Lluvia Tardía y 1888 2.0

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La Lluvia Tardía

“El mayor peligro para esta congregación y para nuestro pueblo en todo lugar es no ver
las cosas que conciernen a cada uno individualmente, sino más bien las cosas que están
fuera. Mirarán las cosas exteriores y sus evidencias, antes que mirar si sus propios
corazones están en armonía con Dios. Mirarán a esas cosas como a una especie de
teoría, más bien que poseer en su interior al Cristo viviente, a fin de que todas esas cosas
puedan ser realidades vivientes interiores, y a fin de que podamos estar preparados para
afrontarlas en el temor y salvación de Dios. Como ya he dicho, ese es el mayor peligro
para esta congregación aquí presente, y más allá de esta congregación podemos hacerlo
extensivo a cualquier profeso guardador del sábado en el mundo.”
A.T. Jones Boletin de la Conf. General 1893 N°8

La obra del espíritu se asemeja a la lluvia

“Y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía”.


En el Oriente la lluvia temprana cae en el tiempo de la siembra.
Es necesaria para que la semilla germine. Gracias a la influencia
de estas lluvias fertilizantes, aparecen los tiernos brotes. La lluvia
tardía, que cae hacia el fin de la temporada, madura el grano y lo
prepara para la siega. El Señor emplea estos fenómenos naturales
para ilustrar la obra del Espíritu Santo.
Así como el rocío y la lluvia caen al principio para que la semilla
germine, y luego para que la cosecha madure, se da el Espíritu Santo
para que lleve a cabo a través de sus etapas el proceso del crecimiento
espiritual. La maduración del grano representa la terminación de la
obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el poder del Espíritu
Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen moral de Dios.
Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de Cristo.
La lluvia tardía que madura la cosecha de la tierra representa
la gracia espiritual que prepara a la iglesia para la venida del Hijo
del hombre. Pero a menos que haya caído la lluvia temprana, no
habrá vida; la hoja verde no aparecerá. A menos que los primeros
aguaceros hayan hecho su obra, la lluvia tardía no podrá perfeccionar
ninguna semilla.—Testimonios para los Ministros, 506 (1897)
La lluvia temprana produce conversión; la lluvia tardía
desarrolla un carácter semejante al de Cristo

En ningún momento de nuestra experiencia podemos prescindir


de la ayuda que nos capacitó para comenzar. Las bendiciones reci-
bidas en ocasión de la lluvia temprana nos son necesarias hasta el
mismo fin [...]. Al buscar a Dios para que nos conceda el Espíritu
Santo, él producirá en nosotros mansedumbre, humildad de mente,
y una consciente dependencia de Dios con respecto a la lluvia tar-
día que trae perfección.—Testimonios para los Ministros, 507, 509
(1897).
El Espíritu Santo busca morar en cada alma. Si se le da la bien-
venida como a un huésped honrado, los que lo reciban serán hechos
completos en Cristo. La buena obra que ha sido comenzada, será
terminada; pensamientos santos, afectos celestiales y acciones seme-
jantes a las de Cristo reemplazarán a los pensamientos impuros, los
sentimientos perversos y los actos rebeldes.—Counsels on Health,
561 (1896).
Podemos haber recibido cierta medida del Espíritu de Dios, pero
mediante la oración y la fe debemos tratar de obtener una porción
más abundante. No debemos cesar nunca en nuestros esfuerzos. Si
no progresamos, si no asumimos la actitud necesaria para recibir
tanto la lluvia temprana como la tardía, perderemos nuestras almas,
y la responsabilidad será solamente nuestra [...].
Las convocaciones de la iglesia, tales como las asambleas gene-
rales, las reuniones de la iglesia local y todas las oportunidades en
que se trabaja personalmente por las almas, son las ocasiones seña-
ladas por Dios para dar la lluvia temprana y la tardía.—Testimonios
para los Ministros, 508 (1897)

(Jer 30:7; Hos 6:3; Joe 2:23; Zec 10:1; Eph 4:13, Eph 4:15.) El refrigerio de la lluvia
tardía.—
Al acercarse los miembros del cuerpo de Cristo al período de su último conflicto, “el
tiempo de angustia de Jacob”, crecerán en Cristo y participarán abundantemente de su
Espíritu. Cuando sea proclamado el tercer mensaje, crece[rá] hasta convertirse en un
fuerte clamor, y a medida que la obra final sea acompañada por gran poder y gloria, los
fieles hijos de Dios participarán de esa gloria. La lluvia tardía es la que los revive y
fortalece para que puedan pasar por el tiempo de angustia. Sus rostros brillarán con la
gloria de la luz que acompaña al tercer ángel (RH 27-5-1862).
Revelación de la justicia de Cristo.—
El tiempo de prueba es inminente, porque el fuerte clamor del tercer ángel ya ha
comenzado en la revelación de la justicia de Cristo, el Redentor que perdona los
pecados. Este es el comienzo de la luz del ángel cuya gloria llenará toda la tierra (RH
22-11-1892).

No hay un tiempo específico para el derramamiento.—


No tengo un tiempo específico del cual hablar sobre cuando suceda [sucederá] el
derramamiento del Espíritu Santo, cuando el ángel poderoso descienda del cielo y se una
con el tercer ángel en la terminación de la obra para este mundo. Mi mensaje es que
nuestra única seguridad radica en estar listos para el refrigerio celestial, teniendo
nuestras lámparas preparadas y ardiendo (RH 29-3-1892).

Requisitos para la lluvia tardía

Cuando los obreros tengan un Cristo que more permanentemente


en sus almas, cuando todo egoísmo esté muerto, cuando no haya
rivalidad ni lucha por la supremacía, cuando exista unidad, cuando se
santifiquen a sí mismos, de modo que se vea y sienta el amor mutuo,
entonces las lluvias de gracia del Espíritu Santo vendrán sobre
ellos tan ciertamente como que la promesa de Dios nunca faltará
en una jota o tilde. Pero cuando es rebajada la obra de otros, para
que los obreros puedan mostrar su propia superioridad, demuestran
que su propia obra no lleva la señal que debiera. Dios no puede
bendecirlos.—Mensajes Selectos 1:206 (1896)

Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a


Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida,
y ella les vendrá.—Joyas de los Testimonios 3:211 (1904).

No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de em-


plearnos a nosotros. Por el Espíritu obra Dios en su pueblo “así el
querer como el hacer, por su buena voluntad”. Filipenses 2:13. Pero
muchos no quieren someterse a eso. Quieren manejarse a sí mismos.
Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial. Únicamente
a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener
su dirección y gracia, se da el Espíritu.—El Deseado de Todas las
Gentes, 626 (1898).

Vi que nadie podrá participar del “refrigerio” a menos que haya


vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el egoísmo, el
amor: al mundo y toda palabra y obras malas. Por lo tanto, debemos
acercarnos más y más al Señor y buscar anhelosamente la prepara-
ción necesaria que nos habilite para permanecer firmes en la batalla,
en el día del Señor.—Primeros Escritos, 71 (1851).

Nos toca a nosotros remediar los defectos de nuestro carácter,


limpiar el templo del alma de toda contaminación. Entonces la lluvia
tardía caerá sobre nosotros como cayó la lluvia temprana sobre los
discípulos en el día de Pentecostés.—Joyas de los Testimonios 2:69
(1882).

No hay nada que Satanás tema tanto como que el pueblo de


Dios despeje el camino quitando todo impedimento, de modo que el
Señor pueda derramar su Espíritu sobre una iglesia decaída y una
congregación impenitente [...]. Cada tentación, cada influencia opo-
sitora, ya sea manifiesta o secreta, puede ser resistida con éxito, “no
con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de
los ejércitos”. Zacarías 4:6.—Mensajes Selectos 1:144-145 (1887).

Vendrá la lluvia tardía y la bendición de Dios llenará cada alma


que esté purificada de toda contaminación. Nuestra obra hoy es
rendir nuestra alma a Cristo para que podamos ser hechos idóneos
para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: idóneos para
el bautismo del Espíritu Santo.—Mensajes Selectos 1:223 (1892).
Varios me han escrito preguntándome si el mensaje de la justificación por la
fe es el mensaje del tercer ángel, y he contestado: “Es el mensaje del tercer
ángel en verdad”.—Manuscrito 437, 1890.
Después de 1888
”El tiempo de prueba está exactamente sobre nosotros, porque el alto clamor del tercer
ángel ya comenzó en la revelación de la justicia de Cristo, el Redentor que perdona el
pecado. Este es el principio de la luz del ángel cuya gloria llenará toda la Tierra. Es obra
de todo aquel a quien el mensaje de advertencia llegó, levantar a Jesús”… Review and
Herald 22 Nov 1892
“Si todos los que decían tener una experiencia viviente en las cosas
de Dios hubiesen hecho su obra señalada tal como el Señor ordenó,
todo el mundo habría sido ya advertido, y el Señor Jesús hubiera
venido en poder y grande gloria. Porque el Señor ha establecido un
día en el que ha de juzgar el mundo. ¿Nos dice cuándo vendrá ese
día? ‘Y será predicado este evangelio del reino por testimonio a
todas las naciones, y entonces vendrá el fin’”(Review and Herald, 6
octubre 1896)
La lluvia tardía producirá el Fuerte Clamor

En ese tiempo, descenderá la “lluvia tardía” o refrigerio de la


presencia del Señor para dar poder: a la voz fuerte del tercer ángel, y
preparar a los santos para que puedan subsistir durante el plazo cuan-
do las siete postreras plagas serán derramadas.—Primeros Escritos,
86 (1854).
Oí que los revestidos de la armadura proclamaban poderosamen-
te la verdad, con fructuosos resultados [...]. Pregunté por la causa de
tan profundo cambio y un ángel me respondió: “Es la lluvia tardía;
el refrigerio de la presencia del Señor; el potente pregón del tercer
ángel”.—Primeros Escritos, 271 (1858).
Justificación por la Fé y el mensaje del Tercer Ángel

Varios me han escrito preguntándome si el mensaje de la justificación por la fe es el


mensaje del tercer ángel, y he contestado: “Es el mensaje del tercer ángel en verdad”.—
Manuscrito 437, 1890.
En su gran misericordia el Señor envió un preciosísimo mensaje a su pueblo por
medio de los pastores [E. J.] Waggoner y [A.T.] Jones. Este mensaje tenía que presentar
en forma más destacada ante el mundo al sublime Salvador, el sacrificio por los pecados
del mundo entero. Presentaba la justificación por la fe en el Garante; invitaba a la gente
a recibir la justicia de Cristo, que se manifiesta en la obediencia a todos los
mandamientos de Dios.

Muchos habían perdido de vista a Jesús. Necesitaban dirigir sus ojos a su divina persona,
a sus méritos, a su amor inalterable por la familia humana. Todo el poder es colocado en
sus manos, y él puede dispensar ricos dones a los hombres, impartiendo el inapreciable
don de su propia justicia al desvalido agente humano. Este es el mensaje que Dios
ordenó que fuera dado al mundo. Es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser
proclamado en alta voz y acompañado por el abundante derramamiento de su Espíritu.—
Testimonios para los Ministros, 91-92 (1895).
El mensaje de la justicia de Cristo ha de resonar de un extremo de la tierra hasta el
otro para preparar el camino del Señor. Esta es la gloria de Dios que termina la obra del
tercer ángel.—Joyas de los Testimonios 2:374 (1900).

Verdadera y Falsa Justificación por la Fé

A.T. Jones, General Conference Daily Bulletin 1893 nº 12


ZARANDEO
APOC. 3:14-22 MENSAJE DEL
TERCER ÁNGEL
= LLUVIA TARDIA
JUSTIFICACIÓN
POR LA FÉ
REAVIVAMIENTO
Y
REFORMA

FUERTE PREGÓN
APOCALIPSIS 18

A.T. Jones: La VERDADERA Justificación por la fé está en el libro:

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