CIV 07. Jorge Carrión Lugo, Presupuestos Procesales

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 14

LOS PRESUPUESTOS PROCESALES

Dr. Jorge Carrión Lugo

1. CONCEPTO

Para que en un proceso se produzca una relación


jurídico-procesal válida no basta la interposición de la
demanda, la presencia de las partes y la intervención del
Juez. Para que un proceso sea válido y eficaz deben estar
presentes en él los denominados presupuestos
procesales, unos de orden formal y otros de orden
material o de fondo. Si la demanda careciera de los
requisitos que la ley señala como fundamentales, si las
partes carecieran de aptitud para intervenir
personalmente en el proceso (si no tuvieran capacidad
procesal) o el Juez careciera de competencia para
conocer de la demanda (incompetencia del Juez), no
habría proceso válido por la ausencia de dichos
presupuestos procesales formales.

Sin embargo, siguiendo la orientación del Código


Procesal Civil, debemos anotar que no es suficiente la
presencia de los indicados presupuestos procesales
formales para que exista un proceso válido, sino también
deben darse las llamadas condiciones de la acción,
denominados presupuestos procesales de fondo o
materiales, que conforme a la doctrina y al propio Código
son los siguientes: a) la existencia del derecho que tutela
la pretensión procesal, lo que otros denominan la
voluntad de la ley; b) la legitimidad para obrar; c) el
interés para obrar; y d) que la pretensión procesal no
haya caducado, como sostienen algunos autores. Por
consiguiente, concluimos que los elementos que
conforman la relación jurídico-procesal son los
presupuestos procesales formales y de fondo; los
presupuestos procesales, ya sean de orden formal o de
orden material, son pues requisitos ineludibles para que
se genere una relación jurídico-procesal válida y para
que, por consiguiente, exista un proceso válido.

El Juez, al calificar la demanda, examina la existencia


de los elementos anotados. Contestada la demanda, el
Juez, en la fase del saneamiento del proceso, examina
los elementos que configuran la relación procesal (los
presupuestos procesales de forma y de fondo), emitiendo
una resolución ya sea declarando la existencia de una
relación procesal válida, ya sea declarando la existencia
de una relación procesal inválida –pero subsanable en
sus defectos– o ya sea declarando la existencia de una
relación procesal inválida, pero insubsanable en sus
defectos.

Las excepciones, de otro lado, y esto se infiere del


tercer párrafo del artículo 449º del Código Procesal Civil,
en estricto rigor, tienen por objeto verificar la existencia o
no de una relación jurídico procesal válida. En efecto, las
excepciones, como medios de defensa, constituyen
mecanismos para denunciar la inexistencia de una
relación procesal válida por la ausencia de algún
presupuesto procesal formal y de algún presupuesto
procesal de fondo. De ahí que el Código prevé que
cuando el Juez declara infundada una excepción debe
declarar además saneado el proceso (Art. 449º, tercer
párrafo, CPC).

2. CLASIFICACIÓN

En doctrina encontramos una serie de clasificaciones de


los presupuestos procesales. Sin embargo, para los fines del
adecuado estudio del Código Procesal Civil, vamos a exponer
aquella que clasifica a los presupuestos procesales en formales
y de fondo.
2.1. Presupuestos procesales de forma

Son aquellos requisitos sin los cuales no se


constituye una relación procesal válida. Si falta algún
presupuesto procesal formal no habrá proceso válido.
Constituyen presupuestos formales los siguientes: la
demanda en forma, la capacidad procesal de las partes y
la competencia del Juez. Un proceso seguido ante quien
ya no es Juez, no es realmente un proceso; será un
trámite, pero no tendrá la calidad y la eficacia de un
proceso. Un litigio que se siga por dos incapaces
procesalmente tampoco constituye un proceso; puede
igualmente considerarse un trámite, pero sin la categoría
y la eficacia de un proceso. Una demanda que no
contenga una pretensión procesal, por ejemplo, no puede
generar un proceso, y el trámite que se siga,
simplemente, no tendrá la eficacia jurídica de un proceso.
1
Para el maestro uruguayo Eduardo J. COUTURE ( ) los
anotados presupuestos constituyen presupuestos de la
acción, cuya ausencia obsta al andamiento de una acción
y al nacimiento de un proceso. Para nosotros, los
anotados presupuestos, son presupuestos procesales de
forma del proceso, cuya ausencia deja al trámite seguido

1
Couture, Fundamentos de Derecho procesal civil, cit., p. 104.
como un proceso inválido.

A) La demanda en forma. La demanda –que es el


medio procesal para accionar y para hacer valer las
pretensiones procesales–, para generar un proceso
válido, debe reunir los requisitos formales y de fondo que
la ley procesal señala. No debe admitirse a trámite la
demanda: que no contenga los fundamentos de hecho
que sustente la pretensión procesal; que no contenga la
fundamentación jurídica; que no precise quién es el
deudor; que tenga incompleta o imprecisa la pretensión
procesal planteada; que contenga pretensiones
contradictorias, obscuras o ininteligibles; en la que el
actor carezca evidentemente de legitimidad para obrar;
etc.

El Código señala los requisitos que debe contener la


demanda (Art. 424º CPC) y los anexos que deben
acompañarse a ella (Art. 425º CPC). El mismo Código
señala las causales por las cuales el Juez puede declarar
inadmisible la demanda (Art. 426º CPC) y las causales por
las cuales puede decretar la improcedencia de la misma
(Art. 427º CPC). Tratándose de la inadmisibilidad de la
demanda, el Juez tiene la facultad de ordenar que el
demandante subsane la omisión o el defecto en que se
haya incurrido en un plazo no mayor de diez días y, en el
supuesto que el actor no cumpliera con lo ordenado, el
Juez está en la aptitud de rechazar la demanda y ordenar
el archivo del expediente (Art. 426º, último párrafo, CPC).
Igualmente, si el Juez estimara que la demanda es
manifiestamente improcedente, tiene la facultad de
declarar improcedente de plano y de devolver los anexos
presentados con ella (Art. 427º, penúltimo párrafo, CPC).
El demandado también, en su caso, podría deducir la
excepción de oscuridad o ambigüedad en el modo de
proponer la demanda (Art. 446º, inc. 4, CPC), la excepción
de falta de legitimidad para obrar (Art. 446º, inc. 6, CPC),
etc.

B) La capacidad procesal de las partes. Es la aptitud


para comparecer personalmente, por sí mismo, en el
proceso. Su equivalente lo encontramos en el Derecho
Civil en la capacidad de ejercicio. Tienen legitimatio ad
processum todos los que conforme al Código Civil tienen
capacidad de obligarse sin necesidad de autorización de
otras personas. Sólo las personas naturales tienen
capacidad procesal, en tanto que las personas jurídicas
no tienen capacidad procesal, pues, por ellas, se
apersonan al proceso las personas naturales. El
demandante y el demandado deben tener capacidad
procesal, que conforme a nuestro ordenamiento jurídico
se adquiere cuando ellos hayan adquirido la plena
capacidad de ejercicio de sus derechos civiles, esto es,
cuando hayan cumplido los 18 años de edad (Art. 42º
CC). Si al actor careciera de capacidad procesal, el
demandado perfectamente podría deducir la excepción
de incapacidad del demandante (Art. 446º, inc. 2, CPC).

Cabe agregar que no es suficiente para tener la


capacidad procesal que la persona natural haya cumplido
los 18 años de edad, sino que esa persona no se halle en
las circunstancias de incapacidad absoluta o relativa
señaladas por el Código Civil (Arts. 43º y 44º CC), quienes
no pueden ejercer por sí mismos sus derechos civiles y
por tanto no podrían ejercer una acción procesal
válidamente. Los representantes legales de los incapaces
ejercen los derechos civiles de éstos (Art. 45º CC) y, por
tanto, ejercen también sus derechos procesales. La
incapacidad civil de las personas mayores de 16 y
menores de 18 años cesa por matrimonio o por obtener
título oficial que les autorice para ejercer una profesión o
un oficio. Tratándose de mujeres mayores de 14 años
cesa también la incapacidad por matrimonio. La
capacidad adquirida por matrimonio, incluso, no se
pierde por la terminación de éste (Art. 46º CC), por lo que
debemos concluir que esas personas, por esas
circunstancias, adquieren plenamente la capacidad
procesal y perfectamente pueden intervenir
personalmente en el proceso correspondiente.

C) La competencia del Juez constituye uno de los


presupuestos procesales fundamentales de carácter
formal. Sin embargo, el artículo 427 del Código considera
como una causal de improcedencia de la demanda la
incompetencia del Juez (Art. 427, inc. 4, CPC), no
obstante que el Código establece que el Juez declara la
improcedencia de un acto procesal si la omisión o
defecto es de un requisito de fondo (Art. 128 CPC).
Tratándose de la competencia absoluta, que comprende a
la competencia por razón de la materia, de la jerarquía, de
la cuantía y de turno, la intervención del Juez
incompetente da lugar a una relación jurídico procesal
inválida. En cambio tratándose de la competencia
relativa, que comprende la competencia por razón de
territorio, puede producirse, si no se cuestiona
oportunamente la intervención del Juez, la prórroga de la
competencia, dando lugar a la validación del proceso.
Conforme al Código la demanda puede ser declarada
improcedente si el Juez carece de competencia (Art. 427,
inc. 4, CPC). Asimismo, el demandado puede deducir la
excepción de incompetencia (Art. 446, inc. 1, CPC).
Finalmente, la incompetencia absoluta puede ser
declarada de oficio, en tanto que la incompetencia
relativa sólo puede ser declarada a instancia de parte,
interpretándose en ese sentido la previsión contenida en
el Código (Art. 427, inc. 4, CPC).

2.2. Presupuestos procesales de fondo

Para nosotros son las condiciones necesarias para


que una pretensión procesal hecha valer con la demanda
sea objeto de pronunciamiento por el Juez. La falta de
este presupuesto impediría al Juez pronunciarse sobre el
fondo del litigio. Estas condiciones son las siguientes:
existencia de un derecho tutelado por la ley o lo que
también se suele llamar voluntad de la ley; interés actual
para plantear la pretensión; la calidad de acreedor en su
sentido más amplio del demandante (lo que en doctrina
se llama la legitimatio ad causam activa) y la calidad de
deudor también en el mismo sentido del demandado (lo
que en doctrina se denomina la legitimatio ad causam
pasiva). Si no existiera el derecho tutelado por la ley; no
se hubiera cumplido con el plazo fijado para la exigencia
de la obligación o con la condición prevista; si el
demandante no fuera el acreedor legítimo o el
demandado no fuera el deudor legítimo; indudablemente,
el Juez no se encontrará en condiciones adecuadas para
pronunciarse sobre la pretensión procesal propuesta con
la demanda. En estos supuestos se pronunciará sobre la
improcedencia de la demanda.

La demanda, conforme al Código Procesal Civil, será


declarada improcedente cuando el demandante carece
evidentemente de legitimidad para obrar, cuando el
demandante carece manifiestamente de interés para
obrar, cuando el Juez advierte la caducidad de la
pretensión procesal planteada, cuando el Juez carece de
competencia, cuando no exista conexión lógica entre los
hechos expuestos y la pretensión procesal propuesta,
cuando ésta fuese jurídica o físicamente imposible o
cuando contenga una indebida acumulación de
pretensiones (Art. 427º CPC). La pretensión procesal será
desestimada si el demandante no acredita los
fundamentos de hecho que sirven de sustento
precisamente de su pretensión procesal.

3. LOS PRESUPUESTOS PROCESALES Y LAS EXCEPCIONES


En principio debemos señalar que hay procesalistas
que bajo la denominación de presupuestos procesales
consideran sólo los elementos que necesariamente
deben coexistir para constituir una relación jurídico-
procesal válida, como la competencia del Juez, la
capacidad procesal de las partes y que la demanda reúna
los requisitos formales señalados por la ley. Empero, si
analizamos nuestro ordenamiento procesal civil,
especialmente lo relativo a la admisibilidad y la
procedencia de la demanda, así como a las excepciones,
advertimos que para considerar una relación jurídico-
procesal válida no sólo debe darse la presencia de los
indicados presupuestos procesales formales, sino
también de los presupuestos procesales de fondo.

Si meditamos sobre los fundamentos que sirven de


base para deducir las excepciones reconocidas por
nuestro ordenamiento procesal llegamos a la conclusión
de que estas excepciones son medios procesales para
denunciar ante el Juez la ausencia de algún presupuesto
procesal formal o de fondo necesario para la validez del
proceso. Cuando, por ejemplo, deducimos la excepción
de incompetencia (Art. 446º, inc. 1, CPC), estamos
denunciando la carencia de capacidad del titular de la
decisión (el Juez) para conocer de la demanda planteada.
Cuando deducimos la excepción de incapacidad del
demandante o de su representante (Art. 446º, inc. 2, CPC),
estamos denunciando la incapacidad procesal del actor o
de su representante. Cuando deducimos la excepción de
representación defectuosa o insuficiente del demandante
o del demandado (Art. 446º, inc. 3, CPC), estamos
denunciando la deficiente representación de las partes en
el proceso. Cuando deducimos la excepción de oscuridad
o ambigüedad de la demanda (Art. 446º, inc. 4, CPC), en el
fondo, estamos denunciando la ausencia de formas
esenciales que debe tener la demanda, especialmente de
la pretensión procesal.

En igual sentido, a manera de especulación, podemos


anotar que cuando deducimos la excepción de falta de
agotamiento de la vía administrativa (Art. 446º, inc. 5,
CPC), lo que estamos expresando es que el Juez no
puede conocer de una demanda si la pretensión procesal
objeto de ella no ha sido tratada previamente en todas las
instancias administrativas, lo que equivale también a
sostener que el Juez carece de aptitud procesal para
conocer de la demanda si la materia reclamada no ha
sido decidida previamente por todas las instancias
administrativas. Asimismo, si deducimos la excepción de
litispendencia (Art. 446º, inc. 7, CPC), lo que estamos
denunciando al Juez es su falta de aptitud para conocer
de una demanda que versa sobre pretensiones
procesales que a su vez son objeto de otra demanda
anterior, cuyo proceso está en trámite. Así podríamos
seguir analizando las demás excepciones que prevé el
Código.

Hay que precisar que la falta de algún presupuesto


procesal formal o de fondo puede ser declarada de oficio,
pues así lo autoriza nuestro Código Procesal Civil al
referirse a la inadmisibilidad o a la improcedencia de la
demanda (Arts. 426º y 427º CPC). En cambio las
excepciones tienen que ser deducidas u opuestas por la
parte demandada.

Es pertinente anotar que en doctrina se dice que la


legitimatio ad causam identifica a la persona a quien la
ley confiere la titularidad del derecho (que se
circunscribe a que la pretensión esté tutelada por la ley, a
la legitimidad para obrar y al interés para obrar) y la
legitimatio ad processum identifica a la persona que
conduce directamente el proceso desde la interposición
de la demanda (que se circunscribe en nuestro
ordenamiento a la capacidad procesal tanto del
demandante como de su representante, así como a la
capacidad procesal del demandado o de su
representante). Hay presupuestos procesales que tienen
que ver con la legitimatio ad causam y hay presupuestos
procesales que tienen que ver con la legitimatio ad
processum.

De lo expuesto podemos concluir que la ausencia de


algún presupuesto procesal formal o de fondo, que el
Juez puede determinar al calificar la demanda, al
examinar el proceso en la fase del saneamiento o al
declarar fundada una excepción, invalida
inequívocamente la relación jurídico procesal trabada, lo
que equivale a que el proceso generado es inválido e
ineficaz.

También podría gustarte