Ficino - La Música de Las Esferas

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La Msica de las Esferas: Ficino y la armona en el Renacimiento

por Angela Voss


trad. Enrique Eskenazi
La mayora de la gente sabe del exquisito cuadro de Botticelli conocido como La Primavera. Pero quizs no sea tan ampliamente conocido que el programa de su enigmtico simbolismo se inspir en la idea neoplatnica de la armona de la creacin, reflejada en la correspondencia de los personajes mitolgicos tanto con las ocho esferas planetarias como con los ocho tonos de la octava musical. Probablemente se aprecie an menos que la metfora visual de Botticelli para la armona de las esferas fue inspirada por la obra de un hombre, Marsilio Ficino de Florencia (1433-1499) cuyo deseo de unir cielo y tierra en el alma del ser humano encontr precedentes en los escritos de la tradicin platnica. Al restaurar "el divino Platn" para la Florencia renacentista Ficino se propuso "redimir la sagrada religin" de la "ignorancia abominable" de la filosofa secular. La cultura occidental, durante los ltimos cuatrocientos aos, ha estado dominada por el paradigma de un dios creador masculino, separado de su creacin; un paradigma que genera naturalmente supuestos acerca de la naturaleza de la realidad. Estos supuestos tienden a expresarse en lenguaje oposicional, tal como alma y cuerpo, divinidad y naturaleza, ortodoxia y heterodoxia, ciencia y religin; con nuestra capacidad altamente desarrollada para el pensamiento conceptual, la "razn" se ha divorciado del pensamiento simblico. Empero siempre han habido periodos de la historia en que el desequilibrio entre logos y mythos ha intentado corregirse, cuando las contra-corrientes heterodoxas han avanzado hacia un periodo de intensa fertilidad, buscando unirse con sus opuestos. Richard Tarnas ha indicado que la conjuncin de Urano y Neptuno en los cielos coincide con tales periodos de sntesis, en que los temas mticos y numinosos salen a la arena del secularismo gastado, iniciando una nueva y profundizada conciencia religiosa. Por ejemplo, la conjuncin ocurri en el tiempo de Scrates y la formacin de la filosofa platnica, y semejantemente en os 1479's y 1480's, el corazn del Renacimiento, cuando el academicismo escolstico dio paso a una re emergencia del pensamiento mgico y a una asimilacin de las artes esotricas en una celebracin de la divinidad en la tierra. De nuevo experimentamos esta conjuncin, y pareciera que un gran cambio est ocurriendo, lejos de las limitaciones del pensamiento puramente racional que ha dominado nuestras perspectivas desde el siglo XVII, lejos de las grandes estructuras patriarcales de la ortodoxia judeo-cristiana y el empirismo cientfico, y hacia un modo de conocimiento que no est separado del conocedor. En tal percepcin unificada, desaparece la dualidad sujeto-objeto, en tanto ambos se funden y cambian en un juego de fuerzas (para citar a Plotino) que interconectan en todos los niveles. En el mundo acadmico, emerge una nueva tendencia donde los supuestos previamente sostenidos comienzan a re-examinarse, y temas tales como la filosofa presocrtica, las culturas inspiradas por diosas, y particularmente las prcticas de la magia y la astrologa se liberan del prejuicio acadmico, para ser reevaluadas y reapreciadas. Mi intencin en este artculo es ilustrar cmo la teora de la msica y la ejecucin, en el Renacimiento, fue parte de un programa de desarrollo espiritual que surga directamente de una comprensin simblica del cosmos que trascenda, y sin embargo abarcaba,

todos los modos cuantitativos de pensamiento. Tal modo de "conocimiento" fue transmitido por Ficino en la palabra latina "notio" (de la que deriva nuestra palabra "nocin") en el curso de su traduccin del tratado sobre adivinacin del neoplatnico Jmblico, "De mysteriis". Jmblico afirma: "El contacto con la divinidad no es conocimiento. Pues el conocimiento est en cierto sentido separado de su objeto por la otredad. Pero antes del conocimiento- en tanto una cosa conoce otra- est la conexin uniforme con la divinidad, que est suspendida de los dioses, y es espontnea e inseparable de ellos" En la explicacin que da Jmblico del pensamiento unitivo, Ficino reconoci el fundamento tanto de la especulacin filosfica como de la piedad religiosa, sin las cuales el "conocimiento" se disocia de la realidad primaria del mundo y as puede ser de poco sentido. Creo que la articulacin que dio Ficino de est visin fue el impulso creativo detrs del inmenso florecimiento del intelecto en el alto Renacimiento italiano, inspirando formas artsticas que surgieron de una relacin intensamente ertica entre el alma individual y la belleza de la creacin. Como exclam el mismo Ficino: "Esta era, como una edad de oro, ha devuelto a la luz aquellas disciplinas liberales que estaban prcticamente extinguidas; gramtica, poesa, oratoria, pintura, escultura, arquitectura, msica y el canto de las antiguas canciones de la lira rfica. Y todo esto en Florencia". Fundador de la Academia Platnica, Ficino no slo tradujo al latn por primera vez la obra completa de Platn, Plotino y otros, sino que combin su vocacin como sacerdote cristiano con un trabajo activo como astrlogo, herbolario, mago y msico. Filosficamente, el proyecto de su vida era unir lo que l llamaba "fe" y "razn" desposando cristianismo y platonismo. Esto significaba, en trminos prcticos, que la astrologa, la magia talismnica, la medicina de hierbas y el arte de la msica encontraran su sitio como expresiones dinmicas tanto de profunda investigacin filosfica como de inspiracin intuitiva, combinadas con un extenso conocimiento terico. Pues Ficino no slo tradujo a Platn, sino tambin a Zoroastro, Hermes Trismegisto, Orfeo, los Orculos Caldeos, Jmblico, Sinesio y Proclo; ley a Al-Kindi, el Picatrix, los astrlogos rabes, Alberto Magno, Roger Bacon. A partir de estas diversas fuentes emergi su propio sistema de magia natural, centrado en la combinacin de astrologa y msica, cuya eficacia dependa no slo del conocimiento terico y la experiencia tcnica. Al considerar ms de cerca la terapia musical de Ficino, quiero acentuar dos ingredientes vitales ulteriores, que encontramos continuamente acentuados en sus escritos prcticos. Estos son el deseo y la imaginacin del ser humano, que cuando se enfocan en imgenes tales como la msica, las estrellas, o los talismanes, facilitan de algn modo una interaccin con el cosmos, y permiten que se capten y reconozcan las cualidades de un momento particular. Este mismo proceso puede efectuar un cambio en el ser. Cuando configuramos imgenes, dice Ficino, "Nuestro espritu, si ha habido intencin en la obra y en las estrellas mediante la imaginacin y la emocin, se une con el mismo espritu del mundo y con los rayos de las estrellas a travs de los cuales acta el espritu del mundo." Es precisamente este elemento subjetivo lo que distingue al mago renacentista del terico medieval; pues los estticos esquemas jerrquicos y correspondencias entre planetas y msica se transforman en energas dinmicas en obra a travs de la creacin, energas que pueden aparejarse y transfundirse para la armonizacin de las almas individuales. Siguiendo a Plotino, Ficino acenta la necesidad de enfocar la emocin en

un acto que depende tanto de la intuicin como de la experiencia a fin de expandir la conciencia: "Quien reza a una estrella de un modo oportuno y hbil, proyecta su espritu en los rayos manifiestos y ocultos de la estrella, difusos y dadores de vida en todas partes; de estos puede aspirar para s vitales dones estelares". En la tradicin platnica-pitagrica, la msica y las estrellas estn inextricablemente vinculadas como imgenes audibles y visibles de una dimensin invisible de la existencia, cuya percepcin intelectual se hace posible mediante los sentidos del oido y la vista. Los fundamentos del cosmos musical se establecen por Platn en el mito de creacin de su Timeo, que mantiene una conexin vital con tradiciones egipcias, caldeas y dems. En este dilogo, Platn plantea un modelo para un cosmos musical triple donde los movimientos de las esferas, las pasiones del alma humana y los sonidos audibles de la msica son todos expresiones de una inteligencia divina manifestndose a travs de las diversas dimensiones de la creacin. Tal divisin tripartita se diferenciaran por el terico del siglo V Boecio, como msica mundana, msica humana y msica instrumental, y era usual que los tericos de la msica operaran elaborados sistemas de correspondencias entre distancias astronmicas e intervalos musicales, entre la naturaleza de las estructuras musicales y los estados emocionales, entre caractersticas planetarias y sonidos audibles. La clave, en esta tradicin, para el ordenamiento del cosmos, astronmica o musicalmente, es naturalmente el nmero, un descubrimiento transmitido a los pensadores occidentales por Pitgoras. De hecho, para los platnicos el nmero determina todas las cosas en la naturaleza y sus manifestaciones concretas, junto con todos los ritmos y ciclos de la vida. El Nmero revelado por los cuerpos celestiales se despliega como Tiempo, y en tanto el alma humana era consideraba como reflejando el orden de los cielos, la adivinacin o el alineamiento con los dioses requera el ritual apropiado en el tiempo adecuado. Jmblico nos dice que los nmeros que gobiernan la naturaleza son las energas que fluyen desde los dioses, y si queremos asimilarnos a ellas, debemos usar su lenguaje -esto es, alinearnos con las armonas que subyacen al cosmos. Los sistemas numricos meramente humanos, las concepciones discursivas del nmero, las teoras numerolgicas, no pueden reproducir una experiencia de unidad que originar el verdadero conocimiento de los primeros principios. En el Timeo aprendemos que el Demiurgo cre una sustancia llamada alma-del-mundo, y la insert en el centro del cuerpo del mundo. Entonces dividi est sustancia anmica de acuerdo a las razones de los tres intervalos musicales consonantes, esto es la octava que resuena en la proporcin de 2:1, la quinta aumentada, 3:2 y la cuarta justa, 4:3, continuando, por divisin ulterior, por crear los pasos intervlicos de la escala pitagrica. El alma se cort en dos partes que se ligaron una alrededor de la otra, formando los crculos de lo Mismo y lo Diverso: lo Mismo conteniendo la esfera inmvil de las estrellas fijas, lo Diverso conteniendo los mviles instrumentos del Tiempo, o sea los planetas. Lo Diverso entonces se dividi en tiras ms estrechas que se arreglaron de acuerdo a las progresiones geomtricas del 2 y del 3; 1-2-4-8 y 1-3-9-27. Permeando todo el cosmos, el alma conectaba el mundo fsico con el eterno, estando "fundida por todas partes desde el centro hacia la circunferencia del cielo" y participando en "razn y armona". El alma humana, participando tambin directamente del anima mundi, debe por tanto regularse de acuerdo a las mismas proporciones. Pero debido a las pasiones del cuerpo, al entrar en l el alma se distorsiona y se agita -slo el tipo adecuado de educacin

puede restablecer el equilibrio armnico. Esta educacin inducira al reconocimiento de la congruencia del alma con el cosmos a travs de la estructura armnica audible de la escala musical, pues como hemos visto, las proporciones en el alma del mundo podran reproducirse en el sonido musical. Los nmero de uno a cuatro, o la tetraktys, no slo forman as la estructura para todas las escalas musicales, sino que tambin incorporan el proceso dinmico de incorporacin en el cudruple movimiento de la geometra del punto a la lnea, al plano y al slido; de la unidad surge la dualidad de la oposicin, la trada del perfecto equilibrio y la cuaternidad de la existencia material. Cada estadio a la vez limita y contiene el siguiente, y en los orculos Caldeos se le advierte al iniciado "no profundizar el plano" -esto es, extenderse hacia el mundo material desde la condicin perfecta de la trada, pero no perder tu poder de limitacin abandonndolo y perdindose en la cuaternidad, o el caos de la materia. Esto puede entenderse musicalmente como el imperativo de mantener los intervalos perfectos como estructuras definitorias. Al escuchar la geometra en sonido, los intervalos perfectos establecen una trama o lmite de sonido ilimitado, y puesto que el arreglo especfico de tamaos de tonos y semitonos dentro de esta trama refleja las relaciones astronmicas exactas de los planetas, el mismo tejido de la creacin es trado al oido y, en trminos platnicos, evoca un recuerdo de las armonas odas una vez con los odos del alma. A partir de esta premisa esencial, los esquemas que atribuyen planetas a los tonos actuales y distancias astronmicas a los intervalos musicales, abundaron. En el mito de Er, al final de su Repblica, Platn sugiere que las sirenas colocaron en los bordes de las rbitas planetarias a cada sonido un tono, haciendo una escala musical, como una lira griega proyectada en los cielos. En otra interpretacin, que se encuentra en el Sueo de Escipin de Cicern, los planetas producen diferentes tonos de acuerdo a su diversa velocidad de giro. Se nos dice que "los tonos altos y bajos mezclados producen diferentes armonas" y que "hombres dotados, al imitar esta armona en instrumentos de cuerda y en el canto, se han ganado un regreso a esta regin, como lo han hecho aquellos de capacidades excepcionales que han estudiado los asuntos divinos incluso en la vida terrenal". Cmo imitar exactamente la msica de las esferas se volvi as la cuestin fundamental planteada por los tericos de la msica, y la ciencia de los armnicos, o el estudio de las propiedades matemticas de las proporciones musicales, fue considerada el primer paso. Es muy difcil saber cuanto influy este procedimiento altamente especulativo -considerado por Platn como la forma suprema de conocimiento- la ejecucin musical en los tiempos clsicos. Estamos ciertamente mejor informados respecto a la conexin entre msica humana y msica instrumental, pues para los antiguos escritos musicales griegos es central el concepto de "ethos", o los sutiles efectos ticos producidos en la psique humana por el uso de diferentes modos o conjunto de combinaciones de esquemas de tonos. Por ejemplo, el modo frigio mova los hombres a la ira, el modo lidio los apaciguaba, el modo dorio induca gravedad y templanza -cada cualidad reflejndose en el carcter de regiones particulares. En los tiempos medievales, los modos griegos fueron sustituidos por los ochos modos de la iglesia, pero esto no interrumpi la asociacin de efectos ticos sutiles por parte de los tericos. Un escritor del siglo XII nota que "los modos tienen cualidades individuales de sonido, difiriendo unos de otros, de modo que despiertan reconocimiento espontneo por un msico atento o incluso por un cantante experto". Es nuestra prdida que la msica que omos hoy est limitado slo a dos tipos de modos: mayor y menor.

Pero qu hay de la conexin entre tica y cosmologa? Se atribuan poderes ticos a los sistemas de tonos, mientras los planetas se asociaban generalmente con tonos aislados -as, en los escritos de los tericos ms clsicos, es difcil ver cmo una forma efectiva de msica instrumental podra influir el alma humana mediante la imitacin directa de la armona csmica -pese al modelo transmitido por Platn. Hablando en general, los fenmenos celestes se encajaban con una nocin preconcebida de orden musical, en lugar de que se les pidiera a los fenmenos mismos que revelasen su orden como principios de inteligencia. Aunque la Edad Media produjo algunos grandes pensadores originales en este campo, tal como Juan Escoto Ergena en el siglo IX, as como la influyente escuela islmica de terapia musical y astrolgica, slo en el siglo XV Occidente comenz a explorar los medios prcticos por los que las relaciones armnicas en el cosmos podan expresarse a travs de la msica, no reproduciendo literalmente mediciones astronmicas en sonidos, sino evocando simblicamente un principio unificador en obra en los mundos manifiestos e inmanifiestos. Con los tericos de la msica Georgio Anselmi y Bartolom Ramos de Pareja, vemos sembrarse la semilla de un revisionismo de la msica csmica. Anselmi y Ramos de Pareja. Anselmi de Parma, escribiendo en 1434, rechaza explcitamente la nocin literal aristotlica prevaleciente en los siglos anteriores, de que los cuerpos celestes no poda producir sonido en sus movimientos, y concibe los planetas no ligados a tonos individuales sino cada uno cantando su propia cancin a contrapunto con los dems. Como Ficino, Anselmi era un astrlogo, un mago y un mdico, y aunque su trabajo sobre msica no da consejo prctico sobre la imitacin humana de las armonas celestiales, su cosmos se libera de esquemas fijos en tanto los ciclos planetarios participan en una gran sinfona csmica orquestada por los Espritus Bienaventurados. Tambin deriv una escala planetaria de ocho octavas desde la Luna a las Estrellas Fijas a partir de los periodos de la rotacin de los planetas alrededor de la Tierra, rompiendo los lmites de la prctica musical contempornea (toda msica yace dentro de un lmite de tres octavas) Sin embargo slo con su contemporneo espaol ms joven, Ramos de Pareja, encontramos los comienzos de una filosofa esotrica aplicada a la msica en un sentido operativo. En "Msica Prctica" de 1482, de Ramos, esto se logra mediante el movimiento original de atribuir los modos de la iglesia a los planetas, conectando as ethos a los planetas mediante la msica prctica. As, el modo dorio, de Re a Re, se relaciona con el Sol y tiene el efecto de "disipar el sueo", el modo lidio de Fa a Fa se relaciona con Jpiter y "siempre denota alegra". El octavo modo, o Hypermixolidio, de La a La, epitomiza los cielos estrellados, "un belleza y amor innatos, libre de todas cualidades y adecuado para todo uso". Los apareamientos entre planetas y modos de Ramos parecen sin precedentes, aunque podra haber estado influido por tradiciones rabes en su Espaa natal. Ms importante an, revelan un cambio fundamental en perspectiva, de las atribuciones astronmicas "racionales" de tonos a planetas basadas en distancias o velocidades, al reino de la correspondencia simblica de la imaginacin activa. Tales armonas celestiales ahora deben derivar de inteligencias informadas por un cosmos animados, y efectivamente Ramos tambin asocia las nueve Musas a cada modo y planeta. En otras palabras, el medio de efectuar una conexin entre cielo y tierra es mgico -en un universo de afinidades operativas y correspondencias, los modos pueden verse como poseyendo propiedades ocultas que ponen al hombre en relacin con las estrellas mediante resonancia simpattica. Msica Prctica es tambin

revolucionaria en tanto que Ramos revisa el sistema estndar de afinamiento pitagrico, que resultaba crecientemente restrictivo para los msicos prcticos, combinando cuartas perfectas y quintas con terceras consonantes y sextas, lo que de hecho traza los fundamentos para un sistema de temperamentos iguales tal como conocemos hoy. De nuevo, por primera vez, se interesa por las exigencias de los msicos prcticos, no los tericos especulativos, y al sugerir una evocacin posible del significado planetario mediante el adecuado uso de los modos, abre las puertas para que la msica se emplee en un contexto mgico. Ramos ilustra sus analogas con una compleja imagen de espirales que recuerda a los planetas en sus esferas y que es curiosamente semejante a la descripcin de Ficino del sonido como una serie de espirales, en su comentario sobre el Timeo. Esta imagen Uroboros es por supuesto una imagen alqumica tradicional, y sugiere una dimensin oculta de unidad espiritual ms all del evidente juego intelectual de analogas. Ficino Inevitablemente, el prximo paso hacia una magia musical plenamente operativa estaba all para ser tomado, y siete aos despus del tratado de Ramos, Ficino public su propio manifiesto en pro de la msica astrolgica como terapia en su Libro de la Vida. Si bien concebido como un comentario sobre Plotino, principalmente para darle respetabilidad filosfica- esta obra demuestra claramente la fascinacin de Ficino con las dimensiones espirituales de la magia ritual y con el potencial de la astrologa como un enfoque liberador al auto-entendimiento. Al tener Saturno en su ascendente en Acuario, Ficino conoca muy bien las limitaciones de un temperamento melanclico, y los efectos benficos que l mismo experimentaba tocando su lira y cantando le llevaron a formular un sistema teraputico en el que la msica se tocaba de acuerdo con un horscopo individual. Ficino se identific con Orfeo, que no slo domaba a las bestias salvajes con su canto, sino que trajo de vuelta a Eurdice del submundo. Al menos uno de sus amigos, el poeta Poliziano, asoci esta recuperacin de lo femenino con el "traer a luz" la esotrica sabidura platnica. La tercera parte del Libro de Vida de Ficino se titula "Como ajustar la vida de acuerdo con los cielos" y concluye su proyecto de enriquecer y vitalizar la vida disociada del estudioso. En el captulo XXI titulado "El poder de las palabras y la cancin para captar beneficios celestiales" Ficino sugiere que el poder de palabras habladas (o cantadas) emocionalmente cargadas poda intensificar el efecto de una imagen, tal como crean rabes y egipcios: "sostenan que ciertas palabras pronunciadas con una fuerte emocin tienen gran fuerza para lograr el efecto de las imgenes precisamente a las que se dirigen la emocin y las palabras". Para este proceso, es probable que Ficino empleara como textos los Himnos de Orfeo que l mismo haba traducido del griego, consistentes en eptetos a varias deidades. En efecto, su amigo hermetista Pico della Mirandola afirma que "En magia natural, nada es ms eficaz que los Himnos de Orfeo, especialmente si se aplican la msica correcta, la intencin del alma y todas las otras circunstancias conocidas por los sabios". Combinados con estos himnos, Ficino compona o improvisaba un tipo de acompaamiento musical que parece apoyarse en la asociacin de modos con estrellas sugerida por Ramos. Dice: "Tonos escogidos primeramente por la regla de las estrellas y combinados entonces de acuerdo con la congruencia de estas estrellas unas con otra, hacen una especie de forma comn, y en ellos surge un poder celestial. Es en verdad muy difcil juzgar exactamente qu combinacin de tonos concuerda especialmente con qu tipos de constelaciones y

aspectos. Pero podemos lograr esto, en parte a travs de nuestro propio esfuerzo, en parte por algn divino azar". Esto es, la confluencia de las dimensiones humana y divina -o podramos decir consciente e inconsciente- puede dar origen a una creatividad que en esencia es adivinatoria en tanto se entrega a una ley transpersonal. Esta es la "divina locura" del poeta, del amante, del sacerdote y el profeta, y tenemos la declaracin de un testigo ocular de Ficino mismo en la congoja de este frenes potico: "sus ojos ardan, salta a sus pies y descubre msica que nunca haba aprendido por repeticin" Ficino va ms lejos que Ramos al implicar el uso de modos particulares para tipos particulares de gente, y nos da tres "reglas de composicin" que requieren un conocimiento detallado de los tres tipos de msica de Boecio, expresadas aqu en trminos de astrologa, psicologa y ethos modal: "La primera regla es averiguar diligentemente qu poderes en s o qu efectos tiene una estrella dada, una constelacin o un aspecto - qu quitan, qu traen- e insertarlos en el significado de nuestras palabras, de modo de detestar lo que quitan y aprobar lo que traen. La segunda regla es tomar nota de qu estrella especial rige qu lugar o persona y luego observar qu tipos de tonos y canciones usan generalmente estas regiones y personas, para poder ofrecer similares, junto con el significado que ya he mencionado, a las palabras que ests intentando exponer a las mismas estrellas. En tercer lugar, observar las posiciones y aspectos diarios de las estrellas y descubrir a qu principales discursos, cantos, movimientos, danzas, conducta moral y acciones se ve incitada la mayora de la gente por estas, a fin de imitar tales cosas lo ms posible en tus cancin, que aspira a agradar a la parte particular del cielo que se le asemeja y a captar un influjo semejante" El "poder, oportunidad e intencin" de tal cancin, dice Ficino, provocarn tanto que el cantante como el auditorio imiten las cualidades que ello mismo est imitando a travs de su accin en el espritu areo, que conecta el espritu del hombre al alma del mundo. El espritu de la msica es concebido por Ficino como un animal viviente, compuesto de aire clido, "an respirando y de algn modo vivo". Lleva tanto emocin como significado, y su influencia depender en parte de su congruencia con los cielos y en parte con la "disposicin de la imaginacin" del cantor -esto es, de una sincronicidad entre las dimensiones interna y externa de la experiencia. El cantante debe ser un instrumento finamente afinado cuyo espritu ha sido purificado y fortalecido por l asimilacin de las propiedades del Sol, pues tal poder "vital y animal" atraer prontamente el espritu de la msica -particularmente si el ritual tambin se conduce a una hora adecuada elegida astrolgicamente. Los tres requisitos esenciales para la invocacin de tal energa numinosa son por tanto el poder solar, vital, del propio espritu del cantante, el momento propicio y la intencin del cantante, que une el deseo de su corazn y el enfoque de su imaginacin. Entonces, sugiere Ficino, pueden disiparse tanto las enfermedades fsicas como anmicas mediante la resonancia simpattica entre el espritu de la msica y el espritu humano, que abarca y acta tanto sobre el cuerpo como sobre el alma. El espritu de la msica, movindose a travs de las diversas esferas planetarias, activar el espritu particular de cada una, permitiendo que el ejecutante recree la msica asociada con cada cuerpo celestial; por ejemplo, las canciones de Venus son

"voluptuosas con deseo y suavidad". Ficino explica que cuando el planeta suplicado est "dignificado" en los cielos, el espritu del ejecutante atraer naturalmente la respuesta del espritu planetario, "como una cuerda del lad que tiembla a la vibracin de otra que se ha sido afinada semejantemente". En una magia natural basada en la visin neoplatnica del cosmos como armona, no es slo la msica audible la que puede alinear el alma con las estrellas. Desde los talismanes, las medicinas, aromas, pasando por los movimientos de la danza hasta las cualidades inmateriales del alma, todos pueden emplearse apropiadamente para restablecer una conexin psquica con un planeta particular. As, "conceptos bien acordados y los movimientos de la imaginacin" nos conducen a Marte, mientras que "las tranquilas contemplaciones del alma" son el dominio de Saturno. Efectivamente, Ficino entendi que la verdadera alquimia era la transformacin de las frustraciones mundanas y las dificultades tradicionalmente asociadas a Saturno en el oro filosfico de la contemplacin intelectual. Opuesto a Saturno en la carta natal de Ficino est Jpiter, y por supuesto este aspecto simboliza la misma polarizacin de filosofa y religin que Ficino intentaba superar. Al traer el fuego y el agua de la imaginacin al rigor terrenal y la disciplina de las estructuras tradicionales del aprendizaje, se abri paso a travs de la fortaleza del racionalismo escolstico y, a la vez que permaneca fuertemente dentro de la Iglesia, desafi radicalmente su teologa dogmtica. En ningn sitio de la obra de Ficino se hallar carencia de poesa, metfora, mito o imaginacin, incluso al abordar los temas ms tcnicos. La teora nunca est divorciada de la prctica, la "verdad" objetiva nunca destilada a partir de la hermenutica de la experiencia espiritual -de hecho su crtica recae con peso sobre aquellos astrlogos cuya prctica consiste meramente en conocer todas las reglas y aplicarlas al modo "causa y efecto". El mismo lenguaje de Ficino es un lenguaje de signo y smbolo, aspirando contnuamente hacia lo inefable, y sin embargo rico en colorido y expresivo en contenido. De modo que no sorprende que al considerar el tema de la armona en la teora de la msica, los conceptos de consonancia y disonancia estn vestidos en ropaje metafrico. En su carta "Los principios de la Msica", Ficino describe las cualidades de los intervalos en la escala musical como una analoga de la procesin hermtica del alma desde sus orgenes a su regreso final a Dios, y vale la pena citar este pasaje en pleno como ejemplo de la capacidad instintiva de Ficino para vincular lo sensible y lo metafsico: "la nota ms baja, a causa de la misma lentitud del movimiento en que est comprometida, parece estar quieta. La segunda nota, empero, apenas si se aleja de la primera y es as disonante, profundamente en su interior. Pero la tercera, recobrando una medida de vida, parece erigirse y recuperar consonancia. La cuarta nota cae ms all de la tercera, y por esa razn es de algn modo disonante; pero no tan disonante como la segunda, ya que est templada por la encantadora vecindad de la quinta siguiente, y simultneamente suavizada por la gentileza de la tercera precedente. Entonces, despus del ocaso de la curta, la quinta surge ahora; se eleva... en mayor perfeccin que la tercera, pues es la culminacin del movimiento ascendente; mientras que las notas que siguen a la quinta, de acuerdo a los seguidores de Pitgoras, no es tanto lo que se elevan cuanto que regresan a las primeras. As la sexta, al estar compuesta de la doble tercera, parece regresar a ella, y se acuerda muy bien con su dcil gentileza. Luego la sptima retorna infelizmente, o ms bien se desliza de vuelta a la segunda y sigue su disonancia. Finalmente la octava se ve felizmente restaurada a la

primera, y por esta restauracin completa la octava, junto con la repeticin de la primera, y tambin completa el coro de las Nueve Musas, ordenado agradablemente en cuatro estadios, por as decirlo: el estado calmo, la cada, el surgimiento y el retorno" En su bsqueda de una perspectiva unificante, Ficino considera la idea de armona en los tres niveles de manifestacin; las complejidades de las relaciones intervlicas especficas en la msica audible, la relacin de los sentidos humanos con proporciones especficas de fuego, tierra, aire y agua, y finalmente lo que el llama "las causas astronmicas de la armona". Basndose en el Libro Tercero de los Armnicos de Ptolomeo, Ficino busca aqu mostrar la congruencia entre la experiencia humana de los intervalos musicales y las tensiones inherentes en las relaciones angulares de los signos zodiacales. Pero mientras que Ptolomeo, en cuanto matemtico, mantiene una perspectiva rigurosamente objetiva, que aspira a demostrar que la astrologa es una verdadera ciencia que depende del nmero, Ficino est ms preocupado por la experiencia prctica de msicos y astrlogos. Ptolomeo enfoca en la primaca de la octava, la quinta y la cuarta, pero Ficino considera cada intervalo y aspecto como igualmente importante al contribuir al Bien general, surgiendo la idea de disonancia meramente de la imperfeccin de las condiciones terrenales. Esto lo justifica la msica misma -pues si la cuarta es perfecta, cmo puede el aspecto de cuadratura considerarse como discordante? En su comentario sobre Plotino, Ficino afirma: "En verdad no slo Cncer no es disonante con Aries, sino que es consonante, pues ambos son parte de un cuerpo grandemente uniforme y de la misma naturaleza (que son discordantes entre nosotros por temperamento armnico), y no menos en los cielos que en la cancin musical ocurre que todas las cosas son consonantes entre ellas... Por lo tanto la unin de los planetas representa para nosotros la consonancia de la octava". En Principios de la Msica, Ficino ilustra paso a paso cmo los intervalos y los aspectos corresponden en naturaleza; el segundo signo "alejndose" del primero como en la segunda disonante, el quinto "contemplando benignamente" al primero en un trgono como un modelo para la perfecta quinta. El sptimo signo, al oponerse al primero, es "muy vigoroso en su discordia", de acuerdo a Ficino, y "parece en clara hostilidad prefigurar el sptimo tono en msica, el cual con su cualidad vigorosa y vehemente es ahora ms claramente disonante con el primero". Ficino apunta que el octavo signo, tradicionalmente asociado a la muerte, es por ello considerado desfavorable. Pero desde una perspectiva teolgica es ms bien lo opuesto, en tanto la muerte libera al alma de "la disonancia del mundo elemental, devolvindola a la armona celestial". As su naturaleza se representa verdaderamente en la perfecta consonancia del octavo tono, o la octava. Ficino completa su viaje alrededor del zodiaco relacionando los signos zodiacales del noveno al duodcimo de nuevo con el primero. De este modo, el signo noveno se relaciona con la quinta perfecta, el "dcimo signo de la ambicin humana" con "la disonancia humana, mediadora" de la cuarta perfecta, el signo once de la amistad humana con el intervalo de la tercera, y el signo doce, "atribuido a enemigos ocultos y a la prisin" recapitula la extrema disonancia del intervalo de segunda. Es interesante que mientras Ptolomeo, en su preocupacin por una perfecta simetra matemtica, compara el aspecto de oposicin con la octava, para Ficino la disonancia de la sptima, que requiere una resolucin en la octava consonante, corresponde ms claramente a la tensin experimentada en el aspecto de oposicin en la prctica astrolgica. Lo que es ms, la resolucin de la sptima en la perfecta concordia de la octava musicalmente incorpora un potencial metafsico que para Ficino proporcionara su justificacin ltima. Desde una perspectiva psicolgica podra considerarse como representando la

resolucin de la tensin de opuestos dentro del individuo hacia un S mismo unificado; desde una perspectiva espiritual, incorpora en sonido la liberacin final de la disonancia y tensin de la existencia terrenal en la perfeccin del cielo mediante la muerte. Cuando Ficino tocaba su Lira rfica, que probablemente era un instrumento del tipo de un arpa, las cualidades de los intervalos musicales que extraa de las cuerdas penetraban as los niveles ms profundos de la experiencia humana. Si defenda un uso consciente de estas analogas al ensearnos a hallar tonos o modos que correspondan al modelo de los cielos, es difcil de decir, y acaso no sea el punto ms importante. Ficino logr traer la msica de las esferas a la tierra al reconocer el poder unificante y transformador de la percepcin simblica -un poder cuya aprehensin depende de la suspensin del pensamiento racional y la disponibilidad a ser guiado por la imaginacin. ................... Desde sus humildes comienzos en la solitaria ejecucin de lira de Marsilio Ficino, la msica de las esferas continu siendo escuchada a lo largo del siglo siguiente. Para Cornelio Agrippa, cuyos Tres Libros de Filosofa Oculta ofrecen un compendio de teora y tcnicas mgicas, la magia simpattica de Ficino y la concepcin de Gafori de la armona csmica combinan en un sistema de ritual presidido por el Mago, que configura y explota las propiedades de la msica en su bsqueda de la verdad espiritual. En el campo de la msica prctica, los grandes intermedios de la coarte de Medici en Florencia intentaron recrear el mundo platnico de formas ideales sobre la tierra, despertando el asombro del auditorio -la enorme escala del espectculo visual y las fuerzas musicales se crearon con el propsito de imitar la perfecta Belleza. En una escala menor, el renacimiento hermtico en la Inglaterra isabelina produje msica tan exquisita como la de John Dowland, cuyas siete Pavanas Lachrimae para lad y viola evocan el descenso y ascenso neoplatnico del alma, y en cuyas canciones de la ms profunda melancola yace oculto el oro del Saturno filosfico. Con la revolucin copernicana y el desarrollo de la astronoma fsica independiente de la filosofa, la msica csmica se volvi dominio creciente del cientfico esotrico ms que del msico prctico. La msica mundana se encontr incorporada en sistemas cada vez ms complejos dependiente de la unidad de todos los elementos universales, por tales "polymathes" como Robert Fludd, Anasthasius Kircher y Johannes Kepler. Pero a pesar de los intentos de la Camerata Florentina a comienzos del s. XVII para revivir los ideales de la antigua Grecia de ethos musical, la msica instrumental gradualmente perdi su justificacin filosfica y las caractersticas barrocas de estructura formal, matiz estilstico y gesto ornamental determin las intenciones de los compositores. En crculos esotricos, divorciados del mundo iluminado del racionalismo, la invencin y elaboracin de sistemas musicales explcitamente relacionados con correspondencias ocultas continu explorndose y disfrut un renacimiento en el periodo romntico. En el siglo XX podemos pensar en Rudolf Steiner o G. I. Gurdjieff como portavoces de la msica como disciplina espiritual, pero ya no omos ms la msica de las esferas. El compositor Arnold Schoenberg a comienzos del s. XX "emancip la disonancia", esto es, liber la escala cromtica de doce notes de cualquier idea de jerarqua interna y volvi iguales las notas. De modo semejante, ya no tenemos la oportunidad de distinguir entre temperamentos musicales, o sistemas de afinacin usados para efectos especficos hasta el s. XVIII. Debido a las innovaciones de J. S. Bach, la msica que escuchamos est "temperada igualmente" -todas las cuartas o quintas perfeccionadas ahora

ecualizadas. Tambin la astrologa ha sufrido el destino de divorciarse de la filosofa, obligada a intentar alinearse con los paradigmas predominantes de la realidad cientfica; en un periodo de confusin acerca del valor de la experiencia espiritual, se ve llevada a negar sus races en la "notio", un contacto con lo numinoso que precede todos los procesos de diferenciacin por la mente. Empero, como sugiere Ficino, puede haber un modo muy simple de que el ser humano re establezca una conexin con estas races, y preste una vez ms un odo interno a la armona de las esferas: "Cuando en tus estudios haces un intento serio por postular que hay muchas mentes anglicas ms all del cielo, como luces, cuyo orden las relaciona tanto a unas con otras y con Dios, el padre de todas las luces, cul es el punto en continuar tus investigaciones a lo largo de tortuosos senderos? Tan slo contempla el cielo, ruego, oh ciudadano del reino celestial, a ese cielo cuyo orden manifiestamente perfecto tan claramente declara que Dios es su creador"

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