La Autopsia Psicológica

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La autopsia

psicológica

Psicología
forense
La autopsia psicológica
Núñez de Arco y Huici1 definen la autopsia psicológica como una técnica de la
Psicología Criminalística que permite explorar retrospectivamente y de modo
indirecto la personalidad de la vida de una persona que ya falleció. Lo que se
intenta hacer es una evaluación post mortem de cómo vivía esta persona, como se
comportaba, cuál era su estado mental, por medio de una reconstrucción social,
psicológica y biológica que se realiza una vez fallecida la persona. Para ser llevada a
cabo necesita de un abordaje en equipo. La escena del hecho resulta fundamental,
dado que ésta para el psicólogo forense es una fuente de información a interpretar
y decodificar. El objetivo que se persigue es comprender las circunstancias de la
muerte de esta persona.

El término fue acuñado en 1958, cuando Theodore J. Curphey, Jefe Médico


Forense del Condado de Los Ángeles, se encontró con varios casos de muertes por
drogas y no podía confirmar con certeza la causa o mecanismo de muerte. Es así
como esta técnica de investigación que es la autopsia psicológica, se utiliza para
determinar la manera de muerte en casos dudosos, descartar suicidio en muertes
violentas, accidentes o por ejemplo asfixia autoerótica. Además de esclarecer, este
procedimiento permite desarrollar investigaciones de primer orden tanto en
psicología, como en criminología y victimología. Asimismo, al trabajar con casos de
muertes violentas, se analiza el funcionamiento mental de las víctimas, lo cual
brindaría datos para la prevención y predicción de suicidios, homicidios o
accidentes.

Método de investigación forense


Nuñez de Arco y Huici, explican que la autopsia psicológica es una técnica basada
en los métodos de investigación psicológica y criminalística, dado que utiliza tanto
entrevistas (psicología clínica y social), como también, técnicas de investigación de
escena de los hechos, de forma abierta, es decir, cuando el cadáver aún se
encuentra en el lugar (criminalística).

Con respecto a las entrevistas, éstas se les realizan a todas las personas allegadas a
la víctima, desde el vínculo íntimo (familiares cercano, amigos, vecinos) hacia
afuera (compañeros de trabajo, conocidos, médicos). A veces se utilizan
instrumentos estructurados como encuestas, otras veces, entrevistas estructuradas
al estilo entrevista psiquiátrica, o bien entrevista telefónica. Además de este tipo de
información, es necesario otro tipo de información, como la que aporta la historia
clínica, proceso judicial (en caso de existir), evidencias, escritos, grabaciones,
cartas suicidas. El objetivo que siempre se persigue es el de reconstruir las
motivaciones, psicodinamia y crisis existenciales del occiso, se debe averiguar cuál
es el mecanismo más probable de muerte.

Estos autores opinan que la investigación de allegados y familiares debe realizarse


entre el 2° y 7° día luego de cometido el hecho, para evitar posibles olvidos o
modificación de datos. Las conclusiones a las que se arribe siempre serán

1
Núñez de Arco, J y Huici, T. (2005). El uso de la autopsia psicológica forense en el proceso penal.
Identidad jurídica. 1, pp. 235-242

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probabilidades, dado que por medio de esta técnica no se puede afirmar a ciencia
cierta si la muerte fue un suicidio, homicidio, o accidente.

Los pasos que se sugieren seguir son:

1. Realizar entrevistas libres, dirigidas y focalizadas con familiares cercanos,


para luego implementar el método de investigación de escena de los hechos
abierta (investigar en círculos cada vez más alejados de la víctima).

2. Entrevistar a profesionales que hayan tenido relación con la víctima.

3. Explorar los resultados de acuerdo al método de la estrella de cuatro


puntas, en el cual se analiza:

Estado depresivo.
Apoyo familiar y psicosocial.
Biografía.
Características de la personalidad.

Mientras más grande sea la estrella, mayores son las probabilidades de suicidio.
Este método resulta útil para el jurado porque permite visualizar, de modo simple,
la posibilidad o no de suicidio, según sea el tamaño de la estrella.

4. Configurar el informe de la autopsia psicológica.

5. Presentar el informe en el juicio oral.

Una vez que se recolecta toda la información necesaria y pertinente hay que
establecer qué rasgos de personalidad presentaba, y si influyó alguna patología
mental en las circunstancias de la muerte. Por último, ―se hace una aproximación
a las circunstancias que determinaron su muerte y la posible participación de la
víctima en las mismas‖ 2.

2
Jimenez, I en Nuñez de Arco y Huici, 2005

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Caso expuesto en el citado trabajo de Níñez de Arco y Huici, 2005

Glosario Fundamental de Referencia del Psicólogo Forense3

Adopción: Representa uno de los ámbitos de intervención de los Equipos


Técnicos de mayor complejidad, en tanto las valoraciones y el asesoramiento que
de éstos provenga, serán de vital importancia para las decisiones y acciones que los
jueces implementen. El establecer la idoneidad de los adoptantes en un sentido
taxativo, resulta altamente complejo debido a los múltiples aspectos que deben
considerarse, sin embargo, la detección y reconocimiento de ciertos factores de
riesgo (tanto de personalidad como ambientales y psicosociales) permiten una
mayor proximidad diagnóstica, sobre todo en la determinación de una valoración
negativa, en las que pueda haber un alto riesgo para el menor.

En este sentido es importante destacar algunos de los aspectos que deben ser
considerados en el proceso de valoración:

a) La adecuación general del marco familiar adoptante –idoneidad de los


adoptantes- en lo que se debe valorar:

Ajuste psicológico (descartar patologías, estimación de la estabilidad emocional, de


la sociabilidad, de las habilidades de afrontamiento, etc.)

Adaptación social (trayectoria laboral, red social, relaciones con la familia extensa,
etc.)

Historia de crianza y desarrollo psicosocial (experiencia de maternidad, estilo


educativo de la familia de origen, etc.)

Ajuste marital o funcionamiento de la pareja (dinámica relacional, pautas de


convivencia, estabilidad, metas, etc.)

Motivación para la adopción (expectativas, disponibilidad para el menor,


dificultades percibidas y capacidad de anticipación y respuesta a las misma, etc.)

3
Extraído de http://www1.justiciacordoba.gov.ar/site/Htm/Boletin/Glosario%20final.pdf (Glosario realizado
por el Mgter. Pablo Rivarola Padrós)

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Recursos disponibles, tanto económicos como culturales.

b) La vinculación afectiva existente de hecho con el menor, por acogimiento


familiar previo o parentesco indirecto.

c) La comprensión infantil de los efectos de la adopción (dependiendo de la edad


del menor)

d) Si los hubiera, habría que considerar la aceptación de la adopción que


presentan los hijos biológicos de la pareja adoptante.

Afectividad: Nivel de existencia fundamental en la vida psíquica, que comprende


la manifestación inmediata y no racionalizada de los sentimientos y emociones del
sujeto.

Agitación: Conducta alterada y desordenada, con actividad motora exagerada y


carente de sentido, propia de un impulso instintivo o afectivo, cuando no de un
estado de excitación mental.

Alcoholismo: Conjunto de perturbaciones físicas y psíquicas causadas por un


progresivo estado de dependencia respecto del alcohol. Entre las manifestaciones
del síndrome de dependencia característicos del alcoholismo, se encuentran: la
necesidad compulsiva de beber; el desprecio de consideraciones familiares,
amistosas, laborales e higiénicas frente a la compulsión de beber; la entrega
progresiva a una sola clase de bebida; la creciente tolerancia al alcohol; los
síntomas de ansiedad que anuncian la inmediata compulsión de beber; la ingestión
frecuente para evitar los síntomas de ansiedad; la incapacidad de abstinencia
sostenida.
Ambiente invalidante: Es un concepto desarrollado y empleado especialmente
desde la teoría biosocial (M. Linehan) en el diagnóstico y tratamiento del Trastorno
límite de personalidad. El ambiente invalidante se caracteriza por una inadecuada
respuesta por parte de los padres o guardadores frente a la comunicación de
preferencias, emociones y/o pensamientos que manifiesta el niño/a (ej. no
respondiendo a éstas, haciéndolo de forma extrema, reaccionando de forma
exagerada y pública, etc.). El ambiente invalidante promueve/actúa sobre el
control de la expresividad emocional, especialmente la expresión del afecto
negativo, en el sentido de que el niño inhibirá sus manifestaciones emocionales, lo
que afectará directamente en sus competencias y habilidades para establecer una
sana relación con los demás.

Ambivalencia vincular extrema: Se reconoce en niños que transcurren de un


estado simbiótico con la madre, a una situación de rechazo donde ésta lo cubre de
reproches por no ser ―lo que ella esperaba‖ o los abandona a su suerte en castigo
por ―haberle fallado‖ . Se trata de niños muy propensos a problemas bronquiales,
de alimentación o de piel. Suelen tomar sólo el pecho y no saben masticar, pero al
mismo tiempo tienen un normal desarrollo del lenguaje, también pueden saber
caminar pero no lo hacen por temor y entran en pánico si se intenta
independizarlos. Cuando la madre los deja, lloran con desesperación, no saben si
vuelven o los abandona. Son niños donde la confianza básica está muy deteriorada,
por lo que pueden evolucionar a cuadros psicóticos.

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Credibilidad: Es la cualidad que tiene algo de ser creíble, es decir, que no ofrece
ningún carácter de falsedad. En el campo de la psicología, específicamente de la
Psicología forense, la valoración de la credibilidad de un testimonio o denuncia ha
ido cobrando cada vez mayor relevancia. Inicialmente se hablaba, no de
credibilidad, sino de simulación, y ésta estaba relacionada con la valoración que
debía hacerse con respecto a la posibilidad de que una persona presentara
síntomas y manifestaciones engañosas de forma voluntaria, pretendiendo ser
diagnosticado con una enfermedad o patología mental que le generara algún
beneficio en su proceso legal. En la actualidad se continúa realizando este tipo de
valoraciones, pero está destinada básicamente para los adultos y por lo general la
llevan a cabo los psiquiatras.

Posteriormente y debido a la gran cantidad de denuncias que se presentaban sobre


abusos sexuales a menores de edad, se implementó en los juzgados de diferentes
países, la valoración de credibilidad para niños y adolescentes. En algunos trabajos
específicos se habla de valoración sobre la verosimilitud del relato y en otros se
acentúa esta valoración denominándola como capacidad de fabulación.
Con respecto a la metodología de abordaje para llevar a cabo estas valoraciones, se
han diseñado diferentes modelos de cuestionarios y pruebas, que en su mayoría
consisten en entrevistas estructuradas, donde se acentúan aquellos aspectos que,
por conocimientos previos, han estado presentes en niños/as y adolescentes que
han sido víctimas de este tipo de abusos.

En este tipo de valoración, se deben tener en cuenta tres aspectos fundamentales


que hacen a una evaluación integral de la credibilidad, ellos son:

Credibilidad narrativa: relacionado con el análisis del discurso en cuanto a su


forma (coherencia, lógica, orientación, etc.)

Credibilidad contextual: relacionado con el análisis del discurso en cuanto a su


contenido (referencias físicas, espacios, personas, etc.)

Credibilidad clínica: es en cierto modo el centro de la valoración y consiste en el


grado de compatibilidad y correlación de la presencia (o ausencia) de ciertas
manifestaciones de orden cognitivo, conductual, afectivo y emocional (síntomas,
trastornos), con la experimentación previa de situaciones estresantes o traumáticas
y el subsiguiente padecimiento de un proceso psíquico de victimización4.

En este sentido y cuando se trata de la valoración de credibilidad en los casos de


que exista la posibilidad de una relación incestuosa o abuso sexual a menores de
edad, puede suceder que no exista o no posea un discurso sostenible y coherente y
por tanto se considere la invalidez de la versión que ofrezca la víctima. Sin embargo
en estos casos lo recomendable siempre es la valoración de un posible
―consentimiento‖ por su parte y para ello debe realizarse un reconocimiento
desde la credibilidad clínica que permita contrastar la presencia de sentimientos de
culpabilidad, vergüenza o temor que estén ligados no al acto en sí (que también
ofrecen estas características) sino a la percepción que la víctima posee de sí misma
por su participación en la situación que se está considerando. Otro aspecto
importante a considerar con respecto a la valoración sobre la credibilidad de los

4
López, J. Ponencia presentada en el VI Congreso Nacional de Psicología Jurídica y Forense. Murcia.
2008.

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testimonios que presentan los niños, es el de tener presentes las diferentes teorías
que desde la Psicología se han desarrollado al respecto del desarrollo moral o
razonamiento moral. Entre estas teorías no existe una gran discrepancia, salvo que
en algunas se hace mayor hincapié en aspectos cognitivos y en otros en aspectos
sociales, pero lo que cada una de ellas considera sobre lo que ocurre en las
diferentes edades es muy similar. Los principales referentes sobre ello son J.
Piaget, P. Selman y L. Kohlberg.

Lo que nos brindan estas teorías no es la certeza de saber si el niño miente o no,
pero sí reconocer si existe en él la capacidad de diferenciar entre las propias
vivencias o experiencias, de aquellas que pueden haber sido inducidas por terceros.
Ello no se basa tanto en la descripción que hacen de la situación, sino en las
valoraciones (morales, anímicas) que emiten sobre sí mismos y los demás.

En la actualidad existen opiniones encontradas con respecto a la fiabilidad de una


―valoración de la credibilidad‖ , en tanto no hay resultados de una certeza
absoluta, sin embargo, el tener en cuenta los diferentes avances que se han
realizado sobre ello, permiten poner en consideración del profesional, algunos
aspectos que posiblemente en los modelos de entrevistas o pruebas habituales, no
se considerarían de forma explícita.

Los modelos utilizados actualmente son:

- Guía para la Exploración del Testimonio de ASI (GEA-5)

- Escala de Validación del Abuso Sexual (SAL)

- Sistema de Evaluación Global (SEG)

- Análisis de Contenido Basado en Criterios (CBCA-SVA)

Deterioro mental: Una persona está deteriorada mentalmente, según Wechsler,


cuando no es capaz de proseguir sus trabajos intelectuales con la misma rapidez,
precisión o eficacia que precedentemente caracterizaba su nivel de funcionamiento.
La medida del deterioro mental, que es un concepto psicométrico no debe ser
entendida siempre como medida exacta de la demencia, pues el deterioro puede ser
debido también a neurosis de angustia o melancolía grave. La valoración del
deterioro mental suele realizarse cuando la persona a la que se debe evaluar es
mayor de edad.

Diagnóstico de Situación: Con respecto al objetivo que posee por parte de los
Equipos Técnicos la realización del denominado ―Diagnóstico de Situación‖
hemos de remitirnos al Art. 25 de la Ley de Violencia familiar 9283 que sobre ello
especifica: ―… El mismo será elaborado en forma interdisciplinaria y tendrá como
objeto determinar los daños físicos o psíquicos sufridos por la víctima, evaluar las
circunstancias de peligro o riesgo y el entorno social.‖ Así, el periodo temporal
en que se debe realizar el diagnóstico, como refiere el citado artículo habrá de ser
con posterioridad a que se hayan adoptado las medidas cautelares
correspondientes, – señaladas en el art. 21- siendo por tanto fundamental la
información que pueda elevar el Equipo Técnico a los fines de conocer, de forma

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fehaciente, los efectos directos que la medida cautelar han significado para la
familia y los miembros de ésta, en relación a la situación que ha dado origen al
proceso judicial.

Este tipo de intervención implica un corte transversal de la vida familiar, de su aquí


y ahora, que permite visualizar la situación de riesgo en la que se hallan uno o
varios de sus miembros. Presenta las características de un análisis situacional, que
permitiría al juez, ratificar, modificar o ampliar las medidas que de forma urgente
dispuso y/o sugerir las derivaciones convenientes. Con posterioridad se elabora un
Informe de Situación, también de forma interdisciplinaria, donde constan:
intervenciones realizadas, informe de los observado, evaluación de la situación y si
fuere necesario, recomendaciones o sugerencias profesionales.

Diagnóstico preliminar o aproximación diagnóstica: Es el primer


acercamiento a la definición del problema o situación. Toda intervención
profesional requiere de una cierta definición de cuál es el problema y cuáles sus
posibles vías de resolución. A través de la/s primera/s entrevista/s o consultas de
fuentes documentales y otras fuentes de información, se formulan conjeturas con
el fin de iniciar acciones de gestión, promoción o co-gestión entre otras. Supone
recoger la mayor información en el menor tiempo posible.

El diagnóstico preliminar inicia la intervención y ello supone abrir el proceso de


elaboración del diagnóstico que se instrumentará paralelamente a aquellas
actividades de intervención.

El diagnóstico debe ser explicativo y no meramente descriptivo

En su dimensión operativa el diagnóstico social contiene:

a) Definición del problema

b) Identificación de las causas y características del problema o situación a resolver

c) Pronóstico de la situación en términos mediatos e inmediatos

d) Sugerencia de estrategias de intervención, estableciendo prioridades en relación


a los problemas detectados

En el abordaje familiar, diagnosticar es conocer los procesos, los sujetos, los


condicionamientos, las necesidades de la familia/unidad doméstica como
organización social encargada de la reproducción cotidiana, en sus habitus
personales y de grupo, y los recursos disponibles para ello.

El diagnóstico familiar es el punto de partida para el reconocimiento de una


situación de la familia preexistente a la intervención profesional, en la que las
personas construyen diariamente parte de sus relaciones, desarrollan estrategias
para la satisfacción de las necesidades y en la que se presentan los problemas u
obstáculos que motivan la demanda.

Diagnóstico Social: Es un instrumento operativo para interpretar situaciones o


problemas con el fin de trazar y proponer estrategias de resolución.
Instrumento operativo que:

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No es una etapa del proceso de intervención profesional, sino que lo acompaña

Apela a técnicas de observación, entrevista, análisis e interpretación, entre las más


importantes

Varía en la aplicación de tales técnicas, así como en las teorías a las que recurre, de
acuerdo a los espacios sociales y campos en los que se interviene

Tiene como objetivo orientar las estrategias de intervención en el contexto de


relaciones de mayor horizontalidad entre profesionales y agentes que demandan la
intervención. En otros términos, pensar el diagnóstico y la intervención de la que
forma parte, como un intercambio de conocimientos, es decir como un proceso de
construcción de un saber mutuo.

Distorsión perceptiva y cognitiva: Es un concepto que ha sido desarrollado


por A. T. Beck (1990) y que suele estar presente en los trastornos de la
personalidad. Consiste en la forma en que determinadas personas tienen de
interpretar los sucesos, no tal como se producen objetivamente en la realidad, sino
distorsionados de forma selectiva para que se ajusten a sus expectativas y formas
de pensamiento. Las personas adquieren actitudes cognitivas de expectativa o
previsión ante las experiencias amenazadoras y ante todas las formas de
experiencia pasada, estos esquemas guían, filtran, codifican y evalúan la corriente
de experiencias nuevas a las que el sujeto está expuesto. Si este proceso está
distorsionado, aquellos acontecimientos normales ante los que el sujeto está
expuesto, pueden ser vivenciados como amenazantes, dolorosos y provocar
sufrimiento.

En los casos de pericias psicológicas, como así también en las valoraciones que se
realizan sobre situaciones de violencia familiar, la evaluación de la existencia de
probables distorsiones de esta naturaleza, es fundamental al momento de
considerar la verosimilitud de las declaraciones y el posible riesgo real existente.

A continuación exponemos la tabla de Beck sobre estas distorsiones:

Inferencia arbitraria: se refiere al proceso de adelantar una determinada


conclusión en ausencia de la evidencia que la apoye o cuando la evidencia es
contraria.

Abstracción selectiva: consiste en centrarse en un detalle extraído fuera de


contexto, ignorando otras características más relevantes de la situación, y
valorando toda la experiencia en base a ese detalle.

Sobregeneralización: se refiere al proceso de elaborar una conclusión general a


partir de uno o varios hechos aislados y de aplicar esta conclusión a situaciones no
relacionadas entre si.

Maximización y minimización: se evalúan los acontecimientos otorgándole un peso


exagerado o infravalorado en base a la evidencia real.

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Personalización: se refiere a la tendencia excesiva por la persona a atribuir
acontecimientos externos como referidos a su persona, sin que exista evidencia
para ello.

Pensamiento dicotómico o polarización: se refiere a la tendencia a clasificar las


experiencias en una o dos categorías opuestas y extremas saltándose la evidencia
de valoraciones y hechos intermedios.

Emoción: Estado somático y psíquico que se produce en un individuo como


respuesta a un acontecimiento inesperado y que tiene una significación particular
para él. La reacción emocional, es global, intensa y breve, y se acompaña de una
coloración afectiva que puede ser agradable o dolorosa. Las emociones más
duraderas, difusas y moduladas, se suelen denominar sentimientos. La emoción se
encuentra estrechamente ligada a la necesidad, la motivación, al deseo y a la
frustración. 5

Enfermedad Bipolar: Esta enfermedad unifica dos síndromes opuestos, la


manía y la depresión o melancolía, estas dos fases pueden concurrir sucesivamente
y suelen alternarse de forma asistemática ciclos de ambos polos. Cuando esto
sucede, el diagnóstico es muy fiable, la bipolaridad (haber sufrido fases de ambos
tipos) se considera muy importante para precisar el diagnóstico.

Las dos formas de enfermedad bipolar, manía y depresión, desde el punto de vista
de la peligrosidad delictiva coinciden en que no se presenta en los momentos
álgidos de la enfermedad, pero difieren en cuanto al tipo de delitos que pueden
presentarse en cada forma y en la psicogénesis delictiva respectiva.

En los delitos contra el estado civil de las personas, la euforia, optimismo e


impulsividad exagerados de los enfermos puede conducirlos a la realización de
matrimonios muy rápidos, absurdos, ocultando por ejemplo, su verdadero estado
de persona ya casada. A veces se transforman en víctimas de personas que
conociendo su estado, le impulsan a la compra de bienes, matrimonios, abandono
del hogar, etc.6

En la fase de depresión, el problema más grave es el suicidio. A menudo puede


proyectar sus sentimientos negativos a sus familiares directos, por lo que llegar a
realizar el homicidio de éstos, el llamado libericidio, seguido siempre de suicidio.

Esquizofrenia: Término introducido por E. Bleuler, para designar lo que


Kraepelin denominaba ―dementia praecox‖ , y que designa un estado patológico,
se caracteriza por una ruptura con el ambiente que rodea al sujeto y el
distanciamiento de la realidad y el autismo.

5
Extraído dehttp://www1.justiciacordoba.gov.ar/site/Htm/Boletin/Glosario%20final.pdf 16/10/2010
6
Extraído de http://www1.justiciacordoba.gov.ar/site/Htm/Boletin/Glosario%20final.pdf 16/12/2010

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Tradicionalmente se distinguen tres formas de esquizofrenia: hebefrénica,
catatónica y paranoide. Lo que Bleuler puso de manifiesto con su término, es el
síntoma que puede considerarse fundamental de esta psicosis: la disociación.

Se pueden destacar tradicionalmente, los siguientes caracteres comunes:


trastornos del pensamiento, tanto de su curso como de su contenido, que se
manifiestan a través de ideas delirantes, trastornos del lenguaje, que puede llegar a
ser incomprensible; trastornos de la afectividad, el autismo, y por último,
trastornos de la percepción. El curso de la enfermedad es crónico, evolucionando
por etapas diferentes hacia un deterioro intelectual afectivo que puede concluir a
menudo en estados de aspecto demencial, y que suele constituir un rasgo
fundamental.

Los test psicológicos pueden constituir una valiosa ayuda para su diagnóstico,
aunque rara vez definirán el diagnóstico cuando exista una clara discrepancia entre
ellos y la valoración clínica. Los test más utilizados son: Test de Rorschach, T.A.T.,
Test de dibujo H.T.P. y el Test de WAIS (escala de inteligencia, donde se detecta
que en estas personas, el CI verbal es notablemente más alto que el CI
manipulativo).

Estructura: Forma dinámica que confiere sentido a contenidos variables.

Es fundamental añadir el lugar que ocupa el concepto de estructura en la teoría


psicoanalítica, en tanto es el eje vertebral de su clínica. El concepto de clínica
estructural (acuñado por J. Lacan) significa que grandes conjuntos de síntomas
definen estructuras clínicas diferenciadas e invariables. La hipótesis estructural
permite examinar las distintas formas que pueden adoptar los síntomas en
diferentes momentos, sin perder de vista lo que es permanente y definitorio. La
clínica estructural parte de tres grandes ámbitos de trastornos, fenómenos o
síntomas que se definen como estructuras clínicas y que corresponden a las
neurosis, las psicosis y las perversiones, dominios que contienen, a su vez, una
variedad de diferenciaciones internas.7

Estrategias de intervención: El concepto de estrategias de intervención se


refiere a un conjunto teórico-metodológico que opera como una matriz
orientadora de la actuación profesional, así como de su análisis. Definir o
planificar estrategias supone proyectar de forma adecuada a cada circunstancia de
intervención, una combinación particular de procedimientos, técnicas,
instrumentos operativos, cuya peculiaridad va estar dada por la manera específica
en que se articulan: un marco de referencia propio, unos objetivos y unas
funciones, con las características de los agentes (su biografía personal o familiar),
condiciones sociales de los mismos, así como situación macro social (contexto
económico, políticas sociales, etc.)

Las estrategias de intervención operan como un conjunto de prácticas


profesionales destinadas a resolver situaciones problemáticas de los agentes
sociales en la reproducción de su existencia, redefiniendo en cada ocasión los
instrumentos, procedimientos y técnicas.

7
Rivarola, P. (coord.). Teoría psicoanalítica: reflexiones para la intervención clínica. Barcelona: Editorial
UOC. 2006.

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La intervención profesional se ubica en una contextualidad, entendiendo por tal ―el
carácter situado de una interacción en un espacio-tiempo, que incluye el escenario de
una interacción, unos actores co-presentes y una comunicación entre ellos‖ .

Espacio y tiempo son dos dimensiones de fundamental importancia en la


intervención, ambos están estrechamente ligados y proporcionan un ritmo
particular a cada intervención.

La contextualidad está relacionada a la forma en que se presenta la demanda. En


trabajo social, se reconocen dos tipos de demanda:

Demanda Directa: es la que efectúan los agentes inmersos en la situación


problemática y que recurren a la intervención profesional.

Demanda Indirecta: la solicitud proviene de otros agentes interesados en que se


atienda a familias, grupos etc. que no han requerido ellos mismos la intervención.

La dirección de esta demanda (directa o indirecta), proporciona un cariz


determinado al espacio de intervención.

Estrés Post-traumático: La característica esencial del trastorno por estrés


postraumático, es la aparición de síntomas característicos que sigue a la exposición
de un acontecimiento estresante, extremadamente traumático y donde el individuo
se ve envuelto en hechos que representan un peligro real para su vida o cualquier
otra amenaza para su integridad física. También se puede presentar cuando el
individuo es testigo de un acontecimiento donde se producen muertes, heridos o
existe una amenaza para la vida de otras personas o bien implican muertes
inesperadas o violentas, daño serio o peligro de muerte o heridas graves.

El diagnóstico del trastorno, no suele ser habitual en casos de violencia familiar,


salvo en casos de extrema gravedad, ya que uno de los aspectos fundamentales
para su consideración es la vivencia ―inesperada‖ de un acontecimiento de riesgo
para la persona, donde ésta no pueda prevenirla ni adaptarse emocionalmente.

Los criterios diagnósticos del estrés postraumático son:

a) Experimentación: La persona padeció un hecho donde sintió que corrió peligro


su vida.

b) Re-experimentación: Tiene recuerdos recurrentes del hecho, imágenes,


pensamientos, sueños, la persona actúa o tiene la sensación de que el
acontecimiento está ocurriendo.

Revivicencia

Memoria intrusiva

Imagen del episodio

Malestar psicológico – recuerda un aspecto del acontecimiento traumático.

Respuestas fisiológicas

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c) Evitación. Miedos (limita los espacios donde moverse o habitar)

d) Manifestaciones:

Trastornos del sueño

Irritabilidad

Hipervigilancia (estado de permanente alerta)

Anestesia emocional

Falta de respuestas

e) Trastornos somatomorfos, consistentes en grupos de trastornos que incluyen


síntomas físicos (dolores, náuseas, disnea, etc.) sin explicación médica
satisfactoria. Interpretación patológica de síntomas o sensaciones físicas, que
generan preocupaciones y temor a padecer una enfermedad grave o correr el
riesgo de padecerla en el futuro.8

Exploración de las funciones psíquicas: Cuando se deber realizar una


valoración psicológica de un sujeto, ésta no debe limitarse a la consideración de la
existencia o no de un trastorno o patología grave, sino que se debe indagar sobre
aquellos aspectos psicológicos que pueden estar alterados y que por tanto no sólo
pueden haber influido en los acontecimientos pasados, sino también en el
momento mismo de la evaluación. La exploración de las funciones psíquicas no
sólo es recomendable para el victimario, sino también para la víctima o testigos.

Las funciones psíquicas que pueden evaluarse son: la conciencia, la afectividad, el


pensamiento, la percepción, la memoria y la inteligencia. (Ver Anexo III)

Factores de riesgo: Este concepto ha estado vinculado inicialmente al campo de


la medicina, en relación a aquellas situaciones o circunstancias que favorecen a que
una persona pueda contraer una enfermedad o empeorar su situación, si se le ha
detectado una enfermedad. En el caso de la Psicología y la criminología en
particular, se destaca la importancia que tiene la detección y valoración de los
factores de riesgo que posibilitan la realización conductas delictivas y/o violentas
por parte de los individuos, es decir la posibilidad de reincidir delictivamente. En
este sentido se debe destacar que existen diferentes factores de riesgo de acuerdo a
la posibilidad de intervenir sobre ellos:

Factores estáticos- son aquellos factores inherentes al sujeto o a su pasado (hechos


delictivos, patologías graves, psicopatía, etc.).

Factores dinámicos- son aquellos que pueden modificarse a partir de las


intervenciones adecuadas (hábitos, cogniciones, bajo autocontrol, etc.) También es
posible determinar aquellos factores que obran en sentido positivo y que se
denominan de protección o resistencia, que protegen al individuo, disminuyendo
el riesgo y las posibilidades de que cometa un hecho delictivo.

8
Amato, M. I. La pericia psicológica en violencia familiar. Buenos Aires: Editorial La Rocca. 2007.

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Las diferentes escalas y cuestionarios que se emplean en la actualidad para la
predicción del riesgo o peligrosidad, están basadas en el detalle y discriminación de
la presencia o no de determinados factores de riesgo que a nivel individual puedan
favorecer la reincidencia delictiva en sus diferentes formas (sexual, violenta, etc.).

Ideas delirantes: Convicción firme, no basadas en percepciones externas


observables o valorables, sino causada por la proyección que el individuo hace de
sus propias emociones sobre objetos externos.

Falsa creencia basada en una inferencia incorrecta, relativa a la realidad externa


que es firmemente sostenida, a pesar de lo que casi todo el mundo cree y a pesar de
cuanto constituye una prueba o evidencia incontrovertible y obvia de lo contrario.
La creencia no está aceptada originariamente por otros miembros de la subcultura
o cultura a la que pertenece el sujeto.

Impulsos patológicos: La impulsión es una necesidad imperiosa que surge


bruscamente en ciertos sujetos y les empuja a cometer actos irracionales y a
menudo brutales o peligrosos. La impulsividad es un rasgo de personalidad que
denota una disposición habitual a presentar impulsiones. De alcanzar cierto grado,
esta impulsividad llega a ser patológica. Las impulsiones se han clasificado según el
objeto hacia el cual se dirigen: hacia el acto sexual, hacia la ingesta o voracidad
(bulimia y dipsomanía), a las sustancias tóxicas que crean adicción, al homicidio, a
las fugas y al juego patológico.

Indefensión aprendida: hace referencia al estado psicológico que puede


producirse cuando el individuo no puede controlar ni predecir los acontecimientos
que configuran su vida; y como consecuencia del cual se originan una serie de
perturbaciones motivacionales, cognitivas y emocionales que afectan a todo su
comportamiento. El modelo de la indefensión ha servido para explicar los
trastornos que con frecuencia origina el fracaso escolar, el desempleo, la
victimización, o la depresión (Luchow, Crowl, Jeffrey y Kahn,1985; Alloy,
Abramson & Kossman, 1985).

Existen tres deficiencias fundamentales, que aparecen en los seres humanos como
consecuencia de estar expuestos a situaciones no controlables y no predecibles
(Ferrandiz, 1996).

1. La deficiencia motivacional, que se caracteriza por una disminución de


respuestas. Los individuos han aprendido que su actuación no sirve para nada y
por lo tanto ni siquiera se esfuerzan en resolver sus problemas. Se adaptan a estas
situaciones, se habitúan quedando totalmente desmotivados. Las personas pueden
renunciar a actuar porque carecen de un sentido de eficacia para alcanzar la
conducta requerida, incluso aunque tengan capacidades renuncian a intentarlo.
Cada vez encuentran la tarea menos interesante, e intentan resolver los problemas
con menos ganas, les falta perseverancia, siendo la pasividad por lo tanto una de
las características más sobresalientes.

2. La deficiencia cognitiva, que produce una disposición cognitiva negativa. A


los individuos les resulta difícil aprender que sus respuestas han sido eficaces, aun
cuando realmente lo hayan sido y distorsionan la percepción de control; creen que
en todo lo que emprendan fracasarán, ya que han adquirido la expectativa de
independencia entre su conducta y sus consecuencias. La deficiencia cognitiva hace

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 16


que aumenten las dificultades en los procesos de memorización, comprensión y
toma de decisiones.

3. La deficiencia emocional, se define como un incremento en la emotividad y


ansiedad seguido de depresión. La incontrolabilidad produce frustración, miedo,
insatisfacción. Lo que en numerosas ocasiones se traduce en enfermedades
relacionadas con la salud mental, estrés, ansiedad, depresión, tristeza, así como en
enfermedades relacionadas con la salud física, tales como, úlceras, anorexia,
cefaleas, trastornos del sueño, trastornos cardiovasculares, infecciones, etc. Nadie
niega actualmente que muchas enfermedades tienen un componente psicológico.
Según Seligman (1992), Peterson, Maier y Seligman (1993), los dos grandes
moduladores del enfermar son la indefensión y el estilo atribucional. 9

En lo que refiere a las valoraciones que pueden emitirse desde los informes
técnicos, es importante reconocer que este estado de indefensión suele
evidenciarse en niños o adolescentes que han sido educados en ambientes donde
sus progenitores o cuidadores padecen de algún trastorno afectivo, como
depresión, trastorno bipolar, como también el alcoholismo o dependencia a las
drogas (ej. barbitúricos). También es una manifestación presente en niños víctimas
o testigos de situaciones de violencia familiar, especialmente cuando por su corta
edad presentan una elevada dependencia a sus referentes parentales.

Inteligencia: Capacidad de comprender, evocar, movilizar e integrar


constructivamente lo que se ha aprendido, y de utilizarlo para enfrentarse a nuevas
situaciones. Tres conceptos ayuda a precisar el término de inteligencia: capacidad
de manejarse eficazmente con tareas que incluyen abstracciones, capacidad de
aprender y capacidad para desenvolverse ante situaciones nuevas.

La evaluación de la inteligencia se desarrolla mediante pruebas mentales de


dificultad creciente, que permiten atribuir a cada individuo una determinada edad
o nivel intelectual, dividiendo esa edad por su cronología y multiplicando por cien
se obtiene el llamado ―Cociente intelectual‖ .

La clasificación psiquiátrico-legal10 establece:

CI de 140 o más: Inteligencia genial

CI de 120 a 140: Inteligencia muy superior

CI de 110 a 120: Inteligencia superior

CI de 85 a 110: Inteligencia normal

CI de 80 a 85: Debilidad mental leve

CI de 70 a 80: Debilidad mental moderada

CI de 50 a 70: Debilidad mental profunda

9
Díaz-Aguado, Mª José y Otros. Indefensión aprendida, escasa calidad de vida y dificultades en la educación
familiar. www.injuve.mtas.es/injuve/contenidos.downloadatt.action?id=1063497742.
Leído 2-08-08.
10
Marcó Ribé, J. y Martí Tusquets, J. Psiquiatría forense. Editorial Espaxs: Barcelona. 2002.

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 17


CI de 30 a 50: Imbecilidad

CI de 0 a 30: Idiocia

Labilidad: Estado emotivo caracterizado por una alteración del control consciente
de las reacciones emotivas. Habitualmente se habla de ―labilidad emocional‖
cuando la persona presenta conductas desproporcionadas o inadecuadas a nivel
afectivo, donde puede presentar cambios de ánimo repentino
sin que el contexto o la situación permitan justificar tales cambios o
manifestaciones (ej. risa, ira, llanto repentino, etc.).

En este sentido y con respecto a las posibles valoraciones que se efectúan desde los
equipos técnicos, es importante tener en cuenta que las investigaciones
relacionadas con la determinación de comportamientos adaptativos en los niños
han mostrado que: en madres con rasgos de ansiedad en las que se presenta
labilidad emocional y afectividad negativa se reconoce una sintomatología
ansioso/depresiva en los niños a su cargo.

Maltrato Infantil: Se refiere a cualquier daño físico o psicológico no accidental


contra un menor de 16 o 18 años, según el régimen de cada país, ocasionado por
sus padres o cuidadores, que ocurre como resultado de acciones físicas, sexuales o
emocionales de omisión o comisión y que amenazan el desarrollo normal, tanto
físico como psicológico del niño (Bringiotti – modelo ecológico explicativo
multicausal) (Ver Anexo IV Protocolo sobre maltrato y abuso sexual)

Mecanismos de defensa: Es un concepto desarrollado por S. Freud 1864,


vinculado inicialmente a las neuropsicosis de defensa. Estos mecanismos de
defensa del yo, son maneras irracionales de enfrentarse con la angustia, porque
deforman, esconden o niegan la realidad y obstaculizan el desarrollo psicológico.
Cuando una defensa adquiere mucha influencia, domina al yo y reduce su
flexibilidad y adaptabilidad. Las defensas del yo se adoptan como medidas
protectoras, si el yo no puede reducir la angustia por medios racionales, tiene que
utilizar tales medidas para negar el peligro (represión), externalizar el peligro
(proyección), esconder el peligro (formación reactiva), permanecer en el mismo
estado (fijación) o retroceder (regresión).

―Todas las conductas defensivas operan sobre la disociación (divalencia) y tienden


a fijar o estabilizar una distancia óptima entre un objeto bueno y uno malo. Fueron
estudiadas por Freud y la escuela psicoanalítica con la denominación de
mecanismos de defensa, pero en realidad son conductas y deben ser entendidas
como tales‖ 11

Motivación: Conjunto de factores dinámicos que determinan la conducta de un


individuo. Puede considerarse a la motivación como el primer elemento
cronológico de la conducta. Sin embargo en el origen de ésta no hay sólo una causa,
sino un conjunto de factores en interacción reciproca. Con respecto a la motivación
destacamos dos aspectos: a) que es un proceso psicológico (con componentes
afectivos, cognitivos y emocionales) que determinan la planificación y la actuación

11
Amato, M. I. La pericia psicológica en violencia familiar. Buenos Aires: Editorial La Rocca. 2007, p.
274.

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 18


del sujeto. b) que sólo se puede aplicar con propiedad cuando nos referimos al
comportamiento humano que tiene algún grado de voluntariedad, que se dirige
hacia algún propósito personal más o menos internalizado.

Muñecos anatómicamente detallados: Son los muñecos o figuras humanas


construidas con tela, rasgos faciales pintados, pelo de lana y una representación
identificable de los genitales externos (existen diferentes modelos, algunos con
mayores detalles que otros, ej: dedos, lengua, etc.).

Su empleo se ha extendido para la valoración de posibles abusos sexuales a


menores, específicamente para los menores de 6 años, con quienes la exploración
resulta más limitada. El empleo de este instrumento ha recibido diversas críticas,
especialmente porque su utilización se inició antes de que existiera un protocolo o
metodología específica. Por lo general no se considera una prueba de relevancia sin
una valoración previa del niño/a en cuanto a aspectos madurativos, de lenguaje,
capacidad de fabulación e influenciabilidad.

Su utilización suele ser recomendada para reconocer por parte del evaluador, el
conocimiento que posee el niño/a sobre los órganos genitales y por otra parte,
cuando ya se ha considerado una alta credibilidad, para especificar detalles que
puedan resultar confusos en el propio relato.

Guía práctica de entrenamiento: Use of Anatomical Dolls in Child Sexual Abuse


Assessments de APSAC -1995- (American Professional Society on the Abuse of
Children).

Necesidad: Sensación que tiene el individuo de una carencia, unida al deseo de


hacerla desaparecer. Básicamente esta ligada a la falta de cosas que se consideran
imprescindibles para vivir dignamente y que tenderían a fomentar el bienestar del
organismo o de la especie o a facilitar su conducta habitual.

Es posible diferenciar entre necesidad primaria, de carácter fisiológico; necesidad


secundaria, vinculada al aprendizaje o la experimentación; necesidad instintiva, de
carácter vital y necesidad moral o intelectiva.

Orientación: Se define como la consciencia de sí mismo respecto al tiempo, el


espacio (lugar) y los otros individuos. Cuando se realizan pericias o valoraciones
donde es necesario determinar aspectos de la personalidad o por ejemplo
determinar secuelas psicológicas, es imprescindible la valoración de la orientación
del individuo, debiendo quedar asentada en el informe. En la orientación se debe
destacar por una parte la orientación autopsíquica –consciencia de sí mismo, de su
propia persona- y la orientación alopsíquica – la consciencia del individuo acerca
del tiempo y el espacio en el que se encuentra al momento de la evaluación-.

Un test que valora la orientación de forma clara y rápida es el Mini Mental State
Examination (MMST) creado por M. F. Folstein.

Paranoia: Psicosis crónica caracterizada por un delirio más o menos


sistematizado, con predominio de la interpretación y ausencia de debilitación
intelectual, y que generalmente evoluciona hacia la deterioración.

La edad de la aparición de la paranoia más frecuente es la edad media o tardía de la


vida, y no existe diferencia entre ambos sexos. La paranoia no produce deterioro

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 19


intelectual, aunque sí se produce siempre en las relaciones matrimoniales, en la
actividad social y, en ocasiones, también en la actividad laboral y profesional.

El paranoico en relación a los delitos: el paranoico se considera uno de los sujetos


más peligrosos entre los enfermos mentales, éstos pueden meditar el hecho,
pueden darse cuenta de su ilegalidad, de sus consecuencias e incluso realizarlo
cuando las circunstancias le son más favorables, sin embargo lo que llama la
atención es la posición que muestra y su conducta luego de cometer el hecho: no
suele ocultarse, no se arrepiente, se muestra ufano de ello.

Un aspecto relevante a destacar, especialmente con relación a la violencia familiar


o violencia de género, es la dificultad que se presenta en diferenciar el crimen
pasional del crimen paranoico, en este sentido el crimen pasional es el ejecutado
por sujetos mentalmente normales bajo los estímulos de estados afectivos intensos,
pero que a diferencia del paranoico hay sentimientos de pesadumbre e intentos de
suicidio posteriores al hecho.

Pasaje al acto: Es una noción que proviene de la psiquiatría clínica francesa, se lo


emplea para denominar una conducta o acción que realiza una persona de forma
impulsiva sin mediar en ello ningún mecanismo inhibitorio consciente ni
valoración de las consecuencias que pueden derivarse de éste. Desde la teoría
psicoanalítica se dirá que en el pasaje al acto, la angustia sobrepasa al sujeto y de
ese modo, éste se desdibuja como tal, quedando identificado con el objeto
―causa‖ de su angustia. Así al pretender expulsarlo, por estar el propio sujeto
unido, ligado al objeto que genera su malestar, se expulsa a sí mismo, es decir
actúa.

Es importante señalar que no es posible asignarle esta calificación a todos los actos
que se hacen o ejecutan de modo impulsivo, el pasaje al acto está vinculado
concretamente a aquellos actos que son realizados por personalidades psicóticas o
que sin un diagnóstico previo, tales actos pueden significar el inicio de un episodio
psicótico agudo.

Por otra parte también se suele relacionar el pasaje al acto con el período
madurativo de la adolescencia, en estos casos -salvo que se trate de actos que
puedan encuadrarse dentro de ciertas patologías o trastornos de la personalidad-
se hace referencia los actos de autoafirmación, donde el adolescente establece una
diferenciación entre la fantasía y la realidad a la que debe ajustarse y que le supone
un cierto grado de angustia.12

Paternalismo: Modalidad propia de la beneficencia y del asistencialismo, que


trata a los otros como si fueran menores de edad e incapaces de valerse por sí
mismos. De este modo, se ejerce una tutela que sirve para controlar la conducta de
los otros.

Personalidad: A pesar que no existe una única definición sobre lo que se


entiende por personalidad, en tanto que no es posible considerarlo como un
concepto cerrado, ofreceremos una definición que es la más ampliamente aceptada
y reconocida, tanto desde la Psicología como la Psiquiatría, ésta es: el conjunto de
rasgos y mecanismos psicológicos que posee el individuo, organizados y
12
Rivarola, P. (coord.). Teoría psicoanalítica: reflexiones para la intervención clínica. Barcelona: Editorial
UOC. 2006.

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 20


relativamente duraderos que influye en sus interacciones y adaptaciones al
ambiente tanto intra-psíquico como físico y social.

Esta conceptualización no deja de ser en sí misma problemática, en tanto implica


otro concepto que es complejo, y más para nuestro ámbito de trabajo, éste es el de
―adaptación‖ , ya que muchas veces existen comportamientos que no son
considerados adecuados socialmente pero sin embargo son el producto del proceso
de adaptación de una persona a su entorno próximo (como por ejemplo se pueden
encontrar en ámbitos marginales de la población). Sin embargo se ha de reconocer
que el camino de la Psicología se inició desde la patología y la enfermedad, y por lo
tanto la idea de normalidad ha sido más bien derivada de ella que a la inversa, por
ello es que normalidad y adaptación son conceptos tan próximos.

Cuando se hace referencia a la adaptación en relación a la personalidad, se ha de


recordar las limitaciones que se presentan al momento de poder determinar la
presencia de trastornos de la personalidad en menores de 18 años, justamente
porque el proceso adaptativo y madurativo puede evidenciar características de
personalidad que luego remitan o desaparezcan. Por ello es necesario que estas
características hayan tenido la duración de por lo menos un año, evidenciando en
ello su persistencia y extensión.

Psicosis: Grupo de trastornos mentales que se caracterizan por una afectación


intensa del juicio de realidad con importante incapacidad para distinguir mundo
interno de mundo externo, en sus relaciones consigo mismo y los demás. Suelen
acompañar a las psicosis, una intensa regresión de la conducta y trastornos de la
percepción y de incapacidad para controlar los impulsos y organizar las funciones.

Un importante referente para la definición de algunas enfermedades es el Glosario


Cubano de la Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales (GC-1), con
respecto a las psicosis las definen como enfermedades mentales en las que durante
su evolución pueden presentar las siguientes características:

a) Alteraciones cualitativas y cuantitativas de los fenómenos psicológicos


como, por ejemplo, las alucinaciones, los delirios, la falta de adecuación
afectiva así como profundos trastornos afectivos.

b) Marcada incapacidad para conseguir una conducta adaptativa en las


relaciones sociales, en la vida familiar y en el uso del tiempo libre.

c) Distorsión grave de la capacidad para reconocer y manejar la realidad.

d) Falta de juicio crítico para darse cuenta de la situación en relación consigo


mismo.

e) Desorganización importante de la personalidad, lo que hace que las


relaciones interpersonales lleguen a estar afectadas en un grado tal que se
vulneran las normas más elementales de la convivencia.

Como puede verse en estas características, existen síntomas que pueden ser
presentados por ejemplo por neuróticos, por lo tanto podrían dificultar el
diagnóstico. Por ello lo que se emplea como una herramienta útil al momento de
diferenciar la psicosis, es la detección por parte del individuo de una certeza total

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 21


en algún sector de su percepción y de su decir, sobre el que no muestre ningún tipo
de duda. De este modo, un pensamiento delirante o una alucinación son vividos
con una certeza tal que no acepta ningún tipo de razonamiento o prueba en contra
para poder modificarlos.

Rasgo: Se define como toda cualidad distintiva, persistente o perdurable, de una


persona en relación con los demás. Aquello que se manifiesta en una persona por
encima de la variación y con una amplitud de circunstancias considerable (este
significado incluye el aspecto físico, las características de conducta y las
disposiciones). Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la
personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando causan un deterioro
funcional significativo o un malestar subjetivo.

Secuelas psicológicas: Es también denominado por algunos autores como daño


psíquico, consiste en un perjuicio producido por un evento no previsible e
inesperado por el individuo, sobre el que se generan diferentes alteraciones o
perturbaciones que afecta sobre diferentes aspectos de su personalidad (ej.
motivación, voluntad, afecto, etc.).

―Éstas se desencadenan en patologías de mayor o menor grado. Se dan en el nivel


inconsciente, pero producen manifestaciones conductuales, repercusión en la
esfera afectiva y en la interrelación con el medio. Por su calidad de acontecimiento
inesperado que desborda la tolerancia del individuo, produce una ruptura en el
equilibrio homeostático, donde el más mínimo desajuste en su sistema defensivo—
adaptativo será suficiente para interferir en perjuicio para su salud.‖ 13

Como las secuelas psicológicas se consideran vinculadas a determinados


acontecimientos que puede haber vivenciado el individuo, es fundamental realizar
una diferencia y reconocimiento de aquellos aspectos de la personalidad que
pueden definirse como rasgos, es decir que han estado presentes en el individuo
más allá del acontecimiento específico, de aquellos que constituyen un estado y que
por tanto pueden tener una relación directa con la vivencia o situación que se está
valorando (ej. abuso sexual, agresión, secuestro, etc.). En este sentido la realización
del perfil psicológico es central ya que hay personas que por poseer una alta
capacidad de resiliencia pueden no evidenciar secuelas claras de un daño
psicológico o por el contrario personas con ciertos trastornos de personalidad
como el límite, pasivo-agresivo o el dependiente patológico, pueden evidenciar
conductas o reacciones que, siendo análogas a las secuelas de un acontecimiento
traumático, no son precisamente derivadas de éste.

Síndrome de Acomodación en el Abuso Sexual Infantil: Este concepto ha


sido desarrollado por Roland Summit y hace referencia a una serie de actitudes y
respuestas de niños y adolescentes que pueden ser considerados como indicadores
de relevancia, ante posibles situaciones de abuso sexual de carácter incestuoso. A
diferencia de los abusos sexuales ocasionales de los que pueden ser víctimas los
niños o adolescentes, éstos implican una relación sostenida por lazos familiares o
una dependencia objetiva (ambiental, económica, etc.) a la que la víctima está
supeditada.

13
Tkaczuk, Josefa. Peritación en Psicología forense -2ª. ed. Buenos Aires: Quórum, 2006.

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 22


Detallamos a continuación los cinco niveles de respuestas que expone Summit:

a) El Secreto: dificultad para expresar lo que sucede, debido a las pautas que
impone el abusador.

b) Sentimientos de indefensión: la falta de claridad que se desprende de la


comprensión de los hechos, genera ambivalencia emocional y junto a ello un
sentimiento de desprotección.

c) El entrampamiento y la acomodación: aquí se comprenden diferentes


conductas:
inversión de roles (asume la responsabilidad de mantener la unión familiar) –
Disociación (reprime sentimientos y manifiesta conductas bizarras) –
Pseudonormalidad (se comporta normalmente en los ámbitos extra familiares) –
Manifestación de conductas sexuales (muestran una conducta seductora y
provocativa que genera rechazo y distanciamiento de otros miembros de la familia)
– Abuso de sustancias (en el caso de los adolescentes) – Odio a sí mismo
(conductas autodestructivas).

d) Revelación demorada y poco convincente de los hechos

e) La retractación: Modificar lo que se ha denunciado o explicado a otros (amigos,


familiares, docentes, etc.)

Síndrome de Alienación Parental (SAP): En 1985 Richard Gardner concibió


este síndrome, a raíz de la manipulación que observó por parte de algunos
progenitores y los efectos psicológicos que se producían, cuando éstos estaban en
procesos legales de divorcio y se valoraba la tenencia de los hijos por una u otra
parte. El SAP se caracteriza por el proceso de alienación que genera uno de los
progenitores sobre sus hijos, provocando un rechazo de características fóbicas
hacia el otro, que por lo general suele ser el padre. Este rechazo implica una
absoluta desvalorización y desvinculación afectiva, tanto hacia la otra persona
como sobre sus referentes familiares (abuelos, primos, etc.).

Se ha de tener en cuenta que el SAP no ha sido reconocido actualmente como un


síndrome y no está clara su inclusión en el DSM-V. Ello no significa que no pueda
reconocerse un proceso de tal naturaleza, sino que no puede diagnosticarse como
tal. Por ello es fundamental, al detectar esta situación, realizar un diagnóstico en
profundidad sobre los niños y sus referentes parentales.

Además de las entrevistas a los miembros de la familia, las pruebas que suelen
aplicarse en el caso de niños pequeños es el Test Proyectivo Pata Negra de Corman.
Otro test sobre la adaptación infantil es el TAMAI (test autoevaluativo de
Hernández).

Síndrome de Münchausen por Poderes: Dentro de lo que podemos


reconocer como Malos tratos Físicos, hemos de destacar lo que se conoce como
Síndrome de Münchausen por Poderes (SMP): este síndrome está relacionado con
el Síndrome de Münchausen (SM) en el que la persona se inflinge lesiones o
presenta diferentes síntomas a los fines de ser cuidado o atendido, en el caso del
SMP la diferencia es que el daño le es inflingido al hijo.

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 23


Así se presentan en el niño/a síntomas inventados, recurrentes o inexplicables,
éstos desaparecen al alejar al niño de su madre (habitualmente se presenta en
madres jóvenes) y reaparecen al retomar el contacto, hay discordancia entre la
historia clínica y la analítica. Suelen tener reiterados ingresos y visitas a hospitales
por consultas, sus hermanos/as suelen presentar enfermedades raras o nunca
vistas. Las madres manifiestas veneración y sobreprotección hacia el niño/a, son
amables y atentas, también suelen tener conocimientos de medicina o enfermería y
participan ayudando a los profesionales en la detección de falsos diagnósticos
(añadiendo síntomas, citando medicamentos diversos, cambiando datos, etc.)

Socialización: Se define como el conjunto de hábitos adquiridos por el individuo


para adaptarse a las reglas y expectativas de la sociedad en la que vive. La
socialización incluye tres componentes fundamentales:

a) Escrupulosidad: la predisposición general a evitar la conducta antisocial.


Dicha actitud suele derivarse del temor al castigo, incluso castigos auto inflingidos
como lo son la culpa y la vergüenza.

b) Prosocialidad: la predisposición general hacia la conducta prosocial en la que


se incluyen todos los impulsos educativos, afectivos y altruistas, desarrollados
mediante la capacidad de establecer lazos de empatía con los demás, de participar
en las relaciones afectivas y de aceptar y querer emular los modelos de conducta
prosociales.

c) Aceptación de la responsabilidad adulta: Consiste en la motivación y las


habilidades necesarias para participar en el esfuerzo de la comunidad.

Trastorno antisocial de la personalidad: La característica esencial del


trastorno antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y
violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o al principio
de la adolescencia y continua en la edad adulta. Para el diagnóstico de este
trastorno se requiere que la persona tenga como mínimo 18 años y presentar una
historia de alteraciones de la conducta desde antes de los 15 años.

Con respecto a las conductas observables que evidencian estos sujetos,


destacaremos algunas: Impulsividad e imprudencia, provocación, hostilidad e
inmadurez emocional, dominación, sin sentimientos de culpabilidad y vengativo.

En ocasiones se suele emplear el término psicópata o sociópata para referirse a este


tipo de trastorno, especialmente cuando estos sujetos han cometido crímenes
atroces. Sin embargo una distinción que suele hacerse entre el uso de estos
términos está vinculada a la valoración de cada autor con respecto al origen del
trastorno: Se cree que los psicópatas tienen una predisposición constitucional
hacia el síndrome, es decir la patología, en cambio los sociópatas son normales
desde el punto de vista biológico, pero desarrollan características antisociales
debido a una socialización incompetente u hostil, sobre todo a causa de modelos
parentales deficitarios.

Los estudios de adopción muestran que tanto los factores genéticos como los
ambientales contribuyen al riesgo en este grupo de alteraciones psicopatológicas.
Por ello, los hijos adoptivos y los biológicos de padres con este cuadro clínico
tienen mayor riesgo de presentar un trastorno antisocial de la personalidad.

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 24


Entre los factores antecedentes más comunes se encuentran las dificultades de
adaptación a la escuela (fracaso escolar, absentismo, falsificación de notas,
expulsión de la escuela, etc.), las fugas del hogar, los comportamientos violentos y
actos de vandalismo, la crueldad con las personas y los animales, las mentiras
reiteradas, los robos, la promiscuidad sexual precoz y el contacto temprano con el
alcohol y las drogas. El denominador común de todos estos factores es la
transgresión de las normas de conducta en el hogar y frente a la sociedad.

Algunos de los instrumentos principales que se emplean para su diagnóstico son: el


EPQ-J Cuestionario de personalidad; A-D Cuestionario de conductas antisociales;
SRP Escala de psicopatía y el PCL-R Psychopathy Checklist-Revised.

Trastorno de la personalidad: La definición que nos ofrece el DSM-IV es la de


un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta
acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto y que se manifiesta en al
menos dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva, de la actividad
interpersonal o del control de los impulsos.

Los trastornos de la personalidad pueden distinguirse a partir de tres


características patológicas:

a) Presentan una frágil estabilidad, por tanto evidencian una carencia en la


adaptación por parte de la persona ante situaciones de estrés. Las estrategias que
implementan ante estas situaciones no implican una variación o adaptación al caso
particular y por tanto son ineficaces y producen situaciones críticas, tanto para sí
como para terceros.

b) Otra característica que está ligada a la anterior es la de una falta de


flexibilidad. En este sentido lo que puede reconocerse en su falta de adaptación a
las situaciones no es tan solo la falta de estrategias a implementar, sino la
incapacidad de reconocer cuándo éstas (situaciones) no pueden ser modificadas.
Por ello se habla de que la pretensión de estas personas es que sea el entorno el que
se ajuste y flexibilice, lo cual por lo general es generador de crisis.

c) La tercera característica, también relacionada con las anteriores es que las


personalidades patológicas son consideradas patogénicas, en tanto la reiteración
que se presenta en sus modos de accionar –rígido e inflexible- ante su entorno
propician el surgimiento de situaciones críticas. Por ello se designan como
patogénicas, en tanto favorecen al mantenimiento de una dinámica crítica que se
retroalimenta constantemente. (ej. si alguien de “personalidad dependiente, de
características esquizoides” cada vez que se le piden responsabilidades familiares,
responde aduciendo culpabilidad, incapacidad o inutilidad, favorece a una
dinámica de reproche constante, lo cual no sólo le invalida ante su entorno
familiar, sino que impide que las otras partes asuman sus propias
responsabilidades.)

Trastorno límite de personalidad: Puede definirse como un patrón de


inestabilidad en las relaciones interpersonales, como también en la propia imagen
y en el plano afectivo, se evidencia además una elevada impulsividad (DSM-IV).

La idea de límite es realmente adecuada a la modalidad que establecen estas


personas en sus relaciones interpersonales, en tanto se presentan con una intensa
necesidad de relacionarse con otros que, por otra parte y paralelamente, debido a

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 25


sus repentinos cambios de opinión sobre éstos puede distanciarlos abruptamente.
Así pueden pasar de establecer relaciones afectivamente intensas a una reacción de
ira y profundo resentimiento.

La elevada dependencia que presentan estos individuos les llevan a realizar


grandes esfuerzos por evitar pérdidas o abandonos tanto reales como imaginados
por ellos. Las relaciones con los demás se encuentran sujetas a las oscilaciones
debidas a las idealizaciones que realiza de éstos, seguidas de su caída repentina, lo
que supone una respuesta afectiva en forma de cólera, irritabilidad o
desesperación. En este sentido puede pensarse en lo que se conoce como
―despecho‖ a su modo de comportarse cuando ha sido des-idealizada la otra
persona y puede llegar a realizar conductas extremas para evidenciar o manifestar
el daño que le ha hecho, como autoagredirse, mutilarse o amenazas de suicidio que,
en muchas ocasiones, estas conductas se encuentran seguidas de denuncias por
malostratos o violencia. También estos individuos pueden mostrar una fuerte
impulsividad en áreas como el mundo del juego, el abuso de sustancias tóxicas,
relaciones sexuales con riesgo de contagio de enfermedades y conductas temerarias
que pueden poner en peligro su propia vida como la de los demás (ej. Conducción
en contra dirección a gran velocidad).

Trastorno por ataque de angustia: Se trata de un episodio de angustia


intolerable, de comienzo brusco e inopinado, de breve duración y carácter
espontáneo, no ligado a sucesos claramente identificables. Los síntomas
característicos están constituidos por combinaciones variadas de sentimientos de
aprensión, miedo o terror, junto con manifestaciones físicas que van desde
síntomas cardiovasculares y respiratorios hasta molestias abdominales, pasando
por sensaciones de mareo, sudoración, temblor, hormigueo y escalofríos. En
algunos casos se presentan también sentimientos de extrañeza referidos a sí mismo
o a su entorno.

Trastornos Sexuales: A partir del DSM-IV, los trastornos sexuales se clasifican


en tres tipos: disfunciones sexuales, parafilias y trastornos de la identidad sexual.
Se denominan disfunciones sexuales a las alteraciones en cualquiera de las fases de
las que se compone la relación sexual: deseo, excitación, orgasmo y resolución. Las
parafilias son los trastornos de mayor interés a nivel judicial y pericial, este tipo de
alteraciones se pueden definir como la presencia de repetidas e intensas fantasías
sexuales de tipo excitatorio, de impulsos o de comportamientos sexuales, que por
lo general engloban objetos no animados, sufrimiento o humillación de uno mismo
o de la pareja y participación de niños. Dentro de los trastornos de la identidad
sexual se encuentra el llamado transexualismo, cuya relevancia social y forense es
elevada, no tanto por la entidad en sí misma, como por la marginalidad que le
rodea.

Con respecto a la parafilia, se debe destacar que en los delincuentes sexuales es


frecuente reconocer algún tipo de conducta parafílica (sobre todo sadismo y
pedofilia), además en estos sujetos el impulso sexual es más violento y exigente, ya
que sus posibilidades de expresión sexual son muy limitadas, y a mayor dificultad

Psicología Forense – Pablo Rivarola Padrós | 26


para satisfacer sus necesidades más apremiante e incontrolable es el impulso, lo
que le obligaría con mayor frecuencia que el sujeto normal a transgredir la ley.14

Valoración de riesgo (peligrosidad): Es un procedimiento de evaluación que,


mediante la aplicación de una técnica de predicción clínico-actuarial –
considerando rasgos de personalidad específicos y aspectos históricos concretos del
individuo-, permite estimar la posibilidad de que un individuo pueda realizar actos
y/o comportamientos violentos en un tiempo futuro. La solicitud de esta valoración
es una de las más extendidas en países como Canadá, Reino Unido y España,
donde se trabaja sobre la detección y valoración de factores que permitan
reconocer las posibilidades de reincidencia delictiva o violenta de determinados
sujetos.

En la actualidad se destacan tres guías de predicción de riesgo (en castellano):


SVR-20 riesgo de violencia sexual; SARA riesgo de violencia de pareja y el HCR-20
riesgo de comportamientos violentos.

Violencia: Es un conjunto de estrategias por medio del cual los individuos, a veces
en solitario otras veces en grupo, tratan de imponer su voluntad de poder y
dominio sobre otros, utilizando para ello tácticas comportamentales que producen
daño o malestar en las víctimas, cualquiera que sean las condiciones personales de
las mismas21.

Violencia hacia los ancianos: Para la Asociación Médica Americana, el


maltrato de las personas mayores constituye un acto u omisión, el cual produce
daño para la salud o bienestar de la persona anciana. El maltrato incluye infligir
daño físico o mental: abuso sexual, o la negación de vestimenta, alimentos y
atención médica para satisfacer las necesidades mentales y físicas de una persona
anciana, por el responsable que tenga a cargo sus cuidados.

La violencia cubre dos aspectos: la negligencia o abandono, y el maltrato.

Tipos de maltrato:

Abandono físico

(Pasivo)- no se satisfacen las necesidades básicas, quedando el anciano solo u


olvidado, debido a la inexperiencia o dificultades de la persona encargada de
proveerle los cuidados básicos.
(Activo)- Cuando las necesidades básicas de la vida diaria le son activamente
negadas (alimentos, compañía, medicamentos, ayuda física)

Malos Tratos físicos: Golpear, empujar, quemar, agredir sexualmente, atar.

Malos tratos psicológicos: Atemorizar, intimidar, humillar, amenazar, degradar,


insultar, infantilizar, ignorarlos, gritar y negar, descalificarlos.

Malos tratos de tipo material: Robar o abusar de los recursos financieros o


materiales.

14
Sierra, J.C., Jiménez, E., Buela-Casal, G. (Coords.). Psicología Forense: manual de técnicas y
aplicaciones. Madrid: Biblioteca Nueva. 2006. 21 Antonio Andrés-Pueyo (GEAV/UB)

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Violación de derechos: Desahuciar, forzar un traslado sin aviso, explicación o
participación en la decisión, confinarlo de modo inadecuado 15.

Violencia Psicológica (o emocional): Es una forma de violencia originada por


un patrón de conducta, tanto de acción como de omisión, de carácter repetitivo,
consistente en prohibiciones, coacciones, condicionamientos, intimidaciones,
amenazas o de abandono, capaces de provocar en quien los recibe, deterioro,
disminución de la autoestima y una afección a su estructura de personalidad.

Vulnerabilidad: Situación psicológica, social y económica, frágil, precaria e


inestable.

Vulnerabilidad emocional: Es una caracterización que se relaciona con


aquellos individuos que poseen dificultades para la regulación de sus emociones
fundamentalmente a partir de la adolescencia. La vulnerabilidad se define a partir
de tres características que deben estar presentes en los individuos a valorar: a) muy
alta sensibilidad a estímulos emocionales; b) una respuesta muy intensa a
estímulos emocionales y c) un retorno lento a la calma emocional una vez que ha
sido inducida la excitación emocional.

15
Amato, M. I. La pericia psicológica en violencia familiar. Buenos Aires: Editorial La Rocca. 2007.

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