10 Consejos - Alimentación Consciente

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LOS PRIMEROS DIEZ PASOS HACIA UN VERDADERO CAMBIO DE HÁBITOS

1) Reconocer los efectos de los alimentos en mi cuerpo, mente y alma

En primer lugar, debemos conocer y reconocer los efectos de los alimentos en


nuestro cuerpo físico, mental y emocional. Qué ocurre cuando consumimos
alimentos industrializados, procesados y ultraprocesados, refinados, carentes
de valor nutricional, “sin vida”; y por otro lado que sucede cuando a nuestro
cuerpo le brindamos alimentos naturales, integrales, ricos en “prana” o energía
vital.

El cuerpo realiza día tras día la tarea de desintoxicación a través del hígado, el
sistema linfático, los intestinos, los riñones, pulmones, y la piel. Cuando
elegimos regularmente alimentos “sin vida”, que tienen la capacidad de
“ensuciar” y robar la energía vital de nuestro organismo, el proceso de
depuración natural de nuestro cuerpo se ve interrumpido. Junto a un estilo de
vida acidificante (estrés, falta de descanso, sedentarismo), nuestro cuerpo no
puede absorber las vitaminas, los minerales y otros nutrientes, le falta el
oxígeno, y reduce progresivamente su capacidad de reparación y nutrición
celular, lo cual conlleva a enfermarnos.

En cambio, si elegimos alimentos naturales, integrales, “llenos de vida” como


son los vegetales, frutas, semillas, germinados, legumbres, frutos secos, granos
integrales, fermentos, algas, podremos experimentar vitalidad y energía de
alta frecuencia vibratoria en cada una de nuestras células, en nuestros
pensamientos, y emociones.

Para recuperar un estado alcalino y saludable es importante llevar una


alimentación 80% alcalina, es decir, que incluya los alimentos mencionados.
De esta manera lograremos activar nuestro potencial de salud, recuperar la
vitalidad y energía, disfrutar de un confort digestivo, y alcanzar y mantener un
peso saludable.

Te invito a dar este primer paso, conocer, reconocer y elegir con consciencia
tus alimentos que formaran parte de ti.

2) Limpiar para Nutrir: Ama y Agni

La Ayurveda, es la madre ciencia de las terapias holísticas de salud, su nombre


es una palabra en sanscrito que significa Ayur “vida”, Veda “conocimiento”, es
decir, “Ciencia de la Vida”. La misma nos enseña todo lo que necesitamos
saber para lograr una vida larga y feliz.
Para comenzar a realizar un verdadero cambio de hábitos, la Ayurveda nos
invita a conocer y equilibrar nuestro “Agni” o fuego digestivo, ya que no solo
“somos lo que comemos”, sino también lo que digerimos y asimilamos. El Agni
es la capacidad para digerir los alimentos y asimilar los nutrientes. Cuando
nuestro fuego digestivo está debilitado, se produce “ama” o toxinas que se
acumulan en nuestro organismo, obstruyendo los canales energéticos y
deteriorando progresivamente nuestra salud. Cómo podemos saber si nuestro
Agni se encuentra equilibrado, por las mañanas al levantarte, observa tu
lengua, si presenta una capa blanquecina es un indicador de desequilibrio.
Otros indicadores son: distensión abdominal, evacuaciones irregulares,
flatulencia (gases), acidez estomacal, cansancio, dolor de cabeza, dolor en las
articulaciones, contracturas, irritabilidad, entre otros.
Hay alimentos que aumentan la producción de ama: refinados (harinas
blancas, azúcar blanco, sal refinada), procesados, ultra procesados, con
aditivos químicos, grasas hidrogenadas, lácteos, gluten, alcohol. Como así
también existen otro tipo de alimentos, que ensucian nuestro cuerpo mental y
espiritual, como son los pensamientos negativos, relaciones tóxicas, emociones
negativas (rencor, apego, culpabilidad).
Te propongo como segundo paso, limpiar nuestro cuerpo de todos aquellos
alimentos “ensuciantes” que incrementan el ama, para luego nutrir.

3) Respetar nuestro biorritmo

Es fundamental conocer nuestro ritmo biológico, para entender cómo funciona


nuestro organismo y brindarle todo lo que necesita durante el día.

Durante las primeras horas del día (6am a 14pm) nuestro organismo realiza el
proceso de depuración y eliminación de toxinas, por lo cual es necesario
brindarle alimentos que contribuyan a este proceso: agua, frutas, vegetales,
semillas, frutos secos, fermentos, fibra, infusiones depurativas, entre otros. En
ayunas tomar un vaso de agua alcalina (con bicarbonato de sodio) y/o jugo
verde, es una excelente forma de comenzar el día. Luego incorporar en
nuestros desayunos frutas, frutos secos (previamente remojados en agua),
cereales (avena, quinoa, sarraceno), semillas activadas.

A partir del mediodía comienza una etapa de digestión, donde nuestro


organismo presenta en relación al sol, la mayor capacidad o fuego digestivo,
por lo cual nuestro organismo puede recibir alimentos más concentrados. Por
ende el almuerzo deberá ser la comida más importante del día a nivel
nutricional.

Después de las 20hs nuestro cuerpo se prepara para transformar y asimilar


todo lo que ha recibido durante el día. Por lo se recomienda cenar lo antes
posible, antes de las 21hs, para no retardar esta tapa de asimilación. Esta
última comida será de más fácil digestibilidad, con alimentos menos
concentrados. Podemos agregar hierbas y especias que contribuyan a la
digestión: jengibre, cúrcuma, cilantro, comino, tomillo, laurel, cayena, paprika,
orégano, clavo, entre otros.
4) Comer consciente

El acto de comer es un momento maravilloso donde nuestro cuerpo abre las


puertas para recibir los alimentos que formarán parte de nuestro cuerpo físico,
mental y emocional. Es tan importante el qué y el cómo recibimos estos
alimentos, para aprovechar al máximo su potencial energético vibratorio. Si
estamos nerviosos, o ansiosos es preferible no comer en ese momento, hacer
unas respiraciones profundas, para conectarnos con nuestra esencia, y alinear
nuestro cuerpo-mente- espíritu para recibir los alimentos. Muchas veces no
estamos alineados y conectados con nuestro presente, por lo que mientras
comemos nuestra mente está en otro lugar.

Que comer sea un momento con uno mismo, para encontrarse, alinearse y
conectarse con nuestro maravilloso maestro interior, allí esta nuestro
verdadero bienestar.
5) Consumir muchas verduras, especialmente de color verde

Los vegetales verdes, especialmente las crucíferas (brócoli, coliflor, repollo,


repollitos de brusela, kale) y las de hojas verdes (acelga, espinaca, radicheta,
escarola, perejil, cilantro, lechuga, hojas de apio, rúcula, etc.) son ricas en
antioxidantes y enzimas digestivas que ayudan al hígado a depurar toxinas.
Asimismo, este tipo de verduras nos brindan un gran aporte de clorofila, una
potente alcalinizante. Además nos aportan vitaminas, minerales, fitoquímicos,
proteínas, fibra.
Además el resto de los vegetales, constituyen junto con los de color verde la
base de una alimentación saludable, consumir de todos los colores, nos
asegurar una nutrición completa y equilibrada.

Vegetales a incluir en esta primera etapa

-Vegetales verdes (70%): acelga, espinaca, kale, radicheta, escarola, perejil,


rúcula, repollo, cilantro, apio, pepino, brócoli, hinojo, repollitos de brusela,
lechuga, zuccini, zapallitos verdes, puerros, espárragos.
-Otros vegetales (30%): zanahoria, coliflor, remolacha, repollo morado,
berenjenas, cebolla, tomate, lechuga morada, rabanitos, batata, papa.
Se recomienda aumentar el consumo de vegetales crudos (ensaladas, jugos,
batidos, sopas vivas). El mínimo de vegetales que deberemos consumir en esta
primera etapa es la mitad de nuestro plato, lo ideal es alcanzar el 60% de
nuestro plato.
En relación a las técnicas de cocción, podemos elegir: al vapor, escaldados,
salteados, que no alteren las propiedades nutricionales.

6) Elegir frutas frescas y de estación

Las frutas son las aliadas de salud y el bienestar. Son ricas en vitaminas,
minerales, antioxidantes, fitoquímicos, fibra, enzimas y energía vital. Entre las
cuales encontramos: naranja, pomelo, kiwi, manzana, pera, ananá, arándanos,
frutillas, durazno, pelón, entre otras. Consumir 1-2 porciones de frutas por la
mañana y por la tarde. La podemos incorporar en nuestros desayunos y/o
meriendas, en licuados, ensaladas de frutas, con cereales integrales, frutos
secos, semillas.
También son una excelente colación, entre comidas principales. Para
aprovechar todos sus beneficios consumirlas con el estómago vacío.

7) Consumir cereales integrales y leguminosas

En esta primera etapa es importante conocer y probar la gran variedad de


cereales que existen, integrales, saludables, y muy fáciles de preparar. Entre
los cuales encontramos: arroz yamaní, arroz bhasmati, mijo pelado, quinoa,
avena (contiene ínfimas cantidades de gluten), trigo burgol, trigo sarraceno,
amaranto, maíz. Estos alimentos integrales nos aportan almidón, proteínas,

fibra, vitaminas del grupo B, minerales.


En desayunos y/o meriendas podemos incorporar cereales integrales en
preparaciones como panqueques, pancake, porridge, muffins, pan integral,
granola, barras de cereal, con frutas, semillas, leches vegetales. En almuerzos,
incluir dos veces por semana junto a verduras (ensaladas, guisos, sopas, etc.)
Las legumbres son alimentos excelentes, son ricas en proteínas. Las proteínas
nos dan estructuras para fabricar las enzimas del cuerpo, y neurotransmisores,
se encargan de regular las vías metabólicas, un rol importante en el transporte
de nutrientes a las células, en el trasporte de oxígeno, para la reconstitución de
tejidos, entre otras funciones. Entre las cuales encontramos: lentejas, lentejas
rojas o “turcas”, porotos mung, aduki, garbanzos, habas, arvejas secas. 1 o 2
veces a la semana te recomiendo que la consumas en el almuerzo, en
reemplazo de los cereales.
Las proteínas de origen animal, son de difícil digestión, y por los residuos
ácidos que producen en nuestro organismo alteran en su consumo excesivo,
nuestra salud física y mental. Por lo que si se consumen, será con mucha
moderación. Si se consume carnes, elegir pescados frescos (róbalo, merluza,
trucha), pollo orgánico (de chacra). Consumir huevos, preferentemente
orgánicos, 1 diario.
En relación a los lácteos limitar su consumo, ya que contienen altas cantidades
de aditivos químicos (estabilizantes, espesantes, saborizantes, entre otros).
Podemos reemplazar por la opción vegetal, leches vegetales (de almendras,
alpiste, nueces, castañas, avena, quinoa, sésamo) o quesos vegetales (castañas
de cajú, girasol).

8) Consumir grasas saludables

Junto con las proteínas, las grasas saludables, nos permite sentirnos
satisfechos durante horas. Además las grasas saludables cumplen múltiples
funciones en nuestro organismo (sistema nervioso, hormonal, inmunitario). En
este caso podemos incluir: semillas (chía, lino, sésamo, calabaza, girasol),
palta, y frutos secos (almendras, nueces, pistachos, castañas, maní), los
aceites vegetales de primera prensión (de oliva, de coco, lino, chía), Ghee
(manteca clarificada).

9) Tomar mucha agua

El agua constituye, junto al oxígeno, la base de la vida. Es importante consumir


agua, 6- 8 vasos diarios. El agua debe ser templada, nunca tomar agua fría.
Podemos prepararnos aguas saborizadas caseras, con hierbas aromáticas
(menta, albahaca, tomillo) y frutas (limón, naranjas, pomelo, manzana, frutos
rojos).

10) Elegir endulzantes saludables

Podemos endulzar preparaciones con frutas deshidratadas como higos, dátiles,


orejones, o especias (cardamomo, canela, anís, vainilla), o ralladura de naranja
o limón, entre otras opciones. La alternativa saludable no calórica es el stevia
natural 100%, se adquiere en casas de dietéticas, en hojas, polvo o líquido.
Evitar el consumo de azúcar blanco refinado, es un alimento potencialmente
acidificante y perjudicial para la salud.

MUCHAS GRACIAS POR PERMITIRME ACOMPAÑARTE EN ESTE MARAVILLOSO


CAMINO DE NUTRICIÓN, AMOR Y BIENESTAR.

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