Resumen Metodos y Tecnicas

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CAPITULO 1. LA APROXIMACION INICIAL.

El problema de la definición de la psicoterapia: La cuestión reside en que existe una pluralidad de enfoques
psicoterapéuticos, y, en efecto, se da también una amplia gama de definiciones.

La psicoterapia es un proceso interpersonal destinado a promover el cambio de sentimientos, cogniciones,


actitudes y conductas, que han resultado problemáticas para el individuo que busca ayuda en un profesional
entrenado.

Elementos comunes en psicoterapia: PACIENTE, TERAPEUTA Y RELACION TERAPEUTICA. Todo


enmarcado en un proceso psicoterapéutico.

El cliente: Alguien se convierte en paciente o cliente cuando busca ayuda en otro, porque siente malestar. Es
cualquier persona que siente la necesidad de generar cambios en su forma de relacionarse consigo misma y
con el mundo.

Por lo general antes de acudir a un psicoterapeuta, los individuos han intentado diferentes estrategias de
resolución, como amigos, médicos, yoga.

Es frecuente que los clientes acudan a terapia con la idea de que los terapeutas den “la” solución a sus
problemas. En este sentido es importante tener en cuenta que “el proceso de terapia se diseña no para
cambiar a los pacientes, sino para ayudar a los pacientes a que se cambien a sí mismos”.

¿Cómo llega un paciente? La persona tiene que poder admitir que no puede resolver la situación por sí sola,
lo cual supone el reconocimiento de un cierto fracaso personal. Pero por otro lado, va a ingresar en un
proceso en el que lo que interesa es incrementar el sentimiento de competencia personal.

Otro elemento a tener en cuenta es la ansiedad que puede despertar el hecho de iniciar una psicoterapia.

Existen muchos casos en que la persona que solicita la psicoterapia no es la que sufre el síntoma, y otros en
los que no se acude por decisión propia sino por indicación de otros. Por eso se distingue entre demandante,
que es aquel que determina que es necesaria la intervención de un profesional, y paciente identificado, que es
el portador del síntoma o problema.

El psicoterapeuta: Para poder desempeñar su labor, los psicoterapeutas necesitan poseer conocimientos
específicos sobre los procesos de aprendizaje, la dinámica de la personalidad, los procedimientos y técnicas
de la evaluación psicológica, la psicopatología, los principios de la interacción social, los procesos cognitivos y
emocionales, el desarrollo durante el ciclo vital, etc…
Junto a estos aspectos básicos de la formación de los psicoterapeutas sobre los que hay consenso, existen
otros aspectos que resultan específicos de cada modelo psicoterapéutico y sobre los que el consenso no es
tan claro.
Puede plantearse desde el punto de vista de los requisitos formales que se requieren para ser socialmente
autorizado como psicoterapeuta, área que abarca la formación profesional. Pero por otro lado, también puede
formularse desde el punto de vista de las características personales asociadas con la elección de la profesión
de psicoterapeuta.

Guy, ha distinguido entre motivaciones funcionales, las que resultan beneficiosas para el ejercicio de la
profesión, y motivaciones disfuncionales, que son las que pueden minar la eficacia psicoterapéutica y reducir
la satisfacción profesional.

Motivaciones funcionales:
● Interés por la vida de las personas y cierta curiosidad sobre sí mismo y los demás.
● Capacidad natural de escuchar a los demás.
● Capacidad de conversar, buenas habilidades verbales.
● Empatía y comprensión.
● Capacidad de discernimiento emocional.
● Capacidad introspectiva.
● Capacidad de auto negación.
● Tolerancia a la ambigüedad, a las cuestiones que quedan abiertas.
● Capacidad de cariño. Actitud de paciencia, no critica.
● Tolerancia a la intimidad.
● Confortable con el poder. Evitar sentirse omnipotente.
● Capacidad de reír en momentos oportunos.

Motivaciones disfuncionales:
● Aflicción emocional, muchos psicoterapeutas eligen esa profesión motivados por su deseo de alcanzar
mejor comprensión de sí mismo.
● Manejo vicario. Para tratar vicariamente con las incontingencias y realidades de la vida.
● Soledad y aislamiento. Eligen la profesión para superar una profunda sensación de soledad y
aislamiento.
● Deseo de poder.
● Necesidad de amor. Puede ser perjudicial cuando va acompañada de un afán mesiánico.
● Rebelión vicaria. Algunos pueden sentirse atraídos por esta formación porque ofrece una oportunidad
segura para expresar sus necesidades de rebelarse y atacar la autoridad.

Hasta el momento se habló del terapeuta en un sentido unipersonal; sin embargo el sistema terapéutico
puede incluir más elementos como el rol del co-terapeuta, que trata de una figura que trabaja de forma
coordinada con el terapeuta, el cual toma notas, se centra en tareas más específicas, etc.)

Equipo terapéutico: se caracteriza por compartir parte de la responsabilidad terapéutica, asesorando al


terapeuta a partir de sus comentarios acerca del estado del caso, o bien, observando el proceso
directamente y eventualmente participando de modo simultáneo en dicho proceso.

La figura del supervisor es un ingrediente necesario no solo para los terapeutas principiantes sino que
resulta un recurso importante a lo largo de la trayectoria del psicoterapeuta.

La relación terapéutica: Para que la relación sea verdaderamente terapéutica, debe ser diferente de
otras relaciones en la vida del cliente. De su carácter profesional se desprenden otras características,
como su simetría, su carácter retributivo y su encuadre.

La relación terapéutica es asimétrica porque se inicia a partir de la demanda del cliente y se centra en sus
necesidades. Al terapeuta se le retribuye por su trabajo.

La relación terapéutica requiere de una estructuración específica. Se utiliza la noción de encuadre


terapéutico para hacer referencia al conjunto de reglas fijadas por el terapeuta para hacer viable la terapia.
Incluye honorarios, duración y frecuencia de las sesiones, lugar, vacaciones y cualquier otro detalle. Todo
esto contribuye a alejar las confusiones de los roles.
Pero más allá de las particularidades propuestas por cada modelo, Bordin ha sugerido la noción de
alianza terapéutica. El desarrollo de una adecuada alianza terapéutica es un factor de cambio esencial
en todas las formas de psicoterapia. Un primer componente de esta alianza es el vínculo establecido entre
cliente y terapeuta. La calidad de este vínculo determina el tono emocional de la vivencia que el cliente
tiene del terapeuta.

Un segundo componente es el grado de acuerdo en los objetivos de la terapia.

El tercer componente es el acuerdo en las tareas de la terapia, es decir, en el acuerdo acerca de los
medios que son adecuados para conseguir los objetivos propuestos.

El proceso terapéutico: Conjunto de procesos psicosociales que tienen lugar desde el inicio al fin de la
psicoterapia.

Rogers había propuesto un modelo general del proceso terapéutico que constaba de tres etapas básicas:
catarsis, insight y acción.

La especificación del contrato terapéutico es un aspecto esencial del proceso terapéutico que a la vez
supone una respuesta, un acuerdo acerca del problema a considerar y la forma de tratarlo. Por tanto, el
contrato terapéutico supone un plan de la terapia para poder construir el proceso posterior.

LA ALIANZA TERAPEUTICA

La alianza supone una unión para mejorar algo que no está bien, una disfunción. Supone que ambas partes
compartan un acuerdo que, desde el principio, puede presentar dificultades. El paciente debe tener en claro
que en consiste la psicoterapia o aclararlo antes de que comience. Debe estar dispuesto a asumir el rol de
paciente y de recibir lo que el terapeuta ofrezca como alternativas para producir cambios.

Es frecuente que los pacientes lleguen por sugerencia de otras personas, un juez, medico, familiar. A veces
hay terceras partes que afectan la alianza en el vínculo. Puede ser la familia del paciente que exige ciertos
cambios, no colabora o pretende participar más de lo conveniente.
También el terapeuta puede afectar la relación cometiendo algunos errores: aliarse con un familiar en contra
del paciente, o con el paciente en contra de un familiar.

No hay ninguna forma de intervención que no requiera de una buena alianza terapéutica.

Según Frank, “la Psicoterapia es una interacción planificada, cargada de emoción y de confianza entre un
sanador socialmente reconocido y una persona que sufre”.

El terapeuta y el paciente son quienes confirman el proceso, enmarcados en una relación interpersonal entre
ellos, llamada también “relación terapéutica”. La psicoterapia es la “relación de trabajo entre terapeutas y
clientes, encaminada a buscar soluciones a los problemas de los clientes”.

Características que diferencian las relaciones terapéuticas de la amistad:


1. Las relaciones terapéuticas son unilaterales debido a que se centran en el cliente.
2. La relación profesional es sistemática ya que se acuerda desde principio propósitos y objetivos.
3. Las relaciones terapéuticas son formales, dado que la interacción está limitada a tiempos y lugares
concretos.
4. Tienen un tiempo limitado, terminan cuando se alcanzan los objetivos acordados.
La relación terapéutica tiene ciertas características que la distinguen de otras relaciones humanas: es un
servicio profesional, remunerado, que se establece intencionalmente con un fin determinado y presupone
roles definidos para los participantes.

La alianza terapéutica consiste en el entendimiento, compatibilidad y el encaje que se da entre cliente y


terapeuta, con un componente no solo relacional sino emocional. El objetivo fundamental no es imponer un
cambio en el paciente, sino crear una condición que permita que el cambio se produzca.

Antecedentes históricos.

Sigmund Freud es considerado el padre de la psicoterapia. Describió el afecto del paciente hacia el terapeuta
como una forma beneficiosa y positiva de transferencia que revestía autoridad al analista.

A partir de Freud se puede trazar el desarrollo de perspectivas psicoanalíticas sobre la alianza terapéutica en
dos líneas emergentes. Una de ellas fue desarrollada por la influencia de Sandor Ferenczi, quien fue el
primero en sugerir que era fundamental para los pacientes no solo recordar sino revivir el pasado
problemático en la relación terapéutica. Subrayo la importancia del analista como persona real y reconoció su
impacto en la puesta en escena de la transferencia-contratransferencia.

La segunda línea puede identificarse como la tradición de la Psicología del Ego, que da especial importancia a
la adaptación el ego a su entorno.

Ralph Greenson (1911-1979) hizo una distinción entre:

Alianza de trabajo: habilidad del paciente para adaptarse a las tareas de análisis. Capacidad del paciente y el
terapeuta para trabajar intencionalmente juntos en el tratamiento que ellos aceptan.

Alianza terapéutica: capacidad del terapeuta de estableces un vínculo personal.

Rogers postulo que lo esencial de la psicoterapia es la calidad emocional de la relación terapéutica y sostuvo
que el elemento más importante para su mantenimiento es la calidad del encuentro interpersonal con el
cliente. Las condiciones son:

- Que haya dos personas en contacto psicológico.

- Que la llamada cliente se encuentre en un estado de angustia.

- Que el terapeuta sea congruente o integrado en la relación.

- Que el terapeuta sienta una aceptación positiva incondicional hacia el cliente.

El poder de la relación terapéutica incluye tres ingredientes:

1. Autenticidad: sinceridad, transparencia o autenticidad personal. El terapeuta debe tener presentes


sus propios sentimientos, y no ofrecer una fachada externa.

2. Aceptación positiva incondicional: cálido respeto hacia el como persona de mérito propio e
incondicional, como individuo valioso independiente de su condición, conducta o sentimientos.

3. Comprensión empática: se logra cuando el psicoterapeuta logra percibir sentimientos y significados


personales que el cliente experimenta en cada momento.
Aproximaciones a una definición de alianza terapéutica. Bordin presenta una reformulación trasteorica del
concepto. Plantea 3 componentes constitutivos de la AT:

1. Vinculo: la compleja red de conexiones entre el paciente y el terapeuta, que incluye la mutua
confianza y aceptación.

2. Metas: objetivos generales hacia los que se dirige la psicoterapia.

3. Tareas: las actividades específicas que debe realizar el paciente para beneficiarse con el tratamiento.
Es un acuerdo acerca de los medios adecuados para conseguir los objetivos propuestos.

La alianza terapéutica para cada situación.

Los factores que generan la singularidad de la AT son: la disfunción que motiva la consulta, las
características del consultante y las características del terapeuta. En cada caso se plantean desafíos
disimiles para las diadas terapéuticas. Ej.: la depresión, baja motivación para definir el contrato. Los
pacientes esquizoides, limitaciones de su mundo social. Pacientes dependientes, el miedo al abandono.
Hay consultas muy severas, el terapeuta requiere ser paciente para acompañar el ritmo de cambios. En
los casos crónicos las metas deben ajustarse a las posibilidades de cambio.

Bordin. Es posible diferencia la AT en el momento inicial, durante el transcurso y en el final de la terapia


según la forma y la relevancia que van tomando cada uno de los tres componentes.

Inicio: el primer desafío es establecer una relación terapéutica de confianza y respeto que se constituya
en el canal por el que circulen las intervenciones dirigidas al cambio. En esta fase se establecen los
objetivos que son esenciales para dirigir el proceso. Se acuerda el tiempo esperable y los medios para
alcanzar los logros.

Transcurso: durante el proceso de la terapia, la tarea de afianzamiento de la AT consiste en sostener el


vínculo y los acuerdos iníciales a través del tiempo. Se puede producir el replanteo de objetivos por la
aparición de nuevas demandad, cambios o crisis en el paciente.

Final: el trabajo en esta etapa se centra en el acuerdo sobre la finalización y el proceso de separación,
sobre todo en tratamientos prolongados.

Rupturas e impasses en la alianza.

Se refieren a momentos de estancamiento en la relación terapéutica, que son inevitables ya que el


paciente protege sus modos habituales de funcionamiento de la influencia externa y lo expresara del
mismo modo en que lo hace habitualmente fuera del espacio terapéutico.

Pueden tener como base desacuerdos con las tareas y los objetivos o problemas en la dimensión del
vínculo, y expresarse de manera directa o indirecta.

Frente a los impasses y rupturas, se debe reflexionar en torno a posibles intervenciones destinadas a
negociar la alianza y manejar las tensiones.

¿QUE HAY DE NUEVO EN PSICOTERAPIA? CONFERENCIA HECTOR FERNANDEZ ALVAREZ.

La psicoterapia en la actualidad.
La psicoterapia ha venido expandiéndose, esto es por razones de tipo sociales, que producen un aumento de
la cantidad de personas que sufren problemas psicológicos y necesiten psicoterapia.

También han aumentado la diversidad de aplicaciones, hoy en día cualquier problema humano donde se
necesite aumentar la calidad de vida es capaz de recibir una indicación de psicoterapia.

La causa principal de la expansión de la psicoterapia es que tiene una buena relación costo-beneficio.

El momento actual de la psicoterapia está caracterizado por el desarrollo del soporte empírico y la
investigación.

La psicoterapia es la aplicación fundamentada e intencional de métodos clínicos y posturas interpersonales,


de acuerdo a principios psicológicos establecidos con el propósito de asistir a personas para modificar sus
conductas, sus cogniciones, sus emociones y/o otras características personales en la dirección que los
participantes lo crean deseable.

Nuevas innovaciones en psicoterapia:

1. Nuevas bases científicas: en los últimos cinco años tenemos pruebas más y más firmes de que la
psicoterapia, gracias a la capacidad del SN de ser sumamente plástico, modifica la estructura del
funcionamiento neurobiológico.

2. Renovación de la psicopatología o de los sistemas de diagnóstico: se dedica a tratar problemas,


conflictos, síntomas, que estén vinculados a situaciones de la vida que la persona necesita cambiar.

3. Énfasis en las tareas de intercesión: se busca que el paciente sea menos “paciente” y más activo.
Por eso se incluyen tareas, materiales de lectura. La tarea debe ser bien clara, concreta y ajustada al
momento de cambio en que se encuentre el paciente, relevante a los objetivos de la terapia y que el
terapeuta revise en la sesión siguiente la tarea asignada.

4. La escritura como medio terapéutico: se ha demostrado que la escritura posee un factor curativo.
Facilita la regulación emocional, la dirección de la atención y la reestructuración cognitiva. Es una
manera muy profunda de recrear la propia realidad.

5. Evaluación de procesos y resultados: las psicoterapias que funcionan son más eficaces cuando son
directivas. Se pueden realizar evaluaciones parciales a lo largo del tratamiento, ir monitoreando los
cambios de la terapia.

LOS PSICOTERAPEUTAS, ¿NACEN O SE HACEN? Cap. 11

Una descripción sucinta de la psicoterapia diría que se trata de una tarea de ayuda mediante la cual un
profesional capacitado intenta alcanzar una mejoría en el sufrimiento que aqueja a otro ser humano. El núcleo
siempre se centra en procesos de cambio y estabilidad en las personas.

Selección:

Los criterios de admisión a los programas de posgrado para cumplir con los requisitos educacionales son muy
diversos y varían. Los criterios se especifican en términos de grupos de elementos “objetivos y no objetivos”.
Los elementos objetivos pueden incluir un certificado de grado pertinente con un puntaje promedio solido en
los estudios de grado y un puntaje mínimo en pruebas estandarizadas tales como examen de certificación de
grado.

Los elementos no objetivos pueden incluir cartas de recomendación, curriculum vitae que incluya la
experiencia de trabajo pertinente, experiencia clínica y/o en investigación, una entrevista personal.

Se podrían elegir, por ejemplo, tres atributos importantes de los psicoterapeutas: capacidad empática,
flexibilidad y latitud de la aceptación. Los comités de selección, a su vez, podrían buscar sistemáticamente
señales e inclusive pruebas de dichos atributos en los trabajos y las entrevistas de los candidatos.

Guy destaco las siguientes características como motivadores funcionales que llevan a convertirse en un buen
psicoterapeuta: es curioso e interesado en adentrarse en la conducta humana, capaz de escuchar, se siente
cómodo en la conversación, es empático y comprensivo, tiene una mentalidad orientada hacia lo psicológico,
es emocionalmente perceptivo y capaz de sentirse cómodo ante una amplia gama de emociones, inclinado a
la introspección, es capaz de renunciar a la gratificación personal y puede practicar la auto abnegación,
tolerante antes la ambigüedad, capaz de expresar calidez y preocupación, tolerante en la intimidad, el
contacto y la cercanía, maneja el poder con comodidad, y puede reír.

Las características disfuncionales que pueden llevar a alguien a seguir una carrera en psicoterapia son:
malestar emocional y deseos de resolver problemas personales o trabajar con traumas emocionales través del
entrenamiento, un enfrentamiento vicario, soledad profundamente enraizada y aislamiento social, ansias de
poder, necesidad de amor y rebeldía vicaria.

Para la selección de postulantes al entrenamiento terapéutico consiste en reconocer las descripciones de


terapeutas competentes y la disposición hacia la ayuda, bienestar psicológico, capacidad de empatía, facilidad
de motivación y diversidad de experiencias.

Formación: Beutler y Kendall se ocuparon de defender la formación en terapia psicológica. Pusieron el


acento en la eficacia de la formación de grado, la supervisión y el entrenamiento multicultural/centrado en la
diversidad.

Quizá las dos características que se espera hallar en el psicoterapeuta sobre las cuales existe mayor acuerdo
son: el buen manejo en la entrevista y las leyes que regulan la actividad.

Probablemente la más fundamental de todas las habilidades de un terapeuta es su capacidad de conducir una
entrevista. La comunicación, verbal y no verbal y la capacidad de usar y prestar atención al contenido, al
proceso y la praxis de la comunicación interpersonal.

La noción actual de competencias multiculturales incluye edad, etnia, género, orientación sexual, discapacidad
física, estatus socioeconómico, religión, idioma y origen nacional. Los terapeutas con competencia
multicultural se proponen tomar conciencia de sus propios supuestos sobre la conducta humana, valores,
creencias, inclinaciones, prejuicios, limitaciones personales, herencia cultural, clase, orientación sexual y de
qué manera estas dimensiones pueden afectar a su trabajo profesional.

-El componente básico de la práctica se centraría en la integración del conocimiento teórico y práctico, el
aprendizaje de los procedimientos relacionados con el conocimientos psicológico, empezar a practicar bajo
supervisión, adquirir la capacidad de reflexionar y discutir sobre las actividades propias y las de otras
personas y comenzar a trabajar en un medio en el cual haya colegas profesionales.

El papel de la supervisión en la formación.


La supervisión es el método más ampliamente reconocido en la formación en psicoterapia. La supervisión
estricta forma parte de las recomendaciones incluidas en el contexto del desarrollo de nuevas habilidades
entre profesionales registrados y en la corrección de falencias entre profesionales de pobre desempeño.

Se propone desempeñar una cantidad de funciones en el proceso facilitador del desarrollo del psicoterapeuta.
En un nivel mínimo la supervisión cumple funciones de educación, entrenamiento, experiencia, heurísticas,
evaluadoras, protectoras y reflexivas.

Los supervisores se ocuparían de explorar aquellas características de los supervisados que facilitan tales
lazos, así como aquellas que pueden obstaculizarlos. El supervisor podría ayudar al supervisado a identificar y
enfrentar de manera adecuada las rupturas en las alianzas.

Tratamientos estandarizados

Quizás uno de los desarrollos más interesantes, poderosos y, a la vez, controvertidos que han surgido de la
investigación en psicoterapia y su empleo de pruebas clínicas al azar propias del modelo medico es el hecho
de poner el acento en los tratamientos estandarizados. Tratamiento con apoyo empírico (EST). Este desarrollo
ha fomentado programas de entrenamiento y ahora se les exige a los terapeutas que documenten la
formación en EST incluida en su curriculum como parte del proceso de acreditación.

Binder considera que el entrenamiento guiado por manuales resulta particularmente efectivo para enseñar
formulaciones de casos y la implementación de procedimientos técnicos, a pesar de que no se ha encontrado
que los manuales resulten tan eficientes para enseñar habilidades conectadas con el establecimiento de
relaciones, en especial cuando se trata de manejar un proceso terapéutico negativo.

Existe un consenso importante entre los investigadores en psicoterapia en el sentido de que la efectividad de
los psicoterapeutas, a diferencia de la efectividad de la psicoterapia, es uno de los componentes menos
estudiados en los resultados de los tratamientos.

Bajo el encantamiento de este mito, se considera que todos los terapeutas experimentados son igualmente
efectivos. El estudio de la efectividad de los psicoterapeutas es un asunto profesional extremadamente
delicado que podría significar una amenaza para el medio de vida de cualquier profesional (reputación) o para
su persona (autoestima) si llegara a encontrarse en la orilla equivocada en la evaluación de resultados.

Competencia, efectividad y éxito.

Fernández-Álvarez (2001) propuso el concepto de habilidades terapéuticas adquiridas compuestas por dos
fuentes importantes. Dichas fuentes son: la practica espontanea o experiencia y la formación guiada o
experiencia sistemática. Para que un terapeuta se convierta en alguien cada vez más competente, efectivo y
exitoso, deberíamos dirigir la mirada más allá del paso del tiempo hacia otras variables como la cantidad y
diversidad de experiencia, contexto de práctica, actividades de educación permanente, reflexión sobre la
práctica y puntos similares.

La persona del terapeuta

Los métodos buenos pueden ayudar al terapeuta a encontrar un camino hacia el dilema del paciente, pero la
buena terapia no empieza hasta que el terapeuta de carne y hueso se une con la vida real del paciente.
La práctica psicoterapéutica puede ser agotadora y exigente, plagada de incertidumbres e inconsistencias y
mu capaz de afectar nuestra salud mental con una depresión y ansiedad moderada, cansancio emocional y
alteración de nuestras relaciones interpersonales. Al mismo tiempo, la tarea del psicoterapeuta puede generar
alivio, gozo, sentido, crecimiento, vitalidad y compromiso. Los psicoterapeutas reconocen que su trabajo los
puede vaciar emocionalmente, producir ansiedad y depresión, pero también afirman que aumenta su
capacidad de gozar la vida y los convierte en mejores personas, más sabias y alertas.

La naturaleza toxica de la tarea psicoterapéutica plantea la necesidad de dar pasos relevantes para cuidarse.
Norcross recomienda las siguientes estrategias: reconocer los riesgos inherentes a la práctica
psicoterapéutica; concebir estrategias amplias, conciencia de sí y auto liberación, reestructuración cognitiva
ejercicios y diversión; supervisión clínica, amistades, terapia personal, entre otras.

ENFOQUES TRADICIONALES DE PSICOTERAPIA

Conceptos importantes:

Dogmatismo: verdad que no tiene cuestionamiento, sostenida sobre la fe. En la psicoterapia es pararse en
una determinada escuela, el peligro es excederse y que aparezca el fanatismo.

Eclecticismo: mezclar cosas de diferentes marcos teóricos. Pero sin coherencia interna.

Integración: se trata de unir conceptos, técnicas, conocimientos con cierta coherencia interna. Se elige que
utilizar y se sabe cuándo, cómo y porqué.

Es importante establecer con claridad que puede integrarse entre diferentes enfoques y cómo hacerlo.

Hay una enorme cantidad y diversidad de enfoques terapéuticos desarrollados a lo largo de este siglo. Un
análisis cuidadoso de las diferentes propuestas permite agruparlas, a pesar de su dispersión aparentemente
muy amplia, en una clasificación biaxial.

Uno de esos ejes (horizontal) se relaciona con el tipo de proceso considerado al explicar la génesis y el sostén
de los procesos patológicos. El otro eje (vertical) se vincula con el peso relativo atribuido al individuo y al
contexto en la formación de dichas perturbaciones.

Clasificación de la psicoterapia de acuerdo con el tipo de proceso considerado dominante en la


generación de patologías.

- Enfoques psicodinámicos.

- Enfoques conductistas.

Los enfoques psicodinámicos originados en el psicoanálisis explican la manera como se producen los
trastornos psicológicos, apelando a una hipótesis motivacional, y construyen una psicopatología basada en la
naturaleza del conflicto intra psíquico.
Freud estableció que los fenómenos patológicos tienen lugar como resultado de una pugna entre fuerzas
internas, en cuya base se encuentra el antagonismo de los instintos de vida y de muerte.

La actividad psíquica, resultado de tres series complementarias de factores, traduce el intento de cada
individuo por enfrentar la peculiar realidad que le toca vivir.

Las perturbaciones psicológicas suelen manifestarse por síntomas que constituyen las formas manifiestas,
cuya raíz se encuentra en la actividad Icc del individuo.

El trabajo terapéutico no debe ir pues dirigido a la desaparición de los síntomas sino a la elaboración de los
conflictos que los sustentan.

El tratamiento debe ahondar en los recintos históricos donde se alojan las razones que dieron lugar al
surgimiento de la patología. Dado que el origen de las perturbaciones se encuentra en los momentos
tempranos de la vida, el tratamiento deberá ser necesariamente prolongado.

Los enfoques conductistas han enfatizado el papel del proceso de aprendizaje en la generación de los
trastornos. La conducta patológica tiene lugar siguiendo los mismos principios que la conducta normal, de
acuerdo al funcionamiento de procesos de condicionamiento, a través de los cuales se implantan
determinadas formas de respuesta frente a la aparición de determinados estímulos. Lo que sostiene una
conducta patológica es la existencia de determinados refuerzos que operan en la situación presente y cuya
reaparición constante da cuenta de la repetición de los comportamientos patológicos.

Se vuelven muy importantes las condiciones exteriores que afectan la actividad del individuo y el modo como
estas operan condicionando su comportamiento. Los síntomas son aquí sinónimo del trastorno y su
eliminación equivale a la desaparición de la enfermedad.

Los procedimientos no necesitan ahondar en la historia personal y las estrategias terapéuticas son breves.

Enfoque psicodinámico Enfoque conductista

Las terapias psicodinámicas apoyan principalmente en el uso de la técnica de asociación libre.

El encuadre terapéutico está dado por un espacio de reunión, donde se procura que exista la mayor
neutralidad en todos los sentidos: ambiente, estilo de la relación, pero sobretodo neutralidad de parte del
terapeuta (regla de abstinencia).

Las intervenciones terapéuticas tienen como finalidad principal ayudar al paciente a descubrir la naturaleza de
sus conflictos Icc. Y para ello se guía por el análisis del funcionamiento de dos fenómenos fundamentales: la
transferencia y la resistencia. Los recursos al que apela el terapeuta para lograr sus fines pueden ser varios
(preguntas, señalamientos, etc.), pero el más importante y decisivo es la interpretación.

Las terapias conductistas se apoyan en el uso de una cantidad más diversificada de técnicas. El paciente
debe concentrarse y colaborar en la descripción de su padecimiento y de las circunstancias en que este se
manifiesta, tratando de evitar la dispersión y los comentarios irrelevantes. Dicha colaboración se espera que
tenga lugar en todo momento ya que el tratamiento contempla el trabajo no solo dentro de la sesión sino entre
sesiones, para lo cual, habitualmente, las técnicas utilizadas imparten una serie de tareas que el paciente
debe cumplir fuera del horario de las sesiones terapéuticas.
La relación entre el paciente y el terapeuta es concebida como una relación real que ocurre en un espacio
terapéutico. El terapeuta es concebido como un experto capaz de instruir al paciente en la realización de
tareas conducentes a la curación.

Importa ahora señalar desde que perspectiva es posible, basado en los conocimientos actuales, sostener la
integración de estos dos enfoques:

Existen numerosas evidencias de que los procesos de aprendizaje y motivación se encuentran


inextricablemente ligados en la generación de todos los comportamientos. El énfasis en cualquier de ellos no
justifica eliminar la importancia del otro.

Resulta evidente que la producción de un comportamiento específico (angustia, depresión, insomnio, etc.),
que resulta perturbador para una persona, debe ser necesariamente la consecuencia tanto de una disposición
motivante como de una forma de aprendizaje determinado.

La observación clínica muestra que es posible explicar cualquier trastorno como el resultado de una serie de
disposiciones, así como de la acción de condiciones reforzadoras que perpetuán la conducta.

Es cierto que existen síntomas cuya desaparición impide descubrir las circunstancias que lo han generado y
que mientras estas no se modifiquen no se lograran los cambios terapéuticos buscados.

Pero también es cierto que existen síntomas cuyo sostén constituyen un factor agregado de sufrimiento, que
se impone como la fuente principal del padecimiento personal.

Existen tantas modalidades terapéuticas como objetivos trazados por los pacientes. De acuerdo con sus
expectativas vitales, sus momentos y circunstancias personales, etc., los pacientes pueden demorar más o
menos la modificación de ciertos comportamientos.

Clasificación de las psicoterapias de acuerdo con el grado de participación relativa del individuo y el
contexto en la generación de las patologías.

- Enfoques humanísticos existenciales

- Enfoques interaccionales

Este segundo eje considera como las psicoterapias se han alineado en relación con la forma de tratar el modo
como participa el individuo y el contexto en la generación de los trastornos y por lo tanto en el tipo de
intervenciones sugeridas con el fin de lograr una mejoría en el estado del paciente.

Los enfoques humanísticos existenciales se apoyaron en una descripción de los trastornos basada en un
análisis existencial donde la experiencia del sujeto que padece muestra la presencia de una condición
enajenante en el despliegue vital que le impide su realización personal.

El trabajo terapéutico apunta, por sobre todas las cosas, a generar las condiciones necesarias para que el
individuo que padece pueda reflexionar sobre su condición y avance por un camino de realización espiritual
que le permita abandonar la enajenación en la que ha caído. Se centra, en el posible encuentro entre el
terapeuta y el paciente como medio de garantizar una nueva experiencia, capaz de permitirle al paciente un
encuentro real consigo mismo.

Los enfoques interacciónales, consideran que los trastornos son el resultado de una serie de mecanismos
activados en las redes de interacción, que ligan a un grupo de personas en el seno de un sistema particular.
Que una persona manifieste síntomas de un trastorno psicológico es entendido como la manera como se
traducen los intensos de un grupo por resolver las tensiones o los desequilibrios operantes en el sistema, los
que se depositan en uno de sus miembros, que se constituye, por lo tanto, en portador de los síntomas.

La terapia estará entonces dirigida a operar sobre el sistema en su totalidad. La expectativa es que la
modificación de las reglas de interacción de dicho sistema permitirá resolver el problema y para ello se
utilizaran numerosas técnicas específicas.

Otras clasificaciones

a) Clasificación basada en la incidencia de los factores internos y medioambientales.

En este caso podríamos situar en un extremo tanto al enfoque psicodinamista como al humanístico
existencial, modalidades ambas que han focalizado la tarea centrándose en lo que ocurre en el interior de
la persona, mientras que por el contrario el enfoque conductista y el interaccional atendieron,
especialmente, a la influencia del entorno.

b) Clasificación basada en la incidencia relativa de los diferentes momentos históricos.

Desde un polo que enfatiza el pasado (enfoque psicodinámico) y que, pasando por la acentuación en el
presente (enfoque conductista), se extiende hasta otro polo con énfasis en el devenir (enfoque
humanístico existencial).

c) Clasificación basada en la importancia relativa de la relación terapéutica y de las técnicas utilizadas.

Los enfoques psicodinámicos y humanísticos existenciales enfatizaron la importancia de la relación terapeuta-


paciente y las vicisitudes por las que atraviesa dicho vinculo, mientras que los enfoques conductistas e
interacciónales se apoyaron en el valor intrínseco de las técnicas utilizadas.

PROBLEMAS Y SOLUCIONES. Cap. 1 .

Convenir que la terapia es al mismo tiempo difícil y desafiante no significa admitir que sea necesariamente
una lucha entre terapeuta y paciente. En realidad implica aumentar las dificultades, crear problemas en vez de
solucionarlos.

Las parejas y familias en realidad no quieren cambiar: más bien prefieren atenerse a su statu quo y de tal
modo frustrar al terapeuta. En consecuencia, los problemas de la terapia, ya sea la renuncia de un miembro
de la familia a asistir a las sesiones, el cuestionamiento de la competencia del terapeuta o el incumplimiento
de una tarea convenida, se consideran manifestaciones de la resistencia de la pareja o la familia. Para el
terapeuta la solución es desarrollar estrategias cada vez más complejas con las cuales vencer a estos
pacientes “resistentes”. Una de estas estrategias consiste en volver en contra de los pacientes su “resistencia
al cambio”, induciéndoles con engaño a renunciar a sus síntomas o problemas. El fracaso de la terapia se
atribuye a la falta de motivación o a una fuerte resistencia.

El termino atascamiento destaca que tanto la familia (o la pareja) como el terapeuta se encuentran atascados;
el problema reside en el sistema terapéutico, es decir, en la familia mas el terapeuta, y no en la familia
solamente o en el terapeuta solamente.

Nuestra primera responsabilidad es determinar dónde y como nosotros y la familia estamos atascados.
Nuestra segunda responsabilidad es evitar el tipo de contienda que solo sirve para endurecer las posiciones, e
intentar en cambio, que los miembros de la familia realicen un nuevo esfuerzo para hallar una solución o, en
su defecto, interrumpir la terapia.

En la terapia de parejas y familias, lograr que acepte la demanda del terapeuta de que participen en el
tratamiento otros miembros de la familia, además del paciente, constituye un problema especial.

Los términos atascamiento y resistencia implican que el problema es la irracional conducta del paciente.

Skynner señala que no solo las familias pueden ser resistentes sino también los terapeutas.

Destaca también correctamente la importancia que revisten el co-terapeuta, el equipo supervisor, la


institución, el circulo de colegas, en muchos casos también es esencial como lo indica Selvini Palazzoli
evaluar la importancia de quien envía al paciente y de la institución a la que pertenece. A menudo el
organismo que ofrece terapia y el que envía al paciente no trabajan con el mismo plan, de modo que la terapia
fracasa.

La resistencia puede definirse como el conjunto de las conductas que interactúan en el sistema terapéutico,
para impedirle lograr los objetivos de la familia en tratamiento. El sistema terapéutico comprende a los
miembros de la familia, el terapeuta y el contexto en que se desarrollo la terapia, es decir, el organismo o
institución en que se lleva a cabo. Es muy probable que la resistencia tenga éxito, es decir, que produzca la
terminación o el fracaso de la terapia, cuando los tres componentes del sistema terapéutico presentan
resistencias que interactúan sinérgicamente.

Sin embargo, nos preocupa el hecho de rotular con el termino resistencia todos los impedimentos ya que
podría incrementar en vez de disminuir la dificultad para adaptarnos a ellos.

Hemos preferido el uso del término atascamiento, para designar el proceso en el cual se han “enredado”
familia y terapeuta. Nuestro enfoque surge, de manera más directa, de la teoría de los sistemas. El terapeuta
y paciente son parte de un campo más amplio en el cual el terapeuta, la familia y muchos elemento actúan y
reaccionan entre sí de manera impredecible, porque cada acción y reacción cambia de continuo la índole del
campo en el que residen los elementos de este nuevo sistema terapéutico.

Es más exacto describir la resistencia como el lugar donde el terapeuta y el paciente o familia se cruzan. La
resistencia es meramente un artificio de ese tiempo y lugar. Es también en ese tiempo y lugar donde ocurre el
cambio: no es solo el paciente o la familia quien cambia, sino también su relación con el terapeuta y, en
realidad, el propio terapeuta.

Los problemas que surgen no son producto de la resistencia.

¿Por qué parejas y familias resisten al cambio?

Dos primeras preguntas que deben considerarse cuando se reúne información sobre la familia:

● ¿Qué función cumple el síntoma en la estabilización de la familia?

● ¿Qué hace la familia para estabilizar el síntoma?

El peligro es cuando se percibe al sistema familiar como un objeto que se debe cambiar, todos los métodos se
consideran adecuados para lograrlo. Los miembros de la familia dejan de ser personas por derecho propio y
se convierten en parte de un sistema y cualquier angustia o malestar causados por los esfuerzos del terapeuta
para cambiar el sistema pueden pasarse por alto.
Familias y cambios: un enfoque alternativo.

Muchas personas acuden en busca de ayuda durante una crisis. Esta puede haber sido provocada por algo
que le ocurrió a un miembro de la familia, como la muerte o enfermedad repentina, o por un hecho externo
como el desempleo. En una crisis, el cambio ya ha ocurrido: lo que los miembros de la familia necesitan es
que se les ayude a adaptarse a ese cambio, cuyas consecuencias comienzan a hacerse evidentes. La tarea
del terapeuta es trabajar con las personas, parejas y familias con el fin de ayudarlas a adaptarse y sacar
provecho de la oportunidad.

Cuando las familias acuden a la terapia para que se las ayude a afrontar las consecuencias o perspectivas de
un cambio evolutivo, es el cambio y no la estabilidad lo que debería ocupar ante todo la mente del terapeuta.
No tiene sentido que este ataque la supuesta resistencia al cambio de la familia, cuando ya están atrapados
en el proceso de cambio.

La tarea del terapeuta es ayudar en la adaptación a este cambio. Si el terapeuta encuentra resistencia, le
sugerimos que vea en ella un “atascamiento”, no un problema de la familia, sino más bien de la relación
terapéutica.

Como advierte Shazer, “lo que el terapeuta se plantea no es si el cambio se va a producir sino mas bien
cuando, donde, qué clase de cambio se va a dar”. Dentro de este planteamiento la preocupación por la
resistencia solo serviría de estorbo al terapeuta, porque implicaría que el cambio no es inevitable.

Palazzoli destaco que cuando hay una lucha por el poder, es la parte perdedora la que recurre al asesor.
Quien busca ayuda externa para restablecer su posición y es el cliente más probable para el cambio.

La mayoría de los perdedoras son mujeres y la mayoría de los ganadores son hombres, en general son
mujeres deprimidas, golpeadas y abandonadas las que quieren el cambio.

Poner demasiado énfasis en un matrimonio o familia como un sistema tiende a hacer olvidar las significativas
diferencias que existe entre las personas como individuos.

El dilema del cambio.

El terapeuta debe evaluar con la familia las ventajas y desventajas.

Lo que debe presumirse no es que las familias necesitan problemas para sobrevivir, sino que esos problemas
son en realidad tan angustiantes como los afirman sus miembros. Las personas que temen a la perspectiva o
las consecuencias del cambio lo hacen por razones comprensibles pero no atendibles. El terapeuta debe dar
por sentado que el cambio ya se ha producido o se producirá. Su tarea consiste en ayudar a los miembros de
la familia a comprender las repercusiones del cambio y a evaluar sus ventajas y desventajas. Para interpretar
el “atascamiento”, debe volver a evaluar sus opiniones y las de la pareja o familia sobre las ventajas y
desventajas del cambio y en particular, preguntarse qué pasaría si lograra el objetivo de la terapia.

Problemas y Soluciones.

Cuando evaluamos problemas en la terapia de parejas y de familias tenemos que establecer quienes están
involucrados y de qué modo, a fin de identificar a los participantes en el sistema del problema y aclarar cómo
interactúan para mantener la conducta problemática.
Para entender los problemas que se plantean en la terapia familiar y de parejas deberemos evaluar el
contexto más amplio en el cual se desarrolla la terapia, e identificar con exactitud tanto el sistema del
problema como los clientes para el cambio.

Con el fin de aclarar que nuestro propósito es una relación de cooperación y no una relación antagónica con
los pacientes, preferimos formalizar esa relación por medio de un contrato en el que las partes convienen en
reunirse, analizar problemas preestablecidos y buscar soluciones.

La ventaja del contrato es, en primer lugar, que pone de relieve la índole coorporativa del trabajo y la
participación del paciente, desestimando la suposición de que el experto sabe lo que le conviene y aportara
una solución. En segundo lugar, ayuda al terapeuta a atenerse a los problemas y objetivos convenidos. Si la
terapia no avanza, el terapeuta puede recurrir al contrato para comprobar que parte de el no se esta
cumpliendo. En algunos casos el contrato deberá renegociarse porque han surgido problemas mas urgentes o
deben cambiarse los objetivos. Lo importante es que exista un acuerdo explicito entre terapeuta y pacientes.

Intervenciones Terapéuticas

Nuestro trabajo con una pareja o familia comienza en un nivel muy simple: el de facilitar la comunicación entre
los parcipantes, de modo que cada uno pueda oir y ser oído; se dan entonces las condiciones para renegociar
conductas, roles y relaciones, normas y creencias. Las intervenciones pueden realizarse en diferentes niveles:

Nivel 1. Interpersonal: cómo piensan, sienten y actúan las personas.

Nivel 2. Conducta interpersonal: las pautas o secuencias de conductas entre los miembros de un sistema.

Nivel 3. Relaciones interpersonales: el modelo de intimidad y distanciamiento, dominación.

Nivel 4. Creencias, valores compartidos por los miembros del sistema que determinan un modo de vivir.

MODELOS HUMANISTICOS-EXISTENCIALES

Agrupa una serie de enfoques terapéuticos de evolución diferenciada. Entre sus características principales
cuenta esta fragmentación además de una acentuada orientación tecnológica. Se trata de un movimiento que
se aglutina como reacción al reduccionismo académico, y en defensa de los valores integrales del hombre.

El desarrollo de los modelos humanísticos-existenciales en el contexto norteamericano de los años sesenta es


fruto de múltiples influencias. En la actualidad, y con el signo histórico de los tiempos, debe considerarse
como un conjunto de procedimientos terapéuticos, en su mayor parte desligados de las principales corrientes
académicas.

Los antecedentes principales de estos modelos son el existencialismo y la fenomenología. La reducción


fenomenológica se traduce en una exigencia de imparcialidad en el observador y en el intento de prestar una
atención especial a su propio estado de conciencia.

En nuestro país, M. Villegas define a la psicoterapia existencial como un “método de relación interpersonal y
de análisis psicológico cuya finalidad es provocar un conocimiento de sí mismo y una autonomía suficientes
para asumir y desarrollar libremente la propia existencia”.

-Logoterapia.
V. Frankl. Tras sufrir la persecución Nazi. La tarea del terapeuta es ayudar al paciente a encontrar significado
a su vida, porque “la vida es potencialmente significativa hasta el último momento, hasta el último suspiro,
gracias al hecho de que se pueden extraer significados hasta del sufrimiento”.

Para lograr su objetivo, el logoterapeuta se vale de un conjunto amplio de técnicas, como los diálogos
socráticos, en los que se cuestionan por medio de preguntas las interpretaciones del paciente; la desreflexión,
por medio de la cual se entrena al paciente a redirigir su atención de modo que no presta una atención
inadecuada al síntoma; y la intención paradójica, en la que por vía del humor, principalmente, se anima al
paciente a intensificar su síntoma de modo que se crea un nuevo contexto para su aparición.

-La formación del movimiento humanista.

El antecedente más claro de la psicología humanista es la escuela de la Gestalt, principalmente a través de


Kurt Goldstein. Expresa su concepción del organismo humano como totalidad y de su tendencia a la
autorrealización. De esta influencia surge en la psicología humanística la noción del ser humano como ser
dotado de un potencial humano inherente que debe ser realizado o actualizado, descubierto más que
inventado o creado.

-La psicoterapia centrada en el cliente, de Carl Rogers.

El método inicial de Rogers se basaba en la no-directividad, y en la confianza de que el cliente sabría


desarrollar su propio camino. Precisamente, la transmisión de esta profunda confianza constituye uno de los
ingredientes clave de la terapia centrada en el cliente.

Desarrollo a lo largo de su obra su teoría de la personalidad basada en el concepto de self y en su


diferenciación progresiva del mundo. Una de sus aportaciones ms significativas para la psicoterapia es la
determinación de las condiciones necesarias y suficientes para el cambio terapéutico.

-La psicoterapia gestáltica de Fritz Perls.

La noción de totalidad, de la Gestalten que tienden a completarse, y la dinámica figura/fondo, pueden contarse
entre las nociones derivadas de la escuela de la Gestalt.

Perls da mucha importancia al juego de roles.

-El análisis transaccional de Berne.

Berne era un neuropsiquiatra en proceso psicoanalítico. Le impacto el descubrimiento de que cualquier hecho
observable que se registra en el cerebro se asocia a un sentimiento, y al evocarse con posterioridad, ambos
aparecen juntos. A partir de entonces Berne elabora un modelo de los estados del Yo que conducen a una
serie de transacciones y juegos.

-El psicodrama de Moreno.

Introdujo el concepto de encuentro en el ámbito terapéutico en EEUU. Desarrollo el énfasis en la vivencia del
presente (el aquí y ahora), y creo técnicas tales como la “silla vacía” y “el juego de roles”, que fueron
recogidas por la terapia gestáltica.
Moreno fue el iniciador de la terapia de grupos y el creador de la sociometría.

-Las terapias corporales y energéticas.

De la influencia de Reich, surgieron en los años sesenta y setenta una serie de enfoques terapéuticos
caracterizados por centrar su intervención en los aspectos corporales, limitando el dialogo verbal a aspectos
relacionados con los ejercicios corporales propuestos, y cuya conceptualización vincula los conflictos con
bloqueos energéticos localizados en el cuerpo.

-El enfoque gestáltico.

Este enfoque terapéutico concibe al individuo en su totalidad. Se da por supuesto que el sujeto tiene una
tendencia natural a complementar su existencia. Una persona insatisfecha continua elaborando asuntos
inconclusos del pasado en su actividad presente, impidiendo que nuevas figuras emerjan aquí y ahora.

Los tres principios de la terapia Gestalt son:

● Valoración de la actualidad: lo temporal, lo espacial, y lo material. El aquí y ahora es la condición


situacional de la terapia. Significa maduración y crecimiento.

● Valoración de la cc y aceptación de la experiencia, trascendiendo los discursos intelectuales y las


interpretaciones.

● Valoración de la responsabilidad o integridad. Cada uno es responsable de su conducta, bien sea esta
el deprimirse, enloquecer o incluso suicidarse.

Una de las finalidades de este enfoque es proporcionar al darse cuenta de las emociones y del sentir del
momento el continuo experienciar el “aquí y ahora”.

-La bioenergética

Uno de los supuestos fundamentales de este enfoque es la existencia de una (bio) energía vital, no a un nivel
metafísico, uno firmemente ligada a los procesos vitales, como la respiración, la postura, la rigidez muscular.
No tenemos un cuerpo sino que somos un cuerpo.

Conceptos Básicos.

Consenso formal de los conceptos básicos de los modelos humanísticos-existenciales. Cuatro aspectos
claves:

1. Autonomía e independencia social: autonomía significa aquí capacidad para dirigir el desarrollo propio,
tomando decisiones y aceptando responsabilidades. Son principios complementarios, de modo que
solo un individuo que es autónomo puede ser responsable frente a la comunidad.

2. Autorrealización: se concibe como una tendencia inherente al organismo que lo impulsa hacia el
crecimiento y la diferenciación.
3. Búsqueda de sentido: el énfasis aquí recae en el carácter intencional de la acción humana. Se
sostiene que el hombre no solo se mueve por motivaciones materiales, sino también por principios
como la libertad, la justicia y la dignidad.

4. Concepción global del ser humano: el ser humano se considera como una Gestalt, un conjunto integral
en el que sentimiento, pensamiento y acción forman un todo orgánico.

Desde el punto de vista psicoterapéutico, quizás el rasgo único más relevante de los modelos
fenomenológico-existenciales es el énfasis otorgado a la vivencia inmediata como fenómeno primario.
También resulta característico de estos modelos el énfasis en los aspectos volitivos, creativos y
valorativos de la conducta humana.

Método terapéutico.

Actitudes suficientes y necesarias para el cambio terapéutico:

● Consideración positiva incondicional, supone una actitud total de respeto y aceptación de las vivencias
y sentimiento del cliente.

● Empatía. Se refiere a la actitud esforzada del terapeuta por apreciar y comunicar al cliente la
comprensión de los sentimientos y significados que expresa.

● Congruencia. Esto en la actitud del terapeuta proviene del reconocimiento de que la empatía, para ser
efectiva, debe ser genuina y real. Debe existir congruencia entre lo que el terapeuta dice, hace y
siente.

Recursos técnicos.

El uso del espacio y los elementos materiales. Desarrollar la práctica terapéutica grupal e individual en un
espacio con pocos objetos decorativos con la finalidad de conseguir una focalización de la atención en lo que
está ocurriendo en ese momento.

Algunos elementos materiales como almohadones, silla, pinturas, arcillas, espejos, música y cualquier otro
objeto.

El uso del tiempo. Centramiento en el aquí y ahora. Facilitar la toma de conciencia de lo que pasa aquí y
ahora, en el presente. Lograr que la gente se comunique en tiempo presente. ¿De qué tiene conciencia en
este momento? ¿Qué está pasando ahora?

Utilización de la fantasía. Dentro de los esquemas del “ensueño dirigido”, bien como fantasías “actuadas” en
psicodrama, para captar decisiones habitualmente no accesibles a la CC.

El empleo de la dramatización y la expresión corporal. Dramatización de los conflictos inter o intra


personales.

Un aspecto común a la mayor parte de los modelos humanísticos existenciales es la oposición a la


clasificación diagnostica de los sujetos.

MODELOS SISTÈMICO

Ninguno de estos modelos centra sus objetivos terapéutico en la modificación de patrones de interacción
personal.
El aspecto distintivo más característico del concepto de sistema es su oposición al reduccionismo, o, lo que
viene a ser igual, el énfasis en las propiedades supersumativas (el todo es más que la suma de las partes)
que resultan de la interacción de los elementos de un sistema.

Desarrollo histórico

El desarrollo histórico de los modelos sistémicos en psicoterapia va unido al desarrollo de la terapia familiar.
(1939)

Las aportaciones más influyentes para la terapia familiar fueron las de Fromm-Reichman, con el concepto de
madre esquizofrénica, y Rosen con el concepto de madre perversa.

La publicación de la teoría de Bateson de Doble Vinculo, fruto del análisis comunicacional de las familias de
esquizofrénicos, supuso un hito fundamental en el nacimiento del modelo sistémico de terapia familiar.

La teoría del doble vínculo propone una visión de la comunicación esquizofrénica como un intento
desesperado para adaptarse a un sistema con estilos comunicativos incongruentes.

En 1962 Jackson crea el MRI, fue el primer centro que presento programas de formación en terapia familiar.

Mara Selvini-Palazzoli pone en marcha un centro de investigaciones en terapia familiar de amplias


repercusiones para el movimiento sistémico internacional.

Conceptos básicos.

El concepto básico de los modelos sistémicos es el concepto de sistema.

Un sistema es un conjunto de elementos dinámicamente estructurados, cuya totalidad genera unas


propiedades que, en parte, son independientes de aquellas que poseen sus elementos por separado.

Para entender el comportamiento de un sistema es necesario no solo tener en cuenta sus elementos y
propiedades, sino también las interacciones entre ellos y las propiedades que resultan de la totalidad.

En la teoría General de Sistema resulta común distinguir entre:

-suprasistema, que hace referencia al medio en el que este sistema se desenvuelve.

-subsistemas, que son los componentes del sistema.

-sistemas cerrados, cuyos componentes no intercambian información, materia con el medio externo. Ej. Una
reacción química.

-sistemas abiertos, aquellos cuyos elementos intercambian información, materia, energía con su medio
externo y muestra la capacidad de adaptarse al medio.

Los sistemas tienen la propiedad de autorregularse a través de mecanismos de feedback y feedforward.

El miembro de la familia que representa el síntoma o problema (paciente identificado) e considera como una
expresión de la disfunción sistémica. Por tanto, la resolución del problema se supedita al cambio de la
estructura familiar.

Los conceptos comunicaciones.

Principios teóricos básicos:


Es imposible no comunicar, toda conducta es comunicación.

En toda comunicación cabe distinguir entre aspectos de contenido (nivel digital) y aspectos
relacionales (nivel analógico).

La incongruencia entre los dos niveles de la comunicación da lugar a mensajes paradójicos.

La definición de una interacción está condicionada por las puntuaciones que introduce el participante.

Junto a estos cuatro principios básicos de la comunicación humana, otra distinción importante desde el punto
de vista clínico es la realizada entre las dos formas básicas de relación interpersonal diádica: las relaciones
simétricas (igualdad en la conducta recíproca y diferencias mínimas) y las relaciones complementarias (en la
que se da un máximo de diferencia en la conducta reciproca).

Método terapéutico

Dentro de modelo sistémico los síntomas se consideran expresiones disfuncionales del sistema familiar, de
forma que se denomina paciente identificado al miembro de la familia que presenta el síntoma o problema. La
solución del problema se encuentra supedita al cambio de los patrones disfuncionales de interacción familiar.

Recursos técnicos.

La reformulación puede adquirir muchas formas concretas pero todas ellas tienen en común el que se trata
de cambiar el marco conceptual o emocional en el cual se produce una situación. Se intenta introducir un
nuevo concepto en el que los hechos puedan explicarse de un modo alternativo.

El uso de la resistencia apunta hacia el problema de conocer el posible valor funcional del síntoma en el
contexto de la vida del paciente.

La prescripción de tareas puede utilizarse para intentar que los miembros de la familia se comporten de un
modo diferente, intensificar la relación entre el terapeuta y la familia y obtener información.

Las indicaciones del terapeuta pueden dividirse en dos tipos: aquellas que indican a los clientes lo que deben
hacer con la expectativa de que lo cumplan y aquellas que indican a los clientes lo que deben hacer con el
propósito de que no lo cumplan.

El uso de analogías el terapeuta elije hablar de un problema que tiene una similitud metafórica con el
problema presentado por los clientes, pero que en su secuenciación es idéntico al problema que atraviesan
los clientes.

Cuestionamiento circular, la información es una diferencia que produce una diferencia. El terapeuta adopta
una forma de preguntar en la que selecciona ciertos fenómenos, los pone en relación uno con otros, los
compara y los distingue.

Formación del terapeuta

La formación en terapia familiar se plantea en base al estudio de las teorías y de la práctica supervisada que,
en este caso, se beneficia del apoyo audiovisual y/o del espejo unidireccional.

EL MODELO SISTEMICO DE LA TERAPIA. V, KELMANOWICZ.

Conceptos centrales de los modelos sistémicos.


La diferencia sustancial de la terapia sistémica es su priorización del contexto y de lo interpersonal a la hora
de tratar de comprender el fenómeno humano.

El camino es dejar de identificar al paciente que tiene síntomas ya que es el sistema en donde deben
producirse los cambios.

Se comienza a pensar en términos de:

TOTALIDAD: el todo es más que la suma de las partes.

HOMEOSTASIS: se refiere al estado en el cual se logra un equilibrio estable entre la necesidad de cambio y
la necesidad de control con el fin de mantener la integridad del sistema.

EQUIFINALIDAD: los resultados no están determinados tanto por las condiciones de inicio, sino por la
naturaleza del proceso, por cómo se organiza el sistema.

CAUSALIDAD CIRCULAR: cada miembro del sistema adopta un comportamiento que influye en los otros.

RETROALIMENTACION: es el mecanismo regulatorio mediante el cual el sistema mantiene la homeostasis y


monitorea sus esfuerzos para alcanzar ciertos objetivos.

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