Anexo 9 Signos de La Presencia de Dios Exodo
Anexo 9 Signos de La Presencia de Dios Exodo
Anexo 9 Signos de La Presencia de Dios Exodo
ANEXO 9
SIGNOS DE LA
PRESENCIA DE
DIOS EN EL
ÉXODO
1. Introducción
Desde el Antiguo Testamento, Dios se manifiesta mediante signos o símbolos que
expresan y comunican su presencia. Por ejemplo:
a. El sábado que, desde la perspectiva sacerdotal del Pentateuco, es una señal de
la Alianza-Pacto entre YHWH1 y la creación, que Israel deberá guardar como día
sagrado por ser parte del Pueblo de la Alianza (Cf. Ex 31,13).
b. El arco iris, como señal de que Dios no volverá a aniquilar a la humanidad con
un diluvio (Gn 9,11-12).
c. La serpiente de bronce, como signo de la presencia sanadora de YHWH en el
desierto. (Nm 21,9).
Dios se manifiesta, comunica y se relaciona con la humanidad mediante estos signos,
porque se abaja a la condición de los seres humanos; porque, quiere entrar en la
longitud de onda de nuestras relaciones y comunicaciones, siempre a través de
signos sensibles: gestos, palabras, símbolos. A través de estas experiencias sensibles
Dios ha querido habitar en medio de su Pueblo, hasta que llegue Aquél que es
plenamente el “Enmanuel -Dios con nosotros”.
Otros grandes signos-mediaciones entre Dios e Israel son: el Templo de Jerusalén, la
Torá, las fiestas religiosas, etc.
En el Nuevo Testamento, Jesús se presenta como “el Revelador del Padre”, “imagen
de Dios” (Col 1,15). A partir de su encarnación, la humanidad de Jesús es revelación
auténtica y plena de cómo es Dios. Desde una perspectiva cristiana, Jesús el Cristo,
reúne y recapitula todos los signos de la presencia de Dios y les da un sentido
definitivo.
1
Nombre de Dios en hebreo usando sólo las consonantes que ha pasado a las traducciones cómo Jehová o
Yahveh.
Guía Bíblica ÉXODO 9. SIGNOS DE LA PRESENCIA DE DIOS EN ÉXODO
Ahora, nos vamos a detener solo en los signos de la etapa Éxodo-Desierto: la nube, el
tabernáculo y el Arca de la Alianza.
2.1 LA NUBE
El libro de Éxodo describe la presencia de YHWH en medio de su Pueblo a través de
una imagen particular: la nube, que representa la gloria de Dios manifestándose al
hombre de manera velada. En la literatura bíblica es un símbolo privilegiado para
expresar la presencia divina: manifiesta a Dios al mismo tiempo que lo vela, porque
‘el ser humano no puede ver a Dios’2. Por eso es elemento frecuente en las teofanías:
(Ex 16,10) En el momento en que Aarón estaba hablando con los israelitas,
todos ellos miraron hacia el desierto, y la gloria del Señor se apareció en una
nube.
En la gran teofanía del Sinaí, una nube recubre la montaña durante seis días y YHWH
desciende en forma de fuego (Ex 19,16ss). La nube sirve para realzar la trascendencia
divina; accesible e impenetrable a la vez, permite alcanzar a Dios sin verlo cara a cara,
lo que sería mortal (Ex 33,20). Desde la nube que envuelve la montaña, YHWH llama
a Moisés, el único que puede entrar en ella (24,14-18).
La “columna de
nube”
La “columna de nube” los
acompaña en su travesía
por el desierto para
guiarlos durante el día; en
la noche, los acompaña
como una “columna de
fuego”. El fuego es otra
imagen bíblica de Dios y
en varios pasajes se une al
tema de la nube,
resultando una “columna de fuego y de nube/humo” (14,24).
Según el relato yahvista del Éxodo, los hebreos fueron guiados por una “columna”
que reviste doble aspecto: es signo de protección y de guía, pues se coloca delante
2
A pesar de esta afirmación frecuente en el AT, es interesante notar que Dios mismo se manifiesta: a Moisés
(33,18-22), a todos los ancianos de Israel (Ex 24,11), a Elías (1Re 19,11-13) ), precisamente en esta etapa del
desierto y precisamente en el monte Sinaí.
Guía Bíblica ÉXODO 9. SIGNOS DE LA PRESENCIA DE DIOS EN ÉXODO
del pueblo para indicar el camino, y de noche como columna de fuego “para
alumbrarlos” (Ex 13,21ss). Es también protección contra los enemigos: la columna se
volvió tenebrosa por el lado de los egipcios y luminosa por el lado de los hebreos (Cf.
Ex 14,19-20).
Mediante este paralelo entre 1Re 8, 10-11 y Ex 40,36-35, el texto de 1Reyes nos dice
que la Santidad del Templo no se debe a la construcción en sí misma, sino a la
presencia santa de Dios manifestada en la nube, de la misma manera en que se hizo
presente en el tabernáculo durante la estancia de las doce tribus de Israel en su
marcha por el desierto.
Encontramos también la presencia de la
nube en la Transfiguración de Jesús: una
nube lo cubrió con su sombra, al igual
que a Moisés y Elías, y el monte se llenó
de la presencia de Dios (Mc 9,7; Mt
17,5; Lc 9,34). En esta escena es
evidente que los discípulos
adormilados, al verse envueltos en la
nube, percibieron la cercanía de Dios, lo
cual los llenó de temor. Nube y voz de
Mosaico de la Transfiguración en el monte Tabor
Dios (“Este es mi Hijo Amado;
escúchenlo”) eran para un israelita
signos claros de la manifestación de YHWH. En este caso, todo converge en Jesús: él
es el nuevo Templo de Dios.
La nube aparece también en el relato de la Ascensión (Hch 1,9): la nube cubre a Jesús
mientras asciende para sentarse a la derecha del Padre. De esta forma Lucas nos dice
que Jesús se encuentra en la presencia y gloria de Dios. Es interesante que Hebreos
12,1 al referirse a tantas personas que han demostrado su fe, literalmente use la
expresión “gran nube de testigos” (Biblia de Jerusalén 1976); nube que nos recuerda
la presencia de Dios en Éxodo.
2.2 El Tabernáculo
Esta tienda se llama en hebreo 'ohel mó'ed, la tienda de la reunión, o del encuentro,
o de la cita. Es, efectivamente, el lugar donde Yahveh conversa con Moisés «cara a
cara» (Éx 33,11), le habla «de boca a boca» (Núm 12,8). Estos textos pertenecen a la
tradición más antigua, que insiste en el papel de la tienda en los oráculos: si alguien
quería «consultar a Yahveh», acudía a la tienda, donde Moisés le servía de
intermediario cerca de Dios, Éx 33,7. La tradición sacerdotal conserva el mismo
nombre con el mismo significado: la Tienda de la Reunión es el lugar del «encuentro»
con Moisés y con el pueblo de Israel (Éx 29,42-43; 30,36).
Guía Bíblica ÉXODO 9. SIGNOS DE LA PRESENCIA DE DIOS EN ÉXODO
Pero esta tradición la llama con predilección la «morada», miskán, término que
parece haber designado primeramente la habitación temporal del nómada. El texto
muy antiguo de Núm 24,5 es un sinónimo de «tienda». Los relatos sacerdotales
escogieron este término arcaico para expresar el modo de habitación de Dios en la
tierra; así, el Tabernáculo, o Tienda del Encuentro, o de la Reunión, expresa
sugestivamente la presencia cercana de YHWH entre su pueblo:
43
Allí me encontraré con los israelitas, y el lugar quedará consagrado por mi
presencia.
44
Consagraré la tienda del encuentro y el altar, y consagraré también a Aarón
y a sus hijos como sacerdotes míos. 45 Yo viviré entre los israelitas, y seré su
Dios. 46 Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, el que los sacó de Egipto para
vivir entre ellos. Yo soy el Señor su Dios.
(Éx 29,42-43)
no se habla de ella en los textos siguientes. Ciertamente fue destruida con el templo,
en tiempo de la cautividad en Babilonia. Parece ser que, en el segundo templo, el
“propiciatorio” fue el sustituto del Arca.
En 2Sam 5-6 se muestra como David logró ser reconocido rey tanto las tribus del
norte, Israel, como por Judá en el sur, logrando así unificarlas. David completa su
obra unificadora mandando a traer, en medio de gran algarabía y fiesta, el Arca de la
Alianza (2Sam 6,1-23). La escena descrita es de júbilo por parte del pueblo
encabezado por el Rey; porque YHWH se hace presente en medio de su Pueblo,
como lo ha sido antes, garantizándoles las victorias militares cuando se enfrentaban
con sus enemigos. Un claro ejemplo fue la victoria sobre la ciudad de Jericó (Jos 1,1-
16). Sin embargo, la misma Biblia nos enseña que no debemos tomar a Dios o al Arca
como amuleto; 1Sam 4,1-11, describe como el arca fue capturada por los Filisteos en
una batalla, ¿Cuál es la razón? El texto bíblico indica que la iniciativa de llevar el Arca
al campo de batalla fue de los ancianos de Israel; no procedió de un mandato divino,
posiblemente pensaban que llevar el Arca a la guerra era sinónimo de victoria. Eso les
costó la derrota.
Actualizando
Es impresionante descubrir a YHWH, el Dios trascendente, a quien los autores del
Éxodo pintan manifestándose con los más impresionantes signos: terremoto, fuego,
nube, estruendo de trompeta. Y al mismo tiempo, descubrir a este Dios, en su afán
de acercarse a su pueblo, de hacerse “Enmanuel” para acompañarlo, no ya en
impresionantes templos, sino en un templo portátil.
O también, en la “columna de nube o de fuego”, para iluminarlo, marcarle el camino,
protegerlo.
Este Dios cercano que perdona el pecado de idolatría, que alimenta a su pueblo con
el prodigioso maná y sacia su sed haciendo brotar agua de la roca, es el Dios inefable
que llama a sus criaturas a una inaudita relación con él. Moisés y los ancianos de
Israel pudieron hacer esta experiencia … ¡y no murieron! En ese Sinaí Moisés hablaba
con su Dios “cara a cara, como se hace entre amigos”, tanto que el rostro le quedaba
resplandeciente. Elías, el profeta de fuego, después de una profunda crisis, llegará al
mismo Sinaí/Horeb, en la misma hendidura de la peña donde estuvo Moisés, a buscar
el encuentro con su Dios.