Volver A Ser Padre A Los 45
Volver A Ser Padre A Los 45
Volver A Ser Padre A Los 45
Tengo 46 años tengo cuatro hijos los tres primeros ya adultos el primero varón de 27 años, la
segunda mujer de 21 años, la tercera de 18 años y por ultima una niña de un año y cinco meses, es
de esta ultima de quien escribo ya que me hizo volver a la paternidad a mis 45 años que tenia al
momento de su nacimiento.
Mis tres retoños ya adultos los tuve joven, de hecho al primero muy joven a mis escasos 18 años
entonces no dimensione la situación, mi nueva realidad, inocentemente a esa edad en mi caso la
soberbia de la juventud no me dejo concebir la dificultad de lo que estaba enfrentando, todo me
pareció de hecho muy normal en su momento y con esto no aprecie mi nueva paternidad,
conforme llegaron las niñas creo que fui poco a poco asimilando lo complejo que es tener hijos,
aun así con ellos creo que no fue suficiente, aun la juventud no me permitía apreciar lo grandioso
de la paternidad en toda su forma y expresión.
Creo que muchos detalles me pasaron de largo, algunos por omisión y falta de atención de mi
parte y algunos simplemente por ausencia, la percepción aun no había sufrido esa obligada
metamorfosis que viene con los años.
El tiempo que no perdona continuo su imparable tic tac hasta que en un abrir y cerrar de ojos
como coloquialmente se dice los niños crecieron y se convirtieron en adolescentes con todo el
desorden y el caos que esta etapa trae consigo y después el aparente orden de convertirse en
adulto hasta llegar un momento en que ellos tenían sus propias vidas y sin previo aviso ya tenía
que casi hacer cita para convivir con ellos y los ajustes pertinentes a mi propia vida se tuvieron que
hacer irremediablemente, ya estaba en la situación de disponer de mi vida a mi discreción, aunque
no estoy realmente seguro si alguna vez perdí del todo esa libertad, creo que a las madres son a
las que más se les carga y se les limita en ese aspecto, siendo ellas quien más pasan tiempo con
ellos y de las cuales los críos se vuelven más dependientes.
Así que ni en el sueño más atrevido llegue a considerar tener otro hijo, de hecho estaba muy feliz
con mi vida, veía a mis amigos los que todavía tenían hijos pequeños y para nada se me antojaba,
hasta que un día en casa de un compadre un año mayor que yo el cual había tenido una niña un
par de años antes, observándolo jugar con ella, atenderla y cuidarla me cayó como un rayo un
presagio y citando el poema de Edgar Allan Poe “ The Raven “.
Ahí estaba yo mirando, por mucho tiempo estuve allí preguntándome, temiendo, dudando,
soñando sueños que ningún mortal se ha atrevido a soñar antes.
Hasta que tal como había llegado a mi pensamiento esa idea de cómo sería tener otro hijo a mi
edad, así me cayó como balde de agua fría lo complicado de ese escenario, y le dije a mi compadre
y amigo del alma.
Compadre como se te ocurrió aventarte a tener otro crio a nuestra edad? Volver a comenzar de
nuevo, mal dormir, pañales, andar cargando porta bebe y carriola, y la joda de andar tras de ellos
todo el santo día.
Se me quedo viendo y me dijo, y con esta niña que no me suelta ni un solo momento, se dio la
vuelta con su hija de la mano a subirse con ella a un inflable donde brincan que le había instalado
en el jardín trasero de su casa, cabe resaltar que cuando le dije que tendría otro hijo como el, de
cuarentón, me recordó mi tan mal acertado comentario y lo sigue haciendo acompañado de
carcajadas hasta el día de hoy cada vez que tiene oportunidad.
Después de esta que no se si aun pueda considerar una corta introducción vayamos al tema.
Me divorcie de la mama de mis tres hijos hoy adultos en el 2005 después de eso me mantuve
soltero, si tuve relaciones de pareja pero sin procrear hijos con ninguna de ellas hasta que conocí a
la hoy madre de la más pequeña de mis hijos, después de algún tiempo de establecer dicha
relación tuvimos la sorpresa de saber que esperábamos un bebe y a los pocos meses saber que
ese bebe era una niña, no mentiré y diré que sentí algo muy especial al enterarme de la noticia
que sería padre de nuevo a mis 45 años ni que tampoco lo sentí cuando supe el género del bebe,
creo que lo identifique como algo normal, algo por lo que yo ya había pasado y sentido.
Tampoco diré que tenía miedo o incertidumbre de lo que venía, la lógica me dictaba que todo
estaría bien y que no había nada de qué preocuparse, posiblemente inconscientemente me decía
a mi mismo que si ya había pasado por ello en tres ocasiones una vez mas no sería diferente, que
sería como andar en bicicleta, una vez que aprendes no se te olvida jamás.
Lo que si aceptare que sentía era esa incomodidad de tener la certeza que sería más pesado que
las otras veces, que ya no era lo mismo mi estado físico que cuando estaba en mis veintes, que
ahora si sería más complicado y visualizaba lo que venía y si sentía hay viene toda esa odisea que
flojera, y no estaba equivocado, la odisea llego y no fue nada fácil sortear el viaje, ni lo ha sido.
Pero tomado de la mano a todas estas dificultades ha venido todo lo hermoso del asunto, la
percepción y la apreciación son totalmente distintas para mi, las canas en la sien te han hecho
darte cuenta que el tiempo vuela y que la mejor manera de aprovechar el tiempo es pasarlo con
tus seres queridos, y esta nueva princesita desde el momento que abrió sus ojos al mundo me hizo
recordarlo.
Lo que yo consideraba como algo vivido y aprendido resulto ser todo nuevo, ahora me da miedo
que se vaya a quebrar como si fuera de porcelana y ando detrás de ella como perrito faldero, más
aun desde que comenzó a caminar, y termino no cansado, desmayado.
Me preocupa todo, como se siente, no solo de salud sino con todo su entorno, cuando está feliz yo
soy feliz, me duele en el alma cuando se enferma o se golpea, en síntesis es mi sol cuando me
despierto y mi luna cuando me duermo.
Me preocupa en demasía su bienestar sentimental, el buscar que sea feliz, que sea una niña que
conforme vaya creciendo y pasando por las diferentes etapas de su niñez este alegre, sin
preocupaciones, que disfrute ser un infante y de esta manera cuando sea un adulto pueda voltear
para atrás en su vida y no solo lo diga sino que sienta que tuvo una infancia feliz, muchas personas
no podemos decir eso.
Y ahora que creo que esto es muy importante me siento muy mal conmigo mismo porque antes no
lo veía así y ella de alguna manera directa o indirecta me hizo comprenderlo.
Me he dado cuenta de la brecha generacional entre nosotros, 45 años nada más y nada menos,
posiblemente sea más de la edad de los abuelos de sus amiguitas que de los papas y sé que
cuando llegue a la adolescencia me será muy difícil ponerme en su lugar y comprenderla y
ayudarla y esto puede ser algo muy pesado pero ahora tengo la sensatez para saber que tendré
que pedir ayuda y no dormirme en mis laureles.
Si de alguna manera tuviera que interpretar de una manera significativa la diferencia entre la
paternidad de hace veinte años a ahora es que la actual me brinda paz, es más relajada, y creo que
la razón otra vez tiene que ver con la edad, las prioridades ahora son otras, y quiero ser muy claro
en este punto que habla solo de mi, de ninguna manera quiero generalizar, habrá muchos quien a
en sus veintes ya tenían todo más que claro y que por ende no cometieron los mismos errores que
yo.
Tristemente para mis hijos mayores en ese tiempo le ponía atención de manera simultánea a otras
cosas y actividades y ahora solo quiero estar pegado a su hermana y no fue justo para ellos, en
definitiva esta paternidad de viejo cuarentón no les toco a ellos y de alguna manera también trato
de redimirme, espero que no me lo tomen a mal, de alguna manera tengo la certeza de que no lo
hacen, que les da gusto que no estoy cometiendo los mismos errores.
Lo que sí debería ser al revés es que ya no debería de sufrir preocupaciones como los padres
primerizos en cuanto a situaciones y problemas que me angustian y posiblemente la cuido de mas,
soy más protector en todo sentido y aun así en mi presencia se ha caído un par de ocasiones lo
cual me hace sentirme un inútil.
Me doy cuenta que cuando se gradué de la universidad ya voy a tener casi setenta años y así
también por ende cuando sea madre y cuando llegue a ser abuela pues seguramente ya voy a
estar tres metros bajo tierra y todo este razonamiento ha traído a consecuencia que hasta yo me
cuide mas a mi mismo para poder durarle más y sobretodo en buen estado de salud y antes de su
llegada estaba en paz con mi propia mortalidad, que llegue cuando tenga que llegar, estoy listo
para el viaje y ahora claro que no estoy listo, necesito más tiempo.
Lejos de que mis experiencias puedan considerarse un manual de conducta aun así siento una
enorme sensación de gratitud con la vida por este nuevo camino que me ha mandado a recorrer,
fácil no creo que sea pero sumamente emotivo lo será.
Para concluir agregare que si alguien me preguntara si recomendaría la paternidad a esta edad
creo que les diría que no hay que buscarla, si ya tienen hijos desborden con ellos todo el tiempo y
el amor del mundo, pero si llegaran a tener un maravilloso accidente como lo tuve yo, no tengan
miedo del cambio que traerá consigo, se darán cuenta de esas pequeñas diferencias con la
paternidad de antes que los harán darle gracias a la vida o a Dios o el destino a quien ustedes
crean y que a pesar de ser más cansado que antes y terminar en los puros rines por las noches, es
muy gratificante.
Rodrigo Rojas.