Fundamentos Epistemicos
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EN DOCENCIA UNIVERSITARIA
ISNN 2223-2516
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Fundamentos Epistémicos de
la Investigació n Cualitativa y
Cuantitativa: Consensos y Disensos
Epistemic Fundamentals of Qualitative and Quantitative Research: Consensus and
Dissensus Fundamentos episté micos da pesquisa qualitativa e quantitativa: consensos e
dissensos
Abstract. This article analyzes the main characteristics of research with a Keywords:
quantitative and qualitative approach, contrasting its differences and pointing out scientific research,
their historical and epistemic similarities as well as methodological and scientific method,
procedural. Likewise, its pertinence is defined depending on the subject of study epistemology,
and the discipline—scientific, proto-scientific or human—in which it is framed,
providing guidelines for the selection
CITAR COMO: Sá nchez Flores, F. A. (2019). Fundamentos epistémicos de la investigació n cualitativa y cuantitativa: consensos y disensos.
Revista Digital de Investigación en Docencia Universitaria, 13(1), 102-122. doi: https://doi.org/10.19083/ridu.2019.644
*Correo de correspondencia: *email: fsanchez@uandina.edu.pe
SÁ NCHEZ FLORES, F. A.
Palavras-chave:
Resumo. No presente artigo, analisam-se as principais características da pesquisa
Investigaçã o
com
científica,
enfoquequantitativoequalitativo,contrastandosuasdiferençaseapontandoparasuas
mé todo científico,
semelhanças, tanto histó ricas e epistêmicas como metodoló gicas e
epistemologia,
procedimentais. Da mesma forma, define-se sua pertinência dependendo da
pesquisa
temá tica de estudo e da disciplina –científica, protocientífica ou humana– na qual se
quantitativa,
situa, brindando pautas para a escolha de um ou outro enfoque, ou de ambos –
pesquisa
pesquisa mista–, a través da ponderaçã o de suas vantagens e desvantagens para
qualitativa.
a pesquisa científica. Por outro lado, destaca-se a importâ ncia de estabelecer
canais de comunicaçã o e integraçã o entre seus respectivos enfoques
cognoscitivos, muito além das concepçõ es que pretendem encontrar dissensos
mais do que consensos, contrariando, desta maneira, o valor dos estudos com
enfoque misto ou complementá rio, que seria um alternativo aos anteriores, mas nã o
por isso superior nem sempre necessá rio.
INTRODUCCIÓ N
Se respira en la atmó sfera acadé mica, sobre todo universitaria, un problema entre docentes
y estudiantes, en especial entre quienes se encuentran ad portas de realizar la investigació n
“final” o tesis de pregrado –y recientemente de posgrado– acerca de la pertinencia de optar por
un estudio bajo un enfoque cuantitativo o cualitativo, generando así un dilema de elecció n que
bien pudiera evitarse o menguarse con un poco má s de conocimiento e informació n.
Por otro lado, se evidencia en los textos especializados de investigació n notables vacíos
y contradicciones a la hora de definir, contrastar y dilucidar ambos enfoques, un hecho
que agrava el problema descrito má s arriba, pues si los docentes y estudiantes carecen de
informació n sobre la pertinencia de optar por uno u otro enfoque, y los libros de metodología
de investigació n científica –muchos de ellos best sellers– se reducen a manuales mecá nicos
de aplicació n del mé todo científico en uno u otro enfoque sin definirlos ni fundamentarlos,
sus lectores probablemente no hará n má s que agravar sus indecisiones postergando proyectos
promisorios, o eligiendo metodologías inadecuadas para sus estudios, generando así un
perjuicio mú ltiple que bien podría ser evitado.
Frente a este problema es pertinente y necesario abordar la problemá tica generada
innecesariamente acerca de la supuesta oposició n entre el enfoque de investigació n bajo los
enfoques cuantitativo y cualitativo, para conocer sus antecedentes histó ricos, dilucidar sus
fundamentos epistémicos, esclarecer sus metodologías y definir su pertinencia y oportunidad
en las diversas temá ticas de estudio dentro de las distintas disciplinas científicas. Tales son los
objetivos principales del presente artículo.
del mé todo hipoté tico-deductivo. En ese sentido, tiene un mayor campo de aplicació n dentro
de las ciencias naturales como la biología, química, física, neurología, fisiología, psicología,
etc. (Kerlinger, 2002).
Por lo tanto, todo lo que hoy conlleva el adjetivo “científico” le debe su origen al enfoque
cuantitativo, con arraigo en el empirismo inglé s, el positivismo francé s y el neopositivismo
alemá n, que bajo el precepto del método científico, que –en suma– consiste en la aplicació n del
modelo hipoté tico-deductivo, ha hecho viable el desarrollo de la ciencia y tecnología desde el
siglo XVI hasta nuestros días.
ló gico de “si p, entonces q”; esto es, “si se manipula tal causa, entonces se obtendrá tal
efecto”, “si se aplica tal reactivo a tal sustancia, entonces se obtendrá tal consecuencia”.
A la primera parte de la hipó tesis se le denomina explanans (condició n de posibilidad de
la hipó tesis), y a la segunda explanandum (condició n de posibilidad del problema). Fue
desarrollada por Hempel (Okasha, 2002), quien naturalmente aceptó las limitaciones de
tal modelo, pues no todos los fenó menos de la realidad (sobre todo los sociales) se ajustan
a explicaciones causales segú n el esquema ló gico propuesto por este modelo (sobre el
mismo se abundará má s adelante).
encuentra tras ellas. De igual manera, el estudio comparativo del rol de la mujer en el quehacer
político, econó mico y social dentro de las culturas prehispá nicas sudamericanas frente a las
culturas coetá neas del continente europeo, sería inviable siguiendo un enfoque estrictamente
cuantitativo. En este sentido, es propio dilucidar que cuando se trata de enfocarse en el estudio
de fenó menos sociales que atañ en a la subjetividad e intersubjetividad de los individuos que
los construyen y estructuran en el seno de su propio contexto histó rico-cultural, es preciso
cambiar de enfoque o viraje a la hora de abordar el estudio y adentrarse en su investigació n
asumiendo uno o má s de los modelos de estudio que implica el enfoque cualitativo:
social e intersubjetivo, que material y concreto; considerando a los sujetos como objetos
experimentales en el plano social y subjetivo. A la luz de ello se destacó la necesidad
de humanizar la investigació n científica y lejos de inclinarse a la cuantificació n de los
fenó menos para explicar sus orígenes, causas y así controlarlos y predecir su ocurrencia
a travé s de las tendencias generalizables (uno de los propó sitos má s importantes del
enfoque cuantitativo), propender su comprensió n a travé s de la comprensió n misma
de los seres humanos que lo hacen posible dentro de sus propios espacios o contextos
de interacció n natural, sin pretender el control o manipulació n del mismo para generar
consecuencias. Los hechos y las consecuencias sociales y culturales subjetivos se hallan
en los mismos seres humanos, el trabajo del investigador cualitativo –uno de sus retos
má s importantes– era desvelarlos a travé s de la interpretació n que implica, de manera
inevitable, cierta dosis de empatía y, asimismo, subjetividad, vitales para comprender las
vivencias má s internas y profundas de los seres humanos, en tanto dotados de humanidad.
la consistencia del modelo hermené utico, que como se podrá colegir está íntimamente
ligado al humanista y al fenomenoló gico del que se da cuenta a continuació n:
Por lo tanto, las explicaciones a que da lugar el modelo inductivo, sobre la base de la
comprensió n de hechos particulares, si bien son legítimas y fiables, lo son tan solo para
el grupo particular que se analiza, se halla circunscrito dentro de su propio contexto, no
puede ser de otra manera, pues de serlo o hacerlo, se deslegitimaría por completo. En ello
radica su máximo valor y también su mayor debilidad –a la luz del enfoque cuantitativo–.
de la contrastació n de hipó tesis mediante el mé todo hipoté tico-deductivo que, con todas
sus limitaciones, se sustenta sobre teorías para generar hipó tesis, las que si sobreviven a la
falsació n podrá n adquirir el estatus de leyes –aunque débiles, leyes causales al fin y al cabo– y
por su acumulació n sistemá tica teorías científicas, cada vez má s generales y universales; las
cuales, a diferencia de las teorías que se generan mediante el diseñ o de teoría fundamentada
del enfoque cualitativo, tienen un sustento estadístico que les brinda precisió n (aunque este
siempre sea solo probabilístico, pues los má rgenes de error son inherentes a los procedimientos
estadísticos de aná lisis de datos), de ahí que permitan diagnosticar con precisió n, por ejemplo,
una enfermedad bajo las categorías: cró nica, moderada o leve.
Sobre esta temá tica, es necesario señ alar que para algunos autores como Flick (2004), el
enfoque cualitativo, mediante el diseñ o de teoría fundamentada, es capaz de producir teorías
transfiriendo gradualmente los hallazgos individuales de, por ejemplo, los estudios de casos,
a relaciones má s generales y abstractas, previa evaluació n crítica de la validez y fiabilidad de
los datos, la adecuació n del proceso de investigació n y el “fundamento empírico” en los que se
sustentan; de ahí que podrían generalizarse, por ejemplo, las características individuales de
un grupo pequeñ o de consumidores de cierto producto, brindando así informació n de suma
importancia para la toma de decisiones en el aná lisis del mercado, la psicología del consumidor
y el marketing empresarial (una prá ctica, por cierto, bastante frecuente en el mundo de los
negocios a través de los focus group); en tal sentido, la generació n de teorías mediante la
inducció n sería una posibilidad a todas luces evidente. Sin embargo, es preciso destacar que
las mismas carecerían de solidez episté mica, pues, segú n Popper (2008), bastaría un caso
individual que refute la teoría general para que esta quede rebatida y rechazada; basta recordar
su clá sico ejemplo sobre los cisnes blancos. No obstante ello, este tó pico continú a siendo tema
de discusió n y debate episté mico con raigambre aú n en la disputa por la hegemonía entre los
paradigmas positivista y hermené utico-constructivista.
Por otra parte, respecto del uso de hipó tesis, el enfoque cualitativo no propone por lo
general una formulació n debido a su inadecuació n con su fundamento fenomenoló gico; sin
embargo, para otros teó ricos de la investigació n cualitativa, como por ejemplo Alvarez-Gayou
(2009), su utilizació n no solo es viable, sino necesaria, pues antes que tener como finalidad
principal el probarlas (que es la funció n que cumplen en el enfoque cuantitativo), el propó sito
y ventaja de su uso sería, primero, orientar o direccionar la temá tica de estudio, brindá ndole al
investigador un horizonte má s claro de lo que se pretende comprender a través de la aplicació n
de las técnicas e instrumentos propios de este enfoque; y, segundo, permiten generar ideas y
propuestas nuevas que se van formulando y reformulando de manera diná mica conforme
avanza el estudio (a diferencia de las hipó tesis en el enfoque cuantitativo, donde permanecen
inalterables desde su formulació n hasta su contraste con los hechos de la realidad),
permitiendo con ello la toma de nuevas decisiones, prá cticas o metodoló gicas, para una mejor
comprensió n del fenó meno.
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SÁ NCHEZ FLORES, F. A.
metodoló gicos, cuanto sus fundamentos episté micos, necesitan desarrollarse y esclarecerse
aú n má s, debiendo, para ello –valga la digresió n– primero, trascender el supuesto de que la
simple conjunció n de los enfoques cualitativo y cuantitativo generan desde ya un enfoque
mixto, confundiendo así sumatoria con integració n; de ahí que el abordaje episté mico y
metodoló gico de este enfoque alternativo, como una integració n de los dos anteriores, que
implica la deconstrucció n episté mica de su estructura científica y procedimental, merece un
estudio má s exhaustivo.1
1 Acerca la base epistémica y procedimental del enfoque mixto, véase el acá pite Integración vs oposición.
incluso a posiciones políticas disímiles, procedentes de momentos culturales e histó ricos, así
mismo, distintos; en los hechos prá cticos y de aplicació n real sucede exactamente lo contrario.
Siguiendo el ejemplo del psicó logo que evalú a la etiología del síndrome depresivo
mayor de su paciente mediante un estudio de caso o anamnesis clínica, adentrá ndose en las
experiencias subjetivas que vivió el sujeto durante su desarrollo, es poco probable que aplicando
solo la epojé fenomé nica llegue a un diagnó stico certero, pues la praxis clínica, ademá s de la
observació n sistemá tica (propia del enfoque cuantitativo), implica tambié n la entrevista a
profundidad (propia del enfoque cualitativo) y la aplicació n de instrumentos psicomé tricos
(propia del enfoque cuantitativo) para ubicar o encasillar los síntomas dentro de un diagnó stico
acreditado bajo criterios de rigor cuantitativo y finalmente emitir una interpretació n vasta y
profunda (propia del enfoque cualitativo) de lo que se halla en el origen del problema; vale
decir, los factores predisponentes y desencadenantes del mismo. En este sentido, es frecuente
aplicar un enfoque mixto o combinado en la investigació n que, trascendiendo los prejuicios de
ambas posiciones en disputa, utiliza metodologías de sendos enfoques para lograr una mejor
comprensió n y explicació n del problema. Mas, no obstante, es preciso aclarar que no siempre
el fenó meno demanda un tratamiento mixto, sobre todo cuando se trata de hechos simples
que bien podrían estudiarse bajo uno de los dos enfoques o en ambos, pero con predominancia
de uno de ellos, como por ejemplo el estudio sobre la causa de una infecció n producida por
la picadura de un insecto, bien podría resolverse con una entrevista simple al paciente, la
observació n del edema en la piel y una prueba de laboratorio para determinar un diagnó stico
má s fiable y certero, en tales casos el enfoque cualitativo no sería de gran utilidad, cuanto
menos un estudio mixto.
Por lo tanto, ambos enfoques, antes que oposició n tienen como destino comú n su mutua
complementació n, pues allí donde no es posible cuantificar el fenó meno ni controlar su
ocurrencia para determinar leyes de causa y efecto, es preciso recurrir al enfoque cualitativo,
y allí donde es mejor cuantificar el fenó meno con precisió n por razones de salud u otros de
igual trascendencia, pues un estudio cualitativo resultaría algo má s que innecesario cuanto
inadecuado, es preciso recurrir al enfoque cuantitativo. Y allí donde el fenó meno tenga una
complejidad tal que implique tanto medir como comprender a travé s de la interpretació n y
descripció n detallada del fenó meno para explicar su origen y aplicar los mejores mé todos de
solució n del problema, es preciso recurrir al enfoque mixto, con predominancia en uno de los
dos enfoques dependiendo de la demanda y necesidad de la problemá tica que se aborde.
CONCLUSIONES
Tanto la investigació n cuantitativa puede comenzar donde termina la investigació n cualitativa,
cuando esta, fruto de su aplicació n y desarrollo, propone hipó tesis má s pasibles de medició n
para conocer con mayor precisió n la naturaleza del fenó meno y así tener un conocimiento
integral del mismo; como la investigació n cualitativa puede comenzar donde termina la
investigació n cuantitativa, cuando el fenó meno no es pasible de ser cuantificado, ya sea por
limitaciones tecnoló gicas o por la inadecuació n de este procedimiento –sobre todo al estudiar
fenó menos sociales con mayor nivel de complejidad por su naturaleza subjetiva, sus relaciones
culturales e implicancias sociales o histó ricas–. Existe, por lo tanto, una relació n de mutua
complementació n entre ambas, donde la primera se adecú a mejor a los estudios de las ciencias
naturales –aunque no limitados a ellas– y la segunda de las ciencias sociales –tampoco limitados
al enfoque cualitativo–.
El fruto de su mutua complementació n bien pudiera dar lugar a estudios mixtos,
cuando la naturaleza de la integració n así lo requiera dependiendo del nivel de complejidad
del fenó meno que se estudia, en caso contrario resulta innecesaria por el alto esfuerzo que
demanda del investigador, así como de los recursos y del tiempo que implica su planificació n,
implementació n, desarrollo y ejecució n; debiendo elegirse en este caso uno u otro enfoque,
dependiendo de la naturaleza de la variable o del fenó meno que se pretenda investigar. En tal
sentido, es el investigador quien elige el fenó meno a estudiar –en funció n de sus preferencias,
vocació n, aptitudes y la problemá tica observada–; sin embargo, la elecció n de uno u otro
enfoque se halla determinada por la naturaleza misma del fenó meno u objeto de estudio, pues
dependiendo de sus cualidades, propiedades y relaciones con otros fenó menos (en vista de que
la investigació n científica no se enfrenta a un problema aislado, sino a conjuntos de problemas
íntimamente relacionados entre sí, Piscoya, 2009a), es que se elegirá el camino má s idó neo
para alcanzar de él un conocimiento má s viable, fiable y, por ende, veraz.
Respecto de la supuesta rivalidad entre ambos enfoques de investigació n, es necesario
precisar que la misma es el resultado má s de posturas extremas fundamentadas en prejuicios,
antes que en los hechos reales que se presentan como retos perennes para el investigador;
de ahí que en la prá ctica se suelan desarrollar de manera conjunta ambos enfoques para una
aproximació n má s completa e integral del fenó meno y así brindar soluciones má s objetivas y
adecuadas al problema que se investiga.
En numerosos manuales de metodología de la investigació n se suele reforzar esta suerte
de rivalidad entre ambos enfoques, estableciendo diferencias forzadas como la permisibilidad
hacia el uso de la subjetividad del investigador cualitativo a la hora de comprender el fenó meno,
generando así una visió n erró nea del enfoque cualitativo, restá ndole credibilidad y objetividad;
pues no existe –ni existirá jamá s– este criterio o condició n dentro de la investigació n que se
defina como científica, pues la misma se debe guiar siempre de los hechos que se manifiestan
en la realidad dejando de lado las creencias tendenciosas del investigador, fruto de sus
pasiones, prejuicios, sincretismos y concepciones personales, que no deben interferir en el
aná lisis e interpretació n del fenó meno que se estudia, las mismas que, si bien son herramientas
subjetivas de las que se vale el investigador para elucidar la casuística de su estudio, pues
dependen de procesos cognitivos como el pensamiento, la decodificació n y el procesamiento de
la informació n; deberá n sustentarse en argumentos consistentes, claros, concisos, sintá cticos,
semá nticos y ortográ ficamente correctos (Piscoya, 2009a).
Se ha concluido que la investigació n cualitativa es una manera alternativa de generar
conocimientos científicos, en funció n del rigor en la aplicació n de sus métodos y técnicas, los
cuales si bien no tienen por finalidad contrastar hipó tesis para generar leyes y teorías con la
precisió n y relació n de causalidad del enfoque cuantitativo, tienen por objetivo comprender
la naturaleza de aquellos fenó menos que no son pasibles de cuantificació n ni hipotetizació n,
permitiendo a través de la aplicació n de sus propios recursos procedimentales una mejor
aproximació n cognoscitiva de diversos fenó menos de estudio, que de no ser así, quedarían
relegados, excluidos o limitados del conocimiento científico, siguiendo el paradigma positivista,
neopositivista y falsacionista del enfoque cuantitativo.
Por lo tanto, si bien el enfoque cualitativo tiene por finalidad generar conocimientos
científicos, es necesario precisar las limitaciones de los mismos, pues al carecer del criterio de
generalizació n de sus resultados –en vista de que de pretender no hacerlo contravendría su
propia esencia y razó n de ser–, fruto del mé todo inductivo y verificacionista que emplea; los
conocimientos que obtiene a razó n de los mismos tienen un valor científico de suma importancia,
pero limitados a la comprensió n de un fenó meno dentro del propio contexto social e histó rico-
cultural en el que se desarrolla, cualidades que el enfoque cuantitativo la mayor de las veces no
alcanza a mensurar, pues los mismos no son pasibles de cuantificació n.
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Primero que todo es menester señ alar que no se puede decir que un paradigma es mejor que el otro, es decir, no se trata de ver que el culaitativo es mejor y que el cuantitativo esta superado o muy
criticado. Ambos permiten un acercamiento para conocer aspectos de la realidad distintos y conocerlos de diferentes maneras. Dependiendo del interés en qué es lo que se quiere conocer, por qué se
quiere conocer, es que puede decidirsr la utilizació n de uno u otro método.
Los dos metodologías ofrecen elementos importantes , tienen limites y tienen posibilidades. La tarea del investigador, en todo caso, es conocer las potenciales de cada paradigma, estar muy claro en sus
preguntas de investigació n y saber cial de ellos ubicarse para generar el conocimiento que quiere.
No es valido establecer una separació n tajante o dicotó mica entre los dos enfoque metodologico. Estos se complementan en el conocimiento, explicació n y comprensió n de la realidad social. En
consecuencia debe considerarse la investigació n desde un sentido de totalidad que elude la polaridad entre categorías metodoló gicas no enfrentadas. La realidad social es total y los distintos abordajes
del conocimiento no solo no se pueden integrar sino que necesariamente deben complementarse. De tadas maneras las alternativas metodoló gicas cuantitativa y cualitativa cumplen cada una su papel y
su selecció n depende de la pregunta de investigació n y del interés que anime al investigador.
Tabla 2. Ventajas y limitaciones de los medios cualitativos vs. cuantitativos 8
Perspectiva histórica en Ciencias de la Salud
Los trabajos publicados por Conde9 y Sarrado et al.10 partiendo de premisas similares y alcanzando conclusiones afines, desarrollan un recorrido por la historia de la medicina con enfoques paralelos:
uno desde la ambivalencia de los síntomas y signos y el otro desde la dicotomía epistemoló gica. Para Conde, "el aná lisis histó rico permite constatar como la doble y compleja vía de signos y síntomas es
equivalente a la compleja relació n existente entre la perspectiva cualitativa y la cuantitativa". Los signos serían la aproximació n cuantitativa y los síntomas la má s cualitativa y las relaciones entre ambos
serían similares a las que se producen entre ambas perspectivas en el á mbito de las Ciencias Sociales. Partiendo de la definició n de Noguer y Bacells, por la que "los 'síntomas' son definidos como los
datos subjetivos, es decir, las sensaciones que el enfermo experimenta y nos manifiesta (...), y los 'signos', por su parte, son caracterizados como los hallazgos objetivos anormales, somá ticos (orgánicos o
funcionales)",11 el autor considera que tales caracterizaciones hablan por sí mismas "sobre la citada orientació n paradigmá tica cualitativa y cuantitativa de la aproximació n a través de los 'síntomas' y a
través de los 'signos' respectivamente", representá ndolo mediante ejes perpendiculares (Gráfico 1).
Gráfico 1. Ejes paradigmáticos de las perspectivas
cuantitativa/cualitativa, según Conde9
Por acertado que parezca el ideograma, somos de la opinió n que también podría realizarse un paralelismo similar, sin salir del paradigma cualitativo, entre la perspectiva ETIC (como observació n de
signos) y EMIC (como expresió n de síntomas). En efecto, el "materialismo cultural" de Marvin Harris define estos conceptos de modo que Emic es el significado y el sentido que tienen las cosas para el
sujeto, por lo que no es observable puesto que está en su mente, esculpido por la cultura y su propia vivencia. Se trata de su significado subjetivo. En tanto Etic es el significado y el sentido para el
observador. Es lo externo, lo que conoce el investigador como explorador ajeno, el hecho observado. Por supuesto, ambas perspectivas deben complementarse para descubrir un conocimiento total. El
No se trataría tanto de provocar un nuevo salto pendular de las ciencias biomédicas desde lo cuantitativo a lo cualitativo sino, por el contrario, entender que la complejidad de los fenó menos en salud
precisan de ambas metodologías, "pluralismo metodoló gico que, sin duda, puede enriquecer las ciencias médicas y mejorar los niveles de salud de la població n que, a fin de cuentas, es de lo que se
trata".9
Una perspectiva crítica enfermera
No es de recibo el axioma positivista por el que los fenó menos se pueden reducir a sus partes constituyentes. Es decir, que el todo es igual a la suma de las partes, cuando la misma naturaleza humana
nos demuestra diariamente todo lo contrario. Para Jan Christiann Smuts, filó sofo y político sudafricano pionero del holismo, "cuerpo, mente, espíritu, historia personal, valores, emociones, cultura,
aspiraciones, postura ante la vida, temperamento, forma de relacionarse, sociedad...", todo influye en la salud y la enfermedad. 21
Pero, si profundizamos en los métodos utilizados en investigació n cualitativa, podremos comprobar que demasiado a menudo se recurre a técnicas de aná lisis cuantitativas. La estadística juega su papel
en forma de categorizaciones y codificaciones y ni siquiera los paquetes informá ticos de tratamiento de datos (Ethnograph, Aguad, Nudist o Atlas-Ti) está n ausentes en la realizació n actual de cualquier
monografía, como reconocen Amezcua y Gá lvez Toro.22
Como se ha dicho, en Ciencias de la Salud, la enfermería es la disciplina má s implicada en el desarrollo de estudios cualitativos, posiblemente ligado al hecho de experimentar a diario el sufrimiento
humano personalizado. Esto es consecuencia del concepto holístico del cuidado sobre el que se asienta la profesió n enfermera, concepto definido por primera vez en 1926 por Smuts ("Holismo y
evolució n") y divulgado en nuestro país por figuras como Marañ ó n o Laín Entralgo. "Hay que prestar atenció n no só lo a los datos y signos, sino a la vivencia de la enfermedad por parte del enfermo y
familia", mantenía éste.23
Los aú n escasos investigadores que, desde el campo médico, sostienen las bondades del enfoque cualitativo consideran que hoy en día existe un predominio apabullante del método cuantitativo. Para
demostrarlo, epidemió logos del Hospital Juan Canalejo de A Coruñ a objetivaron en su bú squeda en Medline, utilizando las palabras clave quantitative research vs qualitative research, el hallazgo de
11.236 y 1.249 artículos respectivamente, lo que genera un cociente de 8.99. Cuando añ adieron a la bú squeda la palabra nursing para centrar la pregunta en trabajos de enfermería, objetivaron que el
cociente de los artículos cuantitativos vs cualitativos (610 por 535) disminuía a 1.14, mostrando por tanto un importante peso de lo cualitativo en la investigació n enfermera.5 Puestos a jugar, si
realizamos una bú squeda en Google de las pá ginas en españ ol con la frase "investigació n cualitativa en enfermería", hallaremos 193.000 entradas, por 112.000 si la frase es "investigació n cuantitativa en
enfermería", con un cociente de 1,72, ahora favorable a la investigació n cualitativa. Pero, si ademá s, acotamos la bú squeda solamente a pá ginas editadas en Españ a, este cociente aumenta a 1,88 (99.600
por 52.800, respectivamente). Pero, ¿qué ocurre en el resto del mundo?, ¿qué nos ofrece el buscador má s universal si realizamos la bú squeda en inglés? Pues un realmente desolador cociente de 9,43
(4.520.000 resultados en 0,20 segundos para nursing qualitative research vs 479.000 en 0,30 segundos para nursing quantitative research) [consultas realizadas el 25 de agosto de 2010].
Como señ ala De la Cuesta Benjumea, "desde las ú ltimas décadas del siglo pasado los estudios cualitativos han proliferado en el á rea de la salud y en particular en Enfermería".24 En la revisió n que realiza
sobre lo publicado en este campo, la autora encuentra una gran variedad de métodos, siendo tres los má s utilizados: la Etnografía, deudora de la antropología cultural y de la observació n participante
que busca categorías y patrones culturales; la Teoría Fundamentada o Teoría Anclada,25 derivada del interaccionismo simbólico de Mead, que utiliza la entrevista y la observació n participante,
priorizando el punto de vista de los actores, para captar los cambios y sus efectos; y la Fenomenología en sus dos modelos: la eidética o descriptiva y la hermenéutica o interpretada, teniendo la primera
como objetivo describir el significado de una experiencia y la segunda el comprender una vivencia, por lo que la principal diferencia entre ambas está en que la hermenéutica, la má s utilizada en
enfermería, precisa de la presencia del investigador en el contexto en el que se produce el proceso interpretativo.
De modo que, como hemos visto, la investigació n enfermera ha seguido mayoritariamente el modelo de investigació n cualitativa debido, a nuestro entender, a la formació n científica y académica de los
investigadores y a la bú squeda de un nicho epistemológico propio en el á mbito de las Ciencias de la Salud y una identidad diferenciadora con respecto a la investigació n cuantitativa biomédica. En la
bú squeda de esa identidad diferenciadora, la ausencia de licenciatura propició una mirada antropoló gica de los cuidados. Sin embargo, el acercamiento holístico, la transculturalidad y las técnicas
cualitativas, aú n siendo aportaciones de indudable valor, no representan la ú nica manera enfermera de hacer investigació n.26 Ya lo señ aló Virginia Henderson al observar có mo la investigació n
enfermera estaba excesivamente polarizada hacia aspectos socioló gicos del cuidado, a lo que oponía la necesidad de centrarse en la investigació n clínica de la que la medicina y otras disciplinas habían
obtenido sus mayores éxitos y conocimientos.
Ademá s, la universalizació n de prá cticas enfermeras basadas en la evidencia es urgente y necesaria por cuanto se sabe que: (a) El 20-25% de los cuidados que se aplican son innecesarios o
potencialmente dañ inos.27 (b) Un 30-40% de los pacientes no reciben cuidados acordes con la evidencia científica.28 Como ejemplos prá cticos de ello podemos señ alar, entre otros:
-El lavado de manos, con respecto al que Simmons observó una sensació n de cumplimiento del 90% frente a una frecuencia real <30%. Aunque Voss y Widmer calcularon que, si una enfermera de UCI
siguiera estrictamente las recomendaciones, cerca del 20% de su jornada laboral la pasaría lavá ndose las manos.
-La heparinizació n de los catéteres periféricos, generalizada en numerosos hospitales con riesgo y coste añ adidos, sin que se haya podido demostrar ventaja significativa sobre el lavado con suero
salino.29
-La introducció n generalizada de conectores intravenosos sin aguja (vá lvulas de seguridad) en un gran hospital que, sin una "educació n adecuada que refuerce el seguimiento de las instrucciones dadas
por el fabricante, ha estado asociada a brotes de bacteriemias", 30 probablemente debido a que el 31% del personal de enfermería nos olvidamos de desinfectar la conexió n antes de acceder al catéter31 y
só lo un 33% desinfectamos el acceso y aguardamos el tiempo suficiente para que se evapore antes de usarlo.
En el marco actual, con el Grado en Enfermería y la presentació n de Tesis Doctorales realizadas por enfermeras que suponen un reto y un impulso a la investigació n en cuidados, se dan las condiciones
idó neas para que la industria sanitaria adquiera un compromiso firme con la investigació n enfermera, como la industria farmacéutica lo adquirió tiempo atrá s con la investigació n biomédica. No
podemos introducir en los hospitales y en el cuidado del paciente productos o tecnologías avalados solamente por pequeñ os estudios observacionales o de laboratorio. La seguridad y coste/efectividad
de los productos sanitarios deben evaluarse mediante ensayos clínicos, en consonancia con una profesió n que aplica intervenciones basadas en la evidencia científica.
Como muestran recientes experiencias,32 se trata de un maridaje perfecto puesto que la enfermería necesita del apoyo financiero de la industria para el desarrollo de sus investigaciones y la industria
precisa de la enfermería estudios científicos rigurosos que avalen con criterios de idoneidad, seguridad y coste/efectividad la inversió n en nuevas tecnologías y productos sanitarios.
Una investigació n no puede ni debe realizarse con metodología cualitativa por ser enfermera o con cuantitativa por ser biomédica, sino que la metodología de elecció n debe ser deudora del objeto de la
investigació n: cuantitativa si se quiere medir el impacto de determinada técnica o producto en la supervivencia libre de eventos adversos; cualitativa si se busca conocer el impacto sobre la calidad de
vida percibida por el paciente sometido a dicha técnica/producto. En palabras de Mendoza Palacios, "en una investigació n no es conveniente hablar de Paradigma Cualitativo, Metodología Cualitativa o
Investigació n Cualitativa", como si hablá ramos de ideologías antagó nicas, "puesto que lo cualitativo o cuantitativo son enfoques de la investigació n científica, y ambos pueden ser usados en una misma
investigació n, interaccionando sus metodologías".8 En definitiva, tan incongruente y empobrecedor resulta que la investigació n biomédica desprecie las técnicas cualitativas, como que la enfermería de
la espalda a la investigació n experimental.
Reflexión final: axiomas cuestionables generan métodos complementarios
En realidad, como mantienen los epidemió logos, todo es cuantificable, incluso en investigació n cualitativa. Algo tan subjetivo y sujeto a la cultura como la experiencia que cada uno tiene del dolor es
medible y así se hace en la prá ctica clínica diaria, utilizando la escala analógica del dolor a la hora de administrar analgesia. No obstante, si en realidad lo que deberíamos saber es en qué modo el dolor
de un mismo grado en la escala analó gica afecta a dos pacientes distintos, hasta qué punto quiebra su salud física, psicoló gica y emocional, los discapacita, tendremos que recurrir de nuevo a una
perspectiva Emic, al síntoma expresado por el sujeto, al uso de técnicas cualitativas cuyos resultados tenderemos a cuantificar aunque no los podamos generalizar porque lo verdaderamente
extrapolable será el método, no su resultado. Esto es así porque "las cosas no son, significan", como afirman los seguidores del interaccionismo simbólico.33 Aunque, desde luego, no se trata de un axioma
extrapolable a todos los á mbitos (¿el hambre y la sed del tercer mundo son o significan o son aunque no signifiquen lo mismo para cada cual?), es cierto que existen situaciones, como la pérdida de un ser
querido, donde el rasero se sitú a en su significado má s allá del propio hecho.
Dando una ú ltima vuelta de tuerca cabría preguntarse có mo afrontar exclusivamente desde el paradigma biomédico el dolor del miembro fantasma. Habrá que admitir entonces que, también en
medicina, "es real lo que la persona define como real". 34 Pero esto mismo ya lo expresó siglos atrá s el filó sofo griego Epicteto al decir que los acontecimientos humanos afectan no por lo que son en sí,
sino por la valoració n que de ellos hacemos. Por tanto, habrá que reconocer cargados de razó n a aquellos críticos con el paradigma biomédico que denuncian que "la adscripció n teó rica del autor actú a
como una má scara que aflora cuando cuenta su versió n de los hechos",35 pero sin olvidar que esto es generalizable a cualquier paradigma, puesto que "el abordaje cualitativo de los problemas de salud
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SÁ NCHEZ FLORES, F. A.
no es só lo una opció n (...). Tal como es contemplado, es una forma de compromiso del investigador con la sociedad a cuyos intereses se supone que sirve, pero que el avance tecnoló gico no siempre
garantiza".36 Y es que, como se ha dicho, los seres humanos, investigadores o no, somos deudores de nuestra propia biografía.
Digá moslo así: los hechos son cuantificables, pero no así su significado. Pero ambos, hecho y significado, son caras de la misma moneda, dimensiones de la realidad a las que só lo podemos aproximarnos
desde la perspectiva adecuada: cuantitativamente a los hechos, cualitativamente a sus significados. Porque, parafraseando a Ortega y Gasset, la ú nica perspectiva erró nea es la perspectiva ú nica.