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República Bolivariana de Venezuela

Pontificia Universidad Católica Santa Rosa


Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Escuela de Comunicación Social
Cátedra: F.H.C
Sección: D01B

DESACRALIZACIÓN,
DESCRISTIANIZACIÓN Y CRISIS DE FE

Estudiante:
Profesor: Scarleth Mesidor
Jose 04241338439
Mansilla. Scarlethmesidor01@gmail.com
C.I. 31.237.354

Caracas, Marzo del 2022


En el siguiente ensayo, se habla de la
de la fe como virtud Humana y don divino, de
la desacralización, es decir de perder el
carácter sagrado, de la descristianización, que
es apartarse de la fe cristiana; Se habla
también de la increencia y sus orígenes y de
la crisis que hay en cuanto a perdida de fe por
parte los hombres hacia Dios y sus
enseñanzas.

La Fe Humana y la Fe Divina.-
Para comenzar debemos conocer que
es la Fe en conceptos generales. Pues la fe
es: es la seguridad o confianza en una
persona, cosa, deidad, doctrinas o
enseñanzas de una religión, y, como tal, se
manifiesta por encima de la necesidad de
poseer evidencias que demuestren la verdad.
Cuando hablamos de fe humana, se
trata de que en quien creemos es en un ser
humano; Por otra parte La fe divina es
esencialmente la respuesta de la persona
hacia Dios, y la transmisión de esa fe se
verifica mediante el testimonio del creyente.
Hay lugar para ambos tipos de fe
(divina y humana) pero en diferente grado. A
Dios le debemos fe absoluta porque Él tiene
absoluto conocimiento y es absolutamente
veraz. La fe, más que creer en algo que no
vemos, es creer en alguien que nos ha
hablado. La fe divina es una virtud teologal, es
decir, un don de Dios que nos capacita para
reconocer que es Dios quien habla y enseña
en las Sagradas Escrituras y en la Iglesia.
Quien tiene fe sabe que por encima de toda
duda y preocupaciones de este mundo las
enseñanzas de la fe son las enseñanzas de
Dios y por lo tanto son ciertas y buenas.

La increencia y sus orígenes.-


La increencia es la falta de creencias
religiosas, la postura opuesta a la creencia.
Este término se solapa con el de ateísmo
débil, una forma de ateísmo, es decir, de no
creencia, que no niega categóricamente la
existencia de dioses, sino que se caracteriza
por la ausencia de fe en su existencia.
La increencia es un fenómeno que
viene de la mano de la secularización (el paso
de alguien o algo) y la indiferencia hacia el
hecho religioso, y concierne sobre todo a la
modernidad.Sería exagerado atribuir la
difusión de la increencia y de las nuevas
formas de religiosidad a una sola causa, tanto
más cuanto que el fenómeno se halla más
vinculado a comportamientos de grupo que a
decisiones individuales. En este ámbito se
produce un debate entre posturas clericalitas
(que usan la religión para lograr un fin político)
y laicistas (movimiento político) acerca del
lugar que debe ocupar la religión en la
sociedad.
Actos de crítica de la religión como las
caricaturas de Mahoma (el último de los
profetas), producen una división de opiniones
entre quienes los califican de legítimo ejercicio
de la libertad de expresión y quienes ven en
ellos una ofensa innecesaria.
El no creyente mantiene que todas las
afirmaciones de los profetas acerca de Dios
son falsas o metafóricas, y que las supuestas
revelaciones divinas son en realidad unos
mitos. Pueden asimismo pensar que una
doctrina que se ha prolongado durante años y
ha cubierto las necesidades de muchas
generaciones demuestra que es el tipo de
doctrina que perdura y se satisface, pero no
que es divina.

La iglesia católica, también se ha


pronunciado y dado su opinión acerca de la
increencia, pues opinan que las causas de
esta son las pretensiones de la ciencia
moderna, la visión del mundo sin ninguna
referencia a Dios, el hecho de que el ser
humano sea considerado como centro del
universo. Esta exaltación del individuo
significa que la Iglesia ya no es aceptada
como una autoridad doctrinal y moral.

Crisis de Fe.-

El papa Benedicto XVI señalo que una


de las mayores amenazas de la fe cristiana,
es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de
la Iglesia, en el cual, aparentemente, todo
procede con normalidad, pero en realidad la fe
se va desgastando y degenerando en
mezquindad. Entre las causas de esta crisis
se encuentra un modo de vivir la fe, un modo
de ser cristiano y de ser Iglesia.

En la constitución pastoral sobre la


iglesia en el mundo actual, está plasmado
que: Se apartan de la verdad quienes,
sabiendo que nosotros no tenemos aquí una
ciudad permanente, sino que buscamos la
futura, piensan que por ello pueden descuidar
sus deberes terrenos, sin advertir que
precisamente por esa misma fe están más
obligados a cumplirlos.

Pero no menos equivocados están


quienes, por el contrario, piensan que pueden
dedicarse de tal modo a los asuntos terrenos
como si estos fueran del todo ajenos a lo
religioso, como si lo religioso se redujera a
ciertos actos de culto y a determinadas
obligaciones morales.

Ahora hay una gran incógnita y es


¿cómo se puede acabar con la crisis de Fe?
El papa cree que la solución podría ser que,
en el Año de la Fe debemos poner la mirada
fija en Jesucristo, ya que con él fue con quien
inicio y es quien completa nuestra fe. En él
encuentra su cumplimiento, todo afán y todo
anhelo del corazón humano: la alegría del
amor, la respuesta al drama del sufrimiento y
el dolor. En él, se iluminan plenamente los
ejemplos de fe. Y, en ese sentido, dice que
"por la fe, los mártires entregaron su vida
como testimonio de la verdad del Evangelio,
que los había transformado y hecho capaces
de llegar hasta el mayor don del amor con el
perdón de sus perseguidores”

Vivencia Cristiana

Cada uno es llamado a hacer algo en


su vida. Si una persona decide ponerse al
servicio de una causa más importante que sus
solas preferencias personales, se dice que
responde a una vocación, la vocación es una
cierta manera de vivir la vida, comprenderla y
ordenarla como un servicio. La vocación es
ser "llamado", "ser llamado por" y "ser
llamado para".
Esto requiere una escucha, una respuesta.

Para los cristianos, la llamada viene de


Dios, de la Palabra de Cristo que invita a
seguirle ya ser testigos en el mundo y en la
historia. Todo cristiano está llamado a hacer
de su vida una respuesta y un servicio. Las
maneras de servir son múltiples según los
tiempos y los lugares y la forma de llevarla a
cabo.

Cualquiera que sea nuestra vocación,


somos llamados a la santidad, a participar en
la plenitud del amor de Dios, a amar y a ser
feliz y hacer felices a los demás. La santidad
es una llamada universal dirigida por Dios a
todos los bautizados.

Entre los cristianos, algunos son


llamados a consagrar su vida con un don total
a Dios y al servicio de una misión como
sacerdote. Dios da a cada uno su propia
vocación para contribuir al mejoramiento de
esta sociedad en la que vive. Y su respuesta y
exigencia consiste en dejarla mejor de lo que
se la encontró cuando empezó sus pasos por
ella.

El cristiano es llamado a dar testimonio de


Dios en todas las dimensiones de su vida: la
familia, el trabajo, el tiempo libre. Hay
ciertamente experiencia del vivir cristiano: de
lo que implica la vivencia de la fe y de cuanto
aporta como conciencia de sentido, como
invitación a la esperanza, como apertura al
amor y a la entrega.

Para expresar el fundamento del vivir


cristiano, la realidad a la que debemos acudir
se designa con un término bien conocido: fe.
Y la fe no es experiencia, sino entrega a la
Palabra divina e iluminación de la inteligencia
(conocimiento) al penetrar en ella esa Palabra.
Es porque el cristiano cree, porque se fía de la
palabra de Dios, por lo que edifica su vida
entera sobre esa palabra. En la medida en
que efectivamente viva así experimentará los
gozos y las exigencias, la apertura de sentido
y la invitación a la entrega que el cristianismo
implica y otorga.

Dios Presente otras Religiones.-

En cada una de las diversas religiones


que existen, encontramos a una deidad divina
suprema, en el Cristianismo esta deidad es
Dios y aunque es el mismo Dios en otras
religiones es llamado por otros nombres.

Los nombres de Dios están asociados a las


formas en que se concibe la idea de la
divinidad y presentan numerosas variantes.
En el judaísmo (Religión judía) Dios es
llamado Yahveh o Yahweh; otros prefieren la
derivación Jehová) Es el nombre más
importante de Dios, junto con Elohim, el cual
significa “El Supremo”.

Allah, es el nombre en árabe más


usado para referirse a Dios en el Islam. Su
origen proviene de "el Dios" en árabe y se
usaba en la época pre-islámica para designar
a la divinidad venerada en La Meca. La
traducción más apropiada al español es "Dios"
y los musulmanes lo identifican con el mismo
Dios del cristianismo y judaísmo.

En el movimiento rastafari, el
emperador Haile Selassie, nacido con el
nombre de Ras Tafari Makonnen, al hacerse
coronar emperador de Etiopía se hizo llamar
Jah Rastafari, siendo Jah, apócope de Yahvé,
el apelativo que recibe Dios en este
movimiento.

En las Religiones chinas, es llamado


por Shangdi, que significa, literalmente ‘rey
superior’, era el dios supremo adorado en la
antigua China. También se usaba para
referirse al Dios cristiano en la versión de la
Biblia en Mandarín estándar. Asimismo, los
cristianos coreanos y vietnamitas usan
cognados de este nombre para referirse al
dios bíblico. Otro de los nombres dados por
los chinos es Shen ‘Dios, espíritu o deidad,
que fue adoptado por misioneros protestantes
en China para referirse al Dios cristiano.
También tenemos el nombre de Zhù, Tian
Zhu, que significa. ‘Señor en el cielo, se
traduce al español como ‘señor’, utilizado
como título formal para el Dios cristiano en las
iglesias de China continental. Y por último,
tenemos el nombre de Tian que es ‘cielo’ o
‘paraíso se usa para referirse al cielo o a este
como una personificación.

Para todos estos nombres, usualmente se


escriben en mayúscula. Sin embargo,
personas ateas (no creyentes) lo escriben en
minúscula, refiriéndose a una entidad menor a
ellas.

Tenemos el budismo la cual es una


religión o filosofía sin un ser superior en el
sentido de creador universal o creador de la
raza humana. El histórico Buda, también
conocido como Siddhartha Gautama Buddha,
el cual es considerado un ejemplo de cómo un
ser humano ha alcanzado lo primordial, lo
eterno, la esencia contenida dentro de todos
los seres y fenómenos.

Por otro lado tenemos el hinduismo,


religión de la india, en la cual encontramos
múltiples deidades, que cumplen u ofrecen
dones diferentes y alguno de ellos llamados
por diversos nombres.

En mi opinión todos somos libres de creer y


practicar en la religión que queramos aunque
para algunas personas esto signifique
apartarse del verdadero y único Dios y que
por no ser cristiano no conseguiremos la
salvación de nuestras almas y no llegaremos
al reino de Dios

Conclusión.-

Toda fe nace de la confianza, de la


apertura hacia el otro, de nuestra
generosidad, de la gracia misma de confiar en
nosotros mismos por lo que hacemos. Con fe
puede moverse metafóricamente una montaña
en el sentido más natural de voluntad.
Por la fe, muchos cristianos han
promovido acciones en favor de la justicia,
para hacer concreta la palabra del Señor, que
ha venido a proclamar la liberación de los
oprimidos y un año de gracia para todos
La historia es testigo de cuánto ha
cambiado la cultura humana a lo largo de los
siglos. Pues bien, Jesucristo puso los medios
para que el recuerdo de su Persona y de sus
enseñanzas no estuviese sometido a los
cambios y modas de los tiempos. Más sin
embargo, en la sociedad moderna se han
hecho presentes manifestaciones pálidas,
encubiertas, fragmentadas y rotas de lo
sagrado. Por todas las cosas que están
pasando en nuestro planeta, las Guerras, las
devastaciones naturales e incluso el mismo
odio entre nosotros mismo, debemos buscar
de Dios.

Hasta este momento era fácil distinguir


lo sagrado de lo profano; ahora hay que
esforzarse continuamente por develar en la
masa de los acontecimientos históricos la
salvación que los atraviesa. Una labor de
discernimiento permanente que hace de la
vida cristiana una tensión continua. Porque el
hombre ya no puede entregarse ni a la
evasión ni a la pura aceptación, sin más

En los conflictos nacionales e


internacionales se ha reconocido un fuerte
componente religioso, que también ha llevado
a preguntarse por el rol que pudiera estar
jugando la religión en ellos. Las situaciones de
injusticia y pobreza siguen lacerando a la
humanidad y plantean serios interrogantes a
nuestros modelos de desarrollo, a la justicia y
a la paz. Las religiones pudieran ser
indiferentes ante el hecho, legitimarlo
religiosamente o bien ser un factor de cambio
y transformación social, un aporte efectivo a
una sociedad más digna para todos

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