Materiales - INTRODUCCIÓN A LA SEGURIDAD
Materiales - INTRODUCCIÓN A LA SEGURIDAD
Materiales - INTRODUCCIÓN A LA SEGURIDAD
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4. OBJETIVOS GENERALES Y LÍNEAS DE ACCIÓN DE LA SEGURIDAD
NACIONAL .................................................................................................................... 52
4.1 Objetivos generales ....................................................................................................... 52
4.2 Líneas de acción estratégicas para el crimen organizado .............................................. 56
5. OBJETIVOS ESPECÍFICOS SEGÚN LAS AMENAZAS ........................................ 59
5. 1 No proliferación de armas de destrucción masiva ........................................................ 59
5.2 Terrorismo ..................................................................................................................... 59
5.3 Contrainteligencia ......................................................................................................... 60
5.4 Crimen organizado ........................................................................................................ 61
5.5 Ciberseguridad .............................................................................................................. 62
5.6 Seguridad Marítima ....................................................................................................... 63
5. 7 Seguridad del espacio aéreo y ultraterrestre ................................................................. 64
5.8 Protección de las infraestructuras críticas ..................................................................... 66
5. 9 Seguridad económica y financiera ............................................................................... 66
5. 10 Seguridad energética .................................................................................................. 67
5. 11 Ordenación de los flujos migratorios ......................................................................... 69
5.12 Seguridad frente a pandemias y epidemias ................................................................. 70
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TEMA 1 EL CONCEPTO DE SEGURIDAD PÚBLICA
Lina Mariola Díaz Cortés
Profesora ayudante doctora, Área de Derecho Penal
Universidad de Salamanca
1. La seguridad como finalidad del Estado a través del ejercicio del poder
1.1 El poder y la seguridad
1.2 El poder y el Derecho
2. Su concepto a partir de perspectiva criminológica
3. Su concepto a partir de la interpretación del Derecho
3.1 A partir de la Constitución
3.1.1 La interpretación constitucional
3.1.2 Seguridad pública vs seguridad ciudadana
3.2 Como bien jurídico-penal
3.2.1 Seguridad colectiva u orden público
3.2.2 Ámbitos de aplicación del concepto de seguridad pública en el Derecho Penal
Materiales complementarios de prácticas, lectura y estudio
Bibliografía
Analizar la seguridad pública como concepto, es una tarea difícil por varios aspectos.
En primer lugar, porque la seguridad en si misma ha sido analizada desde diversas disciplinas
que van desde la Filosofía del Derecho hasta la Criminología, con diferentes concepciones y
repercusiones. En segundo lugar, porque el concepto de seguridad pública ha sido interpretado
no sólo por el Derecho Constitucional, sino también por el Derecho Administrativo y el
Derecho Penal. Y finalmente, porque al lado del concepto de seguridad pública, encontramos
otras denominaciones como la seguridad ciudadana, el orden público o la paz pública. En este
tema sólo abordaremos una primera aproximación al tema, que pretende dar un escenario
general en materia de lo que se entiende por seguridad pública. Para lo anterior, tomaremos dos
perspectivas interdisciplinarias. La primera referida a la seguridad en sentido general,
analizándola como finalidad del Estado y desde una visión criminológica y la segunda
vinculada a la seguridad pública y su interpretación por el Derecho.
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mueve la acción política son las leyes ( reglas de organización y de conducta) y el uso de las
armas ( uso de la fuerza).
Ahora bien, la forma más completa que la sociedad política ha adoptado es el Estado.
Según el autor , el Estado es un “modo de organización, dirección y uso de la fuerza dentro de
una sociedad”, es una forma de ejercer el poder político, un instrumento creado artificialmente
por el hombre con el fin de dirigir y controlar una determinada sociedad. El Estado en un
sentido estricto se define por sus elementos, que sin duda tiene que ver con los que señalamos
como sociedad política : el poder, la población y el territorio. Vinculados unos y otros, en el
Estado, el aparato de poder organiza y dirige a la población dentro de un determinado
territorio, siendo el poder el elemento esencial , ya que el pueblo y el territorio son los objetos
sobre los que éste se ejerce.
Es así como al margen de la forma como se constituye el Estado, como forma política,
éste ejercerá su poder sometiendo a la población dentro de un determinado territorio a través de
las leyes y el uso de la fuerza, con el fin de garantizar a sus sometidos su integridad física y
una vida en paz y con seguridad.
De esta forma la seguridad será una de las finalidades que el Estado debe perseguir y
en cuya búsqueda puede en ejercicio de su poder, no sólo dictar las normas, sino hacerlas
cumplir en razón de lo que WEBER señaló como “monopolio legítimo del uso de la fuerza
física” . Así lo señalan CLIFFORD Y WOOD al indicar que “los Estados deben hacerse cargo
del gobierno de la seguridad mediante la legítima aplicación de la fuerza física”, ya que la
seguridad es uno de los fines que justifica la creación de el Estado.
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Una excelente escenificación del
el Estado por constitución y su
detentación de poder y ejercicio de la
fuerza, es la imagen que eligió
HOBBES en su obra Leviatán (1651). El
gobierno se escenifica con la figura de
un gigante bondadoso que extiende sus
brazos sobre el territorio gobernado. Su
cuerpo está formado por las personas que
acordaron crearlo. En su mano izquierda
porta un cetro como símbolo de su
legitimidad. En su mano derecha
sostiene una espada “ como símbolo de
la fuerza arrolladora que es capaz de
aplicar para aplastar cualquier forma de
resistencia a su mandato”. Lo anterior
no es sino la idea del ejercicio del poder
a través del monopolio del uso legítimo
de la fuerza ( CLIFFORD Y WOOD, 2007,
p. 19. )
En vinculación con la anterior idea, el Derecho tiene una estrecha relación con el
ejercicio del poder, dado que a través del Derecho se ejerce la fuerza física que es
monopolizada por el Estado . Así lo refiere ATIENZA para quien la relación entre el
Derecho y la fuerza puede ser de conexión interna o externa. Es externa, ya que el Derecho se
puede entender como un “conjunto de normas que proceden del Estado y a las que el Estado
presta un respaldo coactivo”. En otras palabras, la fuerza es el medio a través del cual se
realiza el Derecho. Por su parte, es de conexión interna ya que el Derecho “ es un conjunto de
normas que regulan el uso de la fuerza”, es decir a través del Derecho damos contenido y
limitamos el ejercicio de esa fuerza.
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Partiendo de lo anterior dentro de un Estado de Derecho , el fin de la seguridad , puede
ejercerse a través de un respaldo coactivo, pero debe ejercerse de forma regulada, pues rige el
imperio del Derecho, en el cual el uso público de la fuerza no se puede realizar de forma
arbitraria, sino sometida a normas preestablecidas y cumpliendo ciertos requisitos.
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autora por la “esperanza de que la comprensión ayudará a la predicción”, lo cual en nuestra
opinión sugiere la pretensión de una sociedad más segura.
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Ahora bien el que sus actores predominantes sean las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad no implica que sean los únicos, ya que los servicios policiales no agotan “el
ámbito material de lo que hay que entender por seguridad pública( STC 104/1989). Y eso
porque la seguridad pública desborda lo policial. Es así como se podrían señalar otros órganos
o autoridades administrativas que ejercen funciones de seguridad pública, a título de ejemplo
los que ejercen “protección civil”, dado que su ejercicio esta dirigido a fines como la
integración y la movilización de “recursos humanos muy heterogéneos y no sólo policiales ,
que se pueden vincular con situaciones de seguridad pública, derivado de que se ejerza en
situaciones que puedan ocasionar graves riesgos para personas y bienes, lo que exige la
adopción de medidas de especial intensidad” (Tribunal Constitucional, Sala Segunda, Sentencia
25/2004 de 26 Feb. 2004, Rec. 5743/2001).
En este sentido la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil
señala que la protección civil es un instrumento de la seguridad pública, integrado en la
política de Seguridad Nacional. Así lo define en su artículo 1 al señalar que la “protección
civil, como instrumento de la política de seguridad pública, es el servicio público que protege a
las personas y bienes garantizando una respuesta adecuada ante los distintos tipos de
emergencias y catástrofes originadas por causas naturales o derivadas de la acción humana,
sea ésta accidental o intencionada”.
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que la seguridad ciudadana se identifica con “ la protección de bienes y personas frente a
acciones violentas o agresiones, situaciones de peligro, vinculadas directamente a las
actividades o servicios policiales o a la policía de seguridad”.
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Según DONNA, cuando se hace referencia a la seguridad, no se refiere a aquella
función de carácter básico e ineludible que el Estado tiene frente a sus ciudadanos, tampoco a la
ausencia de riesgos, sino a los peligros para los bienes colectivos y las personas , en su
conjunto, que se producen por ciertas conductas ( incendios, medio ambiente, salud pública,
etc). De esta forma se busca proteger la seguridad común , en el que la integridad de las
personas y los bienes están exentos de conductas amenazadoras que generen peligros.
Respecto a los primeros, MUÑOZ CONDE señala que los delitos contra la seguridad
colectiva abarcan un gran número de delitos de diferente naturaleza que tiene en común la
afección a ésta. Dentro de la seguridad colectiva se integran bienes jurídicos más concretos
como “la propia seguridad material de las grandes masas de la población ante daños y
peligros de gran magnitud, la salud pública y el tráfico automovilístico”. Concretado lo
anterior a través de ejemplos, frente a los daños y peligros de gran magnitud tendríamos los
delitos de riesgo catastrófico como los estragos y los delitos de incendios; en los delitos contra
la salud pública el tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias piscotrópicas y en
los referidos al tráfico automovilístico, los delitos contra la seguridad vial como conducción
temeraria.
Ahora bien, según el autor, para determinar el contenido de lo que se entiende como
seguridad colectiva , considera que la seguridad puede ser analizada desde dos perspectivas. En
primer lugar, se puede señalar que al proteger la seguridad colectiva el Código Penal busca
incriminar conductas que “ponen en peligro bienes eminentemente colectivos, ya sea por su
propia dimensión cualitativa, ya sea por el número indefinido de las personas afectadas”.
Pensemos por ejemplo en el tráfico de estupefacientes ( artículo 368 del C.P.) como delito
contra la salud pública, la cual según la jurisprudencia es un objeto de protección
especialmente inconcreto. La salud "pública" no existe ni como realidad mensurable ni como
suma de la salud de personas individualmente consideradas. El objetivo, del legislador, más
que evitar daños en la salud de personas concretas, es impedir la difusión de una práctica
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social peligrosa para la comunidad por el deterioro que causaría en la población (STS
1312/2005, citada por STS 484/2015).
Por otra parte, en una segunda acepción , la seguridad colectiva debe ser entendida
como sinónimo de la tranquilidad colectiva, esto es la protección de un clima de garantía social
frente a determinadas conductas que pueden poner en peligro bienes tanto individuales como
colectivos. A título de ejemplo, MUÑOZ CONDE señala el delito de exposición a radiaciones
ionizantes ( artículo 343 del C.P.), en el que los objetos sobres los que puede recaer la situación
de peligro pueden ser personas individualizadas e identificables, “pero estos bienes jurídicos
individuales sólo serían objeto de protección mediata, siendo la protección de la seguridad
colectiva el marco en el que son objeto de protección”.
Respecto a los delitos contra el orden público, en el Código Penal se incluyen grupos
de delitos de diferente naturaleza (delitos como la sedición, los atentados contra la autoridad, los
desordenes públicos, la tenencia y tráfico de armas, las organizaciones o grupos de terroristas,
etc). Pero ¿qué es el orden público? . COLOMER BEA señala que orden público es un
concepto jurídico que aparte de tener un carácter indeterminado está presente en varias
disposiciones del ordenamiento. Por ejemplo en el Derecho Civil se señala que el orden público
es un límite a la aplicación de la costumbre, en el Derecho Procesal se configura como límite
para la publicidad de las actuaciones judiciales y en el Derecho Administrativo como concepto
clave vinculado con las actividades de la policía. Pese a lo anterior, el autor agrupa en tres las
definiciones dadas por la doctrina española, vinculadas con el delito de desordenes públicos (
artículo 557 del C.P.)y que puede ser aplicada a los delitos del Código Penal tipificados en el
título de Delitos contra el orden público, como por ejemplo la sedición ( artículo 544 del C.P.) o
los atentados contra la autoridad ( artículo 550 del C.P.).
En primer lugar , MUÑOZ CONDE considera que orden público equivale a paz
pública y lo define como la “tranquilidad o paz en las manifestaciones colectivas de la vida
ciudadana” , en otras palabras la “tranquilidad en el desenvolvimiento de las actividades
ordinarias en espacios públicos”. En segundo lugar VIVES ANTÓN diferencia entre orden
público y paz pública , el primer concepto estaría referido a “orden externo y material de
convivencia ciudadana”, en tanto que el segundo se identificaría con la “tranquilidad y la
quietud” o el “sosiego o la correspondencia de unos y otros”, lo anterior en contraposición a la
guerra, riñas y disensiones. Finalmente, TORRES FERNÁNDEZ hace alusión al orden público
como “ estado necesario para permitir el ejercicio de los derechos y libertades fundamentales”.
Según JUANATEY DORADO dichas definiciones de orden público son compatibles, dado que
al protegerse la tranquilidad y la paz en las manifestaciones colectivas se está precisamente
protegiendo y permitiendo el libre ejercicio de derechos y libertades fundamentales.
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3.2.2 Ámbitos de aplicación del concepto de seguridad pública en el Derecho Penal
La protección de personas
y bienes Seguridad ciudadana
La protección de las
Ámbitos de seguridad personas y bienes frente a
pública acontecimientos Protección Civil
catastróficos
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Materiales complementarios de prácticas, lectura y estudio
Actividad
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está cercenando la libertad sino que, paradójicamente también, se está aumentando la
inseguridad al someter al control y las veleidades de la autoridad administrativa el
efectivo ejercicio de nuestros derechos. Por eso con la anunciada reforma no cabe
hablar de una ley de seguridad ciudadana sino de orden público. No se trata de
fortalecer la paz social, sino, como se nos dice, de garantizar la tranquilidad que, como
sentimiento, puede derivar de las convicciones, creencias o vivencias individuales,
incluso, sin ninguna base real. Además, la invocación a la tranquilidad de las calles
tiene un claro tufo al viejo aforismo de la Dictadura: "tranquilidad viene de tranca".
Por otro lado, el proyecto, en clara coherencia con su objetivo de limitarse a velar por
el orden público, establece límites tan imprecisos al lícito ejercicio de ciertos derechos
y libertades, como los de reunión y manifestación, que los deja vacíos de su contenido
esencial, vulnerando claramente la seguridad jurídica. Nos dice que se pretenden
sancionar las “alteraciones” o “la perturbación grave o muy grave de la seguridad
ciudadana”, sin concretar de qué tipo de conductas se trata, ni cómo se mide la
gravedad. De esta manera se invoca la seguridad ciudadana como un concepto
indeterminado que permite cualquier interpretación o extensión: desde considerar que
atenta a la seguridad ciudadana la ocupación de parte de un espacio público para
celebrar un espectáculo artístico, hasta la reunión en él de varias personas que
simplemente dificulten el transito a otras personas. Lo mismo sucede, al considerar
infracción muy grave la asistencia a cualquier reunión o manifestación “con fines
coactivos”, pues lo que se sanciona no es el hecho de llevar a cabo cualquier tipo de
coacción, sino simplemente de reunirse con esa finalidad y, entonces, ¿cómo apreciar
esa finalidad coactiva de una reunión, que obviamente estará convocada no para hacer
daño o coaccionar sino para protestar?
No. No se trata de una ley de seguridad ciudadana sino de orden público. Parece que la
reforma trata simplemente de impedir las manifestaciones y protestas contra las
decisiones del Gobierno de la nación que, éstas sí, han venido a aumentar la
inseguridad de los ciudadanos ante el empleo, la justicia, la salud o la educación.
Viendo la casuística del proyecto de reforma, resulta evidente su carácter coyuntural y
que se han tenido en cuenta acontecimientos recientes para llevar a una ley, que
debería ser garantista, limitaciones permanentes de derechos fundamentales. Parecería
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que el legislador tiene como único propósito evidente de la reforma imponer la ley del
silencio y del miedo.
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Bibliografía
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TEMA 2 . POLÍTICA CRIMINAL Y SEGURIDAD PÚBLICA
Lina Mariola Díaz Cortés
Profesora ayudante doctora, Área de Derecho Penal
Universidad de Salamanca
1. Seguridad de los derechos o Derecho a la seguridad
2. La cultura del control en aras de la seguridad
2.1. El modelo de seguridad ciudadana
2.2. La cosificación de víctima como instrumento para la elaboración de políticas
punitivas en busca de la seguridad
2.2.1 Su argumentación
2.2.2 Sus implicaciones: el derecho penal del enemigo
Materiales complementarios de prácticas, lectura y estudio
Bibliografía
La Política Criminal ha sido definida como la política del Estado que responde frente al
fenómeno criminal. Partiendo de que el Estado en ejercicio de su poder tiene competencia en
materia de seguridad, serán fundamentales las políticas que implemente en la prevención y la
reducción de la delincuencia. De ahí que resulte conducente entrar a analizar cómo ha influido
la búsqueda de este objetivo en las políticas criminales actuales. Para ello analizaremos dos
aspectos. En primer lugar la tendencia a un derecho a la seguridad más que a la seguridad de los
derechos y en segundo lugar, algunas manifestaciones de la cultura del control que el Estado
propone frente al fenómeno criminal.
BARATTA ya hace unos años explicaba las dificultades de la definición del concepto
de Política Criminal por su carácter complejo y problemático. Complejo, ya que hasta hace
relativamente poco, se asociaba que su finalidad se limitaba al control de la criminalidad a
través de la reducción del número de infracciones delictivas. Dicha perspectiva cambió a partir
del avance de los estudios victimológicos y su especial preocupación por las necesidades de la
víctima, su entorno y el de la sociedad, planteándose la política criminal no sólo como reacción
sino también como prevención. Lo anterior en clara consonancia con la preocupación, desde las
diversas Escuelas Criminológicas, respecto a que la respuesta al delito no se puede centrar sólo
en la represión, siendo necesario abarcar un esquema preventivo.
Ahora bien, esa vinculación de la Política Criminal con la respuesta preventiva, deriva
en su carácter problemático, ya no estamos frente a fines sólo disuasorios a través de la
represión, nos vamos a un escenario en el que la prevención puede ser social al entender el
delito como un problema que nace en la comunidad, lo cual involucraría la necesidad de
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analizar el papel que el Estado ha tenido en esa colectividad y el compromiso de la misma en
esa prevención. Lo que trae como resultado la difícil determinación del marco de actuación de
la Política Criminal frente a otras manifestaciones políticas.
Sin duda plantear políticas como meras herramientas útiles para mantener seguros a
otros, resulta bastante egoísta dentro de los términos que nos definen como ciudadanos a todos,
a los marginales y los no marginales. Por eso BARATTA lanzó un mensaje contundente
criticando lo anterior, señalando que se da una “superposición de la política criminal a la
política social, de una criminalización de la política social”. El Estado interviene en el
colectivo marginal no tanto por el propio deber de dar espacios y herramientas para el ejercicios
de sus derechos como ciudadanos, sino como resultado de un deber de protección del resto de
la sociedad frente a estos sujetos marginales considerados transgresores potenciales. Por eso el
autor refiere que estos colectivos, son tomados como objetos pero no como sujetos de derechos,
porque son objetos en aras de la seguridad de sus potenciales víctimas y no sujetos frente a los
cuales se debe buscar también la seguridad de sus derechos.
“Para proteger a esas respetables personas, y no para propiciar a los sujetos que se
encuentran socialmente en desventaja respecto del real usufructo de sus derechos
civiles, económicos y sociales, la política social se transforma ( usando un concepto de
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la nueva prevención) en prevención social de la criminalidad. Sujetos vulnerados o
vulnerables que sufren lesiones (reales), de derechos por parte del Estado y de la
sociedad, como son las lesiones a los derechos económicos, sociales (derechos
débiles…), se transforman en potenciales infractores de derechos fuertes de sujetos
socialmente más protegidos”.
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Lo anterior ha conducido a que la respuesta preventiva se enmarque frente a un
colectivo marginal , dado que se ve el origen del delito como producto de condicionamientos
sociológicos y psicológicos unidos a factores como la pobreza. Por eso es necesario que este
colectivo, como objeto , reciba una Política social criminalizada en aras del Derecho a la
Seguridad de otros y excluyendo comportamientos como la criminalidad de los poderosos, que
por razones políticas, no entran dentro de las nociones de Seguridad Pública o Ciudadana.
GARLAND en una publicación que ha sido referente en materia político criminal titulada
“La cultura del control”, explica cómo a raíz de la crisis del Estado de Bienestar hubo un
desplazamiento de las políticas frente al delito, dando como resultado un retroceso del
garantismo en el sistema penal.
Es así como se da paso de unas prácticas penales welfaristas a unas prácticas penales de
control. Las prácticas penales welfaristas partían de la necesidad de fortalecer el orden social
a través de la integración social. Partiendo de la creencia de que el orden social era un problema
de consenso de valores, en el que era necesario reintroducir a los delincuentes por medio de la
educación y de las prácticas reformadoras que cambiaran sus comportamientos, se tenía una
perspectiva optimista y garantista frente al individuo. Dicha perspectiva cambió con la crisis
del Estado de bienestar, variando hacia prácticas penales de control. En dicha perspectiva se
da un declive del ideal rehabilitador. La rehabilitación había sido “el soporte estructural central
del campo, la piedra basal en un arco de prácticas e ideologías que se sostenían
recíprocamente”, no obstante al desmoronarse la fe en esa finalidad “comenzó a deshacerse
todo el tejido de supuestos, valores y prácticas sobre los que se había construido la penalidad
moderna”.
Es así como desde la década de los años 1970 comienza a surgir “un conjunto bastante
diferente de ideas criminológicas que han comenzado a influir en la política gubernamental.
Las teorías que ahora moldean el pensamiento y la acción oficial son teorías del control, de
diversas clases, que consideran el delito como un problema, no de privación, sino de control
inadecuado. En dicha tendencia “se crea una cultura del individualismo que invita a la
separación y a la exclusión del otro”. Partiendo de una visión pesimista del hombre,
considera que determinados individuos se ven atraídos respecto a las conductas antisociales
por lo cual requieren “controles sólidos y efectivos”. Bajo la idea de que el único responsable es
el delincuente, se genera una “desreponsabilización social”, interesando más la prevención
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situacional o el control frente a determinados individuos y no la intervención social en
escenarios marginales. Así lo explica GARLAND al señalar:
Este escenario dibujado por GARLAND ha sido desarrollado desde diferentes perspectivas.
Una de ellas es la de DÍEZ RIPOLLES quien hace unos años definió dicha política criminal a
través de lo que él denominó el modelo de seguridad ciudadana. Nos referiremos brevemente
a algunas de sus características que siguen el esquema de GARLAND.
2. El populismo y politización. Si bien es cierto, que todo Estado que se precie de ser
democrático, debe escuchar los intereses del pueblo al que sirve, aceptar su influencia no debe
equivaler a recoger incondicionalmente todas sus sugerencias “sin la interposición de núcleos
expertos de reflexión que valoren las complejas consecuencias que toda decisión penal
conlleva”.
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En efecto, la subvaloración de los expertos y el afán populista de los políticos, ha colocado
las demandas populares en un primer reglón que influye directamente en la política criminal
sin ninguna clase de estudio y que descalifica, cualesquier postura que implique una “cierta
complejidad argumental o distanciamiento hacia la actualidad más inmediata”. En palabras de
GARLAND: “las medidas de política pública se construyen de una manera que parece
valorar, sobre todo, el beneficio político y la reacción de la opinión pública por encima del
punto de vista de los expertos y las evidencias de las investigaciones”.
2.2.1 Su argumentación
Como lo hemos referido la crisis del welfarismo penal, partió de una visión pesimista
frente al que delinque. Lo cual supuso el desplazamiento de ideales como la reinserción,
resocialización o rehabilitación, adquiriendo un papel fundamental fines como la inocuización o
exclusión frente a aquel sujeto que se califica como incorregible.
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que como ciudadanos buscamos en el Estado, es sin duda el principal reto de la Política
Criminal.
Por lo anterior, no parece que la solución sea el señalar a algunos sujetos como
merecedores de exclusión y menos aín, que esta se haga de forma selectiva y discriminatoria.
Dentro de un panorama que algunos pueden entender como admisible, dada la especial gravedad
de los delitos que se cometen, no parece que la respuesta lógica en el marco de una política
propia de un Estado Social y Democrático de Derecho, sea el justificar políticas criminales que
seleccionen y operen de forma arbitraria frente a colectivos peligrosos para la seguridad de la
colectividad.
Respecto al primer presupuesto, suele ser un referente aquella expresión según la cual
se ha pasado de considerar la ley penal como la carta magna del delincuente a plantearla como
carta magna de la víctima. En un juego de polos opuestos, parece que el que se reconozcan los
derechos del delincuente, implica necesariamente desplazar los de la víctima y viceversa.
Pero ¿un discurso así tiene lógica? El Derecho Penal es un mecanismo de control social
que de manera formalizada busca preservar determinado orden social. Ahora bien, en dicho
orden social, entran tanto los que siguen las pautas de dicho orden como los que la trasgreden.
El Estado soberano, legitimado democráticamente deberá establecer las normas en las que se
regule la solución del conflicto en aras de la seguridad, evitando un manejo arbitrario a favor o
en contra de la víctima o del agresor.
No reconocer que el que agrede debe responder con una pena, de alguna manera implica
ignorar que la pena trae efectos beneficiosos con la víctima. En este sentido GIL GIL, señala
que: “La pena puede tener indudables efectos beneficiosos para la víctima, el primero
manifestar la injustica sufrida y ofrecer cierta garantía de no repetición, calmando así su
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necesidad de justicia, devolviendo la confianza de la víctima en el ordenamiento y en la
sociedad y favoreciendo su no desocialización”.
En esta línea, ignorar que el delincuente pese a agredir mantiene el estatus de persona,
implica desconocer fundamentos de legitimidad de un Estado. El Estado funda su legitimidad
en las funciones de tutela de la vida y de los restantes derechos fundamentales, por lo cual en
palabras de FERRAJOLI: “un Estado que mata, que tortura, que humilla a un ciudadano no
sólo pierde cualquier legitimidad, sino que contradice su razón de ser, poniéndose al nivel de
los mismos delincuentes”.
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el autor, el desviado es sustituido por la clase peligrosa respondiendo el derecho penal no por la
verificación de su peligrosidad individualizada sino por su pertenencia a determinada categoría
de sujetos considerados de riesgo. Pensemos en colectivos como los terroristas o los
delincuentes sexuales, podríamos pensar que es totalmente admisible una respuesta contundente
y severa contra ellos, el problema radica en lo que definimos como acción terrorista o como
delito sexual.
Ahora bien, este escenario ha servido, según SILVA SANCHEZ refiere, como
“identificación social con la víctima”, proceso en cual han jugado un papel fundamental los
medios de comunicación dado su protagonismo en la representación social de delito. En efecto,
como lo señala HASSEMER, los medios de comunicación hoy más que nunca difunden noticias
vinculadas con fenómenos delictivos, lo cual ha contribuido a que no sea necesario
experimentar la violencia en el propio seno de una comunidad, para percibirla como
omnipresente. Esto trae como consecuencia que se pueda hacer política por medio de la
difusión de la violencia.
Según el discurso del autor, esto genera dos situaciones. En primer lugar que el
principal destinatario de la manipulación mediática sea la opinión pública que se siente
amenazada por la violencia, por lo que se espera un derecho penal eficiente y que garantice la
seguridad. No obstante, el recurso al derecho penal no deja de tener en muchos casos efectos
meramente simbólicos dado que no se pueden esperar efectos reales. En esta medida, según
HASSEMER el legislador opta por obtener rédito político a través del andamiaje punitivo, el
cual responde simbólicamente con celeridad a los miedos y grandes perturbaciones sociales .
Lo anterior parte de considerar al derecho penal como disponible y políticamente
funcionalizado, perdiendo según el autor “su fuerza de convicción normativa y su distancia
moral frente al quebrantamiento del derecho”.
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como principio rector exclusivo de la política criminal, desplazando sin duda otros fines
propios del Estado Social y Democrático de Derecho.
En razón del anterior esquema se han planteado diversas políticas criminales. Una de
ellas propugna por un derecho penal del enemigo. Conforme al modelo planteado por
JAKOBS en la esencia de este tipo respuesta, el ordenamiento jurídico presenta un esquema
específico contra individuos especialmente peligrosos considerados enemigos, a través de
herramientas como: el adelantamiento de la punibilidad, penas excesivamente altas y la
relativización o supresión de algunas garantías penales .
En un esquema del Derecho Penal que SILVA SÁNCHEZ califica como de tercera
velocidad se da una flexibilización de principios político criminales y las reglas de imputación.
Dicho modelo de respuesta es descrito por MUÑOZ CONDE como aquel en el que “el
legislador no dialoga con sus ciudadanos, sino que amenaza a sus enemigos, conminando sus
delitos con penas draconianas más allá de la idea de proporcionalidad, recortando las
garantías procesales, y ampliando las posibilidades de sancionar conductas muy alejadas de la
lesión de un bien jurídico”.
En este esquema para JAKOBS, existe un Derecho Penal para el ciudadano y otro para
el enemigo. Esto ha conducido a una negación del Estado de Derecho. ¿Quién es el ciudadano?
¿Quién es el enemigo?. El enemigo sería aquel que ha abandonado el Derecho y por tanto no
garantiza el mínimo cognitivo de seguridad del comportamiento personal y demuestra este
déficit a través del comportamiento, por ejemplo dentro de conductas vinculadas con la
delincuencia organizada, el terrorismo, el tráfico de drogas y los delitos sexuales . Esto es,
dentro de un esquema de Derecho penal de autor, que se focaliza en determinados tipos de
sujetos, y no en los hechos que realizan, haciendo recaer el centro de gravedad de la
intervención penal en su forma de vida o sus tendencias o inclinaciones.
Algunos de los argumentos contra este modelo, expuestos por MUÑOZ CONDE, los
podemos resumir así:
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utilizar el Estado de Derecho, sin perder su nombre, los medios de represión punitiva
que caracterizan a un Estado dictatorial o autoritario?
3. El derecho penal del enemigo no estabiliza normas (prevención general positiva) sino
demoniza determinado grupos de infractores.
Para finalizar este tema, podemos concluir que la inclinación hacia un Derecho a la
seguridad va en la misma línea de un modelo de control frente a colectivos determinados.
Derecho Penal del enemigo, modelo de seguridad ciudadana, derecho penal simbólico, etc, todo
forma parte del mismo discurso en el que el control del delito responde a opciones políticas,
que según GARLAND “están radicadas en una nueva estructura de las relaciones sociales y
están coloreadas por un nuevo patrón de sensibilidades culturales”.
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Materiales complementarios de prácticas, lectura y estudio
Actividad
Lea el siguiente extracto del artículo : Pincheira Torres, Ivan: “Las políticas de
Seguridad Ciudadana y la gestión gubernamental de la protesta social en Chile Postdictadura”.
Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/296494855_Las_politicas_de_Seguridad_Ciudadana_
y_la_gestion_gubernamental_de_la_protesta_social_en_Chile_Postdictadura ( Consulta 3 de
marzo de 2019)
“En concordancia con las lógicas del denominando “populismo penal”, es decir, la
utilización de la persecución judicial y el endurecimiento del castigo como recursos
privilegiado para enfrentar el problema de la inseguridad (Garland 2007; Dammert
2013), durante el periodo de la Postdictadura hemos asistimos al despliegue de una
serie de discursos y prácticas estatales que calificarán a las manifestaciones de protesta como
puntos de conflictos atentatorios de la seguridad y del orden público. Se establecen así
políticas públicas tendientes a la criminalización de aquellos sectores sociales organizados en
torno a diversas demandas. Inscritas dentro de las lógicas del populismo penal, tal como se
señala en el Informe Nacional de Derechos Humanos(2012), en Chile se ha instalado una
política criminal construida en base al aumento de penas, a la tipificación amplia y ambigua
de delitos, y al aumento de las atribuciones de las Fuerzas de Orden y Seguridad. Producto de
la aplicación de estas medidas, desde la teoría social se ha podido constatar el marcado
aumento de la población penal. Así, por ejemplo, el criminólogo Hugo Frühling sostendrá que
uno de los efectos del funcionamiento del sistema procesal penal acusatorio, y de la
acción policial, será la multiplicación dela población penal condenada (Frühling, 2011).
En esta misma dirección, también ha sido documentado el deplorable estado del sistema
penitenciario chileno y su total falta de adecuación a los estándares de respeto y protección
de derechos fundamentales que todo Estado democrático debiera observar. (Stippel,
2006). En estas condiciones se generará una situación de hacinamiento carcelario que
quedará en evidencia el 8 de diciembre del año 2010, cuando ochenta y siete personas mueran
en el incendio de la Cárcel de San Miguel (Tijoux, 2012, Pincheira, 2012).En este contexto, a
partir de los antecedentes proporcionados a lo largo del presente artículo, podemos afirmar
que otra de las consecuencias que se derivan de la implementación de las doctrinas
de seguridad ciudadana, ha sido la criminalización de las protestas sociales protagonizadas
pordistintos movimientos sociales. De esta forma, junto al establecimiento de un marco
institucional que –de manera consensuada-no ha considerado instancias de participación de
los movimientos sociales en la elaboración e implementación de políticas públicas durante la
transición chilena (Salazar y Valderrama, 2000; Drake y Jaksic, 1999; Menéndez y Joignant,
1999), junto a lo anterior, las organizaciones sociales también han tenido que lidiar con
las acciones represivas ejercidas desde instancias de gobierno, la cuales han sido ejecutadas
bajo el amparo de las políticas de seguridad ciudadana.Sin negar la existencia efectiva de
procesos de negociación entre el gobierno y las organizaciones sociales, advertimos que
28
dichos procesos de dialogo –en las ocasiones en que han llegado a establecerse-se
encuentran permanentemente condicionados por una acción estatal que privilegiará la
ejecución de una política criminal cuyo énfasis estará puesto, tanto, en el
perfeccionamiento de los mecanismos de persecución penal de las acciones de protesta,
como, en el despliegue marcadamente represivo en el accionar de las fuerzas policiales contra
los manifestantes. En estas circunstancias, una vez que hemos podido comprobar el
extenso radio de intervención de las políticas de seguridad ciudadana, y reconociendo
los diversos efectos que este tipo de políticas tienen, nos parece pertinente que los
movimientos sociales puedan incorporar dentro de sus petitorios, pliegos,demandas y
propuestas, la necesidad de poner en discusión la idoneidad de las políticas públicas de la
seguridad ciudadana que han venido siendo implementadas. Este tipo de discusión pública no
solo abre la posibilidad de cuestionar los métodos gubernamentales utilizados para actuar
frente a las movilizaciones ciudadanas, sino que –más importante aún-permitiría
cuestionar un modelo de gobernabilidad que, fundado en el miedo a la delincuencia, busca
asegurarla reproducción del sistema a través de la aplicación de la política criminal–tal
como hemos podido comprobar-para el tratamiento de un amplio espectro de sucesos y
circunstancias “
29
Bibliografía
30
Tema 3. Retos de la Seguridad. Análisis y riesgos de la seguridad.
Prof. D. Juan Carlos Gama Blanco Policía Prof. ENP de Ávila Depart. Ciencias Jurídica
1. INTRODUCCIÓN.
1.1 Amenazas y desafíos de la seguridad nacional.
1.2 Amenazas y desafíos en los espacios comunes globales.
2. Las amenazas de la seguridad
2.1 Conflictos armados.
2.2 Terrorismo.
2.3 Crimen organizado
2.4 Proliferación de armas de destrucción masiva.
2.5 Espionaje.
2.6 Amenazas y desafíos que se desarrollan en los espacios comunes globales.
3. Los desafíos de la seguridad nacional
3.1 Inestabilidad económica y financiera.
3.2 Vulnerabilidad energética.
3.3 Flujos migratorios irregulares.
3.4 Emergencias y catástrofes.
3.5 Epidemias y pandemias.
3.6 Efectos derivados del cambio climático.
3.7 La cuestión de la integridad territorial.
4. OBJETIVOS GENERALES YLÍNEAS DE ACCIÓN DE LA SEGURIDAD NACIONAL
4.1 Objetivos generales.
4.2 Líneas de acción estratégicas para el crimen organizado.
5. OBJETIVOS ESPECÍFICOS SEGÚN LAS AMENAZAS
5. 1 No proliferación de armas de destrucción masiva.
5.2 Terrorismo.
5.3 Contrainteligencia.
5.4 Crimen organizado.
5.5 Ciberseguridad.
5. 6 Seguridad Marítima
5. 7 Seguridad del espacio aéreo y ultraterrestre.
5.8 Protección de las infraestructuras críticas.
5. 9 Seguridad económica y financiera.
5. 10 Seguridad energética.
5. 11 Ordenación de los flujos migratorios.
5.12 Seguridad frente a pandemias y epidemias.
31
1. INTRODUCCIÓN
Las zonas que revisten especial interés para la Seguridad Nacional son: Europa,
Norte de África y Oriente Medio, África Subsahariana, América Latina, América del
Norte y Asia-Pacífico.
32
Tales objetivos y líneas de actuación ordenan, posicionan y priorizan la acción
del Estado en materia de Seguridad Nacional, junto con la asignación adecuada de
recursos, capacidades y esfuerzos. Es necesario garantizar la seguridad gracias a un
tratamiento inteligente de los datos, para evitar los ciberataques que ocasionan unos
graves daños a la economía mundial.
a) Unidad de acción.
b) Anticipación.
c) Eficiencia.
33
d) Resiliencia.
Europa debe analizar sus propias amenazas y optimizar sus medidas de respuesta
a las mismas.
34
Aymán Al-Zawahiri, líder de Al Qaeda, se ha convencido de cuan provechoso
es para su organización la actividad de aquellos que un día deciden pasar a la acción,
cuchillo en mano, y convertir alguna calle de Europa en su propio campo de batalla. De
hecho, este cambio de estrategia se puede apreciar en los últimos mensajes que el propio
Al-Zawahiri ha lanzado a sus seguidores. Esos discursos eran impensables hace algunos
años.
Uno de los retos clave para 2018 será la puesta en marcha del primer radar de
seguimiento espacial español, así como la explotación de la información que genere.
Segundo, otras accidentales debidas a las condiciones naturales del medio. Por
ejemplo, los accidentes marítimos y las catástrofes naturales.
35
El uso sostenible de los espacios marítimos y la observación de la legalidad
vigente son una preocupación constante para un país con marcado carácter marítimo,
para garantizar los necesarios recursos energéticos y minerales, comercio, la industria
turística, el sector pesquero.
Uno de los problemas planteados en esta materia sería el de los delitos de odio,
cometidos a través de las redes sociales, detectándose un considerable incremento de
tales conductas a través de TWITER, FACEBOOK, INSTAGRAM, etc. El mal uso de
las redes sociales y el presumible anonimato con el que se puede ofender a personas de
otras ideologías, razas, orientaciones sexuales, etc. (islamofobia, racismo, xenofobia,
antisemitismo LGTABIfobia o antigitanismo, entre otras), ha experimentado un uso
inadecuado en las redes sociales, lo que ha motivado que los gestores de tales medios se
hayan visto obligados a anular abundantes mensajes de este carácter, constituyendo no
solo delitos de odio, sino también injurias, calumnias e incluso otro tipo de amenazas o
coacciones.
36
Otro ejemplo de vulnerabilidad del ciberespacio aconteció en mayo de 2017, en
caso del ciberataque del virus “WannaCry”, de dimensión global e implicación directa a
empresas, servicios e intereses nacionales e internacionales. Se trató de un programa
dañino de tipo ransomware, que afectó a empresas como Telefónica, Iberdrola o Gas
Natural, así como al servicio de salud británico: se habían atacado al menos a 141.000
computadores a nivel mundial.
Las amenazas son aquellas que tienen su origen en actos deliberados, bien realizados
mediante una agresión física, sobre la propia infraestructura, o bien a través de un
ciberataque, hoy más probable dado el desarrollo tecnológico.
37
A los tradicionales conflictos armados se unen formas adicionales de agresión e
influencia, amenazas asociadas a la proliferación de armas de destrucción masiva y
otras variantes de actos hostiles. Sofisticados sistemas de armas de alta precisión se
combinan con la letalidad funcional de ciberataques y acciones de influencia y
desinformación. La ambigüedad y la dificultad de atribución son factores constantes de
los denominados conflictos híbridos, aquellos que incorporan operaciones de
información, subversión, presión económica y financiera junto a acciones militares.
Estas acciones, perpetradas tanto por actores estatales como no estatales, tienen
por objeto la movilización de la opinión y la desestabilización política. El conflicto de
Libia es capaz de desestabilizar el Magreb y el Sahel occidental.
Ello supone una mayor exposición de España a otras amenazas, como los
tráficos ilícitos, la piratería o el terrorismo.
España debe mantener una capacidad defensiva propia, creíble y efectiva, y está
comprometida a asumir responsabilidades de seguridad colectiva.
38
• El Cuerno de África, el Sahel y el Golfo de Guinea. Es el caso de
conflictos como en Malí, República Centroafricana y Somalia, o la
piratería en el Golfo de Guinea (zona de intereses económicos y
energéticos para España).
2.2 Terrorismo
39
Sin perjuicio de radicalizados en el entorno nacional, y otros perfiles terroristas,
uno de los mayores retos a los que se debe hacer frente es el de los combatientes
terroristas que retornan a Occidente de escenarios como Siria e Irak, tras haber
acumulado conocimientos y experiencia en el manejo de armamento, contactos y
conocimientos de rutas y agentes facilitadores. La escalada terrorista conlleva otros
efectos negativos como el riesgo de tensiones sociales, inestabilidad política o
reacciones violentas contra minorías, que a veces pueden tomar la forma de actos
terroristas. El DAESH comienza a instalarse en Libia y Níger, de la mano de grupos
yihadistas locales. De hecho, dicha organización (DAESH, ISIS) puede centrarse en
cometer atentados terroristas en países fuera de su ámbito de influencia, reclutando y
radicalizando a través de Internet. La detección de sus relaciones con seguidores en
Europa o del envío de terroristas para la ejecución de atentados se configura como un
reto de primera magnitud.
40
La radicalización y el extremismo violento y las captaciones y el
adoctrinamiento con fines terroristas forman parte, asimismo, de las amenazas que han
adquirido mayor protagonismo en los últimos años. Ello no sólo por las ideologías que
los sustentan, sino también porque constituyen el estadio previo a que los individuos
inmersos en dichos procesos se vinculan finalmente con grupos y organizaciones
terroristas.
41
Por otro lado “Resistencia Galega” sigue representando una amenaza potencial y
se prevé que su actividad continúe. De la misma forma, pese a calificar de “muy baja” la
cifra de atentados de origen anarquista, no deja de ser necesario hacer un seguimiento
de fenómenos emergentes de protestas que, en el contexto de crisis económica, puede
servir de caldo de cultivo a grupos radicales violentos.
42
Los principales delitos a los que se dedica el crimen organizado, en España, son:
• Narcotráfico.
• Robo con fuerza.
• Contrabando.
• Estafa.
• Trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
• Blanqueo de capitales.
43
A las incalculables repercusiones globales de un conflicto interestatal, en el que
se empleasen armas de destrucción masiva, se une la creciente amenaza de que dicha
proliferación de origen estatal pueda ser desviada, de manera intencionada o no, a
actores no estatales, en particular grupos terroristas.
44
Un riesgo añadido en este apartado es la posibilidad de que los combatientes
terroristas extranjeros vuelvan a territorio nacional o europeo con conocimientos y
experiencia en el empleo de armas químicas. Hasta hace poco, los individuos
radicalizados eran el problema. A partir de ahora, el problema lo van a configurar los
que regresen desde los frentes de combate. Hace meses que se está observando un flujo,
muy pequeño pero existente, de individuos que están intentando regresar a sus países de
origen. Y desde hace meses se viene alertando de la necesidad de incrementar los
controles sobre esos puntos de entrada de personas, en Europa en general y en España
en particular. Básicamente, estos individuos son el problema a corto y medio plazo.
Por tanto, los aspectos a tener en cuenta en esta materia son, en resumen:
2.5 Espionaje
45
El espionaje industrial resulta un desafío de primera magnitud. Un desafío que
las empresas sufren de forma regular y que puede dañar el sistema económico y afectar
al bienestar de los ciudadanos. Ante este fenómeno, un enfoque colaborativo entre el
sector público y privado representa la mayor aproximación posible.
46
La regulación y una adecuada gestión de estos espacios comportan una
importante dimensión comunitaria, por lo que es clave la cooperación internacional y la
asistencia mutua. Este escenario aconseja el desarrollo del mecanismo de gestión de
crisis desde una visión amplia y sobre la base de estructuras resilientes.
Los desafíos no provienen solo de las ciberamenazas, sino también del uso
ilegítimo para llevar a cabo acciones de desinformación, financiación del terrorismo o
actividades de crimen organizado.
Otros retos de la aviación civil es la amenaza que sufren los vuelos comerciales
procedentes de terceros países, fuera de la Unión Europea, con niveles de seguridad
inferiores a los estándares europeos. La proliferación de drones es uno de los elementos
característicos en esta área. Es un reto evitar que los avances en ese campo puedan ser
aprovechados por grupos relacionados con el terrorismo, el crimen organizado, el
contrabando o la inmigración irregular.
47
Otro reto viene integrado por la posibilidad de que se porten materiales
explosivos o armas de fuego, por lo que se hace pertinente que se permita la posibilidad
de escanear a las personas y sus equipajes de manera conjunta, sin necesidad de
examinar los bultos por separado. El escaneo de alta velocidad permite detectar los
explosivos y las armas de fuego donde se encuentren.
48
2.- La digitalización de la Banca y el empleo de criptomonedas.
3.- La tasa de desempleo.
4.- El aumento de precio de las materias primas.
5.- El endurecimiento de las condiciones monetarias internacionales, que
desafían la buena senda del crecimiento económico.
6.- Las actividades delictivas, que dan origen a una economía paralela,
detrayendo recursos para el desarrollo de políticas públicas.
49
encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. La respuesta a los flujos migratorios
irregulares, la lucha contra el tráfico de personas y la dispensa de una adecuada
protección a los inmigrantes que precisan de protección internacional requieren de un
esfuerzo constante y coordinado. En el caso de España, el total de llegadas hasta el 1 de
julio de 2018 era de 17.320, un 82% más que en el mismo período del año 2017.
Se prevé que la tendencia ascendente se siga manteniendo durante los años 2018
y 2019, algo que exigirá potenciar los esfuerzos en el control de fronteras, la
inteligencia orientada a la identificación temprana de estos inmigrantes, la vigilancia
marítima y la capacidad de acogida de los inmigrantes en situación de vulnerabilidad.
Siguen siendo uno de los principales desafíos del mundo moderno. Su impacto
no solo afecta a la vida y salud de las personas, sino también a los bienes patrimoniales,
al medio ambiente y al desarrollo económico.
50
2.- Vulnerabilidad de la infraestructura económica y tecnológica: por
ejemplo, el terremoto de Japón de 2011.
3.- La degradación de los ecosistemas, reduciendo las defensas naturales.
4.- Incremento de la magnitud y frecuencia de algunos fenómenos adversos:
calor, sequías, incendios forestales, consecuencia del cambio climático.
A nivel global, existe una creciente relación de los efectos del cambio climático con
la competencia por el acceso a los recursos, sobre todo el agua, los movimientos
migratorios forzosos y la aparición de vectores que favorecen la propagación de
enfermedades. Estos factores tiene un impacto especialmente intenso en regiones como
África y en el área Asia-Pacífico.
51
La reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, la revisión de los
sistemas de abastecimiento y uso de la energía, entre otros, son requerimientos
imprescindibles para afrontar las consecuencias del cambio climático.
Las circunstancias han cambiado desde 2013, tanto a nivel nacional como
internacional, en ocasiones de forma notable, contribuyendo a un aumento de la
incertidumbre y de la percepción de inseguridad. Alguna de las amenazas identificadas y
valoradas entonces, como el terrorismo o las ciberamenazas, se han incrementado y así lo
ponen de manifiesto los distintos atentados terroristas ocurridos en Europa, que afectaron a
España en agosto de 2017, como ya había acontecido en el año 2004.
52
4.1.1- DESARROLLO DEL MODELO INTEGRAL DE GESTIÓN DE
CRISIS.-
53
funcionamiento de los medios disponibles y sin que ello implique la suspensión de
los derechos fundamentales y libertades públicas de los ciudadanos.
54
El tejido de conectividad global formado por el ciberespacio, el espacio
marítimo y el espacio aéreo y ultraterrestre constituye un conjunto de redes
funcionales cuya seguridad es clave en el orden internacional. Esto provoca que la
distinción entre seguridad interior y exterior sea cada vez más difusa.
Cualquier acción contraria al buen uso de estos espacios resulta crítica, dada la
dificultad de vigilancia, monitorización y respuesta ante cualquier acto ilícito y el
impacto significativo de diversas formas de desconexión funcional e informativa.
Así mismo, dado que los espacios comunes globales pueden operar hoy como
escenarios de confrontación, España debe acometer una adaptación del marco
estratégico nacional a esta realidad.
55
4.1.5.- FORTALECER LA PROYECCIÓN INTERNACIONAL DE
ESPAÑA.-
56
e) Asumir un protagonismo activo en el relanzamiento de la Política
Común de Seguridad y Defensa de la U.E. y continuar siendo un
aliado solidario y comprometido con la OTAN, participando asimismo
en nuevas formas de cooperación y especialización. A nivel bilateral,
profundizar el marco de colaboración bilateral con U.S.A. De hecho,
Estados Unidos ha hecho saber a otros integrantes de la O.T.A.N. que
no van a ser ellos quienes mantengan a raya las amenazas que se
ciernen sobre los países integrantes, mientras otros disfrutan de esa
seguridad sin cumplir con los mínimos pactados.
h) Protección:
i) Persecución:
57
impedir el acceso a las capacidades y materiales necesarios
para cometer atentados.
j) Preparación de la respuesta:
58
5. OBJETIVOS ESPECÍFICOS SEGÚN LAS AMENAZAS
5.2 Terrorismo
59
Además, la U.E. mantiene un diálogo con los suministradores de servicios de
INTERNET, para contar con su apoyo a la hora retirar esos contenidos. La lucha
contra la financiación del terrorismo también es otro eje de la actuación preferente.
A lo largo de 2017, los avances en cooperación internacional han favorecido la
prevención de atentados cuyos autores tienen vínculos en más de un país europeo.
5.3 Contrainteligencia
60
a) Refuerzo de las capacidades de los órganos nacionales de inteligencia.
Se han detectado la utilización de ayudas, subvenciones y servicios
públicos manipulados y tomando como base la ingenuidad y la
solidaridad.
61
El crimen organizado se caracteriza por su continúa adaptación al entorno en
que se desarrolla su actividad criminal, acomodando sus patrones para eludir la
actuación policial y judicial. El ciberespacio ha sido utilizado desde el primer
momento por este tipo de delincuencia, consciente del efecto multiplicador de los
beneficios que reporta.
5.5 Ciberseguridad
Para hacer frente a estos retos, hay que seguir mejorando las capacidades de
concienciación, prevención, detección, reacción, análisis, recuperación, respuesta e
investigación de incidentes. Se debe seguir fortaleciendo la industria de la
ciberseguridad nacional y mejorar su proyección internacional.
62
Por último, se debe seguir impulsando la colaboración público-privada de
Ciberseguridad a través de iniciativas como la Asociación Público-Privada de
Ciberseguridad y la implicación de las entidades españolas en la elaboración de la
Agencia Estratégica de la Organización Europea de Ciberseguridad.
63
contexto nacional, entre todos los actores implicados, y en el plano internacional, a
través de las organizaciones de las que España forma parte.
El análisis del conjunto de riesgos es otra área de especial interés, donde los
informes emitidos por la Célula de Información y Análisis de Riesgos a la
Seguridad Marítima sirven como evaluación de forma sistemática y sostenida.
Buques de la Armada Española y Aeronaves del Ejército del Aire, encuadrados en
el Mando de Vigilancia y Seguridad Marítima, efectúan una vigilancia integral de
los derechos soberanos o jurisdiccionales para evitar los usos ilícitos, y colaboran
con las F.F.C.C.S.E. y con todos los organismos del Estado en el ámbito marítimo.
64
La Estrategia de Seguridad Nacional del 2017 diseña una serie de líneas de
acción dirigidas, por una parte, a fomentar una actuación coordinada de todas las
Administraciones Públicas, el fortalecimiento de las capacidades nacionales
(públicas y privadas) y el desarrollo de la normativa para hacer frente a las posibles
amenazas y desafíos.
65
5.8 Protección de las infraestructuras críticas
66
actividad económica y empresarial y refuerce la defensa de los intereses y
compromisos nacionales de seguridad.
5. 10 Seguridad energética
67
contribución de España a la lucha contra el cambio climático, la sostenibilidad
medioambiental, la competitividad de la economía, el crecimiento económico y la
creación de empleo.
68
sectores, necesarios para la consecución de los objetivos establecidos
en la Directiva de eficiencia energética.
• Promoción y refuerzo de la seguridad de las infraestructuras críticas.
69
o Lucha contra la discriminación y promoción de la integración social:
proporcionar una atención y acogida a los inmigrantes plenamente
respetuosa de los derechos humanos es una obligación inexcusable.
o Promoción de una política migratoria y de asilo común en la Unión
Europea.
o Cooperación con los países de origen y tránsito migratorio.
ASPECTOS RELEVANTES
70
TEMA 4. SEGURIDAD INTEGRAL, SEGURIDAD HUMANA, ESTRATEGIAS
DE INTERVENCIÓN Y PLANIFICACIÓN DE LA SEGURIDAD.
David Córdova Sánchez. Policía Prof. ENP de Ávila Depart. Humanísticas.
71
Pero también llevan aparejados desequilibrios, nuevos conflictos y no pocas inquietudes
para todos los ciudadanos.
2. Seguridad Integral.
2.1 Introducción.
De acuerdo con la Ley de Seguridad Pública y del Estado de un país, la seguridad
integral comprende dos grandes dimensiones: por un lado, la seguridad de los
habitantes, garantizada a través de la seguridad pública y ciudadana; y por otro, la
seguridad del Estado en sus diferentes dimensiones (territorial, institucional y
soberanía). La seguridad con enfoque integral es la condición que tiene por finalidad
garantizar y proteger los derechos humanos y las libertades de las personas, la
gobernabilidad, la aplicación de la justicia, el ejercicio de la democracia, la solidaridad,
la reducción de vulnerabilidades, la prevención, protección, respuesta y remediación
ante riesgos y amenazas.
72
La complejidad de los nuevos escenarios globales y regionales exige la asunción de
enfoques cada vez más integrales que permitan comprender la multidimensionalidad de
la seguridad como la confluencia de varios fenómenos sociales que mantienen estrecha
relación entre sí, la afectación en uno de ellos representa un cambio en todo el sistema y
viceversa. Desde esta perspectiva, las acciones encaminadas a conseguir una seguridad
integral deben ser “…multisectoriales, integrales, específicas para cada contexto, y
orientadas a la prevención” (ONU, 2009: 13).
Por todo ello, la seguridad integral, con sus condicionantes y sus efectos
disfuncionales, exige respuestas institucionales. Instituciones que tienen que adaptarse a
los nuevos tiempos, pues el impacto del cambio climático, la ciberseguridad, las
amenazas químicas, bacteriológicas, nucleares o energéticas, entre otros muchos
factores y amenazas necesitan nuevas respuestas, medios y formas de organización
diferentes a las del pasado. Por eso es tan importante acertar en los fines, en los medios
o métodos que el Estado debe poner en funcionamiento para garantizar la seguridad
integral como tal.
73
impulsar propuestas operativas, y no solamente teóricas. Propuestas que deben tener en
cuenta dos aspectos fundamentales:
- Por un lado, las diferentes variables que afectan de forma global a la seguridad,
entre los que podríamos citar el cambio climático/global, la evolución de la
población, el condicionante energético, las migraciones, el crimen organizado,
las nuevas tecnologías y su aplicación o las enfermedades emergentes.
- Por otro, los instrumentos con lo que el Estado y la propia sociedad cuentan para
poder hacer frente a estas problemáticas, tales como las Fuerzas de Seguridad,
las Fuerzas Armadas, las Unidades NRBQ, Protección Civil, Seguridad Privada,
junto al importante marco que representan los municipios y sus gestores
políticos y técnicos.
74
• Los agentes causantes de daños o pérdidas (naturales, tecnológicos, actos
antisociales, etc.).
• Las personas receptoras de los daños o lesiones.
• Los medios o lugares de localización (terrestre, marítimo, aéreo).
3.Seguridad humana
3.1 Introducción.
El concepto de seguridad humana fue utilizado por primera vez en 1994 en uno de
los informes anuales que realiza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD).
75
Debemos de tener en cuenta que en esta sociedad actual, compleja y moderna en la
que vivimos encontramos aspectos diversos en lo que al tema de la seguridad se refiere,
pues podemos citar, entre otros, la seguridad ambiental, la seguridad alimentaria, la
seguridad industrial, la seguridad ante los nuevos riesgos tecnológicos o la seguridad
ante las nuevas formas de trabajo. Tipos de seguridad basados en diferentes riesgos
multifactoriales que nos dan a entender que la seguridad es garantía de un progreso que
tendrá que ser fundamentalmente humano.
76
Aún partiendo de este planteamiento en el que la seguridad humana se considera un
término flexible, no acabado, en constante retroalimentación, sería posible establecer un
concepto en cuyo origen y desarrollo han influido la difusión de los valores
democráticos, la influencia creciente de las ONG, los procesos de globalización, el
impacto de los medios de comunicación en las crisis humanitarias, la proporción
creciente de individuos que se han visto afectados por conflictos, pandemias, crisis
humanitarias, etc. Factores que defienden que la seguridad del ser humano tiene otros
elementos distintos al de la seguridad nacional, tales como la seguridad económica,
alimenticia, sanitaria, medioambiental, personal, comunitaria y política.
77
Organización de las Naciones Unidas en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 10 de diciembre de 1948, teniendo como base el reconocimiento de la
dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la
familia humana. Pero no solo han influido los Derechos Humanos en la evolución de la
seguridad humana, pues podemos reconocer en la Carta de las Naciones Unidas y las
Convenciones de Ginebra otros elementos fundamentales que, sin duda alguna, han
servido de referencia a la proyección y posterior desarrollo de este término.
Por último, cabe preguntarse en que medida los derechos humanos se conforman
como un elemento clave y fundamental de la seguridad humana. En términos generales,
se puede decir que la seguridad humana busca en su sentido más amplio, sobre todo
como concepto orientador de políticas públicas, crear las condiciones para que los
miembros de una sociedad perciban que, a partir de condiciones objetivas, viven libres
de temores y de la posible ausencia de necesidades fundamentales. Es por ello por lo
que se afirma que los derechos humanos condicionan la seguridad humana. Existe una
estrecha correlación entre ambos.
78
El informe de 1994, al que tantas veces haremos mención en este tema, realizado
por el PNUD y que lleva por título Nuevas dimensiones de la seguridad humana
destacó cuatro características básicas de la seguridad humana:
79
terrorismo, los conflictos étnicos y la desintegración social ya no son
acontecimientos aislados, confinados dentro de las fronteras nacionales, pues sus
consecuencias llegan a todo el mundo.
• Seguridad centrada en las personas. Tiene carácter multidimensional ya que la
seguridad humana intenta establecer aquellas dimensiones que afectan a la
seguridad de las personas (alimentarias, ambientales, sobre la salud, económicas,
personales, comunitarias y políticas) e identifica amenazas y vulnerabilidades
tradicionales y no convencionales que afectan a las personas, superando los
marcos meramente criminológicos.
• Seguridad mejor garantizada mediante la prevención temprana. Se considera
más efectivo velar por la seguridad humana mediante sistemas de prevención
temprana que teniendo que recurrir a la intervención posterior.
Este informe fue el inicio de una reflexión mundial acerca de las nuevas
dimensiones de la seguridad humana. Hoy, este concepto, es empleado por un gran
número de expertos y de investigaciones académicas para subrayar que la seguridad
humana tiene, como hemos visto, ese carácter multidimensional, interdependiente,
universal y preventivo.
80
hace que se indague en enfoques comprensivos e integrales de todos los procesos que se
estimen coadyuvantes de una seguridad entendida, no sólo como ausencia de delito,
sino como base del bienestar. De esta forma el concepto de seguridad humana ha
servido para tender un puente entre los conceptos de libertad de la necesidad y libertad
del miedo, libertades que se encuentran enclavadas en el corazón de la filosofía de las
Naciones Unidas. Así podemos afirmar, según recoge el mismo informe, que “el mundo
nunca podrá disfrutar de la paz, a menos que los seres humanos tengan seguridad en
sus vidas cotidianas”.
Así pues, retomando las premisas claves del informe de 1994, podemos establecer
que los dos componentes fundamentales de la seguridad humana se centran en la
libertad del miedo y la libertad de la necesidad. Mientras que sus características básicas
pondrían su énfasis en la universalidad, interdependencia, prevención y la orientación
hacia las personas.
Por último, conviene resaltar una serie de entidades de la Secretaría de las Naciones
Unidas que realizan actividades en la esfera de la seguridad humana. Estas serían las
siguientes:
81
encaminados a ofrecer beneficios concretos y sostenibles a las personas y a
las comunidades amenazadas en su subsistencia, sus medios de vida y su
dignidad o centrar la atención en las esferas de la inseguridad humana, entre
otros.
• Junta Consultiva de Seguridad Humana. Órgano independiente integrado
por trece expertos internacionales de conocido prestigio por sus amplios
conocimientos y por su profundo compromiso con la seguridad humana. Su
misión es asesorar al Secretario General de las Naciones Unidas en aquellos
asuntos referidos a la seguridad humana.
• Seguridad económica.
• Seguridad alimentaria.
• Seguridad en la salud.
• Seguridad ambiental.
• Seguridad personal.
• Seguridad de la comunidad.
• Seguridad política.
Las dimensiones escogidas no sólo son las más relevantes sino también las más
abordables desde una perspectiva empírica y con impacto posible en el ámbito de las
políticas públicas. Es necesario remarcar que, si bien analíticamente son distinguibles,
estas dimensiones forman parte de un solo fenómeno. Este concepto es “indivisible” y
las inseguridades que afectan a una de las dimensiones afectarán también al conjunto de
ellas.
A continuación, se muestra una tabla extraída a partir del informe del PNUD, en
la que se establecen estos siete tipos de seguridad humana y sus amenazas:
82
Tipo de seguridad Características Amenazas/Indicadores
humana
Seguridad Disponibilidad de ingresos Aumento del desempleo, reducción
económica básicos, procedentes del de los salarios reales, aumento de la
trabajo, el Estado o los inflación, pérdida de los bienes
mecanismos de ayuda productivos, aumento de disparidad
tradicionales (en el ámbito de ingresos entre ricos y pobres
de la familia o
comunidad)
Seguridad Disponibilidad de Deterioro del consumo, agotamiento
alimentaria alimentos y de recursos de las reservas alimentarias, aumento
con los que acceder a ellos de los precios de alimentos, descenso
de la producción per cápita de
alimentos y aumento de la
dependencia de importaciones
Seguridad en la salud Cuerpo sano, entorno en Aumento de insalubridad,
condiciones de salubridad, propagación de epidemias, deterioro
cobertura del sistema del sistema sanitario, empeoramiento
sanitario del acceso al agua potable
Seguridad Equilibrio ecológico, Deterioro de los ecosistemas local y
medioambiental desarrollo sostenible mundial, agotamiento de los recursos
Seguridad personal Ausencia de violencia Incremento de diferentes tipos de
física violencia física (represión política,
agresiones extranjeras, conflictos
civiles étnicos o religiosos,
delincuencia, malos tratos a mujeres
y niños), narcotráfico, etc.
Seguridad Protección dada al Prácticas opresivas por parte de
proporcionada por la individuo por la comunidades tradicionales (mano de
comunidad comunidad, familia o obra forzada, trato cruel a la mujer,
grupo étnico (protección discriminación étnica), deterioro del
física, ayuda material, tejido cívico
sentimiento de grupo e
identidad cultural, etc.)
Seguridad política Respeto a los derechos Incremento de la represión política
fundamentales del (encarcelamientos, torturas,
individuo, garantías desapariciones, censura), violaciones
democráticas de derechos humanos, y
autoritarismo; desintegración del
Estado nación por rivalidades
(étnicas, religiosas, políticas),
escalada del gasto militar
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En este sentido, el informe contiene un análisis de cuáles son los contenidos de cada
una de estas dimensiones que constituyen, y que seguidamente vamos a ver una por una.
Seguridad económica.
Seguridad alimentaria.
La seguridad alimentaria significa que todos, en todo momento, tienen acceso tanto
físico como económico a los alimentos básicos. Esto requiere, no solo que haya
suficiente alimento para todos, sino que la gente tenga acceso inmediato a los alimentos,
es decir, que posean ese “derecho” al alimento. En este sentido, el acceso a los
alimentos deriva del acceso a los activos, el trabajo y el ingreso asegurado.
Seguridad en la salud.
Los datos que recoge este documento correspondiente al momento de transición del
siglo XX al XXI indican que en los países en desarrollo las principales causas de
defunción son las enfermedades infectocontagiosas (particularmente el SIDA) y
parasitarias, que matan 17 millones de personas al año, incluidos 6,5 millones debido a
infecciones respiratorias agudas, 4,5 millones de enfermedades diarreicas y 3,5 millones
a la tuberculosis. La mayoría de esas muertes se deben a la mala nutrición y a un medio
ambiente inseguro, particularmente el abastecimiento de agua contaminada que
contribuye a casi 1.000 millones de casos de diarrea al año.
Seguridad medioambiental.
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una de las mayores amenazas al medioambiente es el abastecimiento de agua. Su
escasez se está transformando cada vez más en un factor causante de conflictos étnicos
y de tensión política. Entre otras de las principales amenazas ambientales encontramos
la contaminación del aire, el deshielo de los casquetes polares o la desertización.
Seguridad personal.
Tal vez no haya otro aspecto de la seguridad humana tan fundamental para la gente
como su seguridad respecto a la violencia física. Esta amenaza asume varias formas
(tortura física, violencia doméstica, violaciones y abusos, delincuencia callejera, etc.).
Para muchas personas, la mayor fuente de ansiedad es la delincuencia, particularmente
la violenta, que se ha incrementado notablemente en los últimos años, sobre todo en los
países desarrollados.
Entre las amenazas personales más graves figuran las que se dirigen contra las
mujeres y los niños, como los malos tratos o la prostitución, que dan lugar a una
inseguridad personal que les atormenta a lo largo de su vida.
Seguridad de la comunidad.
Seguridad política.
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Junto con la represión de individuos y grupos, los gobiernos comúnmente tratan de
ejercer control sobre las ideas y la información. El índice de libertad de prensa de la
UNESCO considera que las zonas menos libres son las de África septentrional, Asia
occidental y el Asia meridional. Otro de los indicadores de inseguridad política es la
prioridad que se le asigna a la fuerza militar.
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Autónomas y las Corporaciones Locales pueden participar en esa tarea de prestación de
seguridad a los ciudadanos y a las instituciones, por lo que se habrá de incluir a éstas en
esas estrategias de intervención y planificación de la seguridad pública.
Por otra parte, los nuevos análisis sobre la inseguridad han dado lugar a la
implantación por parte de todas las Administraciones Públicas de diferentes medidas
que se centran en aspectos fundamentales en la lucha contra la delincuencia y la
consecución de niveles de seguridad estables:
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tráfico en el ámbito urbano, además de las conductas que afecten a las
ordenanzas municipales y la protección de sus personalidades y edificios.
En definitiva, hay que establecer criterios serios y respetados por todos los
responsables en materia de seguridad pública.
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Las transformaciones sociales y los consiguientes cambios en el escenario
delincuencial han dejado obsoletas las viejas doctrinas sobre políticas de seguridad. Por
esa razón se hace necesaria la implantación de nuevas medidas de planificación de la
seguridad. En este sentido es preciso contar con una policía muy profesional,
especializada, encuadrada en estructuras organizativas racionales, flexibles y que
promueven el flujo de información y de análisis multidireccional.
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variadas dimensiones, por ser este uno de los problemas que más
preocupan a la población y que crea una enorme inseguridad.
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Materiales complementarios de prácticas, lectura y estudio.
Actividad
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d) El concepto de seguridad humana es distinto de la responsabilidad de proteger y su
aplicación;
e) La seguridad humana no entraña la amenaza o el uso de la fuerza ni medidas
coercitivas. La seguridad humana no sustituye a la seguridad del Estado;
f) La seguridad humana se basa en la implicación nacional. Puesto que las condiciones
políticas, económicas, sociales y culturales de la seguridad humana varían
considerablemente entre los países y dentro de ellos, así como en diferentes momentos,
la seguridad humana refuerza las soluciones nacionales compatibles con la realidad
local;
g) Siguen recayendo en los gobiernos la función y la responsabilidad primordiales de
asegurar la supervivencia, los medios de subsistencia y la dignidad de sus ciudadanos.
La función de la comunidad internacional consiste en complementar la labor de los
gobiernos y proporcionarle el apoyo necesario, cuando lo soliciten, a fin de fortalecer
su capacidad para responder a las amenazas actuales e incipientes. La seguridad
humana exige una mayor colaboración y asociación entre los gobiernos, las
organizaciones internacionales y regionales y la sociedad civil;
h) La seguridad humana se debe hacer efectiva respetando plenamente los propósitos y
principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, incluidos el pleno respeto
de la soberanía de los Estados, la integridad territorial y la no injerencia en asuntos
que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados. La seguridad humana
no entraña nuevas obligaciones jurídicas para los Estados;
4. Reconoce que, si bien el desarrollo, la paz y la seguridad y los derechos humanos
son los pilares de las Naciones Unidas y están interrelacionados y se refuerzan
mutuamente, lograr el desarrollo es un objetivo esencial en sí mismo y la promoción de
la seguridad humana debe contribuir a hacer realidad el desarrollo sostenible, así
como los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente, incluidos los
Objetivos de Desarrollo del Milenio;
5. Reconoce también las aportaciones efectuadas hasta el momento por el Fondo
Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana e invita a los Estados
Miembros a que consideren la posibilidad de hacer contribuciones voluntarias al
Fondo Fiduciario;
6. Afirma que los proyectos financiados con cargo al Fondo Fiduciario deben contar
con el consentimiento del Estado en que se van a ejecutar y ajustarse a las estrategias y
prioridades nacionales a fin de asegurar la implicación nacional;
7. Decide proseguir sus deliberaciones sobre la seguridad humana de conformidad con
lo dispuesto en la presente resolución;
8. Solicita al Secretario General que en su sexagésimo octavo período de sesiones le
presente un informe sobre la aplicación de la presente resolución, y que pida las
opiniones de los Estados Miembros al respecto para incluirlas en el informe, así como
sobre las enseñanzas obtenidas de las experiencias en el ámbito de la seguridad
humana a nivel internacional, regional y nacional.
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127ª sesión plenaria 10 de septiembre de 2012
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Bibliografía
CORREA GAMERO, Manuel: “Seguridad pública y Policía en el comienzo del
siglo XXI”, Fundación Policía Española, Madrid, 1999.
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