Pregunta Integradora Trabajo Final
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¿Cuáles son los efectos de la pandemia en el centro del Valle del Cauca?
12 de Abril de 2022
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Para el presente trabajo, es imprescindible abarcar áreas de derecho, que de forma intrínseca
les atañe referirse y hablar sobre este suceso tan inesperado, la Pandemia generada por el virus COVID-
19, que afecto al mundo y a nuestro país desde una problemática social y jurídica. Cuando inició la
pandemia y con ella el confinamiento, hubo un cambio drástico en la forma en que vivíamos y
trabajábamos cotidianamente, y con ello la justicia de manera indefinida estuvo paralizada.
Primeramente y referente a lo anterior, del marco legal de emergencia en nuestro país y por la
declaratoria del estado de excepción, se derivaron problemas jurídicos sustanciales y aquellos
institucionales, ya que no hubo capacidad de respuesta de Colombia para conjurar una crisis sin
repercusiones en el sistema democrático, jurisdiccional y político, por esto, el estado de excepción se
dio en un marco de irrespeto a los derechos humanos, esta problemática surge, toda vez que el centro
de la preocupación para el derecho se deriva de la concentración de los poderes públicos en cabeza del
ejecutivo, obviando convocar un gran diálogo democrático nacional en el seno del Congreso para revisar
y aprobar las salidas convenientes a la crisis mediante una legislación especial para estos casos de
pandemia; se crean decretos excepcionales con fuerza de ley de larga duración amparados en normas
para cortos periodos, lo que es gravoso para el Estado de derecho, ya que el Gobierno, en su condición
de legislador, abarca muchos temas sin los adecuados controles y sin convocar a todos los poderes
representativos del Estado. Precisamente, y posteriormente se usa la figura del control inmediato de
legalidad, la cual es un mecanismo que obliga a la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo a
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revisar la juridicidad de los actos administrativos generales, siempre que hayan sido expedidos
como desarrollo de los decretos legislativos durante los estados de excepción. A pesar de que trata de
un concepto jurídico indeterminado, la interpretación debe ser realizada conforme con el principio
constitucional de tutela judicial efectiva. Ya que en un sistema normativo que respeta y reconoce la
jerarquía normativa y, en el principio de supremacía constitucional, se debe preferir aquella que
garantice mayormente los derechos. Sin embargo, respecto de la vulneración de derechos que se
ocasionó por la restricción de derechos mediante decreto de estado de excepción, se tiene que el
Estado legislador es plenamente responsable de indemnizar los daños antijurídicos que se causen
por acción u omisión de la actividad legislativa. El Gobierno Nacional, en uso de la declaratoria de
estados de excepción, es plenamente responsable por los daños antijurídicos que cause a los
administrados derivados de la materialización de su voluntad mediante decretos legislativos o decretos
con fuerza de ley, en virtud de la emergencia, económica, social o ecológico o que constituya grave
calamidad pública, conmoción interior o guerra exterior. Según la (Constitución Política de Colombia,
art. 90, Col), el Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables,
causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas. En el evento de ser condenado el Estado
a la reparación patrimonial de uno de tales daños, que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o
gravemente culposa de un agente suyo, aquél deberá repetir contra éste.
En nuestro País, de acuerdo con datos del DANE, en 2020 más de 3,5 millones de colombianos
entraron a la categoría de pobres (medida desde su perspectiva monetaria). Esto llevó a que la
incidencia de la pobreza se ubicara en 42,5 %, con 21,2 millones de personas en este renglón a nivel
nacional. Por otra parte, la pobreza extrema se ubicó en 15,1 % en 2020, lo que representa a 7,4
millones de personas en esta condición. (El espectador, 2022).
La crisis pandémica dio lugar inesperadamente a una anhelada reivindicación de los derechos
sociales, sobre todo de aquellos relacionados con la garantía de un nivel de vida adecuado, proteger el
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derecho a la vida, pero no solo eso, sino desde una perspectiva en dignidad. Las medidas de contención
adoptadas durante la pandemia, como las cuarentenas, podrían considerarse como una confirmación
efectiva de los alcances y la necesidad de un nivel mínimo de vida, de existencia, de supervivencia. En
refuerzo de esta búsqueda de aseguramiento de un mínimo de vida. Durante la pandemia, se han
hablado sobre distintas alternativas que proponen recuperar la idea del establecimiento de un ingreso
básico universal, en Colombia esta idea se asemejo al subsidio por pandemia otorgado por el gobierno,
pero en nuestro país debe replantearse esa idea y buscar nuevas alternativas, ya que, a pesar de los
subsidios, e intentos del gobierno, estos no pudieron llegar a tiempo, y tampoco a toda la población
afectada
Según (Decreto 1168 de 2020, art. 10, Col) la violación e inobservancia de las medidas
adoptadas e instrucciones dadas mediante el presente Decreto, darán lugar a la sanción penal prevista
en el artículo 368 del Código Penal y a las multas previstas en el artículo 2.8.8.1.4.21 del Decreto 780 de
2016, o la norma que sustituya, modifique o derogue. Los gobernadores y alcaldes que omitan el
cumplimiento de lo dispuesto en este decreto serán sujetos de las sanciones a que haya lugar.
Según informes oficiales del 2020, en el país un promedio de dos personas son sancionadas por
minuto y más de 5.000 colombianos han sido detenidos por incumplir estas normas. Pese a que la razón
por la que las autoridades implementaron restricciones especiales ante la pandemia, es evitar el
contagio masivo de la covid-19 en Colombia, desde marzo del año pasado, cuando iniciaron estas
medidas, se han impuesto más de 1 millón 390.000 comparendos por incumplir estas medidas. Cifra
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que preocupa a las autoridades, sobre todo si se tiene en cuenta que en promedio, cada hora en el país
se imponen un promedio de 97 comparendos por incumplir estas medidas, lo que equivale a dos
sancionados por minuto. (La FM, 2021).
Referente a esta situación antes mencionada, el objetivo del decreto de estado de excepción,
fue de alguna forma ejercer control y restricción sobre unos derechos para salvaguardar otros derechos,
en pro del bienestar general.
Pero, a pesar del ‘’objetivo anterior’’, a decir verdad, en esencia, el Estado social y democrático
de Derecho garantizado por la Constitución Política no permite que el fin justifique los medios
porque los derechos fundamentales y sus garantías son innegociables, irrenunciables e inembargables.
No se trata de cuestionar la prohibición de retorno en materia de avances en derechos ciudadanos
que hoy consagra y defiende el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Se trata más bien de
garantizar y proteger el legado de años y siglos de esfuerzo por la construcción igualitaria, libertaria y
democrática, que constituye la declaración universal de derechos humanos y por ende establecida en
nuestro bloque constitucional, es por esto que no debe de aplicarse el derecho penal, sin tomarse como
ultima ratio, y sin aplicarse en un contexto social y enfrentarse una realidad como la de Colombia, donde
por cultura o por necesidad, personas se vieron obligadas a salir a las calles para poder subsistir, y
analizando las cifra solo hizo de que surgiera un desgaste desmesurado del poder punitivo y un atropello
de derechos humanos.
Además de lo anterior en los contratos civiles y mercantiles que estaban en ejecución, los
deudores a causa del aislamiento obligatorio empezaron a encontrar dificultades para cumplir sus
obligaciones, poniendo el ejemplo de las personas a quienes les suspendieron o terminaron sus
contratos de trabajo y por ello enfrentaron problemas para pagar cánones de arrendamiento de sus
viviendas, o como también sucedió con los arrendatarios de locales comerciales quienes debido a la
falta de afluencia de público no contaron con recursos para pagar a sus proveedores, trabajadores,
arrendadores, etc y tuvieron que cerrar.
En el área civil, se utilizó la figura del caso fortuito y fuerza mayor; según la (Ley 84 de 1873, art.
1604, Col) el deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora o
que haya sobrevenido por su culpa. A su vez, el artículo 64 del mismo Código (subrogado por el artículo
1º de la Ley 95 de 1890), define al caso fortuito o fuerza mayor – sin que en este caso resulte necesario
volver a la bizantina discusión si entre uno y otra hay o no diferencias – como “…el imprevisto a que no
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es posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los autos (sic) de
autoridad ejercidos por un funcionario público, etc.”, siendo claro que cuando la norma dice “autos”
debe decir “actos” de autoridad competente. La responsabilidad por incumplimiento exige un juicio de
imputabilidad, es decir: cuando se haya cometido dolo o culpa del deudor y a contrario, tal como lo
señala el artículo 1604 citado, no hay lugar a responsabilidad cuando el incumplimiento no le es
imputable, pues proviene del caso fortuito.
Los requisitos para que opere el caso fortuito, reconocidos tanto por la doctrina como por la
jurisprudencia, son: a) no ser imputable al deudor; b) la irresistibilidad y c) la imprevisibilidad.
el llamado en este momento de profunda crisis, es a que, siguiendo los principios de la buena fe
y de confianza legítima que deben primar en las relaciones contractuales, de mutuo acuerdo y
conscientes del nuevo escenario que nos impone la guerra contra el COVID 19, se revisen los contratos y
se ajusten considerando los efectos de los hechos imprevistos que afectan su ejecución.
Este contexto saco a la luz el vacío normativo existente en las normas que se encargan de
consagrar las instituciones de la imprevisión de los contratos y la lesión enorme, porque estas, están
predeterminadas en normas especiales de carácter excepcional, y estos preceptos no admiten
aplicación analógica ni extensiva, argumento por medio del cual, el juez no puede aplicar dichos
conceptos jurídicos a supuestos que no se encuentren regulados en la norma, por lo cual se vio la
necesidad de buscar solución en los principios y normas de carácter general.
Basados en principios rectores para la solución de estos casos, como el principio de Buena Fe,
los contratos deberán celebrarse y ejecutarse de buena fe, en consecuencia, obligarán no sólo a lo
pactado expresamente en ellos, sino a todo lo que corresponda a la naturaleza de los mismos, según la
ley, la costumbre o la equidad natural. La gran innovación normativa de dicho precepto consiste en que
el contrato comercial queda integrado, tanto por el texto convenido verbalmente o escrito, incluso bajo
forma notarial, junto con los denominados deberes secundarios de conducta:
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Por lo anterior no es necesario forzar instituciones o figuras para encuadrar los hechos y
acontecimientos generados por el Covid-19, como la imprevisión, el caso fortuito o la fuerza mayor, sino
que la equidad natural y los principios sirven para llevar esos efectos de estos casos, el legislador lo
consagra como un derecho en favor del contratante afectado por virtud de circunstancias
extraordinarias originadas por una pandemia.
Es por esto que, desde el área de derecho comercial las personas que sostenían contratos de
local comercial, les asiste el derecho a solicitar el restablecimiento del equilibrio contractual, y si su
contratante se niega a hacerlo mediante un acuerdo de reajuste contractual, podrá este acudir al juez o
árbitro, para que dé por terminado el contrato por violación al principio de la buena fe, y especialmente,
al deber secundario de buscar la equidad natural.
Referencias
Constitución Política de Colombia. 20 julio, 1991. Diario Oficial No. 116. (Colombia). Recuperado
[CONSTITUCION_POLITICA_1991] (secretariasenado.gov.co)
Corte Suprema de Justicia [C.S.J], Marzo 27, 2022, Sala Civil. Exp. 2006-00535. Colombia.
27/03/2022. Recuperado de S - 27-03-2012 (1100131030032006-00535-01) | PDF | Evidencia (ley) |
Instituciones sociales (scribd.com).
Decreto 1168 /2020. Por la cual se imparten instrucciones en virtud de la emergencia sanitaria
generada por la pandemia del Coronavirus COVID-19, y el mantenimiento del orden público y se decreta
el aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable. 25 de Agosto de 2020. Diario Oficial
No. 51417. (Colombia). Recuperado de Decreto número 1168 de 2020, por el cual se imparten
instrucciones en virtud de la emergencia sanitaria generada por la pandemia del Coronavirus COVID-19,
y el mantenimiento del orden público y se decreta el aislamiento selectivo con distanciamiento
individual responsable (vlex.com).
Economía. (2020, Agosto 5). Crisis servida: 3880 restaurantes cerrados en el Valle del Cauca. El
País. Crisis económica por la pandemia del coronavirus ha ocasionado el cierre de 3880 restaurantes en
el Valle del Cauca (elpais.com.co).
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(Colombia). Recuperado de Leyes desde 1992 - Vigencia expresa y control de constitucionalidad
[CODIGO_CIVIL] (secretariasenado.gov.co).
Redacción La FM. (2021, Febrero 2). En Colombia, cada minuto dos personas violan restricciones
por pandemia. La FM. Sanciones por violar restricciones por coronavirus en Colombia | La FM.
WHO, World Health Organization. (2020). Novel Coronavirus (2019-nCoV) Situation Report 3.
https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation.