Ensayo de Bolivar A Peru GJJP

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL BOLIVARIANA
UNEFA-NÚCLEO APURE

Bolívar en Perú

PROFESORA: ESTUDIANTE:
CONCEPCION RODRIGUEZ GREGORIO
PRIETO
CI 28.274.439
SIMÓN BOLÍVAR: EN PERÚ

Para Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá, Simón Bolívar, mas
alla el título de Libertador, es el Padre de la Patria, porque gracias a su gesta
libertadora, estas vastas regiones, inhóspitas en la territorialidad colonialista que
engendró España por casi 300 años, se convirtieron en naciones libres e
independientes, con identidad, idiosincrasia, nacionalidad y límites geográficos
acorde con su cultura ancestral.

Para toda Latinoamérica, su voz es un mensaje, un aprendizaje y un ejemplo de


revolución innovadora; mientras que para el resto del mundo, su doctrina y su
ideología es un modelo de revolución que se enarbola para invocar la liberación de
los pueblos amenazados por la mano del imperio esclavizaste, de allí el título de
Libertador que celebran todas las instituciones diplomáticas acreditadas en el
planeta. El aspecto político del pensamiento de Simón Bolívar nace cuando tiene
conocimiento directo del proceso de dependencia española, cuando la identidad
del hispanoamericano se encuentra en amenaza. He aquí cuando surgen sus
preocupaciones con respecto a este tema las cuales redacta en su famosa Carta
de Jamaica en 1815.Con esto se inicia una serie de hechos en los cuales Bolívar
tendría el compromiso histórico de dirigir el camino hacia la primera independencia
y liberación de cinco países, con aciertos y desaciertos pero de igual manera con
traiciones y perdones que impidieron la concreción del sueño de integración de un
gran bloque de países hermanos que le hicieran frente a las pretensiones
imperialistas de nuevas potencias en vías de expansión.

El libertador Simón Bolívar llegó el 01 de septiembre de 1823 al Puerto del Callao.


Bolívar llegó al Perú el 1 de setiembre de 1823, cubierto de gloria luego de
independizar Nueva Granada (batalla de Boyacá, 1819) y Venezuela (Carabobo,
1821), y unificarlas en la Gran Colombia. Como Perú se encontraba en una
situación crítica, el Congreso destituyó a Torre Tagle y otorgó todos los poderes
militares a Bolívar. Este buscó el enfrentamiento definitivo con los españoles, pues
sabía que el estado de guerra no podía mantenerse por mucho tiempo. El
Congreso de la República lo nombró 'suprema autoridad' y después le encargó la
lucha contra el ejército realista.

Lo primero que hizo Bolívar fue eliminar al ejército de José de la Riva Agüero,
quien era presidente del Perú en esa época y opositor a la llegada del Libertador
al país. Bolívar instruye a Torre Tagle que se acerque a los mandos españoles
acantonados en Jauja para lograr una negociación con la finalidad de ganar
tiempo para lograr aumentar su ejército y ser capaz de vencer al realista (que, en
el manifiesto tras la batalla de Junín, Bolívar se jactaba de derrotar tras 14 años de
triunfos contra los independentistas). Torre Tagle cumple ese encargo pero,
paralelamente, es acusado por Bolívar de negociar con el Virrey La Serna la
expulsión del Libertador y obtener así la plenitud de su mandato.

Las fuerzas realistas ocuparon Lima el 29 de febrero, para más tarde replegar su
fuerza principal a la sierra central y sostener una guarnición en el Callao, cuyas
defensas quedaron bajo el mando del militar español de José Ramón Rodil, en las
que se le refugiaron varias facciones patriotas, inclusive el mismo Torre Tagle que
se quedaría en la Fortaleza del Real Felipe donde murió al año siguiente en el sitio
del Callao.

BATALLA DE JUNÍN: En las pampas de Junín, el 6 de agosto de 1824, se


enfrentaron los ejércitos patriota y realista. Simón Bolívar dirigió a los patriotas, y
el general Cantera a los realistas. La batalla, que se realizó entre las caballerías,
duró aproximadamente 45 minutos. Destacó el regimiento Húsares del Perú,
rebautizado luego como Húsares de Junín.

LA BATALLA DE AYACUCHO: Finalmente, las fuerzas patriotas y realistas se


enfrentaron en Ayacucho (9 de diciembre de 1824). El ejército patriota contaba
con 5 580 soldados dirigidos por el general Antonio José de Sucre, mientras que el
realista tenía 9 310 hombres al mando del virrey José de la Serna. Pero las tropas
realistas sufrieron una gran baja. El general Olañeta se rebeló contra La Serna y
se proclamó virrey del Alto Perú. La Serna tuvo que pelear en dos frentes, contra
los patriotas y contra Olañeta. Esto contribuyó a la victoria patriota en Ayacucho.
La capitulación de Ayacucho: La Serna fue tomado prisionero y los españoles
pidieron la capitulación, que firmaron Cantera y Sucre esa misma tarde. Así
terminó el dominio de España en el Perú. El gobierno peruano se comprometió a
efectuar el pago de una deuda de independencia con España y debía facilitar el
viaje de retorno de los españoles que decidieran dejar el Perú. El virrey y sus
tropas se comprometían a dejar sus plazas militares y abandonar el Perú. La
resistencia realista: 'Tras el retiro de La Serna y sus tropas, quedaron en el país
dos guarniciones militares realistas: Olañeta en el Alto Perú y Rodil en el Real
Felipe. Bolívar envió a Sucre al sur para combatir a Olañeta. Cuando arribó a la
región, el general realista ya había sido depuesto. Aunque la liberación de esa
zona era favorable, quedaban dudas sobre el destino del Alto Perú. Argentina y
Perú lo reclamaban. Sucre, tras consultar a Bolívar, proclamóla independencia del
Alto Perú, llamándolo República de Bolívar (1825).La situación del Real Felipe fue
distinta. Lejos de producirse la rendición, Rodil resistió apoyado por algunos
simpatizantes limeños. En realidad, toda una población realista se refugió en dicho
fuerte militar. Pasaron hambre y enfermedades. Recién a inicios de 1826 se dio la
capitulación del Callao

Ante la falta de respuesta del presidente Torre Tagle, el Congreso lo depone el 10


de febrero y entrega a Bolívar todo el poder político y militar. Acto seguido, el
Congreso se autoinmola y entra en receso hasta que el Libertador lo convoque.
Bolívar se convirtió en la única y máxima autoridad en el Perú, nombrando como
único Ministro General a José Faustino Sánchez Carrión. Bolívar nombrado jefe
supremo, volvió a Pativilca y ordenó el repliegue generalizado del ejército unido a
Trujillo y Huamachuco. Cuando se produjo el arribo de Bolívar al Perú, la prensa
de la época lo enalteció, llamandolo 'Libertador de cinco repúblicas'. En 1826, el
ambiente limeño le era totalmente hostil. Gobernó al margen del Congreso y solo
cuando necesitó legitimar su Constitución intentó convocarlo, pero no consiguió la
aprobación de este. En su patria le esperaba una lenta agonía y presenciar cómo
su proyecto federativo se iba despedazando ante las ambiciones de los caudillos

la patria grande de Bolívar se frustró. La Federación de los Andes: Ante este


fracaso, Bolívar intentó crear una unidad de menores dimensiones: la Federación
de los Andes, que agruparía a la Gran Colombia, Bolivia y Perú, pues en ellos
tenía injerencia por haber logrado su independencia. La Federación se regiría por
una Constitución que establecía un Presidente Vitalicio, Bolívar, con derecho a
nombrar a su sucesor. Esto generó oposición en los diferentes países. Fue
aprobada, en Bolivia, por Sucre. En el Perú, pese a la oposición liberal, la
Constitución fue jurada en diciembre de 1826, cuando Bolívar había salido del
Perú rumbo a la Gran Colombia. La partida de Bolívar y el fracaso del proyecto
bolivariano: Bolívar se retiró del Perú por dos motivos: la oposición de los liberales
a su política autoritaria y su proyecto político, y el levantamiento de caudillos como
Páez y Santander en la Gran Colombia, que también cuestionaban los planes del
Libertador. Al retirarse, dejó a Andrés de Santa Cruz al mando de un Consejo de
Gobierno. Fue entonces cuando se proclamó la Constitución Vitalicia, de breve
duración en el Perú. En enero de 1827, los liberales lideraron una revolución
opositora. A inicios de ese año, un Cabildo Abierto, en Lima, suprimió la
Constitución.

 llegada de Bolívar a Perú

Bolívar desembarcó en el puerto del Callao el 1 de septiembre de 1823 en el


bergantín Chimborazo luego de que una comitiva enviada por el Congreso de la
República del Perú encabezada por José Faustino Sánchez Carrión le enviara una
invitación mientras estaba en Guayaquil, provincia cuya anexión a la Gran
Colombia dispuso en julio de 1822. A dicho recibimiento asistió el presidente José
Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle, y su gabinete ministerial en Pleno. Al
día siguiente de su llegada, el Congreso lo nombra suprema autoridad y poco
después le encarga la dirección de la lucha contra el ejército realista disponiendo
que el mismo Torre Tagle debería rendirle cuentas de sus acciones.
La primera acción de Bolívar fue eliminar las fuerzas de José de la Riva Agüero,
quien fue presidente del Perú antes que Torre Tagle y se oponía a la llegada de
Bolívar, en Trujillo. Riva Agüero fue apresado en noviembre de ese año, pero logró
escapar y se fue a Inglaterra. Mientras tanto, el primer Congreso
Constituyente que estaba próximo a proclamar la primera Constitución política del
Perú emite una resolución señalando que entrarán en suspenso las disposiciones
de esa carta magna que sean contrarias a las disposiciones y deseos de Simón
Bolívar. La Constitución fue jurada el 11 de noviembre de ese año, pero nunca
entró en vigencia.
El ejército realista tenía el control de la sierra central y el sur del país
(actuales departamentos de Junín, Ayacucho, Cusco y Arequipa). Por su parte,
luego de la derrota de Riva Agüero, las fuerzas del ejército unificado tenían
posesión de la costa central y norte, y de la sierra norte (actuales departamentos
de Piura, La Libertad, Áncash, Lima y Cajamarca). Ante ello, siendo factible la
posibilidad de que Lima fuera invadida por fuerzas realistas (como en efecto lo fue
tras el motín del Callao), Bolívar decidió mudar su cuartel general al pueblo
de Pativilca, 200 kilómetros al norte de Lima.
Bolívar instruye a Torre Tagle que se acerque a los mandos españoles
acantonados en Jauja para lograr una negociación con la finalidad de ganar
tiempo para lograr aumentar su ejército y ser capaz de vencer al realista (que, en
el manifiesto tras la batalla de Junín, Bolívar se jactaba de derrotar tras 14 años de
triunfos contra los independentistas). Torre Tagle cumple ese encargo, pero,
paralelamente, es acusado por Bolívar de negociar con el Virrey La Serna la
expulsión de Bolívar y obtener así la plenitud de su mandato.
Al margen de esas intrigas, el 5 de febrero de 1824, las tropas rioplatenses de las
fortalezas del Callao pertenecientes a la expedición libertadora de San Martín,
acaudilladas al mando de un sargento de apellido Moyano, se levantan en motín
del Callao argumentando falta de pago a los soldados. Esa sublevación liberó a
los presos españoles que estaban recluidos en la fortaleza del Real Felipe y les
entregó las instalaciones y las defensas del puerto. Las fuerzas realistas ocuparon
Lima el 29 de febrero, para más tarde replegar su fuerza principal a la sierra
central y sostener una guarnición en el Callao, cuyas defensas quedaron bajo el
mando del militar español de José Ramón Rodil, en las que se le refugiaron varias
facciones patriotas, inclusive el mismo Torre Tagle que se quedaría en la
Fortaleza del Real Felipe donde murió al año siguiente en el sitio del Callao.
Ante la falta de respuesta del presidente Torre Tagle, el Congreso lo depone el 10
de febrero y entrega a Bolívar todo el poder político y militar. Acto seguido, el
Congreso se inmola y entra en receso hasta que Bolívar lo convoque. Bolívar se
convirtió en la única y máxima autoridad en el Perú, nombrando como único
Ministro General a José Faustino Sánchez Carrión Bolívar nombrado jefe
supremo, volvió a Pativilca y ordenó el repliegue generalizado del ejército unido
a Trujillo y Huamachuco

quienes fueros Riva Agüero, y Torre Tagle,

José de la Riva-Agüero y Sánchez Boquete, primer presidente del Perú (1823), es en


realidad un gran desconocido en la historia de nuestra independencia. La historiografía lo
ensalza y lo condena en igual medida, pues mientras unos valoran su escrito más famoso
(“Las veintiocho causas”), otros en cambio inciden en el hecho de haber sido declarado
traidor a la patria por negociar con los realistas –con el enemigo- una independencia sin el
apoyo de Simón Bolívar. Entre uno y otro polo existen muchos matices, temas que
ameritan un retorno al estudio a profundidad de este personaje, como por ejemplo su vital
conexión con el norte peruano.
José de la Riva-Agüero llegó a la presidencia del Perú por un motín de los generales del
ejército patriota, quienes, ante el fracaso del gobierno anterior (la Junta Gubernativa) en la
lucha contra los realistas, obligaron al Congreso Constituyente a nombrar a Riva-Agüero
como presidente de la república. Riva-Agüero empieza así un mandato con mucha
fragilidad. A pesar sus intentos por finiquitar la guerra contra España, el éxito no lo
acompañó: las facciones políticas, el congreso dividido, los manejos de Antonio
José de Sucre, y sus propios enfrentamientos con sus opositores facilitaron la
toma de la capital por parte de los realistas (junio de 1823). A partir de este
momento todo es una confusión. El Congreso lo destituyó de su cargo como
presidente y nombró en su lugar al marqués de Torre Tagle. Riva-Agüero,
aprovechando una decisión anterior del Congreso, se dirige a la ciudad de Trujillo.
Desde aquí desconoció su destitución, nombró un nuevo Congreso (Senado) y
gobernó desde el norte del Perú.

Los cabildos norteños, desde Tumbes hasta Huaraz, se plegaron a Riva-Agüero


casi de inmediato; expresaron la alegría de ser el centro del poder en el Perú, de
ser “la cabeza de la república” por tener aquí al “legítimo Presidente”. Este hecho
les parecía natural al ser el norte el primer gran espacio donde se proclamó la
independencia. Autoridades civiles, militares, eclesiásticas, pequeños y grandes
comerciantes norteños marcaron distancia de Lima: la consideraban “usurpadora”
de los derechos de los pueblos, puesto que allí se había conformado un nuevo
Congreso que exigía ser reconocido por los demás departamentos del Perú.
Desde la perspectiva del norte, Lima estaba decidiendo y atribuyéndose una
representación que no era compartida: “no es solo un pueblo el que ha de
decidir la suerte de los demás, son todos iguales en derechos y representación,
son igualmente libres, y ninguno puede ser superior a otro.” Expresiones similares
se repitieron por todo el norte peruano en claro apoyo a Riva-Agüero, más aún
cuando Simón Bolívar llegó a Lima y reconoció como legítimo al gobierno de la
capital. De alguna manera, parte del norte peruano también se distanció del líder
venezolano.
Estando aquí, José de la Riva-Agüero incrementó su actividad contra los realistas.
A decir de Paz Soldán, “tan pronto estaba en Huamachuco, como en Santa,
Huaraz y Trujillo, apurando la formación de tropas y su organización y disciplina.”
Ordenó movimientos militares al sur dirigidos por Andrés de Santa Cruz; formó el
batallón “Húsares de Riva-Agüero”; organizó montoneras que sirviesen de base
para la lucha. En otro orden, decretó la creación de una Casa de Moneda en
Trujillo, de un Tribunal de segunda instancia, la fundación de la Sociedad
Patriótica Literaria, la edición del “Semanario Patriótico de Trujillo”, entre otras
acciones que buscaban finiquitar la guerra desde el norte y, al parecer, convertir
este espacio en el nuevo centro de poder.
José de la Riva-Agüero fue capturado y enviado al exilio (noviembre de 1823),
finalizando también, por el momento, la pretensión norteña de ser cabeza del
Perú. Pero quedaron varias historias que analizar: la del discurso de legitimidad y
representación nacional desde la región; el espacio norteño visto una vez más
como esencial para la victoria militar; y finalmente, un elocuente período de
estrecha relación entre la historia nacional y la historia regional de nuestra
independencia, con nuestro norte peruano como escenario de privilegio.

José Bernardo de Tagle


(José Bernardo de Tagle y Portocarrero, marqués de Torre Tagle; Lima, 1779 - El
Callao, 1825) Militar y político peruano que fue presidente de la República entre
1823 y 1824. Elegido diputado peruano a las Cortes de Cádiz, permaneció en
España entre 1813 y 1817. De regreso a Perú fue designado en 1819 gobernador
de Trujillo, donde proclamó la independencia junto a José de San Martín
(1820). Antonio José de Sucre lo designó presidente del Perú (1823-1824), cargo
que ostentó hasta que el Congreso nombró dictador a Simón Bolívar. A causa de
sus diferencias con éste, que le trató de traidor, se entregó a los realistas.

El marqués de Torre Tagle


Miembro de una aristocrática familia de la alta nobleza española, de la que recibió
los títulos de conde de Monclova y marqués de Torre Tagle, su carrera en el
ejército lo llevó al rango de coronel. Siendo alcalde de Lima fue elegido diputado
por esta ciudad en las Cortes de Cádiz (1813). Durante su estancia en España
(1813-1817) mostró su talante liberal y su afinidad con las reivindicaciones de
mayor libertad para las colonias.
A su regreso a Perú fue nombrado gobernador de Trujillo, y en 1820 se adhirió a la
causa de José de San Martín, quien le nombró presidente del Consejo de Estado y
delegó en él sus poderes cuando viajó a Guayaquil. Convocó el primer Congreso
Constituyente, ante el cual José de San Martín presentó su dimisión (1822).
A partir de entonces se alió con Simón Bolívar en contra del presidente José
Mariano de la Riva Agüero, y fue él mismo nombrado presidente, cargo que
ostentó bajo la dirección efectiva de Bolívar. En plena contraofensiva realista
(1824), el Congreso nombró dictador a Bolívar, perdiendo Tagle todo vestigio de
autoridad, al mismo tiempo que, desde distintos sectores, se le acusaba de
traición por lo que se consideraron intentos de desertar hacia el campo realista.
El marqués de Torre Tagle tuvo que esconderse en Lima para evitar ser detenido
y fusilado por orden de Bolívar, y allí fue encontrado por los españoles cuando
ocuparon la capital; se trasladó a El Callao, con la intención de emigrar, y murió
allí durante el asedio patriota a la ciudad, víctima (al igual que su mujer y sus hijos)
del hambre y las epidemias.

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