El Teatro de Cristobal Colon Como Monume

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EL TEATRO DE CRISTÓBAL COLÓN, COMO MONUMENTO NACIONAL DE

COLOMBIA

Cilenia Geraldin Velásquez Vega

Liyibeth Moreno Palomeque

Luz Guillermina Sinning Tellez

Patrimonio Cultural

Maestría en Planificación y Gestión del Turismo

Universidad Externado de Colombia

Bogotá

Octubre, 2016
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El Teatro de Cristóbal Colón, como monumento nacional de Colombia.

Introducción

El teatro Cristóbal Colón como monumento insigne del país no solo por su arquitectura sino por

su valor patrimonial, ha formado parte de la memoria e historia del país desde hace décadas,

siendo testigo de relaciones políticas, sociales y económicas de la elite capitalina, asimismo,

como de acontecimientos desencadenados por las revoluciones y las crisis de algunas épocas;

razón por la cual en este documento se muestra de manera resumida la significancia y valoración

histórica, estética y simbólica de este monumento nacional, de igual manera se finaliza el escrito

viento esta edificación como un insumo cultural apreciado por el turismo.

Historia1

El Ministerio de Cultura de Colombia declaró el Teatro de Cristóbal Colón como Monumento

Nacional a través del Decreto 1584 del 11 de agosto de 1975 (MinCultura, 2016) y aprobó su

Plan Especial de Manejo y Protección - PEMP con la Resolución 511 del 6 de Marzo de 2013, la

cual estable las medidas necesarias para garantizar las intervenciones presentes, futuras y la

sostenibilidad del Teatro como centro de producción musical y de las artes escénicas para el

apoyo del talento nacional, y proporcionar los lineamientos para el mejoramiento de su contexto

urbano. (Resolución 511, 2013, art. 3). Su estilo es neoclásico y su fachada es de orden dórico

toscano, en piedra tallada, con tres partes separadas entre sí por dos cornisas también en piedra

(Colarte, s.f).

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Información recuperada el 8 de septiembre de 2016 de la web: Teatro Colón, http://teatrocolon.gov.co/historia-
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El Teatro Colón fue construido entre los años 1885 y 1895 por el arquitecto italiano Pietro

Cantini2, quien llegó al país en el mes de diciembre de 1880 contratado por el gobierno, en la

administración del General Julián Trujillo (Rivera, 2009, p.45). En su construcción se organizó

una escuela de oficios que formó a 162 obreros en los procesos necesarios de construcción y

decoración. Tiene un área de 2.400 metros cuadrados. Entre sus maestros estuvo el ornamentador

suizo Luigi Ramelli, el escultor italiano Cesare Sighinolfi y a los pintores Filipo Mastellari y

Giovanni Menarini.

Previamente a la edificación del Colón, en ese mismo espacio estaban dos teatros; el Coliseo

Ramírez, construido a finales del siglo XVII y el Teatro Maldonado, una remodelación del

Coliseo hecha a principios del siglo XIX. En 1885, el Presidente Rafael Núñez expropió el

Teatro Maldonado, para emprender la construcción de un nuevo teatro nacional de estilo italiano.

Se lo llamó Teatro de Cristóbal Colón por ser el escenario de las celebraciones del IV Centenario

del Descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1892.

A finales del siglo XIX cuando se construyó el teatro se edificaban en otros lados del mundo

otros teatros de gran importancia, como lo son: Solís en Montevideo, Santa Ana en Ciudad de

México, Municipal en Santiago de Chile y Colón en Buenos Aires.

Durante el siglo XVII el Teatro sirvió como vitrina social, lo cual permitió diferentes alianzas

familiares y políticas de gran importancia para la aristocracia de la época.

Uno de los días más representativos en la historia del Teatro, es el domingo 26 de octubre de

1895 donde se escuchó la obra “Hernani”, de Giuseppe Verdi, la cual se constituyó en la primera

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Pietro Cantini (Florencia, 20 de febrero de 1847 - Suesca, 22 de enero de 1929) fue un arquitecto italiano que
vivió 49 años en Colombia, en donde realizó buena parte de su obra. Algunas de sus obras han sido declaradas
Monumento Nacional en Colombia. www.epdlp.com
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ópera que se representó en la floreciente comunidad cultural de Bogotá. Debemos tener presente

que la ópera fue la primera forma artística que se presentó en el Teatro Colón. (Rivera, 2009,

p.59).

El florecimiento del Teatro Colón a través de la historia ha estado relacionado con las diferentes

modalidades del género como son: ópera, zarzuela, opereta, solistas instrumentales y vocales;

hasta nuestros días música en todas sus modalidades, orquestal, de cámara, coral, folclórica,

colombiana e internacional y nuevas expresiones como el jazz, salsa, reggae entre otros; lo cual

demuestra que puede representar cualquier manifestación cultural a pesar de los años del Teatro.

(Rivera, 2009, p.12).

En el año 2008 inició su proceso de remodelación y ampliación de la sala del Siglo XIX con un

escenario para el Siglo XXI, el proyecto contempló las obras para el reforzamiento estructural

del teatro, la actualización de sus redes eléctricas, hidráulicas, sanitarias y contraincendios. Y se

planeó la recuperación de los acabados y la restauración de la colección de sus bienes muebles.

Para esta fase el Ministerio de Cultura dispuso de 13.400 millones de pesos y las obras se

entregaron en el año 2014.

Dentro de las etapas de remodelación se establecieron:

 Primera etapa: (2008 – 2011) inició el proceso de remodelación del teatro para darle

todas las características de un escenario del siglo XXI.

 Segunda etapa: (2011 – 2014) con una inversión aproximada de 27.000 millones de

pesos, esta etapa incluyo la construcción de una nueva caja escénica; la adquisición y

modernización tecnológica de equipos (audio y video, iluminación escénica, iluminación

ambiental, vestimenta teatral y maquinaria escénica), y la restauración del telón de boca.


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En 2013 comenzó el concurso internacional para el anteproyecto arquitectónico, bajo la

coordinación de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, y con la adquisición de los

predios para la ampliación final de teatro. A esta convocatoria se presentaron 49

propuestas. El ganador fue la firma de arquitectos LM liderada por Nathalie Montoya y

Diego López con el apoyo de la firma de ingenieros Aqua & Terra Constructores de

Medellín. Esta etapa ha tenido una inversión cercana a los 10.000 millones de pesos.

Adicionalmente, se planea construir, en la Estación Arte Viva de la Sabana, el Taller de

Escenografía del Teatro Colón con un presupuesto aproximado de 3.100 millones de

pesos.

 Tercera etapa: (2013 – 2018) tres años se tomará la construcción del diseño del nuevo

edificio para los servicios complementarios del teatro. Este contará con: plaza de eventos,

tres salas (una sala alterna, una experimental y una sala de ensayos para la Orquesta

Nacional Sinfónica de Colombia), parqueaderos, restaurante cafetería, tienda, centro de

documentación, laboratorios, entre otros servicios.

Estético

El Teatro fue concebido dentro del estilo neoclásico que contenía un valor y un significado para

todo proyecto republicano, dando sentido extraordinario a las formas y figuras puestas en las

construcciones, en especial, de carácter público que tienen gran representación en Bogotá.

(Rivera, 2009, p. 46).

El arquitecto Cantini se basó en el modelo del Teatro Garnier de París, reduciendo su proyecto a

la mitad del representativo teatro parisiense e incluye a una pequeña escala con detalles

decorativos de la Scala de Milán. El esquema teatral usado es el de una sala en forma de


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herradura con una platea, compuesto por de setenta y cuatro palcos, que recuerdan célebres

construcciones italianas como los teatros San Juan y San Pablo en Venecia. Tres hileras de

palcos individuales y un palco general o “gallinero”. Al frente del edificio y a la altura del

segundo palco, un gran foyer ricamente decorado y de doble altura, es utilizado para conciertos

de cámara y conferencias. Dos escaleras ubicadas simétricamente en los extremos del espacio de

circulación sirven los tres pisos de los palcos. La tramoya, elevada sobre el resto del volumen,

esta soportada por una hermosa estructura portante en ladrillo y piedra combinada. (Instituto

Distrital de Turismo, s.f.).

Otros grandes artistas que participaron en detalles de acabados y ornamentación fueron el

escultor César Sighinolfi, Luigi Ramelli, los pintores Filipo Masteralli y Giusepe Menarini,

además del tramoyista Giorgio Tofaloni. Su interior se destaca por la gran ornamentación y

exquisita iluminación, comparada con los más importantes teatros europeos. 3

Entre los espacios más característicos del Teatro de Cristóbal Colón están4:

 El Foyer: es el espacio para que los visitantes se reunieran antes y después de las

presentaciones, conocido en español como vestíbulo. Se ubica en el segundo nivel del

Teatro y se destaca la ornamentación arquitectónica de las pilastras, puertas y ventanas y

las pinturas al fresco del plafond. En ella se llevan a cabo conciertos de música con

pequeñas orquestas, grupos de cámara y recitales. Tiene capacidad para 120 personas.

 El Telón De Boca: cubre el arco de proscenio y mide 11,35 por 8,75 metros, fue realizado

por el pintor italiano Annibale Gatti, quien nunca vino a Colombia. El pintor realizó el

telón en Italia bajo encargo directo del presidente Núñez y fue transportado desde Europa

3-4
Absolut Colombia (2011). El elegante e histórico Teatro Cristóbal Colón en Bogotá. Recuperado de:
http://www.absolut-colombia.com/el-elegante-e-historico-teatro-cristobal-colon-en-bogota/
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Información recuperada el 8 de septiembre de 2016 de la web: Teatro Colón, http://teatrocolon.gov.co/historia-2/
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en 1891. El telón cuenta con treinta y seis personajes de diferentes óperas, tales como

Hamlet, Rigoletto y Fausto, además de indígenas y conquistadores. El telón original

pintado por el florentino Annibale Gatti para el Teatro Nacional en 1889, tuvo que ser

modificado, ya que Gatti incluyó en el boceto elementos autóctonos colombianos que

dibujó guiándose por las indicaciones de los comisionados. Por tanto, bosquejó palmeras

y campesinos de ruana y sombrero entremezclados con los personajes de la ópera

requeridos por el Sr. Núñez. (Rivera, 2009, p.55).

 La Lampara Ramelli: La lámpara del plafón principal fue diseñada por Luigi Ramelli e

instalada para el día de la inauguración del Teatro. Cincuenta y seis años después, con

motivo de la IX Conferencia Panamericana, la lámpara de Ramelli fue reemplazada por

una de cristal traída de Checoslovaquia. A finales del siglo XX, su peso y tamaño

excesivos estaban causando daños en el plafón y reducían la visibilidad desde la galería.

Por esta razón se decidió recuperar e instalar la lámpara Ramelli. Como anécdota se

destaca que esta lámpara abasteció de luz eléctrica al Palacio Presidencia en 1894 por

solicitud del Presidente.

 Las Musas Del Plafón: Fueron elaboradas por Filipo Mastellari y Giovanni Menarini, y

representan a seis de las nueve musas griegas. Las tres restantes, por falta de espacio.

Estas son: Terpsicore, musa de la danza, Erato, musa de la alegría y Urania, musa de la

astronomía. De esta manera se conformó un grupo pictórico de gran gusto, el primero en

su género en nuestro país. Terminando el plafón y bajando al arco de proscenio, se diseñó

un Escudo Nacional coronando por un cóndor de alas batientes.

 Sala principal: contiene una capacidad de 908 sillas, distribuidas de la siguiente manera;

luneta: 326 sillas, palcos de primer nivel: 120 sillas; palcos de segundo nivel: 120 sillas;
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palcos de tercer nivel: 120 sillas; balcón Numerado: 50 sillas y balcón General: 150

sillas. 5

El teatro desde lo simbólico

El teatro Colón como patrimonio cultural del país hace parte de esa ciudad construida

colectivamente, de su memoria, de su historia, en donde con la participación de sus habitantes se

hace una “construcción imaginaria, cotidiana, racional, política y material, articuladas e

interdependientes entre sí” (Echeverría, 2001, pág. 40) de ciudad, que le permite no ser estática

sino que cambiante, debido a que las interacciones del individuo con el espacio no se realizan de

la misma manera siempre, puesto que, “se incorporan costumbres, relatos, imágenes y hechos

concretos que representan textual y simbólicamente el transcurso de una comunidad humana en

el espacio y el tiempo” (Saldarriaga, 1988, pág. 14).

El teatro ha sido testigo de esas transformaciones que se dan en el lugar por las dinámicas

sociales, en donde los cambios de orden político y socio-cultural, se ven reflejados en “las

transformaciones tipológicas, estilísticas y tecnológicas de las edificaciones” (Saldarriaga, 1988,

pág. 62). En sus primero años este lugar hacia parte de esa “industria dedicada al culto de las

finas artes dramáticas” (Salazar, 2012, pág. 22), es decir su construcción hizo parte de ese

imaginario de ciudad cosmopolitan y burguesa que era Bogotá para ese entonces, por lo que

comenzaron a aparecer “teatros aristocráticos y clubs que imponían complejas restricciones para

pertenecer a ellos” (Salazar, 2012, pág. 22). De tal manera, que lugares de ocio como “el teatro,

los bailes, las tertulias, los clubs, etc. (eran), escenarios de sociabilidad” (Xavier Guerra (1992)

citado por Salazar, 2012, pág. 10), en donde “se construyen alianzas políticas, sociales,
9

culturales, económicas y matrimoniales que les permite a la élite sostener su posición social”

(Salazar, 2012, pág. 10).

Estos lugares de ocio eran unos “escenarios en donde un grupo de personas comparten

imaginarios, símbolos y creaban diferentes fronteras simbólicas (Xavier Guerra (1992) citado por

Salazar, 2012, pág. 10), por consiguiente a finales del siglo XIX en la ciudad de Bogotá “el ocio

se convirtió en una de las improntas usadas por la élite burguesa para legitimar su estilo de vida

frente a la manera en que la plebe llevaba su cotidianidad tan bárbara y peculiar” (Salazar, 2012,

pág. 22). Razón por la cual, el teatro Colón era sinónimo de distinción social, ya que allí solo

iban las personas de la elite capitalina a no solo exhibir con sus atuendos suntuosos su posición

social sino a establecer relaciones que transformaban tanto el entorno político como socio-

cultural, viendo de esta manera la ciudad bajo una “dinámica que había asumido unas

transformaciones que le ofrecerían los rasgos de una ciudad inscrita bajo los principios burgueses

y que había entrado en un proceso de enclasamiento de unos espacios urbanos, unas estéticas y

unos comportamientos, como parte de su identificación como clase y distinción, a la vez que

definición de los otros grupos sociales” (Rivera, 2009, pág. 52).

Las transformaciones siguieron, ya que la cultura es “un discurso simbólico, colectivo sobre

conocimientos, creencias y valores” (Parsons (1950) citado por Barretto, 2007, pág. 18), y a

principios del siglo XX se da el ímpetu por la modernidad en “donde al parecer, nada de lo

existente en la ciudad sirve, y de hecho, necesita ser cambiado o mejorado” (Martínez, 2013,

pág. 55), ideales que van incursionando “en el teatro, donde también se impulsa el abandono del

sueño costumbrista decimonónico, y nuevos géneros melodramáticos y sentimentales, (…) hacen

su aparición” (Zambrano, 2002, párr. 17), se fueron creando espacios más allá de bailes, fiestas y

exposiciones de la elite bogotana, así como de óperas y zarzuelas provenientes del viejo
10

continente, tales como “Ópera de saffo, Ópera Mignon, Zarzuela los lobos marinos, Zarzuela

miss Heylett” (Salazar, 2012, págs. 109-110), entre otras. Dichos cambios hacía la modernidad

no fueron ajenos a las revoluciones sociales y crisis económicas de la época, así por ejemplo, “en

los años 30´s se realizó el congreso feminista por los derechos civiles de la mujer en el teatro

Colón como escenario histórico, puesto que marcó los inicios de una vida diferente para las

mujeres colombianas” (Vos, 2004, pág. 13).

Tiempo después a mediados del siglo con el surgimiento del caudillo Jorge Eliecer Gaitán, su

posterior muerte, la violencia entre liberales y conservadores, determinó la actitud artística de

toda una generación de novelistas, poetas, pintores y dramaturgos (González, 1992), viéndose

esto reflejado en “la evolución teatral (…) y la consagración popular de los montajes teatrales en

la realización del Festival Nacional de Teatro a partir de 1957” (González, 1992, págs. 31 y 36).

Este cambio del teatro a abrir espacios a “lo popular”, lo hizo más inclusivo tanto para la

población capitalina como para los habitantes venidos de otras ciudades del país, debido a la

presentación de obras de artistas nacionales, provenientes de diferentes culturas. Presentaciones

que dado el lugar de exposición tuvieron mucho significado para los personales y sus sitios de

procedencia, tal como lo expresa Arocha y González,

Uno tendría que remontarse a series como Aluna y Yuruparí, dirigidas por Gloria Triana

durante la década de 1980, para comprender que el haber televisado y llevado al

escenario del Teatro Colón de Bogotá lo étnico indígena, afrocolombiano y raizal, ya

fuera alrededor de fiestas, ceremonias, rituales o de la cotidianidad, tuvo efectos sobre

esos pueblos (Arocha & González, 2009, pág. 152).


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Gracias a la importancia para la sociedad, su arquitectura y en general, todo lo que ha representa

el teatro Colón en el país, hace parte del patrimonio cultural y en 1975 fue declarado monumento

nacional. Asimismo, las necesidades tecnológicas y las exigencias de las nuevas obras del siglo

XXI, dio pie a una remodelación que duro seis años, con reinauguración en el 2014 con el fin de

que el teatro fuera “una sala del siglo XIX con un escenario para el siglo XXI. Un escenario que

puede acoger cualquier espectáculo, con cualquier exigencia” (Álvarez, citado por Wallace,

2014, párr. 31), ya que se volvió una sala abierta a todo público, ampliando su oferta “desde la

música clásica, a la ópera, al ballet clásico, a la música tradicional, a la música urbana, al hip-

hop, a la música electrónica. Y lo mismo con el teatro y con la danza” (Álvarez, citado por

Wallace, 2014, párr. 10).

El teatro colón hace parte de la memoria del ser capitalino, de lo representativo culturalmente y

arquitectónicamente de la ciudad y del país, es símbolo de distinción social, buen gusto,

inclusión social y es imagen de un escenario que combina lo clásico y lo moderno, lo que le ha

valido no solo ser declarado monumento nacional, sino que coloquialmente fue incluido como

una de las principales maravillas de Colombia en el 2007, según una votación del periódico El

Tiempo6.

Conclusiones

El teatro es de esos elementos de la cultura, en donde su construcción fue el resultado de

representar una nacionalidad basada en un imaginario de elite burguesa provista por las ciudades

cosmopolitan y de referente cultural de la época como París, Londres, Nueva York, que se vio

transformado por los acontecimientos al transcurrir el tiempo. Cambios que le han valido para

66
Votación hecha por el periódico El Tiempo para ver que consideraban los lectores como un tesoro del país.
Información recuperada el 8 de octubre de 2016 de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-3460064
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ser considerado patrimonio de la nación, ya que se reconoce “como expresión de la cultura y

como punto de referencia de la identidad” (Ministerio de Cultura, 2005, pág. 12). A su vez, este

reconocimiento como patrimonio, lo hace un insumo turístico el cual sirve para mostrar la ciudad

y el centro histórico como atractivo que permite la “construcción cultural de imágenes sobre los

destinos turísticos” (Pereiro, 2011, pág. 14).

La vigencia del Teatro Colón como referente cultural se ha mantenido por más de cien años, es

decir, desde su inauguración, esto gracias a varias características de su desarrollo, entre las que

se destaca: su modelo de adopción y presentación de varias manifestaciones artísticas, el uso de

este para las manifestaciones de cambios sociales y mentales, como la lucha de los derechos

civiles de las mujeres en los años 30´s, cambios en el perfil de las personas que hacen uso del

Teatro, pasando de ser un espacio solo para las personas adineradas de la ciudad a ser un espacio

inclusivo para todas las personas y visitantes, otra de las características más relevantes y que se

destaca gracias a su remodelación, es que se han adaptado nuevos espacios y su planificación ha

sido pensada para ofrecer actividades culturales para toda la población a precios más bajos y

accesibles.

El turismo cultural que ofrece La Candelaria, como Centro Histórico se nutre de todos los

monumentos nacionales y los servicios complementarios que lo integran, como las iglesias, los

museos, plazas, teatros, restaurantes y distintos sitios de interés como universidades, bibliotecas

y centros políticos y gubernamentales. Pero gracias a su belleza arquitectónica se destaca al

Teatro Colón como uno de los atractivos turísticos más visitados de la localidad, con más de

100.000 personas en los espectáculos del Teatro y 7 000 en las visitas guiadas, para el año 2015.
13

Este servicio de visitas guiadas permite que los turistas conozcan el Teatro “detrás del telón” y

que se muestre a nuevos públicos como estudiantes y residentes de la ciudad, motivando su

participación en los espectáculos del Teatro y además, genera nuevos recursos económicos a

causa de hacer una diversificación en los servicios ofrecidos en el Teatro.


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Referencias

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afrodescendientes. Antípoda No. 9, pp. 135-163
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