El Ratón Astuto
El Ratón Astuto
El Ratón Astuto
Descripción de la obra
Había una vez un ratón muy astuto, tan astuto que siempre se guardaba las
mejores cosas para sí y nunca dejaba nada para los demás. Un buen día llega el
leopardo y decide darle una lección muy valiosa para demostrarle que debe
compartir y ser generoso con los demás. ¿Quieres saber cuál fue la lección? Pues
el leopardo le hizo ver que de poco o nada le sirve tener muchas cosas si no las
comparte y las disfruta con sus amigos.
Personajes
El ratón (astuto y quizás un poco egoísta), el leopardo, el gorila y el avestruz.
Lugar de la acción
La selva.
Ratón: (camina despreocupado) ¡Qué día tan bonito hace hoy! Seguro que
encuentro algo con lo que divertirme mientras estoy de paseo.
(Justo en ese momento se encuentra toda una ristra de bananas que alguien ha
olvidado en el camino).
Ratón: ¿Pero qué ven mis ojos? ¡Un montón de riquísimos plátanos que parecen
no tener dueño! Me los guardaré todos para mi solito. ¡Seguro que me duran un
montón de tiempo! (Mientras, los mete en su mochila).
Ratón: Amigo gorila, ¿dónde vas tan cabizbajo? ¿Quieres venir de paseo
conmigo? He decidido que voy a ir a la charca a tomar un poco de agua fresca.
Gorila: Ya me gustaría, pero he de buscar algo de comida para mi familia y para
mí antes de que caiga el sol. Luego ya no se verá nada y será mucho más
complicado encontrar algo.
Ratón: (Mira hacia la mochila, donde lleva los plátanos, pero decide no decir
nada) ¡Vaya! Pues suerte en tu tarea. Yo seguiré con mis pasos. Ya nos veremos
otro día.
Los dos amigos se despiden y cada uno sigue su camino. El gorila se toca el
estómago y pone cara de dolor porque tiene mucha hambre. Se va deprisa. El
ratón abre la mochila y se come un plátano mientras se va a casa.
Se cierra el telón.
Entra el ratón.
Ratón: (Se acerca al ver al avestruz tan preocupada) ¿Qué te ocurre? ¿Por qué
tanto revuelo?
Ratón: (Sin que el avestruz le oiga). No tengo nada que hacer podría ayudarle
pero...
Ratón: (Dirigiéndose al avestruz) ¡Vaya, cuánto lo siento! Yo es que me dirigía a
la charca a buscar agua para llevar en la vasija a casa, así que no puedo parar a
ayudarte.
Avestruz: (Corre de un lado para otro en busca de una solución) Tendré que
darme prisa si las piedras adecuadas quiero encontrar antes de que se haga de
noche. Quizás si miro por ahí...
Gorila: Hola amiga avestruz, ¿en qué aventura andas metida ahora?
Avestruz: Hola gorila, ¿cómo estás? Hacia ya mucho que no te veía. Pues mira,
estoy buscando la mejor forma de arreglar el tejado, y además he de hacerlo
rápido si quiero volver a tiempo para terminar de barrer la entrada de la casa. ¿Tú
que haces? Te noto algo apresurado.
Gorila: Sí, tengo mucha prisa, necesito encontrar plátanos para toda la familia.
Pero aún tengo un rato para ayudarte a dar con la solución para tu
tejado. ¿Quieres que busquemos las piedras y los plántanos juntos?
Se cierra el telón.
Avestruz: ¡Y estas rocas son justo lo que necesitaba para arreglar el tejado de mi
casa! Además estamos todos muy tranquilos porque hemos acabado todas las
cosas a tiempo.
Ratón: (Parece cansado) Hola amigos, ¡qué alegría veros! ¿Qué estáis
comiendo? ¡Tengo tanta hambre! Si queda sitio para uno más me gustaría unirme
(dice con cara de travieso).
(El ratón dio buena cuenta de su ración y, al ver lo buenos amigos que eran ellos
tres, le entra remordimiento y decide contar la verdad).
Leopardo: Yo también tengo que confesarte que ya lo sabía todo, de hecho, nos
habíamos sentado justo aquí para que vieras lo importante que es saber compartir
y aprender el gran valor de la generosidad.
Ratón: ¡Cuánta razón tienes! A partir de ahora lo haré de otra forma. Es mejor
ayudar, compartir y disfrutar de la amistad que caminar solo por el bosque.