La Epidemia de Fiebre Amarilla en El Puerto Del Callao

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Espiral 1(2): 183 - 195. http://dx.doi.org/10.15381/espiral.v1i2.

17141
eISSN: xxxx-xxxx, ISSN: 2663-8134
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Artículos
La epidemia de fiebre amarilla en el puerto del Callao
durante 1868

The yellow fever epidemic in Callao port during 1868


Sally Inga Rumiche a y Carlos Carcelén Reluz b
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
a
sallyrosaselizabeth.inru@gmail.com
b
ccarcelenr@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-7645-4955

RESUMEN
En la segunda mitad del siglo XIX fueron redescubiertas las propiedades fertilizantes del guano, para
extraer este producto era necesario contar con mano de obra por lo cual se fomentó la migración de
trabajadores chinos al Perú. Al coincidir la llegada de ellos con la aparición de la fiebre amarilla se formó
el prejuicio de que estos habían introducido la enfermedad al país a través de los miasmas. Al brotar
una fuerte epidemia de fiebre amarilla a inicios de 1868, el Estado Peruano, puso en práctica una serie
de políticas que buscaban frenar el avance del mal, dichas políticas fueron aplicadas con gran énfasis
en el Puerto del Callao, ello debido a que aquí anclaban barcos con tripulación asiática, hecho que lo
convertía en un potente foco de infección. Estas políticas consistían por ejemplo en pasar inspección a los
buques que arribaban al puerto, y en el caso de ser alguno de estos sospechosos de portar la enfermedad
mandarlos a hacer cuarentena a la isla San Lorenzo. Pese a las precauciones tomadas estas no tuvieron
el efecto esperado, ya que no contrarrestaban en sí la raíz del problema (la enfermedad se produce por
la picadura del mosquito Aedes aegypti) ello debido al desconocimiento científico. Generándose así una
serie de prejuicios erróneos hacia los inmigrantes chinos. Para desarrollar el presente trabajo se abordaran
tres partes, en la primera se hará una descripción de la coyuntura económica y el proceso de inmigración
china, en la segunda parte se describirá la introducción de la fiebre amarilla en el Puerto del Callao y
finalmente en la tercera parte se desarrollara las principales medidas que tomó el Estado para frenar la
propagación de la fiebre amarilla, asimismo se analizará los prejuicios hacia los pobladores chinos.

ABSTRACT
In the second half of the nineteenth century, the fertilizing properties of guano were rediscovered,
in order to extract this product it was necessary to have labor, which encouraged the migration
of Chinese workers to Peru. When their arrival coincided with the appearance of yellow fever, the
prejudice was formed that they had introduced the disease to the country through miasmas. When a
strong yellow fever epidemic broke out at the beginning of 1868, the Peruvian State put into practice
a series of policies that sought to curb the advance of evil, these policies were applied with great
emphasis on the Puerto del Callao, due to the fact that here anchored ships with Asian crew, which
made it a powerful source of infection. These policies consisted, for example, of passing inspection to
ships arriving at the port, and in the case of any of these suspects of carrying the disease, send them
to quarantine to San Lorenzo Island. Despite the precautions taken, they did not have the expected
effect, since they did not counteract the root of the problem (the disease is caused by the bite of the
Aedes aegypti mosquito) due to scientific ignorance. Thus generating a series of erroneous prejudices
towards Chinese immigrants. To develop this work three parts will be addressed, in the first one a
description of the economic situation and the process of Chinese immigration will be made, in the
second part the introduction of yellow fever in the Port of Callao will be described and finally in the

Recibido: 30/03/2019 Aceptado:20/10/2019

Citar como:
Inga, S. & Carcelén, C. (2020). La epidemia de fiebre amarilla en el puerto del Callao durante 1868. Espiral, revista de geogra-
fías y ciencias sociales, 1(2), 183 - 195. http://dx.doi.org/10.15381/espiral.v1i2.17141

© Los autores. Este artículo es publicado por Espiral, revista de geografías y ciencias sociales de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos. Este es un artículo de acceso abierto, distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Atribucion - No
Comercia_Compartir Igual 4.0 Internacional. (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/) que permite el uso no comer-
cial, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que la obra original sea debidamente citada.

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Sally Inga Rumiche y Carlos Carcelén Reluz

third The main measures taken by the State to stop the spread of yellow fever will also be developed, as
well as prejudices towards Chinese residents.

PALABRAS CLAVE:
Fiebre amarilla; Callao; Epidemia; Precaución.

KEYWORDS:
Yellow fever; Callao; Epidemic; Caution.

1. Introducción
El boom económico del guano iniciado en 1850 hizo evidente la necesidad de
contar con mano de obra para la extracción de este producto y otras actividades como
la agricultura en las haciendas costeras del Perú, razón por la cual se importaron
trabajadores chinos para esa labor. Al coincidir la llegada de ellos al territorio peruano
con la aparición de la fiebre amarilla, se generó la creencia de eran los causantes de
dicho mal, puesto que serían portadores de los miasmas, descomposiciones orgánicas
que causaban la enfermedad al ingresar al cuerpo humano. Una de las epidemias de
fiebre amarilla que causó los mayores estragos del siglo XIX fue la de 1868. Debido
a ello el Estado Peruano puso en práctica una serie de políticas que buscaban frenar
el avance de la epidemia, dichas políticas fueron aplicadas con gran énfasis en el
Puerto del Callao, espacio donde anclaban barcos con tripulación asiática, hecho que
para el imaginario social lo convertía en un potente foco de infección. El presente
trabajo busca responder la siguiente interrogante ¿Cuáles fueron las políticas puestas
en práctica por el Estado Peruano en el puerto del Callao durante la epidemia de
fiebre amarilla de 1868?
Para ello abordaremos el presente trabajo en tres partes, en la primera se hará una
descripción de la coyuntura económica de entonces es decir el boom del guano y como
esta produjo las condiciones necesarias para la migración de los trabajadores chinos
al Perú. En lo que respecta a la segunda parte en esta se mencionara como se llegó a
introducirse la fiebre amarilla en el Puerto del Callao y finalmente en la tercera parte
se describirá las principales políticas que tomó el Estado para frenar la propagación
de la fiebre amarilla, asimismo se analizará las emociones colectivas y prejuicios que
existieron en torno a los pobladores chinos en el Callao durante la epidemia de 1868.

El boom del guano y la llegada de los pobladores chinos


En los albores de 1840 fueron descubiertas las propiedades fertilizantes del
guano1, razón por la cual sería altamente demandado por países europeos en vías
de industrialización, trayendo como consecuencia un incremento en los réditos del
Gobierno peruano, lo cual permitió a los mandatarios de turno llevar a cabo “una
generosa política fiscal”2. Esto permitió cancelar la deuda externa e interna, abolir el
tributo indígena y pagar la manumisión de los esclavos, además de edificar grandes
obras públicas tales como las líneas ferroviarias3, el panóptico de Lima, el Hospital

1 “El guano es el excremento seco de las aves marinas. La combinación correcta de condiciones naturales, las fuertes
profundidades de la corriente del Humboldt, los billones de pequeños peces que esta genera, los millones de aves
marinas que siguen sus huellas, dejo con el pasó de los siglos, depósitos asombrosos de excrementos, ricos en nitrógeno y
fósforo no lixiviado, que lo convirtieron en el mejor fertilizante natural que la humanidad conoce”. Para más información
véase: GOOTENBERG, Paul (1998) “El descontento del Guano”. En Imaginar el desarrollo. Las ideas económicas en el Perú
poscolonial. Lima: IEP – BCRP, p. 17.
2 MÜCKE, Ulrich (2010). “Burguesía limeña”. En Política y burguesía en el Perú. El partido civil antes de la guerra con Chile.
Lima: IFEA – IEP, p. 40.
3 La mayor parte de líneas ferroviarias construidas por el erario público no fueron terminadas o en su defecto no
cumplieron las expectativas por falta de mercadería a exportar. En contraste a ello, las pequeñas líneas privadas sí
resultaron rentables, ya que partían desde los ingenios azucareros, campos de algodón y las líneas de nitrato hacia los
puertos vecinos. Para más información véase: MÜCKE, Ulrich (2010). “Burguesía limeña”. En Política y burguesía en el Perú.
El partido civil antes de la guerra con Chile, p. 46.

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Dos de Mayo4, y asimismo se adquirió embarcaciones como el Rímac (primer barco a


vapor), la cañonera Pilcomayo, los monitores Manco Cápac y Atahualpa, entre otros, para
la modernización de la Armada peruana.
Para la extracción de este bondadoso producto “no se necesitó contar con una
tecnología especial o efectuar una gran inversión de materiales e infraestructura,
simplemente había que palearlo en sacos y llevarlo a las naves que lo esperaban”5,
de allí que se diga que “el guano fue un monopolio sin costo de producción”6. No
obstante, a pesar de sólo requerirse mano de obra para su extracción, existieron serios
problemas en torno a ello, ya que las “barreras sanitarias como el paludismo que se
cebaban en los migrantes serranos al llegar a la costa, sumada a la ausencia de una
presión demográfica sobre la tierra que empujara a los campesinos de la sierra a la
migración”7 hacían complicado emplearlos como mano de obra, razón por la cual se
decidió importar trabajadores chinos para la extracción de este fertilizante.
La migración de pobladores chinos al Perú inició durante el primer gobierno de
Ramón Castilla (1845 – 1851), puesto que en durante este periodo se promulgó según
la publicación del miércoles 21 de noviembre de 1849 del diario El Peruano una ley
por el Congreso de la República en la que se mencionaba “que la agricultura del país
se encontraba postrada por la falta de brazos (fuerza de trabajo o como comúnmente
se decía, mano de obra), por lo cual era necesario fomentar la migración extranjera y
proteger a esos empresario llamados introductores de colones a los que se consideraba
que estaban arriesgándose justamente por ser los iniciadores”8.Cabe mencionar que
la referida ley precisaba las siguientes exigencias para poder introducir a los colonos
a nuestro país:
“Los colonos extranjeros podían ser de cualquier sexo, su número no debía bajar de 50
individuos, que podían tener entre diez y cuarenta años […] por cada colono una vez
internado (y cumplidas las condiciones exigidas), el Tesoro Público otorgaría una prima
de treinta pesos, para lo cual sería necesario tener a la vista los contratos”9.
Esta ley además concedía a Domingo Elías y a Juan Rodríguez la exclusividad como
primeros introductores por el periodo de cuatro años. El ingreso de los colonos debía
hacerse en los departamentos de Lima y La Libertad, al ingresar estos trabajadores
a territorio peruano quedaban “extensos de pagar contribuciones y de hacer servicio
militar por un lapso de diez años, para lo cual se tendría en cuenta su fecha de ingreso
al país”10.
De acuerdo a lo planteado por el historiador Humberto Rodríguez en su artículo El
inicio de la trata amarilla al Perú y sus actores (2012) esta ley fue proclamada en un inició
con la intención de fomentar la migración en general a nuestro país, sin embargo, al
comenzar a introducirse chinos en gran cantidad se le empezó a denominar la “ley
china” aunque según su perspectiva debió denominarse “ley chinera” puesto que ella
abrió el tráfico amarillo a nuestras costas.
Se puede calcular que entre 1849 y 1874 llegaron al Perú alrededor de cien mil
migrantes de origen chino, lo que llegó a significar el flujo migratorio extranjero más
4 RAMÓN JOFFRÉ, Gabriel. (2004) El guión de la cirugía urbana: Lima 1850 – 1940. En ensayos en Ciencias Sociales (3)
Recuperado http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/libros/CSociales/ensayos_ciencias/v1n1/a02.pdf, p. 14- 16.
5 MÜCKE, Ulrich (2010). “Burguesía limeña”. En Política y burguesía en el Perú. El partido civil antes de la guerra con Chile, p. 38.
6 SHANE, Hunt (2011). “Guano y crecimiento en el Perú del siglo XIX”. En La formación de la economía peruana. Distribución
y crecimiento en la historia del Perú y América Latina. Lima: IEP, p. 100.
7 CONTRERAS, Carlos; CUETO, Marcos (2007). “República del guano”. En Historia del Perú contemporáneo, cuarta edición.
Lima: IEP – PUCP – Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, p. 140.
8 RODRÍGUEZ PASTOR, Humberto (2012). “El inicio de la trata amarilla al Perú y sus actores”. En La inmigración china al
Perú. Arqueología. Historia y Sociedad. Lima: Universidad Ricardo Palma – Instituto Confucio – Editorial Universitaria, p. 66.
9 Ídem, pp. 66 - 67.
10 RODRÍGUEZ PASTOR, Humberto (2012). “El inicio de la trata amarilla al Perú y sus actores”. En La inmigración china al
Perú. Arqueología. Historia y Sociedad, p. 67.

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elevado del siglo XIX, ellos regularmente arribaban al Puerto del Callao y de allí eran
trasladados en carretones o a pie hacia diversas haciendas de la costa, lugar donde
reemplazaron la mano de obra de los esclavos africanos11.
La mayoría de los chinos partían desde el puerto de Macao, las condiciones higiénicas
con las que convivían durante el viaje eran bastante precarias, razón por la cual
algunos de ellos adquirían enfermedades en el trayecto “En la mañana de hoy ha
fondeado en este puerto la fragata Portuguesa Pedro 1° procedente de Macao en
cuyo puerto embarcó 680 colonos asiáticos de los cuales vienen a su bordo 653 y de
estas 14 se hallan con escorbuto”12. En ocasiones más drásticas los culíes terminaban
pereciendo ante la enfermedad. En el siguiente cuadro tomado de la memoria del
cónsul británico H. Hutchinson, se realiza una de breve descripción de la cantidad de
chinos que partieron, fallecieron y llegaron al Callao en la década de 1860.

Tabla N° 1. Inmigración China al Perú en la década de 1860


AÑO LLEGARON EMBARCADOS DESDE MUERTOS EN EL VIAJE
MACAO
1860 1,413 2,007 594
1861 1,440 1,860 420
1862 1,003 1,716 713
1863 1,628 2,301 673
1864 6,410 7,010 600
1865 4,540 4,794 254
1866 5, 929 6, 543 614
1867 2, 184 2, 400 216
1868 4, 266 4, 387 121
1869 2, 291 2, 366 75
1870 7, 544 7, 917 373
Totales 38, 648 43, 301 4, 653
Fuente: Bonilla, Heraclio (1976). “Informe sobre el movimiento comercial del Callao de 1867 a 1870 y parte
de 1871 por H. Hutchinson”. En Gran Bretaña y el Perú 1826 – 1919. Informes de los cónsules británicos.
Volumen III. Lima: IEP – Fondo del libro del Banco Industrial del Perú, p. 24.

Como se desprende del cuadro anterior, durante los viajes que se realizaron de Macao
al Callao, durante la década del 1860, falleció un total del 7% de trabajadores chinos.
En lo que respecta a su situación laboral esta se encontraba muy cercana al estado de
semiesclavitud y frecuentemente sus contratos que oscilaban entre cinco y ocho años
eran prolongados en base a mecanismos como el enganche a un periodo mucho mayor.
Con la llegada de los culíes al Perú se solucionó el problema de la mano de obra, no
obstante, surgieron otros inconvenientes, puesto que estos nuevos residentes del Perú
tenían una serie de hábitos poco comunes para los lugareños, como el de fumar opio,
practicar juegos de azar y dejadez en la higiene personal, hechos que no eran bien
vistas por la colectividad peruana de aquellos años:
El señor inspector superior de la baja policía, cuyo olfato está ya algo desarrollado, pasó
el miércoles último por la esquina del Baratillo —notó un mal olor, husmeó y sin más
datos que sus narices se introdujo en la tienda de un asiático, hombre entendido en
materia de inmundicias— después de muchos registros se descubrió al pie de la cama
del asiático una “olla de modonguito y cuatro de pescado podrido”. El inspector mandó

11 ROTTENBACHER, Jan (2013). Emociones colectivas, autoritarismo y prejuicio durante una crisis sanitaria: la sociedad
limeña frente a la epidemia de la fiebre amarilla de 1868 (Tesis de posgrado). PUCP, Lima, p. 18.
12 Archivo Histórico de Marina de Guerra del Perú, sección Prefectura del Callao 1868, caja 3, sobre 25, folio 5- 6. Informe
del Capitán de Puerto al Prefecto del Callao del 2 de febrero de 1868.

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La epidemia de fiebre amarilla en el puerto del Callao durante 1868

arrojar el modonguito y el pescado al río e impulsó al dueño una multa de veinticinco soles.
Aplaudimos al señor Salguero13.
A consecuencia de incidencias como esta, los chinos serán estigmatizados y acusados
de originar algunos males que asolaron a la sociedad como la fiebre amarilla.

2. El arribo de la fiebre amarilla al Puerto del Callao


La idea de que la fiebre amarilla fue importada por los chinos se basó en el
argumento que si bien es cierto la enfermedad había existido en forma endémica en
varias ciudades de América desde el siglo XVII, sólo apareció en Lima en “1850 cuando
las condiciones ecológicas, sociales se mostraron propias para ello”14, negándose así la
posibilidad de que esta enfermedad fuese originaria del Perú.
Una investigación que sustentó esta postura fue del médico francés C. Casset, miembro
de la facultad de medicina de París, quien remitió al decano de la escuela de Medicina
de San Marcos Miguel de los Ríos, una investigación titulada De la fiebre amarilla en
el Perú, en la cual le explicaba que esta enfermedad no podía ser oriunda de nuestro
país, ya que él no presenta las características o condiciones climáticas para generarla,
por lo cual su presencia sólo podía ser consecuencia de la importación.
“La fiebre amarilla no es oriunda del Perú, ha sido importada en el año 1852. En razón
de una situación particular, y de circunstancias climatéricas especiales, el inmenso litoral
del Perú, bañado por el Océano Pacífico, no ofrece condiciones favorables al desarrollo
espontáneo de esta enfermedad. Sus costas, en mayor parte arenosas, áridas, con mirage,
casi estériles, salvo algunos puntos agrícolas, que son como oasis de estos desiertos, gracias
á las tempestades de la Sierra, que favorecen en algunos meses con el producto de sus aguas
estas á comarcas […] No existía efectivamente en el Perú esta enfermedad antes del año de
1852, aunque hubiese tiempo atrás, sido endémica en Panamá y periódica en Guayaquil.
Por entonces, las comunicaciones eran escasas entre localidades y aun suspendidas, en
caso de epidemia. Las cosas mudaron completamente, cuando estas comunicaciones se
entablaron de un modo general por medios de los buques de vapor, cuya navegación no
ha sido interrumpida en adelante por ninguna consideración. A ellas solas, pues, debe
atribuirse la adquisición de este formidable huésped, sin contar tal vez, los que pudieran
aparecer con el transcurso del tiempo.
Se deja demostrado que el país no ofrece condiciones propias al desarrollo espontáneo de
la fiebre amarilla, siendo justo atribuirlas a las relaciones frecuentes establecidas entre
los países, y á admitir como consecuencia, que son precisamente los mismo emigrantes
que sirven de vehículos á los gérmenes ó principios tósico de la fiebre amarilla, que ellos
van trasmitiendo á otras localidades, mejor tal vez, de lo que haría la atmósfera, pues esta
sola enfermedad, no pudo vencer las corrientes atmosféricas, hasta llegar al Callao, ó á
cualquier puerto del Perú, vecino del Ecuador; de suerte que, sin estas circunstancias, el
Perú estaría, sin duda, todavía libre del flagelo”15
Para poder comprender la propuesta del doctor Casset, hay que tomar en cuenta lo
siguiente. Hasta finales del siglo XIX16 el origen de las enfermedades se explicaba
13 Publicación del diario: El Comercio, del 23 de mayo de 1868. Tal como se cita en ROTTENBACHER, Jan (2003). Emociones
colectivas, autoritarismo y prejuicio durante una crisis sanitaria: la sociedad limeña frente a la epidemia de la fiebre amarilla
de 1868, p. 89.
14 LOSSIO, Jorge (2003). Acequias y gallinazos. Salud ambiental en Lima del siglo XIX. Lima: IEP, p. 67.
15 Archivo histórico de la Facultad de Medicina de la UNMSM: CASSET, C. (1868). De la fiebre Amarilla en el Perú. Lima:
Tipografía y encuadernación de A. Alfaro y Ca, folio 3 - 5.
16 Hacia la segunda mitad del siglo XIX el químico francés Louis Pasteur, descubre que las enfermedades eran originadas
por microorganismos tales como las bacterias y virus, los cuales se trasmitían mediante la picadura de insectos. Este
postulado puso en tela de juicio al paradigma médico que explicaba el origen de las enfermedades mediante los miasmas;
su aceptación en la comunidad científica europea empezó a calar en las últimas décadas del siglo XIX. Para el caso del
Perú sus antecedentes más remotos se remiten al año de 1889, fecha en la cual el médico Ricardo Flores logró donar un
laboratorio de Bacteriología a la Facultad de Medicina y asimismo dictó por un año académico el curso libre de Técnicas
Microscópicas y Bacteriología. Al año siguiente la Universidad recibió un subsidio del Estado para el establecimiento de

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Sally Inga Rumiche y Carlos Carcelén Reluz

en base a dos paradigmas médicos. De acuerdo con el primero, las enfermedades se


originaban por las variaciones atmosféricas, teoría que “basándose en la medicina de
hipocrática, entendía la enfermedad como producto de las cambiantes condiciones
atmosféricas y del influjo natural sobre la salud de las personas”17. En lo que respecta
al segundo postulado este planteaba que las enfermedades se originaban por los
miasmas que “eran concebidos como imperceptibles seres volátiles producto de la
descomposición de la materia orgánica, que buscaban para su desarrollo lugares
cálidos, húmedos y sombríos, los cuales ayudados por el calor veraniego se elevaban
en la atmósfera y eran transportados por el viento hasta entrar en contacto con un
humano”18. Bajo esta lógica las personas se enfermaban por la absorción o intoxicación
de un miasma, que tras alojarse en el cuerpo humano generaba la aparición de la
fiebre amarilla.
Cabe mencionar que ambas teorías no se contraponen, por el contrario, se
complementan, ya que para aquellos médicos que explicaban la enfermedad basándose
en la teoría miasmática, las variaciones climáticas provocadas en la atmósfera eran un
condicionante que ayudaba a propagar más rápido las enfermedades.
Teniendo en cuenta estas teorías podemos entender por qué para el doctor de la
facultad de medicina de París, el origen de la fiebre amarilla no puede ser del Perú,
ya que las condiciones climáticas de la costa peruana (lugar donde se desató esta
epidemia) son prácticamente estables, salvo en los meses de verano, estación en la
cual las lluvias formadas en la serranía bañan las costas, generando así la variación
de la humedad que hace alterar la atmósfera, factor que condicionaba la más rápida
propagación de la fiebre. Es decir, para el doctor Casset, el cambio atmosférico que
sólo ocurría en los meses de verano no era factor suficientemente potente para causar
la enfermedad, este era sólo un condicionante más dentro de otros que ayudaba a su
rápida difusión.
Casset, al igual que varios médicos peruanos, consideraba que la fiebre amarilla fue
importada desde el extranjero hacia el Perú. Admitir que el contagio de la enfermedad
era producto de una importación era aceptar la teoría miasmática, razón por la cual los
puertos, incluido el del Callao, fueron percibidos como un foco infeccioso, ya que por
dichos lugares ingresaban los migrantes extranjeros, quienes eran inevitablemente
los agentes portadores. De esta forma se convirtieron los puertos en un lugar “crucial
en la difusión de la enfermedad”19.
Otro estudio que sustenta la idea que la enfermedad no puede ser originaria del Perú
es la tesis titulada: La fiebre amarilla del Callao en los años de 1888 y 1889, sustentada
en 1891 por don Isaías Morales Pacheco para obtener el grado de Bachiller en la
Universidad de San Marcos. Si bien es cierto esta tesis es posterior a 1868, periodo
delimitado para el presente trabajo, ella nos es de gran utilidad puesto que muestra
cómo a pesar de ser la última década del siglo XIX aún seguía vigente la teoría de las
miasmas:
“son verdaderamente su cuna como las Antillas, Golfo de Mejíco y costa occidentales del
África donde ella reinaba constantemente en los terrenos bajos de los puertos del litoral: en

una cátedra permanente de Bacteriología, la cual le fue asignada al médico peruano David Matto, quién recientemente
se había graduado en Inglaterra. La primera fiebre amarilla explicada y tratada bajo este enfoque médico en el Perú será
la suscitada entre 1919 – 1920, la campaña preventiva de entonces estuvo a cargo del médico estadounidense Hanson,
quien en su objetivo de erradicar la fiebre en Paita propuso incinerar toda la ciudad, para así exterminar a los mosquitos y
otros agentes que propagaban dicho mal. Véase: CUETO, Marcos (2000) “Sanidad desde arriba: La fiebre amarilla, la costa
norte y la fundación Rockefeller”. En El regreso de las epidemias. Salud y sociedad en el Perú del siglo XX. Lima: IEP, pp. 63,
64 y 70. CUETO, Marcos (1989). “Tradición médica, bacteriología e intervención extranjera en el Perú: 1884 – 1930. En
Excelencia científica en la periferia. Lima: Grupo de análisis para el desarrollo – Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,
p. 121
17 ZÁRATE, Eduardo (2014). La mayor epidemia del siglo XIX. Lima, 1868 fiebre amarilla. Lima: Eduardo Zárate Cárdenas, p. 37
18 Ídem.
19 LOSSIO, Jorge. Acequias y gallinazos. Salud ambiental en Lima del siglo XIX, Lima: IEP, 2003, p. 67.

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La epidemia de fiebre amarilla en el puerto del Callao durante 1868

los que escinten un gran número de influencia telurica y cósmica, ya sociales é individuales:
lo insalubridad de estos puertos por las malas disposiciones higiénicas, la acumulación y
fermentación consiguiente de materias orgánicas, favorecidas por la humedad y la alta
temperatura de estos climas; sus bruscas variaciones de estío, la evaporación y sequedad
de los terrenos despues de las grandes lluvias por un grado escesivo de calórico. Todasesta
causas adunadas concurren indudablemente á la formacion de un medio atmosférico
miasmático – infeccioso apropiado para el nacimiento del germen amarillo20”
El médico don Isaias Morales Pacheco al igual que el doctor de Casset, señalaba
que la enfermedad no era originaría del Perú que la “importación de los objetos en
contacto con los individuos atacados, en los focos infecciosos, lo remiten fácilmente,
siendo el mar su única vía y los navíos focos móviles de infección con su personal
y cargamento”21. Otra de las peculiaridades de este estudio es que mencionaba a la
“aglomeración de individuos en habitaciones estrechas húmedas y mal ventiladas, la
miseria de los desórdenes y escesos de todo género”22 como las condiciones propicias
para que una casa o un barrio sea atacado por la fiebre amarilla, esta idea será clave
para entender los prejuicios y estigmas realizados a los chinos. Por otro lado en lo
que respecta a los síntomas de la fiebre amarilla, según esta misma tesis, estos eran
los siguientes:
“[…] discrasia de la sangre desórdenes generales profundos en el organismo con tendencia
a localizar en los organismos digestivos, á lo que podemos añadir: la acompañada del tinte
amarillo en las conjuntivas y en la piel, supresión de la orina, vómitos y cámaras negras,
de un pulso lento23”
Desde la aparición de la fiebre amarilla, a mediados de 1852, esta enfermedad se
presentó de manera recurrente en el Perú24, siendo la epidemia de 1868 la causante de
los mayores estragos.

3. Epidemia de fiebre amarilla de 1868 en el Callao y las políticas de


amortiguamiento
Uno de los primeros casos que hicieron sospechar a los médicos, la posible presencia
de la fiebre amarilla surgió en el puerto del Callao. A mediados del mes de febrero de
1868 fue mandado a llamar el médico José Almenavas, para asistir al señor N.N, quien
se encontraba alojado en el tercer piso de una de las casas del señor Tadeo Terry25
ubicada en la cuadra del Melchor Malo, debido a que presentaba serios dolores de
cabeza y vómitos, los cuales de acuerdo con el testimonio del enfermo eran producto
del viaje en altamar puesto que tenía pocos días de haber arribado al Callao. No
obstante, al no aliviarse de los malestares, decidió llamar al médico, quién a pesar de

20 Archivo histórico de la Facultad de Medicina de la UNMSM: MORALES PACHECO, Isaias. Fiebre Amarilla en el Callao en
los años 1888 y 1889. Tesis para obtener el grado de Bachiller en la Facultad de Medicina de la UNMSM, 1891, folio 3 – 4.
21 Archivo histórico de la Facultad de Medicina de la UNMSM: MORALES PACHECO, Isaias. Fiebre Amarilla en el Callao en
los años 1888 y 1889, 1891, folio 5.
22 Archivo histórico de la Facultad de Medicina de UNMSM: MORALES PACHECO, Isaias (1889). Fiebre Amarilla en el Callao
en los años 1888 y 1889, folio 4.
23 Archivo histórico de la Facultad de Medicina de la UNMSM: MORALES PACHECO, Isaias (1889). Fiebre Amarilla en el
Callao en los años 1888 y 1889, folio 3.
24 A lo largo del siglo XIX, se presume que la fiebre amarilla haya aparecido en el Perú hasta en seis oportunidades,
encontramos así a la de 1836 – 1837, 1842, 1851 – 1852, 1853 – 1855, 1857 y 1868 – 1869. CASALINO, Carlota (2001).
La muerte en Lima en el siglo XIX: una aproximación demográfica, política, social y cultural. Tesis para obtener el grado de
Magíster en Historia. Lima: PUCP, p. 319.
25 El empresario peruano Tadeo Terry a mediados del siglo XIX poseía en la caleta de Valparaíso una importante factoría
de vapor, con talleres de carpintería y herrería, donde se torneaba, componía y fabricaba cualquier pieza de maquinaria
para los barcos a vapor que navegaban por la Costa, asimismo obtuvo la concesión para la construcción y operación del
primer dique flotante peruano y también tuvo a su cargo el faro de madera ubicado en la parte más alta del cerro cabezo.
Cabe mencionar además que poseía dos cazas en el Callao, la primera estaba ubicada en el Puerto y la otra en la isla San
Lorenzo. HUDTWALCKER MORÁN, José. “Las islas del Callao en los albores del siglo XX: apuntes para su historia”. Revista
de María. Número 3, año 2008, p. 66 / Diario El Comercio, 20 de febrero de 1868.

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Sally Inga Rumiche y Carlos Carcelén Reluz

medicarlo, no logró salvarlo ya que falleció a los pocos días. Este hecho hizo sospechar
que no se trataba de una simple fiebre26.
Debido a la presencia de casos mortales como este y otros27, una junta de médicos
agrupados bajo la dirección del doctor Domingo Castañeda, emitieron un acta, el 29
de febrero de 1868, dirigida a la Municipalidad de Lima, en ella presentaban una serie
de recomendaciones para evitar la propagación de la fiebre amarilla, ya confirmada
para eso entonces. Entre las principales medidas a tomar plantearon controlar el
puerto del Callao, ya que ahí arribaban los barcos con pasajeros, quienes de acuerdo
con la teoría miasmática eran los portadores de la enfermedad. Este control consistía
en inspeccionar a las embarcaciones que arribaban al Puerto, exigiéndoles sus
respectivas patentes de sanidad, además se sometía la tripulación a cuarentena en el
caso de estar enferma o ser sospechosa de portar el mal.
El lugar que proponían los médicos para el aislamiento era la isla San Lorenzo,
en el caso de que las personas provinieran del extranjero. Si por el contrario los
enfermos se encontraban residiendo dentro Lima, se proponía ubicarlos en una
zona sotaventada (en posición opuesta a la que corre el viento). No obstante, como
la construcción de lazaretos en dichos lugares demandaría tiempo, se recomendaba
utilizar, provisionalmente, las dos casas de madera que servían de cuarteles en la
batería del norte28.
Estas medidas recomendadas por la Junta Médica fueron asumidas por el Servicio de
Sanidad Marítimo conocida también como el servicio de Sanidad del Litoral29. Este
servicio trabajaba juntamente con médicos asignados por el Gobierno. La citada junta
fue establecida el 1° de setiembre de 1826, en ella se mencionaba a los capitanes de
puerto, así como a dos médicos de la localidad como miembros de la Junta de Sanidad
de Litoral.
Su función consistía en pasar inspección a los buques en compañía del médico
encargado. Las visitas se practicaban en el día y excepcionalmente de noche. En
casos urgentes, como naufragios, llegadas de correos y arribadas forzosas; las
inspeccionaría el mismo Capitán del Puerto o un delegado suyo asociado al médico
titular del lugar. El buque que durante la visita ocultase algún pasajero o animal
enfermo, sería penado con una multa de 100 soles a 500 soles, según la gravedad del
caso, ello quedaba a juicio del Servicio de sanidad Marítimo. En caso de que el buque
procediera de una zona donde existiera epidemia alguna, la visita se realizaba por
medio de un interrogatorio, conforme con el reglamento del puerto30.
Una de las primeras acciones que tomó el Servicio de Sanidad Marítimo ante esta
coyuntura, fue ordenar el empleo de los “cuarteles del Norte para que sirvieran de
lazareto á los epidémicos de la población y la casa del señor Tadeo Terry ubicado en
la isla de San Lorenzo para los que vengan de afuera”31
Cabe mencionar que el empleo de la casa del señor Tadeo Terry como lazareto tuvo su
origen en 1866, año en el cual el gobierno a través del Prefecto del Callao, coronel de
infantería Mariano Herencia Cevallos, comunicó a dicho comerciante que se requería
emplear su casa ubicada en la isla San Lorenzo, de manera provisional como cárcel
para los jefes y oficiales arrestados en el Callao.

26 Diario: El comercio, 20 de febrero de 1868.


27 De acuerdo a la publicación realizada por el diario El Comercio, el sábado 14 de marzo de 1868, entre los días 19 y 29
de febrero de ese año en el puerto del Callao fallecieron 14 personas víctimas de la fiebre amarilla.
28 Archivo Histórico de la Marina de Guerra del Perú, sección Prefectura del Callao 1868, Acta Médica, folio 2
29 CISNEROS, Carlos; GARCÍA, Rómulo (1898) Guía del viajero. Callao, Lima y sus alrededores. Lima: Editorial Imprenta del
Estado, p. 29.
30 CISNEROS, Carlos; GARCÍA, Rómulo (1898). Guía del viajero. Callao, Lima y sus alrededores, p. 29.
31 Diario: El Comercio, 21 de febrero de 1868.

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La epidemia de fiebre amarilla en el puerto del Callao durante 1868

Ante la respuesta afirmativa, la Tesorería de la provincia del Callao ordenó la


inversión de cuatrocientos tres soles con veinticinco centavos, para el pago de obras de
carpintería y artículos la mejora de dicho inmueble32. Concluido el juicio de estos jefes
y oficiales en enero de 1867, la casa del señor Terry pasó a manos de la Prefectura del
Callao con el Objetivo “de establecer en ella […] el lazareto donde deben medicinarse
los epidemiados de fiebre amarilla que procedían del extranjero”33
El mecanismo empleado para autorizar el desembarco, durante esta coyuntura, se
desarrolló de la siguiente manera, todo buque procedente de un país en donde se
estaba desarrollado la fiebre amarilla “debía ponerse en facha, á dos tiros de cañón
del puerto, para esperar la falúa de sanidad”34. La cual debía colocarse a “barlovento,
y á la voz, recibirá, bajo palabra de honor del capitán, las noticias del puerto de donde
viene, la tripulación y número de pasajero que sacó y trae y las enfermedades que han
padecido durante la navegación”35.
Si el capitán de la embarcación contestaba que todos estaban sanos y sin contagio,
subían a bordo los médicos titulares del puerto don Marcelino Aranda y don J. Arnaiz
junto con el capitán del puerto o algún representante suyo, quienes se encargaban de
realizar la vista de inspección, ella consistía como ya hemos señalado en examinar la
patente de sanidad, las cuales eran de dos clases, la primera llevaba la denominación
de limpias o de sucias, mientras que la segunda tenía la denominación de sospechosa.
Una vez concluida dicha inspección, los médicos escribían un informe en donde
indicaban si se debía autorizar el desembarco o someter a la tripulación a cuarentena.
Por otro lado cabe precisar que durante esta epidemia a pesar de encontrarse muchas
embarcaciones sin indicios de la enfermedad, estas eran sometidas a una cuarentena
de observación que duraba 15 días por el hecho de provenir de una zona donde
existía la enfermedad, posterior a este periodo el médico encargado volvía a pasar
inspección y elaboraba un informe el cual elevaba a la Junta de Sanidad de Litoral,
está tomando en consideración el diagnóstico ordenaba levantar la cuarentena o
someter a la tripulación a una mucho más rigurosa, cuya duración se prolongaba al
tiempo que creía conveniente la junta36.
Durante la cuarentena estaba prohibido todo tipo de comunicación, incluso hasta
para entregarle a la tripulación el alimento existía medidas especiales “Habrá un
bote destinado para recibir los víveres de tierra, atado á una distancia proporcionada,
para que lo puedan tirar de á bordo, luego que hay sido provisto”37. No obstante, a
pesar de las precauciones tomadas, las víctimas de fiebre amarilla iban aumentando
diariamente. De acuerdo con la memoria del cónsul británico H. Hutchinson el total de
víctimas enterradas en el Callao en 1868 a causa de la fiebre amarilla fue el siguiente:

Tabla N° 2. Personas enterradas en el callao a consecuencia de la fiebre amarilla en 1868


Cementerios N° de personas
Enterrados de fiebre amarilla en el cementerio nativo 1, 354
Enterrados de fiebre amarilla en el cementerio protestante 157
Total 2, 500

32 Archivo Histórico de Marina, Dirección de Marina. Copiador de notas de diferentes autoridades, Elcorrobarrutia al
Prefecto del Callao, 24 – X – 1866, fol. 62.
33 Archivo Histórico de Marina, Dirección de Marina. Copiador de notas a diferentes autoridades, Elcorrobarrutia al
Prefecto del Callao, 22 de enero de 1867.
34 FLORES, Toribio (1862). Compilación de las leyes expedidas desde el año 1821, en lo relativo al servicio de las capitanías
de los puertos y de las matrículas, ó sea, guía del comerciante y del banquero, en cuanto á las leyes de la Marina mercante.
Callao: Imprenta de M. Gómez y J. Aparicio, p. 18, artículo 103.
35 Ídem, artículo 104.
36 Ídem, artículos 107, 108 y 111.
37 Ídem, artículo 117.

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Sally Inga Rumiche y Carlos Carcelén Reluz

Fuente: Bonilla, Heraclio (1976). “Informe sobre el movimiento comercial del Callao de 1867
a 1870 y parte de 1871 por H. Hutchinson”. En Gran Bretaña y el Perú 1826 – 1919. Informes
de los cónsules británicos. Volumen III. Lima: IEP – Fondo del Libro del Banco Industrial del
Perú, p.21

Es probable que el número de personas fallecidas a consecuencia de la fiebre amarilla


haya sido mucho mayor, puesto que algunos cadáveres no eran enterrados en
cementerios, simplemente se le tiraba al mar “[…] se ha descubierto que los peces se
alimenta de los cadáveres de asiáticos infectados que son arrojados de los buques”38
o en su defecto se les enterraba en la isla San Lorenzo, una prueba de esta última
afirmación nos llega mediante el parte enviado por el capitán de puerto Manuel
Palacios al Prefecto del Callao el 24 de marzo de 1868.
Habiendo tenido conocimiento esta Capitania de que el ponton ingles “Nayode” estaba
sirviendo de hospital á individuos epidemiados […] el medico en su visita ha encontrado
tres enfermos graves y uno que ya esta muerto, he dado la órden al sor. Petríe, agente de
los vapores para que inmediatamente saque el ponton á sotavento de todos los buques y en
la direccion del Dique. Asi mismo he dado órden para que se lleve á la Ysla de San Lorenzo
al que ha muerto para que se le de sepultura39.
Debido a este aumento sucesivo de muertes, las políticas de amortiguamiento se
reforzaron aún más. Puesto que los informes médicos fueron evaluados, ya no sólo
por el Capitán de Puerto sino también por el señor Ampuero, prefecto de la provincia
del Callao, siendo él quien tomó la decisión de qué hacer con las tripulaciones que
llegaban al puerto.
Ayer ha fondeado en este puerto la fragata italiana “Unncowah” procedente de Macao
en 96 días. Trae á su bordo 491 colonos asiáticos de 498 con que salió del puerto de su
destino, por haber muerto 7 durante la navegación. Practicada la visita de sanidad, solo
se ha encontrado 4 enfermos por el abuso del opio, según el certificado del médico titular,
y el resto de pasajeros y tripulación se halla en el mejor estado de salud. En tal virtud, se
ha dejado en libre comunicación á dicha fragata, y he dispuesto que no sea desembarcado
ningún colono hasta que usted resuelva lo conveniente, con cuyo objeto tengo el honor de
poner lo ocurrido en su conocimiento de u.s. para los fines que crea convenientes40
De la anterior cita se desprende que a pesar de que la embarcación italiana procedente
de Macao con 491 chinos no se encontró personas con indicios de fiebre amarilla a
esta se le prohibió desembarcar a los pasajeros debido a que eran chinos y ello era
suficiente razón para ser sospechosos de portar el mal, pues que sus malos hábitos
como fumar opio, ser pocos higiénicos, sumado a las condiciones deplorables en
las que viajaban y además provenir de una zona tropical de donde era oriunda la
enfermedad, los hacían más que sospechosos de portal este mal.
El prejuicio hacia los chinos que llegaban al Callao durante la epidemia de 1868 sólo
se evidenció al momento de impedirle su desembarco también este se dio al momento
de estar ya autorizado para desembarcar
Anoche á las siete y media, he recibido la nota de u. s. que ha dispuesto esa prefectura
para evitar el desarrollo epidémico á borde de los buques que estan fondeando en la bahia
tomando la misma medida, esto es la de mandar á esos infelices á la Ysla de San Lorenzo
por unos dias para que pueda refrescarse, pero como no tenia la autorización suficiente
para ello, solo habia hecho que el Sr. Dr. Aranda pasara una visita á todos los cinco buques
y que me diera una razón minuciosa del número de Chinos que hay en cada uno como
38 El Comercio, publicación del 23 de marzo de 1868.
39 Archivo Histórico de Marina, sección Prefectura del Callao, caja 25, sobre 3, folio 18. Informe del Capitán de Puerto al
Prefecto del Callao del 24 de marzo de 1868.
40 Archivo Histórico de Marina de Guerra del Perú, sección Prefectura del Callao 1868, caja 3, sobre 25, folio 3. Informe del
Capitán de Puerto al Prefecto del Callao del 30 de enero de 1868.

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La epidemia de fiebre amarilla en el puerto del Callao durante 1868

igualmente el de los enfermos, para que esto me sirviera de base para el parte diario que
cada Capitán de los navíos me ha estado pasando, en el que me han puesto el número de los
que escisnte, de los que se venden y la persona que compra, como tambien los que los que
se enferman y mueren, tomando la precausion de mandar á un cabo de matricula hasta la
Ysla con el objeto de que presencie el que lo sepulten en una profundidad que no quede el
cadáver sobre la superficie.
Ademas de esta medida he mandado entre dias á un ayudante á visitar esos buques, para
tener seguridad del aseo de estos y del personal de ellos.
Hoy mismo he ordenado, que los Capitanes de los cinco buques, ya sea embarcaciones
menores ó con sus mismos buques pasen los colonos á la Ysla, dando asi cumplimiento á
lo que u. s. ha dispuesto y dejando asi mismo contentada su citada41.
Como se nota el Capitán de Puerto Manuel Palacios envía al médico encargado don
Marcelino a Aranda a pasar inspección médica a los 5 buques que se encontraban
descargando en el muelle del Callao es decir que ya habían pasado su respectiva
inspección al momento de arribar al puerto, esto no tendría nada de extraño en
coyuntura crítica como la del 1868 en la cual se buscaba evitar la propagación de la
fiebre, no obstante, notamos un acto prejuicioso en el sentido que solicitar al referido
médico se haga una lista del total de chinos y aparte una de los enfermos, lo más
lógico era solicitar una lista del total de enfermos para mandarlos a hacer cuarentena
a la isla San Lorenzo al margen de la nacionalidad, sin embargo se pide una lista de
chinos puesto que la intención era enviar a aquello “infelices” chinos hacer cuarentena
a la Isla para que se refresquen un rato a pesar de no encontrarse enfermos.
Como se ha visto anteriormente de acuerdo a lo planteado en la tesis del doctor Isaias
Morales Pacheco la aglomeración de individuos en habitaciones, la humedad, la
miseria, los desórdenes y excesos de todo género producían las condiciones necesarias
para que los miasmas tomaran control del espacio y se desarrollaran, bajo esta idea
los arquetipos fundado hacia los chinos como personas poca higiénicas y viciosas
alimentaban la creencia de que ellos eran portadores del mal y su sola presencia
causaba estragos de allí los constante prejuicios hacia ellos.
En todo tiempo son un peligro las repugnantes tiendas de asiáticos, pero nunca más que
ahora, y sobre todo cuando se saben que aquellos son propensos a padecer y contagiarse
[sic] de enfermedades como esta, por el poco aseo y pésimo alimento que acostumbran.
Siempre hemos reclamado para que se proscriba a los asiáticos de las calles Paz – Soldán y
demás donde tienen su residencia, pero desgraciadamente siempre han sido desatendidas
nuestras indicaciones al respecto […] Esto debe particularmente debe influir en el ánimo
de la autoridad municipal para que en la mayor brevedad haga trasladar a los asiáticos
a distintos lugares, pues la acumulación en la que ahora se encuentran dando lugar a
mil contingencias y dañando la salubridad pública, dará por resultado, necesariamente,
el desarrollo violento y rápido de la fiebre amarilla entre los asiáticos que infestarán por
consiguiente todo el vecindario42.
El prejuicio realizado hacia los chinos no sólo se restringió en la zona del puerto,
sino también se dio en otras esferas públicas como por ejemplo los hospitales. Cabe
mencionar además que el control ejercido en el puerto no se dio de manera exclusiva
hacia ellos (pero si con un gran énfasis) tal como lo podemos evidenciar en el siguiente
caso, no obstante, debe precisarse que fue el único que logró identificarse:
El Vapor ingles Perú que ha fondeado el día de hoy en este puerto procedente de Panamá
y Paita, trae su patente limpia y según el certificado del médico, tanto los pasajeros como

41 Archivo Histórico de Marina de Guerra del Perú, sección Prefectura del Callao 1868, caja 3, sobre 25, folio 16. Informe
del Capitán del Puerto al Prefecto del Callao del 22 de marzo de 1868.
42 Diario: El comercio, publicación del 23 de marzo de 1868.

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Sally Inga Rumiche y Carlos Carcelén Reluz

los individuos de su tripulación, se hallan en perfecto estado de salud, en cuya virtud ha


quedado en libre comunicación.
Entre los pasajeros que ha conducido á este puerto se encuentran los españoles señores
Pedro Marquez, Balentin García y Manuel Gomes á quienes he notificado que no salten á
tierra hasta que u. s. tenga á bien ordenarlo. Lo que tengo el honor de poner en conocimiento
de u. s. para los fines que crea conveniente43.

4. Conclusiones
La epidemia de fiebre amarilla que asoló a Lima y al Puerto del Callao en el
año de 1868, nos permite ver que la discriminación y prejuicios que se construyen
entorno al otro (para este caso al migrante chino) perduran hasta la actualidad,
puesto que se suele señalar a aquellas personas que no comparten nuestras mismas
costumbres, hábitos (en términos actuales encontramos el caso de los inmigrantes
venezolanos) como los responsables de aquellos hechos que aquejan a nuestra
sociedad (delincuencia, carencia de trabajo) sin darnos cuenta, que el origen de
dichos problemas no son producto de nuestra diversidad cultural, sino más bien de
las carencias del conocimiento científico (para el caso de la fiebre amarilla, se creía
que ella producto de los miasmas que habían sido introducidas por los migrantes
chinos, cuando en realidad esta se producía por picadura del mosquito Aedes aegypti)
o en el peor de los casos de la organización y regulación del Estado (para el caso
de los inmigrantes venezolanos, los problemas de inseguridad ciudadana y carencia
de trabajo responde a problemas estructurales como el de la educación, modelo
económico, organización territorial).

5. Bibliografía

Fuentes Primarias

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CASALINO, Carlota (2001). La muerte en Lima en el siglo XIX: una aproximación demográfica,
política, social y cultural. Tesis para obtener el grado de Magister en Historia. Lima: PUCP.

43 Archivo Histórico de Marina de Guerra del Perú, sección Prefectura del Callao 1868, caja 3, sobre 25, folio 8.

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Brythanye Bernales Rodriguez

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