Eliette Propuesta GUION PatricioRO 10feb21

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GUION

A las 9 de la mañana? del 05 de mayo de 1862 se dio inicio con el disparo de un cañón
mexicano una de las batallas más emblemáticas de la historia de México, Puebla se
enfrentaría al ejército más poderoso y experimentado de la época, el ejército francés
comandado por  Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez, se trata de un ejército
que no había sido derrotado en los últimos 50 años, veteranos de guerra, soldados
experimentados, tropas profesionales, y con un solo objetivo, tomar Puebla.

El pintor Ramos y Ortega fue reclutado por casualidad en las primeras horas del tres de
mayo, cuando salió de su casa a las cinco de la mañana a cumplir con los trabajos de su
profesión, encargos que debía realizar en varias casas particulares y sin saber que ese
día no realizaría ninguno de esos encargos.

El pintor presenció y participó en una de las batallas más significativas en la historia de


nuestro país. Él combatió como "sargento primero provisional del batallón de voluntarios
tiradores bomberos de Puebla" junto con el Batallón Zapadores de línea de San Luis
Potosí. Su campo de batalla se encontraba desde la garita de Tepotsuchil (Garita de
Amozoc), corriendo la línea hasta el fuerte de Guadalupe.  

El pintor participó ese día en tres combates, sin perder la visión propia de su oficio de
pintor. De dicho artista y de su experiencia en la guerra se sabe muy poco, por lo que es
de suma interés el diario que nos deja el artista en donde narra cómo sucedieron
algunos de estos hechos emblemáticos.

Dicho diario se encuentra resguardado dentro de los archivos de la Biblioteca


Palafoxiana: En este manuscrito, podemos leer el momento culminante que ocurrió en el
tercer encuentro, pues “fue una lucha cuerpo a cuerpo: ‘de treinta y tantos hombres que
nos encontramos en este episodio glorioso, quedamos siete hombres con vida’”. Este
enfrentamiento cuerpo a cuerpo fue representado en pintura por el mismo autor Ramos
y Ortega, pero también realizó una pintura de aquel momento en que se termina este
enfrentamiento, que es precisamente la pintura que estamos observando.

El diario de Patricio, y los relatos populares, nos cuenta que los voluntarios del batallón
de Ramos y Ortega capturaron una bandera guía de los zuavos, misma que fue expuesta
por el General Zaragoza arriba del frontispicio de la Iglesia de Nuestra Señora de los
Remedios. El pintor añade que en esa batalla recibió un golpe contuso y creyó perder la
vida, pero al regresar en si preguntó a su tío, con quien coincidió en el batallón, acerca
del paradero de la bandera capturada al enemigo. El pintor quiso dejar clara su
participación directa en esa acción heroica.

En su diario, recuerda además haberle dicho a su esposa, al regresar finalmente a casa:


“Voy a pintar un cuadro de la batalla y el episodio glorioso a donde me encontré
juntamente con mis compañeros para manifestar la verdad de los hechos heroicos, a
donde estaré y me verás y me verán todos mis verdaderos y buenos compatriotas
vestido de paisano con mi flus color de café, mi talín, mi cartuchera y mi fusil sin
bayoneta, luchando y defendiendo el honor y el derecho de mi Patria”.
Y precisamente así lo hizo, y gracias a ello podemos observar en estos momentos, la
representación de aquel hecho en el primer plano de la pintura. Vemos dos grupos de
personas, todos soldados, los cuales se encuentran fuertemente divididos entre
vencedores y vencidos. Siete hombres de pie, erguidos y orgullosos por haber combatido
y haber sobrevivido aquel enfrentamiento, tienen en sus manos la bandera del enemigo
Francés. Y sin duda alguna dentro de esos siete hombres vencedores se encuentra una
auto representación de aquel pintor valiente que ese día decido cambiar sus pinceles por
armas, dando todo de él para conseguir defender su patria y su nación.

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