Gatos y Brujeria
Gatos y Brujeria
Gatos y Brujeria
Historia y leyenda
Ya saben del dicho, «a la cama no te irás sin saber una cosa más» y esta información de hoy
bien puede servir para conocer un poco más sobre su gato... si ese que en este mismo
momento dormita junto a usted en su sillón, mientras pasa su áspera lengua por una de sus
patas. Para conocer su origen según la leyenda hay que remontarse al Diluvio
Universal. Cuentan que llevando Noé algunas semanas de navegación descubrió con horror
que su nave estaba infestada de ratones. La pareja original de estos pequeños roedores
había proliferado con tanta rapidez, que sus descendientes multiplicaban las incomodidades
del arca... además los ratones estaban acabando con las existencias de alimento para el
resto del pasaje. Noé se dirigió al león para pedirle su parecer.
Este que pertenece a los grandes felinos, meditó la suplica y concentrando todas sus
fuerzas, suspiró profundamente, arqueó la espalda y estornudó con un gran estruendo,
expulsando por la nariz una pareja de gatos. De inmediato, iniciaron sin que nadie les diera el
aviso su obra destructora, exterminando a todos los ratones que había en la nave, salvo una
pareja que Noé capturó y encerró para perpetuar la especie. Según dice esa leyenda que
desde ese instante el gato se mostró engreído, altivo y arrogante y como castigo Noé lo ató
al puente del arca cuando más arreciaba la tormenta. A consecuencia de este castigo, no es
de extrañar el terror que la mayoría de los gatos sienten por el agua.
Desde el punto de vista histórico parece ser que los mochicas en la América merdional
fueron los primeros que en sus vasijas y dibujos se pueden encontrar imágenes que se
asemejan a nuestro felino protagonista. Aunque con toda seguridad la verdadera historia del
gato comienza en Egipto. Durante la quinta dinastía (2.500 años a.C) el pueblo egipcio los
habrían introducido al pequeño felino. En la mitología egipcia este ha ocupado siempre un
lugar privilegiado.
Era el animal sagrado de la diosa Bastet , una de las más veneradas divinidades del antiguo
Egipto. Se promulgaban leyes prohibiendo la exportación de gatos. Producir la muerte de uno
de estos animales se consideraba un grave delito (aunque fuera accidental) y el culpable era
condenado a muerte. Se da la circunstancia de que cuando algún gato familiar moría, todos
los miembros del clan se ponían de luto e incluso se afeitaban las cejas como signo de dolor.
Las familias con posibles incluso momificaban al animal. Según libros consultados allá por
1890 se descubrió en Egipto un antiguo cementerio de gatos en el que descansaban para la
eternidad más de 170.000 gatos. Otra curiosidad es que en caso de catástrofes el gato era lo
primero de toda la casa que se ponía a salvo.
En la época de los romanos gozaron también de justa fama ya que para ellos simbolizaban la
victoria y los llevaban con sus legiones. En el siglo V desembarcaron en los Países Bajos y
de ahí se extendieron por toda Europa y ayudaron a acabar con los ratones. Todo iba de
maravilla; pero en la Edad Media nuestros mininos vivieron tiempos complicados . ¿El
motivo? Creían que eran la reencarnación del demonio y pasaron de ser queridos a ser
perseguidos.
La simple posesión de uno servía para acusar a una persona de bruja o de ejercer la
brujería. Esta «persecución» fue especialmente grave en Inglaterra, Alemania y Francia,
lugares en los que el día de Todos los Santos se comenzaban los festejos quemando en la
plaza pública cestos llenos de gatos vivos... esta costumbre fue abolida por tortura allá por
1648. Debido a esta persecución los grandes «beneficiados» fueron los ratones y las ratas
de cloaca.
Estos roedores -ante la ausencia de gatos- crecieron y se multiplicaron produciendo todo tipo
de enfermedades y epidemias. Fue Napoleón (que aunque no le gustaban los gatos) se vio
obligado a estimular la cría de estos felinos con el objetivo de acabar con la plaga de
roedores. Por último, en la época de Pasteur, la era de los grandes descubrimientos, entre
los que destacan los microbios. Estos se manifestaban en la suciedad y la porquería y los
animales que estaban próximos al hombre podrían contaminar al ser humano...
El gato que pasa el día lamiéndose, lipiándose y acicalándose, pasó de ser sospechoso a ser
el único animal limpio, el único que no podía transmitir microbios . Hoy en día y gracias a la
medicina veterinaria cualquier animal que cumple con sus vacunas y sus desparasitaciones
está fuera de todo riesgo de transmitir alguna enfermedad... todo como siempre decimos con
la prevención. Para el final les dejo una frase de Mark Twain «Si se pudiera cruzar al hombre
con el gato, sería una gran mejoría para el hombre».