Sistema Del Complemento
Sistema Del Complemento
Sistema Del Complemento
El sistema del complemento es el principal efector de la rama humoral del sistema inmunitario.
Un aspecto importante de la actividad del complemento es su posición en el sistema inmunitario
innato. La activación de la cascada del complemento puede ser iniciada por varias proteínas
que circulan en el suero normal. Estas moléculas, denominadas proteínas de fase aguda,
poseen capacidad de reconocimiento de patrones y experimentan cambios de concentración
durante la inflamación. De este modo, todas las diversas acciones del sistema del complemento
pueden ser desencadenadas no sólo por anticuerpos, como lo demostró originalmente Bordet,
sino también por componentes de la inmunidad innata.
expone el sitio activo de la molécula. La secuencia de reacción del complemento se inicia con
una cascada enzimática.
Los componentes del complemento se designan con numerales (C1-C9), letras (p. ej., factor D)
o nombres comunes (como factor de restricción homólogo). Los fragmentos peptídicos que se
forman por activación de un componente se indican con letras pequeñas. En la mayor parte de
los casos, los fragmentos más pequeños que resultan de la escisión de un componente se
designan “a”, y el fragmento más grande se designa “b” (p. ej., C3a, C3b; cabe señalar que C2
es una excepción: C2a es el fragmento de escisión más grande). Los fragmentos más grandes
se unen al blanco cerca del sitio de activación, y los más pequeños se difunden desde el sitio y
pueden precipitar reacciones inflamatorias localizadas por unión a receptores específicos. Los
fragmentos del complemento interactúan entre sí para formar complejos funcionales. Los
complejos que tienen actividad enzimática se designan con una línea sobre el número o signo
(p. ej., C4b2a, C3bBb).
iones Ca2+. La molécula C1q se compone de 18 cadenas polipeptídicas que se unen para formar
seis brazos helicoidales triples parecidos a colágena, cuyas puntas se unen a sitios de unión de
C1q expuestos en el dominio CH2 de la molécula de anticuerpo. Cada monómero C1r y C1s
contiene un dominio catalítico y un dominio de interacción; el último facilita la interacción con
C1q o de uno con el otro.
Cada complejo macromolecular C1 debe unirse mediante sus cabezas globulares C1q cuando
menos a dos sitios Fc para que suceda una interacción estable C1-anticuerpo. Cuando IgM
pentamérica se une a antígeno en una superficie blanco, asume la llamada configuración en
“grapa”, en la cual se exponen cuando menos tres sitios de unión para C1q. Por otra parte, una
molécula de IgG sólo contiene un sitio de unión de C1q en el dominio C H2 del Fc, de manera
que la unión firme de C1q sólo se logra cuando dos moléculas de IgG se encuentran a 30 a 40
nm una de la otra en una superficie blanco o en un complejo, lo que proporciona dos sitios de
inserción para C1q. Esta diferencia explica la observación de que una molécula individual de
IgM unida a un glóbulo rojo puede activar la vía del complemento clásica y lisar el eritrocito, en
tanto que se requieren alrededor de 1 000 moléculas de IgG para asegurar que dos de ellas se
encuentren lo bastante cerca una de la otra en la superficie celular para iniciar la unión de C1q.
La reacción catalizada por enzimas convertasas C3 de las vías clásica, de lectina y alterna es
el paso principal de amplificación en la activación del complemento, que genera cientos de
moléculas de C3b. El C3b generado por estas enzimas tiene el potencial de unirse a células
cercanas y mediar el daño a las células sanas por la inducción del complejo de ataque a
membrana. El daño a células normales del hospedador se minimiza porque C3b sufre hidrólisis
espontánea para el momento en que se ha difundido a una distancia de 40 nm respecto de las
enzimas convertasas C4b2a o C3bBb, de tal modo que ya no puede unirse más a su sitio
blanco. Todas estas proteínas reguladoras contienen secuencias (motivos) repetitivas de
aminoácidos de unos 60 residuos, llamadas repeticiones de consenso cortas (SCR). En el
ser humano, todas estas proteínas se codifican en un mismo sitio en el cromosoma 1, que se
conoce como grupo génico de reguladores de la activación del complemento (RCA).
En las vías clásica y de lectina actúan de manera similar tres proteínas RCA, distintas desde el
punto de vista estructural, para prevenir el ensamblaje de convertasa de C3. Estas proteínas
reguladoras incluyen la proteína de unión de C4b soluble (C4bBP) y dos proteínas de unión a
membrana, a saber, receptor de complemento tipo 1 (CR1) y proteína cofactor de membrana
(MCP). Cada una de estas proteínas reguladoras se une a C4b y evita su vinculación con C2a.
Varias proteínas RCA también actúan sobre la convertasa de C3 ensamblada y dan lugar a su
disociación; incluyen C4bBP, CR1 y factor H.
Las proteínas reguladoras también operan a nivel del complejo de ataque a membrana. La
posible liberación del complejo C5b67 implica una amenaza de lisis de espectador inocente
para células sanas. Varias proteínas séricas contrarrestan esta amenaza al unirse al C5b67
liberado e impedir su inserción en la membrana de células cercanas. Una proteína sérica
llamada proteína S puede unirse a C5b67 e inducir una transición, con lo que impide la inserción
de C5b67 en la membrana de células cercanas.
La lisis de células mediada por complemento es más eficaz si el complemento proviene de una
especie diferente a la de las células que se lisan. Este fenómeno depende de una proteína de
membrana que bloquea la formación del complejo de ataque a membrana (MAC). Esta proteína,
que se encuentra en la membrana de muchos tipos de células, se denomina factor de
restricción homólogo (HRF) o inhibidor de membrana de lisis reactiva (MIRL). Protege a
las células de la lisis inespecífica mediada por complemento al unirse a C8, con lo que impide
el ensamblaje de poli-C9 y su inserción en la membrana plasmática.
Muchas de las actividades biológicas del sistema del complemento dependen de la unión de
fragmentos del complemento a receptores de él, que diversas células expresan. Además,
algunos receptores de complemento tienen una función importante en la regulación de la
actividad del complemento por la unión de componentes del complemento con actividad
biológica.
La mayor parte de los virus envueltos —o quizá todos— son susceptibles a la lisis mediada por
complemento. La envoltura vírica deriva en buena proporción de la membrana plasmática de
células del hospedador infectado y, por consiguiente, es susceptible a la formación de poro por
el complejo de ataque a membrana. Entre los virus patógenos susceptibles de lisis mediada por
complemento se encuentran virus del herpes, ortomixovirus, como los que causan sarampión y
paperas, paramixovirus como el de la gripe, y retrovirus.
Por lo general, el sistema del complemento es muy eficaz para lisar bacterias gramnegativas.
Sin embargo, algunas de estas últimas y la mayor parte de las bacterias grampositivas tienen
mecanismos para evitar el daño mediado por Complemento. Por ejemplo, algunas bacterias
gramnegativas pueden desarrollar resistencia a lisis mediada por complemento que se
correlaciona con la virulencia del microorganismo. En Escherichia coli y Salmonella, la
resistencia al complemento se relaciona con el fenotipo bacteriano liso, que se caracteriza por
la presencia de largas cadenas laterales de polisacárido en el componente lipopolisacárido
(LPS) de la pared celular.
Las bacterias grampositivas son con frecuencia resistentes a la lisis mediada por complemento
porque la capa gruesa de peptidoglucano en su pared celular impide la inserción del MAC en la
membrana interna. Aunque puede ocurrir activación del complemento en la membrana celular
de bacterias encapsuladas, como Streptococcus pneumoniae, la cápsula impide la interacción
entre el C3b depositado en la membrana y el CR1 en células fagocíticas. Algunas bacterias
poseen una elastasa que desactiva C3a y C5a e impide que estos productos de escisión
induzcan una reacción inflamatoria. Además de estos mecanismos de evasión, varias bacterias,
virus, hongos y protozoarios contienen proteínas que pueden interrumpir la cascada del
complemento en sus superficies y así simular los efectos de las proteínas reguladoras del
complemento normales C4bBP, CR1 y CD55 (DAF).
Los fragmentos más pequeños que resultan de la escisión del complemento, C3a, C4a y C5a,
llamados anafilatoxinas, se unen a receptores en células cebadas y basófilos sanguíneos e
inducen desgranulación, con liberación de histamina y otros mediadores con actividad
farmacológica. Las anafilatoxinas inducen asimismo contracción de músculo liso y aumentan la
permeabilidad vascular. Por lo tanto, la activación del sistema del complemento tiene como
resultado el ingreso de líquido que lleva anticuerpo y células fagocíticas al sitio de entrada de
antígeno. Las actividades de estas anafilatoxinas muy reactivas son reguladas por una proteasa
sérica llamada carboxipeptidasa N, que escinde un residuo Arg del extremo C terminal de las
moléculas y produce las llamadas formas des-Arg.
El sistema del complemento media la neutralización vírica por varios mecanismos. Se obtiene
cierto grado de neutralización por la formación de agregados víricos más grandes, simplemente
porque estos agregados reducen el número neto de partículas víricas infecciosas. Aunque el
anticuerpo interviene en la formación de agregados víricos, estudios in vitro demuestran que el
componente C3b facilita la formación del agregado cuando existen apenas dos moléculas de
anticuerpo por virión.
Los virus han desarrollado diversas estrategias para evadir la actividad del sistema del
complemento. Estas estrategias corresponden a tres categorías distintas:
Deficiencias de complemento
Se han descrito deficiencias genéticas de cada uno de los componentes del complemento. Las
deficiencias homocigotas de cualesquiera de los componentes tempranos de la vía clásica
(C1q, C1r, C1s, C4 y C2) muestran síntomas similares, en especial un incremento notable de
enfermedades por inmunocomplejos como lupus eritematoso sistémico, glomerulonefritis y
vasculitis. Los efectos de estas deficiencias destacan la importancia de las reacciones
tempranas del complemento en la generación de C3b y la función crítica de este último en la
solubilización y depuración de inmunocomplejos. Además de las enfermedades por
inmunocomplejos, los pacientes con estas deficiencias de complemento pueden sufrir
infecciones recurrentes por bacterias piógenas (que forman pus), como estreptococos y
estafilococos. Estos microorganismos son grampositivos y, por consiguiente, resisten los
efectos líticos del complejo de ataque a membrana (MAC). No obstante, los componentes
tempranos del complemento casi siempre impiden infecciones recurrentes por mediación de
una reacción inflamatoria localizada y opsonización de las bacterias.
RESUMEN
• El sistema del complemento comprende un grupo de proteínas séricas, muchas de las
cuales existen en formas inactivas.
• La activación del complemento ocurre por las vías clásica, alterna o de lectina, cada una de
las cuales se inicia de manera diferente.
• Las tres vías convergen en una secuencia clásica de fenómenos que conducen a la
generación de un complejo molecular que causa lisis celular.
• La vía clásica se inicia por la unión de anticuerpo a una célula blanco; las reacciones de
IgM y ciertas subclases de IgG activan esta vía.
• Las consecuencias clínicas de las deficiencias hereditarias del complemento van desde
mayor susceptibilidad a infecciones hasta daño de tejidos causado por inmunocomplejos.