Caso 1 Emprender o Emplearse
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Caso 1 Emprender o Emplearse
C18-05-001
Para inicios del 2004, Raúl Rico renunció a una empresa de Telecomunicaciones y
necesitaba definir qué camino tomar. Por un lado, Raúl podría contratarse en una empresa
de Telecomunicaciones ya que contaba con amplio conocimiento técnico sobre está área.
Por otro lado, despertaban en Raúl sus antiguas y frecuentes intenciones de iniciar un
negocio relacionado a consultoría y desarrollo de sistemas de telecomunicaciones.
Después de algunos días Raúl asistió a un par de entrevistas de trabajo que consiguió,
gracias a sus conocidos dentro de otras empresas de telecomunicaciones; el paquete salarial
era atractivo al igual que las actividades de los puestos. También Raúl asistió a una cita en
la incubadora de empresas del Tecnológico de Monterrey, Institución que le apoyaría para
convertir su idea de negocio en una empresa.
La encrucijada de Raúl era incorporarse a una empresa y tener un atractivo salario o iniciar
un negocio por su cuenta. En las próximas cuatro semanas tenía que tomar una decisión, ya
que los ahorros de su antiguo empleo se terminarían.
Raúl Rico
De 25 años, el mayor de tres hermanos; hijo de Raúl Rico quién durante los últimos 35
años estuvo trabajando para el Instituto Mexicano del Petróleo, empresa de investigación
del gobierno mexicano y de Esther Guisa, dueña por más de 20 años, de un pequeño
restaurante en una zona industrial al norte de la Ciudad de México.
Este caso fue escrito por el Profesor Roberto Arturo James López con el propósito de servir como material
de discusión en clases, no pretende ilustrar buenas o malas prácticas administrativas.
Algunos datos de este documento han sido modificados a petición de las personas e instituciones
involucradas.
Derechos Reservados © Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; Av. General Ramón
Corona No. 2514 Col. Nvo. México, Zapopan, Jalisco 45140, México. El ITESM prohíbe cualquier forma de
reproducción, almacenaje o transmisión de la totalidad o parte de esta obra, sin autorización por escrito.
hiciera de algunos miles de pesos para poder adquirir sus gustos extras; sobre todo aquellos
que no eran patrocinados por sus padres.
Mientras cursó sus primeros semestres aplicó para trabajar en American Express México
(AMEX), para Servicio a Clientes, área que no le convencía porque creía que no se
relacionaba con su carrera profesional, sin embargo, le ayudó a entender las
responsabilidades que se adquieren al trabajar en una empresa trasnacional, dedicada a los
servicios. Raúl nos comentó sobre esta época “Después de conocer un poco más el
funcionamiento del proceso de mi área, diseñé, con apoyo de mi padre, un pequeño sistema
para automatizar el proceso de armado e impresión de certificados, y otras pequeñas
funciones de mi área. Creo que AMEX fue una buena experiencia para mi, en ocasiones
algo estresante por la demanda de trabajo y mis estudios, pero conocí el método de trabajo
en una empresa muy grande”.
Desde los tiempos en que Raúl estaba en el quinto semestre, tuvo en mente que el
desarrollo software podría resultar una idea de negocio atractiva, especialmente había
detectado que existía oportunidad de mercado para el negocio de monitoreo de las
telecomunicaciones en México, sobretodo para empresas medianas y grandes. Por esta
razón en cuanto tuvo la primera oportunidad para trabajar en una empresa del ramo, la
aprovecho. Raúl se gradúo como Ingeniero en Sistemas Electrónicos en Diciembre del
2001 y para inicios del 2002 se contrató como becario en TelcoIN, compañía dedicada a la
consultoría en Telecomunicaciones.
Cuando Raúl llegó a TelcoIN, la empresa contaba sólo con el dueño y con él. Gracias al
nicho tan especializado que atendía; análisis de redes computacionales, la empresa
comenzó a crecer y al cabo de dos años llegó a tener una atractiva facturación.
Dicho en palabras de Raúl “Cuando ingrese a esa empresa era el primer empleado, y
trabajaba con mi jefe en una pequeña oficina de 3 x 3. En los tres años que siguieron, está
creció hasta tener alrededor de seis empleados entre personal de consultoría, administrativo
y de ventas. Debo reconocer que aprendí mucho, particularmente en el aspecto técnico en el
área de redes, el nivel de ventas de la empresa era bueno en relación a la cantidad de
personal con la que contaba, por lo que considero que la empresa era rentable, los servicios
que esta ofrecía estaban dirigidos fundamentalmente al sector corporativo”.
La primera decisión:
Después de algunos meses trabajando en TelcoIN, Raúl empezó a notar algunas
irregularidades en la compañía, como la comercialización de software ilegal e
incumplimiento de promesas de la compañía con los clientes, esto aunado a un síntoma de
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rendición de cuentas exagerada a los directivos, hicieron que Raúl decidiera dejar la
compañía y diseñara un nuevo futuro laboral.
Eran tantas las situaciones extrañas en TelcoIn que días después de que Raúl dejó la
compañía recibió un ataque por la vía legal, cuando el dueño de la empresa le exigió firmar
un contrato de confidencialidad en el que debía comprometerse a no trabajar durante dos
años en el mismo giro de la empresa. Para Raúl, esta posición fue injusta y fuera de toda
proporción legal. Finalmente Raúl, logró salir bien librado de esta experiencia con ayuda de
un consejero legal.
Esta situación hizo que Raúl se sentara a reflexionar sobre su futuro; por un lado, sabía que
tenía potencial para ingresar a trabajar a cualquier empresa mediana o grande que tuviera
un departamento de desarrollo de software o integración de soluciones de
telecomunicaciones. Pero también, la idea de iniciar un negocio propio volvía a tomar
fuerza debido a que ya había escuchado de una iniciativa del Tecnológico de Monterrey por
apoyar el desarrollo de nuevos negocios: las incubadoras de empresas.
Los siguientes días Raúl estuvo platicando con su familia y algunos amigos cercanos sobre
lo que sucedió en TelcoIN y sobre todo tratando de buscar la mejor decisión para su futuro.
Por un lado Raúl sabía que podría realizar algunas llamadas telefónicas con conocidos para
continuar su proceso de entrevistas en empresas de tecnología y por otro lado estaba la
opción de arrancar un negocio.
Con estas dos opciones sobre la mesa, Raúl debía tomar una decisión buscando que fuera la
mejor para su proyecto personal y profesional. El dinero que había logrado ahorrar de su
trabajo previo ya no era mucho y el apoyo económico familiar estaba por terminarse, al
menos así se lo había hecho saber su papá.
Raúl decidió como primer paso contactar a algunos de sus conocidos y asistió a algunas
entrevistas, las vacantes resultaban interesantes tanto en responsabilidades como en salario.
Una de las opciones era Grupo Salinas (Elektra), una segunda opción era el Gobierno del
Distrito Federal y también un par de entrevistas en empresas de consultoría en tecnología.
El salario que le ofrecían oscilaba entre los 15 y los 20 mil pesos.
También, durante los primeros días de marzo del 2004, asistió a su primera cita a la
Incubadora de Empresas para conocer un poco más sobre el modelo de incubación, el
alcance y beneficios que podría obtener para su nueva aventura comercial.
El entorno y la industria
Para el año 2004, el Gobierno Estatal por parte de la Secretaría de Economía había
desarrollado un primer programa integral denominado FONDO PYME que buscó apoyar a
micro y pequeños empresarios de México, especialmente aquellos que se acercaban a
instituciones que contasen con una Incubadora de Empresas.
En la industria del software, sólo algunas grandes compañías en México lo podían costear,
tal era el caso de Softtek, Neoris y algunas otras compañías transnacionales que se
desarrollaban en México. Por parte del gobierno ya existía una propuesta conocida como
Prosoft que tenía como objetivo impulsar a la industria de software y extender el mercado
de tecnologías de información en México.
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Durante la última década, la industria del software en México se podría resumir en las
siguientes tres características que proporcionó la Secretaría de Economía 1 :
• México tenía un nivel de gasto en tecnologías de la información y comunicaciones
(TIC) de 3.2% del PIB y se ubicaba en el lugar 50 a nivel mundial
• Países como la India, Irlanda y Singapur habían sido exitosos en desarrollar su industria
de software como motor de su crecimiento económico.
• México contaba con un gran potencial para desarrollar esta industria dada su cercanía
geográfica y el mismo huso horario con el mercado de software más grande del mundo
(EUA); la red de tratados comerciales más extensa de mundo; y afinidad con la cultura
de negocios occidental.
El momento de la decisión:
Cuando Raúl llegó a su primera cita a la incubadora de empresas, le explicaron el modelo
de incubación de empresas del Tecnológico de Monterrey, el alcance que tenía el programa,
los beneficios y el apoyo que recibiría por parte de un grupo de asesores especializados
para el desarrollo de su negocio. También durante esa reunión, Raúl aprovechó algunos
minutos para explicar las ideas básicas de que lo que tenía pensado como negocio de
consultoría y desarrollo de sistemas para telecomunicaciones, siendo un servicio que tenia
la finalidad de ofrecer información detallada sobre el estado real de la infraestructura
tecnológica de cualquier organización.
Preguntas e interrogantes salieron a la mesa de discusión en el tiempo que Raúl platicó con
el encargado de la Incubadora, temas relacionados con los aspectos que realmente hacen
que un negocio tenga éxito o fracase; por ejemplo, la incorporación de socios, la familia, la
energía, la búsqueda de financiamiento, la pasión que no debe perder el emprendedor, entre
algunas otras variables que las incubadoras de empresas ponen en la mesa, frente a los
emprendedores para ayudarlos a determinar sus probabilidades de éxito empresarial. Todos
estos puntos formaron parte de una nueva serie de interrogantes que Raúl debería
solucionar en los próximos días.
1
http://www.economia.gob.mx/
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Los días pasaban y Raúl debía tomar una decisión pronto, había platicado en varias
ocasiones con su familia y sabía que contaba con ellos para cualquiera que fuera la
decisión, pero también estuvo conciente que ya no quería representar una carga económica
para ellos y sobre todo, sentía que se estaba estancado y necesitaba darle movimiento y
dinámica a su desarrollo personal.
También en el tiempo que estuvo investigando sobre el negocio de consultoría se dio cuenta
que ya existían una docena de pequeñas y medianas empresas en México, desarrollando la
misma idea de negocio que él tenía en mente, esto le ocasionó mayor presión para tomar
una decisión respecto a su futuro profesional.
¿Qué opción tomar? En aquellos días Raúl pensaba: "¡Tengo muchas dudas! Y varios
temores también. Me encuentro sin trabajo, y aunque la idea de generar un negocio la
vengo fraguando desde un par de años atrás, la realidad es que dudo, si este sería el mejor
momento, tengo una idea general de lo que quiero sobre el negocio, en términos del
desarrollo de nuestro software y de algunos servicios, pero no tengo capital, ni suficientes
contactos, y a decir verdad me encuentro un poco desanimado por la falta de trabajo.”
El tiempo para decidir se terminaba y Raúl debería elegir entre contratarse en una empresa
con una remuneración salarial atractiva para un joven de 25 años y sobre todo con las
responsabilidades laborales que a él le atraían o dedicarse de tiempo completo a diseñar su
nueva empresa e ir venciendo poco a poco todos aquellos temores que lo acompañaban.