Tesis
Tesis
Tesis
A mis directoras Isabel Lacau y Bibiana Dallard que confiaron en mí, me guiaron e
invirtieron su tiempo, dedicación y experiencia en mi formación.
A Hugo Ortega que aceptó ser codirector de beca colaborando en todo lo que estuvo a
su alcance y me abrió las puertas del laboratorio donde finalmente concluí este
trabajo.
Al Dr. Eduardo Charreau que me brindó su aval para gestionar el cambio de lugar de
trabajo.
Resumen IX
Abstract XII
I
CD4 Cúmulo de diferenciación 4
CD8 Cúmulo de diferenciación 8
DAB Diaminobenzidina
EGF Factor de crecimiento epidérmico
ER-α Receptor de estrógeno tipo alfa
ER-β Receptor de estrógeno tipo beta
E2 17 β-estradiol
GH Hormona de crecimiento
HPG Huevos por gramo
IGFBP Proteína de unión a IGF
IG Inmunoglobulina
IGF Factor de crecimiento similar a insulina
IHQ Inmunohistoquímica
IL Interleuquina
L1 Larva primera etapa de desarrollo.
L2 Larva segunda etapa de desarrollo.
L3 Larva infectiva de nematodo
L4 Larva de nematodo en desarrollo intermedio
L5 Larva de nematodo última etapa del desarrollo
LH Hormona luteinizante
Pp posparto
RIA Radioinmunoensayo
RELM β Resistina similar a molécula β
TDU Unidad terminal ductal
SEM Error estándar de la media
TEBs Botones terminales
T3 Triiodotironina
T4 Tetraiodotironina
Th 1 Células T colaboradoras de tipo 1
Th 2 Células T colaboradoras de tipo 2
PCNA Antígeno nuclear de proliferación celular
II
Índice de figuras
III
Pag.
Figura 1. A: Glándula mamaria de ratón en desarrollo, las flechas señalan a los
botones terminales (TEBs) (análogos a TDU en bovinos) que penetran en el tejido 11
graso. B: Unidad terminal ductal (TDU) en bovino. C: Imagen tridimensional de la
TDU bovina. D: Esquema de glándula mamaria desarrollada lobule=lóbulillo,
alveoli=alvéolos, duct=conducto, gland cistern= cisterna de la glándula, teat
cistern=cisterna del pezón, teat=pezón. Figurass A, B y D tomadas de (Capuco y
Ellis, 2005).
Figura 11. Densidad de larvas por kg de materia seca respecto del tiempo (marzo
32
de 2007 a febrero de 2008).
Figura 13. A, B, C) Huevos por gramo (HPG) en materia fecal de los tres grupos
de recrías. D: HPG de vaquillonas (se deja constancia que en esta última hay un
33
cambio en la escala del eje de las ordenadas de 10 veces con respecto a los
anteriores).
Figura 14. Diversidad de géneros larvales en cultivo de materia fecal del sistema 34
de recría.
Figura 15. Figura 15. Niveles medios de huevos de nematodos en materia fecal de 47
vacas (n=191) relacionados con los meses en leche. El mes de lactancia cero
corresponde al muestreo realizado entre los días 0 y el 29 posparto. Las barras
verticales representan el error estándar de la media (SEM). El tiempo promedio de
lactancia de vacas fue de 358,5 días ± 4,8 (SEM).
IV
Figura 16. Producción total de leche procedente de vacas agrupadas por su
47
positividad al HPG en torno a la parición. A) Mes=-1: muestra de materia fecal
obtenida entre los días -30 a -1, B) mes=0: muestra tomada entre los días 0 a 29,
C) mes=-1 y 0: se toman dos muestras, una en el mes -1 y otra durante el mes 0;
D) mes=1: corresponde a muestras tomadas desde el día 30 al 59.
Figura 18. Niveles hormonales séricos durante la lactación en vacas con HPG>0, 50
(línea roja) y HPG=0, (línea verde) huevos de nematodos parásitos en la materia
fecal en la muestra tomada en el mes 0 (días 0 a 29 posparto). A) GH, B: IGF-1. C)
prolactina (Prl). D) Insulina. Letras minúsculas diferentes indican diferentes
concentraciones hormonales a los diferentes tiempos (p< 0,05).
Figura 22. Evaluación de huevos por gramo (HPG) según la edad en terneras
tratadas con antihelmínticos y controles Las barras representan las medias ± SEM. 67
*Indica p<0,05 para cada período de tiempo.
Figura 23. Pesos de los grupos tratados y controles a lo largo de un año. Las barras 68
indican medias ± SEM. La diferencia entre los mismos se hace significativa a
partir del mes 5. *Indica p<0,05.
Figura 24. Medias de las concentraciones séricas de IGF-1 a las 20, 30, 40 y 70 69
semanas de edad de terneras tratadas con antiparasitarios (barra verde) y controles
(barra roja) ± SEM. *Indica p<0.05.
V
Figura 29. Inmunomarcación con anti-PCNA en glándula mamaria de terneras 73
tratadas (izquierda) y controles (derecha) a las 20, 30, 40 y 70 semanas de edad.
Las flechas indican núcleos de células PCNA intensamente marcadas (marrón) en
el epitelio que reviste las unidades ductales terminales. X 400.
VI
Índice de tablas
VII
Pag.
Tabla1. Niveles medios de HPG en materia fecal tomada durante la
lactancia (meses 1-12) en vacas clasificadas acordes a su positividad al 49
HPG en torno a la parición.
Tabla 2. Duración (en días) del intervalo parto al primer servicio (P-PS) y
del intervalo parto concepción (P-C) de vacas con conteo de huevos de 49
nematodos en heces y sin huevos en muestras tomadas en torno a la
parición. a Ambas muestras HPG negativo. b Ambas muestras HPG
positivo.
VIII
Resumen
IX
En el presente trabajo se evaluó la influencia de las parasitosis gastrointestinales
sobre aspectos productivos de bovinos Holstein, investigando los mecanismos
fisiológicos involucrados. Con este propósito se evaluaron parámetros productivos, de
desarrollo corporal y de desarrollo mamario y se determinaron variables endócrinas y
receptores específicos.
Como primer punto se caracterizó parasitológicamente el sistema de estudio, con una
exploración detallada a lo largo del tiempo. En el tambo de la escuela agropecuaria
M. C. y M. L. Inchausti (prov. Bs. As.), se identificaron los géneros de nematodos
presentes, la oferta larvaria, la dinámica poblacional anual y la prevalencia de
parásitos en las distintas categorías de bovinos presentes. El impacto de los
nematodos se evaluó en vacas adultas (Subsistema tambo, vacas en producción) y en
terneras en desarrollo (Subsistema recría). En el primer caso se evaluó la producción
de leche y la concentración de hormonas involucradas en la lactogénesis y en el
segundo, la influencia parasitaria sobre parámetros de desarrollo mamario en relación
con las alteraciones hormonales encontradas.
Con el propósito de evaluar la oferta parasitaria en el lugar de trabajo se realizaron
muestreos quincenales de las pasturas donde pastaban los rodeos, a lo largo de un
año, se colectaron las larvas de nematodos, se identificaron (según género) y se
cuantificaron. Los géneros representados en el sistema fueron, Cooperia, Ostertagia,
Oesophagostomun, Nematodirus, Trichostrongylus, siendo Cooperia el género
dominante en el subsistema recría y Ostertagia el subsistema tambo, durante todo el
año.
A todas las vacas del subsistema tambo (n=265) se les tomaron, mensualmente
durante dos años, muestras de materia fecal para conteo de huevos de nematodos por
gramo de heces (HPG). Se realizaron, durante el primer año, cultivos de huevos con
el objetivo de identificar y cuantificar las larvas parásitas. Un estudio similar se
realizó en el subsistema recría (n=450), incluyendo cultivos e identificación de larvas,
durante doce meses.
Los resultados de los cultivos de huevos en materia fecal informaron que en tambo
Ostertagia fue el género más abundante mientras que en recría Cooperia resultó ser
dominante, en coincidencia con la prevalencia larvaria de las pasturas. Ambos
géneros han sido reportados como los más patogénicos para bovinos, y los resultados
concuerdan con lo esperado para la zona de trabajo.
A las vacas en producción (N=180) se les midió individualmente el volumen diario de
leche producida y se les tomó muestras de sangre para determinación de
concentraciones de las siguientes hormonas relacionadas con la lactancia: hormona de
crecimiento (GH), factor de crecimiento similar a insulina de tipo 1 (IGF-1),
prolactina e insulina.
Las vacas que resultaron positivas al control parasitológico (HPG>0) durante el
periparto (meses -1 y 0, siendo mes 0 el mes desde el día del parto al día 29 posparto)
produjeron un volumen anual de leche significativamente inferior que las negativas
(HPG=0). Esta merma en producción estuvo acompañada por menores valores séricos
de GH, IGF-1 y prolactina durante la lactancia, siendo todas hormonas responsables
de la distribución homeorréctica de nutrientes y la regulación de la actividad secretora
de la glándula mamaria.
En el subsistema de recría se generaron dos grupos de 20 individuos cada uno (con 4
réplicas una por cada estación del año), uno tratado con antiparasitarios
sistemáticamente desde el nacimiento y otro control, sin tratamiento. Todas las
terneras fueron pesadas mensualmente y se les tomaron, en cada oportunidad,
muestras de materia fecal para control parasitológico y muestras de sangre para
X
determinaciones de hormonas relacionadas con el crecimiento y el desarrollo (IGF-1
y progesterona). Por otra parte, se tomaron biopsias seriadas a 3 individuos de cada
grupo experimental (realizado para todas las replicas) a las 20, 30, 40 y 70 semanas
de vida, para determinar la posible influencia de la presencia de nematodos en el
desarrollo de la glándula mamaria En estas muestras se determinaron los siguientes
parámetros: relación parénquima/estroma, proliferación celular, proporción de
receptores de estrógeno de tipo α (ER-α) y proporción de proteínas de unión a IGF de
los tipos 2 y 3 (IGFBP-2 y -3). A las 70 semanas se midió el área pélvica de las
terneras.
Las terneras tratadas con antiparasitarios, presentaron mayor peso corporal,
adelantamiento puberal, mayor área pélvica y mayor concentración sérica de IGF-1,
corroborando resultados anteriores de nuestro laboratorio. El tejido mamario de las
terneras tratadas resultó tener una mayor relación parénquima/estroma, una mayor
proliferación celular, una mayor proporción de ER-α y una menor proporción de
IGFBP-2 que el de las terneras sin tratar.
El menor desarrollo mamario presentado por las terneras controles podría estar
mediado sistémicamente por la menor concentración de IGF-1, que a su vez podría
estar afectando la concentración de los receptores de estradiol, hormona indispensable
para el desarrollo mamario en la etapa puberal. Además, el aumento de IGFBP-2
intramamario podría generar el secuestro de parte del IGF-1, dejando menos factor de
crecimiento biodisponible, efecto que se sumaría a la deficiencia sistémica observada.
El conjunto de estas situaciones (menor IGF-1 sistémico y biodisponible, menor
concentración de los receptores de estradiol) explicaría los parámetros diferenciales
de crecimiento entre los grupos experimentales.
Como conclusión general de este trabajo podríamos decir que la energía
redireccionada hacia el desarrollo y la reproducción de los parásitos causa, en vacas,
una disminución de su producción de leche y, en terneras, un menor desarrollo de la
glándula mamaria, el cual es consistente con un retraso en el desarrollo general de los
animales afectados. Todos estos efectos estarían mediados, al menos en parte, por
alteraciones en el sistema regulatorio endocrino del hospedador.
XI
Abstract
XII
In the present work the influence of the gastrointestinales parasitisms was evaluated
on productive aspects of Holstein bovines, investigating the involved physiological
mechanisms. With this intention were evaluated, productive parameters, corporal
parameters and mammary gland development parameters and endocrine variables and
specific receptors were determinated. As first point parasitological characteristics of
system (in study) were determinate, with an exploration detailed throughout the time.
In the dairy farm of school M. C. and M. L. Inchausti (Buenos Aires province.), the
genus of nematodes were identified, the larval offer, annual population dynamics and
the prevalence of parasites in the different categories from bovine presents were
identified.
The impact of the nematodes was considered in adults cows (dairy factory’s
subsystem, cows in production) and in developing heifer calves (yearling heifer’s
subsystem).
In the first case the milk production was evaluated and hormones related to
lactogenesis were measured in serum. In the second case, the influence of the
presence of nematodes on mammary developmental parameters was considered, and
was related to the hormonal alterations.
With the purpose of evaluating the parasitic offer of the work site, samplings of the
pastures (performed every two weeks) where taken where herds grazing. Nematode
larvae were collected, then identified (according to genera) and quantified.
With respect to diversity, the genera represented in the system were Cooperia,
Ostertagia, Oesophagostomun, Nematodirus, Trichostrongylus. According to the
abundance, the dominant genera in all the system were Cooperia and Ostertagia at
spatial (both subsystems) and temporal (during the year) levels. The first was
dominant in the yearling heifer’s subsystem whereas the second was dominant in the
dairy factory’s subsystem.
All the cows in the dairy factory’s subsystem (n=265) were monthly sampled for
feces during two years for counting egg per gram (EPG). During the first year, egg
cultures with the intention of identifying and quantifying parasitic larvae, were
performed. The study was similar for the yearling heifer’s subsystem (n=450),
including cultures and identification of larvae, during twelve months.
The results of the egg cultures in fecal matter informed that Ostertagia was the most
abundant in dairy farm and in breeding Cooperia became dominant, in coincidence
with the larval prevalence of the pastures. Both sorts have been reported like most
pathogenic for bovines, and the results agree with the expected for the zone of work.
Milk production was individually and daily measured to all cows in production
(n=180) and blood samples for determination of hormonal concentrations related to
the lactation (GH, IGF-1, prolactin and insulin) were monthly taken to all of them.
The positive cows to the parasitological control during peripartum (moth -1 and 0,
being month 0 the month from the day of the parturation to day 29 posparturation),
produced an annual volume of milk significantly lower than negative cows (EPG=0).
This decrease in production was accompanied by smaller séricos values by GH, IGF-
1 and prolactina during lactation, being all hormones responsible for the homeorrectic
distribution of nutrients and the regulation of the secretory activity of the mammary
gland.
In the yearling heifer’s subsystem two groups of heifer calves (with 4 replicates one
by each station of the year) were randomly generated. One was systematically treated,
from birth onward, with antiparasitics drugs (n=20) and the other was left without
treatment, as control (n=20).
XIII
All the calves were weighed monthly and, in each opportunity, samples of feces for
parasitological control, and blood for hormone determinations, (IGF-1 and
progesterone), were taken.
On the other hand, serial biopsies to 3 individuals were taken from each experimental
group (made for all replies) at 20, 30, 40 and 70 weeks of life, to determine the
possible influence of the presence of nematodes in the development of the mammary
gland. In these samples the following parameters were determined:
parenchyma/stroma rate, cellular proliferation, proportion of estrogen receptors α and
proportion of IGFBP-2 and -3.
The calves treated with antiparasitic drugs, had greater body weight, puberal
advancement, greater pelvic area and higher serum concentration of IGF-1 (in
agreement with previous results from our laboratory). The mammary tissue of the
treated calves had greater parenchyma/stroma rate, higher cellular proliferation rate,
greater proportion of estrogen receptors α and a smaller proportion of IGFBP-2
comparing with untreated heifers.
The lesser mammary development presented by the untreated calves could be
mediated systemically by smaller concentration of IGF-1, that could be in turn
affecting the concentration of the estrogens receptors, as estrogens and IGF-1 are both
essential for pubertal mammary development. Furthermore, the intramammary
increase of IGFBP-2 could capture part of IGF-1, leaving less growth factor
bioavailable. All these situations together (lower systemic and bioavailable IGF-1,
and lower concentration of the estrogens receptors) could explain the differential
parameters of mammary development between the experimental groups.
As general conclusion of this work, we can say that the energy redirected towards the
development and reproduction of the parasites causes a diminution of milk production
in cows, and a smaller development of the mammary gland, which is consistent with a
delay in the general development of the affected animals observed, in calves. All
these effects would be mediate, at least in part, by alterations in the endocrine
regulatory system of the guest.
XIV
1 Capítulo 1: Introducción
1
Los sistemas rurales de producción son estructuras que resultan de la acción
antrópica sobre los sistemas naturales (tanto en sus componentes orgánicos como
inorgánicos). Su origen y evolución están asociados a necesidades humanas,
fundamentalmente de obtención de alimentos (Sans, 2007). Los componentes del
agroecosistema son físicos, como el sustrato geológico, el suelo, el clima o la parcela
de cultivo; biológicos, como plantas, animales y microorganismos; y
socioeconómicos, como los humanos que lo habitan y/o explotan (Ortíz-Avila, 2008).
En los sistemas naturales, las poblaciones que forman la comunidad interactúan
con intercambio de materia y energía (Begon y col., 2006). Esta característica la
comparten con los agroecosistemas, pero en este último caso se suma el aporte
energético exógeno, por parte del hombre, en pos del mantenimiento del sistema.
La palabra biodiversidad es la forma abreviada de diversidad biológica y fue
inicialmente definida como el conjunto de plantas, animales y microorganismos que
viven e interaccionan en un ecosistema (Wilson, 1988). También fue definida como:
“la diversidad de vida en la tierra en todos sus niveles, desde los genes a los
ecosistemas y los procesos ecológicos y evolutivos que lo sustentan” (Gaston, 1996).
Son también componentes fundamentales de la biodiversidad los procesos
funcionales que derivan de la especialización e interacción entre los individuos
(Williams y col., 1996).
Las relaciones entre los seres vivos se conocen como interacciones y pueden ser
de tipo intra o interespecíficas y ocurren tanto en los sistemas naturales como en los
antrópicos. Las relaciones interespecíficas conocidas son: depredación, simbiosis,
comensalismo y parasitismo. Estas relaciones constituyen algunos de los elementos a
través de los cuales opera la selección de individuos y que, sin intervención humana,
conocemos como selección natural.
El parasitismo está considerado como un caso especial de depredación o
consumo. Begon define a los parásitos como “aquel grupo de organismos que obtiene
sus nutrientes de uno o de algunos pocos individuos hospedadores, normalmente
causando daño pero no la muerte inmediata” (Begon y col., 2006). Por otra parte
Haldane, caracterizó a la interacción Hospedador-parásito como una de las mayores
fuerzas en ecología y evolución (Haldane, 1949). Se sabe que esta relación es
promotora de coevolución entre las especies. Ésta resulta de la evolución de una
especie en respuesta a la selección impuesta por una segunda especie, que a su vez es
2
afectada por la primera especie. De este modo la selección recíproca es un
prerrequisito para la coevolución (Clayton y col., 1999).
La relación hospedador-parásito genera en el hospedador un abanico de
consecuencias negativas a nivel de estado corporal y eficiencia biológica. En sistemas
ganaderos los parásitos provocan cuantiosas pérdidas y las presiones selectivas sobre
los parásitos provienen mayormente del manejo humano. Las parasitosis son
combatidas por su impacto productivo, por lo que los cambios en los organismos se
producen mayormente en una dirección en donde una de las especies cambia más
rápidamente que la otra. Un ejemplo de esto es la adaptación que se produce en
parásitos sometidos a la presión selectiva de antiparasitarios y que se conoce como
resistencia antiparasitaria.
En el presente trabajo se investiga la influencia de parásitos nematodos
gastrointestinales en la producción de leche y en el desarrollo de la glándula mamaria
de bovinos Holstein.
En los bovinos, la interacción parasitaria ha sido exhaustivamente estudiada en
ganado de carne pero no tanto en vacas lecheras. En Argentina, algunos ensayos
indican un aumento en la producción de leche del 5% en los animales desparasitados
durante la lactancia a intervalos mensuales (Biondani y Steffan, 1988; Fiel y Steffan,
1994). A pesar de estos antecedentes, la postura más difundida entre veterinarios
rurales y productores sostiene que las consecuencias de la presencia de nematodos
gastrointestinales son escasas o nulas entre animales adultos, por haberse llegado a un
equilibrio hospedador-parasito (inmunidad adquirida).
Trabajos de nuestro laboratorio han descripto también consecuencias de las
nematodiasis en terneras de raza lechera, las cuales presentaron menor peso corporal,
menor área pélvica, retraso puberal y disminución en la concentración sérica de
hormonas involucradas en el crecimiento y la regulación de la reproducción (Mejía y
col., 1999; Lacau-Mengido y col., 2000).
En el presente trabajo se investigó la influencia de los parásitos nematodos sobre
la producción de leche y sobre el desarrollo de la glándula mamaria prepuberal. Es
por ello que, a continuación, se desarrollarán dos puntos introductorios que, en
apariencia, no tienen relación entre si, pero que serán necesarios para la correcta
comprensión de este trabajo de tesis. En primer lugar, se comentarán las
características del ciclo de vida de los parásitos nematodos que están asociados a
bovinos mediante la interacción hospedador-parasito y se incluirán efectos conocidos
3
de esta interacción sobre los hospedadores. En segundo lugar, se explicará el
desarrollo normal de la glándula mamaria y su regulación.
4
En la mayoría de los géneros se presenta una adaptación que les permite sortear
condiciones ambientales adversas mediante la interrupción temporal de su desarrollo.
Este proceso de denomina inhibición o hipobiosis (Steffan y Fiel, 1986; Fiel y col.,
2001) y consiste en detener su ciclo en la fase de L4 y permanecer en ella por varios
meses (4-5) para luego reanudar el desarrollo, pasando a L5 y posteriormente a
adulto, cuando las condiciones ambientales son favorables.
El medio interno del hospedador puede ser colonizado por distintas especies de
parásitos coinfectantes. El mismo se convierte en su medioambiente y es allí donde se
establecen las interacciones entre especies: parásito-párasito y parásito-hospedador
(Pedersen y Fenton, 2007).
Entre parásitos puede plantearse competencia intra e interespecífica por recursos
o nicho. Algunos son más eficientes en la utilización de los recursos o limitan el
establecimiento de otros parásitos. Por ejemplo, los nematodos del género Ostertagia
dificultan, en ovinos, el establecimiento y la oviposición de otros nematodos como
Haemonchus, mediante la inducción de cambios en la fisiología del tracto
gastrointestinal del hospedador (Dobson y Barnes, 1995). Por otro lado, se ha
observado que las infecciones de Trichostrongilus axei disminuyen las infecciones de
Haemonchus contortus y Ostertagia circumcincta en ovejas (Reinecke y col., 1980;
5
Reinecke y col., 1982). Además, infecciones moderadas de Ostertagia circumcincta
atenúan la patología normal causada por Haemonchus contortus en ovejas (Blanchard
y col., 1986). También, suelen darse interacciones positivas o aditivas, como es el
caso de las especies T. culimbriformis y O. circumcincta que pueden coexistir
causando infecciones con síntomas más agudos que en las monoespecficas (Steel y
col., 1982).
Otras interacciones son las que surgen entre parásito y hospedador. Las mismas
pueden ser del tipo resistencia y/o resiliencia. Resistencia es la capacidad del
hospedador de controlar sus poblaciones parasitarias mediante el sistema inmune y la
resiliencia es la capacidad de los animales de soportar un cierto grado de parasitismo
y mantenerse productivos (Torres-Acosta y col., 2004). Estas características varían de
un animal a otro dependiendo de la raza, la edad, la condición corporal y el sexo. Las
razas cebuinas o aquellas razas emparentadas con cebú como los Brangus o Santa
Gertrudis son más sensibles a las nematodiasis que las razas británicas tradicionales
de la región pampeana (Suarez, 1994).
6
linfáticos regionales y presentan estos antígenos a los linfocitos T CD4+ y CD8+
(Fainboin y Geffner, 2011).
En el caso de la inmunidad tipo Th2 las células CD4+ juegan un papel
fundamental (Mohrs y col., 2001), expresando diversas citoquinas y quemoquinas,
entre ellas IL-3 e IL-9. Éstas activarán mastocitos y basófilos (sistema inmune innato)
que producirán IL-4. En el mismo sentido, también las células CD4+ producirán IL-4
e IL-13 (sistema adaptativo). De este modo las mencionadas IL son sintetizadas
conjuntamente por el sistema innato y el adaptativo.
Las células epiteliales del intestino, ante la presencia de parásitos, producen IL-
25 e IL-33, las cuales activan a otros leucocitos llamados nuocitos, que producen IL-
13 como respuesta, lo que da mayor sinergia al sistema ya descripto. Las IL-4 y 13
serán captadas por los receptores IL-4R e IL-13R presentes en músculo liso y células
epiteliales del intestino (Allen y Maizels, 2011), que se activan y estimulan la
hipercontractibilidad muscular y el movimiento de las microvellosidades de las
células epiteliales para favorecer la expulsión de los parásitos (Cliffe y col., 2005).
Las células epiteliales, además de su función de barrera física, son componentes
integrados a la inmunidad innata y adaptativa (Saenz y col., 2008) y responden,
además, promoviendo la diferenciación de las células glandulares, lo cual eleva la
secreción de moco (Hasnain y col., 2011) y aumenta la producción de resistina
similar a molécula β (RELM β) que es una proteína con efecto directo antihelmíntico
(Artis y col., 2004; Herbert y col., 2009).
El perfil humoral de la respuesta Th2 se centra en la elevación de los niveles de
IgG1 e IgE. Estos isotipos de inmunoglobulinas son dependientes de citoquinas, las
cuales derivan del sistema inmune adaptativo e innato (IL-4) (Satoguina y col., 2005).
Los anticuerpos serían particularmente importantes en la mediación de la respuesta a
los estados extraintestinales de las infecciones con helmintos, generando una
reducción en la eficiencia biológica (“fitnnes”) de los parásitos (McCoy y col., 2008;
Harris y Gause, 2011). Además existen evidencias in vitro de que IgE ejercería
efectos citotóxicos sobre larvas de helmintos (Capron y col., 1995).
Esta respuesta de tipo Th2 presenta algunas características favorecidas por la
selección natural frente a otro tipo de respuesta inmune. Ya que es de tipo no
inflamatoria y al mismo tiempo reparadora del tejido dañado (Eming y col., 2007).
Además tiende a encapsular los macroparásitos mediante una matriz extracelular de
proteínas (Allen y Wynn, 2011).
7
1.1.5 Regulación por parte del parásito
8
1.1.6 Patología causada en el hospedador
En los bovinos, los géneros de nematodos capaces de causar trastornos a nivel del
estómago son: Ostertagia, Cooperia, Trichostrongilus y Haemonchus. Por otro lado
los que causan patologías intestinales son: Cooperia, Oesophagostomum y
Nematodirus (Williams, 1983).
Ostertagia junto con Cooperia son los principales géneros causantes de
enfermedad parasitaria, clínica y/o subclínica en la Pampa húmeda, causando
pérdidas productivas importantes en animales jóvenes debido a su gran patogenicidad
en el primer caso, y a su elevada prevalencia en el segundo (Fiel y col., 1990).
Las alteraciones estomacales son causadas mayormente por Ostertagia. Las
larvas, una vez en el estómago, se introducen dentro de las glándulas gástricas
(productoras de acido clorhídrico) crecen y luego emergen, destruyéndolas. La
emergencia de los géneros como Ostertagia que presentan hipobiosis (larvas
inhibidas) puede darse de tres maneras: 1- Madurar pocas diariamente, 2- madurar
por oleadas o 3- madurar simultáneamente; (Williams, 1983). El último caso
mencionado es el más grave debido a que la emergencia larval destruye gran cantidad
de glándulas al mismo tiempo (Amour y Osbourn , 1982), lo que conduce a la
disminución de la acidez del estómago, necesaria para el funcionamiento de las
enzimas digestivas.
La proenzima pepsinógeno requiere de condiciones ácidas (pH menor a 2,5) para
transformarse eficientemente en pepsina y degradar las proteínas de las fibras
vegetales. Al aumentar el pH, el pepsinógeno no pasa a pepsina, causando una
deficiencia en la degradación proteica. Por otra parte, el aumento de pH causa otros
problemas asociados, como proliferación de bacterias que causan diarrea. Los
nematodos que, como adultos colonizan el intestino delgado, como Cooperia spp.,
Trichostrongylus spp., y Nematodirus (importante en zonas frías), y aquellos que
colonizan el intestino grueso, ocasionan enteritis.
En todos los casos, los trastornos para el animal incluyen, disminución del apetito
(Coop y col., 1977), reducción del tránsito digestivo, alteraciones de la digestibilidad
del alimento así como también del metabolismo del calcio, fósforo y del balance
electrolítico (Entrocasso y col., 1986). Como consecuencia, la falta de incorporación
proteica de origen nutricional resulta en disminución del peso y del tejido muscular
(Suarez y col., 1991).
9
1.2 Desarrollo mamario
10
estratos de células epiteliales. El estrato basal está poblado por células indiferenciadas
presumiblemente precursores mioepiteliales (Capuco y col., 2002; Capuco y Ellis,
2005). Conforme avanza el desarrollo, en esta estructura compacta se forma un lumen
central. En los bovinos, a diferencia de otras especies, este lumen se generaría sin que
ocurra apoptosis, solamente por separación de las células (Capuco y col., 2002).
A B
C D
Figura 1. A: Glándula mamaria de ratón en desarrollo, las flechas señalan a los botones terminales
(TEBs) (análogos a TDU en bovinos) que penetran en el tejido graso. B: Unidad terminal ductal
(TDU) en bovino. C: Imagen tridimensional de la TDU bovina. D: Esquema de glándula mamaria
desarrollada lobule=lóbulillo, alveoli=alvéolos, duct=conducto, gland cistern= cisterna de la
glándula, teat cistern=cisterna del pezón, teat=pezón. Figuras A, B y D tomadas de (Capuco y
Ellis, 2005).
11
adiposo, ramificación de las terminales (TDU) y adquisición de forma alveolar por
parte de éstas (Hovey y col., 2002; Hovey y Trott, 2004).
Durante este período la síntesis de ADN en el tejido mamario se incrementa 3,5
veces (Martinet y Houdebine, 1993).
12
demostrado que el desarrollo mamario puberal está fuertemente vinculado con la
maduración gradual de los ovarios, ya que una ovariectomía temprana anula
completamente el crecimiento mamario (Purup y col., 1993; Ballagh y col., 2008).
Esto fue corroborado también en cabras, en donde la ovariectomía temprana tuvo un
impacto negativo sobre el desarrollo puberal de la glándula mamaria, resultando en
un parénquima mamario rudimentario, en una menor expresión de los receptores de
estradiol y progesterona y en una menor tasa de división celular (Dessauge y col.,
2009).
13
La hormona de crecimiento es esencial para la morfogénesis ductal, actuando
principalmente a través de la estimulación de la síntesis de IGF-1 tanto a nivel
hepático como mamario (Ruan y col., 1992; Kleinberg y col., 2000).
También se ha demostrado que la glándula mamaria de ratón, expresa
endógenamente GH, en forma predominante en las células epiteliales, y que su nivel
de expresión está regulado diferencialmente durante las etapas ontogénicas del
desarrollo mamario. La acción autócrina de GH sería máxima durante el período de la
pubertad (Mukhina y col., 2006).
Trabajos anteriores han demostrado un papel primario para la GH en la
formación de las yemas terminales de ducto (del inglés: terminal end buds (TEBs))
(Ruan y col., 1992) (Ruan y col., 1992; Walden y col., 1998), estructuras altamente
proliferativas que conducen el proceso de morfogénesis ductal durante la pubertad en
murinos y que son homólogas a las TDU de bovinos.
14
IGF-1, se logró el desarrollo ductal antes inexistente, demostrando la importancia de
ambas hormonas. Además, la acción estimuladora del crecimiento de GH se vio
significativamente aumentada cuando esta hormona se administraba conjuntamente
con el estradiol durante la pubertad (Kleinberg y col., 2000).
Por otra parte, IGF-1 está regulado por varias proteínas de unión llamadas
también IGFBPs (del inglés: Insulin-like growth factor binding proteins), que lo
capturan con diversa afinidad. Sólo cuando IGF-1 está libre puede unirse a su
receptor y desencadenar una respuesta (Frystyk y col., 1994; Cusi y Defronzo, 2000).
Hasta ahora han sido identificadas seis de estas proteínas que se numeran del 1 al 6
(Rosenfeld y col., 1994; Jones y Clemmons, 1995). En el tejido mamario bovino se ha
caracterizado la expresión de 3 de las IGFBPs, las -2, -3 y -5 (Akers y col., 2005).
1.2.6 Progesterona
15
1.2.7 Vías entrecruzadas
16
(Ozkan, 2011). En lo que concierne a la mitogénesis, ambas hormonas actúan en el
proceso, pero dependiendo del contexto fisiológico específico (donde hay muchas
variables interactuantes) IGF-1 puede actuar con efecto metabólico o mitogénico
(Bartella y col., 2012).
Teniendo en cuenta la multitud de factores que interactúan en el desarrollo de las
terneras, se ha postulado que la alteración de los mismos acarrearía consecuencias
sobre el crecimiento óptimo de los animales y el desarrollo normal de sus tejidos y
órganos, y esto, en última instancia, afectaría el posterior período de lactación
(Lammers y col., 1999; Sejrsen y col., 2000).
17
A
B
Escuela
Subsistema de tambo
Subsistema de recría
18
2 Capítulo 2: Objetivos
19
2.1 General
2.2 Específicos
2.2.3 Recría
20
-Evaluar el efecto del tratamiento con antiparasitarios en el desarrollo de la
glándula mamaria de terneras Holstein criadas en un sistema pastoril, mediante la
realización de biopsias sucesivas y determinación de los siguientes parámetros:
a. Relación: área epitelial/área estromal.
b. Proliferación celular, mediante la cuantificación de la expresión de
PCNA (antígeno nuclear de proliferación celular) por inmunohistoquímica (IHQ).
c. Receptores de estrógeno alfa (ER-) mediante IHQ.
d. IGFBPs (2 y 3) por IHQ utilizando anticuerpos específicos.
21
3 Capítulo 3: Evaluación eco-
parasitológica del sistema de tambo
en la Escuela Agropecuaria
Inchausti.
22
En el presente capítulo se expondrán los resultados de las tareas de relevamiento
parasitológico, realizadas en el tambo de la Escuela Inchausti, que contemplaron los
dos sub-sistemas que lo integran (tambo y recría).
El tambo cuenta con 500 hectáreas praderizadas y con verdeos forrajeros según
la estación del año y con reservas de forraje de silo de maíz de producción propia. Se
ordeñan 180 vacas (promedio año) en una sala con fosa central, máquina ordeñadora
con extractores automáticos de pezoneras y con medidores computarizados de leche
en todas sus bajadas.
Los animales del tambo están divididos en cuatro grupos, y son trasladados de
uno a otro según su ciclo productivo y reproductivo. Los grupos se dividen en
animales de alta producción (entre 80 y 110 individuos), animales de baja producción
(entre 50 y 70 individuos), vacas secas (no productoras) que suelen compartir
potreros con las vaquillonas preñadas formando un solo rodeo (entre 20 y 60) y en
preparto (hasta 15 animales, según las pariciones).
El establecimiento cuenta con 200 hectáreas extras, destinadas a la cría y recría,
también con praderas permanentes o verdeos anuales. Los animales de la recría (entre
400 y 500 dependiendo el momento del año) están divididos en cinco grupos. La
guachera, integrada por animales jóvenes criados en estaca o jaula con alimento
balanceado y leche. En esta etapa permanecen durante los primeros sesenta días de
vida. Conforme van creciendo se los pasa a tres grupos sucesivos de recría (recría 1,
recría 2 y recría 3) alimentados con pasturas implantadas y distintas suplementaciones
de concentrados balanceados y maíz. El último grupo está integrado por vaquillonas
preservicio (alrededor de 300 kg). Los machos se recrían hasta alrededor de los 250
kg y luego son sacados del sistema tambo para pasar al de invernada.
3.1 Objetivo
23
- infestividad de las praderas
- diversidad de nematodos parásitos presentes en las mismas
- carga parasitaria de los animales de las distintas categorías y
- abundancia de géneros que eclosionan de huevos de nematodos cultivados.
24
Figura 3. Embudos para colectado de larvas.
A B
A B
26
3.2.3 Análisis estadísticos
3.3 Resultados
27
El mes de abril presentó el valor promedio más elevado del año, superando en 6
veces al máximo de agosto (Fig. 6). El alto valor para este mes fue aportado
principalmente por un potrero donde se introdujeron vaquillonas preñadas
(provenientes del subsistema recría) el cual compartieron con vacas secas, la
introducción de las mismas ocurrió a principios de marzo (2 semanas antes del inicio
de los muestreos). Los rodeos de producción que en este momento no compartían
pasturas con las categorías antes mencionadas, presentaron para este mismo mes un
rango de 22 a 162 larvas/kg materia seca.
Entre mayo y octubre, el rango de valores medido en larvas por kg de materia
seca fue de 50 a 100.
En enero la cantidad de larvas en las pasturas fue similar a las registradas en
invierno.
800
700
Larvas/Kg Materia seca .
600
500
400
300
200
100
0
Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Tiempo
28
16,66 % de los muestreos y representó al 5,70 % de la comunidad y por último
Nematodirus que se detectó en el 16,66 % de los muestreos y contribuyó a la
comunidad en un 3 % (Fig. 7).
Como se puede observar en la figura 7, Ostertagia es el género más abundante
en las pasturas del subsistema de tambo, secundado por Cooperia.
Nematodirus
1 00%
Oeso phagos to mu m
Trich ostrongylus
Os tertagia
80%
Haemo nchu s
Cooperia
Abundancia %
60%
40%
20%
0%
Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Tiempo
Figura 7. Abundancia relativa de géneros larvales presentes en pasturas del subsistema de tambo.
Los promedios de HPG obtenidos en materia fecal para los rodeos de alta y baja
producción de leche y para los rodeos de vacas secas y vaquillonas se muestran en la
Figura 8.
El rango de los promedio mensuales de HPG para el rodeo 1 (de alta producción
de leche) osciló entre 5,35 (marzo) y 12,32 (enero) (Fig. 8 A), en los meses de
diciembre y enero el promedio tendió a elevarse a causa de un reducido número de
animales que eliminaron elevadas cantidades de huevos. En el caso del rodeo 2 (de
baja producción de leche) el rango fue de 0 (octubre-noviembre) a 23,14,
correspondiendo este último valor al mes de mayo en el cual se detectaron algunos
animales con conteos muy elevados lo cual elevó el promedio en este mes (Fig. 8 B).
El rodeo de vacas secas y vaquillonas mantuvo niveles de HPG levemente más
altos que los animales en producción, el rango anual de HPG en esta categoría fue de
3,15-20,08 (Fig. 8 C). El aumento de HPG detectado en agosto fue producido por un
número reducido de animales que eliminaron mayor cantidad de huevos.
29
50
Rodeo 1 A 50
Rodeo 2 B
40 40
HPG 30 30
HPG
20 20
10 10
0 0
ic
br
ct
n
go
ov
e
l
br
go
ov
e
n
ar
b
ar
ay
ic
ct
ay
Ju
Ju
En
Fe
Ju
En
Fe
Ju
Se
O
Se
A
M
D
M
A
N
M
N
M
Tiempo Tiempo
Secas y Vaquillonas C
50
40
30
HPG
20
10
0
ov
e
n
b
r
go
ic
ar
ct
ay
Ju
Ab
En
Ju
Se
Fe
O
D
M
N
M
Tiempo
Figura 8. A) Huevos por gramo (HPG) en materia fecal del rodeo 1 (alta producción de leche). B)
HPG en materia fecal del rodeo 2 (baja producción de leche). C) HPG en materia fecal de secas y
vaquillonas.
En líneas generales puede observarse que los valores de HPG tienden a ser
mínimos durante la primavera (octubre) y máximos durante el verano y el otoño
(enero-mayo).
En todos los casos, la mayoría de las vacas presentaron un conteo de HPG=0, y
solamente una baja proporción de las mismas presentaron conteo positivo. El
porcentaje de positividad a lo largo del año para cada rodeo se muestra en la Figura 9.
En la mayoría de los muestreos (exceptuando el mes de marzo) el rodeo de alta
producción de leche (rodeo 1) resultó tener el mayor número de vacas HPG positivo.
45 Secas y vaquillonas
30
25
20
15
10
5
0
Mar Abri May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Tiempo
30
3.3.1.4 Larvas producto de cultivo de huevos de nematodos en materia fecal
100%
90% Ostertagia
Haemonchus
80%
Cooperia
70%
Abundancia .
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Tiempo
31
A comienzo del verano se registraron nuevamente larvas, con tendencia a incrementar
su abundancia en el período enero-febrero. (Fig. 11).
600
500
Larv/Kg Mat. Seca
400
300
200
100
0
Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Tiempo
Figura 11. Densidad de larvas por Kg de materia seca respecto del tiempo (Marzo
2007 a Febrero 2008).
3.3.2.2 Diversidad
100% Ne ma to d iru s
90% Oe s o p h a g o s to m u m
Tric h o s tro n g yilu s
80%
Os te rta g ia
70% Ha e mo n c h u s
Abundancia
60% Co o p e ria
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Tiempo
Figura 12. Abundancia relativa de géneros larvales presentes en pasturas del subsistema de recría.
32
muestreos y aportó 32,83 % a la comunidad, Trichostrongylus se encontró en el 23,07
% de los muestreos y sumó un 1,17 % a la comunidad, Nematodirus se halló en el
7,69 % de los muestreos y representó el 4,39 % de la comunidad y Oesophagostomun
se encontró en el 30 % de los muestreos y aportó el 19,51 % a la comunidad.
A B
Hembras Hembras
Recria 1 800 Recria 2
800 Machos Machos
600 600
HPG
HPG
400 400
200 200
0 0
c
n
t
l
e
p
c
n
e
r
b
ar
r
ay
ar
o
ay
Oc
Ju
Oc
Ju
En
Ab
Di
En
Ab
Di
Ju
Se
Fe
No
Ju
Se
Fe
No
Ag
Ag
M
M
M
Tiempo Tiempo
C D
Recria 3 80 Vaquillonas
800 Hembras
Machos
600 60
HPG
HPG
400 40
200 20
0 0
c
t
n
e
v
p
b
r
ar
c
o
n
ay
p
b
r
ar
Oc
ay
Ju
Oc
En
Ju
Ab
Di
En
Ju
Se
No
Fe
Ab
Di
Ju
Se
Fe
Ag
No
Ag
M
M
M
M
Tiempo Tiempo
Figura 13. A, B, C) Huevos por gramo (HPG) en materia fecal de los tres grupos de recrías. D:
HPG de vaquillonas (se deja constancia que en esta última hay un cambio en la escala del eje de
las ordenadas de 10 veces con respecto a los anteriores).
33
La recría 3, con animales mayores a 7 meses, (Fig. 13 C) presentó, para hembras,
un rango de 3,45-29,89 huevos por gramo, mientras que para machos el mismo fue de
de 20,45-273,21. Hay que destacar que estos últimos fueron retirados del sistema en
el mes de junio.
Las vaquillonas en servicio conforman la categoría de animales de más edad en
el subsistema de recría (Fig. 13 D). El rango de HPG de los promedios mensuales
osciló entre 5,23-37,02. Se registró una variación estacional en la descarga de huevos,
observándose entre marzo y julio una tendencia decreciente, mientras que entre
agosto y noviembre la descarga tuvo tendencia creciente.
Estadísticamente no se detectaron diferencias en el conteo de huevos por gramo
entre machos y hembras (p=0,39), ni se observó efecto grupo (p=0.07). Aunque este
último valor estadístico marca una tendencia, no se registró interacción (p=0.21).
Sí en cambio existió diferencia entre las categorías (edad) (p=0,004) para las
hembras, resultando la recría 1 diferente a todos los grupos, del mismo modo que la
recría 2, mientras que vaquillonas y recría 3 fueron iguales entre si y distintas a los
otros grupos.
100%
Tric h o s tro n g ylu s
90% Os te rta g ia
Ha e mo n c h u s
80% Co o p e ria
70%
Abundancia .
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb
Tiempo
Figura 14. Diversidad de géneros larvales en cultivo de materia fecal del sistema de recría.
34
En los meses de agosto y noviembre no se muestran larvas dado que se
perdieron los cultivos debido a un error técnico que consistió en la pérdida de
humedad en los mismos que determinó su secado y posterior muerte de las larvas.
35
colectadas en las pasturas durante el mes de enero fue inusualmente alta respecto a la
esperada para ese momento del año según la bibliografía (Suarez y Lorenzo, 2000).
El calor y la radiación solar son agentes adversos para la supervivencia larval por la
desecación que ocasionan. Este fenómeno de abundancia en una época inusual podría
deberse al hecho, ya mencionado, de que la primavera de 2007 fuera atípicamente
lluviosa. La producción de forraje fue abundante y el suelo se mantuvo húmedo
durante varios meses. Esa humedad retenida en el suelo podría haber sido un factor
clave para permitir la supervivencia de las larvas en esta época.
En cuanto a los géneros presentes en la pastura, Cooperia y Ostertagia resultaron ser
los más abundantes, en concordancia con los antecedentes para la región (Entrocasso
y Fiel, 1986; Suarez y Lorenzo, 2000) Cooperia fue muy abundante en verano y
otoño, comportamiento estacional coincidente con el citado en la bibliografía
(Ferreyra y col., 2002).
Difieren los datos encontrados para el caso de la primavera, en donde Cooperia
se vio pobremente representada en el subsistema, probablemente por la baja eficiencia
del muestreo en la recolección debido a las lluvias antes mencionadas para este
período. Ostertagia, por su parte, mostró un pico de abundancia en octubre. El
máximo de abundancia para este género discrepó levemente con la bibliografía
(Ferreyra y col., 2002) ya que en aquel caso el mismo ocurrió en otoño-invierno.
Probablemente esta discrepancia se deba a las diferencias geográficas entre las áreas
de muestreo y a condiciones climáticas propias del año.
En cuanto a la valoración de los huevos por gramo presentados por las
categorías adultas, se debe considerar que el desarrollo del sistema inmune de los
hospedadores adultos inhibe, al menos en forma parcial, la ovoposición de las
hembras de nematodos, por lo que ya es conocido que los niveles de HPG en bovinos
adultos tienden a ser bajos. Los datos aportados en este trabajo para los rodeos de
animales adultos son consistentes con las cargas usualmente bajas descriptas para
animales adultos (Fiel y Steffan, 1994; Fiel y col., 2005). La variable de HPG sigue
una distribución asimétrica y de gran dispersión, con una alta frecuencia de de casos
de HPG cero y algunos individuos con HPG muy elevados, lo cual genera una gran
desviación estándar (Stromberg y Gasbarre, 2006).
Solamente el 25 % de los animales mostró muestras positivas al HPG y las más
altas incidencias se encontraron en el rodeo de alta producción (excepto en marzo), el
cual incluye todas las vacas que parieron recientemente. En el mes de marzo el rodeo
36
de vacas secas y vaquillonas mostró la proporción más alta de individuos con HPG
positivo. En este momento del año este rodeo estuvo formado casi exclusivamente
por vaquillonas que se habían inseminado en septiembre-octubre del año anterior para
reposición. Y siendo los animales jóvenes más sensibles a las parásitos (lo que
implica también que estos últimos pueden expresar mas libremente su potencial
reproductivo), descargan más huevos de nematodos en la materia fecal respecto a las
vacas más viejas (Claerebout y Vercruysse, 2000).
Las vacas del rodeo 1 (de alta producción) fueron las que mostraron mayor
porcentaje de positividad. Esto probablemente se deba a que en este rodeo, están
todas las vacas “frescas” (de reciente parición), cuyo sistema inmune se halla en
recuperación del estrés generado durante el período de periparto (Claerebout y
Vercruysse, 2000) y por lo tanto menos eficiente en su lucha contra los nematodos.
A pesar de que la mayoría de los géneros presentan la potencialidad de producir
más huevos por día que Ostertagia (Cooperia unas cinco veces más, Haemonchus
unas diez veces más) (Fiel y col., 2005) las formas adultas del resto de los géneros
son más sensibles al sistema inmunitario del hospedador, mientras que contra
Ostertagia el desarrollo de la inmunidad es más lento (Quiroz, 1990). Este hecho
podría explicar la dominancia de Ostertagia en los cultivos de materia fecal de los
rodeos del tambo.
Se puede concluir que la dinámica parasitaria del sistema de tambo se ajusta a lo
esperado para la zona del país en cuanto a diversidad de géneros parasitarios
presentes, abundancia y grado de infección de los animales, con dominancia de los
géneros Ostertagia y Cooperia. Además, se demostró que los rodeos constituidos por
animales más jóvenes o de reciente parición, presentaron mayor proporción de
individuos con HPG positivo.
38
en los cuales efectivamente el HPG fuera 0 en terneros de esta edad (Mejía y col.,
1999). Sin embargo, en aquel caso se había encontrado un retraso en el desarrollo de
los terneros sin tratamiento antiparasitario, que fue explicado cuando se sacrificaron
individuos y se recuperaron nematodos adultos de sus intestinos. Esto mostró que ya
en la guachera, con escaso volumen de pasto ingerido, comienza la contaminación y
el efecto parasitario, aunque la ovoposición se manifieste recién en la etapa de recría.
En individuos jóvenes (recría 1) fue frecuente encontrar conteos elevados de
HPG (por encima de 600). Esto obedece a que los animales más jóvenes son
inmunológicamente más inmaduros por lo que los parásitos pueden expresar todo su
potencial reproductivo en ellos. Tal es así, que un pequeño número de adultos pueden
producir cantidades importantes de huevos. Se ha demostrado que los huevos por
gramo de materia fecal se pueden correlacionar aceptablemente con la población de
nematodos adultos (considerando la ovoposición de cada género e identificando
larvas por cultivo) hasta pasado el año de vida, luego la extrapolación pierde peso por
el fortalecimiento del sistema inmunitario (Fiel y col., 2005).
En las vaquillonas preservicio, que por ser los animales más maduros del
subsistema de recría ya han estado expuestos a repetidas infecciones parasitarias y por
lo tanto han adquirido el mayor grado de inmunidad, las cargas de huevos en materia
fecal fueron aproximadamente 22 % menores que en la categoría previa (recría 3).
Del análisis de HPG se desprende la idea de que la descarga de huevos de
nematodos en las heces disminuye conforme el hospedador crece y se desarrolla. Esta
evidencia se hallo en hembras no así en machos, probablemente el número de
categorías analizadas de estos últimos haya sido insuficiente para revelar diferencia
de HPG asociada a la edad. Los resultados de esta etapa del trabajo son coincidentes
con estudios anteriores que indicaron un aumento sostenido de los niveles de HPG
hasta los 8 meses de edad y después un paulatino descenso hasta la pubertad (Mejía y
col., 1999).
Las hembras de nematodos adultos presentan diferente fecundidad, siendo
Haemonchus y Oesophagostomun las más fecundas (5.000 a 10000 huevos por día),
seguidas por Cooperia (500-100 huevos por día) y Ostertagia (100-200 huevos por
día) (Fiel y col., 2005).
En cultivo se hallaron 4 de los 6 géneros encontrados en las pasturas, aunque en
diferente orden de abundancia, a saber Cooperia, Ostertagia, Haemonchus y
Trichostrongylus. Esta diferencia en orden de abundancia de géneros larvales
39
ofertados en las pasturas y la abundancia de géneros larvales en cultivo (de materia
fecal) podría deberse a una viabilidad diferencial de los huevos de los distintos
géneros o fertilidad diferencial asociada a las condiciones de cultivo en laboratorio
(diferentes a las de campo).
Si se consideran los parámetros de fecundidad y de eclosión de larvas en cultivo
se puede concluir que Cooperia y Ostertagia son los nematodos que menos huevos
producen pero mantuvieron niveles de eclosión altos (en condiciones de laboratorio).
A partir de los datos expuestos se puede aproximar indirectamente la proporción
de poblaciones parasitarias que colonizan a las recrías concluyendo que los géneros
Cooperia, Ostertagia, Haemonchus y Trichostrongylus representan la mayor parte de
la comunidad de adultos parásitos.
40
4 Capítulo 4: Influencia de los
parásitos nematodos en la
producción de leche y hormonas
relacionadas con la lactancia.
41
La mayor cantidad de estudios con respecto a la influencia de los parásitos
nematodos en la producción se han realizado en ganado de carne, en el cual la
productividad está en directa relación con la ganancia de peso corporal (Holmes,
1985; Entrocasso, 1988; Mertz y col., 2005). En ganado lechero, trabajos sobre el
impacto de la presencia de nematodos durante el desarrollo han demostrado un retraso
en el inicio de la pubertad y en consecuencia un importante retraso en el inicio de la
primera lactancia, además de la disminución del área pélvica a los 15 meses de edad y
un aumento en la tasa de rechazo durante la lactancia (Mejia y col., 1999; Mejia y
col., 2009).
Clásicamente, se asume que, en las vacas adultas, el establecimiento de un
equilibrio hospedador-parásito minimiza la actividad patogénica de los parásitos. Sin
embargo, durante la última década se han generado evidencias que dan cuenta del
impacto negativo de los parásitos gastrointestinales en el desempeño productivo y
reproductivo de las vacas lecheras. Estudios recientes han descripto el resultado del
tratamiento antihelmíntico del rodeo en la producción de leche (Nodtvedt y col.,
2002; Sithole y col., 2005; Charlier y col., 2007), así como también la relación entre
la carga parasitaria y la producción de leche (Sanchez y Dohoo, 2002; Charlier y col.,
2005). A pesar de todo, el efecto de los parásitos sobre los parámetros reproductivos
durante la lactancia no está dilucidado ya que los resultados no son concluyentes
(Charlier y col., 2005; Charlier y col., 2009).
Dado que se ha descripto la aparición de resistencia a los antiparasitarios en
nematodos que afectan a bovinos (Hosking y col., 1996; Coles y col., 2006; Mejia y
col., 2009), resultaría de gran importancia determinar parámetros de selectividad
individual para tratamientos estratégicos que pudieran minimizar su riesgo. El
tratamiento selectivo permitiría mantener en la población parasitaria un reservorio de
alelos sensibles a los tratamientos (Kenyon y col., 2009). Por lo tanto, la
identificación de animales sensibles a contraer parásitos sería una herramienta de gran
utilidad para hacer más eficientes los tratamientos y prolongar la vida útil de las
drogas antiparasitarias existentes.
Por otro lado, existe escasa información acerca de los mecanismos endocrinos
involucrados en el detrimento productivo ocasionado por los nematodos parásitos.
Trabajos previos han demostrado los efectos negativos de los parásitos en la
concentración sérica de IGF-1, retrasando el inicio de la pubertad en terneras (Lacau-
Mengido y col., 2000). Por otra parte, se ha descripto que la anorexia es uno de los
42
síntomas principales de las infecciones parasitarias (Fox y col., 1989; Simpson,
2000), causando alteraciones nutricionales que pueden modificar la concentración de
hormonas metabólicas (Widmaier, 1992; Chagas y col., 2008). Además, como fue
expuesto en la introducción, el sistema GH-IGF-1 es de gran importancia para la
regulación de la proliferación y la diferenciación de las células epiteliales mamarias
(Plath-Gabler y col., 2001), y GH es la principal hormona galactopoyética en los
bovinos (Akers, 2000). Por su parte la hormona insulina actúa coordinadamente con
GH, IGF-1, prolactina, hormonas tiroideas y leptina en la regulación de la partición
de nutrientes y la producción de leche (Chilliard y col., 2005; Cavestany y col.,
2009b). Todas estas hormonas son susceptibles de ser modificadas por infecciones
parasitarias, pudiendo impactar en la producción de leche.
4.1 Objetivos
43
de grano de maíz, girasol, semillas de algodón, cloruro de calcio y silaje de maíz en
concordancia con los requerimientos nutricionales, producción individual de leche,
estación y disponibilidad de forraje. Los rodeos de producción fueron ordeñados dos
veces al día. Los datos individuales de producción se registraron y guardaron
mediante el sistema Alpro-Milking. El período mínimo pos parto establecido para
realizar la inseminación artificial fue de 50 días. Los datos reproductivos se
registraron con el programa DairyCOMP 305 (Valley Agricultural Software). Las
vacas secas y preñadas de reposición se mantuvieron en las mismas pasturas, o de
calidad similar, recibiendo entre 10 y 20 kg de silaje de maíz dependiendo de la
disponibilidad de pasturas. Veinte días antes de la fecha probable de parto las vacas
se confinaron a un potrero y recibieron una ración mezcla de silaje de maíz (18-20
kg), grano de maíz (6 kg) y núcleo mineral para vacas preparto.
Durante dos años todas las vacas del sistema productivo fueron muestreadas una
vez por mes, tomando materia fecal del recto y sangre de la vena coccígea. Las
muestras fecales fueron mantenidas a 4°C antes del análisis. Las muestras de sangre
fueron centrifugadas para la extracción de suero el cual fue conservado a -20°C para
la determinación de las concentraciones hormonales.
Para cada vaca el día del parto se consideró como día 0. Las muestras obtenidas
entre el día 0 y 29 post parto (pp) correspondieron al mes 0 de lactancia, y entre el día
30 y 59 pp al mes 1 y así sucesivamente. Para el período preparto, las muestras
tomadas entre el día -30 y -1 correspondieron al mes -1.
Todas las vacas (n=191) que parieron entre marzo de 2007 y febrero de 2008
fueron monitoreadas en cuanto a descarga de huevos en materia fecal y producción de
leche hasta el fin de la lactancia.
44
4.2.2 Determinaciones hormonales
45
comparó por el test de Chi cuadrado. Las concentraciones hormonales se compararon
por ANOVA (análisis de la varianza) de dos vías para medidas repetidas,
considerando los efectos de tiempo y grupo. Las muestras elegidas fueron para los
meses 0, 2, 4 y 6 posteriores al parto (siendo el mes 0 el transcurrido desde el día del
parto hasta el día 29 posparto) y los grupos de vacas incluidas fueron las que
resultaron positivas (HPG>0) y negativas (HPG=0) al conteo de huevos de
nematodos en la materia fecal, en el primer muestreo posparto.
4.3 Resultados
16
14
12
10
hpg
0
-2 -1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses de lactancia
Figura 15. Niveles medios de huevos de nematodos en materia fecal de vacas (n=191)
relacionados con los meses en leche. El mes de lactancia cero corresponde al muestreo realizado
entre los días 0 y el 29 posparto. Las barras verticales representan el error estándar de la media
(SEM). El tiempo promedio de lactancia de vacas fue de 358,5 días ± 4,8 (SEM).
30 A 30 B
25 25
Lt. de leche
Lt. leche
20 20
15
15
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Mes de lactancia
Meses de lactancia
HPG 0 mes-1 HPG > 0 mes -1 HPG 0 mes 0 HPG >0 mes 0
30 30
C D
25 25
Lt. de leche
Lt. Leche
20 20
15 15
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Mes de lactancia
HP G 0 me se s - 1 y 0 Mes de lactancia
HP G>0 me se s - 1 o 0 (a l me nos uno de los dos)
HP G>0 me se s - 1 y 0 (los dos) HPG 0 mes 1 HPG > 0 mes 1
Figura 16. Producción total de leche procedente de vacas agrupadas por su positividad al HPG en
torno a la parición. A) Mes=-1: muestra de materia fecal obtenida entre los días -30 a -1, B) mes=0:
muestra tomada entre los días 0 a 29, C) mes=-1 y 0: se toman dos muestras, una en el mes -1 y
otra durante el mes 0; D) mes=1: corresponde a muestras tomadas desde el día 30 al 59.
47
fue mayor en vacas primíparas (38%) que en multíparas (22%) (p<0,05), sin embargo
las diferencias en producción de leche dentro de cada parición se modificaron
significativamente por la positividad al HPG (no hubo interacción en el ANOVA), de
este modo el número de pariciones no fue considerado para análisis posteriores.
500
400
Tiempo lactancia (dias)
300
200
100
0
Mes 0 Mes -1 Mes -1 y 0 Mes 1
HPG=0 HPG>0
Figura 17. Tiempos de lactancia de animales negativos y positivos al HPG. Mes -1: muestra de
materia fecal obtenida entre los días -30 a -1. Mes 0: muestra tomada entre los días 0 a 29. Mes -
1 y 0: se toman dos muestras, una en el mes -1 y otra durante el mes 0. Mes 1: corresponde a
muestras tomadas desde el día 30 al 59.
Por otra parte cuando se analizaron los períodos de lactancia de cada uno de los
grupos (HPG=0 y HPG>0), no se hallaron diferencias en la duración de la misma
(Fig. 17).
Se evaluaron también los niveles medios de HPG que presentaron las vacas
durante los meses de lactancia (mes 1-12) y se relacionó la descarga de huevos
presentada por las vacas en ese período con la condición parasitaria inicial, es decir se
analizó si la condición parasitaria inicial resultaba un buen índice de predicción de la
descarga de huevos de nematodos que las vacas presentarían durante el período de
lactancia (tabla 1). Como se muestra, la positividad a HPG en el mes 0, o meses 0 y -
1, o mes 1 pero no mes -1, predicen (dada la significancia estadística) la infección
parasitaria durante la lactación.
Se evaluó también los parámetros reproductivos, como son los intervalos parto-
primer servicio y parto-concepción, en relación con el grado de descarga de huevos
de parásitos nematodos en el periparto, comparando vacas agrupadas por valores de
HPG en las heces en torno a la parición (tabla 2).
48
Momento de Grupo clasificado por HPG al N Media HPG (error p
muestreo periparto estándar)
Mes 0 HPG=0 128 5,0 (0,7) 0,0003
HPG>0 63 15,4 (2,6)
Mes -1 HPG=0 135 8,9 (1,6) 0,08
HPG>0 56 12,4 (1,6)
Mes -1 y 0 HPG=0 (Ambos) 81 3,5 (0,4) <0,0001
HPG>0 (Ambos) 37 15,0 (1,5
Mes 1 HPG=0 129 3,8 (0,3) <0,0001
HPG>0 62 19,9 (3,2)
Tabla 1: Niveles medios de hpg en materia fecal tomada durante la lactancia (meses 1-12) en vacas
clasificadas acordes a su positividad al hpg en torno a la parición.
El intervalo parto primer servicio tendió a ser mas corto (p=0,08) para el grupo
de HPG negativo con respecto al grupo HPG positivo en el período de posparto (mes
0).
No se registraron otras diferencias significativas en ninguno de los parámetros
medidos. El número de partos de cada animal no afectó estos resultados.
Tabla 2. Duración (en días) del parto al primer servicio (P-PS) y parto concepción (P-C) de
vacas con conteo de huevos de nematodos en heces y sin huevos en muestras tomadas en
torno a la parición. a Ambas muestras hpg negativo. b Ambas muestras hpg positivo.
A B
a b b b
5.00 ab b 200
4.00 c a
150
IGF-1 (ng/ml) .
GH (ng/ml)
3.00
100
2.00
50
1.00
0.00 0
0 2 4 6 0 2 4 6
Mes posparto Mes posparto
HPG=0 HPG>0 HPG=0 HPG>0
C D
10 1.00
8
0.75
Insulina (ng/ml).
Prl (ng/ml) .
6
0.50
4
2 0.25
0
0.00
0 2 4 6
0 2 4 6
Mes posparto
Mes posparto
HPG=0 HPG>0 HPG=0 HPG>0
Figura 18. Niveles hormonales séricos durante la lactación en vacas con HPG>0, (línea roja) y
HPG=0, (línea verde) huevos de nematodos parásitos en la materia fecal en la muestra tomada en el
mes 0 (días 0 a 29 posparto). A) GH, B: IGF-1. C) prolactina (Prl). D) Insulina. Letras minúsculas
diferentes indican diferentes concentraciones hormonales a los diferentes tiempos (p< 0,05).
50
4.4 Discusión y conclusión
4.4.1 Parásitos
La curva de HPG durante la lactancia demuestra que los valores medios más
altos de HPG suceden en torno al parto. Esto se debió a una mayor proporción de
muestras positivas en este momento (33%) más allá de los altos valores individuales
de HPG. Con respecto a esto, es conocido que las vacas lecheras son susceptibles a
incrementos de enfermedades durante el período de periparto. El estrés del parto y las
alteraciones metabólicas durante el inicio de la lactancia deprimen la función
inmunitaria, sensibilizando al individuo a ser infectado por patógenos durante este
período (Barger, 1993; Sordillo y col., 2009).
51
El hecho de que se observe la producción total afectada por la presencia/ausencia
de huevos de nematodos en la materia fecal durante el período de periparto, hace que
se pueda realizar una predicción sobre el desempeño productivo de los animales, a
partir de la evaluación de la carga parasitaria de este período. La incidencia de otras
enfermedades como la leucosis, metritis o la mastitis no fueron estudiadas en este
trabajo, como tampoco se evaluó el conteo de células somáticas. Por lo tanto la
presencia de parásitos no puede ser asignada como única causa del decrecimiento de
la producción de leche. Sería esperable que futuros trabajos en este campo relacionen
la carga parasitaria con otras patologías causadas por la inmunodepresión propia del
periparto. Como antes se discutió, las vacas en el periparto son susceptibles al
incremento de incidencia y severidad de enfermedades, probablemente debido a las
adaptaciones metabólicas de la lactancia, incluyendo incremento de metabolismo de
los lípidos y estrés oxidativo que deprimen la función inmune (Sordillo y col., 2009).
Los resultados expuestos son consistentes con los obtenidos en Canadá con
tratamientos antiparasitarios durante la lactancia, con un incremento cercano al 8% en
la producción de leche que fue reportado conjuntamente con un decrecimiento
sostenido del conteo de huevos (HPG) en la materia fecal (Nodtvedt y col., 2002). De
manera similar un incremento de producción se reportó en Inglaterra luego de la
aplicación secuencial de eprinomectina (Gibb y col., 2005). También Charlier
(Charlier y col., 2005) encontró una relación inversa entre la concentración de
anticuerpos anti-Ostertagia en tanque de reservorio de leche y la producción total de
los rodeos, sugiriendo un efecto negativo de la presencia de nematodos, aunque no se
estableció relación entre la infestación de las vacas individuales y la producción de
leche.
En cuanto a los parámetros reproductivos, solamente pudieron ser demostrados
efectos marginales, cuando una o dos muestras fueron consideradas en torno a la
parición para clasificar a las vacas. El intervalo parto-primer servicio tendió a ser
mayor en vacas con HPG positivo en el mes 0, comparadas con vacas HPG=0 en el
mismo momento. Sin embargo este retraso en el primer servicio no fue seguido por
un retraso estadísticamente significativo en el intervalo parto-concepción. Se han
publicado algunos resultados controvertidos respecto a la influencia de la carga
parasitaria en parámetros reproductivos. En ganado de carne, el tratamiento
antihelmíntico mejoró el desempeño reproductivo (Hawkins, 1993). En Canadá un
estudio clínico realizado en vacas de tambo tratadas con antihelmínticos, mostró un
52
decrecimiento del intervalo parto-concepción (Sanchez y col., 2002). Sin embargo, un
estudio posterior del mismo grupo de investigación no confirmó estos resultados
(Sithole y col., 2006), probablemente debido a una baja exposición de las vacas a
pasturas infestadas. En estos estudios todos los rodeos fueron tratados,
independientemente del grado de infestación de cada individuo, lo que no es
aconsejable desde el punto de vista del manejo de la resistencia a las drogas
antiparasitarias.
4.4.3 Hormonas
53
probablemente reflejan un peor estado energético, causado por parásitos que
disminuyen el consumo de alimentos, y causan subnutrición (Simpson, 2000), o
alternativamente, las vacas con un marcado balance energético negativo (reflejado en
los bajos niveles de IGF-1) tienen una alta carga parasitaria ya que se ha visto que una
restricción alimentaria, en presencia de oferta parasitaria, incrementa la infestación
(Coop y Kyriazakis, 1999).
La asociación entre el estado nutricional y la carga parasitaria en el periparto
podría ser indirectamente inferida por la relación de niveles de IGF-1 y positividad a
HPG. Trabajos anteriores sostienen que los parásitos perjudican el crecimiento
normal y el inicio de la pubertad (Mejia y col., 1999), y que el IGF-1 circulante estría
involucrado en este efecto (Lacau-Mengido y col., 2000). En este sentido, la
disminución de IGF-1 durante la primera fase de lactancia puede ser también, al
menos en parte, responsable por el retraso observado en el primer servicio (Cavestany
y col., 2009a). La prolactina también está involucrada en la producción de leche y
participa de la diferenciación de células epiteliales en la glándula mamaria (Oakes y
col., 2008), y probablemente mantiene la lactancia previniendo además la muerte
celular (Flint y col., 2005; Flint y col., 2006). Por otro lado, la prolactina interactúa
con la leptina para aumentar la síntesis de leche (Feuermann y col., 2004). El mayor
nivel de prolactina encontrado en el grupo con HPG cero podría dar cuenta, al menos
en parte, de los mayores niveles productivos observados en este grupo. Sin embargo
existen resultados previos en terneras prepúberes que sugieren que los niveles de
prolactina son disparados, no disminuidos, por las altas cargas parasitarias (Diaz-
Torga y col., 2001). Esta observación dispar podría explicarse por la diferencia de
edad de los animales, ya que como se mostró, las vacas adultas presentan una carga
parasitaria mucho menor que los animales en desarrollo.
Las diferencias en los niveles de prolactina en el presente grupo de vacas podrían
ser el resultado de la diferencia etaria de los animales y la relativamente baja carga
parasitaria registrada en vacas.
4.4.4 Conclusión
54
de parásitos en el periparto, podría estar mediado por hormonas de tipo metabólicas y
galactopoyéticas como GH, IGF-1 y prolactina.
55
5 Capítulo 5: Evaluación del efecto
tratamiento antiparasitario sobre el
desarrollo de la glándula mamaria
de terneras Holstein
56
Como se ha descripto, los parásitos causan trastornos a nivel sistémico,
fundamentalmente por el redireccionamiento de la energía ingerida por el
hospedador, que es transferida en proporción significativa a los parásitos. En bovinos
esta patología afecta principalmente a las categorías más jóvenes dado que su sistema
inmunológico se encuentra en desarrollo. Entre las consecuencias que ocasionan las
parasitosis se cuentan: menor crecimiento corporal, retraso puberal y alteraciones en
concentraciones hormonales relacionadas con el crecimiento y desarrollo.
La hipótesis de este capítulo plantea que la influencia sistémica originada por la
presencia de nematodos gastrointestinales se traduciría, a nivel mamario, en
parámetros relacionados con el desarrollo de la glándula (como por ejemplo la
proliferación celular y la relación parénquima/estroma), y en parámetros relacionados
también con la regulación hormonal (como la densidad de los receptores de estrógeno
y de proteínas ligadoras de IGF-1 que influyen sobre la actividad de este factor).
Son ampliamente conocidos desde hace tiempo los efectos de los nematodos
gastrointestinales sobre la tasa de ganancia de peso corporal en rodeos de carne y de
leche (Ryan y col., 1997; Mejia y col., 1999). Los mismos están relacionados además,
con alteraciones morfológicas como la disminución del área pélvica, así como
también con el retardo de la maduración sexual debido a la alteración del patrón de
secreción de la hormona LH, y el retraso del pico de la hormona leptina previo a la
pubertad (Ambrustolo y col., 1990; Zajac y col., 1991; Diaz-Torga y col., 2001).
Todos ellos están interrelacionados y probablemente respondan a alteraciones
fisiológicas endocrinas, producto del redireccionamiento energético, que lleva a la
disminución de IGF-1 en los animales infectados (Mejía y col., 1999; Lacau-Mengido
y col., 2000).
5.1 Objetivos
57
-Evaluar el efecto del tratamiento con antiparasitarios en el desarrollo de la
glándula mamaria de terneras Holstein mediante la realización de biopsias sucesivas y
determinación de los siguientes parámetros:
a. Relación: área epitelial/área estromal.
b. Proliferación celular, mediante la cuantificación de la expresión de
PCNA (antígeno nuclear de proliferación celular) por
inmunohistoquímica (IHQ).
c. Receptores de estrógeno alfa (ER-) mediante IHQ.
d. IGFBPs (2 y 3) por IHQ utilizando anticuerpos específicos.
58
En suero se cuantificaron IGF-1 y progesterona por RIA. Para ambos casos se
determinó la concentración de la hormona en ng/ml (Lacau-Mengido y col., 2000).
Para el caso particular de progesterona fue significativo identificar el momento del
desarrollo (edad) en que se produce el primer pico de la hormona que indica el inicio
de la pubertad (Lacau-Mengido y col., 2000).
A B C
Figura 19. Toma de biopsia en una ternera Holstein. A) Introducción de la aguja y disparo del
biopsiador. B) Estado del animal posterior a la toma de muestra. C) Muestra de tejido mamario a
ser retirada de la aguja de biopsia.
59
biopsiador automático para tejidos blandos, marca TRU-CORE I (Angiotech). Con
este equipo se utilizaron agujas para biopsias de 14 G X 20 cm (Angiotech).
Las muestras de tejido mamario de cada animal en cada uno de los tiempos antes
mencionados, de aproximadamente 40 mg cada una, fueron fijadas en formol-buffer
4% durante 6 a 8 horas a temperatura ambiente. Luego de un lavado prolongado en
agua corriente y buffer fosfato salino 0,05 M pH 7,5 (PBS) se deshidrataron en
concentraciones graduales crecientes de alcohol etílico, se aclararon en xilol y se
embebieron en parafina siguiendo protocolos de rutina (Woods y Ellis , 1994). Los
tacos histológicos fueron cortados en un micrótomo rotativo manual. Los cortes
seriados de 5 μm de espesor fueron montados en portaobjetos previamente tratados
con 3-aminopropyltriethoxysilane (Sigma-Aldrich, St. Louis, MO) y secados durante
24 hs a 37 °C.
Luego de realizados los cortes histológicos, se efectuó una tinción de rutina con
hematoxilina/eosina. La hematoxilina es una base que tiñe de manera preferencial los
componentes ácidos de la célula de un color azulado. El núcleo celular y los
ribosomas contienen gran cantidad de componentes ácidos por lo que presentan gran
afinidad por este colorante. La eosina es un ácido que tiñe los componentes básicos
de la célula de color rosado (Gartner y Hiatt, 1995). De este modo, el parénquima de
la glándula, que posee gran cantidad de células epiteliales con núcleos de pequeño
tamaño se tiñe de azul-violeta, mientras que el estroma que posee abundantes fibras
colágenas embebidas en una matriz amorfa, células de mayor tamaño y con
almacenamiento lipídico se torna rosado-blancuzco (Fig. 20 A y B). Una vez
realizado este procedimiento se tomaron entre 30 y 40 imágenes recorriendo todo el
corte histológico a X 400.
60
A Estroma B
Figura 20. A) Biopsia completa de glándula mamaria bovina (X100). B) Unidad ductal terminal
(TDU) (X 400). El área azul en ambas figuras representa al parénquima mamario mientras que el
área rosada-blanquecina corresponde al estroma mamario. Coloración: Hematoxilina/eosina.
5.2.2.4 Inmunohistoquímica
61
Francisco, CA). Finalmente los cortes fueron lavados en agua destilada,
contracoloreados con hematoxilina de Mayer, deshidratados y montados.
Secundarios
Anti conejo IgG Cabra 1:300 LETH, UNL, Sta. Fe, Arg.
Anti ratón IgG Cabra 1:120 LETH, UNL, Sta. Fe, Arg.
5.2.2.5 Controles
62
objetivo 40X. Se digitalizaron campos microscópicos que cubrieron toda el área a
analizar y se almacenaron bajo el formato TIFF con una definición de 1200 x 1600
pixels y 24 bits de color. Se realizó el análisis de las imágenes utilizando el programa
Image-Pro Plus 3.0.1 (Media Cybernetics, Silver Spring, MA, USA). A la
magnificación usada, cada píxel de la imagen correspondía a 0,13 μm, y cada campo
representaba un área de tejido de 0,032 mm2
63
negro mediante el programa Image Pro-Plus 3.0.1 (Media Cybernetics, Silver Spring,
MA) que permitió cuantificar el porcentaje de área inmunomarcada (Fig. 21, C).
64
A
B C
D E
65
5.2.3 Análisis estadísticos de los datos
66
5.3 Resultados
800
*
700
600
*
HPG
500
400
300
*
200
100
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Tiempo (Meses)
Tratadas Controles
Figura 22. Evaluación de huevos por gramo (HPG) según la edad en terneras tratadas con
antihelmínticos y controles Las barras representan las medias ± SEM. *Indica p<0,05 para
cada período de tiempo.
67
5.3.1.2 Evaluación del desarrollo corporal de los grupos experimentales
mediante peso corporal
350
*
300 *
*
250 *
*
*
Peso (kg)
200
*
*
150
100
50
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Tiempo (mes)
Tratadas Controles
Figura 23. Pesos de los grupos tratados y controles a lo largo de un año. Las barras
indican medias ± SEM. La diferencia entre los mismos se hace significativa a partir del
mes 5. *Indica p<0,05.
68
mayores concentraciones de IGF-1 que las controles sin tratar, y a las 70 semanas de
edad se observaron los mayores niveles séricos con respecto a las otras edades
analizadas (post-hoc test p < 0.05).
25
**
20
IGF-I (ng/ml)
15
10
0
20 30 40 70
Edad (Sem.)
Tratado Control
Figura 24. Medias de las concentraciones séricas de IGF-1 a las 20, 30, 40 y 70 semanas de
edad de terneras tratadas con antiparasitarios (barra verde) y controles (barra roja) ± SEM.
*Indica p<0.05.
41 Tratadas
Controles
40
39
Edad inicio pubertad (semanas).
38
37
*
36
35
34
33
32
31
30
Grupos experimentales
Figura 25. Edad promedio de entrada en la pubertad en semanas de los grupos tratados
con antihelmínticos (verde) y controles (rojo). Medias ± SEM. * Indica p=0,02.
69
La figura 26 muestra los porcentajes promedios de terneras púberes a cada uno
de los tiempos analizados, revelándose diferencia en el porcentaje de individuos que
entran en pubertad a las 20 y 40 semanas, resultando todas las terneras tratadas
púberes a en este último tiempo (p=0,0179).
100
90
80
70
% terneras puberes
60
50
40
30
20
10
0
20 30 40 70
Tiempo (Sem.)
Tratadas Controles
Figura 26. Porcentajes (%) promedios de terneras púberes de los grupos tratados con
antihelmínticos (verde) y controles (rojo) a las 20, 20 40 y 70 semanas de vida.
70
Edad (Sem.) Tratamiento Control
20
30
40
70
Figura 27. Biopsias de glándula mamaria de terneras tratadas con antiparasitarios y controles a
las 20, 30, 40 y 70 semanas de vida. Coloración: Hematoxilina/eosina. X 200.
71
En la figura 28 se observan las proporciones de parénquima con respecto al tejido
total en ambos grupos de terneras, a las cuatro edades estudiadas. El análisis
comparativo entre tratamientos indicó una mayor proporción de parénquima en las
glándulas mamarias de las terneras tratadas (pT=0.04). No se encontraron diferencias
temporales de inmunomarcación a nivel intragrupo (tratados, ptT=0,12; controles,
ptC=0,33).
Cuando se evaluaron las diferencias entre tratadas y controles para cada edad, no
se observaron diferencias en los porcentajes de parénquima entre tratados y controles
en ninguna de ellas (p20=0,1, p30=0,4, p40=0,1 p70=0,4).
70
60
50
% Parenquima
40
30
20
10
0
20 30 40 70
Edad (Sem.)
Tratadas Controles
Figura 28. Porcentaje de parénquima en biopsias de glándula mamaria en animales tratados con
antiparasitario y controles sin tratamiento a las 20, 30, 40 y 70 semanas de vida. Las barras
representan las medias ± SEM.
72
Edad (Sem.) Tratamiento Control
20
30
40
70
Figura 29. Inmunomarcación con anti-PCNA en glándula mamaria de terneras tratadas (izquierda)
y controles (derecha) a las 20, 30, 40 y 70 semanas de edad. Las flechas indican núcleos de células
PCNA intensamente marcadas (marrón) en el epitelio que reviste las unidades ductales terminales.
X 400.
73
inmunomarcada para PCNA con respecto al grupo control (Fig. 30).
En la evaluación de la inmunomarcación a nivel intragrupo para todos individuos
tratados y controles (por separado) a todos los tiempos, no se registró diferencias
(ptT=0,42, ptC=0,56). Tampoco se observaron diferencias en los porcentajes de
inmunomarcación para PCNA entre las hembras tratadas y controles a ninguna de las
edades analizadas (p20=0,1, p30=0,2, p40=0,2 p70=0,4).
0.8
0.7
% Inmunomarcación
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
20 30 40 70
Tiempo (sem.)
Tratadas Controles
Figura 30. Porcentaje de área inmunomarcada con anti-PCNA asociado a parénquima de glándula
mamaria de terneras tratadas con antiparasitario y controles sin tratamiento a las 20, 30, 40 y 70
semanas de vida. Las barras representan las medias ± SEM.
75
Edad (Sem.) Tratada Control
20
30
40
70
Figura 31. Inmunomarcación para IGFBP-2, en terneras tratadas con antiparasitario (izquierda) y
controles sin tratamiento (derecha). Biopsias realizadas a las 20, 30, 40 y 70 semanas de vida. X
400.
76
60
50
% Inmunomarcación.
40
30
20
10
0
20 30 40 70
Tiempo (Sem.)
Tratadas Controles
20
30
40
Figura 33. Inmunomarcación para IGFBP-3, en terneras tratadas con antiparasitario (izquierda) y
controles sin tratamiento (derecha). Biopsias realizadas a las 20, 30 y 40 semanas de edad. X400.
77
50
45
40
% Inmunomarcación
35
30
25
20
15
10
5
0
20 30 40 70
Tiempo (Sem.)
Tratados Controles
78
expresión del receptor a las 30 semanas y tendencia decreciente a las 40 y 70 semanas
de edad (Fig. 36).
El análisis en cada período de muestreo (edad) no arrojó diferencias entre
hembras tratadas y controles (p20=0,2, p30=0,1, p40=0,2, p70=1).
79
Edad Tratada Control
20
30
40
70
80
35
30
% Inmunomarcación
25
20
15
10
0
20 30 40 70
Tiempo (Sem.)
Tratadas Controles
A fin de clarificar los datos aportados por los análisis estadísticos a los que se
sometieron los datos de los individuos pertenecientes al ensayo, se exponen en el
siguiente cuadro todas las variables analizadas y las significancias calculadas para
cada una de ellas.
Tabla 4. Significancias calculadas para todas las variables analizadas. pT: sig. del efecto
tratamiento. ptT: sig. del efecto tiempo para el grupo tratado. ptC: sig. del efecto tiempo para el
grupo control. p20: sig. a la semana 20 de la comparación de tratados y controles. p30: sig. a la
semana 30 de la comparación de tratados y controles. p40: sig. a la semana 40 de la comparación de
tratados y controles. p70: sig. a la semana 70 de la comparación de tratados y controles.
F=Friedman, M-W=Mann-Whitney.
81
5.4 Discusión y conclusión
82
5.4.1.2 Niveles séricos de IGF-1 y pubertad
83
caso de infecciones con garrapatas se ha se ha evidenciado también una marcada
disminución de IGF-I, la cual se torna exacerbada en animales que poseen niveles
nutricionales deprimidos (Tolleson y col., 2012). También se ha observado, que en
bovinos afectados por garrapatas, disminuye de la expresión de los receptores de GH
en hígado, y aumentan los niveles de cortisol (Tolleson y col., 2010). Si bien en el
presente trabajo no hemos medido estos parámetros, es probable que estén alterados
de manera similar, respondiendo al estrés parasitario, y que sean los causantes de la
disminución de IGF-1 observada, dado que la principal fuente del IGF-I circulante es
hepática y responde a la estimulación con GH. De manera adicional, se ha visto que
alteraciones del eje adrenal con aumento del cortisol resultan en una inhibición de los
niveles de GH (Savage y col., 2002; Ghizzoni y Mastorakos, 2003).
En cuanto a la evaluación del desarrollo mamario, las edades elegidas para los
muestreos, representaron distintas fases del desarrollo puberal. A las 20 semanas,
ninguna de las terneras había comenzado a ciclar, por lo que las muestras obtenidas
fueron todas de glándulas prepuberales en ambos grupos. A las 30 semanas las
primeras terneras estaban comenzando a ciclar, a las 40 todas las terneras del grupo
tratado eran púberes no así las terneras controles, y a las 70 semanas ya todas habían
alcanzado la pubertad.
Esto confiere un marco endocrino de importancia para la evaluación y discusión de
los resultados obtenidos.
Los resultados de la primera parte de este capítulo (HPG, desarrollo corporal,
pubertad) coincidieron con los hallazgos obtenidos por trabajos previos en animales
sometidos a tratamiento antiparasitario y controles sin tratamiento.
Hasta aquí se ha descripto la influencia de los nematodos a nivel sistémico, en la
próxima sección se discutirán posibles influencias de los mismos en parámetros
particulares del desarrollo mamario.
84
desequilibrio para el hospedador ya que parte de la energía ingerida por éste, se
redirecciona hacia el aumento de la eficiencia biológica (del inglés, Fitness) del
parásito, situación que resultaría análoga a la restricción alimentaria.
Trabajos realizados en cerdas prepúberes de 90 días de edad, han demostrado
que una leve disminución en la cantidad de alimento no afecta el desarrollo mamario;
sin embargo, una restricción alimentaria del 20% durante ese período disminuye la
matriz grasa de la glándula mamaria en un 42% y el parénquima en un 26% (Farmer y
col., 2004).
En cuanto a terneras prepúberes, ha sido bien documentado que la restricción
alimentaria en el período prepuberal afecta la mamogénesis (Petitclerc y col., 1984;
Capuco y col., 1995; Dobos y col., 2000). Por su parte Tucker, (Tucker, 1981)
sostiene que el crecimiento y desarrollo mamario en terneras es crucial para la
productividad, y que el número de células epiteliales mamarias es el principal factor
determinante de la producción de leche. Estudios de la década del ´90 sostienen que
las afecciones ocurridas en el parénquima mamario durante el desarrollo puberal de
terneras, afectan a futuras lactancias (Sejrsen, 1994); aunque falta sumar evidencias al
respecto.
Estudios realizados en terneras de entre 2 y 8 semanas de edad indicaron que
el aumento de energía y proteínas en la dieta indujo un incremento en la masa de
parénquima mamario y la síntesis de ADN y ARN, incrementándose además, la
velocidad de crecimiento corporal (Brown y col., 2005a; Brown y col., 2005b). En
concordancia con estos resultados también se ha encontrado que terneras sometidas a
dietas similares a la anterior, mostraron un incremento de la proliferación del epitelio
mamario al llegar a los 100 kg de peso (respecto a controles), aunque durante el resto
del crecimiento analizado (hasta los 350 kg) no se mantuvo la diferencia (Meyer y
col., 2006).
Los resultados de la relación parénquima/estroma del presente trabajo
demuestran que el tratamiento de las terneras con antiparasitarios ejerce un efecto
significativo sobre los porcentajes de parénquima mamario en comparación con los
animales que no recibieron tratamiento, observándose los menores porcentajes en
estos últimos. A pesar de esto no se detectaron diferencias a nivel puntual (en cada
uno de los tiempos), esto podría deberse a que el número de individuos analizados es
bajo y el test (Mann-Whitney) no lograría resolver diferencias a pesar de las amplias
85
disparidades en promedios entre tratadas y controles (con un máximo de 34,47 puntos
porcentuales de diferencia a las 20 semanas).
En relación a la proliferación celular, se observó una tendencia en el grupo de
terneras tratadas a presentar mayor cantidad de células epiteliales en proliferación en
comparación con las controles, si bien la misma no alcanzó el nivel de significancia
estadística establecido. Sin embargo, tratándose de parámetros de comportamiento no
normal, la tendencia mostrada resulta de importancia. Si bien en el presente estudio
no se evaluaron los índices de apoptosis de las células epiteliales y estromales
mamarias sería un dato complementario a considerar en futuros estudios, ya que
modificaciones en los porcentajes de apoptosis de las células epiteliales en los
animales que no recibieron tratamiento antiparasitario con respecto a los que sí lo
recibieron podrían afectar la tasa de recambio celular perturbando en consecuencia el
desarrollo mamario.
86
expresión de diversas IGFBPs en la glándula mamaria (Weber y col., 2000; Plath-
Gabler y col., 2001). Se ha demostrado que la expresión de las IGFBP-2 y -3 se
evidencia en el parénquima y estroma mamario, mientras que IGFBP-5 se expresa en
el estroma (Akers y col., 2005). En el presente trabajo, en concordancia con estos
hallazgos, se demostró que la localización específica de IGFBP-2 y -3 evaluada por
IHQ, se asoció tanto a componentes del estroma como del parénquima mamario.
La expresión variable y diferencial de las IGFBPs observada en la glándula
mamaria de terneras tratadas con antiparasitario versus controles sin tratamiento,
podría estar relacionada con su papel en la modulación del desarrollo tisular,
probablemente regulando la acción de IGF-1, aunque no se descartarían acciones per-
se de las mismas. Por ejemplo, en modelos experimentales de ratón se determinó que
un aumento de expresión hepática de IGFBP-2 durante el desarrollo fetal retarda el
crecimiento del mismo (Tapanainen y col., 1994). Por otro lado, en conejos
transgénicos que sobre-expresan IGF-1 humano en la glándula mamaria, no se
detectaron alteraciones fenotípicas en la misma pero sí se detectó un aumento
significativo de la expresión de IGFBP-2, este exceso podría explicarse como un
efecto amortiguador, por parte de la IGFBP-2, sobre IGF-1 (Wolf y col., 1997). En
concordancia con lo antes mencionado, se determinó que ratones transgénicos que
expresan IGF-1 modificado (con reducida afinidad por IGFBPs) mostraron severos
cambios en la glándula mamaria, como por ejemplo hiperplasia ductal e involución
deficiente luego de la lactancia (Hadsell y col., 1996). Por otra parte, en ratones
transgénicos que sobre-expresan IGFBP-2 se detectó una disminución significativa
del peso corporal, principalmente debida a una reducción del crecimiento del
esqueleto (Hoeflich y col., 1998).
La IGFBP-2 a nivel sérico ha sido asociada con diversas condiciones patológicas
en humanos, como diabetes mellitus, falla renal crónica, cirrosis hepática y ciertos
tipos de leucemia (Blum y col., 1993). Complementando esta información se ha
demostrado que IGFBP-2 aumenta en la deficiencia congénita de GH y durante la
anorexia nerviosa, mientras que disminuye en pacientes obesos (Barrios y col., 2000).
Por otro lado, en sueros provenientes de cerdos infectados con Sarcocystis
miescheriana se ha observado un aumento de las concentraciones IGFBP-1, -2 y -4
(Prickett y col., 1992).
En cuanto a las funciones modulatorias de IGF-1 por parte de IGFBP-3, se han
descripto efectos contrapuestos (estimulatorios e inhibitorios) dependiendo del diseño
87
experimental (Berry y col., 2001). Además, se han determinado características no
necesariamente relacionadas con su capacidad para modificar la acción de IGF-1
(Blum y Baumrucker, 2002), como por ejemplo su abundancia en secreciones
mamarias (leche) y su capacidad de interactuar con lactoferrina favoreciendo el
mecanismo de apoptosis. Estas interacciones ocurren probablemente durante el
desarrollo mamario (previo a la lactancia) y durante la involución post-lactancia
(Blum y Baumrucker, 2002).
Los resultados de este trabajo en cuanto a los porcentajes de inmunomarcación
para IGFBP-2, indicaron que las terneras controles presentaron valores mayores de
expresión de esta proteína de unión en comparación con las tratadas. Teniendo en
cuenta que existen evidencias de que esta proteína se encuentra ligada al desarrollo de
ciertas patologías, podría ser que la tendencia aquí observada sea causada por
elevadas cargas de parásitos nematodos. Tampoco se puede descartar un efecto
directo de la disminución de IGF-1 sobre la regulación de la síntesis de la proteína.
En cuanto a la IGFBP-3, a pesar de ser la más abundante a nivel sistémico, o
justamente a causa de ello, y tener síntesis endógena en la glándula mamaria bovina
(Weber y col., 2000), no se registraron diferencias en los porcentajes de
inmunomarcación para esta proteína de unión entre animales tratados con
antiparasitarios y controles en este trabajo de tesis.
88
y epitelio mamario de recién nacidos, los ER-α son insensibles a la administración de
estradiol no obteniéndose respuesta de proliferación epitelial con la aplicación
exógena de la hormona en esta etapa (Haslam, 1889; Imagawa y col., 1990; Curtis y
col., 1999).
Posteriormente, en el período inmediatamente anterior al inicio de la pubertad, la
expresión de ER-α aumenta significativamente en el estroma y la glándula mamaria
se torna sensible al estrógeno (Mueller y col., 2002).
Estudios realizados en glándula mamaria bovina utilizando inmunohistoquímica
para detectar ER-α, han demostrado que la expresión de este receptor se restringe al
parénquima de la glándula mamaria y está enteramente confinado al epitelio que
reviste los conductos, con infrecuente expresión en células estromales (Capuco y col.,
2002; Berry y col., 2003). Esta observación ha sido confirmada por RT-PCR
cuantitativa a partir de ARN aislado de células epiteliales y estromales obtenidas por
microdisección con láser (Capuco y col., 2002). Aproximadamente un tercio de las
células epiteliales expresan ER-α (Capuco y col., 2002) y esta expresión está
primeramente asociada a las células embebidas en el epitelio, es decir, entre las que se
localizan inmediatamente en contacto con la membrana basal (basales) y las que están
en contacto con la luz del conducto (luminales) (Capuco y Ellis, 2005). En el presente
trabajo, en coincidencia con los trabajos antes citados, la expresión del ER-α se
detectó en los núcleos de las células epiteliales que revisten los TDU,
fundamentalmente en las que se ubican en posición medio-basal.
La transcripción de ER-α aumenta hasta aproximadamente los 100 kg de peso (en
bovinos) (Meyer y col., 2007) paralelamente al aumento de los niveles de IGF-1, para
luego decrecer en momentos cercanos a la pubertad (Connor y col., 2005; Meyer y
col., 2007), cuando ya los valores del factor se estabilizan. En el presente trabajo, se
determinó que las hembras tratadas con antiparasitarios presentaron mayores
porcentajes de marcación de ER-α durante el desarrollo que las que no recibieron
tratamiento. Esto probablemente esté relacionado con el aumento de IGF-1, tanto
sistémico como biodisponible en la glándula de estas terneras, que regularía
positivamente la expresión del receptor (Imagawa y col 1990., Woodward y col.,
1998).
Se observó además, para el grupo tratado, una fluctuación temporal en la
marcación del receptor, presentándose un aumento a las 30 semanas de vida lo cual se
correspondió con un peso promedio de 135 kg y con un 20 % de terneras ciclantes.
89
Entre las 30 y 40 semanas de vida, el 100 % de las terneras de este grupo alcanzaron
la pubertad. En las semanas posteriores, la inmunomarcación de ER-α disminuyó
cuando ya todas las terneras eran púberes, este comportamiento es similar al
reportado en trabajos previos, (Connor y col., 2005; Meyer y col., 2007) difiriendo
aproximadamente en un 30 % respecto al peso descripto por estos autores, que no
mencionan el porcentaje de terneras que estaban ciclando Esta diferencia podría
asignarse justamente a la diferente etapa madurativa de los animales, que resulta en
diferentes entornos hormonales (principalmente estradiol) de la glándula. Además, la
naturaleza diferencial de los experimentos podría también explicarla, ya que las
mencionadas investigaciones se han realizado aplicando distintos planes nutricionales
a los grupos experimentales; y si bien, como antes se comentó, las parasitosis causan
consecuencias similares a la restricción alimentaria no necesariamente afectan cuali-
cuantitativamente del mismo modo.
Los porcentajes de marcación para ER-α correspondientes a animales controles
denotaron escasa variación a lo largo del tiempo, mostrando valores similares en
todas las edades analizadas. La escasa variación observada en la expresión del
receptor en estos animales podría estar relacionada con (además de los bajos niveles
de IGF-1 circulantes sumados al mayor secuestro del mismo por las mayores
concentraciones de IGFBP2) los momentos de muestreo elegidos. Si el aumento de
receptores fue más tardío que en el otro grupo, y de menor cuantía, es posible que no
se los haya encontrado en los momentos muestreados.
Debe considerarse que a pesar de las discrepancias promediales a nivel puntual
no se hallaron diferencias entre los grupos a ninguno de los tiempos analizados,
podría ser una posible causa de este fenómeno el bajo número de individuos
analizados y el tipo de test estadísticos que si bien permiten trabajar con estas
cantidades (3 por grupo experimental) sacrifican precisión en el proceso.
90
factor biodisponible en la glándula. Como se mencionó anteriormente, IGF-1 es un
factor mitogénico esencial para el crecimiento de los tejidos. Una menor
concentración de IGF-1 circulante durante la etapa prepuberal, etapa de activa
división celular en la glándula mamaria, resultaría en una menor activación de dicha
proliferación, por lo que estos resultados probablemente también puedan explicar la
diferencia significativa observada en la relación parénquima/estroma y la tendencia
diferencial en la proliferación celular registrada entre los animales tratados con
respecto a los controles. Por otra parte, se ha visto que el IGF-1 es, además, inductor
de receptores de estradiol lo que estaría de acuerdo con la observación de una menor
expresión de los mismos en la glándula mamaria de las terneras controles (que tienen
menor IGF-1). Esto a su vez redundaría en un menor efecto del estradiol,
(especialmente necesario para la mamogénesis en la etapa prepuberal) en el desarrollo
mamario de estos animales, lo que se sumaría al efecto anterior.
Si se consideran las significancias en todas las edades de muestreo analizadas
(p20, p30, p40, p70) de las variables parénquima/estroma, PCNA, IGFBP-2 y ER-α; se
puede observar que alrededor de la semana 20 de vida, aunque no se observe
significancia estadística, los valores absolutos en esta fecha son menores o iguales al
resto de los tiempos, señalando probablemente un especial retardo en el desarrollo de
la glándula mamaria por la presencia de parásitos nematodos en la etapas tempranas
del desarrollo, cuando la pubertad se está preparando. Probablemente el número de
individuos analizados limite las pruebas estadísticas a la hora de revelar diferencias
entre los grupos experimentales a tiempos particulares, ya que empleando un N bajo
el test se torna muy exigente al momento de hallar diferencias significativas, sobre
todo considerando el comportamiento no normal de estas variables.
Como se ha mencionado para otras especies, el período inicial de la vida
postnatal es especialmente sensible a la disminución de la ingesta energética.
Teniendo en cuenta este concepto, los resultados expuestos en este capítulo podrían
ser indicadores del redireccionamiento de la energía ingerida por el hospedador hacia
los parásitos, en desmedro del desarrollo mamario; situación que se tornaría más
evidente a las 20 semanas de vida.
91
6 Capítulo 6: Resumen de
conclusiones
92
En el presente trabajo de tesis se encontró que los nematodos
gastrointestinales afectan a animales adultos en parámetros productivos y
reproductivos mientras que los animales jóvenes (quienes presentan las mayores
cargas parasitarias) se vieron afectados en parámetros concernientes al desarrollo.
Entre las afecciones más destacadas en animales adultos con altas cargas parasitarias,
se encuentra la menor producción de leche y la menor concentración de hormonas
relacionadas con la lactogénesis (GH. IGF-1 y prolactina).
93
7 Bibliografía
94
Agrawal, A. K. y B. H. Shapiro, 2001, Intrinsic signals in the sexually dimorphic
circulating growth hormone profiles of the rat: Mol.Cell Endocrinol., v. 173, no. 1-2,
p. 167-181.
Akers, R. M., 2000, Selection for milk production from a lactation biology
viewpoint: J.Dairy Sci., v. 83, no. 5, p. 1151-1158.
Akers, R. M., S. E. Ellis y S. D. Berry, 2005, Ovarian and IGF-I axis control of
mammary development in prepubertal heifers: Domest.Anim Endocrinol., v. 29, no.
2, p. 259-267.
95
Bartella, V., M. P. De, R. Malaguarnera, A. Belfiore y M. Maggiolini, 2012, New
advances on the functional cross-talk between insulin-like growth factor-I and
estrogen signaling in cancer: Cell Signal..
Bauman, D. E., 1999, Bovine somatotropin and lactation: from basic science to
commercial application: Domest.Anim Endocrinol., v. 17, no. 2-3, p. 101-116.
96
Bonnette, S. G. y D. L. Hadsell, 2001, Targeted disruption of the IGF-I receptor gene
decreases cellular proliferation in mammary terminal end buds: Endocrinol, v. 142,
no. 11, p. 4937-4945.
97
Charlier, J., E. Claerebout, L. Duchateau y J. Vercruysse, 2005, A survey to
determine relationships between bulk tank milk antibodies against Ostertagia
ostertagi and milk production parameters: Vet.Parasitol., v. 129, no. 1-2, p. 67-75.
98
Cunha, G. R., P. Young, Y. K. Hom, P. S. Cooke, J. A. Taylor y D. B. Lubahn, 1997,
Elucidation of a role for stromal steroid hormone receptors in mammary gland
growth and development using tissue recombinants:
J.Mammary.Gland.Biol.Neoplasia., v. 2, no. 4, p. 393-402.
Dobos, R. C., Nandra K. S., Riley K., Fulkerson W. J., Lean I. J. y Kellawuay R. C.
2000. The effect of dietary protein level during the pre-pubertal period of grown of
mammary gland development and subsequent milk production in Fresian heifers.
Livestock production science 63, 235-243.
99
Durnberger, H. y K. Kratochwil, 1980, Specificity of tissue interaction and origin of
mesenchymal cells in the androgen response of the embryonic mammary gland: Cell,
v. 19, no. 2, p. 465-471.
Ferreyra, DA., CA. Fiel, PE. Steffan y F. Gonzalez, 2002, Dinamica estacional y
diaria en las pasturas de poblaciones de nematodes Trichostrongylideos de bovinos.
RIA.Revista de Investigaciones Agropecuarias., v. 31, p. 25-38.
100
Fiel, C. y col., 2001, Resistencia antihelmíntica en bovinos: causas, diagnóstico y
profilaxis.: Vet.Argnt., v. 18, p. 21-33.
Fiel, C., P. Steffan y Ferreyra D., 2005, Manual para el diagnóstico de nematodes en
bovinos. Bayer.División Sanidad Animal de Bayer Argentina S.A., p. 1-58.
Flint, D. J. y col., 2005, Insulin-like growth factor binding proteins initiate cell death
and extracellular matrix remodeling in the mammary gland: Domest.Anim
Endocrinol., v. 29, no. 2, p. 274-282.
101
Gatford, K. L. y col., 1996, Sexual dimorphism of circulating somatotropin, insulin-
like growth factor I and II, insulin-like growth factor binding proteins, and insulin:
relationships to growth rate and carcass characteristics in growing lambs: J.Anim
Sci., v. 74, no. 6, p. 1314-1325.
Hadsell, D. L. y S. G. Bonnette, 2000, IGF and insulin action in the mammary gland:
lessons from transgenic and knockout models: J.Mammary.Gland.Biol.Neoplasia., v.
5, no. 1, p. 19-30.
Haldane, J. B. S., 1949, Disease and evolution: La Ricerca Scientifica, v. 19, p. 68-
76.
102
Hawkins, J. A., 1993, Economic benefits of parasite control in cattle: Vet.Parasitol.,
v. 46, no. 1-4, p. 159-173.
103
Kapur, S., H. Tamada, S. K. Dey y G. K. Andrews, 1992, Expression of insulin-like
growth factor-I (IGF-I) and its receptor in the peri-implantation mouse uterus, and
cell-specific regulation of IGF-I gene expression by estradiol and progesterone:
Biol.Reprod., v. 46, no. 2, p. 208-219.
Kenyon, F. y col., 2009, The role of targeted selective treatments in the development
of refugia-based approaches to the control of gastrointestinal nematodes of small
ruminants: Vet.Parasitol., v. 164, no. 1, p. 3-11.
Levine, N. D., 1963, Weather, climate and the bionomics of rumiant nematode
larvae.: Ad.Vet.Sci., v. 8, p. 215-261.
104
Licoff,N, Diab, S, Perri, A F, Mejia, M E, Formía, N, Becu-Villalobos, Dy Lacau-
Mengido, I M. Mammary biopsies in Prepubertal Heifers. Histological studies of the
developmental gland. Effect of anthelmintic treatment. Biocell 33[1], A40. 2009.
Ref Type: Abstract
105
Meyer, M. J., R. P. Rhoads, A. V. Capuco, E. E. Connor, A. Hummel, Y. R.
Boisclair y M. E. Van Amburgh, 2007, Ontogenic and nutritional regulation of
steroid receptor and IGF-I transcript abundance in the prepubertal heifer mammary
gland: J.Endocrinol., v. 195, no. 1, p. 59-66.
Ozkan, E. E., 2011, Plasma and tissue insulin-like growth factor-I receptor (IGF-IR)
as a prognostic marker for prostate cancer and anti-IGF-IR agents as novel
therapeutic strategy for refractory cases: a review: Mol.Cell Endocrinol., v. 344, no.
1-2, p. 1-24.
106
Petitclerc, D., L. T. Chapin y H. A. Tucker, 1984, Carcass composition and
mammary development responses to photoperiod and plane of nutrition in Holstein
heifers: J.Anim Sci., v. 58, no. 4, p. 913-919.
Richert, M. M. y T. L. Wood, 1999, The insulin-like growth factors (IGF) and IGF
type I receptor during postnatal growth of the murine mammary gland: sites of
messenger ribonucleic acid expression and potential functions: Endocrinology, v.
140, no. 1, p. 454-461.
107
Ruan, W., V. Catanese, R. Wieczorek, M. Feldman y D. L. Kleinberg, 1995,
Estradiol enhances the stimulatory effect of insulin-like growth factor-I (IGF-I) on
mammary development and growth hormone-induced IGF-I messenger ribonucleic
acid: Endocrinology, v. 136, no. 3, p. 1296-1302.
Saenz, S. A., Taylor B.C. y Artis D., 2008, Welcome to the neighborhood: epithelial
cell-derived cytokines license innate and adaptive immune responses at mucosal
sites.: Immunol.Rev., v. 226, p. 172-190.
108
Sejrsen, K., S. Purup, M. Vestergaard y J. Foldager, 2000, High body weight gain
and reduced bovine mammary growth: physiological implications for milk yield
potential: Domest.Anim.Endocrinol., v. 19, p. 93-104.
109
Steffan, P. O. y C. Fiel, 1986, Bioecología de los nematodos gastrointestinales. II
supervalencia y variación estacional de las larvas en las pasturas; III la materia fecal
como reservorio de larvas.: Prod.Anim., v. 1, p. 139-140.
Suarez, V. H., 1990a, Inhibition patterns and seasonal availability of nematodes for
beef cattle grazing on Argentina's Western Pampas: Int.J.Parasitol., v. 20, p. 1031.
Suarez, V. H., 1994, Los parásitos internos del bovino en la region semiarida y
subhúmeda pampeana: En Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, v. 47, p.
5-27.
110
Tucker, H. A., 1981, Physiological control of mammary growth, lactogenesis, and
lactation: J.Dairy Sci., v. 64, no. 6, p. 1403-1421.
Ullrich, A. y col., 1985, Human insulin receptor and its relationship to the tyrosine
kinase family of oncogenes: Nature, v. 313, no. 6005, p. 756-761.
Wilson, E. O., 1988, The current state of biological diversity, en EO Wilson ed.,
Biodiversity: Washington, DC, National Academy of Sciences/Smithsonian
Institution., p. 1-497.
111
mitogenic activity, and effects on IGF-binding proteins: Endocrinology, v. 138, no.
1, p. 307-313.
Zhou, Y., R. M. Akers y H. Jiang, 2008, Growth hormone can induce expression of
four major milk protein genes in transfected MAC-T cells: J.Dairy Sci., v. 91, no. 1,
p. 100-108.
112