todavía quedaba trabajo pendiente. Algu-
nas veces, después de horas, parecía que de golpe «se enchufaba» y era
capaz de hacer las actividades en un momento. Todas las tardes igual; era
una pesadilla.
- 27 -
con sus problemas escolares y no saben que pueden formar parte de un
único cuadro de dificultades.
• Ingenuidad. Por último, los padres también perciben a su hijo o hija como
muy ingenuo en relación con los demás. Muchos lo expresan diciendo que
es un niño inmaduro o infantil. Esa ingenuidad se puede manifestar en una
interpretación literal de lo que le dicen o en no tener sentido de la oportu-
nidad y decir con frecuencia «lo que no debe" . Esto le hace ser blanco de
bromas y tener problemas con los demás.
A pesar de ser ya mayor, los padres de Silvia tenían que andarse con mucho
cuidado de lo que comentaban delante de su hija. porque parecía tener el
don de ser inoportuna. aunque lo hicera sin intención. Así. en una reunión
familiar pasaron el mal trago de que su hija dijera a uno de los familiares :
- Hola tía Celia -saludó Silvia.
- Hola Silvia. ¡Qué guapa estás! -le correspondió su tía.
-Gracias tia. Mi madre el otro día decía que te estabas poniendo cada vez
más gorda y ahora que te veo, es verdad.
Daniel nunca termina los exámenes a tiempo. Una mañana. una de sus
profesoras comenzó a primera hora el examen. Al terminar la clase, solo
- 28 -
había respondido a dos de las diez preguntas. Todos sus compañeros termi-
naron de sobra. Para ayudarle, le dejó la segunda hora de clase para conti-
nuar el examen: solo hizo dos preguntas más. Así estuvo toda la mañana.
Finalmente, la profesora le dejó que se llevara el examen a casa a ver si así
lo terminaba.
- 29-
Si se dan esas dos circunstancias, síntomas y afectación en su vida escolar
y social , hay que sospechar y actuar.
-30-
• Adoptar las primeras medidas de intervención. Por último, mientras se rea-
liza la valoración, se deben adoptar las medidas de intervención que se
propondrán para las familias en el capítulo siguiente, tanto en el colegio
como en el hogar.
- 31 -
Después de la entrevista con la familia y ante la sospecha de que realmente
Daniel tenía algún tipo de problema de aprendizaje, los profesores decidie-
ron comenzar adoptando una serie de medidas educativas a la espera de
una valoración psicopedagógica.
-32-
puede decirse que son un conjunto de habilidades cognitivas que permi-
ten regular de forma consciente la propia acción , por tanto, definir metas,
la capacidad de anticipación y planificación ; la capacidad de iniciar activi-
dades y operaciones mentales, la autorregulación y la monitorización de
las tareas, la selección precisa de los comportamientos y las conductas, la
flexibilidad en el trabajo cognoscitivo y su organización en el tiempo y en
el espacio. El perfil debe incluir el rendimiento en estas funciones, por tan-
to, en memoria de trabajo, tanto auditiva como visual, la capacidad de
selección de información para la ejecución , la planificación , la iniciativa, la
anticipación y organización de la propia actuación, la monitorización y el
control, la inhibición en su faceta verbal, motriz y conductual , y la flexibili-
dad cognitiva.
• El lenguaje y la comunicación. También incluye valorar la comprensión y
expresión verbal, la competencia semántica, el razonamiento verbal y los
aspectos pragmáticos de la comunicación.
• Las habilidades perceptivas y espaciales. En este aspecto hay que consi-
derar las capacidades perceptivas, de orientación y estructuración espa-
cial, y el procesamiento visual de la información.
• Otras funciones cognitivas. Otras funciones que también deberían formar
parte del perfil del niño o la niña que se evalúa son la atención, la memoria
a largo plazo y la velocidad de procesamiento.
• Otros aspectos. Por último, se debe recopilar información respecto a las
funciones motoras más complejas, las habilidades sociales y los aspectos
emocionales que pueden estar implicados.
El perfil de puntos fuertes y débiles, lo más exhaustivo posible, es el aspecto
más importante que debe cubrir la evaluación psicopedagógica.
- 33 -
tablecer una «hoja de ruta, que marque la intervención a largo plazo. Esto se
debe a que es imposible estimar cuál va a ser la respuesta a la intervención y
prever la evolución del niño o la niña. La intervención tendrá que ir actualizándo-
se y reorientándose en función de sus propios resultados.
Por eso, la evaluación pretende facilitar unas orientaciones y criterios para,
al menos, comenzar la intervención. Una forma eficaz de hacerlo es definir unos
objetivos iniciales de mejora. Sobre esos objetivos, establecer algunas medidas
educativas más concretas como medidas de adaptación, de intervención direc-
ta o de estimulación. También se pueden sugerir recursos humanos y materiales
que sería conveniente utilizar y facilitar unos criterios para coordinar la interven-
ción: qué se puede hacer desde casa, desde el aula y por parte de los especia-
listas que puedan realizar un trabajo de rehabilitación con el niño o la niña.
La referencia princ ipal para esta intervención son los puntos débiles del per-
fil, que podrían considerarse como los objetivos de la intervención. A su vez,
determinar cómo utilizar los puntos fuertes en provecho del niño o la niña.
4. Establecer un diagnóstico
Por último, la evaluación puede servir para definitivamente establecer una eti-
queta d iagnóstica al cuadro de dificultades que se presenta . En nuestro caso el
procedimiento de evaluación psicopedagógica puede servir para diagnosticar
que determinado niño o niña padece el TANV.
En los últimos años, al menos en el campo de la psicopedagogía, las etique-
tas diagnósticas no están exentas de debate. Sobre todo hay algunos profesio-
nales que están en contra del uso de estas denominaciones y otros, más mode-
-34-
rados, simplemente las eluden o evitan. Sin embargo, nuestra postura es la de
reconocer algunos beneficios de poder diagnosticar y «etiquetar, las dificulta-
des de un niño o niña con TANV:
• Poner un nombre. En primer lugar, se trata de poner nombre a un padeci-
miento. Especialmente para las familias suele ser tranquilizador que las
dificultades que padece su hijo o hija son un problema que padecen otros
niños y que eso tiene un nombre que lo define.
- 35 -
El procedimiento está pensado especialmente para los orientadores y las
orientadoras que trabajan en el ámbito escolar, porque suelen ser quienes ma-
yoritariamente contactan con estos niños y los evalúan, aunque otros especia-
listas verán que también pueden utilizarlo.
De todas formas queremos comenzar con unas consideraciones previas que
es necesario establecer:
• No es la hipótesis inicial. En primer lugar, la sospecha de TANV no es la
hipótesis inicial en niños a los que se realiza una evaluación psicopedagó-
gica por presentar dificultades. Suelen ser otras las hipótesis de partida,
sobre todo la sospecha de TDAH. Con esto, queremos indicar que lama-
yoría de las veces la evaluación psicopedagóg ica lo que hace es descubrir
el TANV y no tanto confirmar la sospecha inicial de que el niño o la niña en
cuestión lo padecía.
• No existe una prueba definitiva. En segundo lugar, no existe una prueba
médica ni tampoco un test psicométrico que diagnostique el TANV, al me-
nos en el momento en el que es escribe esta guía. El diagnóstico se da a
partir de la recopilación de información obtenida por diferentes procedi-
mientos: la observación y los resultados de diferentes pruebas, en unos
casos psicométricas y en otros, no psicométricas; la información aportada
por la familia, los profesores, la observación del propio alumno y sus pro-
ducciones. Finalmente, el juicio clínico se basa en la presencia o no de los
síntomas que definen el TANV y este juicio no deja de ser en parte subjeti-
vo y con un margen de error. Pero esto no solo sucede en el TANV, en
realidad ocurre en la mayoría de los trastornos infantiles.
• No existen criterios diagnósticos consensuados. En tercer lugar, en el TANV
no existe el todo o nada, no es «blanco o negro». No hay una línea que
separe cuando sí y cuando no hay TANV. Uno de los motivos es que no
existen unos criterios diagnósticos definidos y compartidos por todos los
especialistas.
Por ello, no hay que perder de vista que al margen de la etiqueta diagnóstica,
el primer objetivo de la evaluación psicopedagógica es definir el perfil de puntos
fuertes y débiles del niño o la niña para poder responder a sus necesidades edu-
cativas.
Teniendo en cuenta esas consideraciones, ofrecemos algunas ideas para
evaluar cada uno de los aspectos.
- 36 -
• Lectura. En el caso de la lectura, la evaluación se centrará en la fluidez y
velocidad lectora y, sobre todo, en el nivel de comprensión. La compren-
sión lectora se refiere, por un lado, a palabras, oraciones, instrucciones
escritas, textos breves y textos más amplios; por otro lado, impl ica dife-
rentes niveles de comprensión: la capacidad de extraer la información
contenida, de integ rarla en la memoria y el tercer nivel, la capacidad de
realizar inferencias y deducciones sobre lo leído.
En este aspecto, la información aportada por la familia y los profesores será
de gran ayuda. Es necesaria la aplicación de pruebas individuales de lec-
tura donde el evaluador pueda comprobar estos aspectos. Algunas prue-
bas psicométricas que pueden ayudar a valorar los procesos lectores son
el PROLEC y el PROLEC-SE, cuya referencia encontrarán al final del libro.
• Escritura. La escritura es otro aspecto clave a evaluar. A este respecto es
conveniente observar la postura al escribir, cómo coge el lápiz o el bolígra-
fo, la calidad de la letra, si respeta los márgenes y si domina el espacio
gráfico de la hoja de papel. También hay que valorar la ortografía y la cali-
dad de la expresión escrita.
Para la evaluación de la escritura la información de la familia y de los pro-
fesores será clave. También la observación de sus cuadernos y otras pro-
ducciones escritas. Es muy útil observar al alumno en tareas individuales
de escritura, así como probar con diferentes pautas y útiles de escritura.
• Numeración. Cuando se evalúa la numeración hay que considerar si domi- !
na la lectura de números, la escritura, la ordenación y seriación de los
mismos, tomando como referencia el curso y la edad del niño. También es
importante valorar si tiene asimilado el valor posicional de las cifras. Esto
'
se deja ver al observar cómo escribe y distingue números de este tipo:
1.030-1.300-1.003; también al realizar series numéricas que implican cam-
bio de cifras, por ejemplo seguir esta serie: 3098-3099.
• Operaciones de cálculo. En las operaciones de cálculo se pueden mostrar
algunos de los síntomas del TANV. La evaluación puede indicar las opera-
ciones que es capaz de realizar y, sobre todo, si presenta problemas espa-
ciales al colocar las cifras, es decir, si coloca los números ordenados correc-
tamente al resolver las cuentas. La opinión de la familia, de los profesores y
las propias observaciones del orientador u orientadora servirán para este
aspecto.
• Resolución de problemas aritméticos. Al evaluar la resolución de proble-
mas es importante no solo delimitar el tipo de problema que es capaz o no
de resolver, sino también si existen dificultades cuando el problema es
leído por el alumno o por el adulto. Conocer qué tipo de errores comete y
por qué los comete es importante. Para esto, es de gran ayuda proponer-
le al propio chico o chica que invente problemas que se resuelvan con
cada una de las operaciones aritméticas.
- 37 -
Durante la evaluación , la orientadora le propuso lo siguiente:
-Quiero que te inventes un problema que se resuelva con la cuenta de
sumar; cuando lo tengas pensado, me lo dictas para que yo lo escriba y
resuelva.
Después le pidió:
-Ahora quiero que te inventes uno que se resuelva con la cuenta de restar.
Así le fue demandando un problema con cada una de las cuatro operacio-
nes básicas. Finalmente le dijo:
- Y ahora quiero que te inventes un problema que para resolverlo haya que
realizar dos operaciones, las que tú quieras, pero dos operaciones.
2. Evaluación de la motricidad
La evaluación de la motricidad comprendería tanto la motricidad manual y digi-
tal, como la coordinación general del propio cuerpo. Son aspectos que hacen
referencia a los síntomas diana del TANV:
• Motricidad manual y digital. Para evaluar la motricidad manual y digital se
puede valorar la destreza en habilidades como recortar con tijeras, abrir y
cerrar con llave, habilidades para el vestido, para el uso de los cubiertos
en la mesa, para hacer la lazada de los zapatos, apretar y aflojar tornillos,
abrir o cerrar la tapa de los tarros, colorear, calcar, pasar páginas de un
libro, sacar punta o doblar y romper trozos de papel.
Además de proponer al niño o a la niña tareas donde se pueda observar la
destreza en esas habilidades, es conveniente recoger información al res-
pecto de la familia y de los profesores. Los profesores del área de Educa-
ción Artística (Música y Expresión Plástica) aportarán importante informa-
ción adicional al respecto.
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-¿No sé muy bien a qué te refieres? -preguntó la profesora.
- Pues me refiero a si has observado algún tipo de torpeza en el manejo de
los dedos o de las manos. sobre todo al tocar algún instrumento.
-Sí. eso sí lo he observado. Con la flauta se hace un lío. Le cuesta manejar
los dedos y casi siempre se equivoca. Si tiene que levantar el dedo meñique
se le levantan varios a la vez y se ve que no maneja ni controla sus manos.
• Control y coordinación del propio cuerpo. Por otro lado, también será con-
veniente valorar la coordinación motora de piernas y brazos, en situacio-
nes estáticas y dinámicas. A este respecto es necesario conocer algunas
habilidades: si mantiene el equilibrio con un pie, si anda de puntillas, si es
capaz de lanzar y recibir objetos con las manos o con los pies, de hacer
blanco, de botar una pelota, de saltar a la comba, etc. El profesor o profe-
sora de Educación Física aportará mucha información a este respecto e
incluso comentará observaciones que pueden pasar desapercibidas a un
observador poco experimentado en este campo.
Además de la observación e información que aporte la familia y los educado-
res, también pueden aplicarse algunas pruebas psicométricas que valoran estos
aspectos. La Escala McCarthy de Actitudes y Psicomotricidad para Niños (MSCA)
dispone de una escala de motricidad. El Cuestionario de Madurez Neuropsico-
lógica Infantil (CUMAN IN) también incorpora un substest de psicomotricidad.
Por último, la Escala de Evaluación de la Psicomotricidad en Preescolar (EPP) es
otra prueba que valora este aspecto.
Las referencias completas se podrán encontrar en el anexo de esta guía re-
ferido a pruebas psicométricas de evaluación.
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incluso para discriminar, reconocer y recordar rostros conocidos. Los pro-
fesores también pueden aportar información sobre la capacidad para tra-
bajar mapas o para localizar información escrita.
Las pruebas individuales también aportarán importante información sobre
estas capacidades. Una de las pruebas más adecuadas es la prueba de
visiopercepción del CUMANIN, sobre todo en niños menores de seis años.
A partir de esa edad la Figura Compleja de Rey es posiblemente la más fia-
ble. Otras pruebas que evalúan estos aspectos son: Cubos y Rompecabe-
zas, de las escalas de Wechsler, o el Test Visiomotor de Bender, entre otras.
También pueden aplicarse tareas no psicométricas, como imitar la distri-
bución de objetos en una cuadrícula, seguir trayectorias que se le irán or-
denando, identificar derecha e izquierda, imitar gestos, etc.
4. Interacción social
La valoración de la interacción social , siendo un aspecto clave, es sin embargo,
complicada de evaluar de forma objetiva. Es importante contar con la informa-
ción que aporta la familia sobre sus dificultades a este respecto , sus habilidades
concretas y cómo se desenvuelve en contextos diferentes a la escuela.
La misma información pueden aportar los tutores del alumno o de la alumna.
El propio niño o niña podrá hablar de cómo es su relación con los demás, de su
círculo de amigos, de cómo resuelve situaciones concretas y qué d ificultades
tiene en la relación con otros niños. En algunos casos, el sociograma del grupo
también puede aportar información significativa sobre sus roles y posición en el
grupo de iguales. También resulta útil presentarle algunas situaciones para que
nos diga cómo suele resolverlas; por ejemplo, cómo pide participar en un juego,
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cómo solicita a un amigo que le devuelva algo que le ha prestado, qué haría
para intentar hacerse amigo de un compañero de clase u otras situaciones si-
milares.
5. Lenguaje y comunicación
Es necesario conocer el nivel de desarrollo de algunos aspectos del lenguaje,
como la competencia semántica, el razonamiento verbal o el desarrollo morfo-
sintáctico, así como las habilidades de comunicación.
El nivel de desarrollo del lenguaje se puede extraer de algunas pruebas y
resultados psicométricos como los siguientes: el Cl verbal del WISC-R o del
WIPPSI-111 , el índice de comprensión verbal del WISC-IV; la prueba de Semejan-
zas, Vocabulario y Adivinanzas del WISC-IV; el desarrollo verbal del CUMANIN,
las funciones lingüísticas del Luria Inicial y otras pruebas específicas de lengua-
je como el ITPA-R o el test de Peabody.
Otros aspectos, como la prosodia o las habilidades de comunicación , se
observarán durante la evaluación. La entrevista con la familia y los profesores
puede aportar información cuando se utilizan algunas preguntas clave como las
siguientes: ¿Sigue el tema de conversación, cambia de un tema a otro o solo
habla de sus temas de interés? Cuando explica o comenta algo ¿sigue un orden
más o menos lógico que lo hace comprensible o, por el contrario, es desordena-
do y caótico? ¿Su forma de hablar resulta pedante para las personas que no
están habituados a escucharle? ¿Utiliza un vocabulario preciso e inusual para su
edad? ¿Comete errores en la conjugación de los verbos, el uso de preposiciones
o la coordinación de género y número? ¿Suele reconocer e interpretar correcta-
mente los gestos que habitualmente se utilizan en una conversación? ¿Entiende
expresiones de doble sentido, ironías, metáforas, bromas o las diferentes ento-
naciones de voz?
Existen algunos cortometrajes muy adecuados para valorar la anticipación y
comprensión de expresiones faciales. Uno de ellos es Frog goes to dinner, «La
rana va de cena". Se trata de un cortometraje mudo que puede utilizarse para la
evaluación, visionándolo junto al niño y preguntándole por los gestos y hechos
que ocurren en la historia.
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Para evaluar las funciones ejecutivas se necesitarán diferentes fuentes de
recogida de datos. Por un lado, la información que aporten los padres y profe-
sores. Por otro lado, la observación que realice el orientador o la orientadora
durante la aplicación de pruebas individuales. Por último, todos los datos que
aporta la aplicación de pruebas psicométricas y no psicométricas que evalúan
estas funciones. Ofrecemos algunas estrategias a seguir para valorar las funcio-
nes ejecutivas indicadas:
• Planificación, iniciación y mantenimiento de la actividad. Para obtener in-
formación de los padres y profesores sobre estas funciones, serán de uti-
lidad las siguientes preguntas clave: ¿Observan si el chico habitualmente
sigue algún tipo de estrategia cuando se enfrenta a una tarea o, por el
contrario, parece actuar por ensayo error? ¿Tiene especiales dificultades
para iniciar una tarea?¿ Y para mantener el esfuerzo en su ejecución? Du-
rante la evaluación individual se observará si efectivamente sigue algún
tipo de plan para resolver las tareas que se le presentan. Las siguientes
pruebas son más sensibles para observar estas funciones ejecutivas: His-
torietas, Cubos, Rompecabezas y Laberintos, de las escalas Wechsler.
También la forma de abordar la copia de la Figura Compleja de Rey.
• Anticipación. La función ejecutiva de anticipación se suele demostrar en
los juegos de mesa, especialmente el ajedrez o las damas, ya que el niño
tiene constantemente que anticipar las consecuencias que puede tener
alguno de sus movimientos. Por ello, es bueno preguntar a la familia por
este aspecto o incluso poner al chico a prueba. Otra pregunta clave para
la familia y los profesores suele ser: ¿perciben algunos signos de que el
chico se anticipa a /as consecuencias que puede tener lo que hace o dice?
En algunos test y pruebas, tienen que poner en juego esta función ejecu-
tiva. Una de las más sensibles es Laberintos, del WISC-R. También la re-
solución de La Torre de Hanoi o durante el visionado del cortometraje
«Frog goes to dinner" , donde se puede observar si anticipa lo que va a
suceder en muchas escenas de la historia.
• Monitorización y control. Estas son funciones ejecutivas más complejas de
observar. Algunas preguntas clave para profesores y padres pueden ser:
¿Utiliza alguna estrategia para controlar su propia actividad; por ejemplo,
piensa en voz alta?¿ Tiene sentido del tiempo, parece que lo gestiona ade-
cuadamente? ¿Muestra autocontrol en su conducta o en lo que dice, o
más bien actúa sin pensar? ¿Utiliza con eficacia la agenda o algún otro
instrumento de control? Durante la evaluación individual se puede obser-
var el uso de autoinstrucciones o la estrategia de afrontamiento de algu-
nos tests como los Cubos y Rompecabezas de las escalas Wechsler, la
ejecución de la fase de copia de la Figura Compleja de Rey o la ejecución
de La Torre de Hanoi.
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Durante la ejecución de la prueba de Cubos. Silvia decía en voz alta:
- ¡Qué difícil! ¡No seré capaz de hacerla! Bueno. primero voy a colocar
estos cubos con la cara roja ... ahora parece que tengo que poner un cubo
blanco y ahora uno de dos colores ... Pero así no termino la figura ... Pero
si la giro ... ¡Ya está, lo conseguí!
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bargo, en el caso de los niños con TANV, el rendimiento en esta prueba
puede estar contaminado por las propias dificultades perceptivas, espa-
ciales y constructivas. El substest Memoria leónica del CUMANIN y el
substest Memoria Secuencial Visiomotora deiiTPA-R, también sirven para
valorar la memoria de trabajo visual.
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velocidad de procesamiento lento, sino que puede ser una manifestación
de los problemas de motricidad fina.
La aplicación de pruebas individuales aporta información sobre la velocidad
de procesamiento. Algunas de las pruebas psicométricas fiables y válidas para
medir esta función son: el Índice Velocidad de Procesamiento del WIPPSI-111 y
del WISC-IV, formado por los substest Búsqueda de Símbolos, Claves y Anima-
les, este último exclusivo del WISC-IV. Estas pruebas valoran la velocidad de
procesamiento con input visual y output escrito. El Test de /os Cinco Dígitos
también valora la velocidad de procesamiento, en este caso con un input visual
y un output verbal. Los substest Denominación de Dibujos y Denominación de
Colores del Luria Inicial, también valoran la velocidad de procesamiento , en este
caso para niños menores de siete años. Otras pruebas no psicométricas se pue-
den aplicar para valorar esta función cognitiva, por ejemplo responder con ges-
tos a determinadas demandas verbales o responder verbalmente a preguntas.
8. Aspectos emocionales
Por último, es conveniente evaluar algunos aspectos emocionales básicos que
pueden estar afectados por las dificultades. Concretamente hay que valorar la
autoestima y el autoconcepto, ya que son los que con más probabilidad pueden
estar afectados en el caso de niños con TANV, así como la ansiedad y la presen-
cia de un trastorno de tipo depresivo.
Evaluar estas dimensiones siempre es complicado y requiere una cierta es-
pecialización. Al menos, podemos hacer un cribado y detectar algunos signos
de sospecha. Determinados instrumentos psicométricos pueden ayudar, como
el Sistema de Evaluación de la conducta de niños y adolescentes, BASC, que
contiene varias escalas relacionadas con estos ámbitos: ansiedad, depresión o
interiorizar problemas. También existe el Inventario de Depresión Infantil, CDI ,
para evaluar la depresión, autoestima y disforia.
Los padres, sin embargo, pueden informarnos de algunos aspectos. En ge-
neral pueden aportar información sobre la situación emocional de su hijo o hija.
Algunos indicadores de problemas emocionales pueden ser: mostrarse habitual-
mente irritable, triste, excesivamente preocupado o hacer valoraciones negati-
vas respecto a su propia persona y capacidad.
A los profesores les puede resultar más complicado identificar este t ipo de
problemas. Pero al igual que las familias, pueden observar comportam ientos
especialmente irritantes, que a veces pueden manifestar un estado depresivo,
excesiva preocupación, tristeza y también valoraciones negativas respecto a su
capacidad.
El orientador o la persona que evalúa al niño puede abordar este tema con el
alumno si tiene edad para ello.
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La orientadora ya llevaba varias sesiones de evaluación y se estableció cier-
to nivel de confianza. De esta fo rma le presentó una hoja donde aparecían
resumidos en una frase, una lista de ochenta problemas habituales. Las
frases eran del tipo siguiente : me duele con frecuencia la cabeza; tengo di-
ficultades con las matemáticas: tengo pocos amigos ... En una primera vuel-
ta el chico tenía que señalar todo aquello que le resultara un problema para
él. Después le pidió que seleccionara los diez problemas que más le preocu-
paban. Finalmente le dijo que de los diez, eligiera los cinco que más le
preocupaban. A partir de ahí comenzaron a hablar.
Para los profesionales de la psicología puede ser más fácil abordar este tipo
de temas al estar más familiarizados con los indicadores de problemas emocio-
nales. En cualquier caso, lo más indicado es que, ante la sospecha de un pro-
blema emocional de carácter más grave, se derive a un especialista para que
haga una valoración más ajustada e incluso proceda a realizar un abordaje tera-
péutico si fuera necesario.
* * *
Terminamos este capítulo dedicado al diagnóstico del TANV; hemos hecho
un recorrido por los signos que pueden hacer sospechar a profesores y familias
de que un ch ico o una chica padece el trastorno de aprendizaje no verbal y los
pasos a seguir cuando hay argumentos para ello. Hemos explicado los objetivos
que debe cumplir una evaluación psicopedagógica y hemos propuesto algunas
ideas clave para abordar el proceso de evaluación.
El evaluador tendrá que analizar toda esa información recopilada, establecer
el perfil de puntos fuertes y débiles del chico o de la chica, decidir si cumple los
criterios que hemos establecido para diagnosticar el trastorno de aprendizaje no
verbal y proponer las medidas de intervención educat iva.
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:§3o MEDIDAS DE INTERVENCIÓN
EN EL COLEGIO
Una vez que el TANV ha sido diagnosticado, tal y como acabamos de explicar
en el capítulo precedente, la pregunta es: ¿qué se puede hacer? Actualmente no
existe un tratamiento médico para el TANV. Por tanto, el abordaje de este tras-
torno es principalmente pedagógico.
La intervención se suele llevar a cabo en dos contextos: en el colegio y en el
ámbito del hogar. Además, en ambos contextos se desarrolla en dos vertientes
de actuación. Por un lado, a través de medidas de adaptación, modificando al-
gunas condiciones, materiales o requerimientos; por otro, mediante la estimula-
ción y rehabilitación de los aspectos más afectados.
La intervención tendrá en cuenta que cada niño o niña que padece el TANV
es único y presenta su propio perfil de puntos fuertes y débiles. Cada uno nece-
sita su propio tratamiento personalizado, que se irá modificando y ajustando en
función de la evolución que vaya presentando.
A continuación desarrollamos una serie de medidas de intervención en el
contexto escolar. Concretamente vamos a comenzar exponiendo unas estrate-
gias generales de intervención, para más adelante explicitar otras medidas para
responder a las dificultades principales del TANV.
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• Atención temprana. Según este principio, la intervención educativa sobre
las dificultades debe comenzar tan pronto como estas se detecten. En el
caso concreto de los niños con TANV, la intervención y la gran mayoría de
las medidas se deben llevar a cabo cuando estas dificultades aparecen,
incluso antes de confirmar el diagnóstico definitivo. La eficacia de la aten-
ción temprana en el campo de las dificultades de aprendizaje es algo que
está más que demostrado.
• Normalización. El segundo principio que debe regir la intervención con los
niños con TANV es el principio de normalización. Por un lado, consiste en
procurar «normalizar,, al alumno, es decir, que adquiera un nivel de com-
petencia similar al de sus iguales en todas las áreas posibles; y por otro
lado, la normalización implica utilizar con el alumnado con TANV los recur-
sos más normalizados y ordinarios posibles y, cuando sea necesario, em-
plear medios extraordinarios, que sean un añadido a los anteriores.
• Colaboración entre recursos. Por último, el tercer princip io que debe
orientar la intervención en el colegio es el de colaboración entre recur-
sos. Es posible que con el alumnado que padece TANV, intervengan pro-
fesionales y personas de diferentes contextos y especialidades: colegio,
familia, especialistas externos al colegio ... La colaboración entre recur-
sos implica que la intervención debe ser lo más colaborativa posible.
Esto se traduce en actuaciones como conocer quiénes intervienen, com-
partir y distribuir objetivos y contenidos ... En general, mantener un míni-
mo de coordinación.
2. Conocer el TANV
Cuando un niño o niña es diagnosticado con TANV, es imprescindible que todos
los profesores que intervienen con él conozcan en qué consiste este trastorno,
las dificultades más importantes que implica y las medidas generales para inter-
venir con él. El mismo diagnóstico debería servir para explicar, en gran medida,
que ese alumno en realidad tiene un problema, una dificultad que le impide fun-
cionar normalmente, que va a necesitar ayuda, aunque en otros aspectos le
podamos exigir como a los demás alumnos.
El TANV se puede conocer accediendo a documentos más o menos espe-
cializados, como artículos o bibliografía sobre el tema. Los orientadores de los
centros tienen a este respecto una labor de asesoramiento importante, ponien-
do a disposición del profesorado este tipo de información.
En otros casos, es la propia familia, conocedora del problema, la que facilita
al centro la información sobre el trastorno . Este libro, puede ser un material prác-
tico de referencia.
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Cuando Silvia fue por fin diagnosticada, los padres acudieron al centro y lo
comentaron con el tutor. Los profesores del colegio desconocían el trastor-
no. Pero la familia les aportó varios docwnentos sobre el mismo , que los
profesores leyeron y estudiaron para conocerlo.
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de Lengua, mientras que la adquisición y comprensión de aspectos gramatica-
les puede considerarse secundario. En el caso de las Matemáticas, conocer las
situaciones que se resuelven con la operación de dividir es nuclear, mientras que
conocer el nombre de los términos de la división, es secundario.
Esta d istinción entre lo nuclear y secundario siempre será una referencia a la
hora de priorizar objetivos de intervención.
5. Secuenciar la dificultad
La metáfora de la escalera es una buena referencia para explicar de qué forma
el aprendizaje es algo secuencial, progresivo. Secuenciar el aprendizaje es una
estrategia metodológica general que también es válida para los niños con tras-
torno de aprendizaje no verbal. En concreto, consiste en proponer una enseñan-
za progresiva y descender el nivel de dificultad cuando alguno de los aprendiza-
jes no se puede conseguir.
Silvia tenía problemas para colocar correctamente los números en las cuen-
tas de sumar o restar. La dificultad era mayor si la cuenta incluía muchos
sumandos. Se procedió a proponerle inicialmente sumas con solo dos su-
mandos y con una diferencia de solo un dígito entre un sumando y otro , por
ejemplo: 124 + 36: 4 .578 + 762. Poco a poco, cuando dominaba esas
situaciones, se fue aumentando la complejidad de las sumas.
Daniel comprobó que él aprendía mejor las tablas de multiplicar si las escu-
chaba y si él mismo se las repetía en voz alta que si las veía escritas. Su
memoria auditiva era más eficaz que la visual.
7. Ubicación en el aula
Otra variable que se puede gestionar es la ubicación del alumno o alumna con
TANV dentro del aula. A este respecto no existe una fórmula exacta. En principio,
a la mayoría le favorece estar entre los primeros puestos, donde pueden ser
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supervisados y apoyados con más facilidad por el profesor. Pero esto no siem-
pre es así. Lo recomendable es ir haciendo pruebas hasta encontrar el lugar que
puede ser más adecuado para él.
Sobre la ubicación en el aula, otra variable que parece tener influencia es el
compañero o compañera de pupitre. Hay compañeros que pueden descentrarle
o distraerle, mientras que hay otros que son un apoyo positivo: son organizados,
le respetan, le ofrecen ayuda, le recuerdan las instrucciones ... Al igual que con
la ubicación, se trata de hacer ensayos hasta encontrar el compañero ideal.
8. Explicaciones e instrucciones
Respecto a las explicaciones orales y a las instrucciones que el profesorado
facilita habitualmente en el aula para la realización de diferentes actividades, hay
que tener en cuenta dos consideraciones: por un lado, que de manera general,
al alumnado con TANV le favorecen más las instrucciones y explicaciones orales
que las visuales; por otro, también hay que tener en cuenta las dificultades que
tienen para entender el lenguaje figurado, con doble sentido o metafórico. Eso
no implica que no se usen ese tipo de instrucciones, sino que se tenga en cuen-
ta que en determinadas circunstancias, el profesorado tendrá que dar instruc-
ciones muy claras y concretas.
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contrario, las palabras de aliento, los elogios o el reconocimiento del esfuerzo,
aunque tampoco consigan solventar las dificultades, al menos predisponen al
alumno a tratar de mejorar.
Los compañeros de Daniel ya habían terminado las diez preguntas del con-
trol. sin embargo. él llevaba seis cuestiones resueltas. Aunque el resto con-
tinuó haciendo otras actividades. el profesor alentó al chico de esta forma:
-Daniel, tú sigue con el examen. A ver que vea .. . ¡Muy bien, ya vas por la
segunda mitad! Sigue así, que solo te quedan cuatro y estás preguntas son
además más breves.
Siempre será más eficaz resaltar en más ocasiones los pequeños logros,
aunque ello no excluya que se le corrija y se le animé a mejorar.
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- Para mañana tenéis que traer hecha una redacción sobre uno de los dos
temas; repito, de los dos temas, elegir uno para la redacción - comentaba
el profesor.
-Daniel, anota lo que hay que hacer en tu libreta - le decía el profesor
mientras esperaba a que lo apuntara en su libreta de tareas.
Para Daniel tener que llevar y organizar cinco cuadernos (Lengua, Matemá-
ticas. Conocimiento del Medio, Inglés y Religión) era una dificultad añadida.
Los profesores acordaron reducirlo todo a un solo cuaderno en el cual el
niño trabajaría las cuatro asignaturas.
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Los profesores, por tanto, pueden quedarse tranquilos porque no están co-
metiendo una injusticia; están cumpliendo la norma legal y pedagógica de adop-
tar todas las medidas para que puedan superar sus necesidades educativas.
1. Reducir la escritura
En la actualidad, las tareas de lápiz y papel continúan teniendo una presencia
prioritaria en la escuela. Una primera medida consiste en modificar algunos as-
pectos de este tipo de actividades.
La primera consiste en suprimir el hecho de copiar los enunciados de las ta-
reas. A este respecto, se pueden tomar diferentes opciones: no copiar ningún
enunciado, solo el de aquellos que sea imprescindible, sólo los enunciados de un
número reducido, unos sí y otros no ... como se crea conveniente, pero reducirlos.
A veces nos encontramos con mucha resistencia a esta medida. En unos
casos hay una falsa creencia en pensar que al copiar los enunciados se entrena
la escritura y, por tanto, se mejora. Desgraciadamente podrán comprobar que
esto no consigue mejorar la escritura y que finalmente, no resulta eficaz. El co-
piado de los enunciados, en la mayoría de los casos, es algo que forma parte de
lo secundario, no es prioritario.
Otra medida consiste en proponer formatos de respuesta escrita más breve,
como puede ser unir con flechas, utilizar preguntas de verdadero o falso, o pro-
poner tareas donde deben señalar una opción entre varias. No queremos decir
que este sea el único formato de respuesta, sino más bien , que haya variedad y
este sea un modelo más.
-54-
pleado, en los aspectos morfosintácticos, en el uso de recursos estilísticos o en
la ortografía, mientras que la caligrafía queda relegada a un papel secundario.
Disponer de equipos con procesador de textos es algo prácticamente gene-
ralizado en nuestro país. Por tanto, es un recurso que está al alcance de la ma-
yoría de los niños y niñas.
4. Simplificar
Simplificar todo lo posible la realización de actividades y tareas escritas también
es una forma de adaptarse a su ritmo de trabajo.
En primer lugar, es habitual que a partir de ciertos cursos los chicos utilicen
varios colores de tinta para realizar las tareas: rojo, azul, verde ... Se utiliza un
color para los enunciados, otro color para las respuestas, etc.
Para los chicos con TANV esto complica excesivamente las cosas. Puede
ser más adecuado simplificar y utilizar un solo color o dos como máximo.
5. Otras medidas
Con la finalidad de motivarles y animarles a trabajar, se adopta en ocasiones la
medida de no salir al recreo hasta que no se termina el trabajo. Como estrategia
puntual se puede llevar a cabo para motivarlo o aprovechar más el tiempo. Sin
embargo, no resulta efectiva cuando esta medida se realiza de forma habitual.
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Si se piensa, dejar a un niño con TANV sin recreo, supone afrontar la segun-
da mitad de la mañana en peores condiciones, más cansado y sin haber dis-
puesto de un tiempo para despejarse y descansar. Por tanto, no recomendamos
el uso de esta medida de forma generalizada.
* * *
En este apartado hemos propuesto una serie de medidas para adaptarse a
uno de los problemas habituales que el alumnado con TANV: el ritmo lento en el
trabajo escrito. Se han ofrecido algunas estrategias: reducir la escritura, utilizar
en determinadas actividades un procesador de textos, controlar la cantidad de
tarea, simplificar la ejecución de las actividades y adoptar otro tipo de med idas.
1. El tipo de cuaderno
La primera medida consiste en elegir el tipo de cuaderno que resulte más ade-
cuado para el alumno. Desgraciadamente no existe ninguna regla fija. Parece
que los cuadernos finos, encuadernados con grapas resultan más cómodos pa-
ra escribir que aquellos con demasiado grosor, gusanillo o anillas al margen.
Lo mismo ocurre con los tamaños: para algunos niños orientarse en el tama-
ño folio o DIN A4 les resulta más complicado, mientras que el tamaño DIN A5 o
cuartilla es más cómodo.
En cualquier caso, aunque la norma general parece ser un cuaderno fino,
con las hojas grapadas y de tamaño DIN A5 , es posible que les resulten más
favorables otros formatos.
Antiguos blocs de anillas, en los que se podían extraer las hojas para escribir,
no son recomendables. Es más fácil que las hojas se pierdan o se desordenen y
escribir con las anillas resulta demasiado incómodo.
2. El tipo de pauta
El segundo aspecto que puede ayudar es el tipo de pauta que se utilice para
escribir. Tampoco existen normas infalibles. Parece que la mayoría de los niños
-56-
con TANV puede escribir y organizarse mejor en pautas de una línea. Sin embar-
go, a otros les puede ayudar la doble pauta o incluso la llamada pauta Montes-
sori, formada por dos líneas centrales, una línea superior y otra inferior.
También parece que las hojas cuadriculadas no les favorecen para el domi-
nio del espacio. En cualquier caso, es posible que algún niño sí la prefiera.
* * *
En la elección del tipo de cuaderno y del tipo de pauta, como se ha visto, es
conveniente ser flexible. Hay profesores a los que les cuesta hacer excepciones
con el alumnado que padece TANV. No ocurre nada si este alumno utiliza un
cuaderno o pauta diferente y como ya hemos indicado, no se trata de un privile-
gio, sino de una adaptación a sus dificultades.
3. El útil de escritura
La elección del útil de escritura sirve para mejorar la calidad de la grafía. Muchos
niños con problemas en este aspecto mejoran un poco la calidad con bolígrafo
de tinta líquida o de gel; incluso algunos mejoran usando una estilográfica esco-
lar. Como en el resto de elementos, se trata de hacer ensayos hasta encontrar el
que mejor funciona.
Lo mismo ocurre con el uso de adaptadores de goma que se añaden al lápiz
o al bolígrafo. Hay niños a los que les favorecen, mientras que hay otros a los
que no.
-57 -
En realidad, son aspectos prioritarios que los niños deben adq uirir en las
primeras etapas de la escritura: en Educación Infantil y el Primer Ciclo de Pri-
maria, de los cuatro a los siete años, pero puede insistirse en su corrección en
años posteriores.
5. Grafomotricidad y caligrafía
Algunos profesores y familias de niños con TANV preguntan si es adecuado ha-
cer ejercicios de grafomotricidad o de calig rafía para mejorar la escritura. Sobre
todo lo demandan en cursos avanzados, 4°, 5° y 6° de Primaria, de los nueve a
los doce años. Parece que a estas edades no resulta eficaz este tipo de entrena-
miento y más bien supone una sobrecarga de trabajo. Lo ideal es que estas
destrezas se entrenen y trabajen en edades inferiores. Pero si la letra es ya ilegi-
ble, se puede proponer realizar este tipo de actividad. Se llevarán a cabo en
sesiones de trabajo muy breves, pero continuas a lo largo del tiempo.
6. Pistas visuales
Las pistas visuales son de ayuda para organizarse en el espacio gráfico de la
hoja de papel. Se trata de hacer algunas señales que ayuden a respetar y orga-
nizar mejor este espacio.
Los renglones o la línea que delimita el margen son ejemplos de pistas visua-
les que los cuadernos ya incorporan. Pero en el caso de los niños con TANV se
pueden añadir otras más. Por ejemplo, se puede indicar con unas flechitas al
margen en qué reng lón pueden escribir la fecha o el encabezado del tema; otra
flechita puede indicar dónde comenzar la actividad, dejando un renglón en blan-
co. En otros casos se pueden delimitar con recuadros los espacios dedicados a
realizar cada una de las cuentas de cálculo.
Estas pistas y otras que se consideren, las realizará inicialmente el maestro
o maestra. Pero lo ideal es que sea el propio alumno el que las señale antes de
comenzar la actividad, mientras que le sirva de ayuda. Poco a poco, se podrán
ir atenuando hasta que, finalmente, prescinda de ellas.
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7. Estrategias ineficaces
En ocasiones y con la buena intención de que mejoren, se suele borrar lo que ya
está escrito o romper hojas del cuaderno cuya calidad es baja, es ilegible o está
mal presentada. Aunque se hace con la intención de que ponga más interés en
la escritura, al hacerlo de manera habitual, comprobarán que no solo no mejora
su escritura, sino que además suele ser bastante frustrante.
Hay que recordar que la escritura es un punto débil y que supone un sobrees-
fuerzo, la calidad que esperamos en muchas ocasiones no está a su alcance.
Si n embargo, eso no implica que se le pida que mejore o se le corrija.
9. El refuerzo positivo
Siempre resulta más efectivo reforzar positivamente cualquier mejora o logro en
este aspecto, incluso el hecho de esforzarse por hacerlo mejor, aunque final-
mente no se consiga.
A veces se trata simplemente de cambiar de actitud. En primer lugar, pensar
que el niño o la niña con TANV no escribe mal por desgana o desinterés, sino
porque tiene una dificultad especial en este aspecto.
Reforzar positivamente supone ignorar mucho más esos espacios de mala
letra, para resaltar los fragmentos en los que ha trabajado bien. Basta con elo-
giar, dar muestras de satisfacción o hacer anotaciones de feli citación en el cua-
derno en esos espacios. Es una forma concreta y eficaz de decirle: «Así es como
esperamos que escribas la próxima vez».
Además, reforzar positivamente implica facilitar las recomendaciones y pau-
tas para mejorar en tono de ayuda y no en un tono de reproche, enfados o rega-
ñina. Aunque parezcan pequeñas sutilezas, puede marcar la diferencia en la
actitud con la que el niño afronta esta dificultad.
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d. Realización de exámenes
La realización de exámenes y controles es otro punto débi l del alumno con TANV.
En ocasiones, obtienen una baja calificación por las circunstancias que rodean
al propio examen: no terminan a tiempo, la letra es ilegible o está tan mal pre-
sentado que hace que la puntuación baje significativamente. A continuación,
indicamos algunas medidas para que los resultados en los exámenes se corres-
pondan con lo que realmente el alumno sabe.
2. Exámenes adaptados
Junto con la medida anterior, resulta también muy efectiva la adaptación de exá-
menes. Muchos profesores utilizan las pruebas de evaluación que aportan las
ed itoriales de los libros de texto, a pesar de reconocer que no se corresponden
en muchos casos con lo que realmente quieren evaluar. La adaptación de exá-
menes en realidad, consiste en modificar la forma de la prueba, pero no el con-
tenido. Algunos de los elementos que incorporan los exámenes adaptados son:
Las preguntas están distribuidas en un espacio mayor. Si el examen ori-
ginal tiene cinco preguntas por cada cara del folio, el adaptado contiene
dos o tres como máximo. Ocupa más folios, pero el espacio disponible
es mayor.
Las actividades están formuladas en un lenguaje más comprensible para
el alumno y más cercano al utilizado en el aula.
Los ejercicios del examen siempre proponen un ejemplo de respuesta
que puede emplearse como modelo.
-60 -
Observemos, por ejemplo, el siguiente problema matemático:
3. El reloj de arena
En algunos chicos la gestión del tiempo es una limitación, no lo comprenden y
no saben utilizarlo.
En algunos casos se ha probado el uso del reloj de arena. Es una herramien-
ta que ayuda al niño a comprobar la medida del tiempo y, en ocasiones, es una
ayuda. En los exámenes se usa para que controlen el tiempo que dedican a
cada pregunta. Por ejemplo , en relojes de dos o tres minutos, se le dice al chico
que dispone de una o dos vueltas para cada pregunta, según el tipo de tarea.
Aunque en ocasiones no resulta efectivo, en otras sí es una herramienta que
les ayuda.
La profesora de Daniel tenía un reloj de arena. Cuando llegó al examen , se
lo puso en su mesa y le dijo:
-comienza por la primera pregunta. Tienes dos vueltas de reloj (que eran
en total unos 5 minutos).
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Al terminar la primera pregunta hizo lo mismo con las siguientes. Parece
que Daniel aprovechaba más el tiempo así.
4. Ponderar la letra
Aunque el alumno tenga mala letra, los contenidos no deberían recibir una valo-
ración negativa en su totalidad. Lo que queremos decir es que el alumnado con
TANV no debería obtener una evaluación negativa total solo con su letra, al me-
nos de forma generalizada.
Lo ideal es que la calidad de la grafía tenga su ponderación en la nota pero
que no suponga el cien por cien.
5. Enseñar estrategias
Resulta eficaz enseñarle algunas estrategias o «trucos» para afrontar los exáme-
nes con eficacia. Por ejemplo, no tener que responder a las tareas de forma
consecutiva, sino comenzar siempre por aquellas que sabe con seguridad y que
domina, dejando para el final las que crea que tienen más dificultad para resol-
verlas; o leer atentamente las instrucciones para saber con exactitud qué le es-
tán preguntando.
6. Evaluación oral
La exposición oral es uno de los puntos fuertes del alumnado con TANV, en oca-
siones desaprovechado. Para los contenidos más teóricos, por ejemplo en Cien-
c ias Sociales o de la Naturaleza, se podría realizar este tipo de evaluación no
solo con este alumnado, sino que podría ser un instrumento habitual para valo-
rar al resto de compañeros. Normalmente es más rápido y es una buena ocasión
de demostrar todos los contenidos que han asimi lado.
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Daniel había suspendido Conocimiento del Medio. Sin embargo, en el tri-
mestre siguiente la profesora optó por evaluar algunos temas de forma oral.
El cambio fue significativo: Daniel conocía sobradamente los contenidos y
sus calificaciones eran mucho mejores.
* * *
Por tanto, para la realización de exámenes hemos propuesto adoptar dife-
rentes medidas: ampliar el tiempo para realizar las pruebas escritas, adaptar los
exámenes modificando la presentación de las actividades, utilizar el reloj de are-
na como forma de tener un control del tiempo, ponderar la caligrafía en su justa
medida, permitir la evaluación oral en algunos contenidos y utilizar diferentes
instrumentos y estrategias para la evaluación.
1. Evitar etiquetas
El uso de etiquetas o comentarios frecuentes sobre las dificultades, aunque se
hagan con la intención de motivarles, ya habrán comprobado que resulta inefi-
caz. Además contribuyen paradójicamente a reforzar dichas conductas ya que
finalmente los chicos tratan de responder a eso rol que se les asigna. En la me-
dida de lo posible, hay que evitar utilizarlas.
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Cuando Daniel empezó a ser valorado por los profesores y se le fueron
proponiendo responsabilidades, mejoró su posición en el grupo. Parece
como si los demás niños percibieran que era un alumno importante y que
si querías «ser simpático» a los ojos de los profesores, tenías que demostrar
que tú también valorabas a Daniel y eras buen amigo suyo.
3. Asignarle responsabilidades
La asignación de responsabilidades en el aula también mejorará su posición en
el grupo. La lista de «encargados,, en un aula puede ser interminable. Los profe-
sores son exp ertos en distribuir responsabilidades: encargado de repartir mate-
riales, d e subir persianas, de cerrar puertas ... Los niños y niñas con TANV pue-
den asumir cualquiera de esas responsabilidades.
4. Supervisión en el recreo
El alumno con TANV debe ser objeto de supervisión en los momentos de recreo
algo más que el resto de sus compañeros. A veces, pueden ser víctimas poten-
ciales de sufrir burlas, de ser impopulares, de tener un papel secundario en los
juegos e incluso en casos extremos, d e sufrir acoso o violencia por sus iguales.
Por ello, es conveniente tenerlos siempre a la vista y atender sus quejas y pro-
testas en este aspecto.
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El abanico es amplio: desde iniciar y mantener una conversación, hasta habilida-
des para resolver conflictos, defender los propios derechos de forma correcta o
cuidar las relaciones de amistad.
A los niños se les pueden enseñar estrategias concretas, sobre todo en
aquellas circunstancias en las que surge la necesidad.
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1. Lengua Castellana y Extranjera
En esta área ya hemos señalado que sus puntos fuertes son la expresión verbal
y escrita, el vocabulario e incluso el dominio de los aspectos gramaticales. Sus
puntos débiles, por otro lado, suelen ser la grafía y la comprensión lectora, es-
pecialmente cuando tienen que realizar inferencias.
Sobre la grafía ya hemos facilitado orientaciones. Respecto a la lectura, la di-
ficultad puede estar en saber inferir información que no está explícitamente en los
textos. Por ejemplo, la moraleja de una fábula, expresiones con doble sentido ...
Algunas actividades que ayudan a aprender a realizar inferencias sobre lo
leído son las siguientes: proponer la resolución de adivinanzas sencillas. Por
ejemplo, ''es algo con dos ruedas, que necesita gasolina para funcionar... "· Tam-
bién incorporar a las tareas de comprensión lectora actividades que hagan refe-
rencia a intenciones de los personajes, a su personalidad o que traten de estable-
cer relaciones causales sobre el contenido: "¿por qué actuaban de determinada
manera?,,, "¿ qué forma de ser tenía determinado personaje?>>. Otras actividades
en esta línea se refieren a proponer finales alternativos a las historias o imaginar-
se qué puede ocurrir después del final o cómo aplicar las conclusiones de la
lectura a otras realidades.
2. Matemáticas
Los alumnos con TANV suelen tener buen cálculo mental. Sin embargo, por sus
características, pueden presentar problemas en la colocación de los números
para realizar las cuentas, en la resolución de problemas aritméticos donde hay
que inferir a alguna información y en los contenidos referidos a la geometría.
A este respecto necesitarán diferentes medidas. Como hemos indicado, le
beneficiarán pistas visuales para colocar los números e instrucciones verbales
adicionales. A veces las pistas visuales para las cuentas, en realidad complican
las cosas más que ayudar. También les es útil adaptar la presentación de las
actividades, por ejemplo, presentar los datos de los enunciados de los proble-
mas y las preguntas de forma más organizada.
Además, suelen requerir más ayuda directa o refuerzo adicional para trabajar
y comprender contenidos referidos al tiempo o la geometría.
4. Educación Artística
La Educación Artística en España está formada por la Educación Plástica y por
la Educación Musical.
La Educación Plástica, si bien es una de las áreas donde pueden presentar
más dificultades, puede ser también una ocasión para estimular sus habilidades
más deficitarias: el dibujo, la perspectiva, la percepción espacial o la psicomo-
tricidad fina, entre otras. Probablemente haya que adaptar el nivel de exigencia
además de adoptar las ayudas a las que venimos aludiendo hasta ahora. Por
ejemplo, será necesario facilitar explicaciones e instrucciones más concretas
para conseguir ese tipo de habilidades.
Por su parte, la Música y la estimulación musical siempre será beneficiosa
para los niños. En la Educación Musical hay que tener presente que tendrán más
dificultades que el resto en la interpretación de las notas en el pentagrama, ya
que en definitiva su valor depende de la distribución espacial. También muestran
dificultades de psicomotricidad fina a la hora de tocar los instrumentos habitua-
les en esta área. Por ejemplo, se muestran muy poco habilidosos para la flauta,
la guitarra y otros instrumentos donde la coordinación digital es indispensable.
Por otro lado, tienen más facilidad para «tocar de oído», memorizar melodías
y sobre todo, para aq uellos contenidos más teóricos o concept uales, como la
Historia de la Música.
5. Educación Física
Como ocurre en otras áreas, presentan especiales dificultades, pero a la vez es
una oportunidad para estimular su coordinación motora.
En este aspecto siempre ayudará que previamente vean cómo otros chicos
realizan los ejercicios, para tener un modelo. También les favorecerá adaptar
algunas actividades a su capacidad, reducir el nivel de exigencia y estar atentos
para evitar burlas o comentarios despectivos por parte de sus iguales.
En el área de Educación Física se inician y practican deportes de equipo. En
muchas ocasiones los niños que padecen TANV se muestran poco habilidosos
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en estos deportes, y por ello no siempre son aceptados como miembros de los
equipos. Los educadores deben estar atentos para evitar la competitividad en
este aspecto o que siempre sean los últimos en ser elegidos para los respectivos
equipos. Los profesores de esta área suelen tener recursos suficientes para ma-
nejar estas situaciones.
Silvia era elegida siempre de las últimas cuando los capitanes elegían juga-
dores para sus equipos. La profesora de Educación Física lo evitaba propo-
niéndola en ocasiones como capitana para elegir a los demás jugadores.
6. Religión
Los alumnos con TANV que optan por recibir formación religiosa no suelen pre-
sentar dificultades excepcionales en esta área. Normalmente se refieren a su
escritura y a los demás problemas de este tipo a los que ya venimos haciendo
alusión. La asimilación de contenidos no presenta problemas para este alumna-
do. Como también venimos insistiendo, la evaluación oral puede ser una buena
alternativa en esta asignatura.
* * *
De esta forma concluimos el capítulo dedicado a la intervención en el con-
texto escolar. Hemos aportado unas pautas generales para abordar las dificulta-
des que suele presentar el alumnado con TANV y hemos facilitado algunas me-
didas para aspectos más concretos, como adaptarse al ritmo de trabajo más
lento, para ayudar a orientarse en la hoja de papel, para su caligrafía deficiente,
la realización de exámenes o para mejorar la interacción social. Por último, he-
mos aportado algunas pistas sobre cómo pueden ser estos niños en las asigna-
turas de Educación Primaria y cómo afrontar los problemas habituales que se
puedan presentar.
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GJo MEDIDAS DE INTERVENCIÓN
EN EL HOGAR
a. Actitudes básicas
Existen niños con TANV que en casa se muestran tranquilos, más bien pasivos
y su actitud desespera a los padres. Por el contrario, existen otros que son más
inquietos o más desafiantes con las normas... Cada caso es un mundo. De to-
das formas, estas son algunas orientaciones y actitudes básicas que los padres
y madres deberían procurar mantener.
1. Comprensión y exigencia
Cuando un niño o una niña ha recibido un diagnóstico de TANV, lo primero que
deben pensar los padres es que su hijo tiene un problema y una serie de limita-
ciones. Su comportamiento, en alguna medida, estaba «justificado''· Pero la si-
guiente actitud no puede ser de compasión y conformismo, su hijo o hija puede
mejorar, tiene que hacerlo, y por ello hay que exig irle y ponerse manos a la obra.
Habrá que ser un poco más paciente.
En este sentido, la sobreprotección es siempre una tentación para las fami-
lias. Los padres sobreprotectores tratan de hacerles la mayoría de las cosas, de
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protegerles en exceso, reduciendo su campo de autonomía y responsabilidad.
Aunque siempre se hace con buena intención, tampoco contribuye a que los
niños mejoren sus dificultades; al contrario, se les envía el mensaje de que ellos
no son capaces de hacer las cosas por sí mismos y dependen de los demás. A
la larga, este mensaje de dependencia impide el desarrollo.
Por tanto, comprensión con sus limitaciones y, por otro lado, exigencia para
tratar de mejorar y desarrollar al máximo sus posibilidades, son las dos primeras
actitudes básicas con las que hay que contar.
-Otra vez te has puesto perdido el vestido con el puré. ¡Eres un desastre y
no tienes cuidado! ¿Cómo vamos a llegar a tiempo al médico ahora? -le
reprochaba la madre a su hija durante la comida.
3. El refuerzo positivo
Por el contrario, lo ideal para afrontar la intervención con los niños y las niñas
con TANV es el refuerzo positivo de las conductas adecuadas.
Cuando se refuerza positivamente la conducta que queremos que los niños
desarrollen, se consigue que aumente la motivación y, sobre todo, es una forma
concreta de decirles: «Puedes hacerlo igual o incluso mejor la próxima vez" . El
refuerzo positivo cuando se aplica convenientemente, aumenta la probabilidad
de que las conductas adecuadas vuelvan a aparecer.
Los refuerzos que suelen ser eficaces para la mayoría de los niños son los
siguientes: prestarles más atención cuando hacen las cosas bien que cuando no
las hacen, elogiarlos, dar muestras de satisfacción o también obtener determi-
nados privilegios.
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Comprensión y exigencia, evitar la compasión, la crítica destructiva o la so-
breprotección y emplear el refuerzo positivo son las primeras actitudes básicas
que se emplearán en la intervención desde el hogar.
4. Implicación de la pareja
Como siempre que hay algún tipo de dificultad en la educación o desarrollo de
los hijos, los padres deben mantenerse unidos e implicados por igual en la inter-
vención.
Ocurre en ocasiones, que uno de los miembros de la pareja parece más in-
hibido, se implica menos y deja el mayor peso al otro miembro de la pareja.
Cada uno puede tener su rol y su impronta, pero el hijo es de los dos y los dos
deben estar implicados.
En casos todavía peores de desacuerdo, los padres mantienen actitudes
opuestas frente al problema, como ocurre en el siguiente ejemplo:
Los padres de Daniel mantenían disputas cada vez más intensas sobre el
tema de su hijo. Mientras que la madre sospechaba que había un problema
y quería acudir a un profesional para que lo evaluarán y se encontrara una
solución, el padre ridiculizaba y quitaba importancia a la situación.
- Al niño no le pasa nada, ¿no ves que es pequeño? Los psicólogos lo
único que quieren es sacarnos el dinero y los profesores, unos incompeten-
tes. Además, eres demasiado exigente con él: ¿que se mancha comiendo?,
pues no pasa nada, se limpia y ya está. Verás como cuando tenga 20 años
sabe cortar el filete con cuchillo y tenedor. Lo único que te pasa es que eres
una obsesiva - protestaba el padre de Daniel.
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b. Enseñanza directa
Algunas de las habilidades que los demás niños aprenden de manera natural, los
que padecen TANV necesitan aprenderlo de forma más sistemática. Ya se ha
señalado que una de las características de estos niños es la dificultad para au-
tomatizar ciertas habilidades. En muchos casos, las adquieren simplemente
cuando se les explica cómo funciona lo que están aprendiendo y qué pasos
deben seguir.
Daniel también tenía muchas dificultades para abrir las puertas. Ponía la
mano de una forma muy extraña y la fuerza que intentaba ejercer era poco
eficaz. La madre le explicó cómo podía hacerlo mejor.
-Mira Daniel. si te das cuenta. cuando yo bajo la manivela. el picaporte se
mete para dentro y gracias a eso la puerta queda libre para abrirse, ¿ves?
-le decía mientras le hacía una demostración.
- Ahora fl]ate. Si coloco la mano al final de la manivela, resulta que está
más blandita y tengo que hacer menos fuerza. Si por el contrario. la coloco
más cerca de la cerradura. la manivela está más dura y tengo que hacer más
fuerza: prueba tú - le animaba su madre.
Entonces Daniel comprobó el mecanismo y cómo efectivamente el efecto
palanca era más efectivo cuanto más al extremo de la manivela colocara la
mano. Una vez comprendido el mecanismo. a Daniel le resultaba más fácil
abrir este tipo de puertas.
Como ocurre en el ejemplo, algunos niños y niñas con TANV necesitan este
tipo de explicaciones para dominar algunas destrezas manuales.
Otras habilidades son más complejas y requieren un largo camino hasta que
se dominan, por lo que su enseñanza es necesario dividirla en pequeños pasos:
por ejemplo, el proceso de hacer una cama requiere más acciones y por ello,
habrá que enseñarlo poco a poco .
Se enseñarán prioritariamente aquellas habilidades que sean básicas y casi
imprescindibles para su edad: vestirse, abrir recipientes, abrocharse botones,
subir cremalleras, abrir un yogurt, comer con cuchara, usar cuchillo y tenedor,
abrir puertas ...
Cuando se enseña directamente no hay que desesperarse. Si en los prime-
ros intentos no es capaz, no hay que insistir, se deja para más tarde y se procu-
ra evitar sentimientos de frustración o reproches.
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c. Adaptación
Daniel parecía incapaz de hacerse la lazada de las zapatillas . Pero no hubo
problema, sus padres optaron por usar con él zapatillas con velero.
Silvia tardó mucho tiempo en ser capaz de comer los filetes con cuchillo y
tenedor. Durante un tiempo lo hacía ella misma cortando la carne con unas
tijeras, hasta que llegó el día que dominó los cubiertos.
1. Ambiente relajado
La tarde de estudio debería afrentarse en un ambiente más o menos relajado y
tranquilo. Para los padres de niños con TANV esto parece algo imposible, pero
hay que intentarlo.
En la medida de lo posible se trata de preparar lo necesario antes de comen-
zar, hacerlo en un lugar tranquilo, sin distracciones como la televisión, el ordena-
dor o el teléfono móvil. Los padres tendrán que hacer un esfuerzo para evitar,
como ya hemos indicado, los gritos, las amenazas y los enfados. Habrá momen-
tos en los que no haya más remedio y todos perdamos los nervios, pero no
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perder de vista, que hay que tender a que el tiempo dedicado al estudio se rea-
lice en un ambiente tranquilo, relajado y sin prisas.
2. Tiempo limitado
Aunque en muchas ocasiones toda una tarde no parezca suficiente, los padres
deben establecer un tiempo limitado para realizar las tareas escolares, con un
principio y un fin delimitado. Cuando el tiempo se cumple, los deberes se dejarán
por donde estén. Se puede prolongar el tiempo unos minutos más por si queda
algo que rematar, pero seguir dedicando horas suele resultar poco productivo.
Los tiempos de referencia que se pueden dedicar como promedio para estu-
diar y hacer los deberes a diario suelen ser los siguientes: 1o y 2° de Primaria, 6-7
años, unos 40 minutos; 3° y 4° de Primaria, 8-9 años, entre 60 y 90 minutos; 5° y
6° de Primaria, 10-12 años, alrededor de 90 minutos. En Educación Secundaria,
entre 90 minutos y 2 horas.
El tiempo que se dedique de más suele resultar improductivo. Además suele
ocurrir que los deberes quizá se lleven hechos, pero es posible que cuando se
superen los tiempos, ya no se hayan comprendido ni asimilado.
Los padres de Daniel optaron por limitar el tiempo dedicado a los deberes.
Sería de hora y medida como máximo. Inicialmente parecía muy poco
tiempo. para lo que hasta ahora invertían. que era casi el doble. Comenza-
ban a las cinco de la tarde y a las seis y media como muy tarde, se daba por
concluido el tiempo de estudio y deberes. aunque no se hubiera terminado.
Una alternativa para los que no terminan a tiempo puede ser madrugar un
poco más y realizar parte de esos deberes por la mañana, antes de ir al colegio.
Es una medida que los padres valorarán si es viable, porque en muchos casos,
implica descansar menos o simplemente no compensa por distintos motivos.
A otras familias les funciona dividir el tiempo de estudio en pequeños perío-
dos, por ejemplo de 20 a 30 minutos, y hacer breves pausas. Esto es útil para
chicos que mantienen un tiempo de concentración o de trabajo breves. Sin em-
bargo, para otros, esta medida no es eficaz, porque les cuesta mucho volver a
retomar el estudio. Como alternativa, el tiempo de trabajo no se interrumpe, sino
que pasados 20 minutos con una materia, se pasa a otra aunque no se haya
terminado y, más tarde, se vuelve para terminarla.
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que se cumplía el tiempo. Parece que de esta forma el rendimiento mejora-
ba un poco más.
Por tanto, la regla general puede ser hacer algunas pruebas hasta encontrar
la fórmula que mejor funcione con vuestro hijo o hija.
Si en el tiempo estipulado no finaliza la tarea y van a llevar para el día siguien-
te ejercicios sin hacer, es conveniente avisar con una nota al profesor, indicán-
dole el tiempo que se dedicó al estudio y cómo con ello no ha sido suficiente.
3. Supervisar
Los niños con TANV deben ser lo más autónomos posible para realizar los debe-
res. Si solo t rabajan cuando estamos con ellos explicándoles ejercicio por ejer-
cicio, tarde a tarde, es probable que a medio plazo eso no conduzca a nada.
Llevarán la tarea hecha cada día, pero debemos enseñarles a trabajar solos.
Aunque esto suele ser lo más costoso de asumir por los padres, su misión
principal es la de supervisión . Supervisar implica que cumplan el horario de es-
tudio, que aprovechen el tiempo, que estudien sin distracciones, que les den
ánimos y palabras de aliento. A este respecto, los padres sí deben ser muy es-
trictos en evitar aquello que pueda distraerles en el t iempo de estudio.
Por ejemplo, con aquellos chicos más mayores que ya disponen de teléfono
móvil, los padres deben asegurarse de que está apagado y fuera de su alcance.
El hecho de estar pendiente de la recepción de mensajes de sus amigos hace
que la concentración y el aprovechamiento del t iempo sean menores. En esto,
las familias deben ser intransigentes.
La supervisión también implica estar informado; revisar periódicamente sus
cuadernos es una buena medida que les aportará mucha información a este
respecto.
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Si hay tareas que no saben realizar, sería más adecuado remitirlas con una
nota en la que le indicamos al profesor que efectivamente no sabe hacerlas,
para que en el colegio se tomen las medidas oportunas.
Los padres de Silvia se enteraron de que a algunos chicos les motiva el uso
de relojes de arena como una forma de controlar el tiempo. Le compraron
uno. pero pronto se dieron cuenta de que para Silvia. no iba a resultar efi-
caz: en lugar de hacerle trabajar más rápido. Silvia perdía mucho tiempo
ensimismada viendo caer la arena. De esta forma . decidieron retirárselo.
6. Otros aspectos
La ayuda de los padres de niños con TANV se debe centrar mejor en otros as-
pectos. Por un lado, no deben gastar demasiado tiempo y esfuerzo en la caligra-
fía. Aunque se les anime a escribir mejor y haya que corregirles en algunas oca-
siones, hacerle repetir una y otra vez lo escrito hasta hacerlo con calidad
adecuada es demasiado costoso y no está claro que resulte efectivo.
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Mejor es ayudarle a dominar el espacio gráfico de la hoja de papel, enseñar-
le a comenzar por el lugar adecuado, respetar los márgenes y renglones o adop-
tar una postura adecuada para escribir.
Ayudarles también en la organización general del estudio: preparar lo nece-
sario, priorizar las tareas, trabajar de manera organizada, aprender a gestionarse
el tiempo por sí mismo, a buscar información o buscar alternativas y estrategias
para resolver las tareas.
7. Reforzar positivamente
Como venimos insistiendo a lo largo de la guía, el refuerzo positivo suele ser lo más
efectivo a medio y largo plazo para animar y reforzar. También lo podemos aplicar
a la hora de realizar los deberes en el hogar. Esto implica que en muchos momen-
tos haya que corregir e incluso que regañar. Pero en las tardes de estudio deben
predominar las palabras de aliento, de ánimo y de reconocimiento del esfuerzo.
* * *
Finalizamos este apartado en el que hemos explicado algunas orientaciones
para afrontar los deberes escolares en casa. Hemos aconsejado establecer un
tiempo limitado para los deberes, con principio y fin; que la principal tarea de los
padres es supervisarles en el tiempo de estudio; segmentarle las tareas , utilizar
relojes para controlar el tiempo, enseñarles a dominar el espacio gráfico y estra-
tegias de organización general; y por último, reforzar positivamente sus logros y
su esfuerzo, afrontando cada tarde de estudio en un ambiente lo más relajado y
tranquilo posible.
e. Problemas de conducta
De lo que sabemos hasta ahora del TANV, no podemos concluir que vaya aso-
ciado a un problema o trastorno de la conducta. Es decir, que presentar trastor-
no de aprendizaje no verbal, no implica padecer un problema de la conducta de
tipo disruptivo. Sin embargo, algunas familias se encuentran con este problema,
no sabemos si es asociado al TANV, pero el caso es que ambos problemas con-
viven en un mismo niño o niña.
Cuando esto sucede, las peculiaridades de una conducta disruptiva en un
niño con TANV suelen ir asociadas a las dificultades para interpretar adecuada-
mente el lenguaje no verbal. Efectivamente algunos problemas provienen por no
interpretar correctamente bromas, miradas o expresiones de doble sentido. Eso
hace que donde hay un gesto simpático o incluso de cercanía, estos niños lo
interpreten como una burla, amenaza o agresión. Por tanto, responden de ma-
nera agresiva.
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Uno de Jos compañeros de clase de Daniel le guiñó el ojo desde el otro lado
de la clase con intención de saludarlo y animarlo. Sin embargo, Daniel
pensó que se estaba burlando de él. De nuevo, cuando las miradas se cru-
zaron, el compañero le volvió a guiñar. a Jo que el chico replicó:
-¡Señorita, José Antonio me está insultando!
En otros casos, su forma de hablar tan elaborada, sus expresiones tan rotun-
das, o su misma prosodia, son igualmente interpretadas por los demás como
ofensas o desafío. Cuando esto ocurra, una vez calmados los ánimos, siempre
será conveniente hacer un ejercicio de interpretar correctamente las situaciones.
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1. Enseñanza directa
Lo que la mayoría de las personas aprende de forma intuitiva en la comunicación
y las relaciones sociales, los niños con TANV necesitan una enseñanza más ex-
plícita.
En el caso de la comunicación, los padres tendrán que poner mayor empeño
en enseñar a interpretar precisamente esas sutilezas de la comunicación que
sus hijos no dominan, como el uso de la ironía, las metáforas, bromas o expre-
siones de doble sentido. De esta forma el niño irá adquiriendo un repertorio cada
vez más amplio de este tipo de expresiones. Además, aprenderá no solo a inter-
pretarlas, sino también a utilizarlas en las situaciones adecuadas.
Lo más efectivo suele ser partir de situaciones concretas en las que se haya
producido una confusión o interpretación literal.
Esas son las situaciones adecuadas para explicarle qué significado tienen
las expresiones de doble sentido o expresiones similares, que siempre se carac-
terizan por decir una cosa, pero significan, algo diferente.
La madre le explicó:
---«Me vais a quitar la vida» es una expresión que se utiliza cuando alguien
quiere decir que le están poniendo las cosas complicadas, que le están exi-
giendo mucho o que le están provocando pasarlo mal.
Daniel miró a su madre y le dijo:
-Entonces cuando te pones a mandarme muchas cosas seguidas, ¿te pue-
do decir que me estás quitando la vida?
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Los padres le enseñaron dos estrategias para liberarse de aquellos niños
que se metían con frecuencia con él. Lo primero que le dijeron fue que les
dejara claro que no le gustaban las burlas y que no volvieran a hacerlo:
-No me gusta que me digáis eso, así que. por favor. no vuelvas a hacerlo más.
La segunda estrategia era evitar estar con estos chicos y mantenerse lo más
distante de ellos.
2. Otras estrategias
Para que los niños con TANV puedan mejorar sus interacciones sociales se ne-
cesitan dos condiciones:
1. La primera es tener oportunidad de relacionarse, sobre todo en situacio-
nes no estructuradas y dirigidas por adultos. Por eso, acudir al parque o
a espacios al aire libre donde estar con otros niños es tan beneficioso
para ellos. Los padres deben facilitar que sus hijos participen en activida-
des extraescolares, deportivas, asistir a cumpleaños y otros eventos.
2. La segunda condición para que pueda mejorar sus interacciones sociales
es que estas sean reforzantes, es decir, que sean experiencias positivas
que animen al niño a repetirlas. Hay que animarles y favorecer que se re-
lacionen con niños que les respeten , que les entiendan ... que de alguna
manera los acepten como son.
No se trata de prohibirles que se relacionen con determinados niños, sino
simplemente, de favorecer y potenciar la relación con aquellos chicos que
son una amistad positiva para ellos.
- Carolina es una niña especial para nuestra hija. Es tranquila y muy respe-
tuosa con ella. Aunque a veces se enfada, vemos que la aprecia, la com-
prende y le ayuda. Silvia también está a gusto con ella y le da buenos con-
sejos. Muchas semanas la invitamos a casa a merendar y hacer los deberes
-comentan los padres de Silvia.
* * *
Con esto damos por concluido este capítulo en el que nos hemos centrado
en las pautas a seguir desde el hogar. Hemos comenzado señalando unas acti-
tudes básicas previas que deben marcar la intervención desde casa. A continua-
ción, hemos desarrollado dos medidas generales que también se llevarán a ca-
bo según las circunstancias : la enseñanza directa o la adaptación. Finalmente,
hemos abordado tres situaciones que suelen ser motivo de demanda por parte
de muchas famil ias: la realización de deberes, los problemas de conducta y las
dificultades de comunicación e interacción social.
-80-
0o LA ESTIMULACIÓN SISTEMÁTICA
Además de todas las medidas de intervención que hemos venido exponiendo, tan-
to en el contexto escolar como en el contexto familiar, añadimos la estimulación y
la rehabilitación sistemática de los aspectos más afectados en los niños y niñas
que padecen trastorno de aprendizaje no verbal. Algunos de los que hemos llama-
do «Síntomas diana,, del TANV, mejoran cuando se estimulan de forma sistemática.
En este capítulo de la guía se explicará qué es estimular, en qué aspectos habría
que centrarla en el caso del TANV, qué estrategias se pueden emplear y cómo orga-
nizar la estimulación desde la escuela, el hogar o por parte de otros profesionales.
1. Qué es estimular
Cuando hablamos de estimular nos referimos a entrenar de forma sistemática,
continua e intencional una habilidad, función cognitiva o destreza. Se trata de
ensayar de forma adecuada, hasta adquirir esa habilidad, mejorarla o perfeccio-
narla, de manera que se consiga incorporar al conjunto de habilidades «automá-
ticas,, que el niño o la niña posee.
Muchos de los aspectos que se estimulan en los niños con TANV, el resto de
niños los adquieren de manera natural, sin un esfuerzo o entrenamiento espe-
cial. En algunos casos, gracias a la estimulación conseguiremos mejorar algunas
destrezas, aunque su desempeño no esté al nivel adecuado o promedio. Sin
embargo, en otros casos, probablemente sí se consigan normalizar esas habili-
dades y destrezas.
En el campo de la pedagogía y la psicología, la estimulación cognitiva ha
demostrado su eficacia. Esta no depende de la cantidad. A veces no es cuestión
de dedicar muchas horas al día. Parece ser que los resultados de la estimula-
ción, a estos niveles, son más efectivos cuando se realizan «en pequeñas do-
sis,,, pero con continuidad en el tiempo. La clave de la estimulación depende
más bien de la precocidad con la que se inicie y de que entrenemos la habilidad
más ajustada a las necesidades del niño.
-81-
La velocidad de procesamiento de Silvia solo era baja cuando tenía que
completar alguna tarea escrita o cuando la respuesta era gestuaL Sin em-
bargo. si la respuesta era verbal. por ejemplo al nombrar dibujos. su veloci-
dad era adecuada. Por ello, la estimulación solo se centró en estos dos tipos
de velocidad de procesamiento: escrita y gestuaL
- 82 -
La estimulación debe trabajar poco a poco, centrándose en dos o tres as-
pectos como máximo. No pretendamos abarcarlo todo de una vez. Probable-
mente, mejorando unos aspectos mejoremos otros. Además, una vez que comien-
za y se lleva a cabo la rehabilitación, las personas responsables van descubriendo
y afinando más dónde están las dificultades y pueden concretar qué aspectos
mejorar.
En realidad , la estimulación es una primera fase de mejora. Mediante la esti-
mulación enseñamos y entrenamos de forma sistemática determinadas habili-
dades, pero es una situación un tanto «artificial, y que podríamos llamar «de
laboratorio». Después es necesario que esas adquisiciones se generalicen y se
apliquen en el contexto natural. Por ello, las medidas que ya hemos explicado de
intervención en el aula y en el hogar, servirían para completar la rehabilitación y
generalizar las habilidades adquiridas.
- 83 -
c. Actividades para estimular
la coordinación motora
La coordinación motora implica diferentes aspectos. Los más importantes son
la coord inación de brazos, la coordinación de piernas y el equilibrio estático y
dinámico.
1. La coordinación de brazos
Implica habilidades como lanzar y recibir objetos, hacer blanco, botar una pelo-
ta, pasar un objeto de una mano a otra o controlar la fuerza con los propios
brazos. El nivel de destreza dependerá de la edad del chico o de la chica.
Las actividades de estimulación se realizarán en función de las dificultades y
de los aspectos más afectados. Algunas de las que se pueden realizar son: lan-
zar y recibir una pelota o un cojín , hacer blanco en una diana, en los bolos, en un
tragabolas o encestar; recoger objetos con una pala; botar pelotas de diferente
tamaño, llevar objetos en una bandeja; pasar una pelota o un palo de una mano
a otra, golpear con un martillo variando la intensidad o tocar un xilófono. En al-
gunas actividades se podrá incorporar la variable de hacerlas con los ojos cerra-
dos o de utilizar en unos casos el brazo derecho y en otros el izquierdo.
Algunos juegos y la práctica de determinados deportes pueden ayudar a
mejorar esta coordinación: el juego de los bolos, jugar con palas o raquetas, el
balonmano, voleibol , béisbol o baloncesto, entre otros.
2. Coordinación de piernas
La coordinación de piernas supone diferentes habilidades y destrezas. Andar y
correr de forma coordinada, subir y bajar escaleras, saltar, controlar una pelota
con el pie, hacer blanco o controlar la fuerza con las piernas.
Las actividades que se real izarán para estimular este aspecto pueden ser:
gatear (aunque el niño ya sea mayor y sepa hacerlo), correr sorteando hitos,
subir y bajar peldaños de diferente altura, saltar de aro en aro, parar una pelo-
ta con el pie, dar un puntapié a una pelota estática y en movimiento, hacer
blanco sobre objetos o sobre una portería golpeando una pelota con el pie,
saltar a la comba .. .
Al igual que ocurre con la coord inación de brazos, se pueden introducir va-
riables, como hacer algunas actividades con los ojos vendados o usando la
pierna derecha y la izquierda. También hay algunos juegos y deportes que ayu-
dan a mejorar esta coordinación: el fútbol o el béisbol jugado con el pie.
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3. Equilibrio estático y dinámico
La última habilidad de coordinación motriz gruesa es el equilibrio estático y di-
námico. Algunas de las dificultades más frecuentes suelen estar referidas a
mantenerse sobre un pie, marchar de puntillas o uniendo la pu ntera y el talón;
andar hacia atrás, andar sobre una línea, andar a la «pata coja» o saltar y guardar
el equi librio.
Las actividades consistirán en realizar esas mismas habilidades. Se comenza-
rá con pequeños recorridos y apoyándose en la persona que haga de estimulador.
Silvia no era capaz de andar sobre una línea. De esta forma se dispuso de
unos ladrillos de plástico que tienen bastante anchura. Comenzó andando
sobre ellos y apoyándose en el brazo de su madre. Andaba despacio y apo-
yada. Poco a poco, se le pidió que comenzara suelta y solo cuando fuera a
perder el equilibro se apoyara. Progresivamente fue adquiriendo más equi-
librio en esta actividad.
-85-
de estas actividades son: modelar con plastilina o arcilla, picar, despegar go-
mets, clavar con precisión chinchetas, abrir y cerrar cajas o frascos, apretar una
pelotita con la mano, colocar fichas de dominó o muñecos en pie sin que se
caigan, apretar y aflojar tornillos, usar teclados de instrumentos musicales, de
ordenador o de otros aparatos, utilizar pinzas de la ropa, ensartar piezas y aba-
lorios para hacer collares o coser, entre otras.
Además de las actividades específicas de estimulación, algunos juegos tam-
bién pueden ayudar a mejorar estos aspectos; por ejemplo, la papiroflexia ayuda
a mejorar la coordinación y fuerza digital, así como el manejo de los mandos de
videojuegos, los teclados analógicos o táctiles de equipos electrónicos, como
las tablets, móviles u ordenadores, los jug uetes desmontables y similares.
1. Estructuración espacial
Es una habilidad relacionada con la distribución de los objetos en el espacio.
Los niños con problemas de estructuración espacial suelen tener dificultades
para imitar distribuciones de objetos en una serie de casillas, realizar puzles o
colocar figuras en la misma posición de una que hace de modelo. En las activi-
dades escolares, estas dificultades se manifiestan, como ya hemos señalado, en
el dominio del espacio gráfico o a la hora de colocar las cifras en las operaciones
aritméticas.
Las actividades de estimulación sistemática que se pueden llevar a cabo
son: utilizar dos tablas con el mismo número de casillas; por ejemplo, comenzar
con dos tablas de 4 x 4 casillas. En una de ellas, el educador coloca cinco fichas,
una en cada casilla, distribuidas al azar. El niño o la niña tiene que colocar en la
otra tabla sus cinco fichas en la misma distribución. Progresivamente se podrá
aumentar la dificultad, aumentando el número de casillas de las tablas. Una ta-
rea similar pero más compleja consiste en utilizar dos tablas con objetos en
identificar las diferencias en la distribución de las mismas. Otras actividades de
estructuración espacial son completar figuras humanas a las que les faltan algu-
nas partes, la realización de puzles, comenzando simplemente por dos piezas
hasta aumentar la dificultad, o imitar construcciones realizadas con figuras
geométricas, entre otras. Los puzles, el Tangram , el juego de la batalla naval, las
damas y el ajedrez, sirven también para estimular y mejorar la estructuración
espacial.
-86-
2. Orientación espacial
Se trata de la capacidad de procesar información relacionada con la posición de
los objetos en el espacio. Las dificultades habituales incluyen el dominio de los
conceptos derecha-izquierda, identificar como iguales figuras en espejo, utilizar
correctamente planos y mapas y, sobre todo, la capacidad de orientarse.
La orientación espacial se puede estimular con múltiples actividades depen-
diendo del nivel de competencia del niño o de la niña. Algunas de estas activi-
dades son: imitar gestos y posiciones del educador, colocado a su lado y colo-
cado en frente; identificar dibujos cada vez más complejos que se encuentran en
la misma posición que un modelo; seguir las trayectorias indicadas por un edu-
cador; colocar objetos en la misma posición de rotación que un modelo; recorrer
pequeños circuitos con los ojos cerrados; seguir o proponer itinerarios utilizando
planos y mapas.
3. Visiopercepción
La visiopercepción es la capacidad de reproducir figuras, dibujos o trayectorias
respetando la orientación y estructuración espacial. A los niños con TANV les
cuesta reproducir dibujos sencillos, como una casa, una bicicleta, un cubo tridi-
mensional, o dibujos más complejos formados por diferentes líneas y figuras
geométricas. En algunos casos son incapaces de reproducirlos; en otros, sus
producciones son de muy baja calidad, olvidan partes o la distribución no se
corresponde con el modelo.
Las actividades de estimulación se propondrán , como siempre, graduando
el nivel de dificultad. Por ejemplo, se puede comenzar copiando líneas sencillas
y progresivamente copiando dibujos cada vez más complejos. Ayudará que el
educador realice primero el dibujo modelo verbal izando en voz alta las instruc-
ciones y facil itando alguna estrategia para hacerlo.
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Después el niño o la niña copiará la reproducción. También es una buena
tarea de estimulación realizar más tarde el mismo dibujo con los ojos vendados.
Reproducir las horas de un reloj analógico también estimula la visiopercepción.
Se puede comenzar con relojes reales o de juguete y más tarde dibujando las
flechas en dibujos de relojes mudos o en blanco. Otra tarea de más complejidad
consiste en reproducir las trayectorias de una línea realizada sobre una tabla de
puntos.
4. Percepción táctil
Ya comentamos que la percepción táctil puede ser un punto débil en los niños
con TANV y por tanto, debe ser objeto de estimulación. Consiste en discriminar,
identificar o reconocer objetos utilizando solamente el tacto.
Para rehabilitar este aspecto, se puede comenzar por introducir objetos fa-
miliares en una bolsa oscura y pedir al niño o a la niña que identifique cada ob-
jeto o que extraiga aquel que se le va demandando. Se pueden usar objetos
como una llave, un sacapuntas, una moneda, un lápiz, una goma de borrar, una
cuchara, un coche de juguete, una figura geométrica en madera, etc.
Una tarea más exigente consiste en utilizar letras de goma o madera. En
este caso, también se le irá solicitando que extraiga las letras que le vayamos
indicando: saca de la bolsa una ccM»; ahora saca una " F".
Más efectiva resulta la estimulación cuando se utiliza otro tipo de material.
Consiste en construir en madera, cartón o goma eva figuras con una forma libre,
por ejemplo, similares a las piezas de un puzle. El dibujo de las figuras también
estará disponible en papel. De esta forma, se le muestra la imagen que tiene que
buscar y se le pide que, valiéndose solo del tacto, la encuentre dentro de la bolsa.
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Para algunos niños y niñas con TANV, la escritura de letras está todavía a un
nivel de dificultad inaccesible y necesitan previamente dominar otros aspectos
de la grafomotricidad. En estos casos se comenzará por dominar trazos bási-
cos: verticales, horizontales, oblicuos y la combinación de los anteriores. Más
tarde se trabajarán trazos circulares y enlazados. De la misma forma, se comen-
zará con espacios de escritu ra amplios hasta llegar a realizarlos en la hoja de
papel o en una pauta.
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cas, como alegría, enfado, tristeza ... En otros, gestos más sutiles, como
asombro, extrañeza, sorpresa, desconcierto ... También forman parte de la
comunicación no verbal las gesticulaciones al hablar, los diferentes tonos
de voz, etc.
La interpretación se puede realizar asimismo a partir del trabajo con imá-
genes de rostros, el visionado de pequeños fragmentos tomados del cine,
teatro , televisión o grabando situaciones reales.
• El uso de la comunicación no verbal. El tercer paso, una vez que se iden-
tifican e interpretan , consiste en aprender a usar adecuadamente el len-
guaje no verbal. Para ello se le enseñará a emplear algunas estrategias
básicas, como mirar a los ojos del que habla, hacer gestos faciales asin-
tiendo para que el interlocutor perciba que se le está siguiendo y otras
estrategias en la misma línea. Se puede entrenar trabajando directamente
con un niño o niña o en pequeños grupos. Las dramatizaciones o juegos
de rol son una estrategia eficaz para entrenar este tipo de habilidades.
2. Lenguaje figurado
La interpretación y el uso del lenguaje figurado es otro aspecto que los niños con
TANV necesitan aprender. Nos referimos a expresiones de doble sentido, los
refranes, las metáforas.. .
Al igual que hemos explicado con los aspectos no verbales de la comunica-
ción, se trata de identificar ese tipo de expresiones, partiendo de casos concretos.
Además de identificarlas, se deberá saber interpretar su verdadero significado.
Por último, la parte más exigente será enseñarles a utilizar ese tipo de expre-
siones en situaciones de comunicación.
3. Diálogos
Las habilidades para el diálogo también se pueden entrenar y mejorar. Nos refe-
rimos a las primeras habilidades, como son respetar el turno de palabra, mante-
ner el tema de conversación mediante diferentes estrategias, mostrar interés por
el interlocutor o expresar la propia opinión de forma adecuada.
El trabajo sistemático se suele realizar en pequeños grupos, donde se expli-
can las habilidades que tienen que practicar, se plantea un tema de conversa-
ción , se ponen en práctica y se hace una valoración sobre la actuación de cada
uno de los chicos, señalando qué aspectos deben mejorar la próxima vez.
-90-
Las sesiones para mejorar las habilidades para el diálogo consistían en pro-
poner a los chicos un tema de conversación. Dos de ellos no participaban,
sino que hacían de observadores. Uno anotaba las habilidades que usaban
correctamente para mantener el diálogo de una lista que se le había propor-
cionado; el otro observador hacía más bien el papel de «abogado del diablo»
y anotaba todos los errores que se iban cometiendo durante la conversa-
ción. A Silvia le gustaba hacer este papel.
A los chicos se les ocurrió que Daniel podía hablar con Raúl y proponerle
que cada uno se pusiera de portero un gol. Después representaron la esce-
na en la que Daniel hacia la propuesta su compañero.
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las medidas propuestas para mejorar las habilidades sociales en los capítulos
precedentes referidos a la escuela y el hogar.
1. Tareas manuales
Cuando se quiere estimular la velocidad de procesamiento en tareas manuales
se pueden realizar actividades como colocar muñecos en pie, fichas de dominó
o piezas de ajedrez.
También sirven otras tareas, como colocar las piezas del ajedrez o las fichas
de las damas de determinada forma en el tablero, por ejemplo, colocar todas las
piezas solo en las casillas blancas; encontrar determinadas cartas en una baraja;
teclear series de letras determinadas en un teclado; por ejemplo, teclear todas
las veces que sea posible, en un t iempo limitado, la serie de letras y números
RLG9, RLG9 ... De la misma forma se puede pedir que reproduzca una secuen-
cia musical de notas en un teclado, xilófono o instrumento similar.
2. Tareas escritas
Para estimular la velocidad de procesamiento escrito, algunas tareas pueden
ser: colocar dentro de un conjunto de cuadrados, una cruz, una letra, un número
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o cualquier otro símbolo escrito; reproducir a mano una secuencia de letras y
números todas las veces que sea posible, en un tiempo limitado. Por ejemplo,
escribir durante 20 segundos varias veces la secuencia TLSUM , TLSUM. A partir
de un dibujo modelo, completar un conjunto de dibujos iguales a los que le falta
una parte; escribir debajo de una serie de letras mayúsculas su correspondiente
minúscula y actividades similares.
1. Escuela
Desde la escuela se adoptarán las med idas que hemos propuesto para el aula.
Pero además, se cuenta con dos recursos para la estimulación : los especialistas
de Pedagogía Terapéutica y los especialistas de Audición y Lenguaje. Normal-
mente estos profesionales tienen entre sus prioridades de intervención los niños
y las niñas considerados con necesidades educativas especiales. En el momen-
to de escribir esta guía, los alumnos con TANV y sus dificultades no tienen esta
consideración de necesidades especiales y, por tanto, no son prioritarios para la
intervención de estos especialistas. Sin embargo, por la organización interna de
algunos centros, estos profesionales sí los atienden finalmente.
En el caso de los especialistas de Pedagogía Terapéutica, su estimulación
puede centrarse en las habilidades académicas funcionales más afectadas, por
tanto, lectura, expresión escrita, cálculo o resolución de problemas aritméticos.
-93 -
También pueden trabajar aspectos relacionados con la motricidad fina, con las
habil idades perceptivas y espaciales y con la velocidad de procesamiento, si-
guiendo los criterios expuestos. Por su parte, los especialistas de Audición y
Lenguaje pueden abordar el entrenamiento de las habilidades comunicativas
que hemos expuesto.
2. Familia
Las familias suelen implicarse directamente en la estimulación de su hijo o hija con
TANV. En algunos casos, como los padres no son especialistas, pueden estimular
un tanto a ciegas, sin atender a las áreas fundamentales o sin emplear el material
o la metodología adecuados. Los criterios que los padres deben tener en cuenta
para estimular a sus hijos con TANV son los que explicamos a continuación:
• Qué aspectos estimular desde el hogar. Lo ideal es que sean los propios
educadores, en especial el orientador o la orientadora, el que recomiende
qué aspectos son los que debe estimular la familia. Normalmente esta
selección se hace en función de lo que se trabaja ya en el colegio. En unos
casos, la estimulación en el hogar busca reforzar lo que ya se está mejo-
rando; en otros, se pretenden cubrir áreas a las que no se llega desde la
escuela.
-94-
• Con p autas claras y concretas. Los padres no son especialistas y requie-
ren pautas claras y concretas sobre cómo actuar. Por tanto, necesitan q ue
se les detalle qué estimular, cómo hacerlo, con qué material y du rante
cuánto tiempo.
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• Estimulación suficiente. Si el niño recibe estimulación en el colegio y esta
se puede completar en el hogar, es posible que no requiera más estimula-
ción especializada y las necesidades queden cubiertas.
• Aspectos más especializados. Algunos aspectos sí pueden ser objeto de
estimulación por especialistas externos, normalmente porque el colegio o
el hogar no puede darles respuesta y por tener un carácter más especiali-
zado. Nos referimos principalmente a las habilidades de comunicación e
interacción social, pero también a la velocidad de procesamiento o a las
habilidades perceptivas y espaciales. Acudir a un especialista resultará
eficaz, al menos, como forma de iniciarse en estas habilidades.
• Conocedores del TANV. Se deben elegir profesionales que tengan expe-
riencia de trabajo con niños, con capacidad para conectar con ellos y por
supuesto, que conozcan las peculiaridades del trastorno de aprendizaje
no verbal.
• Coordinada con el colegio. La intervención especializada debe estar coor-
dinada con la actuación que se lleva a cabo en el colegio. Coordinación
implica compartir objetivos y conten idos. De alguna manera, es el espe-
cialista el que debe adaptarse a la escuela y no al contrario, porque no
suele ser realista y no favorece la normalización de los chicos.
• Tutor para los deberes escolares. Sí suele resultar bastante eficaz a las
familias buscar a una persona que acuda a casa varias veces a la semana
para ayudar a su hijo o hija a realizar los deberes. Su misión no es tanto
enseñarle contenidos, como ayudarle a organizarse el tiempo, a aprender
estrategias para afrontar las tareas y supervisarle, pues para los niños con
TANV, generalmente acudir a clases particulares con otros niños, no suele
resultar eficaz. De esta forma también, los padres evitarán las fricciones
habituales relacionadas con los estudios.
La relación con nuestra hija se había focalizado en el tema de los deberes esco-
lares. Nos habíamos convertido en sus profesores particulares y todo giraba en
tomo a eso. Pero nuestra labor estaba acompañada de disputas. enfados y
amenazas. Por eso decidimos buscar a una persona que le ayudará con los
deberes. La situación mejoró y pudimos recuperar nuestro papel como padres.
* * *
Concluimos este capítulo que hemos dedicado a la estimulación sistemáti-
ca. Comenzamos con unas consideraciones sobre la estimulación y sobre las
estrategias generales para llevarla a cabo. A continuación, hemos ofrecido algu-
nas orientaciones para estimular los aspectos más afectados en los niños y las
niñas con TANV: la coordinación motora, las habilidades perceptivas y espacia-
les, la mejora de la caligrafía, las habilidades de comunicación e interacción
social y la velocidad de procesamiento. Finalmente, hemos propuesto algunos
criterios para organizar la estimulación y para buscar ayuda especializada.
-96 -
conclusión
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TRASTORNO DE APRENDIZAJE NO VERBAL
Guia básica para familias y educadores
Los niños y niñas que padecen trastorno de aprendizaje no verbal (TANV) suelen
pasar por vagos, porque «cuando quieren, hacen las cosas». Tienen una letra
casi ilegible y una presentación pésima de sus cuadernos. Suelen ser muy lentos
en la realización de deberes escolares o en tareas de lápiz y papel. Presentan
pocas habilidades motrices, manuales y de orientación espacial. De esta forma
muestran dificultades para algunos deportes, para recortar, para manejar los
cubiertos en la mesa, para hacerse la lazada de los zapatos o para dibujar.
Además, pasan por chicos ingenuos que parecen no entender bromas, ironías y
otros aspectos no verbales de la comunicación con los demás.
El TANV es todavía poco conocido en nuestro país. Por todo ello, este libro
pretende ser una guía básica para los profesionales de la educación, maestros y
orientadores principalmente. También para las familias con hijos que reciben este
diagnóstico y que se preguntan «¿qué debemos hacer ahora?"