Día de Muertos en Tamazulapam Mixe
Día de Muertos en Tamazulapam Mixe
Día de Muertos en Tamazulapam Mixe
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INTRODUCCIÓN
La celebración del día de muertos en México y en sus distintos estados es un acto que
simboliza la muerte en la que cada cultura la concibe y la venera de distintas maneras. Dentro
de las comunidades indígenas existen tradiciones de cómo celebrar a la muerte, dándole su
propio significado simbólico el cual reproducen mediante actos rituales.
Por lo que el presente ensayo parte del trabajo etnográfico que realicé en la comunidad de
Tamazulápam Del Espíritu Santo Mixe Oaxaca, durante la celebración del día de muertos
que comprendió del 30 de octubre al 6 de noviembre del 2021; primeramente ofrezco una
descripción de cómo se preparan las personas, desde el mercado y los productos que venden.
De ahí cómo es la elaboración del altar y qué significa para ellos; posteriormente por qué se
ponen las ofrendas y qué tipos de elementos se utilizan.
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Organización de Tamazulápam
Tamazulápam Del Espíritu Santo Mixe se ubica en la sierra norte del estado de
Oaxaca, aproximadamente a tres horas de la ciudad. Colinda Con Las Comunidades De San
Pedro Y San Pablo Ayutla, Asunción Cacalotepec, Santa Maria Tlahuitoltepec y Santo
Domingo Tepuxtepec. Forman parte del grupo identitario Ayuujk1, y hablantes de la misma
lengua.
La organización política, social y económica varía en cada comunidad, en el caso de
Tamazulápam del que me centrare en este trabajo tiene sus propias particularidades.
La comunidad se construye a partir de las relaciones que existen entre lo humano, los
entes divinos y la naturaleza, se basa en una coexistencia entre todas estas con las que se
reproduce la vida comunitaria tanto material como simbólica. Su organización social y
política se da desde las asambleas, los tequios, las fiestas, el territorio, el sistema de cargos y
los rituales, donde participan hombres y mujeres. La asamblea es el espacio en donde la
comunidad toma las decisiones conjuntamente, mediante el consenso; se tratan diversos
temas o problemáticas que se dan en la comunidad, por ejemplo, actualmente se tiene
conflicto agrario con una comunidad vecina, entonces se organizan asambleas para hablar de
cómo va el proceso o de tomar decisiones. De igual manera es allí donde se eligen a las
autoridades cívicas, religiosas y educativas, lo que se conoce como sistema de cargos. los
tequios consisten en trabajo no remunerado, como limpiar la comunidad, ir a poner
mojoneras, limpiar los límites territoriales u cualquier trabajo que se requiera. El sistema de
cargos es el máximo órgano de gobierno de la comunidad, consiste en que los comuneros y
comuneras eligen, a través de la asamblea, a las personas que representaran los cargos del
municipio, de las instituciones educativas, de salud y eclesiástica quienes representan a la
comunidad durante un año.
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grupo lingüístico mixe.
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de la iglesia católica, aunque también hay otras celebraciones que se relacionan con deidades
naturales de la comunidad, entre ellas están las del ciclo agrícola (siembra, pedimento a la
lluvia para su crecimiento y el de la cosecha), las del ciclo cívico-religioso, cuando las
personas adquieren algún cargo tienen que hacer rituales durante el año de servicio. Y las del
ciclo de vida, desde que una persona nace hasta que muere y su espíritu se va a otra
dimensión.
En todas estas fechas la gente realiza rituales en los lugares sagrados, santuarios
naturales como cuevas, ojos de agua, árboles y los construidos como la iglesia y las ermitas
(Barabas, 2014). La ritualidad es primordial antes de iniciar y dar termino a cada una de las
celebraciones que se realizan en la comunidad.
Como mencioné anteriormente, existen rituales del ciclo vital, desde que una persona
nace hasta que llega su muerte y el traspaso de su espíritu a otra dimensión. La muerte no se
acaba cuando la persona, físicamente, ya no está, puesto que, para la gente de Tamazulápam
su espíritu sigue vivo y se le tiene que seguir respetando y ofrendando mediante los rituales.
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La muerte en México ha significado y se ha valorizado no como algo malo a lo que
se le debe temer, sino que a este se le celebra, se le conmemora, se le recuerda y se le ofrenda.
Podría decir que se puede ver desde dos perspectivas, por un lado, se realiza esta
celebración en muchas comunidades indígenas o pueblos originarios en donde se ve con fines
simbólicos que pertenecen a sus costumbres, a su cultura y que de cierta manera organizan a
su sociedad. Un momento en el cual se establecen relaciones con el más allá, “con la muerte”,
una convivencia en donde se les recuerda y se les ofrece. Por otro lado, se ha convertido en
un lugar común promovido por la industria turística nacional e internacional. Alimentado por
intelectuales nacionales y extranjeros; y hoy es declarado patrimonio intangible de la
humanidad (Malvido, 2006). Como en el caso de Oaxaca y algunas de sus colonias que han
sido una muestra de cómo se ha ido modificando este día, con la creación de diferentes
actividades en torno a estas fiestas en donde asisten personas de las distintas partes de la
ciudad y extranjeros que llegan a ver y ser parte de la celebración.
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Nombre corto de Tamazulápam que le adjudica los habitantes.
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que se llevó la muerte. Días significativos que hacen notar por las ofrendas, la comida, las
pláticas y demás actos, que, aún siguen recordando a esos seres.
El mercado se termina el día 31 de octubre, las personas regresan a sus hogares porque
también tienen que hacer los preparativos para la celebración. Las vendedoras y vendedores
van abandonando el mercado dependiendo de la venta de su producto. La mayoría espera a
que se le termine todo. Al ser una comunidad grande, hay ocasiones en que algunos productos
no se dan abasto, esta vez fueron los chayotes, elotes y el pulque que se terminaron muy
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Bebida sagrada de la comunidad, hecha de pulque y fermentada con agua y panela.
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rápido. Después de esa fecha, ya el uno y dos de noviembre es muy difícil encontrar esos
productos, está el mercado en donde se encuentran los puestos fijos, pero ya son otras cosas
las que se venden y además por ser días conmemorativos casi nadie labora.
Hay familias que solo compran algunas cosas porque puede que tengan cosecha de
elotes, chayotes, o flores, árboles frutales del níspero, naranjas, o sus propias aves, por lo que
va variando lo que tiene o lo que falta. Estas fechas son también para ir a los ranchos a traer
lo que se necesita por ejemplo en el caso de la señora Eugenia, modesta y carolina ellas
fueron a recolectar sus flores que sembraron junto con el maíz, también las hojas del maíz
que es para los tamales, así como algunas frutas el níspero que es lo que se da en esta
temporada.
La mayoría de las personas elaboran su altar el 30 y 31 de octubre, para que esté listo
los primeros días de noviembre. El altar es una construcción espacial que representa
simbólicamente la muerte, la vida y el mundo divino (Restrepo, 2013).
En el caso del señor Reynaldo el arco lo hizo con dos palos largos que trajo de su rancho,
este fue puesto sobre una mesa de 1.20 m. el altar lo hizo con su hijo mayor, mientras que su
esposa se encontraba en su rancho a traer hojas de maíz. Su altar lo hizo con las flores de
cempasúchitl criollas y otras que compró. Dice que las criollas son mejores porque huelen
más ricas. Una vez armado el altar colocaron algunas frutas y panes solamente porque aún
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no habían comenzado el ritual que daría inicio a las demás actividades o como dijo el sr.
Reynaldo “el llamado a los muertos”, por lo que todavía no había alimentos preparados.
Se tiene que realizar un ritual de recordatorio que son aquellos que permiten la
trascendencia y convivencia del difunto con los vivos. Comprende el tiempo y el espacio
destinados al luto y las conmemoraciones en las que se inmiscuya al difunto. El objetivo es
recordar a los que ya se fueron, y, al mismo tiempo, ayudar a solventar la necesidad de
trascendencia del vivo (Mendoza, 2006). Pero este ritual en la cosmovisión ayuuk también
es, antes de lo anterior, un pedimento a las deidades y seres extrahumanos o sobrenaturales,
se pide permiso porque se dará inicio a una celebración.
Una vez terminado el altar se acomodan floreros y veladoras en el suelo, ofrendas que
son tamalitos envueltos en hierba santa, se sacrifican las aves en frente del altar pidiendo
permiso y dando el comienzo de la celebración. Se tira tepache encima de la ofrenda y se
reparte entre las personas de la casa. Después se sirve el tepache y es la primera bebida
sagrada que se pone en la ofrenda; junto con agua o jugos, etc.
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Dentro de la identidad nacional los ritos y festivales que son los más sobresalientes
pasan e tener un sentido más folklórico. “Un pueblo, ya sea una minoría nacional o una nación
definida estatalmente, puede robustecer su identidad distintiva mediante la referencia a
ceremonias aparentemente singulares, que acaban percibiéndose como parte de aquello que
vuelve único al pueblo, así como lo que reflejan las normas y valores que definen al grupo”
(Brandes, 2000).
Esto hace sentido con lo que decía la señora Eugenia una noche en la que
desplumábamos los pollos ¨quién sabe por qué aquí hacemos tanta costumbre, que matar
pollos, que la comida, quién habrá dicho que sea así. Porque en otros lugares no es así, como
en la ciudad no hacen eso, creo que somos los únicos” (comunicación personal, noviembre
2021). Estas costumbres y prácticas rituales en
torno a la muerte, en este caso, normalizan y
ponen orden a partir de una identidad del grupo
con el que se diferencian de otras comunidades.
Las ofrendas
Son bienes redistribuidos entre los miembros de una comunidad para regular las
relaciones sociales por mediación de los muertos familiares (Valencia, Castillo, & Brietzke,
2017). Los cuales se ponen en los altares en el ámbito doméstico y en el panteón para ofrendar
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a los muertos. El 1 de noviembre se hace el
“caldo mixe” que es un caldo de pollo solo que
se caracteriza por los ingredientes que se usan
como la hierba santa que le da mucho sabor y el
chintestle es una pasta que se extrae del chile
guajillo que le da color y sabor al caldo. Va
acompañado de tamales simples y con frijol
enrollados en hierva santa y envueltos en la hoja
de la milpa. Una vez que está preparado, antes
de comer, se ofrenda en el altar porque primero deben comer los difuntos. A parte de lo que
se le puso la noche anterior se le agrega el caldo junto con sus tamalitos y otras bebidas.
Cuando ya están listos los elotes y chayotes son puestos también en el altar.
El señor Reynaldo visitó a su papá, sus abuelas y abuelos y algunos tíos. Mientras
que su esposa visitó a su mamá, su papá y a su hermano. A todos se les dejó un poco de lo
que se llevó. El sentido de ir al panteón es ir a visitarles como una forma de que se les sigue
recordando, que no se les ha olvidado y porque su alma descansa en ese lugar.
La mayoría de las actividades y ofrendas artísticas ligadas a esta festividad como las
ofrendas de comida, la vigilia en el cementerio, los altares y demás, son manifestaciones
populares completamente desligadas de los requerimientos litúrgicos (Brandes, 2000).
Este día es solo para estar en la casa con la familia, aunque otras prefieren salir,
porque se tiene la creencia de que las ánimas ya están en la casa y se tiene que estar con ellas,
esto lo dicen la mayoría de las personas grandes.
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Mientras que los niños y niñas desde ese día salen y van a las casas a pedir dulces. En
la tradición de la comunidad hay un evento que se le llama ënaxpa que se trata de recorrer
casas y visitar a familiares, amigos, vecinos y cualquier persona. Mientras que las personas
mayores salen a visitar, pero es un motivo diferente, no es a “pedir dulces” como lo hacen
los pequeños, sino que se trata de ir a alguna casa, al llegar saludan y piden permiso a la
dueña de la casa ijky skënajta, que se traduce como me da permiso de pasar. Por ejemplo, ese
día iba a la casa de una tía, hermana de mi papá y en el transcurso del camino una señora
conocida me invitó a pasar a su casa
me sirvió tepache, me dio un plato
con un par de elotes, chayotes y
frutas. Después me dio unos tamales.
Al salir de allí me dirigí a donde iba,
al llegar la tía me sirvió tepache,
chocolate, elotes y chayotes, pan y
frutas, también me dio tamales.
La gente invita a pasar a su casa, aunque el rumbo no sea precisamente allí, si ven a
alguna persona caminando la invitan. Se puede ir a casa de cualquier persona y siempre
reciben de buena manera, compartiendo sus ofrendas, así es como transcurre el día.
El día dos se prepara otro tipo de comida, la mayoría de las personas hace comida de
mole o tamales de amarrillo. Esta vez el clima estuvo muy frio, nublado y con llovizna por
eso muchas personas no salen de sus casas. De igual manera la bebida que se hace es el
chocolate ya sea de agua o el champurrado. También se ofrecen bebidas alcohólicas tepache,
mezcal y la cerveza.
Una de las cosas que pasa aquí es que se ha mezclado el día de muertos con atributos
que son de otras festividades como las de “Halloween” propiamente de los Estados Unidos.
Esto se da más en el caso de los niños que salen a pedir dulces y llevan sus calabazas de
plástico y se disfrazan de brujas, duendes, hombre lobo y de algunos personajes de la tv.
Estos productos se encuentran también en la plaza que se hace, los vendedores los traen desde
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Oaxaca para venderlos. Esto ocurre en personas menores a los quince años en vez de decir la
frase del “ënaxpa”, al llegar a una casa, dicen “dulce o truco”.
En parte estos cambios se dan por la presencia de los medios de comunicación que
difunden estas fiestas. En el caso mexicano se le ha dado una gran importancia económica e
ideológica de estas fiestas tradicionales, desde la década de 1970 el gobierno de México ha
estado promoviendo sistemáticamente el Día de Muertos en varios lugares (Alberro, 2004) .
Y el Halloween también ha llegado a México por estos medios y desde años anteriores se
implementaron otras formas ideológicas de difundir el día de muertos y pasó a ser parte de
una identidad nacional, tratando de erradicar la entrada o que el Halloween tuviera más
importancia que el día de muertos.
Acá podría decir que sucede lo que Brandes (2000) menciona al referirse en que solo
algunos mexicanos (…) probablemente perciben al Halloween como una amenaza a la
cultura nacional. Pero quienes así lo sienten son aquellos mexicanos elocuentes y visibles, o
sea representantes de la iglesia y el estado, así como los personeros de importantes
instituciones culturales (p.16). Y sí porque la gente de Tamazulápam no lo ve como una
amenaza a su cultura. El señor Reynaldo decía que “son niños pequeños los que hacen eso
de andar con sus calaveritas, de alguna u otra manera sí se va modificando el sentido porque
no es de que llegan a una casa a convivir como lo hacemos la gente mayor, solo piden dulces
y se van, pero cuando crezcan ya se darán cuenta de cómo es” (comunicación personal,
noviembre 2021).
Acá no ven el día de muertos como un elemento identitario nacional, sino que se ve
como una celebración simbólica que tiene raíces y forma parte de la identidad comunitaria,
más que nacional, ya que no en todas partes de México la celebran, y si la celebran la hacen
de distinta manera. Porque acá como me dijeron varias personas durante estas fechas se gasta
de $2000 a $8000 de acuerdo a que tan grande es la familia, para comprar todo lo que se
ofrenda y se comparte con las personas que llegan a visitar.
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es que lleguen con invitación, solo se da un encuentro porque coinciden. Como en casa de la
señora Modesta que llegaron sus hijas, hijos, nietos y nietas, se les repartió la comida y
después de comer comenzaron a platicar. Lo que se habló fue de sus abuelos, abuelas, tíos,
tías que ya habían fallecido. Que de dónde provenía su familia, qué por qué fallecieron, de
cómo vivieron de pequeños con su padre y su abuela y así se pasó la tarde hasta que
anocheció. Y esto se da en muchas casas, la reunión más grande se hace muchas veces en la
casa de las personas mayores, de los abuelos. Es un momento en que se acompaña a la familia
porque saben que también están conviviendo con los que se han ido ya; se muestra una
relación entre las personas y “la muerte” que viene de visita a la casa en estas fechas y por
eso se tiene que celebrar con alegría.
Durante la tarde-noche del tres y todo el día del cuatro, se comienzan a llevar a la
iglesia las ofrendas que se colocaron en el altar y todo el alimento que sobró. Tamales,
chayotes, elotes, panes, el tepache, jugos, refrescos, dulces, frutas, todo lo que se utilizó y no
se terminó. Al llegar a la iglesia se tiene que pasar con el cantor quien dará la oración a los
alimentos. De ahí se pasa a un cuarto que disponen las autoridades eclesiásticas para ir
separándolos y acomodándolos en bolsas.
El cuarto día ya no se visita a las familias, ni se hace mucha comida solo se prepara
lo necesario para la casa. Ya el día cinco desde las tres de la tarde se comienza a juntar la
banda filarmónica de música para tocar en el atrio de la iglesia. Cuando la gente escucha que
ya está tocando la banda se van acercando. A parte también hubo un conjunto típico, que es
música de cuerda y el repertorio es de sones. Mientras estos estaban tocando, la gente llegaba
y pasaban al cuarto en donde las señoras están repartiendo las bolsas con la ofrenda. De allí
se hace una fiesta, una convivencia, las personas bailan al ritmo de los sones y beben tepache
y cerveza que es repartida por la autoridad.
De acuerdo con Fageti (1999) se trata de un convivio en que se invita a los parientes
difuntos, se les llama a merecer; para ellos será la esencia de las cosas, pero serán los vivos,
quienes, al finalizar la fiesta, consumirán ritualmente la comida ya desprovista de su aroma.
Es más que nada una compartencia comunal ya que no todos pueden ir a visitar a
todas las casas; es un momento en que se comparten las ofrendas al mismo tiempo que
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celebran a “los muertos” de toda la comunidad, de lo familiar pasa a lo colectivo. Acá se les
tiene un gran respeto a los muertos, porque antes de hacer una fiesta ya sea particular o
colectiva se va al panteón a pedirles permiso, realizando un ritual en la ermita del panteón.
Después ya se puede seguir con los demás rituales y las celebraciones. Y otro ejemplo es el
que me dijo el señor Genaro sobre “cerrar los caminos” que se da siempre al inicio de año.
El primero de enero cuando se cambian las autoridades. Durante la noche todas las
autoridades realizan la costumbre en la institución que le ha tocado. En el municipio se hace
el ritual alrededor de la cancha y alrededor de la iglesia, en cada una de sus esquinas. Se pide
permiso a los muertos de la comunidad y se les ofrenda para que no hagan daño durante el
año del cargo. Entonces durante todo el año, a parte de la celebración de muertos, se les
recuerda y se les ofrenda. Pero en estas fechas de muertos es la celebración máxima que la
gente les da, porque ya no se les va a hacer el ritual solo al panteón y se les dejan las ofrendas
allí. Sino que las hacen en sus hogares porque los esperan para convivir conjuntamente.
Al terminar con esta convivencia las personas abandonan el lugar y vuelven a sus
casas. La bolsa que estaba llena de ofrendas se descompone muy rápido ya que los alimentos
cocidos se juntan y no todos se elaboraron al mismo tiempo, de repente hay unos que ya están
pasados y hacen que las demás cosas se echen a perder. Las personas solo rescatan algunos
alimentos como el pan y algunas frutas. Los elotes, chayotes y tamales son los que se
descomponen más rápido. Mientras que el tepache se sigue disfrutando, aunque se haya
mezclado sigue manteniéndose porque esta bebida solo se fermenta y su descomposición es
más lenta.
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$250 a $300, un guajolote de $800 a $1000. Los elotes los estuvieron vendiendo a $5 la pieza
al igual que los chayotes. La taza de pulque a $20. Comparando estos precios con los que se
tienen en algunos mercados de la capital son muy caros porque en Oaxaca se pueden
encontrar más baratos.
Por estas razones las familias se preparan meses antes, algunos siembran maíz, flores,
calabaza, chayote para utilizarlos en estas fechas y no comprar tanto. Crían a sus aves y así
porque saben que al llegar la fecha las cosas suben de precio y se necesita un gasto
considerable.
Muchas veces la gente se pregunta ¿por qué hacemos todo esto?, ¿qué pasaría si no
hiciéramos nada?, “ay, quien sabe por qué nuestras costumbres son así”. Lo que he visto es
que muchas veces no se sabe de dónde vienen estas celebraciones y por qué se tienen que
realizar. Sí, la gente dice que es parte de nuestras tradiciones, que es la costumbre, y le han
dado un sentido a la muerte. Y con ello han construido una forma más de identificarse como
una comunidad que conserva sus tradiciones, aunque no tengan un conocimiento exacto de
dónde o por qué del día de muertos, más que de su cosmovisión y la veneración que se le
tiene a la muerte.
Conclusiones
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celebrar estas fechas y para mostrar las tradiciones, para darlas a conocer con fines
mercantiles.
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Elotes y chayotes de la cosecha de la señora Lucina.
16
Señora Eugenia haciendo tamales de frijol para acompañar el caldo mixe.
17
Señora modesta haciendo tamales de amarillo.
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Bibliografía
Lomnitz, C. (2005). Meath and the idea of México. Brooklyn: Zone Books.
Mendoza, E. (2006) Que viva el Día de Muertos. Rituales que hay que vivir en torno
a la mue. En O. R. Rojas, Patrimonio cultural y turismo. La festividad indígena dedicada a
los muertos. (págs. 23-40). México: Cuadernos 16.
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