López Obrador o La Izquierda Que No Es
López Obrador o La Izquierda Que No Es
López Obrador o La Izquierda Que No Es
Artículos
López Obrador o la izquierda que no es
Resumen:
Por primera vez, la democracia mexicana tiene en el poder a un presidente que define a su gobierno
como “posneoliberal”. Al respecto, en este artículo explico que México está frente a la paradoja de un
giro a la izquierda tan drástico como impotente. De lejos, el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador es el más poderoso que ha tenido la joven democracia mexicana; sin embargo, está muy
lejos de desmontar al neoliberalismo. Aquí propongo que estamos frente a un progresismo fallido,
por lo que concluyo que es un sinsentido conceptualizar como “de izquierda” a este gobierno.
Palabras clave:
México, democracia, izquierda, neoliberalismo, populismo, progresismo, AMLO.
Abstract:
For the first time, Mexican democracy has a president in power who defines his government as “post-
neoliberal.” In this article I explain how Mexico is facing the paradox of a turn to the left as drastic as it
is impotent. By far, the government of Andrés Manuel López Obrador is the most powerful seen to
date by Mexico’s young democracy; however, it is nowhere near to dismantling neoliberalism. Here I
propose that we facing a failed progressivism, and conclude that it makes no sense to conceive of this
government as “left-wing.”
Keywords:
Mexico, democracy, left-wing, neoliberalism, populism, progressivism, AMLO.
Résumé:
Pour la première fois de son histoire, la démocratie mexicaine possède, à sa tête, un président
qualifiant son gouvernement de «post-néolibéral». À ce sujet, mon article s’efforce d’expliquer en quoi
le Mexique se retrouve face au paradoxe d’un virage à gauche aussi brusque qu’impuissant. Le
gouvernement d’Andrés Manuel López Obrador est largement le plus puissant qu’ait connu la jeune
démocratie mexicaine ; cependant, loin s’en faut qu’il déconstruise le néolibéralisme. Je défends ici
l’idée que nous sommes face à un progressisme manqué et que, par conséquent, il ne rime à rien de
qualifier ce gouvernement comme «de gauche».
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Mots clés:
Mexique, démocratie, gauche, néolibéralisme, populisme, progressisme, Andrés Manuel
López Obrador.
Ilusión y política
Tomar “mucha agua pura” y seguir “un camino de espiritualidad” fueron dos de las diez
recomendaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) “para salir del
coronavirus”.
Sin embargo, en este artículo refuto la noción prevaleciente de que la izquierda, algún tipo
de izquierda, poco o muy moderada, pero izquierda al fin, gobierna en México. Para
demostrarlo, aquí discuto la actuación del gobierno de AMLO antes de la pandemia, con lo
que descarto la tesis del antes y después. La política que AMLO presentó para enfrentar los
efectos de la pandemia3 ya era el centro de su actuación desde el inicio del sexenio. Por un
lado, austeridad “republicana” en el marco de una disciplina fiscal sin impuestos a los más
ricos; por el otro, algunos programas sociales (ninguno específico para la pandemia) y
megaproyectos como el Tren Maya. El sexenio actual, que AMLO ha decretado como “el fin de
la época neoliberal”, ha sido denunciado por la élite desplazada como uno lleno de
“amenazas al sistema democrático”.4 Sin embargo, unos y otros se equivocan porque AMLO
no está mudando ni de régimen económico ni político; más bien, les ha impreso un estilo
específico. Para empezar, decía, ni siquiera es la izquierda la que llegó al poder.
El pasado político reciente favoreció el fracaso, pero este gobierno lo materializó con
singular diligencia. El pasado reciente es el objeto del segundo y tercer apartado de este
trabajo, donde examinaré, primero, la pronunciada deriva a la derecha del régimen mexicano
y, después, la transmutación de la izquierda mexicana hacia coordenadas menos radicales.
Esta situación -un régimen más a la derecha y una oposición menos a la izquierda- favoreció
la paradoja de un giro a la izquierda tan drástico como impotente, a lo cual dedico los
apartados cuarto y quinto. Por un lado, el presidencialismo mexicano alcanzó, en las
elecciones de 2018-2019, su máximo poderío en lo que va del siglo (es decir, desde la
democratización del régimen). Por el otro, la relación del gobierno de AMLO con el gran
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capital es tan conciliadora, que desfigura su impulso redistributivo y reduce a un mínimo (si
no es que al absurdo) su proclamado “posneoliberalismo”. A partir de las definiciones
anteriores, en el sexto apartado propongo que el progresismo de AMLO no sólo es fallido,
sino que ha virado a la derecha. Por último, concluyo que su fracaso permite, sin embargo,
apreciar mejor el vacío de izquierda que hay en México y, por tanto, la necesidad de
solventarlo.
En el grueso de América Latina, el neoliberalismo tuvo sus años dorados en los noventa.
Luego, a principios de siglo, vivió una crisis de hegemonía que abrió una oportunidad
electoral a la oposición de izquierda; ése fue el fecundo terreno en el que nació el llamado
“ciclo progresista”. Parte de la legitimidad del giro neoliberal provenía de su calidad de
protégé de la democratización. Las dictaduras militares habían sido derrotadas, dando pie a
elecciones libres; el triunfo de la transición del autoritarismo a la democracia se respiraba
fresco. Las paradojas del entrecruce de dicha transición con otra, del modelo de sustitución
de importaciones al neoliberalismo, no fueron ignoradas por los transitólogos más notables.
Guillermo O’Donnell, por ejemplo, se lamentaba:
En México, por el contrario, primero vino el giro neoliberal y más adelante el democrático.
El régimen autoritario, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en su origen emergió
como un árbitro entre las clases sociales, descansaba cada vez más en la burguesía.9 Este
proceso, gradual, recibiría un fuerte impulso desde el exterior, en la década de los ochenta,
en el contexto de la neoliberalización de las principales instituciones financieras mundiales. El
Estado mexicano privatizó empresas estatales, propiedades comunales y recursos naturales.
Para consolidar este orden, la agenda neoliberal moldeó un nuevo rol para el Estado, que
pasó de dirigente y motor del capitalismo nacional a policía protector (y ocasional árbitro) del
capital nacional y extranjero. La transformación neoliberal de México, por supuesto, no
estaría exenta de rupturas en el régimen ni de resistencias de la oposición. El descontento,
sin embargo, se expresó en las calles, sí, pero no llegó a la insurrección; también se expresó
en las elecciones, sí, pero estas no fueron democráticas.
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El régimen retuvo el poder y su arsenal político para enfrentar a la oposición fue muy
distinto del que disponían los neoliberales sudamericanos. En México, el gobierno podía -
además de reprimir- negociar las reformas neoliberales, las reformas democráticas o ambas.
En Sudamérica, por otra parte, la democratización no estaba en la mira sino en el espejo
retrovisor, con lo que la disputa se libró en el terreno de la economía política. En efecto, el
gobierno mexicano respondió a la oposición, sí con represión, pero también con concesiones
democráticas.10 Así, mientras las reglas del sistema político llegaban a la mesa de
negociación, las reformas neoliberales quedaban fuera de ésta.
No fue sino hasta el año 2000, una vez que la democracia había sido corroborada en la
elección que sacó al PRI de la Presidencia, que el neoliberalismo dejó de estar amparado por
un régimen autoritario y pasó a depender de las vicisitudes de una democracia emergente.
Más adelante, en 2006, México estuvo a punto de vivir su giro a la izquierda. La expresión
política liderada por AMLO -a la cual está dedicada la próxima sección- perdió la elección por
un estrecho margen.11 En respuesta, el nuevo gobierno (2006-2012) del Partido Acción
Nacional (PAN) lanzó la guerra contra el narcotráfico tan pronto tomó el poder. Iniciada como
una táctica para ganar legitimidad en el corto plazo, la guerra al narco mutó en una estrategia
de largo plazo del orden neoliberal. Produjo una atmósfera en que la violencia política o el
despojo económico podían atribuirse a la locura de los narcos. El costo de este giro punitivo
en el rumbo de la democracia mexicana ha llevado a más de un analista a diagnosticar un
proceso de desdemocratización como antesala de una regresión autoritaria.12 Pero el otro
costo, que acabo de insinuar, fue la profundización del orden neoliberal. El sexenio 2012-
2018, liderado esta vez por un PRI resucitado, fue una continuación política del sexenio
anterior aderezado de una nueva ola de reformas neoliberales, entre las que destaca la
privatización de las reservas petroleras, luego de seis décadas de monopolio estatal. Así, el
neoliberalismo llegaba a donde no pudo en el pasado.
En contraste con el Cono Sur, México ha personificado la continuidad neoliberal. Junto con
Colombia y el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), el
malestar social causado en México por el neoliberalismo no enfrentó un giro a la izquierda,
sino un ‘giro punitivo’ destinado a proteger -con más coerción que antes- el statu quo. La
‘guerra contra el narcotráfico’ en estos países -cofinanciada por el gobierno de Estados
Unidos a través de la Iniciativa Mérida, el Plan Colombia y la Iniciativa Centroamericana de
Seguridad Regional (CARSI, por sus siglas en inglés)- es la pieza política más notable de esta
tendencia regional opacada por la atención captada por el progresismo sudamericano. De
este modo, el “giro a la izquierda” de México en 2018, a diferencia de la ola sudamericana, ha
tenido como punto de partida coordenadas políticas más a la derecha.
En su titubeo frente a esta pregunta, está la clave del posterior volte-face de las bases
sociales de partidos emblemáticos del progresismo, como el PT en Brasil y el PJ en Argentina.
En cuanto al gobierno de AMLO, como explicaré más adelante, éste se ha enfrentado a dicho
dilema desde el primer día, optando por evitar la confrontación con el capital. De esta forma,
el progresismo mexicano nació muerto; estamos, así, ante un progresismo fallido.
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En los años setenta, una broma priista decía que “El que es joven y no es de izquierda está
loco, pero el que después de los treinta sigue en la izquierda está todavía más loco”. En esos
tiempos, el joven López Obrador ingresó a las filas del PRI. Ahora que tomó el poder, a sus 65
años, autodefinido como “de izquierda” y percibido como tal en el país, ¿cómo explicar la
transfiguración de un político priista en un prócer de la izquierda? Esta paradoja es sólo una
apariencia, pues en realidad AMLO no se pasó a la izquierda, sino que el país se movió a la
derecha. Y en este desplazamiento tectónico, lo que fue la “izquierda” en la mayor parte del
siglo XX quedó sustituido en el XXI por lo que era el “centro”.
Mucha gente vio sus sueños izquierdistas realizados en el triunfo de López Obrador,
pero lo que ahora llaman izquierda es una izquierda que, como tal, es muy pobre. No
es la izquierda de Valentín Campa de los 50 y 60. Campa era comunista. Eso era la
izquierda mexicana. Una izquierda marxista. ¿Qué es López Obrador en relación a eso?
Para mí no hay izquierda fuera del marxismo. La izquierda no es izquierda a menos
que sea marxista. El marxismo es crucial. El capitalismo es el punto central. O estás
favor o estás en contra.14
López Obrador es un populista; proviene del viejo PRI y más tarde se sumó a esa parte que
abandonó el partido cuando este se neoliberalizó. El PRI, cuya dominación en México se
remonta a los años veinte del siglo XX, impulsó durante décadas un nacionalismo económico
que sería el objeto de la crítica y reestructuración neoliberal. Operada por una nueva élite del
partido, esta revisión ideológica condujo a su sector más cardenista a la ruptura. Este nuevo
populismo, fundado por Cuauhtémoc (hijo de Lázaro) Cárdenas, compitió contra el partido
del régimen en la elección de 1988. De esa escisión nació el PRD y, más recientemente,
Morena. Pero López Obrador está a la derecha del nuevo populismo y muy a la derecha de
Lázaro Cárdenas. Como sabemos, Cárdenas llegó a expropiar a capitalistas extranjeros; López
Obrador, en contraste (y como veremos), está buscando el amor del gran capital.
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Cuadro 1
Cámara de Diputados, 1994-2021. Porcentajes
Cuadro 2
Cámara de Senadores, 1994-2024. Porcentajes
¿Pero acaso AMLO tiene a Morena bajo su control? Porque bien podría ser que este partido,
nuevo como además lo es (fundado en 2014), fuera todavía una masa relativamente amorfa y
heterogénea cuyo control se escurre de entre los dedos del presidente. La realidad, sin
embargo, es justo la contraria. La juventud de Morena ha facilitado y acentuado la
dependencia que el nuevo partido tiene de AMLO, su fundador y líder máximo e indiscutido.
Cuando éste, por ejemplo, obtuvo el cargo de presidente de Morena fue por aclamación, en
votación unánime a mano alzada, y no en una votación secreta. Diversos analistas han
documentado el liderazgo carismático de AMLO en Morena, un rasgo transplantado desde el
PRD y que pronto adquirió centralidad en su proceso de formación, fundación y
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consolidación.26 En pocas palabras, AMLO es el caudillo del partido que hoy domina el
sistema político mexicano, en el cual él es el presidente.
En el presente, ésta es la única democracia del continente en esta situación, que guarda
similitud con lo que fue Bolivia con Morales o Venezuela con Chávez, si bien en el caso
mexicano es difícil prever la reelección de AMLO, dada la fuerte tradición en contra de esta
práctica desde la Revolución de 1910. La bicéfala condición de AMLO como jefe del Estado y
del partido dominante repite (y, no olvidemos, proviene de) las viejas tradiciones del PRI, con
la importante salvedad de que la transición democrática obligará al sucesor de AMLO a
ganarse la presidencia en una elección competitiva y, por lo tanto, sin que baste el “dedazo”.
Los rasgos propios del carisma pronto se hicieron presentes en el nuevo gobierno. Lego de
que AMLO asumiera el poder el 1º de diciembre de 2018, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de
la Cámara de Diputados (y de las filas de Morena) declaró en Twitter: “Desde la más intensa
cercanía confirmé ayer que Andrés Manuel ha tenido una transfiguración: se mostró con una
convicción profunda, más allá del poder y la gloria. Se reveló como un personaje místico, un
cruzado, un iluminado”. Más allá del carácter anecdótico de esta declaración, el punto es que
los subordinados de AMLO lo tratan justo como el personaje que se le “reveló” a Muñoz Ledo.
Así, las conferencias de prensa que AMLO ofrece todos los días (las mañaneras) no son
simples charlas (a modo) con los periodistas. Dichas conferencias (en realidad, monólogos)
son objeto del análisis cotidiano de las diferentes secretarías para determinar las políticas a
seguir, en detrimento del procedimiento burocrático habitual.
Con todo, Morena no tiene el poder en los gobiernos estatales que disfrutó el PRI incluso
durante su declive en la transición democrática, como puede verse en el cuadro 3. Sin
embargo, apenas existe como partido desde 2014 y el calendario electoral de cada estado no
coincide necesariamente con el de la renovación de la administración federal. Además, en
2019 se renovaron dos gubernaturas, Puebla y Baja California, que gobernaba el PAN y que
en esta ocasión ganó Morena.
Cuadro 3
Gubernaturas por partido político, 1988-2018
En su cuarto mes de gobierno, AMLO decretó “el fin de la época neoliberal” desde Palacio
Nacional: “Quedan abolidos el modelo neoliberal y su política de pillaje antipopular y
entreguista […]. Ahora tenemos la responsabilidad de construir una nueva política
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Les decimos a los integrantes del grupo en el poder que, a pesar del gran daño que le
han causado al pueblo y a la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos
que, ante su posible derrota, en 2018, no habrá represalias o persecución para
nadie.32
Su gobierno ha hecho las paces con el capital, pero no con el Estado, al que desea
reorientar hacia la justicia social. Pero, ¿cómo lograrlo sin molestar al capital? El progresismo
mexicano, en efecto, tiene una aspiración redistributiva y en esto se asemeja a la ola
sudamericana. Sin embargo, y a diferencia de aquella, lo que distingue al caso mexicano es su
timidez para (por lo menos) implementar una reforma fiscal progresiva que permitiría
financiar la política social. Luego de autoimponerse la postergación de una reforma de este
tipo para “la segunda mitad de esta administración”,35 pero sin anticipar detalles, AMLO
pronto elevó la austeridad al alfa y omega de su gobierno:
El primer pilar es testimonio del compromiso del gobierno de AMLO con la continuidad
neoliberal. El segundo pilar, por otra parte, constituye una verdadera innovación: es la
primera vez que un gobierno “posneoliberal” adopta la austeridad como uno de sus “pilares”.
Por el contrario, en Europa, en el contexto de adelgazamiento del Estado de bienestar, la
ecuación neoliberalismo=austeridad es parte del sentido común. Por su parte, AMLO justificó
la austeridad presentándola como la solución contra la corrupción.37 Ya en el poder,
formularía la lucha anticorrupción como un ataque a los privilegios, los “gastos suntuarios”,
de la alta burocracia.38 Lo anterior en realidad encerraba un recorte a todos los niveles del
Estado en favor de los programas sociales del obradorismo; es decir, la austeridad (como
reasignación presupuestaria) en sustitución de impuestos a los más ricos:
Gráfica 1
Gasto en programas sociales, subsidios y relacionados Fuente: elaboración propia a partir
del Inventario Coneval de Programas y Acciones a5- Federales de Desarrollo Social.
* Sobredatos disponibles al momento de consulta: para los años 2010-2018, tomé el
presupuesto ejercido; para 2019, el presupuesto modificado; y, para 2020, el presupuesto
original.
Además, como ha explicado el analista Máximo Jaramillo, los programas sociales de AMLO
están lejos de representar “un cambio paradigmático para la política social” y su principal
novedad es la opacidad (ausencia de reglas de operación y ocultamiento del padrón de
beneficiarios, por ejemplo).41 El cuadro no es mejor en cuanto a cobertura, pues los 22
millones de beneficiarios reportados por AMLO en sus programas sociales representan una
reducción frente a los 26.8 millones que tuvo Prospera en 2017, lo que puso en ridículo
promesas temerarias como la siguiente, emitida en plena pandemia de Covid-19: “El primero
de diciembre de este año [2020] podré decir que todos los pobres de México ya cuentan con
protección y amparo del gobierno que represento”.42
Desde el inicio, AMLO apretó el cinturón todavía más de lo planeado a ciertas áreas del
Estado. A diferencia de Robin Hood, que les quitaba a los ricos para darle a los pobres, AMLO
le quita a unos pobres para darle a otros, evocando así a un Robin Hood horizontal. Al lado de
medidas rimbombantes, como un ajuste del gasto de la Presidencia por -66.5%, sobrevino un
ajuste al IMSS y al ISSSTE por -6.8%.43 Por supuesto, cada porcentaje se refiere a un monto
muy distinto: 519 mdp de la Presidencia contra 36 174 mdp del IMSS y el ISSSTE. Este ajuste
colocó a las instituciones de seguridad social en verdaderas dificultades de operación.44 El
primer director del IMSS del sexenio renunciaría debido a los recortes en ese instituto y, poco
después, renunciaría el propio titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP),
Carlos Urzúa, en desacuerdo con los recortes adicionales que AMLO ordenó sobre el plan de
austeridad original (diseñado por Urzúa). La ultra-austeridad adoptada conduciría a la irónica
situación de ver a una calificadora financiera haciendo una crítica keynesiana al gobierno por
impactar negativamente en el crecimiento del producto interno bruto, indicando que “resulta
vital evitar un ciclo vicioso donde los recortes al gasto debiliten aún más la economía”.45
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Gráfica 2
Salario mínimo real en México (1976-2020)
Fuente: Comisión Nacional de Salarios Mínimos, Consami.
En la frontera con Estados Unidos el aumento fue aún mayor y en 2020 rondó los $185.56
diarios, monto cercano al nivel de 1983. El gobierno federal explicó que el aumento
diferenciado buscaba contener la emigración en “la última cortina de desarrollo” (la frontera
norte). Lo cierto es que el aumento fronterizo, en particular, y el aumento nacional, en
general, son producto de una imposición externa, originada en las negociaciones entre
Estados Unidos, Canadá y México para el T-MEC, el acuerdo que sustituyó al Tratado de Libre
Comercio de América del Norte. El nuevo acuerdo exige que 40% del valor creado en la
industria automotriz provenga de trabajadores que ganen al menos 16 dólares la hora, lo que
hoy equivale a nuestro salario mínimo fronterizo, ¡de 2 días!48
Corresponde también al T-MEC la autoría de otra de las políticas más celebradas del
gobierno de AMLO: una nueva legislación laboral que fortalece los derechos de los
trabajadores mexicanos. La nueva Ley introdujo, por ejemplo, el voto libre y secreto para la
elección de direcciones sindicales, así como el establecimiento de tribunales laborales. Esta
medida, que debilita a los líderes charros, fue impuesta a México a partir de una alianza
circunstancial entre el gobierno de Canadá y los sindicatos de Estados Unidos
(principalmente, la AFL-CIO) durante las negociaciones del T-MEC.49
Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo, abiertamente expresaría que “México se
comprometió a temas muy concretos en el apartado laboral y esos compromisos se
incorporaron en la reforma laboral”. Además, afirmaría en tono de celebración: “Al fin Estados
Unidos y Canadá plantean que en México los salarios son tan bajos y condiciones precarias
que se apuesta a la mejora salarial, libertad y democracia”.50
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Cuando Peña Nieto privatizó en 2013 los yacimientos petrolíferos futuros, el expresidente
Zedillo (1994-2000), tecnócrata neoliberal, admitió que “ni en mis salvajes sueños esperé ver
los cambios constitucionales alcanzados”.54 Algo se perdió en México durante el doble giro
democrático y neoliberal; algo de tal calado que incluso el gobierno “de izquierda” y
“posneoliberal” de AMLO se siente (y, por ello, está) obligado a honrar la reforma energética.
En una reveladora entrevista para Reuters, Carlos Urzúa, poco antes de la elección de 2018,
explicaba que la política económica de AMLO estaría “a la derecha de Lula”.55
Lejos de los tiempos en que denunciaba las privatizaciones y el Fobaproa, AMLO aprendió a
amar a la burguesía. Si en 2006 su lema era “Por el bien de todos, primero los pobres”, en
2018 fue “Por un gobierno para ricos y pobres”. No sólo le entregó a un representante de la
alta burguesía, Alfonso Romo, el trazado de su “Proyecto de nación” como candidato, sino que
luego lo convirtió en su mano derecha, el jefe de Oficina de la Presidencia.
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Las fuerzas armadas mexicanas no sólo han incrementado su peso dentro del régimen,
sino que han profundizado el viraje en su doctrina: de fuerza contra una agresión externa a
garante del orden interno. Por supuesto, este desarrollo va en un sentido contrario al
contexto que explica la irrupción del progresismo de AMLO: es decir, el contexto generado
por Ayotzinapa. La desaparición de 43 estudiantes de esta escuela normal rural fue el punto
de inflexión en el sexenio de Peña Nieto; el punto que determinó la caída en su popularidad y
del que nunca se recuperó. Tan sólo unos meses antes de la crisis de Ayotzinapa, Peña Nieto
aparecía como un héroe de talla internacional al que, por ejemplo, la revista Time colocó en
portada con la frase: “Salvando a México”. La reforma energética, cuya aprobación estaba en
curso, fue el clímax de su sexenio. Pero Ayotzinapa abrió una crisis en la que el Ejército quedó
comprometido -por su participación, nunca aclarada-, lo cual contribuyó a abrir la ventana de
oportunidad para el triunfo electoral del progresismo. Ya en el poder, AMLO liberó al Ejército
de cualquier investigación que lo involucrara con los 43.59
Gráfica 3
Gasto de la Secretaría de la Defensa Nacional * Nota: para los años 2010-2019, tomé el
gasto neto; y, para 2020, el presupuesto original.
Fuente: elaboración propia a partir datos de la SHCP.
https://www.redalyc.org/journal/599/59966339005/html/ 13/22
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Horizonte
El análisis que he aportado en este artículo sobre el ascenso del progresismo al poder tiene
implicaciones para discernir el horizonte de la izquierda en México. En la era neoliberal, el
proyecto político que AMLO encabeza desde 2006 ha logrado domesticar al “tigre” de la
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revolución, y en esa virtud descansa su cortejo al gran capital: somos nosotros o el caos.63 En
este sentido, algo ha cambiado en Morena en su tránsito desde la oposición hacia el poder.
Por su relación con el capital desde el poder, han quedado comprometidas las credenciales
del progresismo mexicano como oposición al neoliberalismo. Por otra parte, esta expresión
política ha ganado espacio como partido dominante del sistema político mexicano. El
significativo debilitamiento de la tríada de partidos que dominaron la política nacional desde
los noventa (PRI, PAN y PRD) y el concomitante ascenso de Morena, colocan a México en la
antesala de una nueva ecuación política. Una donde, por un lado, Morena es el principal
guardián del neoliberalismo y donde la oposición a éste vive una “crisis de dirección” (en
virtud del desplazamiento de AMLO como líder de la oposición a guardián del statu quo).
¿Era más funcional al status quo la situación de AMLO como eterno opositor? ¿Su ascenso
al poder desbloqueará la radicalización en las filas opositoras al capital? ¿Cómo responderá el
gobierno de AMLO en el resto del sexenio para mantener un perfil “progresista”,
“posneoliberal”? ¿Será suficiente tal respuesta? La respuesta a estas preguntas, por supuesto,
escapan al alcance de este artículo y son materia de discusión futura, incluyendo, desde
luego, al propio gobierno obradorista y a quienes pretendan sucederlo.
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Notas
1 Andrés Manuel López Obrador, “Decálogo para salir del coronavirus y enfrentar la nueva
realidad”, México, Presidencia de la República, 2020
2 Por ejemplo, ver Viri Ríos, “En México solo hay dos partidos: conservador y conservador”,
The New York Times, 16 de junio de 2020
3 Andrés Manuel López Obrador, “La nueva política económica en los tiempos del
coronavirus”, México, Presidencia de la República, 2020.
4 Ernestina Álvarez, “PAN pide a OEA llamar al gobierno a la estabilidad democrática en
México”, MVS Noticias, 29 de marzo de 2019
5 “AMLO dice que el 90% de las llamadas sobre violencia contra las mujeres son falsas”,
Animal Político, 15 de mayo de 2020; “Para López Obrador, legalizar el aborto y el
matrimonio gay no es algo ‘tan importante’ ”, Animal Político, el 12 de junio de 2015.
6 David Harvey, A Brief History of Neoliberalism, Oxford, University Press, 2005, p. 2. Cita
original: “Neoliberalism is in the first instance a theory of political economic practices that
proposes that human well-being can best be advanced by liberating individual
entrepreneurial freedoms and skills within an institutional framework characterized by
strong private property rights, free markets and free trade. The role of the state is to create
and preserve an institutional framework appropriate to such practices” (traducción de la
editora).
7 Guillermo O’Donnell, “Poverty and Inequality in Latin America: Some Political Reflections”,
The Kellogg Institute Working Papers, núm. 225 (1996), p. 14. Cita original: “By and large,
the present democratic governments are supporting, implementing, and maintaining
policies under which the privileged sectors are faring very well. This includes, for these
sectors, better access to policy-making than was the rule under military regimes”
(traducción de la editora).
8 Kurt Weyland, “Neoliberalism and democracy in Latin America: A mixed record”, Latin
American Politics and Society 46, núm. 1 (2004), p. 135. Cita original: “Neoliberalism has
strengthened the sustainability of democracy in Latin America but limited its quality”
(traducción de la editora).
9 Octavio Rodríguez Araujo, “México, proceso y afianzamiento de un nuevo régimen
político”, Andamios 6, núm. 11 (2009), pp. 205-234.
10 No es casualidad que la democratización recibiera su impulso definitivo luego de la
insurrección zapatista de 1994. Planeada para coincidir con la entrada en vigor del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en enero de 1994, esta irrupción indígena
en la selva de Chiapas cimbró la política mexicana y llevó al régimen a esforzarse en
obtener para sí una legitimidad democrática. En consecuencia, el gobierno accedió a
desvincular al Instituto Federal Electoral de la Secretaría de Gobernación y darle
autonomía. Así, la organización de elecciones nacionales y el conteo de votos dejó de estar
en manos del PRI. Un buen recuento de este proceso desde la perspectiva de quienes
formularon las reformas jurídicas correspondientes está en Ma. del Carmen Alanís,
“Carpizo y la reforma de 1994: una perspectiva neoinstitucional individualista”, en Miguel
Carbonell, Héctor Fix y Diego Valadés (eds.), Estado constitucional, derechos humanos,
justicia y vida universitaria. Estudios en homenaje a Jorge Carpizo, vol. 1, México, UNAM,
2015, pp. 33-52.
11 Aunque AMLO alegó fraude electoral, no se trató de una situación en la que el régimen
informaba un resultado electoral que difería de la realidad en las urnas. Dicho esto, el
presidente saliente, varios gobernadores, grandes capitalistas y sindicatos oficiales
militaron abiertamente en contra del candidato de la izquierda de un modo que luego
sería considerado ilegal por las autoridades electorales. Sin embargo, ¿en qué país
capitalista no ocurre lo anterior? En Estados Unidos, considerado el ejemplo a seguir por
nuestros politólogos, la situación es peor, pues ahí está legalizado el financiamiento directo
de las corporaciones a los candidatos.
12 Ilán Bizberg, “México: una transición fallida”, Desacatos, núm. 48 (2015), pp. 122-139;
Lorenzo Meyer, “Felipe Calderón o el infortunio de una transición”, Foro Internacional 55,
núm. 1 (2015), pp. 16-44.
https://www.redalyc.org/journal/599/59966339005/html/ 18/22
28/5/2022 López Obrador o la izquierda que no es
13 Por otro lado, la economía mexicana es menos dependiente de las materias primas que
el resto de la región. Con el neoliberalismo, la industria manufacturera de México se
reconfiguró como un enclave o satélite del capital estadounidense, lo cual significa que
incluso si el progresismo hubiera gobernado en la década previa, no habría disfrutado del
“efecto China” del modo en que sí lo hicieron sus pares sudamericanos.
14 Dolia Estévez, “Con AMLO ganó la izquierda del PRI, y no la izquierda histórica, dice el
historiador John Womack”, Sinembargo, 28 de julio de 2018.
15 Enzo Traverso, Melancolía de izquierda, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2019.
16 Ramón I. Centeno, “Zapata reactivado: una visión žižekiana del Centenario de la
Constitución”, Mexican Studies/Estudios Mexicanos 34, núm. 1 (2018), pp. 36-62,
https://doi.org/10.1525/msem.2018.34.1.36
17 Rosa Luxemburg, Reforma o revolución,
https://www.marxists.org/espanol/luxem/1900/reform-revol.htm
18 Jorge Lanzaro, Social democracias “tardías” Europa meridional y América Latina, Madrid,
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2014, cap. 1.
19 Adam Przeworski, “How Many Ways Can Be Third?”, en Social Democracy in Neoliberal
Times. The Left and Economic Policy since 1980, Nueva York, Oxford University Press, 2001,
pp. 312 y 325. Esa nueva socialdemocracia -hija de la atmósfera noventera signada por el
giro neoliberal internacional, el colapso de la Unión Soviética y la configuración de un
orden unipolar al mando de Estados Unidos-, postrada ante la nueva economía política,
tiene como casos típicos afuera de nuestra región a la “tercera vía” del Partido Laborista
británico (desde Tony Blair) y al Partido Socialista Obrero Español (desde Felipe González).
20 La versión más famosa de la tesis de “las dos izquierdas” es, por supuesto, la de Jorge G.
Castañeda, “Latin America’s Left Turn”, Foreign Affairs 85, núm. 3 (2006), pp. 28-43,
https://doi.org/10.2307/20031965. Pronto se volvió un lugar común en la academia
latinoamericanista reírse del simplismo (de derecha) de tal tesis. Sin embargo, el grueso de
la academia crítica es castañedista, en su incapacidad para imaginar una izquierda distinta
de la que llegó al poder en el giro a la izquierda regional. Se ha vuelto más fácil imaginar el
regreso del “fascismo” que la reactivación, más o menos radical, de la tradición marxista u
otras agendas anticapitalistas.
21 Claudio Katz, “Desenlace del ciclo progresista”, Estudios críticos del desarrollo 7 (2017),
p. 90.
22 Jorge Lanzaro, “La ‘tercera ola’ de las izquierdas latinoamericanas: entre el populismo y
la social-democracia”, Encuentros Latinoamericanos 1, núm. 1 (2008), pp. 20-57.
23 Puede afirmarse, incluso, que Morena es un populismo más puro, más parecido al viejo
PRI de lo que fue el PRD. En este último eran perceptibles algunos rasgos
socialdemócratas, producto de la izquierda socialista que se unió (y subordinó) al
cardenismo que rompió con el PRI para formar el Frente Democrático Nacional,
antecedente directo del PRD. De este origen procede la armazón ideológica que explica
que los gobiernos de la Ciudad de México legalizaran, por ejemplo, el aborto (2007) y el
matrimonio entre personas del mismo sexo (2010). No es casualidad, por cierto, que estas
políticas no fueran impulsadas durante el periodo de gobierno de AMLO en la capital.
Morena, en contraste con el PRD, se ha emancipado de cualquier reminiscencia socialista y
se ha reconciliado de modo más pleno con su raíz priista, con su espíritu populista.
24 Perry Anderson, The H-Word. The Peripeteia of Hegemony, Londres, Verso, 2017.
25 “Guha developed an analytic model of such clarity and force that he could say, without
emphasis but with reason, that he hoped it might resolve ambiguities in Gramsci’s writings
themselves” (Guha creó un modelo analítico de tal fuerza y claridad que podía decir, sin
énfasis pero con razón, que esperaba resolver las ambigüedades de los escritos de
Gramsci, trad. de la editora), Ibid., p. 153.
26 Por ej., Alberto Espejel, “Orígenes organizativos y derroteros estatutarios del
Movimiento de Regeneración Nacional y el Partido de la Revolución Democrática. Entre
carisma y grupos políticos”, Estudios Políticos 35 (2015), pp. 103-128,
https://doi.org/10.1016/J.ESPOL.2015.03.002; Ricardo Espinoza Toledo y Juan Pablo
Navarrete Vela, “MORENA en la reconfiguración del sistema de partidos en México”,
Estudios Políticos 37 (2016), pp. 81-109, https://doi.org/10.1016/J.ESPOL.2016.02.004;
Rosendo Bolívar Meza, “Movimiento de Regeneración Nacional: democracia interna y
tendencias oligárquicas”, Foro Internacional 57, núm. 2 (2017), pp. 460-489,
https://doi.org/10.24201/fi.v57i2.2385
27 Por sí solo, Morena obtuvo la mayoría absoluta en nueve congresos locales, pero si
consideramos a la coalición de Morena, PT y PES, este número se eleva a 18.
https://www.redalyc.org/journal/599/59966339005/html/ 19/22
28/5/2022 López Obrador o la izquierda que no es
28 El planteamiento hoy clásico de los límites del presidencialismo es, por supuesto, el de
Linz, quien toma partido por el parlamentarismo. Véase Juan J. Linz, “The perils of
presidentialism”, Journal of democracy 1, núm. 1 (1990), pp. 51-69,
https://doi.org/10.1353/jod.1990.0011. Una conclusión análoga, desde otra cartografía de
las clases sociales (esto es, sin burguesía), ha sido adoptada por algunos marxistas. Perry
Anderson, por ejemplo, opina que un serio defecto de las independencias
latinoamericanas fue “la servil imitación de la constitución de los Estados Unidos del siglo
XVIII”, y agrega: “Una democracia profunda exige exactamente lo opuesto a este poder
plebiscitario. Precisa de un sistema parlamentario fuerte, basado en partidos disciplinados,
con financiamiento público equitativo y sin demagogias cesaristas”. Véase Perry Anderson
citado en Emir Sader y Pablo Gentili (eds.), La trama del neoliberalismo (2ª ed.), Buenos
Aires, CLACSO, 2003, p. 86.
29 Alonso Urrutia y Dora Villanueva, “López Obrador decreta el ‘fin de la época neoliberal’”,
La Jornada, 18 de marzo de 2019.
30 Presidencia de la República, Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, México, 2019.
31 Andrés Manuel López Obrador, 2018 La Salida, México, Planeta, 2017, pp. 9-10.
32 Ibid., p. 72.
33 En su discurso de triunfo la noche de la elección, AMLO sintetizó su agenda de gobierno.
Lo primero que dijo fue que “habrá libertad empresarial”, antes de mencionar la “libertad
de expresión, de asociación y de creencias”. También adelantó que “se respetará la
autonomía del Banco de México; el nuevo gobierno mantendrá disciplina financiera y
fiscal; se reconocerán los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y
extranjeros”. Además, aseguró que “no habrá confiscación o expropiación de bienes”.
34 Presidencia de la República, Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, op. cit., p. 49.
35 Secretaría de Hacienda y Crédito Público, SHCP, “Criterios Generales de Política
Económica para la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de
la Federación Correspondientes al Ejercicio Fiscal 2019”, México, 2018, pp. 3, 74.
36 Ibid., p. 85.
37 Para AMLO, “En México, la causa principal de la desigualdad es la corrupción”. Además,
en una curiosa réplica al fantasma del marxismo, explicó que “la monstruosa desigualdad
que tenemos no se debe a la explotación del empresario al obrero”. En otra oportunidad,
amplió la misma idea: “Los académicos más clásicos, más teóricos, se quedaron con la idea
de que la desigualdad se produce por la explotación que se hace de los trabajadores […].
Pero en México no aplica esa teoría del todo”. Para cada declaración consultar,
respectivamente, “Entrevista en casa de AMLO”, México, TV Azteca, 2018; “AMLO en Los
Reyes Acaquilpan”, México, American News, 2018.
38 Presidencia de la República, “No se gastará más dinero del que ingrese a la hacienda
pública. Los recursos destinados a financiar los programas sociales provendrán de lo que
se ahorre con el combate a la corrupción y la eliminación de gastos suntuarios, desperdicio
de recursos y robo de combustibles”, Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, pp. 48-49.
39 SHCP, op. cit., p. 3.
40 Andrés Manuel López Obrador, “Discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador
en su informe al pueblo de México”, Presidencia de la República, 5 de abril de 2020.
41 Máximo Jaramillo, “¿Una nueva política social?: cambios y continuidades en los
programas sociales de la 4T”, Análisis Plural, (julio-diciembre de 2019), p. 153.
42 López Obrador, “Discurso del presidente…”, op. cit. Andrés Manuel López Obrador en su
informe al pueblo de México”.
43 Secretaríad de Hacienda y Crédito Público, SHCP, “Informe sobre la situación
económica, las finanzas públicas y la deuda pública. Segundo trimestre 2019”, México,
2019.
44 David Agren, “AMLO’s Mexico leads to drastic cuts to health system”, The Lancet 393,
núm. 10188 (el 8 de junio de 2019, pp. 2289-2290, https://doi.org/10.1016/S0140-
6736(19)31331-5
45 “Preocupa política de gasto; austeridad afectó PIB: HR Ratings”, El Economista, 11 de
agosto de 2019.
46 Comisión Nacional de Salarios Mínimos, Conasami, “Boletín No. 002/2019”, México,
Secretaría del Trabajo y Previsión Social, 2019.
47 En enero de 2019, las empresas maquiladoras de la franja fronteriza suprimieron
prestaciones a sus trabajadores con el fin de neutralizar los efectos del aumento salarial.
La expresión más amplia de descontento obrero se dio en Matamoros, ciudad que vio la
primera huelga general del siglo en México. Cuando la huelga alcanzó su punto climático,
https://www.redalyc.org/journal/599/59966339005/html/ 20/22
28/5/2022 López Obrador o la izquierda que no es
el gobierno de AMLO fue orillado a tomar partido: ¿estaba con los huelguistas o con sus
empleadores? La respuesta vino de boca de Alfredo Domínguez, subsecretario del Trabajo:
“Consideramos que el estallamiento de huelga no beneficia a ninguna de las dos partes”.
“Huelga en Matamoros no beneficia a nadie: STPS”, Forbes, 25 de enero de 2019.
48 El nuevo acuerdo introdujo el concepto de “valor de contenido laboral” en el capítulo 4,
“Reglas de origen”. Impulsado por el gobierno de Trump, ese concepto busca generar un
aumento de los salarios en la industria automotriz y de autopartes establecida en México -
la cual está concentrada en la frontera norte- con la expectativa de estimular la retención
de la inversión automotriz dentro de Estados Unidos.
49 Al igual que las nuevas reglas de origen, la intención del capítulo 23 “Laboral” del nuevo
acuerdo es causar un aumento salarial en México para evitar la fuga de puestos de trabajo
desde Canadá y Estados Unidos. Sobre la alianza de sindicatos de Estados Unidos con el
gobierno canadiense en este punto, ver el recuento de las primeras fases de negociación
de Arthur Stamoulis, “NAFTA Talks: What’s the Deal?”, Labor Notes, 31 de octubre de 2017.
50 Marisol Velázquez, “Con reforma laboral, se cumplieron los compromisos del T-MEC:
STPS”, El Economista, 27 de noviembre de 2019.
51 “Since post-neoliberalism lacks a powerful and wealthy sponsor like the United States or
the International Monetary Fund, and is more strongly rooted in local politics and culture, it
is probably even more variegated than its neoliberal predecessor” (Dado que el
posneoliberalismo carece de un patrocinador poderoso y acaudalado como Estados
Unidos o el Fondo Monetario Internacional, y es más fuerte su arraigo en la política y
cultura locales, es probable que sea aun más abigarrado que su predecesor neoliberal”,
Arne Ruckert, Laura Macdonald y Kristina R. Proulx, “Post-neoliberalism in Latin America: a
conceptual review”, Third World Quarterly 38, núm. 7 (2017), p. 1585,
https://doi.org/10.1080/01436597.2016.1259558
52 Ruckert, Macdonald, y Proulx, p. 1584. Cita original: “not as a complete break with
neoliberalism, but rather as a tendency to break with certain aspects of neoliberal policy
prescriptions, without representing a set of strict policies or a clearly identifiable policy
regime” (traducción de la editora).
53 La identificación de la izquierda latinoamericana con esa estrategia es, para Stolowicz, la
prueba de que “una nueva hegemonía burguesa… ha hecho mella incluso entre quienes se
consideran críticos”. Beatriz Stolowicz, “El ‘progresismo posneoliberal’ en la estrategia del
capital para América Latina”, Argumentos 86 (2018), p. 107.
54 Juan Carlos Pérez Salazar, “México pone fin a más de 70 años de monopolio petrolero”,
BBC News, 11 de agosto de 2014.
55 Jean Yoon y Paritosh Bansal, “Mexican election favorite is ‘really not leftist,’ adviser tells
investors”, Reuters, 6 de junio de 2018.
56 Laura Arreazola, “AMLO revela nueva estructura para los superdelegados ¿cómo
funciona?”, Político, 20 de marzo de 2019. Curiosamente, el antecedente de la figura del
superdelegado está en el sexenio de Peña Nieto, con su nombramiento ad hoc del
“enviado especial” en Michoacán, Alfredo Castillo, quien fungió como operador directo de
la Presidencia, en ocasiones sustituyendo al gobernador, en el contexto de una crisis de
violencia.
57 Horacio Jiménez, “Mi voto, para AMLO o quien revierte reforma energética: Cuauhtémoc
Cárdenas”, El Universal, 29 de mayo de 2018; “Sugiere Cárdenas a AMLO aplazar
megaobras ante crisis económica”, La Razón, 5 de junio de 2020.
58 Dicha postura no es un rayo en cielo raso. No hay que olvidar que, en 2006, en reunión
privada con el embajador de Estados Unidos en México, AMLO se plegaba a las demandas
de Washington, prometiendo “dar al ejército mayor poder y autoridad al ejército en
operaciones antinarcóticos”. Wikileaks, “Apocalypse not: AMLO assures ambassador he will
have a strong, sound administration”, México, 2006.
59 Arturo Rodríguez García, “Nueva comisión para el caso Ayotzinapa no investigará al
Ejército: Encinas”, Proceso, el 26 de septiembre de 2018.
60 Jacobo García, “El Ejército mexicano aumenta su poder con la construcción y explotación
del nuevo aeropuerto”, El País, 20 de marzo de 2020.
61 Alberto Pradilla, “En frontera sur, 2,400 elementos de la Guardia; no detendrán a
migrantes, asegura el gobierno”, Animal Político, 17 de junio de 2019.
62 “‘Usted no ha pretendido tratarnos como colonia’: El discurso completo de AMLO junto a
Trump en la Casa Blanca”, Animal Político, 8 de julio de 2020,
https://www.animalpolitico.com/2020/07/amlo-discurso-completo-casa-blanca/
https://www.redalyc.org/journal/599/59966339005/html/ 21/22
28/5/2022 López Obrador o la izquierda que no es
63 Misael Zavala, “AMLO: si hay fraude, yo no amarraré ‘al tigre’”, El Universal, 10 de marzo
de 2018.
Traducción de Fionn Petch, CM Idiomas
Traducción de Ariel Elbaz, CM Idiomas
HTML generado a partir de XML-JATS4R por
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