Aspectos Procesales Del Estatuto de Roma
Aspectos Procesales Del Estatuto de Roma
Aspectos Procesales Del Estatuto de Roma
Octubre de 2003
*
Abogado, egresado de la Universidad Central de Venezuela, en donde es profesor de escalafón, de pre y
post-grado en Derecho Procesal Penal y Derecho Penal. Magíster en Derecho Internacional en la
Universidad de Glasgow, Reino Unido. Juez Superior Penal en ingreso por concurso de oposición, en la
Corte de Apelaciones penal de Caracas. Cursante del Doctorado en Derecho de la U.C.V.
2
de enjuiciamiento que surjan del procesamiento de causas ante esa instancia, y en los
aspectos vinculados a los que denomina el Estatuto, “la cooperación internacional y la
asistencia judicial”. Así, tanto la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, como el Código Orgánico Procesal Penal y el Código Penal, viabilizan tal
inserción del sistema de justicia penal internacional, por lo cual, más que un problema
de conjunción procedimental, la aspiración importante sería la disposición estatal, la
voluntad política, para la aplicación del sistema, o por lo menos, de no impedir su
ejercicio, cuando sea menester ello.
Analicemos entonces los primordiales aspectos procedimentales del Estatuto que creó
este tribunal internacional penal, en su referencia nacional, acotando las variantes
normativas, y de interpretación jurisdiccional hasta ahora efectuadas, con miras a tratar
de enfocar de manera practica, hipótesis eventuales de acceso a la tutela de la CPI, desde
una perspectiva nacional, o en la eventual incriminación de nacionales, o por hechos
acaecidos en la geografía patria.
Antecedentes.-
“Se aprueba en todas sus partes y para que surta efectos internacionales en cuanto
a Venezuela se refiere, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional,
concluido en la ciudad de Roma, Italia, el 17 de julio de 1998”
Esta Ley decretada por el órgano legislativo nacional cuya competencia se derivaba de
la ahora derogada Constitución de 1961, es más de un año después cuando es publicada,
toda vez que la promulgación de la ley por parte del Ejecutivo Nacional, a través del
“Cúmplase” ordenado por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
ocurrió el 13-12-00, luego de la entrada en vigencia de la actual Constitución, y de ser
electos tanto los miembros del nuevo órgano legislativo nacional que sustituyó al otrora
Congreso de la República, ahora Asamblea Nacional, y también después de ser re-electo
3
Hay la unívoca intención del legislador venezolano de darle cabida como ley vigente
en el país, a un Estatuto que fue aprobado y ratificado por Venezuela conjuntamente con
otras naciones de orbe. De allí que si el legislador venezolano aceptó -lo cual ratificó el
Ejecutivo nacional promulgante- que el Estatuto que crea una corte penal internacional,
es aprobado “…en todas sus partes y para que surta efectos internacionales en cuanto a
Venezuela se refiere”…, está significando que:
De allí que la aprobación total del Estatuto conjuga la incorporación entre nosotros
de una nueva categoría de ilícitos penales, “los crímenes”, como tipos de
importancia jerárquica dentro de la ilicitud penal colateral, tanto por la significación
del bien jurídico que protege, tanto por el mecanismo de procesamiento, así como
por el juez natural que lo hará. Pero también incorpora el reconocimiento de una
categoría de administradores de justicia de preponderancia mundial, cuya ejecución
de sentencias tendrá un impulso de origen externo, global, a través de, nada menos,
el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de acuerdo al Artículo 87, 7 del
Estatuto.
Por otra parte, el hecho de que el Estatuto, de acuerdo a la redacción del Artículo
Único de la Ley Aprobatoria Venezolana, “surtirá efectos internacionales en cuanto
a Venezuela se refiere”, precisa que él no es un estamento normativo ornamental, de
poca monta, aprobado a los fines de cumplir con la comunidad internacional y no ser
calificada la nación como desconocedora de los derechos fundamentales de
pertenencia colectiva en cabeza de la comunidad internacional, sino que debe tener
efecto dicho Estatuto. Y no un efecto retórico o simbólico, sino un claro efecto
procesal, forense, en lo que atañe al juzgamiento de nacionales o de extranjeros que
en la jurisdicción del país que ha ratificado el Estatuto, cometan crímenes; actuando
la CPI como jurisdicción accesoria ante la ausencia de juzgamiento nacional, siendo
esta persona natural enjuiciable, particular o funcionario público. Es decir, hay una
obligación procesal del Estado Venezolano frente a la Corte Penal
Internacional.
“…es deber de todo Estado ejercer su jurisdicción penal contra los responsables de
crímenes internacionales”…,
Hemos reiterado que a esta Corte con sede en La Haya (Países Bajos, “el Estado
anfitrión”), le ha sido otorgado el atributo jurisdiccional pleno por parte de los países
que la aprobaron, incluyendo Venezuela. Y a tal efecto, basta con hacerle un
seguimiento concatenado a los pasos que nacionalmente se estructuraron con miras a ese
objetivo.
Y ello es así, cuando se observa que en el citado Numeral 1 del Artículo 4 del Estatuto,
Venezuela -y los demás países aprobantes y ratificantes del Estatuto-, le otorgan al
Tribunal que se creó,…
De allí que, inclusive, aún frente a las disposiciones del propio Estatuto sobre el
carácter complementario, subsidiario, de su ámbito jurisdiccional frente a la espera del
enjuiciamiento del criminal en la instancia nacional, tal instrucción constitucional a
hacer prevalecer los instrumentos internacionales reconocedores de los derechos
humanos deriva, a nuestro entender, en una suerte de reflujo de la primacía de
jurisdicción cuando se trate de enjuiciar a quien realmente, trascendentemente, ha
cometido un crimen descrito en el Estatuto, por lo cual la prevalencia en el orden interno
dictada por el Artículo 23 Constitucional, desdice de la complementariedad
jurisdiccional del Estatuto, y hace más bien remitir la jurisdicción primaria para
sancionar estos crímenes, a la CPI.
Por otra parte, el ejercicio directo de los actos procesales dirigidos por la Corte en el
ámbito nacional, no puede ser interpretada como una afectación de la soberanía
nacional, al aprobar Venezuela el Estatuto cuyo Numeral 2 de su Artículo 4 postula
que…
Frente a ello, ya nuestros doctrinarios clásicos habían opinado sobre que la ley penal
tiene una eficacia limitada en el espacio, de existir normas tales como el Estatuto, que
fija principios en este sentido, y que se ha venido denominando como Derecho Penal
Internacional, siendo que su objeto le interesa a la comunidad de naciones en el orden
de los hechos punibles. De hecho, nuestro Código Penal contempla los llamados delitos
contra el derecho internacional (Artículos del 153 al 166), tales como el
quebrantamiento de principios internacionales, los atentados contra jefes de naciones
extranjeras, la piratería, pero tal como lo señala Leu, con tales tipos, no se está violando
el Derecho Internacional sino el Derecho Nacional1 .
1
Hans-Joachim Leu, Introducción al Derecho Internacional Penal. Caracas, Ministerio de Relaciones
Exteriores, 1982, 25.
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“…normas que tipifican delitos incluidos en la legislación nacional pero cuya represión
básicamente obedece a que se lesionan intereses de la Comunidad Internacional como
tal, lo que por ello justifica que cualquier Estado pueda reprimir el hecho,
independientemente de la nacionalidad del sujeto y del lugar en que haya sido
cometido el hecho, tratándose en este caso de los denominados delitos iuris
gentium,…y finalmente, c) a las normas que emanen de un organismo internacional y
que sancionan hechos, cuyo carácter punible deriva directamente del Derecho
Internacional”…2
Lo destacable dentro de la nueva realidad que supone la existencia de una Corte Penal
Internacional es que se estructura la necesidad de resguardar la afectación de bienes
jurídicos de internacional titularidad, a través de un remedio jurisdiccional, también
internacional, por lo que la mas acabada orientación de la universalidad o de la justicia
mundial es que ahora nos encontramos con una instancia judicial de acceso mundial, que
debe también tutelar víctimas por la afectación de bienes globalmente reconocidos, y no
el asumir que dicha justicia será aplicada por Estados sobre la jurisdicción de otra
nación.
2
Alberto Arteaga Sánchez, Derecho Penal Venezolano, 72.
11
humanos y los delitos de lesa humanidad serán investigados y juzgados por los
tribunales ordinarios”… , por lo que la pregunta sería, ¿habiendo reconocido el Estado
Venezolano la vigencia como ilícitos penales en el país, los llamados crímenes descritos
en el Estatuto de Roma, será considerada la CPI como “tribunal ordinario” a los fines de
que ella sea la instancia directa de conocimiento de tales causas?.
“Nadie podrá ser condenado sin un juicio previo, oral y público, realizado sin
dilaciones indebidas, ante un Juez…consagrados en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, las leyes, las leyes, los tratados, convenios y acuerdos
internacionales suscritos por la República”……(resaltado nuestro)
Pero por otra parte, la ordinarización de la Corte Penal Internacional para ser el
especifico juez natural que enjuicie criminales cuyas conductas encuadren en los tipos
descritos en el Estatuto cometidos en Venezuela, se reafirma en el propio Código
Orgánico Procesal Penal, cuando señala en su Artículo 55 que la noción de tribunales
ordinarios, que decidirán sobre “…asuntos sometidos a su conocimiento”…, puede
provenir de “…los tratados, convenios y acuerdos internacionales suscritos por la
República”… .
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Inclusive, el especifico remedio procesal se halla en el propio texto del Artículo citado
cuando contempla la posibilidad de que, por ejemplo, un tribunal venezolano asuma que
no es competente para el enjuiciamiento de una causa vinculada a la comisión de uno de
los crímenes señalados en el Estatuto y decida declinar, no la competencia -porque la
sigue teniendo, la penal-, sino la jurisdicción, en virtud de, dado el caso, la vigencia del
Estatuto de Roma. Así, el Único Aparte del citado Artículo 55 del Código Orgánico
Procesal Penal contempla que asumida esa posibilidad declinatoria, podrá ser recurrida
ante la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia.
De allí que, de acuerdo al Numeral 7 del Artículo 266 Constitucional, es atribución del
Tribunal Supremo de Justicia, el “Decidir los conflictos de competencia entre tribunales,
sean ordinarios o especiales, cuando no exista otro tribunal superior o común a ellos en
el orden jerárquico”, atribución ésta que descansa en la Sala Políticoadministrativa, de
acuerdo a la parte in fine del Único Aparte del mencionado Artículo Constitucional
(“…Las demás atribuciones serán ejercidas por las diversas Salas conforme a lo
previsto en esta Constitución y en la ley”), con lo cual, de acuerdo con la también parte
final del Artículo 43 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, cualquier otro
asunto “…que sea de la competencia de la Corte -ahora el Tribunal Supremo de
Justicia-, si no está atribuido a alguna de las otras Salas”, le corresponderá entonces
decidir a dicha Sala Politicoadministriva sobre la declinatoria de jurisdicción, por vía de
apelación (de acuerdo al Artículo 55 del Código Orgánico Procesal Penal).
de acuerdo al citado Artículo 190 de la Ley Adjetiva Penal Venezolana, por lo que serán
nulidades absolutas…
por cierto constitutivo junto con la Fiscalía de uno de los Poderes Públicos Nacionales,
el Poder Ciudadano, la Defensoría del Pueblo, que tiene como atribución fundamental,
el…
“Velar por el efectivo respeto y garantía de los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución y en los tratados, convenios y acuerdos internacionales sobre derechos
humanos ratificados por la República, investigando de oficio o a instancia de parte las
denuncias que lleguen a su conocimiento”
de acuerdo al Numeral 1 del Artículo 281 Constitucional, pero esta protección se debe
instrumentalizar, de acuerdo al propio Texto del Artículo citado, instando al…
“…Fiscal General de la República para que intente las acciones o recursos a que
hubiere lugar contra los funcionarios públicos o funcionarias públicas, responsables de
la violación o menoscabo de los derechos humanos”
3
Toda vez que de acuerdo al Numeral 1 del Artículo 14 del Estatuto, la petición será para “…que
investigue la situación a los fines de determinar si ha de acusar”… .
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“El ejercicio del Poder Público acarrea responsabilidad individual por abuso o
desviación de poder o por violación de esta Constitución o de la ley”,
“El Estado responderá patrimonialmente por los daños que sufran los o las particulares
en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesión sea imputable al
funcionamiento de la Administración Pública”
Por lo que es exigible a dicho máximo funcionario del Ejecutivo el propiciar dicha
denuncia ante el Fiscal de la Corte Penal Internacional, como atribución propia de
relación internacional, si tiene el parecer de comisión de crímenes por parte de autoridad
pública4.
Al aceptar todos los extremos del Estatuto, Venezuela debe asumir como política de
Estado, posibilitarle al Fiscal ante el tribunal internacional, que pueda recabar
información, inclusive de origen público, de acuerdo al Numeral 2 del Artículo 15 del
Estatuto, información que puede ser recabada también ante…
4
Ilustrativamente, el Artículo 45 de la Constitución, reafirma la existencia de participación penal, en lo
que atañe a delito de lesa humanidad, por parte de “…los cómplices y encubridores o encubridoras del
delito de desaparición forzada de personas”…, complicidad o encubrimiento éste que “…será sancionado
con pena de doce a dieciocho años de presidio”, de acuerdo a la parte in fine del Artículo 181-A del
Código Penal.
17
Se ilustra que de acuerdo al Artículo 121 del Código Orgánico Procesal Penal, “La
Defensoría del Pueblo y cualquier persona natural o asociación de defensa de los
derechos humanos podrán presentar querella contra funcionarios o empleados públicos,
o agente de las fuerzas policiales, que hayan violado derechos humanos en ejercicio de
sus funciones o con ocasión de ellas”, situación ésta que legitima a los particulares que
reúnan la característica de defensa de derechos acotada, poder acudir ante la instancia
internacional, legitimidad ésta que a nuestro criterio, no estaría limitada exclusivamente
a la persona jurídica asociativa, o siquiera si la persona natural o jurídica se dedicare
formalmente a la citada defensa de los nombrados derechos fundamentales, ya que ello
no es exigible de acuerdo al mencionado Artículo 15 del Estatuto.
Ahora bien, cuando es expresa la decisión pública -ya que el Poder Judicial forma parte
de los Poderes Públicos Nacionales, en atención al Encabezamiento del Artículo 136 y
253 Constitucional-, de “no incoar acción penal contra la persona de que se trate”
(tomando la redacción del Literal “b)” del Artículo 17 del Estatuto), ello promoverá la
admisión del asunto ante la CPI. En nuestro caso, se puede equiparar como tal decisión
pública de no incoacción por crímenes, por ejemplo, el ejercicio del llamado “Principio
de Oportunidad” por parte del Ministerio Público venezolano, en atención al Artículo 37
del Código Orgánico Procesal Penal (“El Fiscal del Ministerio Público podrá solicitar
al Juez de control autorización para prescindir, total o parcialmente, del ejercicio de la
acción penal”…). Ahora bien, es interesante precisar que el Estatuto también respeta la
posibilidad de que el fiscal acusador estime innecesario incoar la acción penal cuando
“El asunto no sea de gravedad suficiente para justificar la adopción de otras medidas
por la Corte”, de acuerdo al Literal “d)” del Artículo 17 del Estatuto.
Ahora bien, en lo que atañe a la admisibilidad de la acción penal por crímenes ante la
CPI por inacción jurisdiccional, es reglamentaria las pautas del Estatuto, en cuanto a
precisar, de acuerdo a los diferentes numerales de su Artículo 17, que tal inacción estará
presente cuando:
5
Lo que a nuestro modo de ver, recibió una nominación inadecuada por parte del Estatuto, porque tal
“espera fiscal” es llamada por el Artículo 18 del Estatuto como “inhibición de la competencia fiscal”,
siendo que el instituto de la inhibición, o como mayoritariamente se llama a nivel internacional, el
“apartamiento”, se refiere a circunstancias de afectación de la necesaria imparcialidad, especialmente, del
juez, y a su protección mediando causales subjetivas -de afectación de animo- u objetivas que tiendan
hacia considerar eventualmente al funcionario, parcializado.
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superior” , es de destacar que de acuerdo al Art. 18, 4 del Estatuto, “El Estado de que se
trate o el Fiscal podrán apelar ante la Sala de Apelaciones”…de la CPI.
Pero el sistema penal internacional de la CPI se cuida a grado sumo de no ser invasivo
en la jurisdicción. “La Corte se cerciorará de ser competente en todas las causas que le
sean sometidas”… (Art. 19,1), pero asimismo advierte su normativa, que tal asunción de
jurisdicción se hace de pleno derecho, de manera oficiosa (Ibídem), teniendo legitimidad
activa a propiciar la admisión de competencia, el imputado o el Estado investigador,
procesante o sentenciante por la causa criminal de pretendido enjuiciamiento
internacional. Por las razones antes expuestas, estimamos que el carácter recursivo de la
pretensión publica venezolana a que sus tribunales conozcan los crímenes cuya acción
dirigida a sancionar fue admitida por el tribunal penal internacional, debe estar en
cabeza del Jefe del Estado, dado su carácter de máximo director de las relaciones
exteriores de la República, no como titular del agravio subjetivo por la acción (a menos
que sea él el encausado), sino a los fines de la salvaguarda del Principio Constitucional
del Ejercicio de la Soberanía Pública.
“Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos en virtud de los
cuales hubiese sido juzgada anteriormente”
Este derecho no tiene, ni debería tener, cortapisa alguna, siendo que, inclusive, es
instrumentalizado en el Artículo 21 del Código Orgánico Procesal Penal, precisándose
que para poder hablar de tal cosa juzgada el juicio debió haber concluido por sentencia
firme, con lo cual se ilustra que el concepto amerita el haber posibilitado el ejercicio de
los recursos, como otro de los derechos procesales a ser reconocido por la garantía al
proceso justo, de acuerdo a la parte in fine del Art. 49,1 Constitucional. Es decir, no
22
De allí que, conforme al referido Artículo del Estatuto, la futilidad de la cosa juzgada
nacional se hará evidente cuando exista la demostración de que la instancia local sustrajo
“…al acusado de su responsabilidad penal por crímenes”…, o la sentencia fue
dependiente o parcial con los intereses del acusado. Es evidente que no pocos problemas
podrán derivarse de esta polémica norma, sobre todo a nivel de la necesidad de precisar
conceptos expresados de una manera tan vaga como “sustracción de responsabilidad” o
instrucción imparcial o independiente, con lo cual pareciera que si lo cuestionable es la
instrucción, como sinónimo de investigación penal, que antecede a la especifica
jurisdiccional fase de procesamiento, entonces la necesidad de la imparcialidad se le
exige también al órgano fiscal nacional, dentro de un sistema acusatorio como el
venezolano.
23
Pero sin embargo, a diferencia de nuestra legislación adjetiva, o inclusive del propio
Texto Constitucional, nada se jerarquiza como principios procesales, tales como la
elemental mención del internacional concepto al debido proceso, la obligación a decidir,
el concepto de juez natural, la afirmación de la libertad, la defensa e igualdad entre las
24
Así, más que principios, el Estatuto hizo entrar en vigor, dichas Reglas, las cuales no
son definitivas, ni son entendidas en respeto de una noción de derecho estatuido, toda
vez que se acude al expediente del precedente procedimental…
“…en casos urgentes y cuando éstas no resuelvan una situación concreta suscitada
en la Corte, los magistrados podrán, por una mayoría de dos tercios, establecer
reglas provisionales”…(de acuerdo al Art. 51,3 del Estatuto)
Ahora bien, esta referencia que hace el Código Orgánico Procesal Penal a cumplir las
previsiones de la Ley Adjetiva Civil Venezolana en materia del tramite de actos
procesales ordenados por jurisdicción extranjera, guarda especial significación para toda
actividad de la CPI, léase investigadora o de proceso, entiendase como de obtención de
elementos de convicción por el Fiscal ante la CPI para acusar, o entiendase como actos
de prueba, una vez realizado el acto de imputación. Y en tal particular, para que la
decisión de colaboración de autoridad nacional -jurisdiccional, fiscal o administrativa-
para darle cumplimiento a un fallo de procedencia de investigación dictado por el
tribunal internacional, sea ejecutable en Venezuela, se debe cumplir con el extremo de
los Artículos 850 del Código de Procedimiento Civil, en concatenación con el Numeral
25 del Artículo 42 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia. Es decir, para
que se declare…
de acuerdo al Encabezamiento del citado Artículo 850 del Código del Código de
Procedimiento Civil, ello debe ser ejecutoriado por el Tribunal Supremo de Justicia,
específicamente, de conformidad con la parte in fine del Único Aparte del Artículo 266
Constitucional y los Artículos 42.25 y 43 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de
Justicia, por la Sala Político-administrativa del Máximo Tribunal. Ahora bien, en lo que
atañe a los requisitos de ejecutoriedad que de manera expresa menciona el Artículo 851
del Código de Procedimiento Civil venezolano, a ser verificados por el Máximo
Tribunal en el caso de hacer valer los efectos en el país de decisión extranjera, dichos
requisitos no pueden serle aplicado en el caso de decisiones de la CPI, toda vez que es
taxativa la previsión de la última norma citada, cuando se instruye que la ejecutoriedad
normada por la ley adjetiva civil venezolana, atañe a decisiones “…en materia civil o
mercantil o, en general, en materia de relaciones jurídicas privadas”, a tenor del Art.
851,3˚ del Código de Procedimiento Civil.
27
Ahora bien, en el caso de haberse operado la ejecutoriedad por parte del Tribunal
Supremo de Justicia , en lo que atañe a la citación del investigado o los testigos, si se
debe dar cabida a las pautas de citación contempladas en los Artículos 853 y 854 del
Código de Procedimiento Civil, a saber, conforme a los Artículos del 215 al 233 (“De
las citaciones y notificaciones”) Ejusdem, en lo que cabe en causa penal, por la expresa
remisión que hace la ley adjetiva penal venezolana. Por otra parte, no compartimos la
opinión de que a tenor del Artículo 857 del Código de Procedimiento Civil, las
solicitudes de la CPI a ser ejecutadas jurisdiccionalmente en Venezuela, podrán
realizarse, por remisión del Artículo 201 del Código Orgánico Procesal Penal, en lo que
atañe -siguiendo la redacción del Artículo de la Ley Adjetiva Civil venezolana- “…al
examen de testigos, experticias, juramentos, interrogatorios y demás actos de mera
instrucción que hayan de practicarse en la República”…, con el “simple decreto del
Juez de Primera Instancia que tenga competencia en el lugar donde hayan de
verificarse tales actos”, aun con la rogatoria de la CPI y su legalización diplomática o
consular por el representante venezolano ante los Países Bajos; ni en lo que atañe a las
“citaciones que se haga a personas residentes de la República, para comparecer
ante”… el Fiscal ante, o los tribunales conformadores de la Corte Penal Internacional, de
acuerdo a la redacción del Art. 856 del Código de Procedimiento Civil. Y ello, ni
siquiera si se han cubierto los gastos por los solicitantes: Para que ello suceda,
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Bien se ha dicho que en el caso de una insistente negativa del Estado Venezolano a
cumplir con los extremos de las obligaciones que asumió al ser parte del sistema de
justicia penal internacional, ello está proscrito a partir del propio Texto Constitucional,
toda vez que de acuerdo al Único Aparte del Artículo 31 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela…
a saber, los llamados órganos internacionales creados para fines de derechos humanos,
de acuerdo al Encabezamiento de la norma citada.
que implican el control del andamiaje institucional para afectar bienes jurídicos de tanta
significación y cometer delitos tan extremos como el genocidio o el exterminio, no pude
ser apartado del problema no solo de la soberanía de enjuiciamiento penal nacional, la
llamada territorialidad del derecho penal, sino desde el punto de vista de los fueros para
ciertas autoridades.
En tal sentido, nuestra Constitución postula ese derecho a la defensa del que es
considerado imputado por la Corte Penal Internacional, de manera expresa, cuando
conforme a su Artículo 31, le otorga a toda persona el derecho…
“…en los términos establecidos por los tratados, pactos y convenciones sobre
derechos humanos ratificados por la República, a dirigir peticiones o quejas ante los
órganos internacionales creados para tales fines, con el objeto de solicitar el amparo
a sus derechos humanos”,
norma ésta que más que legitimar, o consagrar -porque se supone que los derechos
humanos al ser inherentes a la persona, no requieren siquiera consagración
constitucional, de acuerdo al Art. 22 de la Constitución- el derecho de las víctimas por
crímenes, de acudir a instancias internacionales tales como la CPI, también,
paradójicamente necesario, le otorga el derecho al criminal de que se le respeten su
también presente e inherente derecho humano a ser juzgado conforme al debido proceso.
conjugándose esta norma con el Artículo 6 del Código Penal, cuyo Encabezamiento no
deja al extraditable venezolano ausente de sanción, lo cual se hará en Venezuela, “…si
el delito que se le imputa mereciere pena por la ley venezolana”, aspecto éste de menor
dificultad de aplicación ya que asumimos que, por lo menos en la parte sustantiva, los
crímenes estatuidos son norma de plena vigencia nacional. Ahora bien, la norma
sustantiva penal a pesar de que extiende su ámbito de aplicación en reafirmación del
principio de territorialidad del derecho penal, esta vez para los extranjeros, en el citado
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Artículo 6 del Código Penal6, ello fue superado abiertamente por la entrada en vigencia
de la Constitución de 1999, cuyo Artículo 271 encabeza instruyendo que…
“En ningún caso podrá ser negada la extradición de los extranjeros o extranjeras
responsables de los delitos…contra los derechos humanos”…,
El asunto a dilucidar es en lo que atañe a los venezolanos enjuiciables por esa instancia.
A nuestro modo de ver, la solución se halla inserta en el propio Texto Constitucional, no
solamente en el simplismo de afirmar que por vía de la invocación del Artículo 23
Constitucional que hace ley venezolana a instrumentos internacionales como el Estatuto,
asumiendo éste inclusive una jerarquía constitucional, ello hace incluir como normas y
principios constitucionales la positividad del tratado; y que estas normas y principios
prevalecen expresamente sobre cualquier otra norma y principio constitucional. Es decir,
bajo esta exclusiva interpretación, el “goce y ejercicio” de la jurisdicción de la CPI es
más favorable que la norma constitucional que prohíbe la extradición de venezolanos
señalados de criminales, y hace superar en valoración de normas constitucionales, la
jerarquía del instrumento internacional de protección de los derechos humanos frente al
derecho de jurisdicción nacional del eventual criminal afectador de tales derechos.
6
Que en lo que atañe a los extranjeros, “…no podrá tampoco concederse por delitos políticos ni por infracciones
conexas con estos delitos ni por ningún hecho que no esté calificado de delito por la ley venezolana.
“La extradición de un extranjero por delitos comunes no podrá acordarse sino por la autoridad competente, de
conformidad con los trámites y requisitos establecidos al efecto por los Tratados Internacionales suscritos por
Venezuela y que estén en vigor, y, a falta de éstos, por las leyes venezolanas.
“No se acordará la extradición de un extranjero acusado de un delito que tenga asignada en la legislación del país
requirente, la pena de muerte o una pena perpetua.
“En todo caso, hecha la solicitud de extradición, toca al Ejecutivo Nacional, según el mérito de los comprobantes
que se acompañen resolver sobre la detención preventiva del extranjero, antes de pasar el asunto al Tribunal
Supremo de Justicia.
“No podrá tampoco concederse por delitos políticos ni por infracciones conexas con estos delitos ni por ningún
hecho que no esté calificado de delito por la ley venezolana.”
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“Las acciones para sancionar los delitos de lesa humanidad, violaciones graves a los
derechos humanos y los crímenes de guerra”…
Del cumplimiento del debido proceso al criminal venezolano enjuiciable por la CPI.
que admitirá la acusación y dictará, previo el cumplimiento de los requisitos de ley, las
medidas de coerción personal o cautelares a que haya lugar.
(…)
Cuando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela habla de
tribunales ordinarios se refiere tanto a ordinarios como a especiales, los cuales deben
atender, como antes se apuntó, a la reserva legal. Hay tribunales especiales admitidos por
la Constitución (artículos 258 [en materia arbitral –justicia de paz-], en concordancia con
el artículo 178; 259 [jurisdicción contenciosa]; 260 [jurisdicción de los pueblos
indígenas]; 261 [jurisdicción penal militar]; 297 [jurisdicción contencioso electoral]), en
contraposición a los tribunales prohibidos por ella, ex artículo 49.4 [tribunales de
excepción].
En suma, todo juez predeterminado por la ley es natural, es decir, ordinario, por
oposición a los tribunales de excepción. Los tribunales militares son ordinarios, aunque
sean especiales, pues ordinario no se opone a especial sino a excepcional (juez ad hoc)
vedado por el artículo 49.4 constitucional (Juan Montero Aroca, Sobre la imparcialidad y
la compatibilidad de funciones procesales, Valencia (España), tirant lo blanch alternativa,
1999).
(…)
De la clasificación del término "jurisdicción", nos es útil el de "jurisdicción
especializada o especial", pues él refiere aquellos casos en que existen organismos o
autoridades estatales, dotados de jurisdicción por parte del Estado, para decidir y aplicar
el derecho en determinadas materias, independientemente de la existencia de los
tribunales judiciales, quienes históricamente están dedicados a procesos de jurisdicción
ordinaria.
De acuerdo con lo dicho hasta ahora, ¿cuál es el sentido que debe atribuirse a la
expresión tribunales ordinarios a los cuales se refiere el artículo 29 constitucional? La
Exposición de Motivos es meridianamente clara al referir que la Constitución impone al
Estado la obligación de investigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos
humanos cometidos por sus autoridades, al tiempo que establece, sin excepción, que las
violaciones de tales derechos y los delitos de lesa humanidad serán investigados por los
tribunales ordinarios, al objeto de excluir a los tribunales militares o de excepción de
cualquier investigación al respecto.
(…)
Colofón
1.- No puede un tribunal penal ordinario actuar ex oficio en los casos de denuncias o
acusación por la presunta comisión de los delitos de lesa humanidad, previstos en el
artículo 29 constitucional; debe existir acusación o querella por parte del Ministerio
Público o por parte de la víctima –en cuyo caso, la documentación respectiva deberá
remitirse al órgano instructor-, previa investigación de los hechos inquiridos y de la
instrucción respectiva.
2.- La investigación, instrucción y comprobación de los hechos denunciados ante la
presunta comisión de los delitos contemplados en el antedicho artículo 29, corresponde al
Ministerio Público o a los órganos que actúen bajo sus supervisión, por lo tanto, no puede
un Tribunal de Control –ordinario- admitir denuncias o acusaciones por la presunta
comisión de delitos de lesa humanidad ni instar y remitir las actuaciones a dicho órgano,
puesto que ello implicaría la subversión del sistema de corte acusatorio sobre el que
descansa el proceso penal, y, por ende, el debido proceso. Sin embargo, los juzgados de
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control podrán ejercer actos de investigación bajo la supervisión del Ministerio Fiscal,
conforme lo indicado supra.
3.- Cuando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela habla de
tribunales ordinarios se refiere tanto a ordinarios como a especiales, los cuales deben
atender, como antes se apuntó, a la reserva legal, toda vez que la obligación por parte del
Estado de investigar y sancionar legalmente los delitos contra los derechos humanos y los
delitos de lesa humanidad cometidos por sus autoridades, establece, sin excepción, que
serán investigados por los tribunales ordinarios, al objeto de excluir a los tribunales
militares o de excepción de cualquier investigación al respecto.
Así, los ciudadanos inculpados –bien que se trate de altos funcionarios (artículo
266 constitucional, numerales 2 y 3), o de funcionarios subordinados por órdenes
superiores- por los delitos contra los derechos humanos y los delitos de lesa humanidad,
deben ser juzgados por aquellos tribunales ordinarios que lo sean según la competencia
que le haya sido atribuida, en concordancia con la condición del sujeto imputado.
7.- La responsabilidad penal en las causas por delitos de lesa humanidad (delitos
comunes) se determinará según lo disponen la Constitución de la República Bolivariana
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